Está en la página 1de 3

LA RISA ES LA MEJOR MEDICINA

La risa es la mejor medicina que existe y la más barata, afirman los teóricos del humor en
España, para quienes las cualidades terapéuticas que tienen el humor y la risa aún no son
muy conocidas, a pesar de que en Estados Unidos se llevan aplicando desde hace más de
dos décadas y que ya desde la antigua Grecia se conocían sus beneficios.

Estar de buen humor fortalece el sistema inmunológico, puesto que la risa ahuyenta las
enfermedades y prolonga la vida mientras que la tristeza y la depresión atraen los virus,
creando enfermedades. Los científicos han demostrado el vínculo estrecho entre el estado
emocional de las personas y el funcionamiento de sus sistemas de defensas, lo que ha
abierto un campo fértil no sólo para las terapias de recuperación, sino también para
enfocar las actividades de prevención.

"Al estar de buen humor el cuerpo segrega endorfinas -de tipo opiáceo como la morfina-, lo
que hace que cuando nuestro organismo está lleno de ellas se da el fenómeno de placidez
total y no tenemos la sensación de dolor", puntualiza Ángel Rodríguez Cabezas, médico
de cabecera y estudioso de los beneficios del humor.

Junto con esto, el doctor asegura que la risa contribuye a la creación de linfocitos
naturales, como el caso del NK, que son células cuya misión es la de terminar con células
virales o cancerígenas, de ahí el fortalecimiento del sistema inmunológico.

Pese a estos beneficios, el uso de las terapias del humor en España es mínimo. Jesús
Damián Fernández Solís es uno de los pioneros en el uso de los talleres terapéuticos. En
la última década han participado en sus experiencias más de 800 personas, en su totalidad
profesionales de distintos ámbitos.

"En estos seminarios se entronca la parte teórica con la práctica y se dan pistas para
afrontar la vida con más optimismo así como para poder trasladar estas enseñanzas a
otros alumnos", relata Fernández Solís, quien ha dado cursos desde colegios hasta en la
cárcel pasando por instituciones públicas o empresas.

Y es que las terapias van desde niños a ancianos sanos hasta pacientes de cáncer o los
que están en la unidad de paliativos. La base es simple: el ser humano es la única criatura
en el mundo capaz de reírse, hacer reír y hacer el ridículo. Cuando ríe no está triste y
olvida sus amarguras.

Experimento similar es el que lleva a cabo todos los días en su clase el decano de la
facultad de Psicología de la Universidad SEK de Segovia, Luis Muñiz, uno de los mayores
teóricos españoles sobre el humor. "Obligo en mis clases a que mis alumnos se rían de
forma espontánea, puesto que el humor es un elemento de ayuda para afrontar la vida;
hay que hacerles ver que en un examen no se juegan su vida y el humor les sirve como
mecanismo de defensa", relata Muñiz.

La cuestión no es sólo contar un chiste. Hay que llegar más allá, según señalan los
especialistas. Encontrar el lado cómico que tienen todas las cosas en esta vida es la
finalidad de estas terapias. Aprender a reírse de los propios males es el primer paso para
obtener los resultados de esta filosofía, algunos de cuyos resultados ya se han puesto de
manifiesto en Estados Unidos.

Con esto se pone de manifiesto que el humor en general y la risa en particular son
herramientas terapéuticas para el tratamiento de enfermedades. No en vano la risa afecta
a los sistemas cardiovascular, inmunológico, muscular, nervioso central y endocrino, entre
otros. "Se ha comprobado que un gran número de ataques cardíacos ocurren en
momentos de rabia, por lo que el humor puede actuar como defensa frente a la frustración,
el miedo y la rabia, de ahí que se puedan prevenir estos episodios", enfatiza Muñiz.

No sólo la prevención de los infartos son el objetivo principal de las terapias. Los ancianos
se han convertido en uno de los sectores en donde más experimentos se están realizando
con el humor. Dos residencias de Madrid están llevando a cabo desde hace varios años
proyectos para hacer reír a los mayores.

Lo que comenzó como un intercambio de chistes entre una de las responsables de la


residencia, Isabel Gómez Acebo, y algunos de sus ocupantes se ha convertido en cita
obligada una vez a la semana. "Los reunimos para intentar que se rían de sus faltas,
además de ayudarles a combatir la depresión puesto que al estar juntos potencian sus
relaciones y de camino evitamos la tendencia de los mayores a recluirse en sí mismos",
argumenta Gómez Acebo.

Las reuniones consisten en contar chistes e incluso algún día tienen la visita de un mago
que les hace un número. Según asegura Isabel Gómez Acebo, lo esencial es que se rían,
porque así sacan de su cabeza sus males e incluso se ríen de ellos mismos. "Al principio
eran reticentes a estos encuentros semanales, pero ahora los esperan ansiosos e incluso
se preparan chistes o anécdotas para contar".

En la misma línea de trabajo, las enfermedades que ocasionan en los niños dolores
crónicos y somatizaciones o el cáncer y sida llevaron hace dos años a la creación en
España de la Fundación Theodora, una entidad que utiliza la risa como principal
herramienta. En la actualidad, esta organización de origen suizo sólo funciona en Madrid,
Málaga y Mallorca, aunque poco a poco se quiere extender al resto del territorio.

"Nuestros payasos se dedican un día fijo a la semana a visitar a los niños enfermos,
parándose con cada uno de ellos unos 15 minutos para así poder entablar una relación
más especial", apunta Paz Juristo, miembro de la Fundación Theodora.
Los artistas son profesionales con una experiencia mínima de diez años, que han tenido
una formación de más de seis meses. "Los médicos -precisa Juristo- no tienen tiempo ni
disponibilidad para poder llevar a cabo estas terapias, ya que supone un desgaste
emocional bastante importante".

Precisamente, a pesar de que los beneficios de estas terapias están comprobados, la


medicina tradicional es reacia a abrirse a nuevos campos, que a primera vista, no tienen
que ver con el rigor científico. Y es que los teóricos apuntan que estas terapias no son más
utilizadas debido a que las profesiones sanitarias tienden a considerarse a sí mismos con
excesiva seriedad.

Esta puede ser la razón por la que en España aún no se han utilizado las terapias del
humor en áreas como el alcohol, trastornos mentales, cáncer, enfermos terminales o en
las relaciones interpersonales. "Estos campos clínicos aún no han comenzado a
experimentarse en nuestro país aunque seguro que en los próximos años tendrán un auge
importante y será normal acudir a estas terapias", explica el catedrático de Psicología y
estudioso del humor, Carlos Alemany.

También podría gustarte