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¡Pero hay esperanza! Resultados de una
encuesta entre 1.000 líderes cristianos
de todo el mundo
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“Nota del editor: El presente Texto Previo para Ciudad del Cabo 2010 fue escrito
por Jane Overstreet como una reseña del tema a debatirse en la sesión Multiplex
sobre “Cómo levantar una nueva generación de líderes similares a Cristo”. Los
comentarios a este texto realizados a través de la Conversación Global de
Lausana serán remitidos al autor y a otras personas para ayudar a dar forma a su
presentación final en el Congreso”.
Introducción
¡Tenemos un problema de liderazgo! ¡Y éste es un problema que necesita ser
resuelto para que prospere la evangelización mundial! Con demasiada frecuencia
la evangelización se realiza exitosamente, se planta una iglesia y comienza a
florecer, pero luego se designa un líder que lamentablemente destruye todo lo
construido, y el fruto se pierde. Si bien la historia tiene muchas variaciones, el
tema es demasiado familiar.
Comenzamos por una encuesta entre líderes cristianos. Les pedimos que nos
hablaran de sus experiencias con líderes cristianos, cómo pensaban que debería
ser el liderazgo a la manera Cristo, y cuál consideraban que era la forma más
efectiva de levantar líderes centrados en Cristo.
(Para ver los resultados de la encuesta a preguntas con respuestas no cortas, ver
el documento titulado: “Apéndice: Encuesta sobre desarrollo del liderazgo”)
1. ¡Tenemos un problema!
Si miramos a nuestro alrededor al clamor por un liderazgo centrado en Cristo,
queda claro que algo está terriblemente mal en nuestro mundo. Las personas
encuestadas identificaron fácilmente las características de un líder a la manera de
Cristo, pero señalaron que muchos líderes para quienes habían trabajado estaban
penosamente lejos de alcanzarlas.
Cuando se les pidió que describieran sus peores experiencias al trabajar bajo
líderes y qué características tenían esos malos líderes, los 1000 líderes que
respondieron la encuesta dijeron:
También se les realizó a los líderes de la encuesta una pregunta similar, aunque
formulada de otra forma, y los resultados fueron sorprendentemente similares. Se
les preguntó: “De la siguiente lista, seleccione un máximo de cinco de las
cuestiones más apremiantes que enfrentan los líderes cristianos en su país”.
La respuesta más frecuente a esta pregunta fue “orgullo personal”, seguida por
“falta de integridad” y, con doscientos votos menos, “guerra espiritual”,
“corrupción” y “falta de infraestructura”.
Para describir cómo sería una “influencia al estilo de Jesús”, una posibilidad es
tomar el ejemplo de Jesús y hacer una lista de las características que exhibió
cuando lideró a sus discípulos aquí en la tierra. Cuando se encuestaron a 1.000
líderes de todo el mundo, las tres características que ocuparon el primer lugar
para describir el liderazgo cristocéntrico fueron:
Integridad, autenticidad, carácter excelente
Podemos, pues, concluir que cualquier persona con influencia que posea estas
cualidades y las use para promover las metas del Reino de Dios es, de hecho, un
líder cristocéntrico.
Si bien todos nosotros nacemos con dones y rasgos de personalidad, si uno hace
la famosa pregunta: “Los líderes, ¿nacen o se hacen?”, como evangélicos
creemos que todos nacen con la necesidad de la gracia salvadora de Dios. Por lo
tanto, es imposible “nacer” como líder cristocéntrico, independientemente de los
dones que uno pueda tener.
El desafío último es que los líderes lideren siempre desde quienes son, desde lo
que tienen adentro o, podríamos decir, desde un conjunto de valores
fundamentales internalizados. La única manera posible de exhibir las
características de un liderazgo cristocéntrico es, de hecho, siendo cristocéntrico.
Por supuesto, que el primer paso para convertirse en cristocéntrico es invitar a
Cristo a su vida. Sin embargo, como notamos por los resultados de las encuestas,
ser un creyente en Cristo y ser un líder cristocéntrico no son sinónimos.
Convertirse en un líder cristocéntrico es una tarea para la que no alcanza toda la
vida.
De acuerdo a la vieja historia popular del ciego y el elefante, si uno no puede ver
todo el animal, entonces surgirá una imagen diferente dependiendo del lugar
donde uno toque el elefante. Cuando toca la trompa, piensa que un elefante debe
ser como una serpiente. Si toca el costado, cree que el elefante se parece más a
un hipopótamo. Como consecuencia, es casi imposible obtener una imagen clara
del verdadero liderazgo, especialmente con tantas iniciativas que dicen enfocarse
en el “desarrollo del liderazgo”. Por lo tanto, el término casi ha perdido su
significado.
Mentoreo/coaching
Manejo de personas
Resolución de conflictos
Planeamiento estratégico
Para encarar esta cuestión de los temas críticos a enseñar a los líderes desde otro
ángulo, hicimos otra pregunta: “¿Cuál diría que es la causa más frecuente por la
que los líderes cristianos del país donde vive actualmente no “terminen bien” como
líderes cristocéntricos?”. Los encuestados podían escoger tres respuestas. Cinco
de las diez posibilidades recibieron la inmensa mayoría de los votos. Los primeros
cinco fueron:
Agotamiento (360)
La sexta causa en este ordenamiento fue “pecado sexual”, con 292 votos.
De nuevo, la dificultad para encontrar la mejor forma de hacer crecer a los líderes
es evidente. Si el agotamiento es una de las mayores causas de fracaso en los
líderes, ¿cuál es el antídoto? ¿Un mejor manejo del tiempo, mejores habilidades
para delegar, una mejor teología del trabajo, una mejor comprensión de Dios, una
mejor perspectiva de su propia cultura, un mejor concepto de sí mismo, una mayor
comprensión del amor de Dios, o todos los temas anteriores? Una lista de las
causas y las respuestas posibles se vuelve cada vez más larga, ¡y todas podrían
ser críticas!
Para todo líder, hay una larga lista de temas críticos que deben considerarse
pertinentes en este viaje hacia el liderazgo cristocéntrico. El conocimiento bíblico y
la teología, la capacitación en liderazgo y administración, y la formación espiritual
y el desarrollo del carácter son tres áreas que se superponen considerablemente
dentro de las cuales la mayoría de estos temas podrían caer.
Determinar qué tema referente al desarrollo del liderazgo es más importante para
un líder en cualquier situación dada es más un arte que una ciencia. Dependerá
de la personalidad y dones de la persona, su experiencia y capacitación pasadas,
y demandas de su contexto actual. Lo que es más fácil de discernir es que todos
los líderes necesitan crecer en todas estas áreas a lo largo de sus vidas.
Mentoreo
Talleres
Mentoreo
Talleres
Talleres
Libros
Recursos de Internet
Hay muchísima investigación realizada a nivel secular como así también alguna
investigación en el mundo cristiano en cuanto a las metodologías que producen
mayores resultados y más aprendizaje que permitan cambios de conducta. Este
artículo es demasiado breve como para comentar estos temas extensamente.
Lo que queda relativamente claro desde una mirada demasiado simplista de este
tema es que la enseñanza basada en exposiciones en aulas tradicionales puede
ser muy útil para transmitir muchísimos temas. Además, el aprendizaje secuencial
que otorga títulos resulta extremadamente útil para motivar al educando a
completar el curso, para medir lo que sabe esa persona y para llevar registros y
comunicar esta área de capacidad a otros. Los programas con títulos que giran
principalmente alrededor de exposiciones son ciertamente útiles para lograr
algunos de los resultados críticos relacionados con el campo del desarrollo del
liderazgo entre algunos públicos.
Sin embargo, cuando se trata de crecer en áreas de desarrollo del carácter, del
discipulado, de la cosmovisión y de modificar valores fundamentales, el
aprendizaje experiencial tiene mucho para ofrecer. Pero no toda la educación
adulta experiencial o interactiva es creada igual. Los factores que hacen que este
tipo de aprendizaje sea más eficaz incluyen a un aprendiz motivado
2. El líder actual no permite que se desarrollen los líderes nuevos. (212 entre 786
que respondieron esta pregunta)
Las respuestas que salieron tercera, cuarta y quinta, muy distantes, fueron:
3. Las situaciones de los líderes son tan complejas y exigentes que sencillamente
no hay suficientes personas con múltiples talentos como para encararlas. (93)
5. Las iglesias tienen pocos líderes buenos porque pagan tan poco en
comparación con las ONG o empleos seculares. (74)
Este es un cargo serio que proviene de una amplia base de líderes cristianos.
Debería ser para quienes trabajamos en el área del desarrollo del liderazgo un
motivo de seria preocupación. Debemos mejorar en el futuro. Debemos
detenernos y darnos cuenta de que ningún tipo u oportunidad de desarrollo del
liderazgo individual debería recibir toda nuestra atención en ningún entorno. Más
bien debemos trabajar para asegurarnos de que el más amplio rango posible de
las oportunidades más necesarias para el desarrollo del liderazgo esté puesto a
disposición de los líderes de cada entorno geográfico, para que puedan continuar
creciendo como líderes a la imagen de Cristo.