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De acuerdo a Esbozo (1973) las oraciones se dividen de acuerdo a la intención del hablante, de
acuerdo a ella, el hablante dividirá sus elocuciones, las mismas pueden consistir en preguntas,
deseos, mandatos, etc. La oración se plantea como unidad intencional y se define de la
siguiente manera: “la oración es la unidad más pequeña de sentido completo es sí misma e que
se divide el habla real”. Aunque las oraciones se van sucediendo en el discurso cada una de
ellas cada una de ellas es autosuficiente para expresar que es lo que estamos enunciando. De
ello se ocupan rasgos que componen la oración como las inflexiones de la entonación, la
concordancia entre las palabras y, el orden fijo o libre con que se suceden las palabras y frases.
A su vez cada una de estas unidades puede tener un solo juicio, estas se definen como
oraciones simples, o con más de uno, estas son las oraciones compuestas. Considerando que el
verbo es la palaba más característica de la oración, puede decirse que para el análisis sintáctico
si hay un solo verbo, se trata de una oración simple, y si contiene más de uno se tiene una
oración compuesta.
Alarcos define a la oración como un tipo especial de enunciado, señalando que para que este
exista es imprescindible que tenga como núcleo una forma verbal. Alarcos lo ejemplifica de la
siguiente forma:
El niño escribe
Escribe
En todos los segmentos aparece la palabra escribe pues la misma es imprescindible para que
exista la oración, la cual puede formarse solo por la palabra escribe.
Alarcos (2000) explica que los demás componentes de la oración se llaman adyacentes. Estos
especifican con más precisión la referencia a la realidad que efectúa el verbo. A él se agrega un
sustantivo al cuál se le llama sujeto explícito o léxico. Otro de los adyacentes es el objeto
directo, por ejemplo en: escribe una carta o escribe un libro, los segmentos que siguen al
verbo en estas ocasiones son objetos directos, pues restringen la actividad designada por el
verbo. Cuando el sustantivo es precedido por una preposición impuesta se clasifica como
objeto preposicional. Cuando se agrega una segunda delimitación al núcleo verbal la cual alude
al destinatario de lo designado por el verbo, además va precedido por la preposición a. Esto
caracteriza al complemento indirecto. Alarcos menciona también los adyacentes
circunstanciales que se refieren el general a las circunstancias en que se produce o realiza la
noción léxica.
La RAE (s.f) explica que el enunciado es “la unidad mínima capaz de constituir un mensaje
verbal” (1.3g), es entonces una unidad más discursiva en lugar de segmental. De esta forma un
grupo sintáctico que no sea una oración sí puede constituir un enunciado, por ejemplo
expresiones como: ¡Muy interesante!, o ¿Alguna otra cosa? Sin embargo no es la longitud
formal la que determina su naturaleza gramatical sino los criterios utilizados al analizarse.
Alarcos (2000) describe el enunciado diciendo como “la unidad mínima de comunicación”
(p.255). El enunciado es una secuencia de signos que queda limitada por el silencio previo a la
siguiente elocución, siendo acompañada la misma por una determinada curva melódica. El
contenido del mensaje debe ser cabal y concreto dentro de la situación en la que se produce.
Todos los enunciados pueden tener estructuras diferentes pero todos se caracterizan por: ser
mensajes completos estando de acuerdo con la situación dada, por ser secuencias enmarcadas
por el silencio que los precede y por la pausa final, y por modularse por tono melódico en
particular. Esta curva melódica será escogida por el hablante según su intención comunicativa.
Esbozo hace una diferenciación entre la oración y la frase, las oraciones pueden ser
biemembres (sujeto + predicado) y las unimembres (constan de un solo miembro). Además
establece una clasificación separando las oraciones simples (aquellas que poseen un solo
verbo), y las oraciones compuestas (las que tienen dos verbos o más trabados entre sí).
Más la frase la clasifica como un grupo de palabras conexo y dotado de sentido. Estas
expresiones son frases, pero no son oraciones.
“Las recias murallas de la ciudad; en aquella playa solitaria y lejana; con habilidad
sorprendente, etc…”
Estas frases que no son oraciones, pueden ser a menudo, elementos constitutivos de la
oración.
Bosque parte haciendo una diferenciación entre los elementos oración y enunciado. El
enunciado es una unidad discursiva más que segmental, una unidad de sentido y con
propiedades de entonación distintivas. Las oraciones coinciden a menudo con los enunciados,
mientras que otras, como las subordinadas no pueden constituir enunciados por sí solas.
Bosque realiza una clasificación de las oraciones: aquellas formadas por un sujeto y un
predicado. Otra clase son las oraciones las cuales el predicado no tiene naturaleza verbal, por
ejemplo una vez en casa toda la familia…, estas son llamadas absolutas. Además diferencia las
exclamativas bimembres: ¡Muy interesante el partido de ayer!
A diferencia del Esbozo y Bosque los cuales establecen el concepto de oración como un
elemento independiente de la frase u el enunciado, Alarcos la posicione dentro de la
clasificación del enunciado, explica:
Entre los enunciados, señala Alarcos “existe un tipo especial conocido con el término de
oración” (2000; p.256). La oración se caracteriza por poseer verbo, y por contener sujeto y
predicado. El verbo es imprescindible para que exista la oración. El verbo es también el núcleo
de la oración y en él se cumple la función predicativa. A su vez en torno al núcleo se
encuentran otros componentes que a los que el autor llama términos adyacentes.
En cuanto a la que expresa Sofía creo que es interesante la relación que establece Alarcos
(2000) en cuanto a enunciado y oración.
El enunciado es en efecto, “la secuencia de signos proferida por el hablante” (p.256) (…), que
se manifiesta entre un silencio previo y el que sigue a su cese, es acompañada de cierto tono
melódico y curva de entonación, y debe tener un sentido cabal y concreto dentro de la
situación en que se produce.
La relación que se establece con la oración es que esta constituye un tipo especial de
enunciado y, como explicó Sofía, las oraciones, de acuerdo a Alarcos, deben contener siempre
un verbo conjugado y la relación predicativa que establece el sujeto y el predicado. Para el
autor en el mismo verbo el sujeto pueda encontrarse tácito, como en el sintagma verbal
escribe. De acuerdo al autor tan solo esta unidad es imprescindible para que exista la oración.
Otra de las cosas que señaló Sofía es que para la NGLE no todo enunciado puede constituir una
unidad oracional. El enunciado “es la unidad mínima capaz de constituir un mensaje verbal”
(1.3g). Esto es interesante debido al concepto de oración que expone la NGLE, ya que
establece que las oraciones son unidades mínimas de predicación, que ponen en relación un
sujeto y un predicado, por ejemplo: los pájaros (sujeto) volaban bajo (predicado) y, Sin
embargo, a diferencia de Alarcos, el predicado puede o no tener naturaleza verbal, esto puede
darse en las oraciones ABSOLUTAS (Una vez en casa toda la familia…), o EXCLAMATIVAS (¡Muy
interesante el partido de ayer!), donde el verbo puede ser elidido. La NGLE explica, al igual que
Alarcos, que en español el sujeto pude ser omitido de las formas personales del verbo. El
sujeto puede ser recuperado mediante la flexión verbal.
Esbozo (1973) establece otros conceptos con respecto a la oración. La define como “la unidad
más pequeña de sentido completo en sí misma en que se divide el habla real” (3.1.2). Por lo
general, expresa, está compuesta por un sujeto y por un predicado, estas oraciones se llaman
bimembres. Esbozo, también diferencia otro tipo de oración a la primera y sobre la que onen
atención Alarcos y la NGLE, estas se llaman unimembres y se caracterizan justamente por no
guardar esta relación. Las mismas se dan al utilizar verbos unipersonales como llueve, o tronó
mucho. Así como saludos como ¡Adiós! Estas abundan en el habla coloquial y también en
obras literarias modernas.