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Recuperado de http://www.atlasescolar.com.ar/mapa/england.htm
Casi todos invaden las regiones industriales y en particular las grandes ciudades,
constituyendo en ellas la clase más inferior de la población. Hay 120000
irlandeses pobres en Londres, 40000 en Manchester, 34000 en Liverpool, 24000
en Bristol, 40000 en Glasgow y 29000 en Edimburgo*. Esas personas, que han
crecido casi sin conocer las ventajas de la civilización, habituadas desde
temprana edad a las privaciones de todo género, rudas, bebedoras,
despreocupadas del porvenir, arriban así, aportando sus costumbres brutales en
una clase de la población inglesa que, a decir verdad, tiene poca inclinación por la
cultura y la moralidad.
Demos la palabra a Thomas Carlyle:
"Se puede ver en todas las calles principales y secundarias, los huraños rostros
"milesianos"** que respiran la malicia hipócrita, la maldad, el desatino, la miseria y
el escarnio. El cochero inglés que pasa en su vehículo lanza al milesiano un
latigazo; éste lo maldice, tiende su sombrero y mendiga. Él representa el peor mal
que este país tenga que combatir. Con sus harapos y su risa irónica de salvaje,
siempre se halla presto a realizar cualquier trabajo que no requiera más que
brazos vigorosos y lomos sólidos; y eso por un salario que le permita comprar
papas. Por condimento, le basta la sal; él duerme muy feliz en la primera pocilga o
madriguera que encuentra, y su ropa son harapos que el quitárselos y ponérselos
constituye una de las operaciones más delicadas posibles y a la cual no se
procede sino en los días de fiesta o en ocasiones particularmente favorables. El
sajón que sea incapaz de trabajar en tales condiciones, está condenado al paro
forzoso. El irlandés, ignorante de toda civilización, desplaza al sajón nativo, no por
su fuerza, sino por lo contrario, y se apodera de su puesto. Así vive en su mugre y
su despreocupación, en su falsedad y su brutalidad de borracho, verdadero
fermento de degradación y desorden.
La mayoría de las familias que viven en sótanos son casi por todas partes de
origen irlandés. En suma, como dice el doctor Kay, los irlandeses han descubierto
en qué consiste el mínimo de las necesidades vitales y ahora se lo enseñan a los
trabajadores ingleses. Ese desaseo que entre ellos, en el campo, donde la
población no se aglomera, no tiene consecuencias demasiado graves, desaseo
que resulta una segunda naturaleza para ellos, es verdaderamente una tara
horrorosa y peligrosa en las grandes ciudades debido a la concentración urbana.
Del mismo modo que acostumbraba hacerlo en su país, el milesiano arroja toda la
basura e inmundicias frente a su casa, provocando así la formación de charcas y
montones de cieno que enmugrecen los barrios obreros y corrompen la
atmósfera. Tal como lo hace en su país, construye su porqueriza junto a su
vivienda; y si ello no es posible, el cerdo duerme en la propia habitación. Esta
nueva y anormal especie de cría de animales practicada en las grandes ciudades
es puramente de origen irlandés. El irlandés es apegado a su cochino como el
árabe a su caballo, si es que no lo vende, cuando está cebado para ser matado;
por lo demás, come con él, duerme con él, sus hijos juegan con él montan sobre
su lomo y retozan con él en el fango, de todo lo cual se pueden ver mil ejemplos
en todas las grandes ciudades de Inglaterra. Y en cuanto a la suciedad a la
incomodidad de las casas, es imposible hacerse una idea.
Fragmento del libro de Engels, F. (1845) La situación de la clase obrera en Inglaterra. Recuperado
de http://doctoradosociales.com.ar/wp-content/uploads/2012/08/Clase-Obrera-Engels-
completo.pdf