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VACÍOS JURÍDICOS EN LA PRÁCTICA DE CIRUGÍAS ESTÉTICAS: UN

PROBLEMA DE POLÍTICA PÚBLICA

LEGAL VOIDS IN THE PRACTICE OF AESTHETIC SURGERIES: A PUBLIC


POLICY PROBLEM

ANGÉLICA MARÍA MARÍN MARTÍNEZ

SEMILLERO DE INVESTIGACIÓN EN GESTIÓN DE POLÍTICAS PÚBLICAS


FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS
UPB - UNIVERSIDAD PONTIFICA BOLIVARIANA – SECCIONAL PALMIRA
C.P. 763531 – PALMIRA – VALLE DEL CAUCA, COLOMBIA
angimarin13@hotmail.com
RESUMEN

El mundo moderno, ha privilegiado la belleza física sobre los valores, la medicina a través de
la cirugía plástica, posibilita realizarse procedimientos para corregir o cambiar aquello que la
naturaleza no ofreció. Sin embargo, los resultados esperados no siempre son positivos.

La causa principal de los procesos que hay judicialmente por consecuencias negativas de
procedimientos estéticos, es el vacío jurídico de la legislación colombiana en relación con esta
práctica y la apertura de clínicas para desarrollar actividades invasivas, sin control de las
autoridades; éste como problema de investigación será el objeto de análisis del presente artículo.

Como método de investigación se propone una revisión bibliográfica acerca de algunos


estudios desarrollados sobre el tema de la responsabilidad médica en cirugías estéticas y algunos
pronunciamientos que las altas cortes colombianas han realizado, como sustentación de una
propuesta que sirva de insumo para estructurar una política pública de orden nacional y coadyuve
con la solución de esta problemática. Se toma como referente teórico al doctor José Manuel
Martínez – Pereda, quien en su obra: “la cirugía estética y su responsabilidad”, realiza un
estudio acerca de las implicaciones jurídicas de los procedimientos estéticos y la responsabilidad
médica que pudieran tener los profesionales en dichas intervenciones.

PALABRAS CLAVES: Cirugía estética, responsabilidad médica, aspectos jurídicos de la


práctica médica, vacíos jurídicos.
ABSTRACT

The modern world has privileged physical beauty over values, medicine through plastic
surgery, makes it possible to perform procedures to correct or change what nature did not offer.
However, the expected results are not always positive.

     The main cause of the processes that there are judicially due to negative consequences of
aesthetic procedures, is the legal vacuum of the Colombian legislation in relation to this practice
and the opening of clinics to develop invasive activities, without control of the authorities; this as
a research problem will be the object of analysis of this article.

     As a research method, a bibliographic review is proposed about some studies developed on
the subject of medical responsibility in aesthetic surgeries and some pronouncements that the
Colombian high courts have made, as support for a proposal that serves as an input to structure a
public policy of national order and contribute to the solution of this problem. Dr. José Manuel
Martínez - Pereda is taken as a theoretical reference, who in his work: "aesthetic surgery and its
responsibility", makes a study about the legal implications of aesthetic procedures and the
medical responsibility that professionals may have in said interventions.

KEY WORDS:

Cosmetic surgery, medical responsibility, legal aspects of medical practice, legal gaps.
INTRODUCCIÓN

La cirugía plástica, como especialidad médica presenta dos variaciones de gran


reconocimiento social: la estética y la reconstructiva. En este artículo se hace énfasis en los
resultados no deseados, o negativos de los procedimientos de cirugías estéticas, teniendo en
cuenta, que si bien, no es una práctica reciente, en los últimos años por la gran demanda de éstos,
ha aumentado también considerablemente los problemas jurídicos en este campo.

Al jurista le corresponde conocer, analizar e interpretar el contenido de las normas para


ponerlas al servicio del contexto socio-cultural para el cual fueron creadas, como quiera que en él
recae la enorme responsabilidad de administrar justicia a través de las instancias creadas para
ello, de defender los derechos vulnerados, de coadyuvar en el razonamiento de los contenidos
normativos, y los alcances jurisprudenciales y de buscar el equilibrio social a través de la
concretización de las pautas y políticas legalmente constituidas.

Por todo ello, cuando se detectan vacíos jurídicos que impactan negativamente grupos
poblacionales significativos o que atentan contra los derechos fundamentales, es el jurista el
profesional llamado a realizar el análisis del caso y a evidenciar a través de la investigación esas
falencias. Fue ésta precisamente la base y motivación del presente trabajo, ya que la
responsabilidad médica en el ejercicio de la medicina estética en Colombia es un tema aún no
abordado desde el punto de vista jurídico de la norma en relación con el resultado.

En este artículo se intenta realizar una reflexión acerca de un tema que en los últimos años ha
sido motivo de polémica y análisis de legisladores y doctrinantes, pues la demanda existente de
procedimientos estéticos y las malas praxis de estos, realizadas por profesionales cuya idoneidad
para practicarlos, se pone en duda al visibilizarse los resultados o la proliferación de las llamadas
“clínicas de garaje” donde personas sin la preparación médica adecuada, han puesto en peligro la
vida de muchas personas, ha llevado a poner sobre la mesa, una problemática que hasta ahora se
le está dando la atención requerida y es que existe un vacío jurídico en la normatividad
colombiana para regular la práctica médica de la cirugía estética.
Para este análisis se debe tener en cuenta, la evolución jurisprudencial de las demandas que
por cirugías estéticas se han impetrado en el país, desde los casos en los cuales los afectados no
tenían otra opción que resignarse a un mal resultado, hasta la acción de tutela como mecanismo
que ha permitido reclamar derechos que se creen vulnerados cuando el producto de un
procedimiento es indiscutiblemente opuesto al ofrecido o acordado.

Finalmente se realiza una propuesta en la línea de investigación del Semillero en gestión de


políticas públicas con el fin de plantear algunas pautas que podrían ser útiles en la solución de un
problema que ya ha cobrado muchas vidas humanas.
El derecho a la salud en Colombia

Para identificar el porqué de la existencia de los vacíos jurídicos en materia de


responsabilidad médica en malos resultados de cirugías estéticas, es necesario conocer un poco
acerca las características que ha tenido a través de la historia reciente, el tema de salud en
Colombia. Ahora bien, las características del Estado colombiano, previas a la Constitución de
1991, estaban dadas por un Estado “asistencialista” lo cual se evidencia en el artículo 19 de la
reforma constitucional de 1936 en la que se menciona: “La asistencia pública es función del
Estado. Se deberá prestar a quienes careciendo de medios de subsistencia y de derecho para
exigirla de otras personas, estén físicamente incapacitados para trabajar. La ley determinará la
forma como se preste la asistencia y los casos en que deba darla directamente el Estado”.

Según el mismo documento y en vía del análisis pertinente para el caso, se destacan tres
elementos especialmente útiles de este artículo, a saber:

a. El Estado subsidia sólo en los casos en que la persona “carece de medios”


b. La salud es, ante todo, exigible a terceros antes que al Estado
c. El trabajo es un deber del cual deriva el derecho a ciertos servicios de salud

Con mínimas variaciones, este concepto se mantuvo hasta la constitución de 1886, el Estado
fue eminentemente benefactor y se consagra como prestador directo de servicios públicos. Sin
embargo, dicho modelo entra en crisis y ocasiona a su vez una “crisis fiscal”, pues en el caso del
servicio público de salud, ofertado bajo el principio de beneficencia pública sin prever la
sostenibilidad económica del sistema.

La salud como derecho fundamental

El debate de este análisis se centra en los vacíos jurídicos que presenta la legislación
colombiana en materia de la praxis médica en cirugías estéticas, campo estrechamente ligado al
ámbito de la salud, considerada derecho fundamental, por lo que analizar ésta a la luz de los
problemas jurídicos que se presentan a partir de los resultados negativos en procedimientos
estéticos, permite establecer las medidas que se deberán adoptar a fin de asegurar la plena
efectividad del derecho a la salud: “Reducción de la mortalidad infantil y garantizar el sano
desarrollo de los niños; el mejoramiento de la higiene del trabajo y del medio ambiente; la
prevención y el tratamiento de las enfermedades epidémicas, endémicas, profesionales y de otra
índole, y la lucha contra ellas; la creación de condiciones que aseguren el acceso de todos a la
atención de la salud.”

Igualmente la Observancia General No. 14 del Comité de Derechos Económicos, Sociales y


Culturales establece unos estándares básicos para el derecho a la salud, como son:
disponibilidad, accesibilidad, aceptabilidad y calidad.

Es importante anotar, como antecedente, que si bien inicialmente la salud no fue ubicada
constitucionalmente en el llamado grupo de derechos fundamentales (artículos 11 al 41),
jurisprudencialmente la Corte conceptuó a través de la Sentencia T-760 de 2008 que éste era un
derecho fundamental, pues en dicha Sentencia, realizó un extenso y completo análisis de las
diferentes sentencias y de los conceptos que repetidamente han llevado a esa Corporación a
clasificarlo como tal, hasta que finalmente, a través de la Ley 1751 de 2015, llamada también
Ley Estatutaria en Salud se consagra como derecho fundamental con reconocimiento autónomo.
Algunos argumentos expuestos para ello, son:

El derecho a la salud es un derecho constitucional fundamental. La Corte lo ha protegido


por tres vías. La primera ha sido estableciendo su relación de conexidad con el derecho a
la vida, el derecho a la integridad personal y el derecho a la dignidad humana, lo cual le ha
permitido a la Corte identificar aspectos del núcleo esencial del derecho a la salud y
admitir su tutelabilidad; la segunda ha sido reconociendo su naturaleza fundamental en
contextos donde el tutelante es un sujeto de especial protección, lo cual ha llevado a la
Corte a asegurar que un cierto ámbito de servicios de salud requeridos sea efectivamente
garantizado; la tercera, es afirmando en general la fundamentalidad del derecho a la salud
en lo que respecta a un ámbito básico, el cual coincide con los servicios contemplados por
la Constitución, el bloque de constitucionalidad, la ley y los planes obligatorios de salud,
con las extensiones necesarias para proteger una vida digna. A continuación, pasa la Corte
a delimitar y caracterizar el derecho a la salud, en los términos en que ha sido consignado
por la Constitución, el bloque de constitucionalidad, la Ley y la jurisprudencia.

Anterior a esta Sentencia, los ciudadanos por vía de tutela solicitaban su protección, por
conexidad con otro derecho considerado como fundamental en el texto constitucional, postura
que ha sido reiterada por esa corporación en numerosos pronunciamientos, como las sentencias
SU-225 de 1998, SU-819 de 1999, T-227 de 2003, T-571 de 1992, entre otras.

Normatividad colombiana sobre cirugía estética

Como ya se ha dicho, en Colombia aún no existe legislación en el campo de la cirugía


estética. En varias oportunidades, ha tratado de darse trámite a iniciativas legislativas para su
regulación; sin embargo, estás han fracasado, entre otras razones, porque grupos de médicos
generales y especialistas de diferentes áreas, han presentado sus objeciones, basándose en
argumentos que a juicio propio, pueden resumirse como:

1. Violación al derecho al trabajo, de quienes sin una especialización en cirugía plástica,


pero con años de práctica médica, han venido dedicándose con éxito a la realización de
este tipo de intervenciones.

2. Existencia de un supuesto interés en el establecimiento de un monopolio de la cirugía


estética por parte de los cirujanos plásticos.

3. Estadísticas según las cuales el número de cirujanos plásticos titulados demandados por
complicaciones relacionadas con procedimientos estéticos es mayor, que el de médicos
generales o de otras especialidades que practican la cirugía estética, investigados por el
mismo tema.

4. Injusticia social con aquellos colombianos cuyos recursos no les permitirían acceder a
procedimientos estéticos realizados exclusivamente por especialistas.
5. Reconocimiento del ámbito internacional, en el cual ningún país del mundo tiene una ley
que les permita a los cirujanos plásticos tener el monopolio absoluto de las cirugías
estéticas.

Según lo analizado hasta aquí, es claro que ha sido prácticamente imposible que en Colombia
se reglamente el ejercicio de la cirugía estética, sin embargo, existen algunas propuestas para
regular su ejercicio y normas, nacionales y locales, en procura de hacer una reglamentación de
éste, a través de las cuales se pretende minimizar los riesgos de realización de este tipo de
intervenciones en centro médicos no autorizados y por parte de personal no apto para ello.
Algunas de ellas son:

 Resolución 1439 de 2002 del Ministerio de Salud y Protección Social: Por la cual se
adoptan los Formularios de Inscripción y de Novedades para el Registro Especial de
Prestadores de Servicios de Salud, los Manuales de Estándares y de Procedimientos, y se
establecen las Condiciones de Suficiencia Patrimonial y Financiera del Sistema Único de
Habilitación de Prestadores de Servicios de Salud y los definidos como tales. Se destacan
en esta Resolución:

ARTÍCULO 1. Adoptar el Formulario de Inscripción en el Registro Especial de Prestadores


de Servicios de Salud y el Formulario de Reporte de Novedades, el Manual de Estándares
que establece las Condiciones Tecnológicas y Científicas para la Habilitación de Prestadores
de Servicios de Salud y los definidos como tales y el Manual de Procedimientos para la
Habilitación de Prestadores de Servicios de Salud y los definidos como tales, los cuales
forman parte integrante de la presente Resolución.

ARTÍCULO 2. La formulación de estándares de las condiciones de capacidad tecnológica y


científica está orientada por los siguientes principios:

a. Fiabilidad: La aplicación de cada estándar es explícita y clara, la evaluación


objetiva y homogénea.
b. Esencialidad: las condiciones de capacidad tecnológica y científica, son
indispensables, suficientes y necesarias para reducir los riesgos a la vida o la salud
de los usuarios.

c. Sencillez: La formulación de las condiciones de capacidad tecnológica y


científica, deben ser fáciles de entender.

 Resolución 2263 de 2004 del Ministerio de Salud y Protección Social: Por la cual se
establecen los requisitos para la apertura y funcionamiento de los centros de estética y
similares y se dictan otras disposiciones. Esta Resolución es de “obligatorio
cumplimiento para la apertura y funcionamiento de los centros de estética, institutos de
belleza, centros de bronceado y demás establecimientos donde se realicen procedimientos
cosméticos, faciales o corporales. Los establecimientos en los que se aplican técnicas con
finalidad terapéutica, intervenciones quirúrgicas, microcirugías (tatuaje), procedimientos
invasivos (piercing), implantes o preparaciones cosméticas, deberán cumplir en todo
momento con la reglamentación vigente en lo relacionado con los prestadores de
servicios de salud”. Igualmente se menciona en ella que “Los Centros De Estética,
Cosmetología E Institutos De Belleza sólo están autorizados para la realización de
tratamientos cosméticos, de estética personal, deben disponer de recintos aislados y
realizar procedimientos no invasivos. Los piercings, tatuajes, implantes de botox,
inyecciones subdérmicas y otros similares son considerados tratamientos de tipo invasivo
y no podrán realizarse en este tipo de instituciones”.

 Resolución 2003 de 2014 del Ministerio de Salud y Protección Social: Por la cual se
definen los procedimientos y condiciones que deben cumplir los prestadores de servicios
de salud para habilitar los servicios y se dictan otras disposiciones. En esta Resolución el
objeto y campo de la acción son:

a. Las instituciones prestadoras de servicios de salud

b. Los profesionales independientes de la salud


c. Los servicios de transporte especial de pacientes

d. Las entidades con objeto social diferente a la prestación de servicios de salud, que
brinden servicios de baja complejidad y consulta especializada, que no incluyan
hospitalización ni cirugía.

e. Las entidades departamentales y distritales de salud, en lo de su competencia.

Según esta Resolución, las condiciones que deben cumplir los prestadores de servicios de
salud, para habilitar sus servicios son:

1. Capacidad técnico – administrativa: la cual deberá verse reflejada en aspectos como:


contar con el personal idóneo, es decir, debidamente capacitado para prestar los servicios
que se ofrecen.

2. Suficiencia patrimonial y financiera: a través de la acreditación de patrimonio económico


suficiente para sostener recurso humano e infraestructura. Y

3. Capacidad tecnológica y científica: Es necesario demostrar que se cuenta con los equipos
y la tecnología necesarios para la atención en Salud.

Se debe además adoptar el “Manual de habilitación de Prestadores de Servicios de Salud” e


inscribirse en el “Registro Especial de Prestadores de Servicios de Salud –REPS”.

 Proyecto de Acuerdo 113 de 2010 del Concejo de Bogotá D.C.: Por medio del cual se
establece el Sistema Único de información al ciudadano de centros de estética y cirugía
plástica que funcionan en el Distrito Capital. En él se “Busca establecer en el Distrito
Capital un sistema único de información de centros de estética y cirugía plástica que
funcionan en la Capital, esto con el fin de brindar a las personas una mayor información
del lugar donde desea ser intervenido”. Esto ya que, según el mismo Proyecto: “Es
necesario que en el Distrito Capital se establezca un sistema único de información; para
que cualquier persona puede consultar el nombre del centro de estética o establecimiento
donde pretende realizarse el procedimiento quirúrgico, e información del cirujano
avalado por los organismos pertinentes”. Como resultado de este proyecto se implementa
un Sistema Único de Habilitación de la Secretaría Distrital de Salud para garantizar el
cumplimiento de los requisitos de ley a los centros de estética.

Obligación del cirujano frente a los resultados en cirugías estéticas

Cuando se habla de obligación, necesariamente se está correlacionando dos variables: acción


y resultado, en el campo de la medicina, la obligación se deriva de una relación médico –
paciente, en virtud de la cual, el primero asume la responsabilidad de realizar un o unos
procedimientos para que el segundo mejore su salud y consecuentemente su calidad de vida. En
esa misma línea se viene dando también una vasta discusión acerca de si la naturaleza de esa
relación es contractual o extracontractual. Al respecto, en su obra Prueba de la culpa médica,
Roberto Vázquez Ferreyra, en alusión al jurista argentino Guillermo Borda, dice:

“La responsabilidad médica es de naturaleza extracontractual, pues no surge ella de la


celebración de un contrato, sino de las obligaciones que impone el ejercicio de la
medicina, haya o no contrato”. Sin perjuicio de ello, el ilustre jurista reconoce que la
opinión predominante considera que como regla general la responsabilidad que nos ocupa
es de orden contractual…sin perjuicio de que en ciertos casos existen excepciones que
justifican la aplicación de las normas que rigen la responsabilidad extracontractual.
(Vázquez, 1995, p. 45).

Específicamente con relación a la obligación de medio, el doctor Juan Carlos García


Huayama, en su texto La responsabilidad civil de los cirujanos plásticos, afirma: “…en las
obligaciones de medios el deudor no asegura un resultado sino tan solo se compromete a seguir
diligentemente la conducta que ordinariamente conduce al mismo, pero que bien puede no
producirlo;” (García, 2005, p.8).

Por su parte, el tratadista Marcelo López Mesa, afirma que esta obligación “consiste en
brindar una atención diligente e idónea del enfermo sobre la base de las reglas del arte de la
medicina y su evolución, conforme los principios científicos que el título presupone, en procura
de una curación, pero sin asegurar que dicho resultado perseguido se va a lograr…” (López,
1991, p.3)

Sin embargo, la SCODEM, desde su sitio web oficial, ratifica su postura como defensora
absoluta de la obligación de resultado en cualquier campo de la medicina (esto incluye,
obviamente la cirugía estética), lo cual se puede interpretar fácilmente, desde afirmaciones como:

La anterior posición parece haber sido tenida en cuenta por el Congreso quien por medio
de la famosa Ley de Talento Humano en Salud (Ley 1164 de 2007), definió acertadamente
en su artículo 26 que la relación de asistencia en salud entre médico y paciente es de
medio, posición que compartimos en la sociedad; sin embargo, como muchas de las cosas
en nuestro país las interpretaciones personalísimas de nuestros magistrados, que en el
mejor de los casos no conocen la ley o definitivamente están pasando por encima de ella,
siguen insistiendo que algunas de las obligaciones de los médicos son de resultados;
nosotros seguiremos defendiendo nuestra posición hasta tanto no se dicte una ley más clara
para el ejercicio de las profesiones de la salud.

Quedan aquí en evidencia dos aspectos importantes que pueden concluirse a partir del
análisis de este texto:

1. La Sociedad Colombiana de Derecho Médico (SCODEM), es reacia a admitir siquiera la


posibilidad de imputar algún grado de responsabilidad por incumplimiento de una
obligación de resultado a un profesional de la salud, independientemente de las
circunstancias, condiciones, expectativas que haya creado en el paciente o acervo
probatorio que se presente en un proceso; pues desde la conceptualización básica del tipo
de obligación, éste sólo debe poner sus conocimientos y técnicas al servicio de aquel, sin
comprometerse en lo absoluto con los resultados.

2. SCODEM, no sólo desconoce al parecer intencionalmente los argumentos de los


magistrados que en sus Sentencias han conceptuado con posturas contrarias a la suya,
sino que además pone un manto de duda sobre el conocimiento de éstos acerca de la ley,
atribuyéndoles incluso violación a la misma. Pronunciamientos cuyo peso argumentativo,
teniendo en cuenta el tipo de organismo que lo emite, podría ser, eventualmente objeto de
acciones jurídicas en su contra.

De otro lado, la jurisprudencia colombiana, en algunos de sus pronunciamientos, ha


evidenciado también una cercanía con quienes asumen la postura de defensa de la obligación de
medio, en medicina; inferencia que se hace, a partir de señalamientos como: “Con relación a las
obligaciones que asume el médico frente a su cliente, hoy no se discute que el contrato de
servicios profesionales implica para el galeno el compromiso, sino exactamente de curar al
enfermo, sí al menos de suministrarle los cuidados concienzudos, solícitos y conformes a los
datos adquiridos por la ciencia.” (C.S.J. Sentencia del 12 de septiembre de1985).

En el caso específico de la obligación en cirugía estética, los conceptos cambian radicalmente


en análisis de otros doctrinantes, quienes presentan argumentos evidentemente contrarios de lo
expuesto hasta aquí: “En lo personal, considero que en actos de cirugía estética el galeno asume
una obligación de resultado y en este caso no basta con ser diligentes, sino que es necesario
alcanzar el resultado prometido y esperado por el usuario, pues de otro modo éste no se hubiera
sometido al tratamiento u operación, sin que medie afectación o dolencia alguna”. (García
Huayama, 2005, p.13).

Así pues, lo único claro es que si bien, el acto médico tiene como elemento constitutivo la
obligación y que ésta puede derivar en unas consecuencias jurídicas, ellas dependerán entre otras
cosas del compromiso que haya adquirido con el paciente y de las pruebas que puedan dar cuenta
de que su accionar fue siempre diligente y prudente para determinar a partir de allí, el grado de
responsabilidad que pueda imputársele, cuando los resultados de un procedimiento determinado,
sean contrarios a lo esperado o prometido.
Los criterios de las altas cortes colombianas en relación con la responsabilidad médica en
cirugías estéticas

Como bien se ha dicho, el tema de la responsabilidad médica en cirugía estética ha sido


ampliamente debatido y analizado por las altas cortes de Colombia y fallado a través de
múltiples sentencias en las cuales se ponen de manifiesto los criterios de éstas y la evolución que
jurisprudencialmente se puede reconocer en relación con este tema, esto en razón a que tal como
lo afirma el Doctor Jaime Alberto Arrubla Paucar en el documento: Novedades jurisprudenciales
en materia de responsabilidad médica en la Corte Suprema de Justicia: “La justicia reside en el
equilibrio.

Es evidente que tanto la Corte Constitucional como la Corte Suprema de Justicia, tienen claro
que existe un vacío jurídico que los legisladores aún no han llenado en relación con este tema y
que las noticias diarias acerca del gran número de personas, mujeres principalmente, que se ven
afectadas frecuentemente por malos procedimientos estéticos, producto de los vacíos en la
práctica de esta subespecialidad médica, dan cuenta de la existencia de un problema de salud
pública. En sus pronunciamientos, han tratado de analizar y debatir cada caso en particular y han
conceptuado según el criterio manejado para cada uno. En la web, puede encontrarse un número
bastante alto de demandas por procedimientos estéticos, algunas de ellas, son:

Procesos de la Corte Constitucional:

1. Sentencia T-676 de 2002 Corte Constitucional M.P. Jaime Araújo Rentería


2. Sentencia T-940 de 2007 Corte Constitucional M.P. Jaime Araújo Rentería
3. Sentencia T-278 de 2009 Corte Constitucional M.P. Nilson Pinilla Pinilla
4. Sentencia T-548 de 2011 Corte Constitucional M.P. Humberto Antonio Sierra Porto
5. Sentencia T-381 de 2014 Corte Constitucional M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub
Procesos de la Corte Suprema de Justicia

1. Proceso 05001 3103 000 1996 5497- 01 de 2005 Corte Suprema de Justicia M.P. Pedro
Octavio Munar Cadena
2. Proceso 33920 de 2012 Corte Suprema de Justicia M.P. Augusto J. Ibáñez Guzmán
3. Proceso 40367 de 2012 Corte Suprema de Justicia M.P. Rigoberto Echeverri Bueno
4. Proceso: 20001-3103-005-2005-00025-01 de 2013 Corte Suprema de Justicia M.P.
Arturo Solarte Rodríguez
5. Proceso 53335 de 2014 Corte Suprema de Justicia M.P. Elsy del Pilar Cuello Calderón

Sin embargo y pese a que en Colombia no existe una ley que regule el ejercicio de la cirugía
estética, las Altas Cortes han intentado cubrir los vacíos legales existentes y han establecido
precedentes de gran relevancia para profesionales de la salud y pacientes, que encuentran hoy,
más que en el pasado, la posibilidad de vindicar sus derechos vulnerados a través de
mecanismos como la acción de tutela. Respecto de este tema, el doctor Jorge Bayter coordinador
nacional del Comité de Anestesia para Cirugía Plástica de la Sociedad Colombiana de
Anestesiología y Reanimación, entrevistado por el periódico El País por el lanzamiento de su
libro “Catástrofes en cirugías plásticas” (2015), afirma en relación con el tema:

Todo nace de hecho que no hay una legislación como sí la tienen otros países. En
Colombia desde 1991 tenemos la Ley Sexta donde se dice que solo pueden ejercer
anestesia los anestesiólogos titulados y avalados por el Ministerio de Educación. Eso no
sucede con cirugía plástica, no hay una ley y al no haberla pues quiere decir que cualquier
persona puede hacerlas…

Una mirada retrospectiva y el análisis de los pronunciamientos acerca de las demandas por
resultados indeseados en cirugías estéticas en Colombia, nos permite arribar a conclusiones
como:

 La Corte Suprema de Justicia en el análisis de los casos y los criterios para emitir sus
fallos, hace mayor énfasis en aspectos puramente formales en relación con la
presentación de las demandas, por ejemplo: a quién corresponde la carga probatoria,
imposibilidad del juez constitucional de revisar procesos como si fuera una tercera
instancia, presencia o ausencia de una vía de hecho que amerite el amparo constitucional
invocado, irregularidades sustanciales que afecten el proceso, violación de la ley
sustancial.

 Por su parte, la Corte Constitucional enfatiza más en aspectos materiales como los
fundamentos fácticos y jurídicos que conducen a la apreciación y valoración de las
pruebas, la aplicación e interpretación del derecho, los motivos y razones que conducen a
su concesión o negación, la importancia de los derechos vulnerados y su impacto en la
calidad de vida del accionante.

 Los vacíos jurídicos existentes en la legislación colombiana acerca del ejercicio de la


cirugía estética, imposibilitan que las decisiones judiciales tengan un norte claro que les
permita discernir los hechos de cada caso en concreto a partir de una norma que indique
en forma precisa cuál es la ruta a seguir para determinar responsabilidades cuando los
resultados de las mismas son indeseados, lesivos de derechos fundamentales o para
definir si es de medio o de resultado la obligación del profesional de la salud que practicó
el procedimiento.

Una política pública que eduque en la aceptación y la autoestima y unas normas que
regulen el ejercicio de la cirugía estética: posibilidades para solucionar un problema de
grandes dimensiones

Como política pública se entiende el conjunto de acciones que un Estado, a través de la


Administración Pública ejecuta en beneficio de sus miembros para dar solución a un problema
que les afecta, empleando para ello recursos y expidiendo las normas correspondientes. Desde
esta óptica puede entenderse que el Estado colombiano, en vista de los vacíos jurídicos existentes
para regular la práctica de cirugías estéticas, debe implementar acciones, elaborar programas y
promulgar normas para que su ejercicio no impacte negativamente a la comunidad.
Las secretarías de salud, como entes reguladores de la salud pública en los municipios y
departamentos, tienen como función principal, velar porque tanto instituciones como ciudadanos
mantengan unas condiciones de vida dignas, adecuadas, saludables y en armonía con su entorno.
Ello implica necesariamente, que los ciudadanos conozcan sus derechos y obligaciones en
relación con el cuidado de su salud. Por ello, diseñar una propuesta para solucionar esta
problemática, implica necesariamente la implementación de una política pública que tenga en
cuenta diferentes frentes de acción; un plan de trabajo que involucre instituciones y ciudadanía y
que permanezca en el tiempo, no como un simple plan de gobierno, sino como un conjunto de
acciones continuas que sirvan para educar y sensibilizar en la aceptación propia y la
responsabilidad en el autocuidado. Los elementos a tener en cuenta en la construcción de esa
política pública podrían ser:

 Inclusión de acciones pedagógicas en las instituciones educativas, centros de salud y en


general talleres comunitarios donde se trabajen conceptos como autoestima, imagen
corporal, autoaceptación, respeto por la diferencia y subjetividad del concepto de belleza
física, como pilares del trabajo para coadyuvar a mejorar el concepto y la necesidad de
muchas personas por encajar en los moldes preestablecidos socialmente.

 Educar en los cursos psicoprofilácticos a los futuros padres, para que desde el hogar,
formen ciudadanos con elevada autoestima, capaces de aceptar sus diferencias físicas y
por cultivar valores humanos, antes que priorizar aspectos físicos en sus relaciones
interpersonales.

 Realizar jornadas comunitarias donde se eduque, especialmente a las mujeres en la


importancia de cuidar su salud y de elegir responsablemente los lugares en los cuales se
practican procedimientos estéticos invasivos, si deciden hacerlos.

 Ejercer un control con autoridades de salud, en los cuales se verifique de manera


constante los sitios donde se hacen diversos procedimientos estéticos, para determinar si
cuentan efectivamente con los requerimientos y el personal idóneo para los tratamientos
que ofrecen.
 Cerrar de manera permanente aquellos lugares en los cuales se compruebe que las
prácticas que realizan no responden a las normas técnicas exigidas para procedimientos
invasivos.

 Hacer un seguimiento permanente a establecimientos como SPA´s, Centros de Estética,


Centros de Acondicionamiento facial y corporal, Clínicas de cirugía estética en general y
a sus propietarios, para verificar el cumplimiento de las condiciones clínicas, técnicas y
de recurso humano para los procedimientos que en ellos se realicen.
CONCLUSIONES

1. El ejercicio de la cirugía estética no tiene regulación en Colombia, por cuanto no existe una
ley que determine a quiénes se autoriza específicamente para ejercerla, lo cual se presta para
confusión entre los pacientes, que no hacen diferenciación entre “cirujano plástico” y “cirujano
estético” y además sirve de excusa para que muchos “centros estéticos” realicen prácticas
invasivas para las que no están debidamente autorizados, lo que genera un riesgo adicional para
quienes se someten a procedimientos quirúrgicos.

2. Por regla general la obligación del cirujano es de medio, pero la jurisprudencia ha


conceptuado que en el caso de las cirugías estéticas, se convierte en obligación de resultado
cuando el profesional se ha comprometido expresamente a través de la publicidad, del acuerdo
concreto con el paciente o de manifestación clara e inequívoca de entregar determinado resultado
o producto a partir de su intervención; para definir el tipo de obligación presente en cada caso, es
necesario realizar el debido sustento jurídico, a través de material probatorio, para que el fallador
pueda identificar en forma indiscutible cuál fue la obligación contraída.

3. En Las Altas Cortes colombianas no hay criterios unificados sobre la responsabilidad


médica en los resultados de cirugías estéticas, si bien sus pronunciamientos han venido
evidenciando una evolución gracias a mecanismos como la acción de tutela y el hecho de elevar
la salud a la categoría de derecho fundamental, no hay razonamientos basados en la norma, pues
ésta no existe para la medicina, por lo que los fallos han obedecido al discernimiento que para
cada caso se ha realizado, permeado por la lógica jurídica del magistrado ponente y el análisis
que de jurisprudencias relacionadas, conocimientos e ideas particulares se tengan al respecto.

4. Elaborar una propuesta para implementar políticas públicas que permita solucionar el
problema de las malas prácticas en cirugía estética, requiere el compromiso de autoridades y
ciudadanía en general; En la educación que fortalezca la autoestima y el control de las
autoridades, podría estar la clave, para que al menos, mientras se legisla frente a esta situación,
se logre minimizar el número de víctimas por procedimientos estéticos que anualmente cobra la
vida de muchas personas.
BIBLIOGRAFÍA

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