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Velocidad Desincronizada.
JORGE MONCAYO.
Hartmut Rosa, con este artículo nos da a entender, que la aceleración social se da a partir de
unas consecuencias éticas y políticas de una sociedad de alta velocidad desincronizada;
entendiendo la desincronización como algo que no se produce al mismo tiempo que otro
hecho, fenómeno o circunstancia.
Con este artículo el autor busca desarrollar un concepto coherente de la aceleración social
mediante la distinción entre aceleración tecnológica, aceleración del cambio social y
aceleración del ritmo de vida. También el autor pretende identificar los motores impulsores
y las consecuencias éticas y políticas de la aceleración.
Se parte de que, existe un gran número de fenómenos sociales a los cuales se les puede
aplicar el concepto de aceleración. Los atletas parecen correr y nadar cada vez más rápido,
los computadores procesan cada vez a una mayor velocidad, la comunicación y el
transporte necesitan sólo una fracción de tiempo con relación al siglo pasado, las personas
parecen dormir cada vez menos, los vecinos se instalan y se mudan de sus apartamentos
con mayor frecuencia. Este fenómeno se lo puede separar en 3 categorías distintas:
2. La aceleración del cambio social: Las actitudes y los valores como la moda y los estilos
de vida, las relaciones sociales y las obligaciones, así como los grupos, las clases, los
lenguajes sociales y también las prácticas y hábitos, se dice que cambian a un ritmo
cada vez mayor.
El filósofo alemán Hermann Lübbe (1998), afirma que las sociedades occidentales
experimentan lo que él llama una “contracción del presente” como consecuencia de las
aceleradas tasas de innovación cultural y social.
Existe un cambio en los ámbitos del trabajo y de la familia: antes en las sociedades
premodernas el hijo heredaba la ocupación del padre. En la modernidad clásica los
hijos son libres de elegir su propia profesión para toda la vida. En la modernidad tardía,
los trabajos cambian a un ritmo más rápido que las generaciones.
3. Aceleración del ritmo de vida: El ritmo de la vida está relacionado con la aceleración
tecnológica; ya que esta última describe la disminución del tiempo necesario para
llevar a cabo procesos y acciones cotidianas de producción y reproducción,
comunicación y transporte. Hay una tendencia a comer más rápido, dormir menos y
comunicarse menos con nuestros familiares en comparación con nuestros ancestros
(Garhammer 1999). Se hacen más cosas simultáneamente, como cocinar, ver televisión
y hacer llamadas telefónicas al mismo tiempo (Benthaus-Apel 1995).
3. El motor estructural: En una sociedad que está estructurada a lo largo de las líneas de
los “sistemas” funcionales, como la política, la ciencia, el arte, la economía, la ley, etc.,
la complejidad aumenta inmensamente. La creciente complejidad y contingencia crean
una abundancia de opciones y posibilidades.
La política se vuelve un mero ‘salir del paso’ (descrito por Luhmann como la primacía
del corto plazo) con soluciones cada vez más provisionales y temporales, asegurando
que los temas continúen reapareciendo en la agenda.
Este artículo concluye, con la reflexión de que en un mundo moderno tardío globalizante,
no sólo la estructura psíquica de los individuos, sino también las pautas temporales de la
democracia corren el riesgo de verse sobrecargadas por la presión que emana de la rápida
aceleración de las transacciones económicas, el progreso tecnológico y el cambio cultural.