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UNIVERSIDAD METROPOLITANA

LITERATURA Y CINE (FBEHU15)

PROF.: ALESSANDRA HERNÁNDEZ

BIBLIOTERAPIA Y CINETERAPIA – ENTREVISTA IMAGINARIA

Andrea Goncalves

C.I.: 26.666.199

Carné: 20171110271

Licenciatura en Idiomas Modernos

Caracas, 21 de julio de 2018.


Entrevista imaginaria a: Prof. Robert Langdon

Soy la profesora de Historia lingüística en la Universidad Salzburg (Austria), Andrea


Goncalves, y hoy me encuentro con el profesor de Iconología y Simbología de la
Universidad de Harvard, Robert Langdon. Él es experto en semiótica e iconografía
religiosa, y ha escrito numerosos libros respecto al tema, como: La simbología de las
sectas secretas, El arte de los Illuminati, El lenguaje perdido de los ideogramas, entre
otros. Esta semana me acompañará en mi clase magistral sobre la relación de la semiótica
y la lingüística en la época renacentista.

Para facilitar nuestro pronto trabajo, le he pedido al Prof. Langdon que se reuniera
conmigo para hacerle algunas preguntas respecto a sus conocimientos en el área de la
semiótica o semiología en el arte renacentista, así como sobre sus viajes de trabajo para
investigar o dar conferencias respecto a su área de experticia. Él es un hombre alto,
atlético y reservado, cuyo estilo suele ser descrito como “Harrison Ford con chaqueta de
Tweed”; es un intelectual estadounidense reconocido por ser directo, persuasivo y
motivador a la hora de hablar, especialmente en sus clases de símbolos, su historia y su
relación con la sociedad.

Nos reunimos en la oficina que ocupo en la universidad al mediodía, y nos


sentamos uno frente al otro en dos sillas en medio de la sala. El profesor sonríe
amablemente para luego beber de su vaso de café, esperando que yo comience a
preguntarle. Por lo que digo: «Muchísimas gracias por acompañarme, Prof. Langdon. Sé
que es un hombre ocupado, así que aprecio su ayuda para este trabajo», a lo que él
responde: «No se moleste Srta. Goncalves, siempre es un placer para mí compartir lo que
sé con nuevos colegas y estudiantes».

Decido comenzar entonces, diciendo: «Excelente, profesor. Comencemos


entonces. Usted sabe que mi área es la lingüística, estudiar el lenguaje, las lenguas y su
origen. Para hablar de esto último, necesito algo de ayuda de la semiología; ¿puede
decirme, con sus propias palabras, cuál es el papel de la semiología en la lingüística?», a lo
que él responde con una pequeña sonrisa: «El origen de esta relación se lo debemos a las
teorías del lingüista Ferdinand de Saussure, el cual supongo conoces muy bien, y del
filósofo C.S. Peirce. Ellos basaron sus teorías en la distinción fundamental dentro del signo
entre su forma escrita y lo que representa, que se define como arbitrariedad…».

«…Sin embargo, ellos nunca tuvieron contacto directo, aunque trabajaban


simultáneamente. De hecho, el concepto de semiología como la ciencia que estudia los
signos en la vida social –cuyos signos más importantes son los del lenguaje-, fue
introducido primero por Saussure en Ginebra, en 1908; Peirce concibió este mismo
concepto con el nombre de semiótica, pero enfocado a su función como base de la lógica.
Se estableció entonces que la lingüística forma parte del estudio de la rama de la
semiología o semiótica, a pesar de numerosos debates al respecto».

Digo entonces: «Esto último me es curioso, profesor. Ciertamente, si no existieran


los signos y símbolos, posiblemente tampoco lo haría el lenguaje; ellos son parte del
origen del pensamiento humano». Luego de dejar su taza en mi escritorio, él responde
juntando sus manos: «Correcto. Los símbolos son una lengua que nos puede ayudar a
entender el pasado, nuestro pasado. Y como dice el dicho, “una imagen vale más que mil
palabras”, pero ¿cuáles palabras? Cada símbolo tiene una interpretación, nacieron de una
idea u objeto para describirlo; ellos son el origen del lenguaje, y posteriormente, de la
lengua, aunque esto ya no es mi área», y me mira divertido.

A lo que respondo, sonriendo: «Cierto, es la mía. Pero dígame, ya que usted es


experto simbología religiosa, ¿qué cambios se presenciaron durante el Renacimiento que
tuvieran relación con la semiología?». El profesor me responde: «Buena pregunta. Usted
sabe lo que caracteriza a esta época, ¿verdad?», «La iluminación, el final del dominio de la
Iglesia católica sobre las personas para controlarlas, y el inicio del dominio de la razón y la
ciencia», «Así es. Por lo tanto, no es difícil imaginar que con este giro respecto a las
creencias, nuevos símbolos, distintos de los religiosos que todos conocían, hubiesen sido
creados…».

«…En esta época, aunque no se tenía una definición de semiología o semiótica, ya


se ponía en práctica. Los nuevos científicos, como Descartes, Bacon y Galileo,
consideraban que la naturaleza estaba llena de símbolos, especialmente matemáticos, y
estos debían ser leídos para entender el funcionamiento del mundo». Interesada, le digo:
«¿Qué clase de símbolos se “leyeron” entonces?». Él, divertido, contesta: «Para ser
honesto, lo mejor sería preguntarle a estos científicos. Lo que sí puedo decirle, es que
para la época de la Ilustración, el científico John Locke habló de la existencia de tres
ciencias, siendo la última la semiótica, la ciencia de las palabras y la lógica».

Luego de reír, respondo: «Bueno, digamos que fue un buen comienzo para el Sr.
Peirce», «Ciertamente» me contesta con una gran sonrisa. Le pregunto: «Para cambiar un
poco el tema, ¿normalmente qué hace en su tiempo libre, cuando viaja a otros países por
trabajo?», dice él: «Me fascinan los museos, como debes imaginar. Conocer la historia de
ciertos lugares que tienen relación con mi trabajo, es un pasatiempo que disfruto. Aunque
recorrer lugares históricos no puede faltar en mi lista si el tiempo es bueno conmigo. Por
ejemplo, cuando estoy en Francia, me gusta caminar por la Avenue des Champs-Élysées, o
la avenida de los Campos Elíseos».
Luego le digo: «Gracias, profesor. Para terminar, ¿por qué lleva un reloj de Mickey
Mouse? Imagino que debe tener un sentido simbólico para usted». Con una sonrisa
cansada, contesta: «Fue un regalo de mis padres hace muchos años. Es mi símbolo para
recordar que debo ser siempre joven en voluntad y espíritu. Tiene un gran valor
sentimental». Con una sonrisa, contesto: «Gracias, Prof. Langdon. Espero trabajar seguido
con usted». Con una mirada de agradecimiento, contesta: «Lo mismo digo, Srta.
Goncalves. Gracias por llamarme».
Bibliografía
Brown, D. (2000). Ángeles y Demonios. Estados Unidos: Pocket Books.

Brown, D. (2003). El Código Da Vinci. Estados Unidos: Doubleday.

Brown, D. (2009). El Símbolo Perdido. Estados Unidos: Doubleday.

Brown, D. (2013). Inferno. Estados Unidos: Doubleday.

Brown, D. (2017). Origen. Estados Unidos: Doubleday.

Círculo de Lectores. (2001). Enciclopedia Ilustrada Siglo XXI. Bogotá: Editorial Printer
Latinoamericana Ltda.

Howard, R. (Dirección). (2006). El Código Da Vinci [Película].

Howard, R. (Dirección). (2009). Ángeles y Demonios [Película].

Howard, R. (Dirección). (2016). Inferno [Película].

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