Está en la página 1de 8

Dependencia: DELEGADA PARA LA MORALIDAD PÚBLICA

Radicación # 087- 3416-06


Disciplinados: BLANCA INES CHAVEZ JIMENEZ
Entidad: Secretaria de Educación y Cultura del Cauca
Quejoso: De oficio
Fecha Queja: 15 de noviembre de 2005
Fecha Hechos: Año 2005
Asunto: Fallo que resuelve recurso de apelación
Tema: Presunta irregularidad por suscribir contratos con sus
parientes.

Bogotá, D.C, 06 de agosto de 2007

I. ASUNTO

Se decide el recurso de apelación interpuesto por la señora BLANCA INÉS CHÁVEZ


vía
JIMÉNEZ, quien ostenta la calidad de investigada, en su condición de Secretaria de
Educación y Cultura de la Gobernación del Cauca. Se impugna la decisión proferida
el 25 de abril de 2007, por el Procurador Regional del Cauca, en virtud de la cual se
le sancionó con SUSPENSIÓN en el ejercicio del cargo por seis (6) meses,
convertidos en salarios, de acuerdo al monto de lo devengado en el momento de la
comisión de la falta, e INHABILIDAD ESPECIAL por el mismo término.

II. HECHOS MATERIA DE INVESTIGACIÓN.

La Procuraduría Regional del Cauca, con proveído de enero 20 de 2006, ordenó


investigación disciplinaria en contra de la doctora BLANCA INÉS CHÁVEZ
JIMÉNEZ, en su condición de Secretaria de Educación y Cultura de la Gobernación
del Cauca, por presuntas irregularidades por adjudicar y suscribir contratos, con los
señores Carmen Leonor y Pedro Alonso Acosta López, cuñados de la investigada.

III. DEL CARGO OBJETO DE SANCION

La Regional del Cauca, con auto del 12 de febrero de 2007, le formuló el cargo a la
doctora BLANCA INÉS CHÁVEZ JIMÉNEZ, en los siguientes términos (Fls. 198 a
203):

“La doctora BLANCA INES CHAVEZ JIMENEZ, en su condición de Secretaria de


Educación y Cultura de la Gobernación del Cauca, presuntamente contrató con
personas que encontraban incursas en causal de inhabilidad como son los
señores CARMEN LEONOR ACOSTA LÓPEZ Y PEDRO ALONSO ACOSTA
LÓPEZ, toda vez que suscribió los contratos: 013 del 14 de marzo de 2005 y 128
del 1º de agosto de 2005, con la primera y el 010 del 1º de marzo de 2005 con el
segundo; habida cuenta que éstos, tienen vínculo de parentesco en segunda
grado de afinidad con ella, ya que la doctora CHAVEZ JIMENEZ estuvo casada
con el señor GUSTAVO ACOSTA LÓPEZ, hermano de los contratistas.”

1
Le fueron citadas y transcritas como normas reguladoras de la conducta, el artículo
48 numeral 17 de la ley 734 de 2002, el artículo 8º numeral 2º literal b) de la ley 80
de 1993.

La presunta falta se calificó provisionalmente como gravísima, por estar


taxativamente señalada en el artículo 48 numeral 17 de la ley 734 de 2002 y se le
atribuyó el comportamiento a título de culpa gravísima, por violación manifiesta de
reglas de obligatorio cumplimiento.

IV. DEL FALLO IMPUGNADO

La Procuraduría Regional del Cauca, profirió fallo de primera instancia, el 25 de abril


de 2007 (fols. 225 a 238).

La instancia respectiva, después de hacer referencia a la identidad de la investigada,


un resumen de los hechos, efectuar un análisis de las pruebas y de los cargos, una
valoración jurídica y probatoria de los mismos y de los descargos presentados por el
apoderado de la inculpada, mantiene la imputación disciplinaria formulada a la
doctora CHÁVEZ JIMÉNEZ, considerando definitivamente la falta como gravísima y
la calificación de la responsabilidad a título de culpa gravísima.

El ad quo, sustento la culpabilidad de la investigada, en la inobservancia de reglas


de obligatorio cumplimiento, en forma específica la ley 80 de 1993 y el Código Civil
Colombiano, porque contrató con personas que se encontraban inhabilitadas, con
quienes tenía un parentesco de afinidad, y porque era su deber, al menos como
profesional del derecho, cerciorarse que realmente el vínculo existente entre ella y
los contratistas, había desaparecido al fallecer su esposo, hermano de los
contratados.

A la disciplinada se le sancionó con SUSPENSIÓN en el ejercicio del cargo por el


término de seis (6) meses e inhabilidad especial para desempeñar funciones públicas
por el mismo lapso. La sanción de suspensión se le cambió por salarios, de acuerdo
al monto de lo devengado en el momento de la comisión de la falta, equivalente a la
suma de OCHO MILLONES SETENTA MIL TREINTA Y SEIS ($8.070.036.00)
PESOS MCTE, teniendo en cuenta que la disciplinada no se encuentra
desempeñando el cargo por el cual fue sancionada ni otro del mismo nivel, dando
así aplicación a lo dispuesto en el artículo 46, inciso 3º de la ley 734 de 2002 (fls.
237).

V. FUNDAMENTOS DE LA IMPUGNACIÓN.

Los puntos centrales de defensa, citados por el apoderado de la disciplinada como


sustento del recurso de apelación, se concreta a los siguientes aspectos (fols. 242 a
249):

1. Señala que el juez de instancia, desconoció los argumentos planteados en el


memorial de descargos, los cuales sigue defendiendo, porque estima, que con la
partida de defunción del señor Gustavo Adolfo Acosta López (q.e.p.d), se prueba que
se disolvió la unión existente entre éste y la doctora BLANCA INÉS CHÁVEZ
JIMÉNEZ, permitiéndose que con el tiempo se estableciera una “afinidad” entre su
prohijada y los consanguíneos de su nuevo compañero, señor Andrés Lombana
Chica, único parentesco que considera, es el que existe en la actualidad.

2
2. Precisa que en ningún momento su defendida actuó con dolo, porque firmó los
contratos amparada en un pronunciamiento del Tribunal Administrativo del Huila, en
sentencia del 13 de abril de 2004, que fue confirmado por el Consejo de Estado el 19
de agosto de 2004, con ponencia del doctor Darío Quiñones Pinilla, en la demanda
instaurada por el señor Carlos Humberto Rojas Joven, contra del alcalde del
municipio de Palestina. Trae a colación el siguiente aparte, que según el apoderado,
se menciona en la decisión citada: “(…) En efecto, el vínculo solamente desaparece
mediante divorcio o la muerte, tal y como lo dispone el artículo 152 del Código Civil,
modificado por el artículo 1º de la Ley 1ª de 1976, también modificada por el artículo
5º de la Ley 25 de 1992 (…)” para significar que cuando el Consejo de Estado habla
de “vínculo” se refiere al de afinidad.

Considera que los comentarios del tratadista Roberto Suárez Franco, aludidos en el
fallo de primera instancia, en relación con el parentesco, no pueden estar por encima
de la postura de la altas Cortes.

3. Insiste en la prescripción de la investigación disciplinaria y que como han


transcurrido más de seis (6) meses a partir de que se produjo el respectivo auto que
la dispuso, se encuentra más que vencido el plazo previsto en la ley 734 de 2002
para proferir fallo sancionatorio, por lo que estima que se debía ordenar la
terminación del proceso.

Refiere que el hecho que las pruebas se hubieren decretado y posteriormente


practicado, no quiere decir que no se le haya vulnerado el debido proceso a su
defendida, porque el término previsto en la ley para la investigación disciplinaria es
de seis (6) meses y que su representada quedó sub judice a la espera de una
decisión, que por negligencia no profirió el funcionario encargado, sin justa causa, en
los términos que el legislador consagró para el efecto.

Menciona que la sentencia SU901/05 de la Corte Constitucional, se refiere a la


indagación preliminar y no a la investigación disciplinaria, ya que son dos (2)
actuaciones totalmente diferentes con finalidades distintas y cita algunos apartes de
las sentencias 181 de 2002 y C-572 de 1992 de la misma Corte, para resaltar un
presunto incumplimiento de los términos procesales por el ad quo, que desde su
punto de vista constituye una vía de hecho susceptible de ejercer la debida acción
constitucional respectiva, por lo que se opone a la dosificación de la sanción
plasmada en el fallo sancionatorio recurrido.

4. Concluye que no se debió sancionar a la doctora Chávez Jiménez y que además


existió un error invencible.

VI. CONSIDERACIONES DE LA DELEGADA

1. Análisis del fallo frente a los aspectos impugnados.

1.1 Le asiste razón al recurrente cuando señala que con la muerte del señor Gustavo
Adolfo Acosta López, se disolvió la unión existente entre éste y la doctora BLANCA
INÉS CHÁVEZ JIMÉNEZ, pero se equivoca al afirmar, que por esta circunstancia,
también desapareció el parentesco por afinidad, entre su defendida y los hermanos
de su extinto esposo, con quienes ella contrató.

El artículo 47 del Código Civil Colombiano, define el parentesco de afinidad legítima

3
en los siguientes términos:

“Afinidad legítima es la que existe entre una persona que está o estado casada y los
consanguíneos legítimos de su marido o mujer. La línea o grado de afinidad legítima de una
persona con un consanguíneo de su marido o mujer, se califica por la línea o grado de
consanguinidad legítima de dicho marido o mujer con dicho consanguíneo. Así un varón
esta en primer grado de afinidad legítima, en la línea recta con los hijos habidos por su
mujer en anterior matrimonio; y en segundo grado de afinidad legítima, en la línea
transversal, con los hermanos legítimos de su mujer”. (Subrayado fuera de texto).

De acuerdo con la norma transcrita, resulta claro que el parentesco por afinidad no
desaparece con el tiempo, ni siquiera en los casos de divorcio de los cónyuges o
muerte de uno de ellos, sino que se mantiene, por el simple hecho de haber estado
casadas dos personas, independientemente de las circunstancias que sobrevengan
después del vínculo.

1.2. Por lo anterior, carece de respaldo el argumento de defensa del apoderado, que
su prohijada firmó los contratos cuestionados, supuestamente amparada en
pronunciamientos de lo Contencioso Administrativo, porque escapa a toda lógica,
que una profesional del derecho, interprete una disposición legal, basada en
aplicaciones analógicas, pretendiendo acomodarlas al caso en estudio, cuando en
realidad a lo que se refiere la sentencia no es al “parentesco por afinidad”, sino al
“vínculo matrimonial” que es el que desaparece por “divorcio o la muerte”, tal y como
lo dispone el artículo 152 del Código Civil, modificado por el artículo 1º de la ley 1ª de
1976, también modificada por el artículo 5º de la ley 25 de 1992, norma que se
encuentra ubicada en el Título VI, denominado “De la disolución del matrimonio”,
concretamente a la cesación de efectos civiles de matrimonios de cualquier religión
por esas causales, cuyo contenido es del siguiente tenor:

“El matrimonio civil se disuelve por la muerte real o presunta de uno de los cónyuges o por
divorcio judicialmente decretado. Los efectos civiles de todo matrimonio religioso cesarán
por divorcio decretado por el juez de familia o promiscuo de familia. En materia del vínculo
de los matrimonios religiosos regirán los cánones y normas del correspondiente
ordenamiento religioso”.

1.3 En cuanto a la prescripción del término de la investigación disciplinaria alegada


por la defensa, es preciso anotar, que si bien la Corte Constitucional ha sostenido
que la consagración de los términos judiciales y la perentoria exigencia de su
cumplimiento, tienen íntima relación con el núcleo esencial del derecho al acceso a la
justicia y al debido proceso1, la misma Corporación también aceptó la existencia de
circunstancias por las cuales el operador disciplinario se ve imposibilitado a
observarlos en forma irrestricta, como lo señaló al examinar la constitucionalidad del
artículo 141 de la Ley 200 de 1995, en la sentencia SU901/05.

El hecho que la Corte en la citada sentencia, se haya referido a la indagación


preliminar, no significa que lo allí dispuesto en cuanto al término para la práctica de
pruebas y su posterior evaluación, no pueda ser aplicado también a la investigación
disciplinaria.

1
Sentencia C-4516-93, M.P. Antonio Barrera Carbonell.

4
A pesar de tratarse de etapas diferentes, debe tenerse en cuenta que la indagación
no es obligatoria ni imprescindible, tal como lo ha sostenido la misma Corte
Constitucional2. Al comparar los fines de cada una, se observa que responden a
necesidades procesales distintas, aunque guardan similitud o pueden coincidir en
algunos de ellos, pues ambas buscan verificar la ocurrencia de la conducta y la
determinación de sí es o no constitutiva de falta disciplinaria. Pero debe recalcarse,
que la indagación es de carácter eventual y previa a la investigación disciplinaria y
sólo se ordena, cuando se tiene duda sobre la identificación o individualización del
autor de una falta disciplinaria, mientras que la segunda procede directamente sí ya
se tiene determinado el posible sujeto disciplinable, pero la primera no constituye un
requisito de procedibilidad de la segunda.

Lo cierto es, que para cumplir con los fines tanto de la indagación como de la
investigación disciplinaria, esto sólo se logra a través del recaudo de las pruebas
suficientes y necesarias. Es precisamente en este sentido en que se ha pronunciado
la Corte Constitucional en la sentencia citada por el apelante, donde dejó en claro
que el término de duración de la indagación no es a primera vista insuficiente entre
otras razones porque: “…el lapso de los seis meses no comprende el tiempo
necesario para la evaluación de las pruebas recopiladas durante el período de
indagación, lo que permite que ese período sea utilizado íntegramente para la
recopilación de pruebas…”3.

De acuerdo con la posición de la Corporación, lo importante es que el material


probatorio se recaude dentro del término previsto para la indagación, plazo dentro del
cual, no está comprendido el de la evaluación de las pruebas, porque ésta puede
hacerse posteriormente, al igual que sucede con la investigación disciplinaria, de
acuerdo con lo dispuesto en el artículo 161 de la ley 734 de 2002 que señala:

“Decisión de evaluación. Cuando se haya recaudado prueba que permita la formulación de


cargos, o vencido el término de la investigación, dentro de los quince días siguientes, el
funcionario de conocimiento, mediante decisión motivada, evaluará el mérito de las
pruebas recaudadas y formulará pliego de cargos contra el investigado u ordenará el
archivo de la actuación, según corresponda, sin perjuicio de lo dispuesto en el inciso 2º
del artículo 156”.

Con base en la norma transcrita y tomando de referencia el pronunciamiento de la


Corte, puede concluirse sin temor a equívocos, que lo importante es que las pruebas
se recauden dentro del término legal de los seis (6) meses inicialmente previsto para
la investigación disciplinaria y hasta el vencimiento de la prórroga, en el evento que
se amplié este plazo por las circunstancias señaladas en el artículo 156 de la ley 734
de 2002, pero en todo caso, la evaluación se efectúa con posterioridad.

Es de anotar, que la apertura de investigación disciplinaria en contra de la Doctora


CHÁVEZ JIMÉNEZ, se ordenó con auto de enero 20 de 2006 (fol.4), lo que quiere
decir que el término de esa etapa se extendió hasta el 20 de julio de 2006 y en efecto
durante ese lapso se recopilaron todas las pruebas.

2
Sentencia C-430 de 1997. En las sentencias C-728 de 2000 y C-175 de 2001, se reiteró este
concepto de eventualidad de la indagación preliminar.
3
Sentencia C-728 del 21 de junio de 2000, M.P. Dr. EDUARDO CIFUENTES MUÑOZ.

5
Si bien, hubo un posible incumplimiento de los términos procesales señalados en el
artículo 161 de la ley 734 de 2002 para la evaluación del material probatorio, ya que
la Regional profirió el respectivo pliego de cargos, hasta el 12 de febrero de 2007,
sin embargo, esta circunstancia en nada configura una vía de hecho, pues se
observa que la disciplinada contó con las debidas garantías procesales, las pruebas
se recaudaron dentro de los seis (6) meses previstos para la investigación y en todo
caso el trámite de la primera instancia duró menos de 18 meses, término más que
razonable si se tiene en cuenta que el artículo 30 de la ley 734 de 2002, prevé un
plazo de cinco (5) años para adelantar la acción disciplinaria. Por consiguiente, no se
evidencia vulneración del debido proceso, ni hay razón para que afirme el
apoderado, que se mantuvo sub – judice a su defendida.

1.4 En cuanto al error alegado por el apoderado, se advierte por este despacho, que
aún aceptando en gracia de discusión, que en la investigada pudo concurrir esta
circunstancia al momento de contratar, porque consideró que su vínculo de afinidad
con los señores Pedro Alonso y Carmen Leonor Acosta López, terminó con ocasión
de la muerte de su esposo, sin embargo, no puede aceptarse como una causal
excluyente de responsabilidad disciplinaria, por cuanto el presunto error era vencible,
pues como bien lo señaló el ad quo, podía superarlo, indagando en la Oficina
Jurídica de la entidad estatal o con la simple lectura del artículo 47 del Código Civil
Colombiano, sin entrar en mayores razonamientos, ya que su grado de preparación
como abogada, le permitía perfectamente concluir, que el parentesco de afinidad no
se extingue.

Por consiguiente, este argumento tampoco sirve de excusa, por cuanto el error que
contempla la ley 734 de 2002 como causal de justificación es el invencible, evento
que en este caso no se dio.

2. De la falta que se le atribuye a la investigada.-

Aparece demostrado, que la investigada intervino directamente en el proceso de


contratación cuestionado, ya que fue quien invitó a cotizar entre otros a los señores
Carmen Leonor y Pedro Alonso Acosta López, (fols. 58 y 62); a la disciplinada le
presentaron los contratistas las respectivas cotizaciones (fol. 58-59, 101a 104) y ella
celebró los contratos cuestionados (fols. 30 -31, 78 -80, 108 a 110).

También esta probado que los señores Carmen Leonor y Pedro Alonso Acosta
López son hermanos entre sí y a su vez del señor Gustavo Adolfo Acosta López,
(fols. 148 y 149) con quien la investigada BLANCA INÉS CHÁVEZ JIMÉNEZ, estuvo
casada (fol. 194). En consecuencia, está acreditado el parentesco de afinidad entre
la contratante y los contratistas y en ese orden la inhabilidad existente para contratar,
de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 8º numeral 2º literal b) de la ley 80 de
1993.

3. Análisis de los elementos de responsabilidad.

3.1 Tipicidad.

Esta instancia comparte la calificación de la falta, que le dio la Regional de Cauca,


al considerarla como gravísima, ya que corresponde a la descripción del artículo 48
numeral 17 de la ley 734 de 2002, que señala:

6
“Artículo 48. Faltas gravísimas. Son faltas gravísimas las siguientes:

17. Actuar u omitir, a pesar de la existencia de causales de incompatibilidad,
inhabilidad y conflicto de intereses, de acuerdo con las previsiones
constitucionales y legales.”

3.2 Ilicitud sustancial.

No admite duda, que doctora CHÁVEZ JIMÉNEZ, con la realización de la conducta


que se le atribuye, violó el régimen de inhabilidades, al contratar con sus parientes
dentro del segundo grado de afinidad. Por lo tanto, su comportamiento configura un
ilícito disciplinario y una infracción de su deber funcional de manera sustancial, que
deviene del ejercicio diligente y eficiente de la función pública, de la cual se apartó
sin justificación alguna.

3.3 Culpabilidad.

De igual forma, esta Delegada mantiene la imputación a título de culpa gravísima


que se le dio a la falta disciplinaria atribuida a la investigada, por inobservancia de
normas de obligatorio cumplimiento, en este caso, la ley 80 de 1993 y el artículo 47
del Código Civil Colombiano.

4. En cuanto a la dosificación de la sanción, esta instancia encuentra que si bien la


que le fue impuesta a la investigada por el a quo, de acuerdo con la calificación de la
falta y la imputación subjetiva, no corresponde a la prevista en el numeral 1) del
artículo 44 de la ley 734 de 2002, para las faltas GRAVÍSIMAS cometidas a título de
CULPA GRAVÍSIMA, que en este caso es la destitución e inhabilidad general, sin
embargo, se mantendrá la sanción de suspensión en el ejercicio del cargo por el
lapso de seis (6) meses e inhabilidad especial por el mismo término, señalada
por el a quo, teniendo en cuenta la prohibición de la “REFORMATIO IN PEJUS”,
consagrada en el artículo 116 de la ley 734 de 2002, según el cual: “El superior, en
la providencia que resuelva el recurso de apelación interpuesto contra el fallo
sancionatorio, no podrá agravar la sanción impuesta, cuando el investigado
sea apelante único”.

En este orden de ideas, como la sanción de suspensión no se puede modificar y


como se advierte, que la investigada no se encuentra vinculada a la Gobernación en
el mismo cargo, por el que se le adelantó la correspondiente acción disciplinaria, ni
ocupa otro del mismo nivel, conforme lo decidió la Regional, se deberá convertir la
sanción, sólo para hacerla efectiva, de acuerdo con lo previsto en el inciso segundo
del artículo 46 de la ley 734 de 2002, en lo correspondiente a seis (6) meses del
salario mensual devengado para la época de los hechos por la doctora CHÁVEZ
JIMÉNEZ, equivalente a la suma que se indicará en la parte resolutiva de este
proveído.

En mérito de lo expuesto, el Procurador Delegado para la Moralidad Pública,

RESUELVE:

PRIMERO: Confirmar el fallo del 25 de abril de 2007, proferido por el Procurador


Regional del Cauca, en virtud del cual declaró responsable disciplinariamente a la

7
doctora BLANCA INÉS CHÁVEZ JIMÉNEZ, en su condición de Secretaria de
Educación y Cultura del departamento del Cauca, del cargo formulado en su día y la
sancionó con suspensión en el ejercicio del cargo por el lapso de seis (6) meses e
inhabilidad especial por el mismo término.

SEGUNDO: Como la sanción de suspensión no se puede ejecutar porque la


servidora pública no se encuentra desempeñando el cargo respecto del cual fue
suspendida, ni otro del mismo nivel, la sanción se convertirá, sólo para hacerla
efectiva, de acuerdo con lo previsto en el inciso segundo del artículo 46 de la ley 734
de 2002, en lo correspondiente a seis (6) meses del salario mensual devengado
para la época de los hechos por la investigada, equivalente la suma de OCHO
MILLONES SETENTA MIL TREINTA Y SEIS PESOS ($8.070.036.00), que serán
consignados en la Tesorería de la Gobernación del Cauca.

Lo anterior, sin perjuicio de la inhabilidad especial decretada, al tenor de lo dispuesto


en el artículo 46 numeral 2 de la ley 734 de 2002.

TERCERO: Notificar la presente decisión, tanto al apoderado como a la


investigada, a la calle 8 núm. 8-50 oficina 203, en la ciudad de Popayán – Cauca,
dirección señalada en el escrito de sustentación del recurso de apelación (fol. 249).

CUARTO: Por la Unidad Coordinadora de las Delegadas de Contratación, se


efectuarán las anotaciones de rigor y se dispondrá lo necesario para el envío del
expediente a la dependencia competente encargada de surtir la notificación a los
sujetos procesales y adelantado dicho trámite, se remitirán las diligencias a la
Procuraduría de origen, para los fines legales, entre ellos, registro de la sanción y
ejecución de la misma.

NOTIFÍQUESE Y CÚMPLASE

SILVANO GOMEZ STRAUCH


Procurador Delegado para la Moralidad Pública

PDMP
Exp. 087- 3416-06 P. R. del Cauca
SGS/MHGC.

También podría gustarte