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Daniela Meza Thorrens

ID: 000307727
Optativa Ético-Moral

Escrito sobre la película “Historias Cruzadas”

La moral es el conjunto de costumbres y normas que se consideran buenas para dirigir


o juzgar el comportamiento de las personas en una comunidad. Cada individuo tiene una
conciencia moral, que como dice Savater (1991), con el tiempo se debe refinar en las
diferentes circunstancias vividas por las personas.

Partiendo de esto, resaltare la funcionalidad moral de tres personajes inmersos en la


película “Historias Cruzadas”. La señorita Eugenia “Skeeter” Phelan, era una mujer
profesional, posiblemente la única de Jackson, Misisipi; soñaba con ser una escritora exitosa,
no rechazaba y no discriminaba a las personas de color; siempre se regía por sus normas
individuales, es decir, no seguía completamente las normas de dicha comunidad. Con su
personalidad abrumante, estoy segura de que su desarrollo moral, pertenecía al tercer estadio,
moral de equidad, propuesto por el psicólogo Jean Piaget en su teoría.

En la película, se evidencia que Skeeter tenía sentimientos morales personalizados y a


su vez, no había mucha rigidez en la aplicación de las normas y conceptos morales que
imponía la sociedad donde vivía. Estoy convencida que este personaje no estaba dentro de la
clasificación de los imbéciles propuestos por Savater (1991), Skeeter estaba mucho más allá,
ella no necesitaba un “bastón” para caminar, tenía un espíritu lleno de fortaleza que no se
daba por vencida frente a las opinión de los demás ni las normas de la sociedad.

En segunda instancia, la señorita Holly Holbrook era totalmente diferente a Skeeter,


era una mujer que cumplía al pie de la letra las normas y leyes de su comunidad, mantenía un
odio hacia las personas de color, lo que hacía que los tratara mal, los rechazara y los
discriminara constantemente. Había cumplido los sueños de cualquier chica de Jackson: estar
casada con un hombre guapo y adinerado, tener hijos, tener una casa bonita, y por supuesto
tener una criada a su servicio. Por esto, aseguro que Holly, pertenecía al segundo estadio,
moral de solidaridad entre iguales, según Piaget. Con total respeto cumplía las normas
impuestas en la sociedad, y así mismo, exigía que las demás personas siguieran las normas y
leyes declaradas en Jackson para las personas de color; sin importar el mal trato y las
humillaciones que les daban a sus criadas. Para Holly era fundamental seguir las reglas sin
flexibilidad.

Para terminar con este personaje, señalo que según la clasificación de Savater (1991)
para los imbéciles, debo confesar que Holly era una completa imbécil. ¡Si! Totalmente
imbécil, necesitaba un “bastón” para apoyarse, siempre estaba sujeta a lo que se regía en la
sociedad, no podía soñar más allá de los sueños comunes de las mujeres de Jackson y
tampoco desarrollaba sus propios sentimientos morales.

Finalmente, describo a la señora Aibileen Clark, era una mujer de color, y la criada
durante muchos años de personas blancas. Tristemente, la situación que pasaba con respecto a
la discriminación racial en su Estado, no la dejaba soñar en grande, no la dejaba ver la vida de
otra manera. Pienso que su funcionalidad moral estaba sujeta al primer y segundo estadio del
desarrollo moral, según Piaget. Aclaro, el primer estadio, moral de presión adulta, porque
Aibileen seguía las normas correctamente para que no atentaran contra su vida y su dignidad
las autoridades de esa comunidad; y el segundo estadio, moral de solidaridad entre iguales,
porque el desarrollo de los sentimientos morales y de las normas morales personales carecían
de flexibilidad, es decir, ella estaba sujeta a las reglas impuestas para mantener el orden de
Jackson.

Resalto que el caso de la señora Aibileen era muy complejo, si no seguía las normas al
derecho, su propia vida podía estar en peligro. Por esto, no establezco que Aibileen debería
estar dentro de la clasificación dicha por Savater (1991) acerca de los imbéciles. Su situación
era muy difícil, y no contaba con el apoyo suficiente para salir de ese momento de su vida.

Eso sí, todo cambia cuando la señorita Skeeter decide escribir sobre las vidas de las
criadas de Jackson. El problema al fin parece tener una solución.
Referencias

Savater, F. (1991). Ética para Amador. Barcelona, España: Ariel.

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