Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
El mundo moderno, ha privilegiado la belleza física sobre los valores, la medicina a través de
la cirugía plástica, posibilita realizarse procedimientos para corregir o cambiar aquello que la
naturaleza no ofreció. Sin embargo, los resultados esperados no siempre son positivos.
La causa principal de los procesos que hay judicialmente por consecuencias negativas de
procedimientos estéticos, es el vacío jurídico de la legislación colombiana en relación con esta
práctica y la apertura de clínicas para desarrollar actividades invasivas, sin control de las
autoridades; éste como problema de investigación será el objeto de análisis del presente artículo.
The modern world has privileged physical beauty over values, medicine through plastic
surgery, makes it possible to perform procedures to correct or change what nature did not offer.
However, the expected results are not always positive.
The main cause of the processes that there are judicially due to negative consequences of
aesthetic procedures, is the legal vacuum of the Colombian legislation in relation to this practice
and the opening of clinics to develop invasive activities, without control of the authorities; this as
a research problem will be the object of analysis of this article.
As a research method, a bibliographic review is proposed about some studies developed on
the subject of medical responsibility in aesthetic surgeries and some pronouncements that the
Colombian high courts have made, as support for a proposal that serves as an input to structure a
public policy of national order and contribute to the solution of this problem. Dr. José Manuel
Martínez - Pereda is taken as a theoretical reference, who in his work: "aesthetic surgery and its
responsibility", makes a study about the legal implications of aesthetic procedures and the
medical responsibility that professionals may have in said interventions.
KEY WORDS:
Cosmetic surgery, medical responsibility, legal aspects of medical practice, legal gaps.
INTRODUCCIÓN
Por todo ello, cuando se detectan vacíos jurídicos que impactan negativamente grupos
poblacionales significativos o que atentan contra los derechos fundamentales, es el jurista el
profesional llamado a realizar el análisis del caso y a evidenciar a través de la investigación esas
falencias. Fue ésta precisamente la base y motivación del presente trabajo, ya que la
responsabilidad médica en el ejercicio de la medicina estética en Colombia es un tema aún no
abordado desde el punto de vista jurídico de la norma en relación con el resultado.
En este artículo se intenta realizar una reflexión acerca de un tema que en los últimos años ha
sido motivo de polémica y análisis de legisladores y doctrinantes, pues la demanda existente de
procedimientos estéticos y las malas praxis de estos, realizadas por profesionales cuya idoneidad
para practicarlos, se pone en duda al visibilizarse los resultados o la proliferación de las llamadas
“clínicas de garaje” donde personas sin la preparación médica adecuada, han puesto en peligro la
vida de muchas personas, ha llevado a poner sobre la mesa, una problemática que hasta ahora se
le está dando la atención requerida y es que existe un vacío jurídico en la normatividad
colombiana para regular la práctica médica de la cirugía estética.
Para este análisis se debe tener en cuenta, la evolución jurisprudencial de las demandas que
por cirugías estéticas se han impetrado en el país, desde los casos en los cuales los afectados no
tenían otra opción que resignarse a un mal resultado, hasta la acción de tutela como mecanismo
que ha permitido reclamar derechos que se creen vulnerados cuando el producto de un
procedimiento es indiscutiblemente opuesto al ofrecido o acordado.
Según el mismo documento y en vía del análisis pertinente para el caso, se destacan tres
elementos especialmente útiles de este artículo, a saber:
Con mínimas variaciones, este concepto se mantuvo hasta la constitución de 1886, el Estado
fue eminentemente benefactor y se consagra como prestador directo de servicios públicos. Sin
embargo, dicho modelo entra en crisis y ocasiona a su vez una “crisis fiscal”, pues en el caso del
servicio público de salud, ofertado bajo el principio de beneficencia pública sin prever la
sostenibilidad económica del sistema.
El debate de este análisis se centra en los vacíos jurídicos que presenta la legislación
colombiana en materia de la praxis médica en cirugías estéticas, campo estrechamente ligado al
ámbito de la salud, considerada derecho fundamental, por lo que analizar ésta a la luz de los
problemas jurídicos que se presentan a partir de los resultados negativos en procedimientos
estéticos, permite establecer las medidas que se deberán adoptar a fin de asegurar la plena
efectividad del derecho a la salud: “Reducción de la mortalidad infantil y garantizar el sano
desarrollo de los niños; el mejoramiento de la higiene del trabajo y del medio ambiente; la
prevención y el tratamiento de las enfermedades epidémicas, endémicas, profesionales y de otra
índole, y la lucha contra ellas; la creación de condiciones que aseguren el acceso de todos a la
atención de la salud.”
Es importante anotar, como antecedente, que si bien inicialmente la salud no fue ubicada
constitucionalmente en el llamado grupo de derechos fundamentales (artículos 11 al 41),
jurisprudencialmente la Corte conceptuó a través de la Sentencia T-760 de 2008 que éste era un
derecho fundamental, pues en dicha Sentencia, realizó un extenso y completo análisis de las
diferentes sentencias y de los conceptos que repetidamente han llevado a esa Corporación a
clasificarlo como tal, hasta que finalmente, a través de la Ley 1751 de 2015, llamada también
Ley Estatutaria en Salud se consagra como derecho fundamental con reconocimiento autónomo.
Algunos argumentos expuestos para ello, son:
Anterior a esta Sentencia, los ciudadanos por vía de tutela solicitaban su protección, por
conexidad con otro derecho considerado como fundamental en el texto constitucional, postura
que ha sido reiterada por esa corporación en numerosos pronunciamientos, como las sentencias
SU-225 de 1998, SU-819 de 1999, T-227 de 2003, T-571 de 1992, entre otras.
3. Estadísticas según las cuales el número de cirujanos plásticos titulados demandados por
complicaciones relacionadas con procedimientos estéticos es mayor, que el de médicos
generales o de otras especialidades que practican la cirugía estética, investigados por el
mismo tema.
4. Injusticia social con aquellos colombianos cuyos recursos no les permitirían acceder a
procedimientos estéticos realizados exclusivamente por especialistas.
5. Reconocimiento del ámbito internacional, en el cual ningún país del mundo tiene una ley
que les permita a los cirujanos plásticos tener el monopolio absoluto de las cirugías
estéticas.
Según lo analizado hasta aquí, es claro que ha sido prácticamente imposible que en Colombia
se reglamente el ejercicio de la cirugía estética, sin embargo, existen algunas propuestas para
regular su ejercicio y normas, nacionales y locales, en procura de hacer una reglamentación de
éste, a través de las cuales se pretende minimizar los riesgos de realización de este tipo de
intervenciones en centro médicos no autorizados y por parte de personal no apto para ello.
Algunas de ellas son:
Resolución 1439 de 2002 del Ministerio de Salud y Protección Social: Por la cual se
adoptan los Formularios de Inscripción y de Novedades para el Registro Especial de
Prestadores de Servicios de Salud, los Manuales de Estándares y de Procedimientos, y se
establecen las Condiciones de Suficiencia Patrimonial y Financiera del Sistema Único de
Habilitación de Prestadores de Servicios de Salud y los definidos como tales. Se destacan
en esta Resolución:
Resolución 2263 de 2004 del Ministerio de Salud y Protección Social: Por la cual se
establecen los requisitos para la apertura y funcionamiento de los centros de estética y
similares y se dictan otras disposiciones. Esta Resolución es de “obligatorio
cumplimiento para la apertura y funcionamiento de los centros de estética, institutos de
belleza, centros de bronceado y demás establecimientos donde se realicen procedimientos
cosméticos, faciales o corporales. Los establecimientos en los que se aplican técnicas con
finalidad terapéutica, intervenciones quirúrgicas, microcirugías (tatuaje), procedimientos
invasivos (piercing), implantes o preparaciones cosméticas, deberán cumplir en todo
momento con la reglamentación vigente en lo relacionado con los prestadores de
servicios de salud”. Igualmente se menciona en ella que “Los Centros De Estética,
Cosmetología E Institutos De Belleza sólo están autorizados para la realización de
tratamientos cosméticos, de estética personal, deben disponer de recintos aislados y
realizar procedimientos no invasivos. Los piercings, tatuajes, implantes de botox,
inyecciones subdérmicas y otros similares son considerados tratamientos de tipo invasivo
y no podrán realizarse en este tipo de instituciones”.
Resolución 2003 de 2014 del Ministerio de Salud y Protección Social: Por la cual se
definen los procedimientos y condiciones que deben cumplir los prestadores de servicios
de salud para habilitar los servicios y se dictan otras disposiciones. En esta Resolución el
objeto y campo de la acción son:
d. Las entidades con objeto social diferente a la prestación de servicios de salud, que
brinden servicios de baja complejidad y consulta especializada, que no incluyan
hospitalización ni cirugía.
Según esta Resolución, las condiciones que deben cumplir los prestadores de servicios de
salud, para habilitar sus servicios son:
3. Capacidad tecnológica y científica: Es necesario demostrar que se cuenta con los equipos
y la tecnología necesarios para la atención en Salud.
Proyecto de Acuerdo 113 de 2010 del Concejo de Bogotá D.C.: Por medio del cual se
establece el Sistema Único de información al ciudadano de centros de estética y cirugía
plástica que funcionan en el Distrito Capital. En él se “Busca establecer en el Distrito
Capital un sistema único de información de centros de estética y cirugía plástica que
funcionan en la Capital, esto con el fin de brindar a las personas una mayor información
del lugar donde desea ser intervenido”. Esto ya que, según el mismo Proyecto: “Es
necesario que en el Distrito Capital se establezca un sistema único de información; para
que cualquier persona puede consultar el nombre del centro de estética o establecimiento
donde pretende realizarse el procedimiento quirúrgico, e información del cirujano
avalado por los organismos pertinentes”. Como resultado de este proyecto se implementa
un Sistema Único de Habilitación de la Secretaría Distrital de Salud para garantizar el
cumplimiento de los requisitos de ley a los centros de estética.
Por su parte, el tratadista Marcelo López Mesa, afirma que esta obligación “consiste en
brindar una atención diligente e idónea del enfermo sobre la base de las reglas del arte de la
medicina y su evolución, conforme los principios científicos que el título presupone, en procura
de una curación, pero sin asegurar que dicho resultado perseguido se va a lograr…” (López,
1991, p.3)
Sin embargo, la SCODEM, desde su sitio web oficial, ratifica su postura como defensora
absoluta de la obligación de resultado en cualquier campo de la medicina (esto incluye,
obviamente la cirugía estética), lo cual se puede interpretar fácilmente, desde afirmaciones como:
La anterior posición parece haber sido tenida en cuenta por el Congreso quien por medio
de la famosa Ley de Talento Humano en Salud (Ley 1164 de 2007), definió acertadamente
en su artículo 26 que la relación de asistencia en salud entre médico y paciente es de
medio, posición que compartimos en la sociedad; sin embargo, como muchas de las cosas
en nuestro país las interpretaciones personalísimas de nuestros magistrados, que en el
mejor de los casos no conocen la ley o definitivamente están pasando por encima de ella,
siguen insistiendo que algunas de las obligaciones de los médicos son de resultados;
nosotros seguiremos defendiendo nuestra posición hasta tanto no se dicte una ley más clara
para el ejercicio de las profesiones de la salud.
Quedan aquí en evidencia dos aspectos importantes que pueden concluirse a partir del
análisis de este texto:
Así pues, lo único claro es que si bien, el acto médico tiene como elemento constitutivo la
obligación y que ésta puede derivar en unas consecuencias jurídicas, ellas dependerán entre otras
cosas del compromiso que haya adquirido con el paciente y de las pruebas que puedan dar cuenta
de que su accionar fue siempre diligente y prudente para determinar a partir de allí, el grado de
responsabilidad que pueda imputársele, cuando los resultados de un procedimiento determinado,
sean contrarios a lo esperado o prometido.
Los criterios de las altas cortes colombianas en relación con la responsabilidad médica en
cirugías estéticas
Es evidente que tanto la Corte Constitucional como la Corte Suprema de Justicia, tienen claro
que existe un vacío jurídico que los legisladores aún no han llenado en relación con este tema y
que las noticias diarias acerca del gran número de personas, mujeres principalmente, que se ven
afectadas frecuentemente por malos procedimientos estéticos, producto de los vacíos en la
práctica de esta subespecialidad médica, dan cuenta de la existencia de un problema de salud
pública. En sus pronunciamientos, han tratado de analizar y debatir cada caso en particular y han
conceptuado según el criterio manejado para cada uno. En la web, puede encontrarse un número
bastante alto de demandas por procedimientos estéticos, algunas de ellas, son:
1. Proceso 05001 3103 000 1996 5497- 01 de 2005 Corte Suprema de Justicia M.P. Pedro
Octavio Munar Cadena
2. Proceso 33920 de 2012 Corte Suprema de Justicia M.P. Augusto J. Ibáñez Guzmán
3. Proceso 40367 de 2012 Corte Suprema de Justicia M.P. Rigoberto Echeverri Bueno
4. Proceso: 20001-3103-005-2005-00025-01 de 2013 Corte Suprema de Justicia M.P.
Arturo Solarte Rodríguez
5. Proceso 53335 de 2014 Corte Suprema de Justicia M.P. Elsy del Pilar Cuello Calderón
Sin embargo y pese a que en Colombia no existe una ley que regule el ejercicio de la cirugía
estética, las Altas Cortes han intentado cubrir los vacíos legales existentes y han establecido
precedentes de gran relevancia para profesionales de la salud y pacientes, que encuentran hoy,
más que en el pasado, la posibilidad de vindicar sus derechos vulnerados a través de
mecanismos como la acción de tutela. Respecto de este tema, el doctor Jorge Bayter coordinador
nacional del Comité de Anestesia para Cirugía Plástica de la Sociedad Colombiana de
Anestesiología y Reanimación, entrevistado por el periódico El País por el lanzamiento de su
libro “Catástrofes en cirugías plásticas” (2015), afirma en relación con el tema:
Todo nace de hecho que no hay una legislación como sí la tienen otros países. En
Colombia desde 1991 tenemos la Ley Sexta donde se dice que solo pueden ejercer
anestesia los anestesiólogos titulados y avalados por el Ministerio de Educación. Eso no
sucede con cirugía plástica, no hay una ley y al no haberla pues quiere decir que cualquier
persona puede hacerlas…
Una mirada retrospectiva y el análisis de los pronunciamientos acerca de las demandas por
resultados indeseados en cirugías estéticas en Colombia, nos permite arribar a conclusiones
como:
La Corte Suprema de Justicia en el análisis de los casos y los criterios para emitir sus
fallos, hace mayor énfasis en aspectos puramente formales en relación con la
presentación de las demandas, por ejemplo: a quién corresponde la carga probatoria,
imposibilidad del juez constitucional de revisar procesos como si fuera una tercera
instancia, presencia o ausencia de una vía de hecho que amerite el amparo constitucional
invocado, irregularidades sustanciales que afecten el proceso, violación de la ley
sustancial.
Por su parte, la Corte Constitucional enfatiza más en aspectos materiales como los
fundamentos fácticos y jurídicos que conducen a la apreciación y valoración de las
pruebas, la aplicación e interpretación del derecho, los motivos y razones que conducen a
su concesión o negación, la importancia de los derechos vulnerados y su impacto en la
calidad de vida del accionante.
Una política pública que eduque en la aceptación y la autoestima y unas normas que
regulen el ejercicio de la cirugía estética: posibilidades para solucionar un problema de
grandes dimensiones
Educar en los cursos psicoprofilácticos a los futuros padres, para que desde el hogar,
formen ciudadanos con elevada autoestima, capaces de aceptar sus diferencias físicas y
por cultivar valores humanos, antes que priorizar aspectos físicos en sus relaciones
interpersonales.
1. El ejercicio de la cirugía estética no tiene regulación en Colombia, por cuanto no existe una
ley que determine a quiénes se autoriza específicamente para ejercerla, lo cual se presta para
confusión entre los pacientes, que no hacen diferenciación entre “cirujano plástico” y “cirujano
estético” y además sirve de excusa para que muchos “centros estéticos” realicen prácticas
invasivas para las que no están debidamente autorizados, lo que genera un riesgo adicional para
quienes se someten a procedimientos quirúrgicos.
4. Elaborar una propuesta para implementar políticas públicas que permita solucionar el
problema de las malas prácticas en cirugía estética, requiere el compromiso de autoridades y
ciudadanía en general; En la educación que fortalezca la autoestima y el control de las
autoridades, podría estar la clave, para que al menos, mientras se legisla frente a esta situación,
se logre minimizar el número de víctimas por procedimientos estéticos que anualmente cobra la
vida de muchas personas.
BIBLIOGRAFÍA
Bueres, A.J. (Ed.). (1979). Responsabilidad civil de los médicos. Buenos Aires, Argentina:
Editorial Abaco
Colombia, Ministerio de Salud. (2008). Seguridad del paciente y la atención segura. Guía
técnica – Paquetes instruccionales. Recuperado de
https://www.minsalud.gov.co/sites/rid/Lists/BibliotecaDigital/RIDE/DE/CA/Guia-buenas-
practicas-seguridad-paciente.pdf
De Currea Lugo, V. (Ed.). (2003). El derecho a la salud en Colombia. Diez años de frustraciones.
Bogotá, Colombia: Editorial ILSA
Martínez Pereda, J.M. (Ed.). (1997). La cirugía estética y su responsabilidad. Madrid, España:
Editorial Comares
Nisimblat, M. (Ed.). (2010). Guía práctica para demandar a un cirujano plástico. Bogotá,
Colombia: Editorial NISIMBLAT
Reyes Echandía, A. (Ed.). (1977). Diccionario de derecho penal. Bogotá, Colombia: Editorial
Temis
Ruiz, O.W. (Ed.). (2013). Responsabilidad del Estado y sus regímenes. Bogotá, Colombia:
Ediciones ECOE
Vásquez, Ferreyra, R. (Ed.). (1995). Prueba de la culpa médica. Medellín, Colombia: Ediciones
Biblioteca Jurídica DIKE
Colombia, Ministerio de Salud (1981, 18 de febrero), “Ley 23 de 1981, por la cual se dictan
normas en materia de ética médica”, en diario oficial, núm. 35.711 de 27 de febrero de 1981,
Bogotá.
Colombia, Congreso de la República (2000, 09 de julio), “Ley 599 de 2000, por la cual se expide
el Código Penal”, en diario oficial, núm. 44.097 de 24 de julio de 2000, Bogotá.
Colombia, Ministerio de la Protección Social (2002, 01 de noviembre), “Resolución 1439 de
2002, por la cual se adoptan los Formularios de Inscripción y de Novedades para el Registro
Especial de Prestadores de Servicios de Salud, los Manuales de Estándares y de Procedimientos,
y se establecen las Condiciones de Suficiencia Patrimonial y Financiera del Sistema Único de
Habilitación de Prestadores de Servicios de Salud y los definidos como tales”, en Diario Oficial,
núm. 45.000, 16 de noviembre de 2002, Bogotá.
Colombia, Ministerio de la Protección Social (2004, 14 de julio), “Resolución 2263 de 2004, por
la cual se establecen los requisitos para la apertura y funcionamiento de los centros de estética y
similares y se dictan otras disposiciones”, en Diario Oficial, núm. 45.618, 23 de julio de 2004,
Bogotá.
Colombia, Ministerio de Educación Nacional (2004, 05 de octubre), “Ley 911 de 2004, por la
cual se dictan disposiciones en materia de responsabilidad deontológica para el ejercicio de la
profesión de Enfermería en Colombia; se establece el régimen disciplinario correspondiente y se
dictan otras disposiciones”, en diario oficial, núm. 45.693 de 06 de octubre de 2004, Bogotá.
Colombia, Ministerio de Protección Social (2007, 03 de octubre), “Ley 1164 de 2007, por la cual
se dictan disposiciones en materia de talento humano en salud”, en diario oficial, núm. 46.771 de
04 de octubre de 2007, Bogotá.
Colombia, Concejo de Bogotá (2011, 01 de marzo), “Proyecto de Acuerdo 113 de 2011, por
medio del cual se establecen los centros de disposición de residuos domiciliarios peligrosos para
Bogotá, D.C.”.
Corte Constitucional, Sala Plena (1999). Sentencia SU-337, M.P. Alejandro Martínez Caballero
Corte Constitucional (2004). Sentencia T-412, M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra
Corte Constitucional (2006). Sentencia T-492, M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra
Corte Constitucional (2008). Sentencia T-760, M.P: Manuel José Cepeda Espinosa
Corte Constitucional (2011). Sentencia T-548, M.P. Humberto Antonio Sierra Porto
Corte Constitucional (2014). Sentencia T-381. M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub
Corte Suprema de Justicia, Sección Tercera (1999), M.P. Ricardo Hoyos Duque
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil (2005). Proceso No. 05001 3103 000 1996
5497- 01, M.P. Pedro Octavio Munar Cadena
Corte Suprema de Justicia, Sala Civil (2005), M.P. Pedro Octavio Munar Cadena
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal (2012). Proceso No. 33.920, M.P. Augusto J.
Ibáñez Guzmán
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Laboral (2012). Radicado No. 40.367, M.P.
Rigoberto Echeverri Bueno
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil (2013). Proceso No. 20001-3103-005-2005-
00025-01, M.P. Arturo Solarte Rodríguez
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Laboral (2014). Radicado No. 53.335, M.P. Elsy
del Pilar Cuello Calderón