Está en la página 1de 1

ROBERT HAMERLING (1830) Austria

El hombre puede ciertamente hacer lo que quiere; pero no puede


querer lo que quiere, puesto que su voluntad está determinada
por motivos, ¿No puede querer lo que quiere? Examinemos más de
cerca estas palabras. ¿Tienen realmente sentido? Entonces, ¿la
libertad del querer debería consistir en poder querer algo sin razón y
sin motivo? Pero, ¿qué significa querer, sino tener un motivo de hacer
o de desear una cosa más que otra?

Querer algo sin razón o sin motivo significaría querer algo sin quererlo.
Al concepto de querer se une inseparablemente el concepto del
motivo. Pues sin un motivo determinante la voluntad se convierte en
una facultad vacía; sólo por el motivo se hace activa y real.
Por lo tanto, es enteramente correcto decir que la voluntad humana no
es “libre”, en cuanto que su dirección está siempre determinada por el
motivo más fuerte. Por otra parte hay que admitir que frente a esta
“falta de libertad” es absurdo hablar de una concebible “libertad” de la
voluntad, que consistiría en poder querer lo que no se quiere”.

También podría gustarte