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PROCESOS DE ESTRUCTURA MONITORIA: UNA VISIÓN DE LA

LEGISLACIÓN COMPARADA Y ARGENTINA. CONCLUSIONES E


INTERROGANTES EN POS DE SU IMPLEMENTACIÓN

POR FRANCISCO VERBIC Y MATÍAS A. SUCUNZA

Sumario: I. Planteo. II. Objetivos, material y metodología. III. Conceptualización. IV.


Caracterización. Premisas Generales. V. Críticas. VI. Justificación técnica y contextual. VII.
Estructura: análisis comparativo. VIII. Conclusiones e interrogantes de cara a su implementación.

I. PLANTEO
El presente trabajo parte de algunas premisas que, al menos en el contexto
Latinoamericano, entendemos que pocos pondrán en discusión, a saber:
1) El tiempo judicial es un factor determinante para las personas e
instituciones (mercado o Estado) pues implica que un conflicto que no ha podido ser
solucionado a través de cualquier otra vía o forma requiere de la intervención de
algún órgano del Poder Judicial para su desactivación.1
2) Los órganos judiciales, por distintas razones estructurales entre las que
destacan la falta de recursos y capacitación, encuentran dificultades para dar
respuestas adecuadas frente a la transformación social operada en las últimas
décadas, al número creciente de causas que en términos de justicia demanda la
ciudadanía y a las exigencias de un mercado culturalmente distinto y en constante
cambio.
3) Las formas procesales vigentes, en particular el juicio ejecutivo en tanto
arquetipo procesal para tutelar la circulación del crédito, no satisfacen ni por exceso
ni por defecto las necesidades propias del mercado de intercambio actual. Esto
demanda la implementación de nuevas formas jurídicas que faciliten, protejan y
resguarden de manera eficiente y eficaz las relaciones comerciales de intercambio de
bienes y servicios a fin de generar confianza y seguridad en las relaciones de
intercambio, lo cual gravita en el bienestar general de la comunidad.2

1
Ver BERIZONCE, Roberto O., El tiempo del proceso y la eficiencia del sistema de justicia, VII Seminario
Internazionale Fonnazione e caratteri del Sistema giuridico latinoamericano e problemi del processo chile",
Roma, Italia, 16-18 de mayo de 2002.
2
En la Comisión Storme se resaltó la importancia del proceso monitorio como una alternativa rápida y
económica para el acreedor y eficiente en el combate a la mora (Prütting, H., "Approximation", en
"RapprochmentDroitJudiciaire-Rapport General Introductif", 1994, Ed. Storme, p. 147; comp.Heá, en "FS
Geimer", 2002, p. 339 y ss. [esp. p. 361]).
4) En esta etapa de modernidad líquida la informática desafía dos
dimensiones determinantes para las estructuras burocráticas: las formas de
relacionarse y vincularse (los soportes) y el tiempo (el cual jaquea la idea concreta
del plazo razonable como garantía).
5) La realidad judicial evidencia la irrazonabilidad de las respuestas del
sistema de justicia en este campo. Primero, por el alargamiento inaceptable de los
plazos procesales lo cual, como da cuenta la propia Corte Interamericana en el caso
“Furlán”, supone violentar la tutela judicial continua y efectiva. 3 Segundo, porque si
el tiempo de resolución de un conflicto es parte de la garantía de su protección, es
posible afirmar que –en casos de tutela tardía- el derecho en juego no fue protegido o
resguardado en debida forma. Tercero, porque estas decisiones tardías, producto de
una estructura anticuada y una dinámica dispendiosa, son disfuncionales a la lógica
del sistema y sus fines inmediatos (en este campo: facilitar la circulación del crédito,
bienes y servicios de forma segura, confiable y eficaz) y mediatos (crecimiento de la
economía).
En este contexto nos proponemos abordar básicamente dos interrogantes: (i)
¿puede el proceso monitorio reportar algún tipo de utilidad para enfrentar estos
problemas y desafíos?; y (ii) ¿ofrece, desde sí y comparativamente, ventajas que
disminuyan las disfuncionalidades del sistema judicial, que atiendan de mejor forma
a las condiciones de mercado, a la realidad global en el marco de la consolidación de
procesos de integración y que contribuyan a facilitar la circulación de “créditos” en
pos del bienestar sistémico?

II. OBJETIVOS, MATERIAL Y METODOLOGÍA


Partiendo de las premisas sentadas, el presente trabajo tiene por objeto aportar
algunas ideas acerca de cuáles consideramos serían puntos a evaluar pensando en una
probable estructura de procesos de estructura monitoria para la República Argentina,
tanto en el orden federal como en el marco de las jurisdicciones provinciales que la
integran. A tal fin brindaremos en primer lugar una breve conceptualización acerca
de lo que esta clase de procesos importa y cuáles son los rasgos que los caracterizan.
Luego reseñaremos las críticas que se han opuesto a su implementación, intentando
dar algún tipo de respuesta a través de la justificación contextual y técnica del

3
CIDH “Furlan y Familiares Vs. Argentina”, Sentencia sobre excepciones preliminares, fondo, reparaciones y
costas, 31 de Agosto de 2012.
instituto. En tercer lugar, y en correlato con el objetivo general planteado,
desagregaremos algunos de los puntos que entendemos más importantes con relación
a la estructura y dinámica del monitorio con el objetivo de repensar -teniendo en
cuenta la realidad argentina- cuáles podrían ser las mejores opciones en pos de su
instauración.
En ese orden abordaremos los perfiles que definen a este procedimiento en las
legislaciones foráneas más importantes, presentando algunas notas comparativas con
relación a los procesos especiales de estructura monitoria regulados en ciertos
ordenamientos locales de nuestro país (La Pampa, Río Negro y Entre Ríos), así como
también haremos referencia a diversos proyectos que, con mayor o menor suerte, han
sido elaborados para propender a su implementación.
Estos elementos serán contrastados con las objeciones y opiniones
doctrinarias que se han opuesto, para concluir brindando algunas apreciaciones
acerca de cuáles serían los apartados a considerar en una posible propuesta.
Para el análisis de las dimensiones señaladas utilizaremos como material de
trabajo las legislaciones de los distintos ordenamientos extranjeros y provinciales,
algunas decisiones de relevancia vinculadas a dimensiones tales como el tiempo o
acceso a la justicia, datos estadísticos vinculados y las referencias doctrinarias más
autorizadas.

III. CONCEPTUALIZACIÓN
No hay una forma única de proceso monitorio. De allí que tratar de ofrecer
una definición que englobe a todas sus manifestaciones sea una tarea difícil. Lo que
sí existe, a través de la experiencia de la cual las legislaciones dan cuenta, es la
necesidad de instrumentar alguna forma procesal que permita dotar de un proceso
rápido, ágil y eficaz a ciertos instrumentos que respaldan créditos 4 de diversa índole.
La necesidad de tutela efectiva del crédito en contextos de cambios en el tráfico
comercial fue y es, en su nacimiento en la Edad Media y en la actualidad, la principal
razón de ser de los procesos de estructura monitoria.5
4
Con la voz “créditos” hacemos alusión a todo tipo de obligaciones ciertas, exigibles y, en su caso, líquidas, que
un acreedor tiene respecto de un deudor a quien se las puede exigir y reclamar judicialmente. Es decir, que no
(necesariamente) quedará reducida a deudas dinerarias sino que comprenderá otras pretensiones que entrañan
compromisos que reúnen tales características, que hacen al tráfico comercial y que permiten intuir un marco de
discusión de base acotado y sencillo (por ejemplo, división de condominio).
5
Ver en tal sentido en esta obra Kaminker, MARIO E. (Los procesos de estructura monitoria, “Códigos
Procesales de la Provincia de Buenos Aires y de la Nación”, Morello, Augusto M.; Sosa, Gualberto L. y
Berizonce, Roberto O; Bs. As. –Abeledo-Perrot-, La Plata –2ª ed. Librería Editora Platense-, t. VI-B, 1996, pág.
527-534).
Históricamente y en el derecho comparado europeo actual existen y coexisten
variedades de “formas monitorias” que pueden ser catalogadas de la siguiente
manera: (i) modelos bases de tradición monitoria (Alemania 6 e Italia); (ii) modelos
bases derivados (Suiza y Austria); (iii) modelo de recepción tardía (Bélgica, Francia,
Grecia, Portugal, España y Luxemburgo); y (iv) modelos con procesos similares que
tienen función monitoria (Países Escandinavos, Gran Bretaña y Holanda). Por ello es
que entendemos conviene mejor hablar de “procesos de estructura monitoria” o,
sencillamente, de “formas monitorias” ya que eso permite obtener una mejor
descripción sobre la base de la estructura, técnica y objetivos de de este tipo de
mecanismos, sin insuficiencias ni errores conceptuales. 7 La etiqueta de “estructura
monitoria” tiene por finalidad retratar una técnica especial de tramitación,
circunstancia que no ha estado exenta de ciertas críticas.8
No obstante los reparos expuestos, puede decirse que las “formas monitorias”
consisten en un proceso especial de conocimiento sumario que empieza con el
dictado de un decreto ingiuntivo o sentencia monitoria emitida por el juez en total
ausencia de sustanciación entre las partes.9 Así, el acreedor requirente, mediante una
simple petición (formulario o demanda), acude al juez y éste -luego de un limitado
control de admisibilidad- emite inaudita parte una orden de pago o cumplimiento
(prestación) dirigida al deudor requerido. En esta orden el magistrado fija un término
dentro del cual el deudor puede, si le interesa, provocar el contradictorio mediante
oposición. Ante la falta de oposición formulada en tiempo, la orden de pago adquiere
eficacia de título ejecutorio.10

6
Ver arts. 688/703 (Libro 7) de la ZPO alemana (http://www.kas.de/wf/doc/kas_9523-544-4-30.pdf)
7
PÉREZ RAGONE, En torno al procedimiento monitorio desde el derecho procesal comparado europeo:
caracterización, elementos esenciales y accidentales, Rev. derecho (Valdivia) v.19 nº 1, jul. 2006, pp. 205-235].
8
PÉREZ RAGONE refiere respecto del Código Modelo para Iberoamérica del Instituto Iberoamericano (1988), el
Anteproyecto de Código Morello-Arazi-Eisner-Kaminker (1993/1993) o los vigentes Códigos Procesales Civiles
de La Pampa y Tierra del Fuego que en estos se incurrió en el error de legislar de una forma muy compleja un
instituto tan simple. En ellos se habla de "procesos de estructura" monitoria, lo que de por sí ya es exótico. Pero el
defecto fundamental está dado por tres notas claras en la oscuridad de la redacción empleada: a) la confusión y,
peor aun, identificación con los procesos de ejecución; b) la inclusión de un contradictorio y fase probatoria; y
finalmente c) el campo de aplicación amplio para una pluralidad de pretensiones, incluso de hacer (PÉREZ
RAGONE, A. J. Consideraciones en torno al proceso monitorio. Utilidad y funcionamiento de la estructura y
técnica monitoria, Libro de Ponencias Generales y Trabajos Seleccionados - XXIII Congreso Nacional de
Derecho Procesal, Mendoza, 2005, Nota 4).
9
Preferimos utilizar tales términos en lugar de la palabra inyunción, toda vez que ésta no figura en el diccionario
de la lengua castellana (aunque sí existe el verbo inyungir, que significa prevenir, mandar, imponer, conf.
MARTORELLO, B. R.Proceso monitorio. Concepto. Desarrollo y tendencias actuales, disponible en
www.iaba.org/Law%20Review%20VOL%202/Law_Review_Vol2_BMartorello.htm).
10
Ver CALAMANDREI, P.El procedimiento monitorio, Buenos Aires, 1946, nota 15, p. 24.
Es decir que estos tipos de procesos operan posponiendo el contradictorio y
desplazando la mismísima iniciativa para generarlo al requerido,11 en tanto éste–
como señalamos- debe formular la oposición para enervar los efectos de la sentencia
monitoria favorable al requirente, quedando en su defecto habilitada la vía de la
ejecución forzada y haciendo (salvo causales extraordinarias vinculadas a la nulidad
del propio procedimiento u otras circunstancias excepcionales) cosa juzgada formal y
material.12

IV. CARACTERIZACIÓN. PREMISAS GENERALES.


En el presente apartado trataremos de destacar sucintamente aquellos rasgos
característicos del proceso monitorio que recogen las legislaciones y de los que dan
cuenta los estudios al respecto; es decir, las particularidades que lo identifican,
distinguen y diferencian de otros procesos.
Los elementos esenciales de las formas monitorias, a los cuales todas las
regulaciones que se ocupan de este tipo de procesos hacen alusión, son dos: el
secundum eventum contradictionis (en tanto técnica o modo de funcionamiento) y la
inversión del contencioso (como estructura procedimental propia). El primero de
ellos indica que la eventual posibilidad de discusión queda sujeta a exclusiva
voluntad e iniciativa del deudor. El segundo, que sólo en caso de oposición pesa
sobre el requirente instar el proceso contradictorio de conocimiento.
De esa manera, ante la oposición del requerido a la orden de pago puede, ya
sea en forma automática o a pedido del acreedor, iniciarse un juicio de conocimiento
ordinario que se desenvuelve con todas las garantías del contradictorio 13. En cambio
si el requerido no se opone, sea que se considere confesión, rebeldía o allanamiento,
la sentencia que declaró el derecho (proceso declarativo) hace cosa juzgada formal y
material sobre la deuda (proceso plenario), pudiéndose ejecutar el título que sirvió de
causa a la pretensión.

11
Ver en relación al punto, Kaminker, MARIO E. Los procesos de estructura monitoria, cit., pp. 530-531.
12
LOUTAYF RANEA, R. (Proceso Monitorio, “Códigos Procesales de la Provincia de Buenos Aires y de la
Nación”, Morello, Augusto M.; Sosa, Gualberto L. y Berizonce, Roberto O; Bs. As. –Abeledo-Perrot-, La Plata –
Librería Editora Platense-, t. X-a (Actualización. Parte General), 2004, pág. 495).
13
Esto ha dado lugar a discutir si el proceso monitorio en su caso es independiente o introductorio al mismo. A
modo de ejempo, en Italia el criterio prevaleciente en la doctrina es que el proceso de conocimiento amplio que se
dispara con motivo de la oposición es autónomo y no constituye una ulterior etapa del proceso de ingiunzione
(CARPI, F., TARUFFO, M.Commentario breve al codice di procedura civile e alle disposizioni sul processo
societario, Padova, 2006, p. 1812. Esto ha llevado a que algunos autores sostengan que el monitorio no es un
proceso sino una particular modalidad procedimental, en virtud de que “no se ajusta a su esquema ni completa
sus requisitos” (CATONE, M.C., MUÑIZ, A., CALVINHO, G. El instituto monitorio, Libro de Ponencias Generales
y Trabajos Seleccionados - XXIII Congreso Nacional de Derecho Procesal, Mendoza, 2005, p. 220.
Otro dato característico, aún en la diversidad de sus formas, es que el proceso
monitorio es típico en el sentido que sólo se puede llevar adelante sobre la base de
ciertos presupuestos específicos y con referencia a derechos (disponibles) que el
legislador ha identificado apriorísticamente como objeto de este tipo de tutela.
También se destaca la circunstancia de que la mayoría de las regulaciones lo
establecen como una vía facultativa para el acreedor, razón por la cual éste puede
optar válidamente por reclamar su crédito utilizando las vías ordinarias.14
Asimismo, se trata de un proceso de conocimiento donde se hace valer una
pretensión condenatoria y no de un proceso de ejecución. 15 Esto implica que su
tránsito tiene por objeto obtener un título ejecutorio que permita la ejecución, en el
marco del cual se garantiza la potencialidad o concreción de una discusión. De allí
que pueda afirmarse que el monitorio es el pórtico a la ejecución, no la ejecución
misma.16

V. CRÍTICAS
Respecto del proceso monitorio se han vertido distintas críticas. Dividiremos
las mismas en dos clases: las estructurales, que plantean objeciones en torno al
proceso monitorio como técnica regulatoria, y las contextuales, que tienden a
cuestionar la utilidad del proceso monitorio en relación con factores condicionantes.
La crítica estructural más invocada es que la técnica regulatoria puede
importar vulneraciones al ejercicio del derecho y garantía de defensa del requerido,
con consecuencias sumamente gravosas17. Otra de las críticas es que el proceso en sí
mismo, en cuanto técnica, no reporta mejoras ni en tiempo ni en eficacia en pos de la
tutela de derechos, lo cual equivaldría a "cambiar para que nada cambie”.18 En
similar línea, Di Iorio señala que si lo que se pretende (con el proceso monitorio) es
que ante el silencio del demandado se tenga por reconocido sin más trámite el
derecho o la pretensión esgrimida por el actor, como por lo demás ocurre en los
14
Las razones que pueden llevar al acreedor a optar por la vía ordinaria son de diversa índole. Entre ellas pueden
mencionarse la imposibilidad de reclamar en el procedimento di ingiunzione daños derivados del incumplimiento,
y la tasa de registro que grava la orden de pago una vez que deviene ejecutiva ( COMOGLIO, L. P., FERRI, C.,
TARUFFO, M.LezionisulProcessoCivile, Bologna, 2006, Tomo II, p. 149).
15
Ver en tal sentido el Código del Proceso del Uruguay, el cual lo cataloga y regula como un proceso de
conocimiento (arts. 351, subsiguientes y concordantes).
16
MARTÍNEZ, O. J.Procesos de Estructura Monitoria: Anteproyecto de Reformas al Código Procesal Civil y
Comercial de la Nación, Libro de Ponencias Generales y Trabajos Seleccionados - XXIII Congreso Nacional de
Derecho Procesal, Mendoza, 2005.
17
PONZ, M.A. El Proceso Monitorio, en Revista del Colegio de Abogados de La Plata, año XIX, n° 40, pág. 233
y ss., específicamente págs. 263/267.
18
RAMÍREZ, O. El juicio de desalojo, Bs. As., Depalma, 1994, págs. 289/290.
ejecutivos, esto puede ser regulado con la misma efectividad y con similar cantidad
de actos procesales en un proceso con contradictorio normal y no invertido, bastando
para ello establecer en el art. 356 inc. 1 CPCCN que el silencio observado ante el
traslado de la demanda operará como reconocimiento de los hechos expuestos en la
demanda y provocará hacer lugar a la pretensión actora.19
Entre las contextuales se han esgrimido, entre otras, la (probable) hostilidad
de los profesionales del foro con relación a su implementación 20; el hecho de que el
proceso monitorio propendería a la actitud maliciosa de los deudores, a quienes
bastaría oponerse a la orden del juez para tornar ilusoria la pretensión del acreedor
por esta vía breve y sencilla; 21 la creencia de que el éxito de la figura descansa en la
especulación de que no se articule oposición 22 y que la suerte de esta implementación
está necesariamente atada a la existencia de buena fe “espontánea”.23
En ese sentido, hablando acerca de la posible implementación de esta clase de
procesos en el marco de pretensiones laborales, Camps manifiesta que si existe buena
fe espontánea de ambas partes la solución a la controversia puede darse rápida y
eficazmente por medios que hoy provee el derecho procesal positivo. En cambio,
ausente esa buena fe, aun cuando contemos con el monitorio, las oposiciones del
demandado -fundadas o no- abrirán la etapa del contradictorio, insumiendo el tiempo
procesal que se buscaba ahorrar y desvirtuando así la principal ventaja del sistema.24
En función de lo expuesto se ha enfatizado que parece más eficaz
preocuparnos por afinar el trámite de realización de bienes (que por otra parte
beneficiará a otras clases de procedimientos) que por incorporar la figura monitoria
para finalmente ahorrarnos en tiempo sólo lo que demora el diligenciamiento de un
mandamiento, y a costa de la bilateralidad y la defensa en juicio.25
19
DI IORIO, A. Procesos de ejecución. Tribunales de ejecución. Proceso monitorio, ponencia general
presentada al XXIII Congreso Nacional de Derecho Procesal, "Libro de ponencias generales..." cit., p. 206.
20
“Aunque al cabo la estructura monitoria no llegue a contar con las adhesiones que descontamos logrará, mucho
nos satisfaría recortar las alas al nefasto abuso del proceso: en el accionar, en las defensas y en los recursos. El
justiciable debe dejar de escuchar “que su posición descansa en estar dispuesto a fabricar cualquier oposición” y
aunque parezca utópico, alguna vez llegaremos, en la litigación, al incumplimiento no cuestionado. Mucho –casi
todo- se deberá a lo que aconseje y haga el abogado”, Kaminker, MARIO E. Los procesos de estructura monitoria,
cit., pp. 534.
21
PONZ, El Proceso Monitorio, cit., págs. 263/267.
22
RAMÍREZ, "El juicio de desalojo", cit. págs. 289/290.
23
CAMPS, C. E., Proceso monitorio y Derecho Laboral, Lexis Nº 0003/401662. También ENDERLEse refiere a la
importancia de la buena fe en este tipo de procesos, aunque del lado contrario de la relación procesal. En esta
línea señala que la obtención del título ejecutorio se logra “con fundamento en el estereotipo de presumir la buena
fe del reclamente” (ENDERLE, G.J. “Proceso monitorio”, Libro de Ponencias Generales y Trabajos Seleccionados
- XXIII Congreso Nacional de Derecho Procesal, Mendoza, 2005, p. 239).
24
CAMPS, “Proceso…” cit.
25
CATONE, MUÑIZ Y CALVINHO,“El instituto monitorio” cit., p. 226.
VI. JUSTIFICACIÓN TÉCNICA Y CONTEXTUAL
El establecimiento de este tipo especial de tutela sumaria del crédito
encuentra justificación en razones de distinta índole. Consideramos que estas razones
nos permitirán refutar y desacreditar las reprobaciones expuestas y argumentar en
torno a la importancia de la implementación del instituto.
Básicamente, para replicar las críticas podríamos identificar dos tipos de
razones. Por un lado las de índole técnica, entendiendo por tales aquellas que reporta
el proceso monitorio en sí mismo; por otro lado las contextuales, que son aquellas
asociadas a la realidad judicial y social en que se insertaría el monitorio.
Abordaremos integralmente ambas. A ese fin, comenzaremos afirmando que el
monitorio supone importantes ventajas comparativas en términos de economía
procesal y simplificación en pos de la efectividad de la tutela del crédito/derecho.
Pensemos que en la República Argentina este tipo de dispositivos puede
llegar a cobra particular importancia a poco tengamos en cuenta que los procesos en
los cuales existe verdadera controversia (y consiguiente necesidad de amplio debate)
rondan tan sólo el 15% del total de causas iniciadas.26 En este sentido, la experiencia
europea y española ha demostrado la relevancia del proceso monitorio. En España,
por ejemplo, es la vía judicial más utilizada en los tribunales: durante el año 2007 se
promovieron 420.599 pretensiones de este tipo (que representan el 47,2% de la
litigiosidad civil), con gran eficacia (del total de procesos monitorios iniciados, más
del 50% concluyen con el pago -13,8%- o bien con la ejecución del título base de la
petición monitoria -36,6%-).27
Es importante tener en cuenta que en la base de este método de simplificación
del proceso de condena se encuentra la valoración de política procesal de que
muchos procesos comunes u ordinarios sirven sólo para prolongar inútilmente el
momento de la sentencia definitiva. Ello así puesto que muchas veces el demandado
carece de interés legítimo en oponer defensas o excepciones serias al progreso de la
pretensión ejercida en su contra y, ante la posibilidad que le abre el sistema procesal,
adopta conductas dilatorias. En estos supuestos se pone en evidencia la falta de
26
DI IORIO, “Procesos de ejecución…” cit., pp. 196-197. Este autor, sin embargo, se muestra escéptico ante la
posibilidad de incorporar el proceso monitorio en el ordenamiento procesal argentino. Ver al respecto, PICÓ Y
JUNOY, J.“El proceso monitorio. Una visión española y europea de la tutela rápida del crédito”, Ponencia
presentada al XXV Congreso Nacional de Derecho Procesal a desarrollarse en Buenos Aires, 2009.
27
Ver al respecto, PICÓ Y JUNOY, J.“El proceso monitorio…” cit.El dato de la morosidad en el cumplimiento de
las obligaciones y el elevado número de procesos con sentencias dictadas en rebeldía han llamado la atención y
centrado la preocupación en la UE (Comp. LV COM (2002) 746 20/12/2002, p. 10).
interés en un contradictorio serio, dirigido a confrontar las razones de hecho y de
derecho que sostienen la pretensión del actor,28 así como también la inutilidad de una
estructura procesal ideada para posibilitar esa confrontación.29
En similar sentido, no se trata de especular con la inexistencia de oposición
sino de pensar en un proceso cuya estructura se dispone a cubrir aspectos no
regulados por otros procesos, necesarios para dar respuestas al tráfico comercial a
través de una técnica particular que reporta ventajas significativas en la propia
tramitación de la causa. De esta manera, la alteración de la secuencia normal del
proceso dejando la iniciativa del contradictorio en manos del demandado, facilita el
resguardo efectivo de derechos y, simultáneamente, brinda una alternativa válida
para la Justicia mediante un tratamiento especial de la rebeldía que ocasiona elevados
costos en tiempo, esfuerzo y recursos económicos.30
En línea con lo explicitado, quienes critican al monitorio en tanto tal soslayan
que es un proceso que habilita reclamos documentados comunes en el tráfico
comercial que no tienen la aptitud de títulos ejecutivos. Esto supone que, de
implementarse este proceso, muchos créditos contarán con una forma rápida y eficaz
de exigirse judicialmente y que las formas modernas de intercambio no deberán
preocuparse por la aptitud del instrumento porque contarán con una vía específica y
versátil, relevando al legislador del dilema de la “seguridad estática” de la creación
de títulos con calidad ejecutiva.
A esto debemos sumar una serie de pretensiones que, en tanto obligaciones
jurídicas ciertas, exigibles y documentadas, también conforman créditos aptos para
transitar por esta vía rápida y sencilla.31 Entre esas pretensiones, de las cuales dan
cuenta diversas experiencias comparadas o los propios proyectos existentes en
nuestro país, podemos ejemplificativamente mencionar: la división de condominio, la
escrituración, en ciertos supuestos el desalojo, la transferencia de automotores y/o
bienes muebles registrables en general y la cancelación de prenda e hipoteca.

28
“(…) Lo más frecuente es que el deudor de buena fe carece de excecpiones a oponer en la mayoría de los
supuestos. Las estadísticas muestran que en la realidad del tráfico, los deudores ejecutivos “no tienen” defensas
hábiles o válidas (éticamente proponibles)”, Kaminker, MARIO E., Los procesos de estructura monitoria, cit., p.
528.
29
QUEVEDO MENDOZA, E.“Tribunal de ejecución. Proceso monitorio. Ponencia General”, Libro de Ponencias
Generales y Trabajos Seleccionados - XXIII Congreso Nacional de Derecho Procesal, Mendoza, 2005, pp. 172-
173. Claro que la real efectividad de la tutela monitoria en este sentido depende de la vigencia de un sistema
igualmente eficaz de ejecución (conf. PICÓ Y JUNOY, J. “El proceso monitorio...” cit.).
30
PÉREZ RAGONE“En torno al procedimiento monitorio...” cit., pp. 205-235.
31
PÉREZ RAGONE“En torno al procedimiento monitorio...” cit., pp. 205-235.
De allí que hablemos de estructuras monitorias para comprender no sólo los
créditos documentados comunes en el tráfico comercial que no constituyen títulos
ejecutivos, sino además otros créditos que en el esquema tradicional deben transitar
el juicio de cognición.
Por supuesto que es indudable que este procedimiento revestirá aun mayor
importancia cuando se presuma que no habrá oposición del demandado o bien para
favorecer ciertas situaciones sobre la base de que, aunque medie oposición, ésta se
resolverá de forma más breve que por la vía ordinaria, 32 sopesando además que su
propia mecánica “desinfla” el juego residual del juicio ordinario posterior, aunque
sin cancelarlo.33 Este es otro punto que olvidan quienes critican sin más al instituto:
las discusiones que pueden darse en torno a eventuales oposiciones a créditos
documentados líquidos y exigibles u otras prestaciones ciertas, serán simples y de
poco caudal probatorio. De allí que el monitorio, aprovechando su estructura y
generando incentivos correctos en su dinámica, puede reportar grandes utilidades.
Así, el monitorio se erige también como una herramienta útil para paliar una
de las consecuencias macroeconómicas más perniciosas que se derivan de tales
dilaciones: el escaso nivel de protección con que cuentan los derechos de crédito, lo
que proyecta efectos desastrosos en la economía general de cualquier país. 34Además,
como afirma Calamandrei, su vigencia produce un efecto psicológico que actúa
como “calmante eficaz del espíritu de litigiosidad”: mientras la invitación a
comparecer al proceso sirve muchas veces de “instigación al embrollo” y el
contradictorio parece establecido en varias ocasiones más para excitar que para
calmar los disentimientos, el proceso monitorio se encuentra diagramado para
disuadir al deudor de emprender una reacción infundada ante la pretensión actora.35
En el mismo sentido, las críticas vinculadas con las posibles vulneraciones al
derecho de defensa y debido proceso quedan desacreditadas si tenemos en
consideración que el proceso monitorio, como reglamentación razonable de estos, no
elimina sino que pospone la posibilidad defensiva, garantizando con amplitud su
ejercicio.36 Circunstancia a la cual se suma la estrictez con que, en todos los
32
MARTÍNEZ“Procesos de Estructura Monitoria…” cit., p.
33
MORELLO, A. "El proceso civil moderno", Librería Editora Platense, La Plata, 2001, pág. 448.
34
QUEVEDO MENDOZA“Tribunal de ejecución...” cit., pp. 172-173. Claro que la real efectividad de la tutela
monitoria en este sentido depende de la vigencia de un sistema igualmente eficaz de ejecución (conf. PICÓ Y
JUNOY, J.“El proceso monitorio…” cit.).
35
CALAMANDREI, El procedimiento monitorio, cit., pp. 194-195.
36
Ver a favor de la constitucionalidad y su compatibilidad con el proceso justo del esquema monitorio,
Kaminker, MARIO E., Los procesos de estructura monitoria, cit., p. 529.
ordenamientos, se regula el acto de notificación del requerimiento, el plazo de
oposición y las consecuencias de su inobservancia.
En cuanto a la mala fe del posible requerido, cabe alegar que el principio de
inversión del contradictorio, conjugado con otros incentivos y sanciones (por
ejemplo, carga de la prueba, imposición de costas, multas por temeridad, proceso por
audiencias con fuerte presencia judicial y amplios poderes judiciales, entre otros),
servirá para desalentarlo. Por lo demás, el funcionamiento propio del instituto, la
mudanza de comportamientos, del principio de colaboración y el resultado útil de la
jurisdicción deberían reportar -para litigantes y abogados- argumentos per se a
efectos de defender el instituto.37
Otro dato consabido es que la mayoría de las sentencias dictadas en procesos
sumarios, que por su grado de conocimiento limitado y restricciones en orden al
material litigioso y a las pruebas examinables suponen como contrapartida la
posibilidad de un proceso de conocimiento posterior, en rigor de verdad pasan a ser
títulos inconmovibles. Asimismo, cuando se admiten, esos procesos se ordinarizan y
demoran años de litigio en un esquema disfuncional y con pautas contradictorias en
torno al carácter de la cosa juzgada resultante de la sentencia.38
Por otra parte, a diferencia de los ejecutivos, el proceso monitorio permite
quitar del medio la preparación de la vía y lograr, en caso de oposición, discutir
directamente la causa de la obligación con incentivos para acelerar los procesos.
Esto, en demérito de quienes lo objetan, amplía garantías en vez de reducirlas.
Además, la decisión recaída hará cosa juzgada formal y material, dato relevante que
afianza la confianza y seguridad de las relaciones jurídicas, económicas y sociales.
Otra de las ventajas propias de la dinámica del monitorio sería la sencillez de
su tramitación a través de la utilización de formularios y concentración de actos. Su
implementación serviría para descongestionar el cúmulo de trabajo judicial,
coadyuvando a mejorar el respeto a la garantía del plazo razonable, reduciendo el
número de juicios ordinarios e incrementando indirectamente la rapidez en la
tramitación de los restantes. Igualmente, avanzaría la realización de créditos,
propendiendo al crecimiento de la economía y del intercambio de bienes y servicios.
Por último, pero no por ello menos importante, estamos convencidos que la inserción

37
PONZ, "El Proceso Monitorio" cit., pp. 263/267; MORELLO, A. y KAMINKER, M. "Hacia los procesos de
estructura monitoria", E.D. 158-1001, ap. III; Kaminker, MARIO E., Los procesos de estructura monitoria, cit.,
pp. 529/530.
38
MARTÍNEZ, “Procesos de Estructura Monitoria…” cit.
de un nuevo instituto -y no el errático cambio del ejecutivo- podría conllevar nuevos
arreglos y hábitos profesionales y culturales que palien las actuales y severas
disfuncionalidades sistémicas en torno a la tutela efectiva del crédito.
En consonancia con las razones dadas hasta aquí, el Libro Verde de la
Comisión Europea del año 2002 reseña que el proceso monitorio se propone “el
cobro rápido de deudas pendientes de pago cuya justificación no se discute” y, por
consiguiente, busca la satisfacción acelerada de créditos que se prestan a la inmediata
creación de un título. Para ello se atiende a la necesidad del acreedor de obtener el
puntual cumplimiento de la prestación no discutida, así como también al interés
público en la fiel observancia de las obligaciones patrimoniales que propende a la
eficiencia de uno de los factores primordiales para el buen funcionamiento de la
economía en general (la señalada tutela efectiva del crédito).

VII. ESTRUCTURA.
Como anticipáramos en la introducción al trabajo, en este apartado
abordaremos algunos de los puntos más importantes con relación a la estructura y
dinámica procesal del monitorio. El objetivo que nos proponemos es identificar y
repensar cuáles podrían configurar opciones viables en pos de su instauración
teniendo en cuenta la realidad argentina. En este orden, identificaremos los perfiles
que definen al procedimiento en las legislaciones comparadas más importantes y
presentaremos algunas notas comparativas con relación a los procesos especiales de
estructura monitoria vigentes en nuestro país.
1) Tipo de proceso monitorio
La mayoría de los regímenes existentes se dividen entre la adopción de
monitorios puros (el cual no requiere justificación alguna del crédito, y ante la sola
afirmación del actor el juez emite un mandamiento de solvendo que se neutraliza con
la mera oposición del requerido) o documentales (para el cual es condición de
admisibilidad acompañar algún tipo de documento).
Dentro de los primeros podemos identificar a los regímenes belga, holandés,
portugués y finlandés.39 Entre los segundos al italiano40, al brasilero41 y al español (el
cual ha optado por un modelo documental y limitado).42 Con regulaciones
comprensivas de ambos tipos tenemos al régimen austríaco y al alemán, los cuales
adoptan un monitorio puro y otro documental para determinados títulos de crédito, a
opción del acreedor.
En una posición intermedia encontramos al Código del Proceso de Uruguay,
el cual dispone en su artículo 352 que en todos los casos para promover la demanda
monitoria se requerirá documento auténtico o autenticado notarial o judicialmente,
exceptuando el caso previsto en el artículo 364 (entrega de cosas que no sean dinero),
cuando se trate de contrato que pueda ser probado por testigos. En este caso y en
etapa preliminar que se seguirá por vía incidental, podrá establecerse la prueba de la
existencia del contrato y de su cumplimiento por el actor.
A su vez, la noción de documentos no es limitativa a la noción de
instrumentos, sino que se amplía a cualquier soporte que contenga una obligación
crediticia exigible, líquida o fácilmente liquidable, o bien de cumplimiento de una
prestación cierta43. Lo importante es que ese documento revista condiciones
necesarias que acrediten el crédito u obligación incumplida y que responda a los usos
comerciales y sociales vigentes. Así, por ejemplo, la Ley de Enjuiciamiento Civil
Española (LEC) establece en su art. 812 que la deuda debe acreditarse mediante
documentos, cualquiera que sea su forma y clase o el soporte físico en que se
encuentren, que aparezcan firmados por el deudor o con su sello, impronta o marca o
con cualquier otra señal, física o electrónica, proveniente del deudor (inc. 1°); o bien
mediante facturas, albaranes de entrega, certificaciones, telegramas, telefax o
cualesquiera otros documentos que, aun unilateralmente creados por el acreedor,

39
MARTÍNEZ “Procesos de Estructura Monitoria…” cit.
40
Sin embargo, la doctrina considera que no es posible identificar en el CPC una técnica procesal inspirada en
uno u otro modelo. Se habla de que el mecanismo allí previsto es fruto de una fusión entre ambos tipos de
proceso monitorio, y que por tal motivo la distinción abstracta entre ellos no resulta útil para comprender cómo
funciona (AMBROSINI, A., Procedimento di ingiunzione, disponible en
http://www.ilforouniversitario.it/index.php?option=com_content&task=view&id=112&Itemid=26. En la misma
línea, PÉREZ RAGONE destaca la multiplicidad de manifestaciones del instituto que se han desarrollado desde hace
siglos (PÉREZ RAGONE,“Consideraciones en torno…” cit., p.309).
41
Artículo 1102 a. del Código procesal civil brasileño.
42
Arts. 812 a 818 LEC.
43
En tal sentido, el artículo 1102 a. del Código procesal civil brasilero precisa que la acción monitoria puede ser
entablada con base en prueba escrita sin la eficacia de título ejecutivo por quien pretenda el pago de una suma de
dinero, la entrega de los bienes fungibles o ciertos muebles, sin precisar mayores aditamentos.
sean de los que habitualmente documentan los créditos y deudas en relaciones de la
clase que aparezca existente entre acreedor y deudor (inc. 2°). Además, en estos
casos, junto al documento en que conste la deuda pueden aportarse documentos
comerciales que acrediten una relación anterior duradera, admitiendo inclusive
grabaciones o documentos electrónicos y hasta copias de documentos haciendo eco
de los cambios tecnológicos. El listado abierto deja a criterio del juez determinar si
constituyen principio de prueba suficiente.
Por su parte, en Italia, la jurisprudencia consolidada en torno al asunto es que
la carga de presentar “prueba escrita” se considera cumplida con cualquier
documento que el juez considere suficiente para dar fe del crédito, sea que provenga
del deudor, de un tercero e incluso del propio acreedor. Este concepto de prueba
escrita es bien diverso y mucho más amplio que aquél utilizado en la regulación de la
materia probatoria por el Código Civil y el CPC de dicho país. Es por ello que
muchos de los documentos utilizados para fundar una pretensión sumaria de
ingiunzione carecerían de valor probatorio en el marco de un proceso de
conocimiento ordinario, siendo la enumeración que traen los arts. 634 y 635 del CPC
meramente ejemplificativa.44
Entre los proyectos de reforma que pretendieron introducir el proceso
monitorio en las regulaciones procesales de las provincias argentinas, cabe destacar
el diagramado por Augusto M. Morello, Roland Arazi y Mario Kaminker para la
Provincia de Buenos Aires (en adelante, “Proyecto MAK”).45 En esta iniciativa la
acreditación del derecho es estricta, ya que supone la presentación de “documento
auténtico o autenticado notarial o judicialmente o sentencia judicial, con excepción
de lo que se establece para los diversos títulos ejecutivos” (art. 492 in fine del
Proyecto MAK).46 Similar regulación contiene el art. 464 del CPCC de La Pampa,
primera provincia en regular esta clase de procesos.

44
COMOGLIO, FERRI Y TARUFFO, “Lezioni sul ...” cit., pp. 151-152, 154; CARPI Y TARUFFO “Commentario
breve...” cit., pp. 1820-1821; CALAMANDREI, “El procedimiento...” cit., pp. 122-131, 143-150.
45
Basado, a su turno, en el Anteproyecto de Reformas al Código Procesal Civil y Comercial de la Nación,
redactado por los tres juristas mencionados y el doctor Isidoro Eisner. En la exposición de motivos de dicho
Anteproyecto (septiembre de 1993), sus autores subrayan lo provechoso de ingresar al trámite de ejecución “a
partir del dictado de una sentencia que deviene firme si no se produce justificada oposición a la misma”, ya que
de ese modo se suprimen “diversos pasos procesales que, en la actualidad extienden necesariamente los
procesos respectivos, sin que produzcan en la mayoría de ellos, oposición o resistencia justa al progreso de las
acciones".
46
La incorporación de la sentencia como título hábil para accionar por la vía del proceso monitorio ha sido
criticada por considerársela superflua, toda vez que aquélla configura un título ejecutorio que cuenta con un canal
aun más expedito que el proceso monitorio para poder ser ejecutada: el procedimiento de ejecución de sentencia
[conf. CARTEAU, C. A.“El proceso monitorio”, LL (La Ley), 2001-F-1158].
En Río Negro las condiciones de admisibilidad y el modo de acreditar el
derecho por el que se reclama se encuentran reguladas prácticamente igual que en el
Proyecto MAK (arts. 487/488 del CPCC).47 En lo que respecta al régimen procesal
civil y comercial de Entre Ríos,48 la regulación de estos aspectos del tema es
exactamente igual que la vigente en La Pampa. Sin embargo hay una diferencia
relevante entre ambos sistemas, en cuanto el CPCC entrerriano permite al acreedor
preparar el proceso monitorio pidiendo que se cite al deudor a reconocer
instrumentos privados. Tal citación se realiza bajo apercibimiento de que éstos se
tendrán por reconocidos en caso de incomparecencia o falta de contestación
categórica (art. 474).
Otro proyecto que no llegó a convertirse en ley es el diagramado en la
Provincia de Santa Fe.49 En éste el campo de actuación del procedimiento monitorio
es sumamente restringido ya que sólo se encuentra habilitado para reclamar
“cantidades líquidas y exigibles de sumas de dinero que surjan de títulos valores
crediticios” (art. 473).50
En definitiva, tanto el monitorio puro como el documental pueden ser
pasibles de ciertas razonables objeciones. En esa inteligencia, por ejemplo, con
relación al documental se ha alegado que la exigencia de un documento puede
representar un obstáculo al acceso y que trae aparejado el entorpecimiento de la
rapidez del trámite ante la necesidad de una cognición sumaria y/o superficial,
resultando contraproducente en caso de informatización del proceso. Por su lado, el
monitorio puro, al no estar respaldado por alguna evidencia o fumus documentado
del crédito, podría estar expuesto en mayor medida a un uso abusivo. Atendiendo a
estas críticas se ha propuesto, como una salida intermedia, la combinación de ambos:
en general, a mayor monto del crédito se exige prueba documental, pero como

47
Ley Nº 4142, sancionada el 28/11/2006 y promulgada el 19/12/2006 (B.O. 18/01/2007). Este nuevo régimen
entró en vigencia el 01/06/2007.
48
Ley Nº 9776, publicada en el B.O. del 27/07/07. La norma preveía entrar en vigor a partir de los 180 días de su
publicación (art. 817), pero este plazo fue prorrogado por otro igual a través del Decreto Nº 319/07.
49
Este proyecto fue elaborado por una Comisión integrada por representantes de las Facultades de Ciencias
Jurídicas y Sociales y Derecho de la Provincia, de los Colegios de Abogados, de los Poderes Judicial, Legislativo
y Ejecutivo Provincial [conf. GARROTE, A. F. (H) “Los procesos ejecutivo y monitorio en el proyecto de reforma
del Código Procesal Civil y Comercial de la Provincia de Santa Fe”, LLL (La Ley Litoral), 2007-1127].
50
Según GARROTE, debe reafirmarse la esencia del juicio ejecutivo a través de un proceso que justifique su
existencia. El propósito fundamental del proyecto de reforma es evitar la tendencia a ordinarizar los procesos de
ejecución permitiendo se deslice el tratamiento de cuestiones causales vedadas por la ley y la substanciación de
excepciones inadmisibles. A su juicio, la estructura del proceso monitorio “constituye la vía apta para darle
autonomía, y eficacia” [GARROTE, A. F. (H) “Los procesos ejecutivo y monitorio…”, cit., p. 1127].
requisito de admisibilidad y sólo para correlacionar el monto requerido con el
contenido en el documento.51
No obstante esto, consideramos que la amplitud del concepto de documento a
que hicimos referencia, acompañada de una interpretación judicial acorde a los
cambios tecnológicos, económicos y sociales propios del tráfico jurídico comercial
contemporáneo, permiten salvar el escollo más grande que es el acceso a la
jurisdicción, brindando mayores garantías y desalentando los potenciales abusos de
un monitorio puro. Luego, la estructuración de un proceso con formularios y una
gestión judicial adecuada podrían neutralizar los demás reproches endilgados.
2) Objeto
La discusión gira en torno a qué tipo de créditos o prestaciones pueden tener
cabida dentro de este tipo de proceso. Las posiciones básicamente se dividen entre
aquellos regímenes que receptan un criterio amplio, donde se puede hacer valer
cualquier tipo de pretensión, y los que limitan la utilización del monitorio al
requerimiento de deudas líquidas y exigibles que consten en documentos auténticos o
autenticados.
En Italia, por ejemplo, sirve para el cobro de sumas de dinero, cosas fungibles
o entrega de cosas muebles determinadas. En este sentido, ese régimen trae una
recepción interesante cuando el crédito reclamado tiene por objeto la entrega de una
determinada cantidad de cosas fungibles ya que el acreedor debe declarar en su
demanda cuánto dinero está dispuesto a aceptar en caso que no resulte posible
cumplir con la obligación in natura (art. 639 CPC).52 Tal exigencia, fundada en
evidentes razones de economía procesal en cuanto permite obtener un título ejecutivo
incondicionado y completo,53 también tiene por consecuencia habilitar al deudor a
liberarse abonando la suma indicada por el acreedor.54
En Alemania el proceso monitorio se encuentra legislado en los artículos 678
a 703 del ZPO, siendo utilizado para prestaciones dinerarias y diferenciándose del
51
MARTÍNEZ, “Procesos de..” cit..
52
Según lo establece la propia norma, si el juez considera que la suma de dinero es desproporcionada con
relación a los bienes que se pretenden obtener, puede exigir al interesado que acompañé un certificado de la
cámara de comercio, industria, artesanado y agricultura.
53
Si frente a este tipo de pretensiones (de condena por obligación de dar cierta cantidad de cosas fungibles) la
orden de pago llevara por objeto la entrega de las cosas, el título ejecutivo sólo sería completo para llevar
adelante una ejecución por entrega de muebles (lo cual, a su turno, sólo resultaría posible si éstos se encontraran
en poder del deudor). Al incluirse esta declaración de valor, el juez la contempla en la orden de pago y de tal
modo puede avanzarse también en la ejecución sobre los bienes del deudor para percibir el equivalente en dinero
que se corresponda con los bienes adeudados (CALAMANDREI, “El procedimiento…” cit., pp. 107-111).
54
COMOGLIO, FERRI Y TARUFFO, “Lezioni sul...” cit. p. 151. Según la Corte de Casación, la suma de dinero
declarada por el acreedor no configura una segunda prestación concurrente con la originaria, sino sólo el
contravalor de esta última (CARPI Y TARUFFO, “Commentario breve...” cit.,p. 1830).
ejecutivo, cambiario y del documental. Igual régimen adoptan Luxemburgo, Bélgica,
Austria, Grecia y Portugal. En Francia también comprende ciertos créditos dinerarios
e incluso determinadas obligaciones de hacer (arts. 1405 a 1425). En Finlandia,
Suecia e Inglaterra pueden ser objeto de una pretensión monitoria no sólo
obligaciones de dar sumas de dinero ciertas, sino también algunas obligaciones de
dar cosas muebles y la pretensión de desalojo. 55 En España puede reclamarse
cualquier tipo de deuda dineraria siempre que sea vencida, exigible y de cantidad
determinada no superior a 150.000 euros.56
A su vez, a través del Reglamento (CE) Nº 1896/2006 el Parlamento Europeo
aprobó el proceso monitorio europeo, el cual sirve para la reclamación de los créditos
pecuniarios vencidos y exigibles en la fecha en que se presente la petición de
requerimiento europeo de pago, sin limitación económica alguna y sin necesidad de
aportar documento que justifique, prima facie, la verosimilitud de la reclamación.
En Uruguay el código vigente reglamenta en su libro II, junto a los procesos
de ejecución, cautelares, voluntarios, etcétera, a los de conocimiento (Título IV), de
los cuales los procesos de estructura monitoria forman parte (Capítulo IV).
Asimismo, estos comprenden un proceso ejecutivo (sección II) tendiente al cobro de
una suma de dinero para el que se prevé un procedimiento monitorio 57 (el cual abarca
inclusive deudas de origen o naturaleza tributaria) 58 y otros procesos monitorios a los
cuales resulta aplicable la estructura.
Entre estos últimos se encuentran la entrega de cosas que no sean dinero y
que se deban por virtud de la ley, el testamento, el contrato, el acto administrativo o la
declaración unilateral de voluntad en los casos en que ésta es jurídicamente obligatoria y
procede imponerla, siempre que el actor justifique la obligación de entregar y, en su caso, el
cumplimiento por su parte de la obligación correspectiva, mediante documento público o
privado reconocido o dado por reconocido ante tribunal competente o con firmas certificadas
55
PÉREZ RAGONE“En torno al procedimiento monitorio...” cit., pp. 205-235.
56
El origen contractual o extracontractual de la obligación la contemplan Francia y Portugal, requiriendo que se
trate de deudas contractuales.
57
Con relación a la procedencia del proceso ejecutivo el artículo 353 del mencionado código prescribe que el
mismo podrá incoarse cuando se promueve en virtud de alguno de los siguientes títulos, siempre que de ellos
surja la obligación de pagar cantidad líquida y exigible: 1) Transacción no aprobada judicialmente; 2)
Instrumentos públicos; 3) Instrumentos privados suscriptos por el obligado o por su representante, reconocido o
dados por reconocidos ante el tribunal competente de acuerdo con lo dispuesto por los artículos 173 y 309,
numeral 4°, o firmados o con su firma ratificada ante escribano público que certifique la autenticidad de las
mismas; 4) Cheque bancario, letras de cambio, vales, pagarés y conformes, según lo dispuesto en las leyes
respectivas; 5) Las facturas de venta de mercaderías suscriptas por el obligado o su representante, reconocidas o
dadas por reconocidas conforme a lo dispuesto en el numeral 3° de este artículo; y, 6) En general, cuando un texto
expreso de la ley confiere al acreedor el derecho de promover juicio ejecutivo.
58
El proceso ejecutivo para el cobro de créditos fiscales se tramitará según lo dispuesto en los artículos
precedentes, sin perjuicio de la aplicación de las leyes especiales en la materia.
por escribano público, salvo la excepción del artículo 352.2. 59; la entrega efectiva de la
herencia60; la resolución de un contrato en cumplimiento del pacto comisorio convenido
(artículos 1737 y 1741 del Código Civil) 61; la escrituración forzada62; la resolución por
falta de pago de promesas de enajenación de inmuebles a plazos o casa de comercio que se
encuentren inscriptas en los Registros respectivos y luego de incurso en mora el demandado,
previa intimación de pago hecha de conformidad con lo dispuesto por las leyes que regulan
las materias respectivas y justificadas las demás exigencias de hecho y de derecho requeridas
al efecto63; la separación de cuerpos y divorcio 64; la cesación de condominio de origen
contractual mediante la venta de la cosa común en remate público (artículos 1755 y 1756 del
Código Civil)65 y ciertos procesos de desalojos66.
En Brasil por su parte, el Código Procesal Civil dispone que la acción monitoria
compete a quien pretende, con base en prueba escrita sin la eficacia de título ejecutivo, el
pago de una suma de dinero, la entrega de los bienes fungibles o ciertos muebles 67.
Por su parte, en el aludido proyecto MAK los supuestos en que resulta
admisible la tutela monitoria son mucho más amplios al comprender también la
división de condominio cuando fuera imposible hacerla en especie 68, el desalojo de
inmuebles urbanos o rurales por vencimiento del plazo contractual, el desalojo por
falta de pago de bienes inmuebles urbanos o rurales cuando se hallare justificada por
59
Artículo 364 del Código General del Proceso de Uruguay.
60
La cual procede cuando un tercero obstase a que el heredero entre en posesión de los bienes hereditarios, sin
invocar ningún derecho sobre ellos (artículo 365).
61
En la providencia inicial se dispondrá la resolución si se justifica por el actor la caída en mora del demandado y
las demás exigencias de hecho y de derecho requeridas al efecto (artículo 366 del Código General del Proceso de
Uruguay).
62
En este caso, la pretensión consiste en el cumplimiento de la obligación de escriturar establecida en las
promesas de enajenación de inmuebles a plazos o equivalentes, o de casas de comercio, inscriptas en los
Registros respectivos y procede disponerla si se justificaran por el actor las exigencias de hecho y de derecho
requeridas al efecto. El mismo procedimiento se seguirá para el otorgamiento del Reglamento de Copropiedad de
inmuebles en régimen de Propiedad Horizontal cuando la ley dispone que el tribunal realice dicho otorgamiento
(artículo 367 del CGP de Uruguay).
63
Artículo 368 del Código General del Proceso de Uruguay.
64
Aquí se puede demandar la separación de cuerpos o el divorcio por las causales de los artículos 148 numerales
2° y 7° y 185 del Código Civil. Se puede disponer cuando se justifique por parte del actor las exigencias de hecho
y de derecho exigidas por los artículos 153 y 185 y el requisito establecido por el artículo 167 del Código Civil
(artículo 369 del CGP de Uruguay).
65
Esta pretensión resulta procedente cuando cualquiera de los propietarios, acreditando el dominio con la prueba
requerida por derecho y afirmado la imposibilidad de división cómoda y sin menoscabo, exige la venta y el
reparto del precio que se obtenga. (artículo 370 del CGP de Uruguay).
66
El artículo 546 en sus incisos 2, 3 y 4 prevé que los procesos de desalojo urbano y rural incluidos aquellos en
que se reclama la restitución de inmueble dado en comodato, sean éstos con plazo o precario, los contratos de
pastoreo con tenencia parcial o total del predio ajeno, contratos de arrendamiento por una sola cosecha y de
mejoramiento de pasturas, siendo el plazo de desalojo, en tales casos, de treinta días y las pretensiones o rebaja o
de aumento del alquiler de los inmuebles arrendados con destino urbano, tramitarán por el proceso de estructura
monitoria.
67
Artículo 1102 a. del Código Procesal Civil Brasileño.
68
Previsión criticada por CARTEAU, quien considera se ha incurrido en el olvido de que el objetivo del proceso
monitorio es obtener un título ejecutivo [CARTEAU, C. A. “El proceso monitorio”, LL (La Ley), 2001-F-1158].
medio fehaciente la interpelación que establecen las normas vigentes y –en general-
“los procesos de ejecución, en los casos autorizados por el presente Código u otras
leyes”(arts. 492,673 bis, 676 bis del Proyecto MAK).69En el CPCC pampeano las
controversias que pueden ventilarse por esta vía son las mismas que las incluidas en
el proyecto MAK, con el agregado de la obligación de escriturar, la transferencia de
automotores y la cancelación de prenda o hipoteca (art. 463).
Es cierto que la limitación a determinadas obligaciones, especialmente las de
dar sumas de dinero, puede reportar utilidades ya sea en cuanto a la automatización,
al trámite o a la reducción de la necesidad y dificultad cognitiva del órgano
jurisdiccional. Por eso se han propuesto y se recogen limitaciones tales como que
verse sobre una pretensión dineraria cierta y líquida, exigible y que no dependa del
cumplimiento de una contraprestación. Sin embargo, consideramos que
cumpliéndose estas condiciones (prestación líquida, fácilmente liquidable o cierta,
exigible y no condicionada), no existen mayores reparos para prever que las ventajas
del monitorio serán útiles para el trámite de otras pretensiones distintas de las
dinerarias. Entre esas pretensiones podemos mencionar a modo de ejemplo: la
división de condominio, la escrituración, en ciertos supuestos el desalojo, la
transferencia de automotores y/o bienes muebles registrables en general y la
cancelación de prenda e hipoteca.
En definitiva, la idea de este proceso en el esquema de estructuras monitorias
nos permitirá comprender no sólo los créditos documentados comunes en el tráfico
comercial que no constituyen títulos ejecutivos, sino además otros créditos que en el
esquema tradicional deben transitar el juicio de cognición y que resultan aptos, dado
su simplicidad de base, para transitar esta vía rápida y sencilla.
También nos surgen dudas en torno a la limitación en razón de la fuente de la
obligación en casos de consumo. Quizás lo más conveniente sea, sin necesariamente
excluirlo de este campo del derecho, regularlo de forma rigurosa para evitar posibles
abusos y recordando especialmente al juez los poderes/deberes que tiene para realizar
los respectivos escrutinios de convencionalidad y constitucionalidad. Más allá de
eso, por las razones que ya hemos explicado, entendemos que puede servirle al
consumidor para discutir ante un juez de forma sencilla y segura sólo ciertas cosas
que le interesen, tales como cargos o intereses abusivos.
69
El Proyecto MAK también prevé en su art. 529 la posibilidad de dictar sentencia monitoria en el marco del
juicio ejecutivo cuando la pretensión se encuentre fundada en alguno de los títulos enumerados en los arts. 521 y
522, o bien cuando se hubiera preparado previamente la vía ejecutiva.
3) Carácter voluntario, obligatorio o de oficio del procedimiento
La mayoría de las regulaciones vigentes en la actualidad establecen que la vía
monitoria es facultativa para el acreedor, quien puede optar entre ella y hacer valer su
pretensión en un juicio ordinario.70
Una variante a esto es el monitorio de oficio, que rige por ejemplo en Austria,
donde queda a criterio judicial la elección en la tramitación. Tanto ésta como la
versión obligatoria podrían reportar ciertas ventajas a fin de desalentar resistencias
culturales de los operadores jurídicos.
También existen algunas iniciativas que entendemos no resultan adecuadas en
torno a este punto. El proyecto santafesino al que hiciéramos mención, por ejemplo,
busca incorporar, a nuestro criterio erróneamente, el proceso monitorio como un
“procedimiento optativo” dentro de la regulación del juicio ejecutivo.71 En este
orden, aclara expresamente que el actor puede elegir “irrevocablemente” por
reclamar su crédito por esta vía en lugar de hacerlo por la ejecutiva.72
4) Competencia territorial. Análisis oficioso
Siendo que en nuestro país rige el sistema de unidad de jurisdicción judicial,
el tema que mayor interés concita es la discusión en torno a la competencia territorial
y no la funcional como ocurre en otras latitudes. 73 Es decir, ante cuál órgano se debe
interponer la petición o demanda monitoria. En España, Francia, Luxemburgo,
Grecia, Bélgica e Italia74 son competentes, en línea de principio, los juzgados de
primera instancia o de paz del lugar del domicilio del deudor. En cambio, en
Alemania es territorialmente competente el juzgado del domicilio del peticionario.

70
Esta tesitura ha sido defendida alegando que el tránsito por el proceso monitorio no debe ser establecido como
una obligación del acreedor, resultando más conveniente darle un carácter opcional, es decir, que pueda el
acreedor optar entre seguir el mismo o las otras vías previstas por la legislación (conf. LOUTAYF RANEA,
“Proceso Monitorio” cit., 495).
71
Algunos entienden que ya existe vigente un proceso de estructura monitoria para la ejecución de honorarios
profesionales desde la reforma introducida por la Ley 10.259 (año 1988) al art. 260 del CPCC local.
Incorporación que, siempre a juicio de los autores, habría ocurrido “quizás inadvertidamente” (GUIRADO, D. R.,
FERRER, F. M., VIETTICOLOME, L. M., FARNEDA, M. V., ZANARDI, M. N., RAMÍREZ, V. “Proceso ejecutivo –
Adopción de estructura monitoria”, Libro de Ponencias Generales y Trabajos Seleccionados - XXIII Congreso
Nacional de Derecho Procesal, Mendoza, 2005, p- 269).
72
Este tipo de aproximación al fenómeno ha sido criticado por MARTORELLO, quien considera que “Intentar
adaptar el proceso ejecutivo al monitorio contradice los principios estructurales de ambos juicios, para tan sólo
ganar a lo sumo 10 días de plazo al eliminar el mandamiento de intimación de pago e intimación de remate”
(MARTORELLO, “Proceso monitorio...” cit.).
73
En Alemania, Finlandia, Portugal, Suecia, Austria e Inglaterra tiene competencia funcional delegada un
secretario judicial quien depende de un juzgado de primera instancia (PÉREZ RAGONE“En torno al procedimiento
monitorio...” cit.).
74
El art. 637 del CPCdispone este tipo de pretensiones deben ser promovidas ante los jueces de paz o bien ante el
tribunal que sería competente para entender en el asunto en el supuesto que el acreedor optara por la vía ordinaria,
con las excepciones que recoge (CARPI, F., TARUFFO, M.Commentario breve al codice di procedura civile e alle
disposizioni sul processo societario, Padova, 2006, pp. 1826-1828).
El hecho de la determinación de la competencia territorial en función del domicilio
del requerido se asienta tanto en el resguardo de su derecho de defensa en atención a
las significativas consecuencias del monitorio, como en la mayor facilidad en el
logro de la formación del título ejecutorio al permitir notificar rápidamente.75
En consonancia con estos resguardos es que se impone el análisis oficioso de
la competencia. En Italia por ejemplo, a partir de la sentencia de la Corte
Constitucional Nº 410 del 03/11/2005, el juez debe siempre declinar de oficio su
actuación en el caso, incluso en los supuestos de incompetencia territorial simple. 76
En similar sentido, en materia comunitaria el art. 59 del Reglamento Nº 44/2001
dispone que si el crédito se refiere a un contrato celebrado por un consumidor para
un uso considerado ajeno a su actividad profesional y el demandado es el
consumidor, únicamente son competentes los órganos jurisdiccionales del Estado
miembro en el que está domiciliado el demandado.
Asimismo, el Código uruguayo establece que si la sentencia hiciere lugar a la
excepción de incompetencia impondrá las costas a cargo del actor y dispondrá que
los autos pasen al tribunal competente para la decisión del proceso, siendo todo lo
actuado con anterioridad, válido.77
Por otra parte, en el supuesto de oposición, el proceso de conocimiento debe
desarrollarse ante el mismo juez que dictó la sentencia monitoria.
5) Petición inicial: ¿formulario o demanda?
En España, Alemania y en la propia Comunidad Europea no es necesario
presentar una demanda “formal”, bastando la presentación de un formulario que
contenga la petición monitoria (art. 814 LEC y Reglamento Nº 1896/2006). De esta
manera, con la utilización de automatizadores y formularios se gana en practicidad,
comodidad y eficacia. En contra de esto se ha alegado que la presentación de una
demanda en estricto serviría para aquellos casos en que existe oposición, pues la
mayoría de las legislaciones disparan automáticamente el contradictorio ordinario
convirtiéndose aquella en el escrito de inicio de este proceso. No obstante ello,

75
Tal es así que en España, por ejemplo, si existiese una cláusula de sumisión expresa a favor de un
tribunal distinto, esa cláusula no será operativa en el juicio monitorio. Otra opción que recepta la
legislación española es la posibilidad de notificar en el domicilio laboral del deudor.
76
CARPI Y TARUFFO, “Commentario breve...” cit., p. 1828; COMOGLIO, FERRI Y TARUFFO, “Lezioni sul...” cit. p.
157. En opinión de estos últimos, tal solución ha contribuido a simplificar el procedimiento al cortar de raíz la
posibilidad de tramitar un proceso viciado de incompetencia sin necesidad de obtener la oposición del
demandado. Sobre los poderes del juez con relación a la competencia en las primeras regulaciones de la materia,
ver CALAMANDREI, “El procedimiento…” cit., pp. 165-177. En esta obra el autor criticaba la postura que,
muchos años después, terminó primando en la sentencia de la Corte Constitucional apuntada (v. pp. 174-177).
77
Ver artículos 359 y 361 del Código General del Proceso de Uruguay.
consideramos que un supuesto intermedio, a fin de aprovechar las ventajas de la
automatización sin vulnerar el derecho de defensa al momento de la oposición,
consistiría en que el formulario contenga, además de la identificación de la persona y
domicilio del acreedor y del deudor, de precisar la causa y la cuantía de la deuda y
acompañarse el documento que justifica la reclamación judicial, un recuadro donde
pueda precisarse sintética y puntualmente una descripción de las circunstancias
invocadas como fundamento de la deuda, así como los medios de prueba. Una
prescripción de este tenor se encuentra contemplada en el Reglamento Nº 1896/2006.
Con esos datos y el documento, en caso de oponerse, el requerido podrá efectuar
debidamente su defensa.
6) Admisión de la petición inicial (¿parcial? Alcance del control.
Subsanación. Posibilidad de nueva interposición)
El juez debe examinar si se cumplen los requisitos (generales y especiales) de
admisibilidad y si la petición está fundada. Se trata de una cognición superficial,
donde no se constatan los elementos de hecho sino los de derecho y procesales. 78 Se
trata de un control limitado a lo estrictamente necesario: (i) las condiciones de
admisibilidad de la pretensión; (ii) los elementos atinentes a la regularidad del
proceso; (iii) la competencia del órgano; y (iv) la idoneidad de la prueba escrita
acompañada por el actor.79
Así, por ejemplo, el art. 633 del CPC italiano dispone en su apartado I, inciso
1º, que el juez puede emitir una inguinzione di pagamento o di consegna a pedido de
quien resulte acreedor de: (i) una suma líquida de dinero; 80 (ii) determinada cantidad
de cosas fungibles; y/o (iii) la entrega de una cosa mueble determinada. En cualquier
caso, el crédito tiene que ser exigible y el peticionante debe aportar prueba escrita del
mismo. Estos son algunos de los presupuestos especiales en tanto propios del
monitorio que el juez deberá constatar en la admisibilidad.
78
En esa inteligencia, el artículo 1102. b del Código procesal civil brasileño precisa que estando la petición
inicial debidamente instruida, el juez despachará de inmediato la expedición de mandato de pago u orden de
entrega de la cosa en un plazo de quince días.
79
COMOGLIO, FERRI Y TARUFFO, “Lezioni su...” cit., p. 150. En esta línea, sobre la idoneidad de la prueba escrita
del crédito se ha dicho que el acreedor debe lograr en el juez el mismo grado de certeza que resulta exigible en un
proceso ordinario para acoger, a falta de prueba en contrario, la pretensión del actor (CALAMANDREI, “El
procedimiento…” cit., pp. 150-151).
80
En base a esta previsión, la jurisprudencia ha permitido reclamar algunos tipos de resarcimiento pactados
contractualmente (por ejemplo, el reintegro de una seña confirmatoria), la restitución de la fianza prestada en el
marco de un contrato de locación una vez entregado el inmueble por parte del locatario, los alquileres vencidos,
créditos en moneda extranjera (siempre que fueran fácilmente convertibles en moneda de curso legal en Italia),
etc. Se encuentra discutido si el acreedor puede parcializar el crédito y exigir su pago mediante distintos
procedimientos de ingiunzione. Mientras alguna doctrina sostiene que esto no debe admitirse por el evidente
agravio que se genera al demandado en términos de costas procesales, la jurisprudencia ha reconocido tal facultad
(CARPI Y TARUFFO, “Commentario breve…” cit., pp. 1812-1813).
En líneas muy similares con el sistema italiano, tanto el Proyecto MAK como
el Código Pampeano (art. 465)81 disponen que, una vez solicitada la apertura del
procedimiento monitorio, el juez debe examinar cuidadosamente si el título cumple
con los recaudos legales y, en caso que así fuera, dictar la sentencia monitoria. Por su
parte, el Código Procesal uruguayo prescribe que si el juez no considerare bastante el
documento declarará que no hay lugar a ejecución sin noticia del deudor.82
En cambio, en los procesos monitorios puros la automatización es plena.
Respecto de la posibilidad de subsanación, tanto en España como en la Unión
Europea los documentos pueden rectificarse existiendo inclusive, en esta última,
formularios a tal fin. Similar regulación recepta el art. 640 del CPC italiano,
permitiéndose incluso la integración de nuevos documentos para sustentar el pedido
(en contra de las reglas de preclusión que rigen la materia).83
En el supuesto que el acreedor no responda a la requisitoria para subsanar la
demanda, o bien cuando ésta no resulte admisible por algún otro motivo, el juez
procede a rechazarla por sentencia fundada. Es importante tener en cuenta que este
rechazo (sea que se sustente en razones de forma o de mérito) no impide al
interesado volver a proponer la demanda, tanto por esta misma vía sumaria como por
la del proceso de conocimiento ordinario. Es que al no haber existido contradictorio
entre las partes, la sentencia no constituye una declaración negativa respecto del
derecho del acreedor, no pasa en autoridad de cosa juzgada, ni resulta -por tanto-
impugnable para la parte interesada.84
Por último, cabe subrayar que es una opción generalmente regulada el
acogimiento parcial de la pretensión.85
7) Requerimiento de pago/sentencia monitoria y cautelar decretando la
medida provisoria correspondiente (desplazamiento de la oportunidad del
contradictorio)

81
La utilización del término “sentencia monitoria” fue criticada por UMASCHI en virtud de que no se encuentra
incluida en la enumeración de “resoluciones judiciales” que el CPCC pampeano contiene en su parte general
(arts. 152 al 156, v. UMASCHI, H. G. “El juicio monitorio en la reforma del proceso civil”, Libro de Ponencias del
XX Congreso Nacional de Derecho Procesal, San Martín de los Andes,1999). Ocupándose de esta crítica,
DESCALZI entiende que la particularidad del proceso, su finalidad y estructura, permiten considerar que la
denominada “sentencia monitoria” tiene “expresión suficiente entre las resoluciones judiciales que prevé el
Código Procesal Civil local como ‘sentencia definitiva de primera instancia’” [DESCALZI, J. P. “La sentencia
monitoria en el Régimen Procesal Pampeano”, LLP (La Ley Patagonia), 2005-973].
82
Artículo 354.2 del Código General del Proceso de Uruguay.
83
COMOGLIO, FERRI Y TARUFFO, “Lezioni sul...” cit., p. 150; CARPI Y TARUFFO, “Commentario breve...” cit., pp.
1831.1832.
84
COMOGLIO, FERRI Y TARUFFO, “Lezioni sul...” cit., p. 156; CARPI Y TARUFFO, “Commentario breve...” cit., p.
1831.
85
CARPI Y TARUFFO, “Commentario breve...” cit., pp. 1833-1834.
Luego del juicio de admisibilidad se dicta la orden de pago o sentencia
monitoria por medio de la cual se ordena a la otra parte que, en cierto plazo (el cual
difiere según las diferentes legislaciones, dándose en algunas la potestad al juez para
fijarlo), pague la suma de dinero o consigne los bienes reclamados. 86 A fin de dotar
de mayor seguridad al crédito y compeler al deudor, entendemos que esta resolución
debería ser ordenada junto a una cautelar al efecto.87
La sentencia monitoria es dictada con la expresa advertencia de que el
demandado cuenta con el derecho a formular oposición (contando para ello con el
mismo plazo que se le acuerda para cumplir), y que en caso de no hacerlo se
procederá a la ejecución forzada del crédito o la sentencia conforme a la naturaleza
de la pretensión.88 En otras palabras, se advierte al demandado que si no cumple ni se
opone, la orden de pago adquirirá cualidad y eficacia de título ejecutivo. En dicha
sentencia el juez también liquida las costas y accesorios del juicio y las incorpora en
la orden de pago.
8) Notificación del requerimiento de pago (estricta como en el traslado de
demanda: cédula, personal, acta notarial y/o ¿variantes?) y plazos
Dictada la orden de pago, generalmente los ordenamientos prevén un plazo
dentro del cual la misma debe notificarse. Este acto de comunicación tiende a
garantizar el conocimiento de la orden pago o sentencia monitoria por parte del
deudor y configura el acto procesal más importante de todo el procedimiento, 89 no
sólo porque hace saber de la resolución inicial del proceso sino también por las
cargas procesales que activa. De allí la estrictez de los medios a utilizar.90
En el sistema italiano, por ejemplo, si el actor no cumple con esta carga de
notificación el decreto di ingiunzione deviene ineficaz (aunque debe tenerse presente
que tal ineficacia no impide volver a promover la demanda por esta misma vía, arts.
643 y 644 del CPC).91 El magistrado no se encuentra habilitado para decretar de

86
Art. 641 CPC (CARPI Y TARUFFO, “Commentario breve...” cit., p. 1832).
87
En tal sentido, el Código Procesal Uruguayo dispone en su art. 354.1 que cuando se pida ejecución en
cualquiera de los casos que la aparejen, el tribunal decretará inmediatamente el embargo y mandará llevar
adelante la ejecución hasta hacerse efectiva la cantidad reclamada, los intereses, costas y costos.
88
Conf. DESCALZI, J.P.“La reforma estructural en La Pampa. Aproximación gráfica con datos generales”,
ponencia presentada en las III Jornadas Nacionales de Profesores de Derecho Procesal, San Juan, 2008.
89
QUEVEDO MENDOZA, “Tribunal de ejecución…”, cit., pp. 172-173, con cita de CORREA DELCASSO, J.P.El
proceso monitorio, Barcelona, 1998. También ENDERLE destaca la importancia de este acto, sugiriendo se realice
con la misma modalidad que en los procesos de conocimiento (ENDERLE, “Proceso monitorio” cit., p. 248, 253).
En la misma línea, PICÓ I JUNOY aconseja efectuar una regulación completa y exhaustiva de este aspecto del
proceso (PICÓ Y JUNOY, “El proceso monitorio...” cit.,).
90
Ver artículo 355.1 del Código Procesal Uruguayo.
91
CARPI Y TARUFFO, “Commentario breve...” cit., p. 1837.
oficio la ineficacia de la orden de pago, la cual -según la jurisprudencia- queda
subsanada cuando el deudor no opone la excepción una vez que recibió la
notificación tardía.92 La razón que justifica semejante sanción es evitar que se
prolongue el estado de incertidumbre sobre el derecho en disputa, así como también
garantizar una oportuna posibilidad de defensa para el deudor.93
El art. 161 LEC, por su parte, dispone que la orden de pago deberá notificarse
de forma personal, mediante entrega de copia de la providencia o de cédula. En caso
de no lograrse esta notificación personal resultan de aplicación las normas generales
establecidas en la LEC relativas a la averiguación de domicilio del demandado
(arts.156 y 157 LEC), entendiéndose vedada la posibilidad de notificación edictal.
Por su parte, el reglamento europeo dispone que el requerimiento europeo de
pago se notifica al demandado de conformidad con las disposiciones del Derecho
nacional del Estado en el que deba realizarse la notificación, previendo las normas
mínimas que deben respetarse a efectos de la notificación con o sin acuse de recibo
por el demandado(arts. 13 y 14).
En el Proyecto MAK la notificación debe realizarse mediante cédula, acta
notarial o medio equivalente que permita la adjunción y entrega de copias de la
demanda (art. 493), disposición reproducida por el CPCC pampeano en su art. 466
con la posibilidad en este último de notificar por edictos en caso de ignorarse el
actual domicilio del deudor (publicados por un día en el B.O. y un diario del lugar).
El CPCC rionegrino regula estos aspectos del tema exactamente del mismo modo
que el CPCC pampeano (arts. 489/490); al igual que su par entrerriano, con alguna
diferencia de redacción irrelevante (arts. 475/476).
9) El supuesto de oposición a la orden de pago
Tanto el pago de la deuda como la ausencia de oposición una vez notificada
la orden de pago en debida forma no generan mayores complicaciones. En el primer
caso se pagará al acreedor y se archivarán las actuaciones. En el segundo, se
procederá con la ejecución. Las diferencias relevantes que pueden constatarse en las
legislaciones con relación al primer supuesto es la distribución de las costas. Así, por
ejemplo en España, en el caso que el requerido pague no hay condena en costas.
En el segundo supuesto lo que se discute es la necesidad o no de una
nueva intimación a fin de declarar ejecutiva la orden de pago, tal como lo hace el

92
COMOGLIO, FERRI Y TARUFFO, “Lezioni sul...” cit., p. 161.
93
COMOGLIO, FERRI Y TARUFFO, “Lezioni sul...” cit., p. 160.
CPCC italiano en el art. 647.94 Fuera de ello, la declaración de ejecutividad produce,
generalmente, cuatro efectos relevantes: (i) hace precluir para el demandado la
posibilidad de oponerse a la orden o proseguir con el trámite de la oposición ya
formulada, salvo que concurran graves motivos (en el marco de la comunidad
europea se puede pedir la revisión cuando el requerimiento de pago haya sido
notificado sin acuse de recibo por parte del demandado, cuando no haya podido
impugnarse el crédito por razones de fuerza mayor o debido a circunstancias
extraordinarias y cuando el requerimiento se haya expedido de forma
manifiestamente errónea)95; (ii) libera la caución que el actor hubiera prestado para
poder accionar por esta vía, de ser ella exigible; (iii) habilita la inscripción de
hipoteca judicial u otras medidas a efectos de garantizar el cumplimiento de la
obligación o transformar las provisorias en ejecutivas; y, (iv) aún discutido, hace
cosa juzgada formal y material abarcando inclusive la existencia y validez de la
relación jurídica en la cual se funda la pretensión.96
El punto más álgido se presenta en caso de oposición 97, la cual -como
sabemos- constituye una carga en cabeza del deudor.
Los plazos para oponerse a la orden de pago emitida contra el requerido
varían. Algunos son fijos, no excediendo generalmente de las tres semanas
(Finlandia, Alemania, Grecia, Bélgica, Luxemburgo, Portugal, Uruguay98 y España).
Otras regulaciones establecen plazos flexibles que fija el órgano jurisdiccional (por
ejemplo, no más de 40 días en Italia).
Cuando el deudor se opone, en la mayoría de las legislaciones se dispara
automáticamente, sin necesidad de acto adicional del acreedor, el proceso ordinario
de conocimiento. Eso es lo que ha permitido calificar al monitorio como una
modalidad introductoria del proceso de conocimiento. Tal lo que acontece en Italia,
Portugal y Austria. En Alemania, Luxemburgo y Suecia es necesario que el actor lo

94
CARPI Y TARUFFO, “Commentario breve...” cit., pp. 1856-1857.
95
Ver en sentido similar lo dispuesto por el art. 649 del CPC italiano.
96
Esto es lo que acontece en Alemania, Austria, Grecia, Italia, España, Francia, Suecia, Finlandia y con procesos
asimilables en sus funciones con el monitorio Luxemburgo y el Reino Unido. CARPI, F., TARUFFO,
M.Commentario breve al codice di procedura civile e alle disposizioni sul processo societario, Padova, 2006, p.
1858. Entre nosotros, también se pronuncia por este alcance QUEVEDO MENDOZA, subrayando que no media
diferencia alguna entre esta decisión y la que puede dictarse en el marco de un proceso de conocimiento amplio
(QUEVEDO MENDOZA, “Tribunal de ejecución…” cit., pp. 188-189).
97
Obviamos aquí la discusión en torno a si la oposición puede ser total (como se exige en Alemania y
Luxemburgo) o si basta con que sea parcial (como en Francia, Italia, Bélgica y Austria).
98
Ver artículo 355.1 del Código Procesal Uruguayo.
peticione.99 En España, dependiendo del monto de la pretensión, es o no necesaria la
petición del acreedor.100
Las consecuencias más importantes que siguen a la oposición son: (i)
dependiendo del ordenamiento, se suspende temporalmente la eficacia de la orden de
pago (por ejemplo, Gracia, Austria y Alemania). Aquí, como incentivo, puede
optarse por un sistema que privilegie la ejecutividad provisoria al estilo italiano o el
mantenimiento de medidas precautorias en resguardo del crédito, 101 fijando pautas
objetivas como el tipo de documento o el análisis superficial, o bien carácter de la
oposición, dejando su decisión definitiva a criterio del juez; y (ii) muta el alcance de
la discusión a través de un amplio debate, el cual pasa a desarrollarse de acuerdo con
las normas del proceso de conocimiento ordinario.102
El tenor de la oposición varía conforme el tipo de proceso monitorio regulado
y el hecho de que le siga o no un proceso ordinario automáticamente. En el caso de
los puros bastará con una mera oposición, en otros debe tener los mismos elementos
que una contestación de demanda. En el caso de la Comunidad Europea se ha
estandarizado en un formulario.
En Uruguay en cambio se dispone que declarada la admisibilidad y, en su
caso, decretado el embargo, se correrá traslado al ejecutado quien contará con un
plazo de diez días para oponer cualquier excepción que tuviere contra la demanda,
debiendo deducirlas todas conjuntamente en un mismo escrito, acompañando la
prueba documental de que disponga y mencionando concretamente todos los
restantes medios de prueba de que intente valerse. Asimismo, en los casos en que
leyes especiales establezcan taxativamente las excepciones admisibles, serán
rechazadas, sin sustanciación, las inadmisibles. 103
Por su parte, el Proyecto MAK establece que la oposición al proceso
monitorio debe ser efectuada por escrito y debidamente fundada. En cuanto al
trámite, por un lado se prevé que las defensas, excepciones y pruebas será regidas
por las reglas generales previstas para el procedimiento que se trate (art. 494 del
Proyecto MAK); y por el otro que en todo lo no establecido serán de aplicación las

99
PÉREZ RAGONE“En torno al procedimiento monitorio...” cit..
100
MARTÍNEZ,“Procesos de …” cit.
101
Por ejemplo, la inscripción de hipoteca judicial en garantía del crédito prevista en el art. 655 del CPC italiano.
102
CARPI Y TARUFFO, “Commentario breve...” cit., p. 1841.
103
Ver artículo 355.1 y 2. del Código Procesal Uruguayo.
normas del proceso extraordinario que prevé el propio proyecto (lo cual implica una
remisión indirecta a las normas del proceso ordinario, con ciertas limitaciones).104
En el marco del CPCC pampeano, si el deudor pretende oponerse a la orden
de pago dentro del plazo establecido al efecto (que varía según el tipo de crédito que
se pretenda hacer valer),105 debe cumplir las formalidades previstas para la
contestación de demanda.106 Si la oposición no se encuentra fundada o bien carece de
ofrecimiento de pruebas tendientes a desacreditar “la eficacia probatoria del
documento que fue base de la sentencia monitoria”, el juez debe rechazarla in limine
(art. 468). Si, por el contrario, el magistrado estima que la oposición es procedente,
dará traslado al actor para que conteste y ofrezca la prueba de que intente valerse.
Trabada la discusión en estos términos, se procederá según el trámite que el propio
código prevé para cada supuesto (art. 467). Cabe destacar que el sistema prevé una
limitación en términos probatorios, al establecer que el fundamento de la oposición
“no podrá limitarse a la declaración de parte” (art. 469).
En la provincia de Entre Ríos la regulación de estos aspectos es exactamente
igual que en La Pampa (arts. 477/480), salvo por el hecho que –con algún grado de
inconsistencia- también se prevé que “en todo lo no establecido para el caso
específico, el trámite de la oposición se regirá por las normas del proceso
sumarísimo” (art. 478).107 En líneas muy similares a su antecedente pampeano, el
CPCC rionegrino acuerda 10 días al deudor para oponerse, por medio de un escrito
donde deberá presentar “los argumentos de hecho y de derecho en que se funda” y
ofrecer “la totalidad de la prueba de la que intenta valerse” (art. 491). De igual
modo, si el magistrado considera admisible la oposición correrá traslado al actor para
que conteste; caso contrario, procederá a su rechazo in limine (art. 492). También
aquí el legislador se ocupó de restringir las pruebas habilitadas para fundar la
oposición, aunque con mayor detenimiento que en los regímenes pampeano y
entrerriano. En el sistema vigente en Río Negro la prueba no puede ser en ningún

104
Conf. DESCALZI, J. P. “El proceso monitorio en la reforma procesal civil de Buenos Aires”, Lexis Nº
0003/800579.
105
El art. 467 establece que en los supuestos previstos por los incisos a), f) y g) del artículo 463, la oposición
deberá deducirse en la forma y en el término previsto por los artículos 320, 328 y 339 del CPCC (esto es, 10
días). En los demás casos, el plazo para oponerse es de 5 días.
106
Conf. DESCALZI, “La reforma…”cit..
107
Decimos que existe algún grado de inconsistencia porque el art. 477 (reproduciendo el 467 del CPCC
pampeano) establece que “La continuación del trámite se regirá por las normas que este código específicamente
prevé en cada supuesto o las leyes que regulen el procedimiento de que se trate”. Para conciliar ambas
previsiones, entiendemos que deben interpretarse en el sentido de que las reglas del sumarísimo sólo resultan
aplicables a modo supletorio.
caso exclusivamente testimonial, y para algunos supuestos específicos (desalojo de
inmuebles urbanos y rurales por falta de pago o vencimiento contractual) sólo se
admite la documental, la declaración de la contraria y la pericial (art. 493).
En el Proyecto santafesino, para que la oposición se declare admisible debe
contener “la interposición, a todo evento, de al menos una de las excepciones
previstas en el artículo 475 de este código e ir acompañada del depósito a embargo
de al menos el veinte por ciento (20 %) de la suma total reclamada, depósito que
podrá ser suplido por caución real que también podrá ser prestada por terceros”
(art. 473). En caso de cumplir con tales recaudos, la declaración de admisibilidad de
la oposición es dictada sin sustanciación y se procede a correr traslado de las
excepciones opuestas. A partir de allí, se aplica el trámite previsto para el juicio
ejecutivo, y las sumas depositadas (o la caución prestada, en su caso) quedan a las
resultas de este último.
Consideramos que, a las ventajas que por su estructura trae el proceso
monitorio, debe sumarse una regulación atinada para regular los alcances de la
oposición de forma tal de generar incentivos para que la discusión que sigue a la
misma transite de la forma más ágil, rápida y sencilla posible. Entre esos incentivos
puede pensarse en que el acto de oposición deba ser fundado en hechos y derecho,
comprendiendo todas las defensas y excepciones que pudiese tener el demandado.
Igualmente, sugerimos pensar en compartir o invertir la carga de la prueba, fijar
plazos breves como existen en la mayoría de las legislaciones, establecer regímenes
estrictos de caducidad y preclusión (lo cual ayudará porque el máximo interesado
será el acreedor), disponer también amplios poderes judiciales y contemplar con
carácter obligatorio la fijación de una audiencia donde se inste a la conciliación entre
las partes y, de no ser esto posible, se produzca toda la prueba pertinente para la
resolución del caso.
Recordemos que los casos donde existe oposición son los menos y que las
escasas discusiones que probablemente formarán parte de estos procesos serán
simples y estarán documentadas. De esta manera, con un proceso que cuente con
incentivos tendientes a repeler y sancionar las oposiciones infundadas, por un lado, y
que canalicen debida y adecuadamente las reales, por el otro, se podrán obtener
decisiones que, en todos los casos, hagan cosa juzgada formal y material
maximizando la utilidad de la jurisdicción (lo cual, además, supone potenciar la
defensa del requerido).
10) Las ventajas de la ejecutividad provisoria: supuestos y garantías
(caución real o seguro de caución)
Una variante que puede reportar utilidades en pos de la implementación de
esta clase de procesos y su finalidad es la ejecutividad provisoria de la orden de pago
en ciertos casos y bajo ciertos resguardos. En torno a esta posibilidad se afirma que
la efectividad de la tutela que el acreedor busca obtener con el dictado de la orden de
pago sólo se convierte en realidad cuando se acuerda a dicha orden calidad ejecutiva
en forma provisoria, desalentando y reduciendo oposiciones infundadas toda vez que
es la única manera de asegurar que el deudor no promueva la oposición con fines
dilatorios.108 También concurriría a lograr que la tutela sea efectiva el hecho que la
declaración de ejecutividad provisoria confiera al actor título suficiente para obtener
medidas cautelares (como ocurre en Italia, donde permite inscribir hipoteca judicial
en garantía del crédito).109
Finlandia, Suecia, Alemania y Luxemburgo niegan esta posibilidad, que sí se
encuentra receptada en el sistema italiano. En ese sentido el art. 642 del CPC prevé la
atribución de eficacia provisoria a la orden de pago cuando se trata de créditos
fundados en documentos de particular valor probatorio o bien que constituyen títulos
ejecutivos de por sí (o, según la jurisprudencia, ante cualquier otra prueba escrita que
torne difícilmente discutible el crédito)110, en caso de existir peligro de que se
produzcan graves perjuicios en caso de retardo (por ejemplo, en caso de insolvencia
del deudor). Para ello exige caución real a fin de responder por los eventuales
daños111 y la presentación de documentos suscriptos por el deudor que prueben el
crédito que se reclama.112
También se encuentra regulada en el art. 648 del CPC italiano la posibilidad
de ejecución total o parcial en caso de oposición. La misma procede totalmente
cuando no hubiese sido ya dispuesto en función de alguna de las causales descriptas
y siempre que la oposición no se encuentre fundada en prueba escrita (en sentido
propio)113 o de rápida producción y parcialmente sobre cualquier parte del crédito que
no hubiera sido cuestionada por el deudor, 114no se funde en vicios procesales y el

108
COMOGLIO, FERRI Y TARUFFO, “Lezioni sul...” cit., pp. 149, 157-158.
109
Art. 655 del CPC.
110
CARPI Y TARUFFO, “Commentario breve...” cit., pp. 1834-1835.
111
CARPI Y TARUFFO, “Commentario breve...” cit., pp. 1835-1836.
112
CARPI Y TARUFFO, “Commentario breve...” cit., p. 1836.
113
COMOGLIO, FERRI Y TARUFFO, “Lezioni sul...” cit., pp. 164-165.
114
COMOGLIO, FERRI Y TARUFFO, “Lezioni sul...” cit., pp. 165-166.
acreedor preste caución suficiente para responder por eventuales restituciones, daños
y gastos.115
El Código Procesal Civil Brasileño ofrece una alternativa interesante en
cuanto permite al requerido que dentro de los quince días desde que fue notificado
del mandato de pago u orden de entrega, pueda ofrecer bienes a embargo a fin de
suspender el mandato inicial. Si ese embargo no fuera opuesto, constituirá de pleno
derecho un título ejecutivo judicial convirtiéndose el mandato inicial en un mandato
ejecutivo y prosiguiendo el trámite según lo dispuesto para la ejecución en la entrega
de cosas, de obligaciones de hacer y de no hacer y/o por cuenta cierta contra deudor
solvente.116

11) Traslado al actor


Propusimos con anterioridad que un esquema intermedio que permita
maximizar tiempos y recursos puede asentarse en el hecho de no exigir la
presentación de una demanda en estricto sino un formulario donde se detallen
puntual y sucintamente, además de los elementos de toda pretensión, los hechos y
razones de por qué se debe ese crédito acompañando el documento donde conste. De
esa manera el requerido, en caso de oponerse, podrá defenderse sin problemas. Acto
seguido, debería darse traslado por un plazo breve a la parte actora para que, en caso
de considerarlo necesario, introduzca todas aquellas cuestiones que hagan a la
petición inicial (sin alterarla) y conteste y refute los defensas opuestas, ofreciendo la
prueba que estime pertinente.
En el caso de Uruguay por ejemplo, se dispone el traslado de las excepciones
opuestas al actor por el término de seis días, luego de lo cual se fija una audiencia de
tipo preliminar y opcionalmente, de ser necesario, una complementaria de prueba.
Concluida la audiencia, se dicta sentencia.117
En ese sentido cabe destacar que el Código Uruguayo trae una regulación
particularmente criticada o que contraría la regulación, sentido y utilidad del
monitorio, que es la posibilidad de deducir el juicio ordinario posterior al estilo de un
ejecutivo puro, aunque con un plazo de caducidad al efecto.118
115
COMOGLIO, FERRI Y TARUFFO, “Lezioni sul...” cit., p. 165.
116
Artículo 1102. c del Código procesal civil brasileño.
117
Ver artículos 356, 357 y 358 del Código Procesal Uruguayo.
118
Artículo 361.1 Lo decidido en el proceso ejecutivo podrá ser modificado en proceso ordinario posterior. Este
proceso sólo podrá promoverse cuando haya quedado ejecutoriada la sentencia pronunciada en el proceso
ejecutivo. 361.2 Para conocer en el proceso ordinario posterior, cualquiera sea la naturaleza de la demanda que se
12) Suspensión de la ejecutividad provisoria de la orden de pago:
¿mantenimiento de las cautelares como solución equidistante?
Una regulación que mal ejercitada puede ser problemática para el objeto y fin
de esta clases de procesos es la posibilidad de suspender la ejecutividad provisoria de
la orden de pago. En esa inteligencia, el sistema italiano acuerda al juez la facultad
de suspender los efectos de tal declaración si concurren graves motivos y así lo
solicita el oponente (art. 649 del CPC). La praxis demuestra que el entendimiento
dado por la jurisprudencia a esta condición es sumamente amplio (por ejemplo,
cuando la oposición a la orden de pago se considera prima facie fundada, cuando se
acreditan hechos sobrevinientes relativos a la solvencia del deudor, en supuestos en
que la ejecución provisoria podría generar perjuicios irreparables para el demandado,
etc.).
Quizás una solución intermedia, a pesar de otorgarse la suspensión provisoria
de la ejecución, pueda encontrarse en el mantenimiento de las medidas cautelares
existentes.119
13) Rechazo total o parcial de la oposición: declaración (definitiva) de
ejecutividad de la orden de pago, recursos y costas
El juicio de oposición culmina con una sentencia que puede tener diverso
contenido y efectos según se trate de un monitorio de una o más fases. Si es de una
fase y la oposición del deudor es rechazada en forma total, la orden de pago adquiere
eficacia ejecutiva, mientras que si es rechazada en forma parcial, el título ejecutivo se
constituye exclusivamente con la sentencia que así lo decide y por el monto
reclamado que hubiera quedado en pie, más las costas y accesorios. En este último
supuesto, los actos de ejecución ya cumplidos en base a la orden de pago conservan
sus efectos dentro de ese límite. 120 En cambio, en aquellos de dos fases como el
español, puede existir una segunda oposición. Así, despachado el auto de ejecución,
el deudor ejecutado tiene diez días para oponerse aunque esta vez las defensas
estarán limitadas al pago o cumplimiento de lo ordenado en la resolución judicial
ejecutada y a los pactos y transacciones que se hubieren convenido para evitar la

interponga, será competente el mismo tribunal que hubiere entendido en la primera instancia del proceso
ejecutivo. 361.3 El derecho a obtener la revisión de lo resuelto en el proceso ejecutivo caducará a los seis meses
de ejecutoriada la sentencia pronunciada en éste.
119
COMOGLIO, FERRI Y TARUFFO, “Lezioni sul...” cit., p. 165.
120
Ver por ejemplo lo dispuesto por el art. 653 del CPC italiano.
ejecución, siempre que estos pactos y transacciones consten en documento público
(art. 556 LEC).
Decretada la ejecutividad de la orden de pago en forma definitiva, queda
habilitada la instancia de ejecución.
El proyecto MAK prescribe en tal sentido que la sentencia que resuelve la
oposición tendrá “los efectos que correspondan conforme la naturaleza procesal y
sustancial de la pretensión deducida por vía monitoria”, estableciendo que en
defecto de oposición (o resuelta ésta por decisión firme), debe continuarse con la
ejecución de la sentencia monitoria aplicando las normas del embargo en juicio
ejecutivo en cuanto no resulten incompatibles con la naturaleza de la prestación
debida (art. 495).
Consideramos que la estructura que mejor réditos reporta es la de una fase,
pues es la que mejor atiende a la duración del pleito sin menoscabar la garantía u
oportunidad de defensa del requerido, salvaguardando la vía recursiva los errores que
pudieren existir.
En cuanto a los recursos, la decisión que resuelve la oposición -admitiendo o
rechazándola- es impugnable, otorgándose en caso de rechazo con efecto devolutivo,
salvo que se acrediten perjuicio irreparable121. Consideramos que, con los debidos
resguardos (caución), este debería ser el principio general aplicable.
En lo concerniente a las costas, entendemos que deben buscarse los
incentivos necesarios para que el acreedor recurra a este tipo de proceso y para que el
deudor cumpla, mida las consecuencias de no hacerlo o bien sea castigado en
determinadas circunstancias. En ese sentido, podría proponerse (como hizo la
Comisión Storme en su momento)122 que la mitad de las costas sean tomadas por el
requirente en cuyo favor se emitió el aviso u orden de pago cuando el deudor pague.
En caso de oposición, se aplicarían las normas ordinarias del contradictorio en
materia de imposición de costas.

VIII. CONCLUSIONES E INTERROGANTES DE CARA A SU IMPLEMENTACIÓN

Luego de este breve repaso acerca de la razón de ser, finalidad, proyectos y


regulaciones de los aspectos más críticos de las “formas monitorias”, estamos en

121
El artículo 360 del Código Procesal Uruguayo prescribe que solo serán apelables la sentencia que ponga fin al
proceso ejecutivo, mediante el recurso de apelación previsto en el artículo 253, pudiendo el acreedor, si lo desea,
pedir el cumplimiento provisional de la sentencia de acuerdo con lo dispuesto por los artículos 260, 375 y 376.
122
Ob. cit. nota 2, p. 361.
condiciones de pensar en nuevos interrogantes y bosquejar ciertas conclusiones. De
este modo estimamos relevante señalar que:
1) El proceso monitorio se evidencia como una forma de tutela rápida y
diferenciada del crédito altamente eficaz si tenemos en consideración las
experiencias comparadas. De allí que la actualidad del instituto no se deba a su
recepción en los proyectos de códigos o legislaciones, 123 sino a su rol de respuesta a
la acuciante necesidad de proveer nuevas alternativas, eficaces, al cobro de créditos
en el marco de un mundo donde la circulación de bienes, servicios y créditos es
global, rápida y sencilla.
2) El proceso monitorio, en la diversidad de sus formas, es una herramienta
que reporta ventajas comparativas respecto de los demás procedimientos existentes
en el ámbito local en pos de garantizar la circulación de créditos, bienes y servicios.
3) Entre esas ventajas se destacan: su particular técnica y estructura, el hecho
de que genera rápidamente un título a ejecutarse canalizando la experiencia de
contumacia y rebeldía, y la posibilidad de comprender un sinnúmero de situaciones y
negocios documentados de forma flexible en consonancia con un mundo globalizado
y versátil. Ni la preparación de la vía ni la regulación legal podrían comprender el
número de supuestos que la circulación económica contemporánea supone. De esa
forma se da solución y garantía, sorteando los problemas de las definiciones y
requisitos legales, a un sinnúmero de situaciones que responden a créditos y débitos
absolutamente normales en el tráfico diario y que no tienen el carácter de títulos
ejecutivos, ahorrándose la preparación de la vía.
4) En la práctica se advierte que la prueba fundamental sobre la que versa el
litigio consistirá en un documento que retrata una obligación líquida, cierta y
exigible, y que el acreedor ya dispone de él.
5) A las ventajas que de por sí tiene el monitorio debe acompañársele de una
adecuada regulación de incentivos adecuados que tiendan a neutralizar hábitos
culturales reñidos con la buena fe que pueden dar lugar a defensas infundadas.
6) En ese sentido el acto de oposición deberá ser fundado en hecho y derecho,
comprendiendo todas las defensas y excepciones que pudiese tener. Debe evaluarse
igualmente la posibilidad de compartir o invertir la carga de la prueba, fijar plazos
breves como existen en la mayoría de las legislaciones, establecer regímenes
estrictos de caducidad y preclusión (lo cual ayudará porque el máximo interesado
123
LOUTAYF RANEA, “Proceso Monitorio” cit.
será el acreedor), concentrar actos, limitar instancias recursivas y eliminar
reconvenciones. Por último, deberán acordarse amplios poderes al juez y establecer
como deber ineludible la fijación de una audiencia donde pueda instarse a la
conciliación y donde, de ser necesario, se produzca toda la prueba pertinente.
7) La eficacia del proceso monitorio trae aparejada la necesidad de repensar
las formas de ejecución, así como también las reglas y órganos existentes a tal fin. En
este orden, debe procurarse que prevalezca el interés del acreedor a fin de generar
confianza en la efectividad de la tutela judicial y la seguridad del sistema.
8) Es cierto que la implementación de un proceso monitorio basado en deuda
líquida facilitaría su implementación en países sin cultura en la temática. Sin
embargo, parecería aconsejable mantener criterios amplios en relación al objeto o
tipo de prestación que da lugar a la pretensión monitoria (siempre que sea líquido,
cierto y/o exigible).
De allí que hablemos de estructuras monitorias para comprender no sólo los
créditos documentados comunes en el tráfico comercial que no constituyen títulos
ejecutivos, sino además otros créditos que en el esquema tradicional deben transitar
el juicio de cognición y que permiten intuir un marco de discusión de base acotado y
sencillo aptos para transitar por esta vía rápida y sencilla124.
Entre esas pretensiones, de las cuales dan cuenta diversas experiencias
comparadas o los propios proyectos existentes en nuestro país, podemos mencionar a
modo de ejemplo: la división de condominio, la escrituración, en ciertos supuestos el
desalojo, la transferencia de automotores y/o bienes muebles registrables en general
y la cancelación de prenda e hipoteca.
De la misma manera, consideramos que el monitorio documental en sentido
amplio y lato puede ser el que mayores réditos reporte, debiendo los jueces obrar con
prudencia y atentos a los cambios culturales propios del mercado actual.
9) El proceso monitorio en el contexto actual, con un Poder Judicial
sobrecargado y carente de recursos, con regulaciones y procesos lentos, con tiempos
liderados por la informática y necesidades económicas que requieren respuestas
rápidas, seguras y confiables en la tutela del crédito, puede ser una alternativa
sumamente interesante para enfrentar los problemas sistémicos vigentes en materia
de tutela efectiva del crédito.

124
PÉREZ RAGONE“En torno al procedimiento monitorio...” cit., pp. 205-235.
10) Existen ciertas materias sensibles, como el consumo, que deberían ser
especialmente evaluadas en este contexto. Una opción para evitar la simple
prohibición del proceso monitorio en este campo puede estar en regularlos más
intensamente, quedando a resguardo de la judicatura el control de los abusos que
pudiesen existir (especialmente en materia de recargos e intereses abusivos).

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