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EL ROL DE LAS IGLESIAS EVANGÉLICAS EN EL ESPACIO PÚBLICO

El rol de las iglesias evangélicas en el espacio público. A partir de un repaso histórico,


presentó, primeramente, el marco general de las iglesias frente al estado en los países
latinoamericanos. Es evidente que el estado, una y otra vez, recurre a las diferentes
iglesias, ya sea católica o evangélicas, buscando que acompañen y fundamenten
religiosamente la agenda pública imperante. Hago énfasis en “sospechar que la
sociedad secularizada y el estado laico como tales no existen. La secularización no
excluyó a la religión del espacio público, relegándola al espacio privado, sino logró la
pluralización religiosa en el espacio público”. Frente a este panorama, llamó a los
pastores y pastoras presentes a asumir conscientemente el rol de nuestras iglesias en
el espacio público y no permanecer en el mero espacio privado porque es
precisamente en lo público, donde según estamos llamados a sembrar las semillas del
Reino de Dios.
Remarcó sobre la necesidad de encontrarse y tomarse un tiempo para analizar de
manera fraternal la realidad que rodea y atraviesa: “En nuestra tradición reformadora
no hay cosa peor que mirarse una y otra vez el propio ombligo sin darse cuenta lo que
pasa alrededor de nosotros y como uno está involucrado en esta realidad. En este
sentido, hay que dar gracias a Dios por poder realizar estos encuentros
verdaderamente ,y que no permanecen en el mero plano de analizar la realidad y nada
más sino de buscar de manera conjunto de actuar evangélicamente con respecto a
esta realidad”.
El rol social y de denuncia de la iglesia evangélica

Por muchos años, la iglesia evangélica ha jugado un rol estelar en la co-gestión junto al

Estado en la orientación, capacitación y ayuda al pueblo Venezolano en todas las

regiones del país, por lo que la labor de denuncia y defensa de nuestros valores ya ha

sido un tema agotado hace años.

El papel de pregonar los valores y el matrimonio diseñado por Dios no es un tema

nuevo para nosotros. Siempre hemos hablado de esos temas en los cultos de los

domingos con ayuda de la Biblia durante décadas. El trabajo orientador desde los

púlpitos ha sacado a miles de jóvenes de las garras del crimen y el delito.

La exégesis acerca de los valores y la soberanía son temas bíblicos. No hace falta

aclarar que en muchas ocasiones Jesucristo instó a través de los evangelios a ejercer

una vida a favor de los demás y orientada a ejercer la solidaridad, el pacifismo, la

misericordia (basta con leer el Sermón del Monte) y a ser “sal y luz de la tierra”.

Es por eso que decimos que la iglesia evangélica en el país así como en América Latina,

ha sido una socia y aliada natural del Estado en políticas sociales  durante décadas a
través del trabajo autogestionario, sin prácticamente ningún apoyo estatal en todas las

comunidades del país incluso las más remotas. 

Por ejemplo, La Iglesia Evangélica que agrupa alrededor de nueve mil iglesias en el

país, hacemos mediciones del trabajo social de la comunidad, y nuestros pastores y

líderes se involucran en sus problemas básicos.

Siempre hemos alertado a la sociedad sobre la importancia del matrimonio, la vida

solidaria, la búsqueda del bien común, la defensa de los intereses nacionales y la

identidad de la nación.

Escribo todo esto, porque ahora ciertos actores del sistema político quieren dar a

entender a la población que en estos momentos que es coyuntural la denuncia que

hacemos sobre las amenazas foráneas a nuestros valores y la soberanía.

El Papel de la Iglesia Evangélica en los Procesos de Transformación Social


Permítanme iniciar proponiendo que este curso nos obliga a realizar algunas
precisiones. La primera tiene que ver con la expresión “procesos de transformación
social”. ¿A qué nos referimos con tal expresión? ¿Hablamos, en efecto, de la
transformación social como un proceso planificado o de cambios “espontáneos”? ¿Se
trata de cambios tales como el desarrollo urbano, o la participación de la sociedad en
el establecimiento de políticas públicas, etc.? O, siguiendo a Alain Touraine, estamos
hablando de cuestiones tales como el debilitamiento y aún la desaparición de las
instituciones, el individualismo, o la emergencia de “un mundo cuya perspectiva es a la
vez global e individual”.

También conviene preguntarse si aquellos cambios sociales y/o culturales resultantes


del ser y quehacer de las comunidades eclesiales no católicas responden al interés y a
la acción coordinada de las mismas.

Segunda precisión tiene que ver con el concepto “iglesias evangélicas”. ¿Quiénes son
estas? ¿Cuáles los criterios para identificarlas y distinguirlas de las que serían las
“iglesias no católicas”? No se trata de una cuestión ociosa. Conviene recordar que, en
los Estados Unidos, el concepto evangélico se refiere mucho más a cuestiones
ideológico-doctrinales que a aspectos denominacionales. En efecto, el evangelicalismo
es un movimiento fundamentalista que trasciende las fronteras denominacionalistas.
Así, podemos encontrar bautistas evangélicos y no evangélicos; metodistas,
presbiterianos, congregacionalistas, etc., que también pueden asumirse como
evangélicos o no.

En México, generalmente se llama evangélicos a los cristianos no católicos. Sin


embargo, al interior de la comunidad cristiana no católica, las cosas no resultan tan en
blanco y negro. Como sabemos, la presencia cristiana-evangélica en México pasa por
diferentes etapas o ciclos. Las iglesias denominadas históricas han sido asumidas como
evangélicas, para distinguirlas . Pero, la emergencia de los pentecostalismos se
acompañó de la discusión respecto de si las iglesias pentecostales eran o no
evangélicas.

Una tercera definición tiene que ver con a quién reconocemos como “iglesia”. La
tendencia general privilegia el reconocimiento a las instituciones legitimadas ya sea
por razones históricas, sociales, doctrinales y/o legales. Cada vez más, en nuestro país
se asume como iglesias legítimas aquellas que han obtenido la calidad de asociaciones
religiosas. que legalmente y de hecho, sufren aquellas que no han ejercido su derecho
de optar o no por la obtención de su registro constitutivo como asociaciones religiosas.
Peor aún, al interior de las mismas comunidades religiosas existe una menosprecio que
se traduce en desconfianza hacia estas y; si se me permite la expresión, un menoscabo
de la estima propia de las iglesias que no han obtenido, por la razón que sea, la
presunta legitimación derivada de su estatus como asociación religiosa.

LAS IGLESIAS EVANGELICAS Y LA ACCION SOCIAL.

Intentar dar cuenta de las percepciones del liderazgo evangélico Venezolano respecto la
relación entre la misión de la iglesias y la acción social. El referido estudio cobra relevancia por
dos razones.

Primero, las iglesias están experimentando intensos procesos de transición en cuanto a sus
modos de mirar la realidad y ejercer su misión en la sociedad;

Segundo, los estudios socio-religiosos dan cuenta que las iglesias evangélicas han empezado
cada vez más a visibilizarse y a empoderarse en la esfera pública. En términos estadísticos es
posible notar un acelerado crecimiento de la población evangélica en Venezuela.

No es difícil constatar que el crecimiento de los evangélicos en las últimas décadas es una
realidad. A principios de los años 60s sólo éramos el 0.43% de la población; es decir, más o
menos 85.000 evangélicos entre 19 millones de habitantes. Hoy día, algunos se animan a decir
que la comunidad evangélica está formada ya por el 10% al 12 % de la población.

Es importante notar que los problemas vinculados a la moralidad personal o individual tienden
a ser mencionados en primer orden. El discurso alrededor de estos problemas tiende a
vincularse de manera cercana con la carencia de los valores cristianos. En ese mismo sentido,
la mayoría de líderes muestras una particular preocupación por el modo como, desde su
perspectiva, hay una fuerte tendencia hacia la desintegración familiar. Esto está ligado con el
imaginario evangélico que sostiene la idea de que la familia es un elemento más
fundamental para el desarrollo de la sociedad. …si la familia no establece los valores, la
sociedad se corrompe¨. Si la familia, entendida como madre, padre e hijos, no inculca los
valores necesarios a sus hijos, la sociedad sufre. Desde la perspectiva de los líderes,
principalmente el homosexualismo, el divorcio, el aborto y el madre-padre-solterismo son los
problemas sociales que más afectan la estabilidad espiritual de la familia. El abuso sexual y el
maltrato infantil son problemas abiertamente identificados. Estos son considerados como
problemas que amenazan el bienestar de los niños y de la familia. También se hace referencia
al hecho de que la prostitución infantil se ha incrementado y se ha perpetuado, siendo los
propios padres de los menores unos de los perpetradores. Por otro lado, los líderes identifican
a la drogadicción como un problema muy relevante en sus comunidades. Hay un claro
consenso en el sentido de que el quiebre moral de la sociedad conduce al uso y adicción a las
drogas. Por otro lado, se menciona que este problema está vinculado también a flagelo del
narcotráfico. Es interesante observar que la violencia vinculada al conflicto armado interno no
ocupa un lugar prioritario en la preocupación de los líderes evangélicos. Sin embargo, ellos
expresan una marcada preocupación respecto a las otras violencias, las comunes y cotidianas,
como las pandillas juveniles.

De Los Jóvenes En La Iglesia

EL ROL DEL JOVEN EN LA IGLESIA. El rol del joven dentro de la congregación es


uno de las columnas principales de toda iglesia ya que la fuerza el dinamismo y
el potencial que todo joven tiene es una de las columnas que la iglesia necesita
para fortalecerse y multiplicarse. También conocido como crecimiento
espiritual.

 ¿Qué cualidades poseen los jóvenes?


 ¿Cuáles son las oportunidades que los jóvenes tienen hoy?

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