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Vicente Ferrer y Filon de Alejandria
Vicente Ferrer y Filon de Alejandria
Índice
1. Vida y escritos filosóficos
2. La noción de suppositio
3. Clasificación de la suppositio
4. La suposición natural
8. Bibliografía
2. La noción de suppositio
La noción de suppositio más comúnmente aceptada entre los lógicos
medievales es aquella que podemos denominar “semántico-sintáctica”, tal
como la concibe Pedro Hispano y Guillermo de Ockham, según la cual la
suposición se define por la acepción del término por la cosa en un contexto
proposicional. Se trata de una relación entre el término que significa y la
cosa real significada: de este modo “suponer” sería equivalente a stare
pro (“estar por algo”). En otras palabras, la suppositio es la propiedad que
tiene un término dentro de la proposición de “estar por la cosa” significada.
3. Clasificación de la suppositio
Otro aspecto original de la lógica ferreriana es el criterio clasificatorio
adoptado para determinar los distintos tipos de suposición. En primer lugar
él establece que toda suposición se clasifica atendiendo a la naturaleza del
predicado y no por las cosas significadas. Es decir, los diferentes tipos de
suposición se determinan por los diferentes tipos de predicación que se
pueden realizar del sujeto, y no por las cosas significadas por el mismo, tal
como lo hacían Pedro Hispano y Guillermo de Ockham, y con ellos la
mayoría de los tratadistas lógicos. Atendiendo al tipo de predicación
encontramos una predicación esencial -que dará lugar a la suposición
natural- y una predicación accidental -que dará lugar a las suposiciones
simple y personal.
4. La suposición natural
Sin duda la aportación más original de la propuesta ferreriana radica en la
suposición natural. El dominico valenciano adopta la denominación de
Pedro Hispano, pero trasformándola: mientras que en Hispano es un tipo de
suposición que posee el término fuera del contexto proposicional, y con un
carácter extensional (por ejemplo “hombre” utilizado fuera de la enunciación
tiene valor por todo hombre), en Ferrer se sitúa dentro de la proposición y
pose un carácter intencional (rasgos característicos de la esencia “hombre”).
La suppositio naturalis en la lógica del XIV había caído en el desuso: o
bien se da la primacía a la suposición personal (nominalismo) o a la
suposición simple (realismo extremo). Los nominalistas proponen que lo
primeramente significado por el término común es el individuo real, de modo
que cuando decimos “hombre” nos referimos principalmente a “Sócrates” o
“Platón” o a “este hombre” (suposición personal). Los realistas extremos por
el contrario afirman que lo primeramente significado por el término es la
forma mental de “hombre” (suposición simple). Pero en tal forma mental no
se distingue suficientemente entre la esencia como tal (naturaleza de la
cosa) y la esencia en cuanto conocida (el concepto). Ferrer propone que
con el término común (“hombre”) la esencia o naturaleza absolutamente
considerada es lo primero significado por el término; es decir, cuando digo
“hombre”, me refiero a la esencia del hombre en cuanto tal,
independientemente de su realización en este hombre o en aquel otro
(suposición personal); independientemente también de la intentio puramente
mental (suposición simple).
6. Presupuestos gnoseológicos de la
teoría de la suposición
Como es fácil advertir la teoría de la suposición de los términos de Ferrer
no es una mera herramienta técnica de análisis lógico, sino que ella misma
contiene diversas concepciones ontológicas (muy ligadas al problema de los
universales) y gnoseológicas (principalmente frente al nominalismo). Por
esta razón es posible llevar a cabo una lectura de los diversos tipos de
suposición atendiendo a diversas operaciones intelectuales: juicio y simple
aprehensión.
Para Vicente Ferrer, el objeto de la ciencia son las cosas mismas, pero
consideradas no en su individualidad y contingencia, sino en su
universalidad y necesidad. Esta consideración es posible gracias a un
conocimiento abstractivo que tenga por objeto a la esencia absolutamente
considerada; es decir, considerada de modo independiente a sus
realizaciones concretas, tanto reales como mentales. Este tipo de
consideración se encuentra sólo en las oraciones categóricas con
suposición natural.
8. Bibliografía
BEUCHOT, M., Un antecesor de Frege. Vicente Ferrer (s. XIV) y la
estructura proposicional, «Escritos del Vedat», 16 (1986), pp.
389-397.
Del período de cambio de era, entre finales del siglo I a.C. a mediados del
siglo I d.C., ha llegado a nosotros, casi completo, el mayor corpus literario
de la Antigüedad junto con la obra de Platón y Aristóteles, el de Filón de
Alejandría. Si Eusebio de Cesarea, en su Historia Eclesiástica nos ha
legado una visión positiva de Filón, los estudios sobre nuestro autor, muy
abundantes en la época actual, sin embargo, nos ofrecen visiones muy
contradictorias y algunas hasta totalmente contrarias de Filón, que van
desde el elogio desmedido hasta la repulsa, también desmedida.
Muchas son las cuestiones debatidas sobre Filón de Alejandría y que, sin
duda, se discutirán en el futuro: ¿Es Filón un filósofo o un comentador del
texto bíblico? ; si es un filósofo, ¿cuál es su filiación filosófica? ¿Es un
platónico? ¿Es un estoico? ¿Es un ecléctico? ¿Qué prevalece en su obra, la
tradición judía o la tradición del pensamiento griego? ¿Es sólo un alegorista
o también admite el sentido literal del texto sagrado? ¿Qué texto bíblico
leyó, el hebreo o la traducción de los Setenta? Preguntas como éstas y
otras ha dirigido los estudios sobre Filón y han impulsado un mejor
conocimiento de nuestro autor, si bien muchas han quedado abiertas y sin
una respuesta clara. Sea como sea, en el momento actual de los estudios
filonianos y desde la aparición de la obra de V. Nikiprowetzky [1977], el
criterio de acercamiento ha evolucionado hacia una reflexión en la que —sin
dejar al margen el estudio de las fuentes y las comparaciones con otras
tradiciones antiguas— prima el estudio de Filón per se, y que está
ofreciendo como resultado un conocimiento más exacto y profundo de la
obra y el pensamiento de este autor. Filón se presenta aislado: tanto en la
tradición judeo-alejandrina (excepción hecha de cinco fragmentos de
Aristóbulo, la Carta de Aristeas, el libro de la Sabiduría), como en el
pensamiento griego posterior a Aristóteles, cuyo conocimiento es casi
siempre indirecto y parcial en todos sus aspectos por no haber llegado a
nosotros completa ninguna de las obras de los filósofos helenísticos.
Índice
1. Biografía
2. Corpus Philonicum
3. La alegoría
3.1. Distinción filoniana entre sentido literal y alegórico del texto bíblico
4. La filosofía en Filón
5. Principales doctrinas
5.1. Dios
5.3. El hombre
5.4. La ética
6. Bibliografía
1. Biografía
Como para otros autores de la Antigüedad griega y romana, nuestro
conocimiento de la biografía de Filón de Alejandría es muy pobre.
Conocemos con bastante certeza sólo dos datos de su vida: en el año 39/40
d.C. viajó a Roma como cabeza de la embajada judía de Alejandría ante el
emperador Calígula para protestar por el trato recibido por la comunidad
judía en el pogromo del año 38 dirigido por el prefecto Aulio Avilio Flaco.
Poco después, entorno al año 41 escribió un tratado sobre esta
embajada, Legatio ad Gaium, que ha llegado a nosotros. Precisamente en
este tratado [Legat. 182] Filón se presenta a sí mismo como entrado en
años, por lo que es razonable pensar que naciese entorno al año 20-10 a.
C., poco después de la derrota definitiva del poder macedónico helenista, en
el 31 a.C. y que da comienzo al dominio romano con Augusto.
A partir de los pocos textos en los que Filón habla de sí mismo podemos
con seguridad afirmar que dedicó la mayor parte de su vida al estudio y a la
contemplación, como nos deja ver este pasaje de su tratado De prouidentia:
«Para mí siempre es tiempo de filosofar, y a ello dediqué mi vida,
consagrada al estudio» [Prov. 2, 115].
Filón murió con seguridad después del año 41 d.C. y, si en esta época ya
era anciano, es razonable indicar el año 50 como el más próximo a su
muerte.
2. Corpus Philonicum
Hasta nosotros han llegado un total de cuarenta y seis tratados de Filón
de Alejandría. Un corpus muy amplio del que treinta y nueve se conservan
en el griego original y nueve en traducción al armenio. A éste hay que
añadir las citas en las Catenae y fragmentos en griego, armenio y latín.
El corpus presenta una gran variedad de géneros literarios: zetemático o de
preguntas y respuestas, comentario alegórico, comentario legal, tratado
histórico, protréptico, tratado filosófico, apología et caetera.
b. Comentario alegórico.
I. Comentario a la Biblia:
3. La alegoría
Si Filón está al final de una tradición de interpretación alegórica del texto
bíblico que podríamos llamar “judeo-alejandrina”, que habría comenzado
con la propia traducción de LXX y continuado con Aristóbulo, para finalizar
en Filón, es una cuestión que ha sido ampliamente discutida por los
especialistas. Lo que sí es cierto es que, si bien Filón mismo habla de
antecesores y de otros exegetas bíblicos contemporáneos y él mismo es la
mejor fuente para ello [Kamesar 2009: 65-91], nuestro conocimiento de esa
tradición es escaso (cinco fragmentos de Aristóbulo, trasmitidos por Eusebio
en su Historia Eclesiástica) tanto para pensar que no son suficientes para
verificar una tradición consolidada y que la obra de Filón se presenta, en
este aspecto, al estudioso aislada y sin precursores testimoniados que
permitan una comparación.
También han sido ampliamente discutidas las deudas que Filón pudiera
tener con la interpretación alegórica griega de los textos de Homero por los
estoicos y otras escuelas filosóficas helenísticas, así como
del medioplatonismo o la escuela peripatética, entre otras.
e) a veces hay una acepción científica del término. Ex.: «El “entre su
simiente y la simiente de ella” está de nuevo dicho físicamente: pues
toda simiente es origen de la generación; pero el origen del placer es la
pasión, impulso irracional, y el intelecto lo es de la sensibilidad. De
éste, como de una fuente, se propagan la fuerzas sensibles, sobre
manera, de acuerdo con el muy sagrado Moisés, que dice que la mujer
fue plasmada a partir de Adán, [intenta decir] que sensibilidad lo es del
intelecto. Lo que el placer es respecto de la sensibilidad, lo es la pasión
para con el intelecto, de modo que, como aquellos son enemigos,
también éstos estarán en guerra. La guerra entre ambos es evidente»
[Leg 3, 185].
f) finalmente, también algunas veces está cercano al sentido ético. Ex: «El
árbol de la vida es la virtud más genérica, la que algunos llaman
bondad, a partir de la cual las virtudes particulares se combinan. Es por
esto que está en medio del jardín, en el lugar más privilegiado, para ser
escoltada por ambos lados, a la manera de un rey. Otros dicen que el
árbol de la vida puede ser llamado corazón, pues es la causa del vivir y
les correspondió el lugar central del cuerpo, de manera que, de
acuerdo con los que dicen, es la parte hegemónica. Pero esos no
olviden que exponen una opinión más médica que real (física), nosotros
decimos que el árbol de la vida es la virtud genérica» [Leg. 1, 59].
El termino ἠθικῶς designa:
a) el nivel moral de la alegoría. Ex.: «¿Por qué motivo ahora [Dios] plasma
otras bestias, sin contentarse con las anteriores? Interpretando
esto éticamente, hay que decir: en la criatura el género del vicio se
encuentra en abundancia, de manera que siempre se genera en ella la
mayor perversidad. Desde el punto de vista físico es éste: en primer
lugar en los seis días de la creación, Dios constituye los géneros y la
ideas de las pasiones, pero ahora plasma las especies, por ello dice:
‘dio forma aún’» [Leg. 2,12].
4. Nivel moral (místico) por lo que Filón explicita en el texto bíblico como
referencias a la vida interior y religiosa del hombre y al carácter de
“legislador” de Dios.
Los otros filósofos dicen que toda el agua es uno de los cuatro
elementos, de los que fue construido el universo. Sin embargo,
Moisés, con ojos más agudos y acostumbrado a contemplar y
comprender mucho más allá… [Opif. 131].
Pues entre los griegos, los filósofos afirmaron que eran los
sabios los primeros quienes pusieron los nombres a las cosas.
La versión de Moisés es preferible, porque se refiere no a
algunos de los primeros, sino al primer ser creado [Leg 2, 15].
Del análisis de estos pocos textos, podemos concluir que Filón considera
la ley de Moisés como una filosofía, comparable a la de los griegos, pero
con la diferencia de que ella nos da la filosofía verdadera. Hay pues aquí
una clara identificación de Filón entre Torá y filosofía. Además Filón coloca
a Moisés entre otros filósofos, y lo denomina el filósofo por antonomasia
[Mos. 2, 12].
En otros textos, Filón afirma que los filósofos verdaderos son los adeptos
y practicantes de la Ley de Moisés, y que la filosofía es la ciencia de esa
Ley:
Dentro de los estudios sobre Filón, Platón y el platonismo son los que
más cuentan con una mayor consideración sobre su influencia en el
pensamiento de nuestro autor. La pregunta guía es: ¿Es Filón un
medioplatónico? Esta pregunta ha dado título a un ya clásico artículo de los
estudios filonianos de D. T. Runia [1993].
Lo que sí es cierto es que, después del trabajo de J. M. Dillon [1997] y de
otros autores (ver bibliografía) existe un amplio consenso al menos en
afirmar que Filón, en relación al platonismo, está inmerso claramente en el
platonismo imperante en la Alejandría de su tiempo y que Filón hace uso
explicito e implícito del platonismo. La presencia del Timeo platónico en
el De opificio Mundi de Filón ha quedado demostrada claramente por D. T.
Runia [1986]. El tema platónico de la semejanza a Dios (ὁμοίωσις τοῦ θεοῦ)
en su Teeteto, es un tema compartido por Filón con los pensadores
medioplatónicos. Las ideas como pensamientos de Dios, que tuvo gran
desarrollo en autores medioplatónicos, es otro de los grandes temas que
Filón comparte con los medioplatónicos, si bien aquí Filón se aparta del
pensamiento de Platón, al no ver las ideas como algo externo al creador.
5. Principales doctrinas
Los contenidos teológicos-filosóficos en los que Filón enmarca toda su
obra, están bien definidos por el resumen que él mismo nos da al final de su
tratado De Opificio. Leámoslo:
5.1. Dios
Dios es uno de los dos ejes fundamentales de todo el pensamiento de
Filón, el otro es el hombre. El primer aspecto que Filón destaca de Dios es
la trascendencia de su naturaleza, que es totalmente diferente de las demás
realidades y que tiene para Filón su fuente en la Escritura; por una parte
está Dios y por la otra la creación como nos deja ver, entre otros muchos,
este texto:
La declaración de Moisés es importantísima. Tiene el valor de
decir que debo reverenciar sólo a Dios y nada de lo que está
tras Él, ni la tierra, ni el mar, ni los ríos, ni la realidad del aire, ni
las variaciones de los vientos y de las estaciones, ni las
especies de las plantas y de los animales, ni el sol, ni la luna, ni
la multitud de los astros que circulan en órdenes armoniosos, ni
el cielo ni el mundo entero [Congr. 133].
o este otro:
Pero las otras cinco, como si fueran colonias, son las potencias
del que pronuncia la palabra, entre las cuales gobierna la
potencia creadora, en virtud de la cual el Creador hizo el mundo
mediante la palabra. La segunda es la potencia soberana,
según la cual el Hacedor gobierna lo creado; la tercera es la
potencia misericordiosa, mediante la cual el Artífice se apiada y
compadece de su propia obra; la cuarta es la legislativa,
mediante la cual prescribe nuestras obligaciones; y la quinta es
la parte de la legislativa a través de la cual prohíbe lo que no es
conveniente hacer [Fug. 95].
Y sin embargo este listado se ve restringido a dos, Bondad (theós) y
Soberanía (kúrios):
Esto también indica la intima relación de Dios con sus potencias que son
modos de actuar de Dios y que no son autónomas. Por encima de las
potencias se encuentra el logos que es arquetipo de la realidad, del que
Dios se sirve como un instrumento para la creación del mundo:
Después de todas las otras cosas, como se dijo, dice que el ser
humano fue generado a imagen y semejanza de Dios. Muy
bien, pues nada nacido de la tierra es más parecido a Dios que
el ser humano. Sin embargo, nadie asemeje el parecido a un
carácter corporal, pues ni Dios tiene forma de ser humano, ni el
cuerpo humano tiene aspecto divino. La imagen está expresada
según la guía del alma, el intelecto. El intelecto parcial que se
encuentra en cada uno fue asemejado a aquel único que lo es
de todas las cosas como si fuera su arquetipo, porque es en
cierto modo un dios del que lo porta y transporta en procesión a
una imagen: la relación que tiene el gran guía en todo el
universo, posee, así parece, el intelecto humano en el ser
humano, pues es invisible, pero ve todas las cosas tiene la
esencia inescrutable, aunque comprende las de otros seres.
Abriendo caminos muy ramificados y frecuentados todos por
medio de las artes y de las ciencias va a través de la tierra y el
mar, investigando las cosas que se encuentran en ambos
medios [Opif. 69].
5.4. La ética
Como vimos más arriba, en lo que se refiere a la clásica partición de la
filosofía en Lógica, Física y Ética, Filón deja clara la preponderancia de la
Ética, en orden a la que existen las otras dos:
Por otra parte, si es cierto que razón y conocimiento son necesarios para
hacer el bien, sin embargo, no son por ello suficientes, se necesita además
la libertad y la voluntad de escoger el bien y rechazar el mal, como leemos
en el siguiente pasaje:
La vida humana la entiende Filón pues como una migración y una ascesis
—que se desprende de las pasiones— del hombre hacia Dios, y que tiene
por principal punto de arranque la toma de conciencia por parte del hombre
de su nulidad ante su Creador, al que debe imitar dentro de sus
posibilidades para alcanzar la verdadera felicidad.
6. Bibliografía
6.1. Obras de Filón de Alejandría
La edición crítica del Corpus Philonicum es obra de Leopold Cohn y Paul
Wendland, Philonis Alexandrini Opera quae supersunt (Reimer, Berlin 1896-
1915) que sigue siendo de uso imprescindible para la obra de nuestro autor
y ha sido usada por los diferentes editores para sus publicaciones.
—, De grec au Latin: Les titres des œuvres de Philon d’Alexandrie, en J.-
C. FREDOUILLE et al., Titres et articulations du texte dans les
œuvres antiques : actes du Colloque International de Chantilly
13-15 décembre 1994, Collection de Études Augustiniennes
152, Institut des Études Augustiniennes, Paris 1997, pp. 255-
286.
Notas
[1] Este pasaje encuentra confirmación en otros textos de Filón: (a) «Está
confirmado que ésta es una especie de colaboradores. De la otra, la
sensibilidad, tratará más adelante, cuando ponga mano a la
modelación de la mujer. Postergado este tema, va a disertar sobre la
imposición de nombres. No sólo la expresión figurada sino también la
literal son dignas de admirar. La literal, por cuanto el legislador asignó
la imposición de nombres a quien fue creado primero» [Lg. 2, 14]. (b)
«“E hizo descender Dios un éxtasis sobre Adán y lo durmió; y le sacó
una de las costillas”, y lo que sigue (Gn 2, 21). El sentido literal del
pasaje corresponde a lo mítico. ¿Cómo podría alguien aceptar que una
mujer, o en general un ser humano, haya nacido de la costilla de un
varón? ¿Y qué impedía que la Causa, así como fabricó de tierra al
varón, también fabricara a la mujer? El Creador era el mismo y la
materia con la que organizó cada cualidad era casi inagotable» [Lg. 2,
19].