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Ángela Viviana Quintero Hernández

Ingeniería de sistemas y telecomunicaciones


Universidad Sergio Arboleda

A veces, y sobre todo en la actual situación, muchas personas nos hemos sentido con una
mente y un cuerpo cansados, ausentes, agobiados, angustiados y hasta desconectados, no
solo en nuestro exterior sino en el interior, nuestro cuerpo y nuestra mente, estos
estancamientos emocionales y espirituales se reflejan en nuestro cuerpo, por consiguiente
esto se ve reflejado en nuestro alrededor. Es completamente normal sentirnos así y hay que
abrazar esos sentimientos y esas emociones, hay que sentir y comprender lo que estamos
atravesando en esos momentos, no evitarlos ni esconderlos, puesto que somos seres
conscientes, sintientes y sobretodo variantes. Muchas veces creemos que estos
sentimientos no los merecemos y culpamos a otras personas, o quizá a otro ser superior, de
nuestra situación y, sí, quizá no merezcamos lo que está pasando, pero ya estando
pasando por una situación que no nos agrada mucho, que nos genera rabia, dolor, tristeza,
ansiedad y demás, debemos trabajar para que no nos afecte y al contrario nos ayude a
crecer. Todo este proceso con la ayuda necesaria es posible superar y aprender de ello,
acompañado por técnicas o métodos, y uno de ellos es, dar sentido o propósito al ser. Esto
se logra a través de darle mi importancia y mi total atención a otro ser, ahí es donde viene
el protagonismo de las monulas, por ejemplo el ser que le voy a entregar mi energía y mi
atención es una planta, está monula que proviene de la naturaleza genera un bienestar
gigante porque, en mi caso personal, son las que generan esa motivación para salir
adelante y aprender cosas nuevas y al momento que esa planta o esas plantas muestran
progreso, ya sea floreciendo o creciendo, genera un sentimiento de placer y bienestar. Lo
mismo pasa con la monula de los animales, cuando se le entrega total atención y cuidado a
un ser, tan maravilloso, como es un animal y a cambio sentir el amor, el cariño y la
compañía de este pequeño ser, el nivel de satisfacción y bienestar puede ser hasta mayor
que con el de las plantas. Pero nuestra atención y cuidado no puede enfocarse solamente
en los seres vivos, sino también en los objetos materiales que nos rodea como la cama, la
alcoba, la sala de la casa de cada quien, en general de la casa en la que habitamos, en la
que dormimos, en la que sentimos, en la que amamos y a la que amamos. Estos gestos de
cuidado y de atención que debemos tener con nuestro entorno no debería tener una
distinción de clases, razas o géneros, este sentimiento de cuidado a lo largo de la historia
ha sido impuesto a las mujeres pero si estas mujeres tenían la autoridad y la capacidad
económica para ceder las tareas de cuidados a otras mujeres de un estatus más bajo y de
otra procedencia, actualmente esto ha venido cambiando debido a la revolución de las
razas o etnias marginadas y la revolución de las mujeres, estos movimientos han hecho que
cada persona ya sea hombre, mujer, de clase alta, de clase baja, “blanco”,
afrodescendiente, indigena, y demas se hagan cargo de los cuidados de los seres más
vulnerables o de los objetos de casa quien.
En conclusión, cualquier persona que desee salir de una situación angustiante, agobiante,
de desee un placer y un bienestar puede empezar con el cuidado de su cuarto, de su casa,
de algunas plantas o de algún animal, esto dará sentido y motivación a la vida.

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