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2007)
Curso de Ecología General, II de 2014
Introducción
La ciencia sirve para resolver problemas. Sin embargo, una evaluación general de
la literatura científica demuestra que muchos textos no parecen dar una
contribución tangible a la solución de cualquier cosa. ¿Por qué? Hay al menos dos
razones: En primer lugar, el problema no siempre está claramente identificado, y
segundo, incluso cuando parece que hay un problema relevante y claro, el texto
no siempre es lo suficientemente explícito para comunicarlo y explicar su solución
en una forma efectiva. La solución es pensar más claro y escribir mejor. Fácil de
decir! ¿Pero, cómo hacerlo?
Para los matemáticos, los axiomas son afirmaciones que no requieren prueba, por
ejemplo, la igualdad – no es necesario demostrar que si dos cosas son iguales a
una tercera, son también iguales entre sí. En el otro extremo de la objetividad,
tenemos la reificación: la promoción de una entidad abstracta en algo palpable. La
reificación es más o menos "cosificación" o hacer una cosa (el carro ecológico,
p.ej.). Este concepto representa el error accidental de tomar lo abstracto por
concreto. No hay necesidad de formular una definición biológica de axioma para
entender que algunos conceptos biológicos están muy cerca de lo axiomático. Los
conceptos de reproducción, supervivencia, tamaño de la población y la tasa de
crecimiento de la población, por ejemplo, tienen significados que son relativamente
unánimes en la cabeza de todos los científicos. Pero si pensamos en cosas como
la biodiversidad, la fragmentación, o el equilibrio ecológico...allí ya se hace más
difícil que todo el mundo hable la misma lengua. La complicación viene de que
estos conceptos son, en principio, cosas muy abstractas que están incorporadas
en los textos científicos como si tuvieran un significado unánime y medible en la
cabeza de todas las personas, cosa que no es así.
Los problemas científicos formulados con base en conceptos axiomáticos suelen
tener alta probabilidad de llegar a soluciones y progreso. Estos problemas suelen
tener corta vida y una vez resueltos se abandonan, para dedicarse a nuevos
problemas. Las formulaciones basadas en reificaciones, por su parte, tienden a
conducir a la confusión, pérdida de tiempo y polémicas sin fin, que se arrastran por
décadas sin nunca ser resueltas.
Los dos objetivos fundamentales del ensayo son: pensar con claridad y escribir
con gentileza. Al pensar, los conceptos deben ser bien definidos. Al escribir, hay
que ayudar sinceramente al lector a entender las ideas del autor y no sólo
liberarse impacientemente de la obligación de escribir, o cumplir con la exigencia
académica del curso de Ecología General.
El tema del ensayo será un problema (o una pregunta) de Ecología escogido por
el alumno. El problema puede ser (pero no tiene que ser) sobre el tema en que
ustedes pretenden trabajar como tesis. Lo importante es que el problema aún no
haya sido resuelto y que usted consiga argumentar la importancia de trabajar en
él. Esta es una oportunidad para pensar lo más honestamente posible sobre lo
que le gustaría hacer en su vida profesional en los próximos años. El ensayo
requiere presentar dos argumentos fuertes sobre la relevancia del problema,
seguidos de un breve enunciado de la estrategia para resolverlo. Al inicio habrá
una breve introducción y al final una breve conclusión.
El Formato
Sexta frase. Resume, en una frase, ¿cuál es su estrategia para resolver este
problema?.
Criterios:
3. Estructura II: Claridad de la definición de los dos argumentos (el final del
primer párrafo).
10. Título (0 cuando el título no prepara ni alienta al lector para lo que sigue).