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SISTEMA DE SALUD EN EL ESTADO PLURINACIONAL DE BOLIVIA

I.- ANTECEDENTES.
A.- La Constitución Política del Estado, establece que todas las personas
tienen derecho a la salud, y que el Estado garantiza la inclusión y el
acceso a la salud, sin exclusión ni discriminación alguna. Sin embargo,
de ello, Bolivia no cuenta con una ley general de salud y el sector salud
funciona en base al Código de la Seguridad Social de 1956 y el Código
de Salud de 1978.
B.- La gestión del sistema de salud se modificó en los años
noventa mediante la promulgación de dos disposiciones legales, que
significaron el inicio de un proceso de apertura a la participación
ciudadana y a una descentralización administrativa en el manejo de los
recursos del sector salud (Ley Nº 1551 de Participación Popular 1994).
Luego, con la Ley Nº 1654 de Descentralización Administrativa de
24 de julio de 1995, se formalizó el proceso de
descentralización administrativa transfiriendo atribuciones de carácter
técnico administrativo a nivel departamental.
C.- La ley N° 1152, Ley de 20 de febrero de 2019, tiene por objeto ampliar
la población beneficiaria que no se encuentra cubierta por la Seguridad
Social de Corto Plazo, con atención gratuita de salud, en avance hacia
un Sistema Único de Salud, Universal y Gratuito.
D.- La LEY N° 1359 DE EMERGENCIA SANITARIA de 17 de febrero del
año en curso, dispone, lo siguiente:

"Artículo 1°. - (Objeto) La presente Ley tiene por objeto:


a. Proteger la salud pública y prevenir su pérdida o deterioro;
b. Establecer que la Ministra o Ministro de Salud y Deportes, dentro del
ámbito de sus competencias, podrá adoptar las medidas previstas en la
presente Ley cuando así lo exijan razones sanitarias.
Artículo 2°. - (Finalidad). - La presente Ley tiene por finalidad
establecer medidas para proteger la vida, la salud, la integridad y el
bienestar de la población, ante una emergencia de tipo sanitario en
parte o todo el territorio nacional.

E.- La CONSTITUCIÓN POLÍTICA DEL ESTADO, en su artículo 9, señala


“Son fines y funciones esenciales del Estado, además de los que
establece la Constitución y la ley”
El Inciso 5 dispone: “Garantizar el acceso de las personas a la
educación, a la salud y al trabajo”.

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El artículo 18 refiere que todas las personas tienen derecho a la salud.
SECCIÓN II DERECHO A LA SALUD Y A LA SEGURIDAD SOCIAL
Artículo 35. El Estado, en todos sus niveles, protegerá el derecho a la
salud, promoviendo políticas públicas orientadas a mejorar la calidad de
vida, el bienestar colectivo y el acceso gratuito de la población a los
servicios de salud.
El sistema de salud es único e incluye a la medicina tradicional de las
naciones y pueblos indígena originario campesinos.
Artículo 36. El Estado garantizará el acceso al seguro universal de
salud.
Artículo 37. El Estado tiene la obligación indeclinable de garantizar y
sostener el derecho a la salud, que se constituye en una función
suprema y primera responsabilidad financiera. Se priorizará la
promoción de la salud y la prevención de las enfermedades.

F.- CORONAVIRUS Y LAS AMENAZAS A LA SALUD MUNDIAL


En el año 1951, los estados miembros de la Organización Mundial de la
Salud (OMS) adoptaron un Reglamento Sanitario Internacional que,
luego de diversas revisiones y actualizaciones, condujo a un acuerdo
internacional jurídicamente vinculante, suscrito en el año 2005 por 196
países, que incluían a todos los estados miembros de la OMS con el
objetivo de ayudar a la comunidad internacional a prevenir y dar
respuesta a los riesgos graves para la salud pública que tengan la
capacidad de cruzar fronteras y amenazar a la población mundial. A
pocas horas de celebrar el inicio del nuevo año 2020, la OMS fue
informada por las autoridades de China de 27 casos de neumonía de
etiología desconocida en la ciudad de Wuhan, provincia de Hubei, que
afectaba a personas vinculadas con un mercado de productos marinos
y de venta de animales.
Pocos días después se comunicó la identificación de un nuevo
coronavirus como posible agente etiológico, distinto al SARS-CoV,
MERS-CoV, influenza y otras infecciones respiratorias que habían
afectado a diversos países de la región, que se ha denominado como
COVID-19.

El 30 de enero de 2020, el Comité de Emergencia para el Reglamento


Sanitario Internacional de la OMS, declaró el brote de 2019-nCov como
una "Emergencia de Salud Pública de Importancia Internacional"
(ESPII). Una semana después, ya habían sido reportados 24.554 casos
confirmados a nivel global, de los cuales el 99,2 % se encontraban en
China, y el 0,8 % restante 24 países en Asia, Australia, Europa y

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América del Norte, por lo que la OMS consideró el riesgo de
propagación como "muy alto" en China y "alto" en el resto del mundo.
Para este momento, el número de defunciones ascendía a 491, lo que
implicaba una letalidad muy próxima al 2 %.

A pesar de las medidas adoptadas, durante la siguiente semana el


número de casos y defunciones fue en aumento, llegando a 42.708
casos diagnosticados y 1.017 fallecidos solo en China. Para esta fecha
se contabilizaban 393 casos en 24 países y una muerte, con lo que
alcanzó una letalidad de 2,36 %. Estudios realizados pudieron
determinar que el 83 % de los casos fueron identificados como
conglomerados familiares, otros provenían de escuelas, supermercados
o lugares de trabajo, lo que traduciría una insuficiente "conciencia de
protección", como no usar tapabocas u otras medidas de higiene
recomendadas[CITATION htt \l 2058 ]
G.- SEGÚN INVESTIGACIÓN REALIZADA POR EL PROGRAMA DE LAS
NACIONES UNIDAS PARA EL DESARROLLO, SOBRE EL SISTEMA
DE SALUD EN BOLIVIA.
El sistema de salud público nace en la década de los 90 con el Seguro
Nacional de Maternidad y Niñez (SNMN) y el Seguro de Salud de Vejez
(SSV) en 1996; el primero con 32 prestaciones tenía el propósito de
reducir la mortalidad materna y neonatal, y el segundo se diseñó para
atender a la población adulta mayor. Ambos seguros, con
denominaciones modificadas en el tiempo ampliaron sus prestaciones y
cobertura, hasta convertirse a inicios del año 2019 en el actual Seguro
Único de Salud (SUS) de carácter gratuito y universal que atiende
alrededor de 1,200 prestaciones médicas; en tanto que el Seguro de
Salud para el Adulto Mayor reemplazó al SSV en 2006 otorgando
prestaciones en todos los niveles de atención del sistema de salud.
Estos seguros se financiaron y se siguen financiando principalmente en
un 90% con fondos del Tesoro General de la Nación (TGN) en su
componente de recursos humanos y un 10% con fondos provenientes
de la Coparticipación Tributaria Municipal (CTM) procedente de la
recaudación de impuestos nacionales que debería ser destinada a
infraestructura según su competencia de acuerdo con el nivel de
gobierno. Lamentablemente las transformaciones que ha ido sufriendo
el seguro público de salud no fueron acompañadas por una adecuada
planificación ni de infraestructura ni de recursos humanos, así como
tampoco un sólido financiamiento entre los diferentes niveles de
gobierno, al margen de la coordinación entre ellos e incluso de los
sistemas de salud. Por tanto, se trata de un seguro universal de salud,

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limitado, sobresaturado, con muchas falencias y con un financiamiento
fragmentado.
A pesar del carácter universal y gratuito del servicio de salud público, de
acuerdo con la encuesta de hogares (EH) 2019 solo un 44% de la
población se había registrado o afiliado en el SUS, 19.3% estaba afiliada
en la seguridad social de corto plazo, 1% en la seguridad privada, en
tanto que casi un 34% de la población todavía no tenía ningún seguro

de salud.
Gráfico 1 Población afiliada a un seguro de salud.
Fuente: Elaboración con base a la EH – 2019. INE, Bolivia.

Como se aprecia en el Gráfico, la población no cubierta proviene en un


75% de estratos bajo y medio vulnerable, debido en parte a determinantes
sociales como el área de residencia, el ingreso familiar, la adopción de
hábitos saludables y cultura entre otros, pero también la desconfianza por
la baja calidad de los servicios.
Según datos regionales, la relación de médico por habitante para Bolivia
fue de 14 por cada 10.000 habitantes en 2017. Los países vecinos tenían
más del doble de esa relación, Chile (36), Argentina (37), Paraguay (34) y
Brasil (31) entre otros, llegando a cumplir los mínimos necesarios
establecidos por la OMS. En Bolivia se tiene un médico por cada 714
personas cuando la recomendación mínima de la OMS es de un médico
por cada 333 personas. Si bien no existe un estándar del número de
camas hospitalarias por población, la relación para Bolivia (1.1 camas por
1,000 habitantes) dista sustantivamente de los países vecinos como por
ejemplo Argentina (5), Perú (1.6), Chile y Brasil (2.2); y de hecho coloca al
país en el penúltimo lugar de América del Sur.
En cuanto a la infraestructura de alta resolución, en Bolivia hay un total de
33 hospitales de tercer nivel, de los cuales según datos de la Sociedad
Boliviana de Medicina Crítica y Terapia Intensiva (SBMCTI) solo 24
cuentan con unidades de cuidados intensivos. En total en estos
establecimientos las camas para estos fines suman 220 y se estima que la
ocupación cama promedio es del 90%, y el 10% restante no está en

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funcionamiento. Si se considera la recomendación de la OMS de una
cama de cuidados intensivos por cada 10.000 habitantes, no se habría
cubierto ni un 20% en el sistema de salud público.

Los objetivos estratégicos mundiales son los siguientes: • Movilizar a


todos los sectores y comunidades para garantizar que cada sector del
gobierno y de la sociedad asuma la responsabilidad y participe en la
respuesta y en la prevención de casos mediante la higiene de manos, el
protocolo de higiene respiratoria y el distanciamiento físico a nivel
individual. • Controlar los casos esporádicos y grupos de casos y
prevenir la transmisión comunitaria mediante la detección rápida y el
aislamiento de todos los casos, la prestación de los cuidados
adecuados y la trazabilidad, cuarentena y apoyo de todos los contactos.
• Contener la transmisión comunitaria mediante la prevención del
contagio y medidas de control adecuadas al contexto, medidas de
distanciamiento físico a nivel de la población y restricciones adecuadas
y proporcionadas en los viajes domésticos e internacionales no
esenciales. • Reducir la mortalidad prestando una atención clínica
adecuada a los enfermos de COVID-19, asegurando la continuidad de
los servicios sanitarios y sociales esenciales y protegiendo a los
trabajadores de primera línea y las poblaciones vulnerables. •
Desarrollar vacunas y terapias seguras y eficaces que puedan ofrecerse
a escala y que estén accesibles en función de la necesidad.
II.- ANALISIS
A.- Si bien el Sistema de Salud de nuestro Estado nace con una
precariedad y los gobiernos de turno no realizaron ese salto cualitativo
para mejorar este sistema, sin embargo, la nueva Constitución Política
del Estado en su Artículo 9 menciona los fines y funciones esenciales
del Estado, además de los que establece la Constitución y la Ley: Inc. 5
Garantizar el acceso de las personas a la educación, a la salud y al
trabajo. Asimismo, el Art. 18 refiere que todas las personas tienen
derecho a la salud, en su Sección II estipula el Derecho a la Salud y a la
Seguridad Social Artículo 37.- El Estado tiene la obligación indeclinable
de garantizar y sostener el derecho a la salud, que se constituye en una
función suprema y primera responsabilidad financiera. Se priorizará la
promoción de la salud y la prevención de las enfermedades. Situación
que debe garantizar la preservación de la salud y el acceso a los
servicios básicos para la población boliviana enmarcados en la parte
Legal.
B.- El Estado Boliviano, al igual que los demás Estados ha sido afectado
por la Pandemia en los dos últimos años, hecho que dejo al descubierto

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ciertos vacíos normativos en cuanto a conductas y reglas a seguir para
confrontar la crisis sanitaria. El acceso al servicio de la salud se vio
amenazada debido a la pandemia mundial del virus SARS-COV.2, ya
que es una amenaza emergente que va directamente al elemento
principal de nuestro Estado que es la preservación de nuestra población
ya que a través de ella se genera el movimiento económico y desarrollo
de nuestro país.

C.- La pandemia del COVID-19 es uno de los desafíos más serios que ha
enfrentado la humanidad en tiempos recientes, aún se encuentra en
una nebulosa al desconocerse cual podrá ser su costo total en vidas
humanas en función a la mutación y rebrote de nuevas cepas.

D.- Las medidas adoptadas en el mundo y en nuestro Estado, como es el


distanciamiento social, confinamiento y cuarentenas implica una
reducción y una parada total de las actividades de producción y
consumo por un periodo de tiempo incierto, que desploma empresas,
mercados y más aun considerando que un 62,3 por ciento de la
economía boliviana es informal, llevando al desempleo a miles de
trabajadores gravitando en el factor económico – social. De continuar
con el rebrote y nuevas mutaciones del COVID – 19, amenaza latente y
constante, según la CEPAL, más de 30 millones de personas a nivel
mundial podrían caer en la extrema pobreza si no se pone en marcha
políticas activas para proteger o sustituir el ingreso de los grupos
vulnerables.

E.- El actual sistema de salud no está garantizado con un apoyo económico


financiero, un 34% de la población no cuenta con un seguro social, la
cantidad de médicos actualmente es de 01 un médico para 750
personas, lo que no está de acuerdo con la exigencia de la OMS que es
de 01 médico por cada 333 personas como mínimo, asimismo en
cuanto a infraestructura hospitalaria es precario, los 33 hospitales de
tercer nivel suman 24 UTI. Lo que cubre un 20% de atención de la
población boliviana, dejando vulnerable al resto.

F.- En este escenario de precariedad del sistema de salud es irrumpido por


el COVID-19, a esto se suma las variantes de nuevas cepas, llevando
nuevamente a la sociedad boliviana al temor y a la inseguridad de ser
atendidos en tiempos oportunos por no contar con avances
tecnológicos científicos para el desarrollo de planes de contingencia
para hacer frente a emergencias sanitarias.

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G.- Esta pandemia es mucho más que una crisis sanitaria, requiere de una
respuesta de los gobiernos y de la sociedad en su conjunto. La
resolución y el sacrificio de los trabajadores sanitarios en primera línea
deben ir acompañados de la determinación de todas las personas y
todos los líderes políticos para poner en práctica las medidas a fin de
acabar con la pandemia.
H.- Dentro el campo de la dimensión Psicosocial y Económica, los
trastornos a los sistemas sanitarios y de asistencia social y las medidas
tomadas para controlar la transmisión han tenido grandes y profundas
consecuencias socioeconómicas. Los países deben hacer todo lo
posible para evitar que los casos se conviertan en grupos y que los
grupos se conviertan en brotes explosivos. Deben poner en marcha las
capacidades para realizar pruebas y diagnosticar, aislar, rastrear a los
contactos y aplicar medidas de cuarentena; deben hacer que todos
sean partícipes de la respuesta, se debe implantar con urgencia un
enfoque renovado en las capacidades de la salud pública a gran escala
considerando que el COVID-19 es una verdadera crisis mundial: la
única forma de vencerla es juntos, con la unidad nacional y solidaridad
mundial.

I.- La dimensión militar en la actual realidad de crisis sanitaria nacional


cumple con otras funciones o misiones que se las denomina misiones
secundarias o subsidiarias; mientras la defensa nacional es la misión
principal de las fuerzas armadas acorde a los mandatos
constitucionales y/o legales, las misiones subsidiarias son aquellas en
las que el estado hace uso de las capacidades instaladas en una fuerza
armada y las pone al servicio de la comunidad, tal como asistencia en
caso de desastres y apoyo a orden público han sido regularmente parte
de las actividades de las fuerzas armadas en toda la región. En el caso
de la crisis presente, en todos los países desde el ámbito de la defensa
se ha extremado el aporte que las fuerzas militares pueden brindar en
el caso de una emergencia, con el cierre de fronteras y cumplimiento a
las restricciones.
Actualmente se las ha desplegado y movilizado nuevamente para el
control efectivo del movimiento migratorio con el país hermano de
Brasil, además de haber suscrito y celebrado junto al ministerio de
salud el acuerdo interinstitucional que permita brindar la seguridad y
control en la vacunación masiva a la población.
J.- La dimensión política a través del gobierno actual ante esta amenaza,
dictando políticas y estrategias con el propósito de reducir y mitigar la
crisis sanitaria, de acuerdo a lo siguiente:

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1.- Cancillería, ampliando medidas y restricciones a todas sus
fronteras frente al COVID.
2.- Ministerio de Salud, envía médicos, vacunas, medicamentos,
oxígeno y pruebas de diagnóstico a las regiones más afectadas en
la probable tercera ola.
Concretar alianzas estratégicas para fortalecer el proceso de
vacunación contra el COVID, pidiendo a Rusia completar hasta
mayo la segunda fase de envíos de su vacuna.
Asimismo, impulsar el apoyo internacional para acceder al
mecanismo COVAX.
3.- El ministerio de economía, estableciendo las medidas económicas
ante el COVID 19, como ser el bono familia de 500 bs.
El acceso a diferimiento en el pago de los créditos en el sistema
financiero.
La canasta familiar a través del de 400 bs
El estado pagará servicios básicos (Luz y agua), acuerdo a
porcentajes de consumo domiciliario.
III.- CONCLUSIONES.
A.- La Constitución Política del Estado asume como fin esencial de
garantizar y sostener la salud lo cual permite proponer lineamientos
estratégicos para hacer frente a esta pandemia.
B.- Considerando que el COVID-19 es una amenaza directa al elemento
principal de nuestros Estado, su población entes generadoras del
movimiento económico y desarrollo, mantenerlas sanas permite el
desarrollo de nuestro Estado.
C.- Lograr el acceso de la población a buenos servicios de salud a través
de la ciencia y la tecnología en base a las prioridades sanitarias permite
contar planes de contingencia ante nuevas amenazas de emergencia
sanitaria.
D.- Generar nuevas políticas de gobierno en el campo de la salud y
económico permite alcanzar el desarrollo y bienestar de la población
logrando la percepción de la seguridad.
E.- Considerando la situación actual de la emergencia sanitaria del COVID-
19 como amenaza real permite generar nuevos objetivos nacionales
para hacerle frente.
IV.- SUGERENCIAS.

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A.- Viabilizar la acción política del empleo inmediato para hacer frente a
esta amenaza se plantea el siguiente objetivo de desarrollar la ciencia y
tecnología dentro el sistema de salud del Estado Plurinacional de
Bolivia para mitigar el COVID – 19 y contar con planes de contingencia
ante nuevas emergencias sanitarias.
B.- Contar con un plan económico para sustentar los recursos necesarios
que se necesiten en equipos médicos, recursos humanos, material en
bioseguridad, con el fin de preservar la salud de nuestra población.
C.- Lograr una participación de nuestras fuerzas armadas en las fronteras
para que estas puedan resguardar el ingreso de extranjeros
transmisores de nuevas cepas hacia el interior de nuestro estado.
D.- Satisfacer la demanda de los servicios en salud de la población y es de
interés nacional por ser entes generadores del desarrollo económico, lo
que deriva a la aspiración de lograr la atención de este campo a través
del desarrollo la ciencia y la tecnología en aspectos sanitarios.
V.- BIBLIOGRAFIA. –
Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia,2009.
Código de la Seguridad Social de 1956.
Código de Salud de 1978.
Ley Nª 1551 de Participación Popular 1994.
Ley Nª 1654 de Descentralización Administrativa de 1995.
Ley N° 1152 de 2019, Sistema Único de Salud, Universal y Gratuito.
Ley 1359 de Emergencia sanitaria, 2021.
Reglamento Sanitario Internacional 1951- O.M.S.
http://www.scielo.org.pe/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1727-

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