Por lo tanto, el argumento de Descartes \' no es válida debido al hecho de

que se deriva únicamente de suposiciones. Su idea de la superioridad de

la mente se basa en la suposición de que los seres humanos están
pensando cosas, que a su vez se basa en la hipótesis de la percepción
clara y distinta, que se basa además en el supuesto de que la duda radical
es válido. 

Nietzsche observa la sociedad en un mundo brutal y depredador que lo

separa en dos grupos: uno que tiene "moral de esclavos", y el otro "moral
de los señores". Aquellos que poseen moral de los señores, o la moralidad
noble, son los que viven sus vidas por instinto al tratar de alcanzar el poder
elevado, a menudo a expensas de los demás. Estas personas, según
Nietzsche, son los miembros activos y productivos de la sociedad. Las
hojas jóvenes tienen el poder y la confianza, y priorizar éxito a lo largo de
popularidad. Ellos son los que aumentan la potencia en el "proceso
orgánico." Nietzsche predica que la gente tenga esta clase de moralidad,
pues ve esto como "buena". Por otro lado, aquellos que poseen moral de
los esclavos son los que no actúan por instinto y por lo tanto son
débiles. Su debilidad es evidente al observar su falta de productividad y
éxito. Se convirtieron inteligente con el fin de compensar por no ser de
gran alcance, haciendo cosas como congregarse para las posibilidades de
una mayor defensa. Estas personas, según Nietzsche, desarrollaron
"resentimiento" hacia sus superiores \' poder. Nietzsche lo que les llama "la
regresión de la humanidad", porque su moral se desarrolla a partir del odio
y la negación de nuestros instintos corporales. La esencia humana, por lo
tanto, es uno de una voluntad de poder y el éxito. 

Por último, Nietzsche utiliza esta afirmación válida de la esencia humana

para demostrar que el cuerpo es más esencial para la existencia humana
que la mente. Nietzsche sostiene que, dado que la esencia humana se
basa en la competencia predatoria necesario en el "proceso orgánico" del
mundo, el cuerpo es más importante que la mente. El instinto, dice, tiene
sus raíces en el cuerpo que se nos da. Por lo tanto nuestros cuerpos
definen lo que somos porque determinan lo que la moralidad, maestro o
esclavo, que se adhieren a.