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I. MARCO CONTEXTUAL
Los bienes del deudor —entre ellos, los créditos que tuviera respecto de terceros—
constituyen la garantía de sus acreedores, es decir, si el deudor no cumple
voluntariamente con sus obligaciones los acreedores pueden procurar el cumplimiento
forzado de ellas cobrándose en todo caso con el precio de la subasta judicial de los
bienes del deudor (arts. 242 y 743 CCiv.yCom.).
La ley faculta a los acreedores del deudor para procurar el cobro judicial del crédito de
éste respecto de un tercero, a través de las denominadas acciones directa y subrogatoria.
O sea, ejerciendo una acción directa o una acción subrogatoria un acreedor del deudor
puede procurar el cobro judicial de un crédito del deudor respecto de un tercero.
II. SEMIÓTICA
Por eso, con el ánimo de facilitar las cosas, voy a proponer para este trabajo una
simplificación semiótica: al acreedor lo voy a llamar A, al deudor D y al deudor del
deudor DD.
En lista:
A: acreedor.
D: deudor.
Pero, ¿cómo se explica que alguien que no es el acreedor pueda demandar al deudor?
¿cómo se explica que la ley permita que alguien que no es el acreedor —y tampoco su
representante, claro está— pueda reclamar el cumplimiento de la obligación al deudor?
Bueno, sucede que la ley permite en ocasiones que algunas personas hagan valer en
nombre propio o como si fuera propio un derecho ajeno, es decir, la ley permite
situaciones de legitimación sustancial anómala cuando faculta a alguien a ejercer un
derecho ajeno en nombre propio o como si fuera propio.
Cuando la ley permite a alguien que haga valer un derecho ajeno en nombre propio o
como si fuera propio, consagra la figura de legitimación sustancial anómala llamada
sustitución procesal.
Entonces lo adelantamos, las llamadas acciones (2) directa y subrogatoria no son más
que pretensiones de condena comunes y silvestres, solo que ejercidas por legitimados
sustanciales anómalos, ejercidas por quienes no son los acreedores sino por otras
personas que pueden procurar el cobro de un crédito ajeno en nombre propio o como si
fuera propio.
De allí deriva que, ejercida sea la acción directa o sea la acción subrogatoria, contra las
pretensiones de condena vehiculizadas a través de ellas puede DD plantear todos los
impedimentos procesales, aunque no así —según veremos infra— las defensas y
excepciones con tinte sustancial porque en este territorio puede tener que distinguirse
entre la acción directa y la acción subrogatoria (3).
Para explicarlo, antes recordemos que se pueden concebir cuatro formas de actuar en
juicio:
El sustituto procesal actúa judicialmente en nombre propio por un derecho ajeno, pero...
¿qué es lo que justifica esta habilitación a primera vista invasiva de la situación jurídica
subjetiva del titular del derecho ajeno?
El sustituto/sustituyente procesal está listo para suplir la inercia del titular del derecho
ajeno, es suplente de ese titular indolente, apático, indiferente, perezoso, negligente,
inútil o ineficaz en la defensa de su derecho.
Pero, ¿por qué esa suplencia del titular inactivo? ¿Por qué no dejar que se perjudique
solo el propio interesado?
Porque el propio interesado que no hace valer él mismo su derecho no se perjudica solo,
perjudica además a otros y estos otros cuentan con el apoyo de la ley para evitar ser
perjudicados por la indolencia, la apatía, la indiferencia, la pereza, la negligencia, la
inutilidad o la ineficacia del titular del derecho.
Puede haber varias situaciones que justifiquen esa suplencia del titular inactivo por
quienes resultarían perjudicados en función de su inactividad:
a- hay interés sobre lo mismo, hay un interés común: tratándose de un interés común o
compartido, el sustituyente/sustituto procesal actúa en interés propio pero al mismo
tiempo al actuar así también actúa en pos del interés ajeno del inerte sustituido procesal;
(5)
b- de la satisfacción del interés del titular inactivo, depende un beneficio para otro
interés: tratándose de intereses diferentes, el sustituto/sustituyente procesal actúa en pos
del interés ajeno del quieto sustituido procesal, pero para indirectamente beneficiar un
interés propio: es el caso de la acción directa o de la acción subrogatoria para llevar
adelante todo un proceso (6) o en ocasiones la del tercero adhesivo simple que
interviene en proceso ajeno; (7)
c- de la insatisfacción del interés del titular inactivo, deriva un perjuicio para otro
interés: también tratándose de intereses diferentes, el sustituto/sustituyente procesal
actúa en pos del interés ajeno del inmóvil sustituido procesal, pero para evitar
indirectamente un perjuicio al interés propio que pudiera acontecer:
Pero hay una diferencia básica de intensidad entre la sustitución procesal en la acción
directa y en la acción subrogatoria: lo obtenido de DD como consecuencia de la acción
directa ingresa directamente al patrimonio del sustituto procesal (ingresa al patrimonio
de A, acreedor de D), mientras que lo obtenido de DD como consecuencia de la acción
subrogatoria entra directamente al patrimonio del sustituido procesal (entra al
patrimonio de D, deudor de A).
b) ¿Cuándo proceden?
Sólo en los casos específicamente previstos por la ley (17), los que son de interpretación
restrictiva; de modo tal que, en la duda, debe estarse por la falta de legitimación
sustancial activa de quien la intente, vale decir, en la duda debe estarse por su
inadmisibilidad (art. 736 CCiv.yCom.) (18).
Procede respecto de cualquier derecho patrimonial de D que éste sea remiso de ejercer y
cuya omisión afecte la posibilidad de cobro de A (art. 739 CCiv.yCom.), salvo algunos
específicamente excluidos por la ley (art. 741 CCiv.yCom.) los que deben ser de
interpretación restrictiva; de modo tal que, en la duda, debe estarse por la existencia de
legitimación sustancial activa de quien la intente, vale decir, en la duda debe estarse por
su admisibilidad.
c) Defensas oponibles
DD puede plantear tres tipos de defensas: las defensas de DD frente a D, también las
defensas de DD frente a A (art. 738.c CCiv.yCom.) y por fin las defensas de D frente a
A.
Veamos.
i) Defensas de DD con relación a D
Si, vía acción directa, A demanda a DD reclamando el pago del crédito de D respecto de
DD, parece claro que DD pueda hacer valer contra A las defensas (v.gr. modos de
extinción de las obligaciones) que DD tenga contra D. Sin ir más lejos, DD podría
argüir que v.gr. pagó el crédito de D. Aquí cabe una acotación: le defensa de DD
respecto de D (v.gr. el pago de DD a D) debe ser de fecha posterior a la notificación de
la acción directa de A respecto de DD, porque esa notificación produce el embargo del
crédito de D respecto de DD de modo que luego de esa notificación DD no pudo pagarle
a D de modo oponible a A (art. 738.a y art. 877 CCiv.yCom.).
Cuando A ejerce la acción directa contra DD, no solo lo hace en nombre propio por un
derecho de D respecto DD, sino que la ley le permite hacerlo como si el derecho de D
respecto de DD perteneciera a A: la ley no sólo le permite a A accionar contra DD en
nombre propio por un derecho de D respecto de DD, sino que además de alguna manera
"finge" que A acciona contra DD como si A fuera mismísimamente D. Para la ley, A
ejerce la acción directa contra DD en nombre propio y como si fuera D. Por eso es que
DD puede plantear también las defensas (v.gr. modos de extinción de las obligaciones)
que DD tenga con relación a A.
Es cierto que si A ejerce acción directa contra DD reclamándole el pago del crédito de
D respecto de DD, hay que citar a juicio a D (art. 737.e CCiv.yCom.); es cierto,
entonces, que D compareciendo a juicio podría oponer respecto de A las defensas que
tuviera a su respecto; por ejemplo, D podría argüir que le pagó a A, de modo que
extinguido así el crédito de A respecto de D, A no tendría justificación para ejercer la
acción directa respecto de DD (art. 737.a CCiv.yCom.). Pero, ¿y si D desoye la citación
o si comparece a estar a derecho pero no se defiende o no lo hace idóneamente? ¿podría
DD plantear contra A las defensas que tuviera D contra A, para así procurar el rechazo
total o parcial de la acción directa? Ciertamente sí, DD podría plantear contra A las
defensas que tuviera D contra A, como sustituto procesal de D. En efecto, en el mismo
proceso iniciado por A contra DD vía acción subrogatoria pero en el ámbito de la
relación jurídica sustancial entre A y D, DD podría actuar como tercero adhesivo simple
para hacer valer las defensas de D contra A que D se abstuviera de utilizar (arts. 90.1 y
91 párrafo 1° CPCCs Nación y Buenos Aires; arts. 82.1 y 83 párrafo 1° CPCC La
Pampa). En el marco de las defensas y excepciones contra el crédito de A, DD actúa
como sustituto procesal de D: si D no le debe a A, entonces DD tampoco le debe a A
(art. 90.1 cód. proc.). Frente a A, son "socios" D y DD, pues a ambos les interesa la
extinción del derecho o de la acción de A.
Pero aquí entra una aclaración que diferencia la acción subrogatoria de la acción directa:
mientras en la acción directa la defensa de DD respecto de D (v.gr. el pago de DD a D)
debe ser de fecha posterior a la notificación de la acción directa de A respecto de DD,
en la acción subrogatoria la defensa de DD respecto de D (v.gr. el pago de DD a D)
puede ser de fecha anterior o posterior a la notificación de la acción subrogatoria de A
respecto de DD, considerando que —a diferencia de la acción directa— la notificación
de la acción subrogatoria no provoca el embargo del crédito de D respecto de DD; pero
podría probar A que la defensa posterior a la notificación de la acción subrogatoria
(v.gr., otra vez, un pago de DD a D) fue fraudulentamente realizada con la intención de
burlar los derechos de A (art. 742 CCiv.yCom.). A quien ejerce la acción subrogatoria le
conviene cuanto antes conseguir el embargo del crédito de D respecto de DD, para que
le sean inoponibles los actos de extinción posteriores (arts. 877 y 883.b).
Por eso es que los créditos cuya condena a pagar se persigue deben ser exigibles: en la
acción directa, deben ser exigibles el crédito de A respecto de D, y el de D respecto de
DD; en la acción subrogatoria, debe ser exigible el crédito de D respecto de DD.
Por otro lado, la falta de exigibilidad del crédito de A contra D o del crédito de D contra
DD —en la acción directa— o la falta de exigibilidad del crédito de D contra DD —en
la acción subrogatoria— no deberían ser obstáculos para llegar hasta una sentencia de
condena, si se admite el funcionamiento de la condena de futuro, no sólo tratándose de
una pretensión de desalojo (art. 1216 CCiv.yCom. y arts. 677 CPCC Bs.As., 688 CPCC
Nación y. 655 CPCC La Pampa) sino más allá bajo ciertos recaudos como lo hemos
propuesto en otro trabajo (21).
Por eso es que si el ejercicio exitoso de la acción directa debiera desembocar en el cobro
del crédito de A respecto de D y de D respecto de DD, ese desenlace exitoso se vería
impedido:
Esos embargos bloqueantes del éxito de la acción directa (me refiero al embargo del
crédito de A respecto de D y al de D respecto de DD), para producir ese efecto
bloqueante deben haber sido trabados en cierto momento crítico. ¿Antes de qué
momento crítico? Antes del ejercicio de la acción directa (art. 737.d CCiv.yCom.).
Para evitar un embargo anterior al ejercicio de la acción directa, sea un embargo del
crédito de A respecto de D o del crédito de D respecto de DD, ¿qué podría hacer A?
A no puede evitar un embargo de su crédito respecto de D, esto es, no puede evitar que
acreedores suyos (acreedores de A) entre otros bienes de A obtengan un embargo sobre
el crédito de A respecto de D, a menos que A procure una tutela anticautelar o realice
una denuncia antecautelar (22).
Para evitar un embargo contra D sobre el crédito de D contra DD, que impidiera a D
cobrarle a DD -y así consecuentemente impidiera luego a A cobrarle a D- ¿qué podría
hacer A? Siendo D deudor de A y siendo embargable el crédito de D contra DD, A
podría embargar el crédito de D contra DD y, así, cualquier otro embargo posterior de
un tercer acreedor sobre el crédito de D contra DD carecería de prioridad de cobro pues
quedaría desplazado por el embargo de A sobre el crédito de D respecto de DD (arg.
745 CCiv.yCom.).
En la acción directa, si A aspira a cobrar el crédito que tiene contra D haciendo que éste
a su vez cobre el crédito que tiene contra DD, puede entenderse que la ley exija que
ambos créditos sean homogéneos (v.gr. que ambos tengan por objeto una prestación
consistente en dar una suma de dinero). No así, en cambio, en la acción subrogatoria,
porque aquí A no va a cobrar directamente con lo que obtenga del reclamo contra DD,
de manera que el crédito de A contra D y el crédito de D contra DD podrían tener
prestaciones no homogéneas: lo que importa en la acción subrogatoria es incorporar al
patrimonio de D lo que le es debido por DD.
No obstante, en la acción directa, podría ser que A quisiera darse por pago con lo que
DD le debe a D, aunque la prestación debida por DD a D no sea homogénea
comparándola con la prestación debida por D a A. Es decir, A podría dar por pago su
crédito respecto de D con lo que DD le deba a D, aunque ambos créditos no sean
homogéneos (arts. 942 y 943 CCiv.yCom.). La única cuestión que podría surgir es la
determinación de la medida en que el pago de la obligación de DD a favor de D pudiera
satisfacer la obligación de D a favor de A, nada que no pudiera resolverse a través de un
incidente. Concluimos que en la acción directa a través de una interpretación sistemática
podría ser prescindible el requisito de la homogeneidad entre el crédito de A respecto de
D y el de D respecto de DD (arts. 2º, 737.c, 942 y 943 CCiv.yCom.).
a) Interés en la citación
Pero ¡atención! Si A quisiera que en el mismo proceso en el que ejerce la acción directa
o la acción subrogatoria contra DD también D resultara condenado, entonces tendría
que acumular pretensiones: a- la de condena dirigida contra DD; b- la de condena
dirigida contra D (art. 88 CPCCs Nación y Buenos Aires; art. 80 CPCC La Pampa). Esa
acumulación de pretensiones (principio de concentración) sería útil: a- en la acción
directa, si el crédito de D contra DD no fuera suficiente para cubrir el crédito de A
contra D; b- en la acción subrogatoria, para procurar cobrar en el mismo proceso el
crédito de A contra D, con lo obtenido a raíz del cobro de D contra DD.
b) Rol procesal del citado
(1) Sosa, Toribio E., Subasta Judicial, 3ª ed. ampliada y actualizada, Ed. Platense, La
Plata, 2009.
(5) Es p. ej. la situación de los codeudores solidarios; cuando uno de ellos plantea una
defensa común (v.gr. el pago) actúa en interés propio, pero inevitablemente también
actúa defendiendo el común interés ajeno (el de los demás codeudores solidarios)
porque si tiene éxito la obligación se extingue respecto de todos (arts. 831 y 835.a
CCiv.yCom.); el codeudor que esgrime la defensa de pago actúa como sustituto procesal
de los otros codeudores. Pero si uno de los codeudores solidarios plantea una excepción
sólo personal (v.gr. confusión, art. 835.c CCiv.yCom.), entonces actúa por su propio
interés y no en defensa del interés de los demás codeudores solidarios; no actúa así
como sustituto procesal de los demás codeudores.
(6) A fin de poder cobrar un crédito que el acreedor A tiene contra D, A insta —ante la
inacción de D— el cobro de un crédito que D tiene respecto de DD. A es acreedor de D,
y D es acreedor de DD, entonces A acciona contra DD para lograr el cumplimiento
voluntario o forzado de DD respecto de D, y así a su vez —de diferente forma según se
trate de acción directa o de acción subrogatoria— poder cobrar A su crédito respecto de
D.
(7) En el mismo supuesto que dio base al ejemplo de la nota anterior pero sin acción
subrogatoria —en caso que D diligentemente sí hubiera promovido acción de cobro
contra DD—, el acreedor A podría intervenir como tercero adhesivo simple de su
deudor D, en el seno del proceso que D hubiera promovido a su vez contra su deudor
DD. Eso así porque A quiere estar al acecho dentro del proceso promovido por D contra
DD, para evitar que D, defendiéndose mal, malogre su crédito contra DD.
(8) El deudor D tiene un inmueble que es el único bien que respalda el cumplimiento de
su obligación, pero alguien —diferente de su acreedor A—, digamos X, lo demanda por
reivindicación. En esa situación, A acreedor de D, en defensa de su propio crédito (de su
propio interés) y para poder cobrarlo en otro proceso (anterior, simultáneo o posterior),
puede actuar en el proceso de reivindicación promovido por X contra D para procurar la
victoria de su deudor D, porque si no el patrimonio de éste quedará vacío de bienes con
qué responder forzadamente en defecto de pago voluntario. Ciertamente el acreedor A
podrá actuar en el proceso de reivindicación como tercero adhesivo simple de D,
enfrentado contra X.
(9) El tercero citado de evicción debe defender y de hecho puede asumir la defensa del
interés del demandado citante (interés del que éste es titular porque aquél antes se lo
transmitió onerosamente), para evitar tener que indemnizar a éste (obligación de
saneamiento) en otro proceso posterior en caso de ser derrotado en el juicio promovido
por alguien que le disputa jurídicamente ese interés sustancial transmitido. Es el caso
del vendedor citado de evicción por el comprador, en juicio seguido contra éste por
alguien que turba total o parcialmente el derecho que el vendedor transmitió al
comprador (ej. promueve reivindicación en contra del comprador). El vendedor citado
de evicción defiende el interés del comprador —que él mismo antes le transmitió—,
para así, ganando el juicio, no tener que indemnizar al comprador luego en otra litis.
(11) General, desde el inicio mismo del proceso y hasta su finalización (ej. cuando por
vía de acción subrogatoria se inicia un proceso haciendo valer un derecho ajeno y se lo
sigue hasta el final); especial sólo para uno o más actos procesales y no para el resto de
la actividad procesal (por ej. en cualquier hipótesis de sustitución procesal, hasta la más
modesta, para apelar la sentencia definitiva, si se ha abstenido de apelar el titular del
interés).
(17) El CCiv.yCom. prevé acción directa tratándose de subcontrato (arts. 1071 y 1072),
locación de cosas (art. 1216), leasing (arts. 1231 y 1232) y mandato (art. 1327). Ver
Lorenzetti, Ricardo L., Código Civil y Comercial de la Nación comentado, t. V, Ed.
Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2015, ps. 37 y 38.
(20) Cfme. Alterini, Jorge H., Código Civil y Comercial Comentado. Tratado exegético,
t. IV, Ed. La Ley, Buenos Aires, 2015, comentario al art. 742 CCiv.yCom.