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NOMBRE: María Alejandra Gaviria Plazas CÓDIGO: 77416530

NUEVA AGENDA URBANA HABITAT III. APORTE O FARSA

Cada día avanzamos más en cuanto a la estructura urbana, el rápido y descontrolado crecimiento
en las ciudades ha preocupado a la humanidad y mayor aún, a las personas que desean con sus
diseños y propuestas, cambiar y hacer sostenibles las capitales, es por ello que se idearon
alternativas de reunión entre ciertos países, en donde la primera fue en Vancouver en el año 1976,
allí hablaron sobre los desafíos inherentes al proceso de urbanización, en donde evidenciaron que el
37.9% de la población era urbana y hoy día, según el Banco Mundial (2016), la tasa de población
urbana es del 53% y el número de personas que habitan las urbes crecen alrededor de 73 millones al
año, siendo preocupante este hecho, se “tomaron cartas en el asunto”. Es por esto que, la segunda
reunión fue en Estambul en el año 1996, con la conferencia de las naciones unidas sobre los
asentamientos humanos, centrándose en la solución de “vivienda adecuada para todos”, cabe
resaltar que estas conferencias se realizan cada 20 años, en pro de la humanidad y sostenibilidad
urbana. Siendo así, se realizó la tercera reunión en Quito en el año 2016, conferencia de las
Naciones Unidas sobre vivienda y desarrollo urbano sostenible para la aprobación de La nueva
agenda urbana. A partir de ello estas conferencias pretenden hacer algo por las ciudades y sus
habitantes, pero, ¿será suficiente que los discursos, las conferencias y las agendas, establezcan
solamente nuevas ilusiones y ciudades ideales, ratificadas en un escrito en “Pro Y Sostenibilidad
Para Las Ciudades”? En este sentido, esta Nueva agenda urbana, Hábitat III, ha sido una farsa para
humanidad ya que solo queda y ha quedado en el discurso. Asegurar esto, requiere en primera
medida, conocer los antecedentes, actuaciones e intereses que han tenido los Hábitat I y II y con el
fin de ver la justificación de un hábitat más; en segunda medida, dar a conocer cuál fue el propósito
de Hábitat III y finalmente evidenciar las críticas que le han hecho al mismo.

En principio, se da a conocer el cómo surgieron los hábitats, esto con el fin de contextualizar los
objetivos que se han trabajado en pro de la humanidad. Todo comienza en Estocolmo en 1972, en
donde un grupo social civil y las primeras redes internacionales lograron que las Naciones Unidas
pusieran su mirada en temas como la vivienda y el territorio, en donde Canadá asumió la
organización de la primera Conferencia de las Naciones Unidas sobre los asentamientos humanos,
por lo cual, en junio de 1976, en Vancouver, se realizó Hábitat I, (Rodríguez, Sungranyes. Pág 3).
Este fue el primer paso en la historia sobre temas de asentamientos informales en el mundo, cuyo
objetivo fue “el mejoramiento de la calidad de vida de los seres humanos a partir de la congregación
de organizaciones sociales, profesionales y académicas (ONG)”, quienes representaban las
decisiones y mejoramientos urbanos para todos y se pactaron dos documentos, Declaración de
Vancouver y Plan de Acción con 64 recomendaciones.

La segunda sesión fue en Estambul en 1996, en donde participaron las redes de gobiernos y
sindicatos, resaltando que mientras en el transcurso de hábitat I a hábitat II, los programas de los
objetivos del milenio planteaban que los asentamientos informales y de mala calidad de vida, iban a
reducirse a la mitad en 15 años, lo cual no fue posible, ya que se duplicó y hasta el día de hoy estas
problemáticas no han cesado; además, es complejo intervenir en todo el planeta, esto requiere de
ingresos, gastos elevados que pocas ciudades están en condiciones de hacerlo o simplemente los
gobiernos no invierten verdaderamente lo que se debe invertir, para que el desarrollo de un estado
sea eficaz y así hubiesen podido lograr los objetivos y aspiraciones de las reuniones de hábitat I y
hábitat II. El alto y notable crecimiento de los asentamientos informales en la ciudad evidencian que
estos proyectos u objetivos solo se han escrito y no se evidencia en la evolución del desarrollo para
las ciudades, porque si esto se hubiese cumplido según lo pactado y firmado, actualmente habría
más progresividad, desarrollo, economía y el porcentaje de los asentamientos serían el mínimo, pero
no fue así.

Incluso, no se le hizo un seguimiento regular al debido cumplimiento de cada hábitat, ni tampoco se


vieron resultados, como lo afirma Michael Cohen.

Por lo tanto, en la última reunión que se dio en Quito – Ecuador en el año 2016, sus premisas
fueron, no dejar a nadie atrás, espacios donde la ciudad se pueda desarrollar sosteniblemente y
todas las personas puedan habitar en ella, además de incluir energías limpias y tecnologías,
convirtiendo a la urbes en ciudades Smart sities, con los objetivos de rellenar la ciudad, formarla en
sentido vertical y expandirla sin intervenir negativamente en el ambiente, según el abogado en
Materia Urbana Gabriel Ballesteros, 2016. Por lo cual los ponentes afirmaron, para su justificación,
que el 2% del territorio global es ocupado por capitales y sobre éstas el 60% la población vive en
las ciudades y así mismo se consume, trayendo como consecuencias negativas al entorno,
aumentando más aún el calentamiento global, la gentrificación y consumo acelerado según las
necesidades del hombre.

Esta reunión ha traído polémicas, disgustos y la no aceptación, debido a que aquellas conferencias
han plateado un mar de ilusiones y compromisos que no se sabe quién los asume y si al momento de
incumplir, qué garantías ofrecen para que el proyecto surja, ya que sabemos que todo propósito
escrito y si se llega a dar, daría un poco porcentaje con tal de que los dineros de los ciudadanos
garanticen el bienestar de los más ricos, como lo afirma (Carrión. 2016): “la producción de un
pensamiento global con acciones locales, que conduce a la pérdida de la autonomía municipal y a
que la cooperación internacional no se comprometa a nada”. Es un plan estratégico de fachada,
camufla muy bien lo que hay por debajo de la mesa, un claro ejemplo es el precio que se pagó por
tan solo una reunión, en donde el gobierno ecuatoriano dio 30 millones de dólares, pudiéndose
hacer con 15 mil dólares como lo realizó el proyecto alternativo, siendo posible solamente cuando
hay conciencia compromiso y honestidad.

Es por ello que las ciudades en condiciones más precarias no surgen, no obtienen soluciones
garantizadas, además, que lo ven desde una perspectiva lejana y ajena a la situación, porque no lo
viven personalmente, no tiene la experiencia y la conciencia para definir las mejores soluciones y
darles el debido cumplimiento, es por ello que Foro Hábitat III alternativo, sugiere,

“reconstruir un Habitat que no esté en manos de los gobiernos de los Estados. No debieran
tener más que una presencia minoritaria. La mayoría de los miembros se repartiría entre
los gobiernos de las ciudades y otros asentamientos locales, representantes de las
organizaciones y movimientos sociales y de miembros colectivos profesionales o
académicos. Todos ellos deberían comprometerse a defender un conjunto de principios que
expresaran la vocación de hacer ciudad y de promover los derechos ciudadanos de todos”.

Es ahí, una frase que cabe resaltar, “Y cuando no hay ciudad, no hay ciudadanía” (Fernando
Carrión), verdaderamente es así, la urbanización nace a partir del trabajo y las necesidades del
hombre, permitiendo la integración, contacto y colectividad entre personas, pero estos proyectos ni
siquiera tocan la zona rural, la cual es el área productiva para las ciudades, personas que con
esfuerzo y dedicación necesitarían de integración en los planes y proyectos de mejoramiento tanto
urbano como rural, pero es claro que apoyan a las urbes con el fin de hacerla competitiva y así
poder obtener interés para las grandes corporaciones mundiales.

Finalmente, se confirma que este hábitat III, es una farsa, que acumula recursos, tiempo y da
ilusiones a todo el mundo, como va ser, que un documento, una Nueva Agenda Urbana sea la
representación de toda una ciudadanía y más aún sin tener en cuenta, aquellos sujetos, grupos
sociales, partidos políticos, etc., en consecuencia, esta representación, protocolo, desfile de traje y
los dólares, no fueron suficientes para entusiasmar ni siquiera a los que asistieron, lo que se
evidencia es la deshonestidad por parte de este grupo Hábitat III. Estos proyectos se deben platear
desde la ciudad, a partir de una acupuntura tanto urbana como rural, en donde las personas que día a
día adquieren experiencias y con sus ideas, necesidades y posibles soluciones pueden responder
puntualmente conforme a cada cultura e identidad, a aquellas propuestas en pro de la sociedad y
equilibrio en el espacio habitable, respetando el patrimonio cultural y arquitectónico, obteniendo así
grandes resultados, dinamismo social y así entre todos construir un ambiente verdaderamente
sostenible.

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