Está en la página 1de 14

Orientación vocacional y escuela secundaria

1. Introducción
¡Bienvenidas/os a la primera clase del curso!

Como hemos adelantado en la presentación general, en esta clase compartiremos


perspectivas sobre la orientación vocacional como derecho, que nos permitan
pensar y construir líneas de intervención para acompañar las trayectorias
educativas de jóvenes y adultos. En este sentido, nos proponemos hacer visibles las
potencialidades que las instituciones educativas tienen para garantizar este derecho
que –como tal- no es patrimonio de la psicología ni de ninguna disciplina particular,
sino responsabilidad pedagógica.

Luego de un recorrido conceptual, propondremos algunas líneas de intervención a


nivel institucional así como también, características generales que pueden tener las
acciones, proyectos y/o programas que se vayan a implementar.

Partimos de interrogarnos ¿Qué es lo vocacional? ¿A qué denominamos


elección y orientación vocacional? ¿De qué modo podemos pensar la
responsabilidad de la escuela en este campo?

2. Lo vocacional, la elección vocacional y la orientación


vocacional
El campo vocacional (que desde luego incluye lo ocupacional) es una trama de
entrecruzamientos entre las variables propias de toda organización social-
productiva y la singularidad de cada sujeto. En tanto problemática social podemos
ubicar su origen histórico asociado al surgimiento de los Estados Modernos, es
decir, el Estado de Derecho. Los problemas vocacionales son, de alguna manera,
hijos de la revolución industrial, del sistema capitalista.

En clave singular lo vocacional está íntimamente vinculado con el ejercicio de la


libertad y podríamos definirlo como el campo de problemáticas del ser humano y
la elección-realización de su hacer, básicamente en términos de estudio y/o
trabajo.

Así podríamos establecer una convención sosteniendo que, dentro del conjunto de
problemáticas humanas, hay algunas a las que podríamos adjetivar como
“vocacionales”. Dichas problemáticas están asociadas a las diversas actividades que
los sujetos sociales realizan en su recorrido vital, en particular las laborales y
académicas. Este recorte permite reconocer, por un lado, la especificidad de las
denominadas problemáticas vocacionales, y por otro lado, un conjunto de discursos
y prácticas que se fueron agrupando bajo el rótulo de “orientación vocacional”.
Sostenemos que la configuración de las problemáticas vocacionales es el resultado
de una compleja trama en la que se conjugan variables, sociales y singulares que
hacen a la subjetividad.

En el campo vocacional podríamos distinguir, entonces, esquemáticamente: los


sujetos que eligen, los objetos a elegir y el contexto socio-histórico en el que dicha
relación se produce.

Desde una perspectiva social, la elección de qué hacer, en términos de ocupación,


está estrechamente relacionada con el contexto social, económico, político y
cultural. El contexto es determinante en las formas particulares que adquiere la
organización del trabajo y del aparato productivo en cada sociedad, en cada
momento histórico.

Desde una perspectiva singular, lo vocacional está directamente vinculado con la


búsqueda personal de “objetos vocacionales” -trabajo y/o estudio- que es incesante
y a la vez contingente, es decir, no hay un objeto, sea éste una carrera o un
trabajo que satisfaga completamente al sujeto1.

Ambas perspectivas se reúnen cuando hablamos de subjetividad...

El qué hacer del ser humano es múltiple, no tiene un horizonte delimitado, aunque
existen límites a lo pensable y realizable de acuerdo a las posibilidades de cada
época histórica. Entre las variadas actividades que hay para hacer, se destacan
el trabajo y el estudio ya que, en las sociedades actuales, son las que producen
anclaje social, otorgan una posición simbólica y reconocimiento por parte de los
otros.

Para que no sea la desigualdad la que impone un límite a las posibilidades


subjetivas, se requiere de la presencia decisiva de las políticas de Estado.
Mientras lo vocacional se puede definir como un campo de problemáticas vinculado
con los sujetos y la elección/realización de su hacer, la orientación vocacional,
en un sentido estricto, sería la intervención tendiente a facilitar la elección
de objetos vocacionales, básicamente trabajo y/o estudio ya que, insistimos, son
ellos los que producen inclusión social. Desde luego, el hacer o el quehacer humano
no se limita a trabajar y/o estudiar pero, si un sujeto no trabaja ni estudia se
encuentra a la deriva, excluido, desafiliado de la trama social que regula los
intercambios colectivos; por eso es responsabilidad del Estado y no puede quedar
por fuera de las acciones del ámbito educativo.

Por su parte, la elección vocacional es tanto un proceso como un acto de elegir


objetos (a los que convencionalmente definimos como vocacionales).

Es un proceso ya que se trata de un trayecto o itinerario de vida inacabado, a


través del cual el sujeto reconoce y encuentra -dentro de una gran variedad- uno o
más objetos con los que establece vínculos singulares. El proceso supone la
construcción y reconstrucción histórica de los vínculos actuales y pasados, al
tiempo que la proyección de los futuros.

Elegir es, además de un proceso, un acto expresado en la toma de decisión a través


de la cual el sujeto escoge uno o varios objetos con los que establece un vínculo
particular.

En la búsqueda incesante que implica la elección de un objeto vocacional, hay


momentos de enamoramiento, de ilusión, de euforia, pero también de desencanto,
de desilusión, de apatía. Es un proceso continuo, permanente. Podríamos afirmar
que en ningún aspecto de la vida, hay un objeto elegido de una vez y para siempre.
Por ello, la idea de elección entendida como proceso se une a la noción de itinerario
vital. Vivimos eligiendo, aunque puedan reconocerse momentos “claves” en la vida
de un sujeto. Es decir, tiempos en los que la elección se juega de una manera más
significativa, por ejemplo, casarse, tener hijos, elegir-ingresar-egresar de una
carrera o estudio, etc.

Podríamos sintetizar afirmando que la orientación vocacional es la intervención


tendiente a acompañar a los sujetos durante el proceso y el acto de elegir.
Por lo general la mayor especificidad de la orientación vocacional se ubica en el
momento en que, de acuerdo al formato propio de las sociedades, se le exige al
sujeto una toma de decisión sobre su qué hacer. Esto es, cuando termina un
trayecto educativo, cuando comienza uno nuevo, cuando busca trabajo o empleo. O
puede suceder que mientras se está transitando un trayecto, el sujeto se vea
invitado o exigido a definir –simultáneamente- una elección.

Como intervención, tiene diferentes particularidades que devienen tanto del marco
conceptual con el que se trabaja, como así también, del contexto donde se ejercerá
la práctica.

3. Acompañar desde la escuela


Transitar y terminar la escuela secundaria, es sin duda, un momento clave en la
construcción de los proyectos de vida. Marca un punto de inflexión. Podemos
considerar la experiencia de tránsito y finalización de los estudios por parte de los
jóvenes y adultos escolarizados como proceso, en la medida que compromete un
tiempo que se inicia mucho antes que el día en que se empiezan y terminan las
clases del secundario y que finaliza mucho después que el día en que se inscriben
o comienzan las clases en la universidad, o que empiezan a trabajar, o que encaran
cualquier otro proyecto.

En este proceso existen presiones para encontrar verdades sobre sus vidas presentes y futuras. Frente a los
tiempos de las urgencias, de las obligaciones, de los calendarios, resultaría saludable que el sujeto intentara
construir un tiempo otro en el que pueda pensar, soñar, imaginar un proyecto de vida futuro.

Los estudiantes están cada vez más presionados a pensar y construir proyectos
que respondan a las exigencias sociales dominantes. Bajo esa presión, pueden
terminar asumiendo una posición pasiva, dificultándoles el acceso a sus propias
aspiraciones. Si el rasgo que domina la escena social gira alrededor de la lógica
exclusión-inclusión, pareciera que hubiera un discurso totalizador que les exigiera
tomar decisiones que los ubique en una posición que les permita competir en una
lucha de todos contra todos, para no quedarse afuera del sistema.

Por eso, resulta imperioso generar espacios donde se abra un paréntesis que
permita pensar, como una posibilidad para no quedar atrapados y presos de un
discurso que homogeniza a los sujetos sociales. Sin negar una realidad social
marcada por la incertidumbre y la desigualdad, se trata de abrir ámbitos donde
haya lugar para que la palabra tenga nombre propio y el sujeto se singularice.
Sostener que la orientación vocacional es un derecho significa construir dispositivos
de intervención pedagógica que hagan accesible esta vivencia para todos y todas.

Puede producirse una diferencia entre los tiempos subjetivos y las condiciones
sociales y educativas existentes para darle lugar a la elección de cada sujeto.
Frente a esta diferencia habrá quienes pretendan poder todo y saber todo lo
necesario para encarar una “correcta” elección, aspirando tener la seguridad acerca
de aquello que se elegirá. En contraparte, estarán aquellos que crean que nada
pueden, nada saben sobre lo que elegirán. En rigor, son dos formas de
posicionamiento subjetivo que nos indican lo mismo: la búsqueda –infructuosa- por
parte del sujeto de crear las condiciones ideales para producir una decisión.

Las decisiones nunca son certeras. Su cualidad es que no puede controlarse su


devenir. Es como si uno pretendiera jugar un partido de fútbol y saber antes de
entrar a la cancha cuál será el resultado del mismo. Al igual que en una contienda
deportiva, el sujeto puede hacer mucho para prepararse con debida anticipación,
pero ello no le permitirá tener certezas sobre lo que ocurrirá.

Sin embargo, no se trata de pensar la decisión desde la espontaneidad, sino que


luego de un proceso de elaboración, que incluye el análisis y procesamiento de
información, el momento de la decisión sobreviene, no por consecuencia lógica,
calculada, sino como un acto que irrumpe y sorprende.

Los dispositivos de acompañamiento a las trayectorias son los que permiten que la
elección vocacional no resulte un “salto al vacío”.

En la actualidad los procesos de transición han dejado de ser un tipo de “trayectoria


lineal”, de final conocido. Si no se trabaja institucionalmente, el derrotero “exitoso”
o “fallido” de este proceso, queda exclusivamente a merced de las situaciones
biográficas de los propios jóvenes, donde los desempeños y credenciales educativas
obtenidas, funcionarán como uno de los principales factores de predicción.
Hoy podríamos hablar de trayectorias transicionales, entendidas como un salir y
entrar de diferentes actividades, con más movimiento y menos estabilidad, a veces
sin rumbo fijo. Las trayectorias transicionales serían la trama que en un itinerario
vital configuran los trayectos cuando tienen un carácter dinámico, abierto,
discontinuo. Se trata de experiencias que no encajan en las categorías
preestablecidas, de trayecto entendido como tramo de un recorrido
(educativo/laboral).

La falta de linealidad, los escenarios sociales cambiantes, la simultaneidad y


multiplicidad de actividades, la incertidumbre como rasgo sobresaliente, nos
permite pensar en itinerarios que no están formados por trayectos ni transiciones
en la forma en que se venían conceptualizando clásicamente, sino de un modo
mucho más complejo y cambiante que requiere de dispositivos de acompañamiento
situados y móviles.

4. La orientación vocacional: tipos de intervención


Es el momento de empezar a definir qué es la “orientación vocacional” y cómo
ubicar el rol estratégico que puede tener la escuela.

En nuestro medio, hace algunos años, hemos distinguido tres tipos de intervención
en el campo de la orientación vocacional: pedagógica, psicológica y socio-
comunitaria.

Entendemos la intervención psicológica como aquella que hace hincapié en


el sujeto que elige. Hay muchas formas de intervención psicológica. La modalidad
psicotécnica es la más extendida, cuyo principal sostén es la administración de
pruebas estandarizadas, los ampliamente conocidos test vocacionales. Esta forma
de intervenir arroja por lo general un resultado que establece un factor predictivo.

Por otro lado, está la modalidad clínica que supone crear condiciones para que el
joven -que demanda ser escuchado en su singularidad- pueda encontrarse consigo
mismo, con su historia personal y colectiva, con su particular ubicación familiar, con
sus deseos, con sus limitaciones, y sus recursos personales y materiales.

La indagación sobre los aspectos personales estará centrada en la exploración de


las identificaciones, la elaboración de los conflictos que obstaculizan la toma de
decisión, en el análisis de la forma particular que el sujeto-consultante tiene de
“ver” o pensar la realidad social y cultural. De manera que se busca favorecer cierta
elucidación de los condicionantes subjetivos y sus determinaciones inconscientes.

Surgido de la modalidad clínica –en todas sus variantes- el proceso de orientación


vocacional es una modalidad de acompañamiento a los sujetos que se preguntan
por su qué hacer presente y futuro. Valoramos lo realizado hasta aquí por esta
estrategia de abordaje de los problemas vocacionales, la consideramos necesaria
pero debería ser revisada y complementaria de la acción escolar.

Por su parte, la intervención pedagógica es aquella que -respetando la complejidad


del campo en sus dimensiones subjetiva y social- hace visibilidad
fundamentalmente en el conocimiento -crítico y valorativo- de los objetos y en la
problematización sobre el contexto.

Intervenir pedagógicamente en orientación vocacional quiere decir promover


procesos de enseñanza-aprendizaje que favorezcan la comprensión de la nueva
realidad social: los profundos cambios tecnológicos, económicos y sus implicancias
en la subjetividad.

La intervención pedagógica, además de incluir contenidos vinculados a la


problematización del nuevo escenario social y sus efectos en la configuración del
“mundo” académico y laboral, debería contener aspectos relacionados con la
problemática del elegir en general y con cuestiones técnicas operativas, como por
ejemplo, estrategias para buscar, procesar y reelaborar críticamente la información
sobre carreras de estudios a nivel superior, estrategias para buscar y conseguir
trabajo y toda las acciones vinculadas con la articulación escuela-estudios
superiores y escuela-mundo laboral.

La intervención pedagógica presupone también abrir espacios de trabajo con los


alumnos para analizar el conjunto de factores intervinientes al momento de tomar
decisiones sobre trayectos futuros al finalizar la escuela. La intervención pedagógica
deberá proponerse, pues, ser lo más subjetivante posible, es decir, promover la
implicación subjetiva de los estudiantes sin que ello implique transformarse en una
intervención de otro tipo.

Finalmente, la intervención socio-comunitaria se asemeja en los contenidos a la


intervención pedagógica pero se diferencia de ella en tanto se lleva a cabo desde el
contexto comunitario, más allá de lo escolar.
El acento en este tipo de intervención está puesto en estrategias para la
reincorporación al sistema educativo y para la búsqueda y adquisición de un
trabajo, entendidas ambas como formas privilegiadas de inclusión social. Por eso,
este tipo de intervención, forma parte de las políticas públicas a nivel educativo.

5. La orientación vocacional en la escuela secundaria


Obviamente luego de todo lo trabajado hasta aquí, la pregunta que nos acompaña
es qué hacer desde la escuela.

Antes, un poco de música para distendernos y continuar…

Disponible en: www.youtube.com/watch?v=JBR96M4KUcQ

La escuela secundaria se propone, entre otras cuestiones fundamentales, “sostener


y orientar las trayectorias escolares de los estudiantes” y “promover el trabajo
colectivo de los educadores” (Resolución 93/09 CFE Anexo 1 - Nº 9), y esto supone
el reconocimiento de las trayectorias reales de los adolescentes y jóvenes y la
incorporación a la propuesta educativa de instancias de atención a situaciones y
momentos particulares que marcan los recorridos de los estudiantes y demandan
un trabajo específico por parte de los equipos de enseñanza, tal como expresa la
Resolución 93/09 CFE.

En este sentido el Ministerio de Educación Nacional propone avanzar en la inclusión


sistemática y formalizada de los procesos de acompañamiento a los estudiantes en
sus procesos de elección considerando que esta tarea es asumida desde una
perspectiva institucional, involucrando a las diferentes posiciones de la escuela
(Directores, docentes, equipos de orientación, familias, estudiantes).

Por otra parte el abordaje de la orientación vocacional podría pensarse y


organizarse en un eje diacrónico y un eje sincrónico.

El eje diacrónico se refiere al conjunto de acciones educativas a lo largo del proceso


escolar. Está relacionado con los variados procesos de enseñanza-aprendizaje que
se llevan a cabo en la escuela. Desde esta perspectiva, no sería pertinente
diferenciar orientación de educación. Se orienta hacia el futuro porque se educa
hacia él.

Los aprendizajes que efectúan los alumnos son los que les permitirán incorporarse
a la vida social en general y a la laboral en particular. De manera que desde esta
posición, podemos decir que hay orientación cada vez que se cumpla con el
mandato social hacia la escuela: preparar a los alumnos para integrarse a la
sociedad, para proseguir estudios superiores y para incorporarse al mundo del
trabajo.2

El eje sincrónico se entrecruza con el diacrónico en cada situación o momento en el


que se juega la problemática del elegir. Supone un “corte” en las trayectorias
educativas. Son los períodos en los que los sujetos sociales -estudiantes en este
caso- se encuentran ante la exigencia de tomar decisiones respecto de su futuro.

La orientación vocacional en la escuela se desenvuelve entre los dos ejes, aunque


podríamos decir que su mayor especificidad, tiene que ver con la intervención en
las situaciones o momentos “claves”. Sin embargo, la eficacia de la intervención en
dichos períodos -eje sincrónico- está sujeta a la eficacia, también, en que se llevó a
cabo la tarea de orientación a lo largo del proceso escolar -eje diacrónico-.

De manera sintética, podríamos afirmar que la orientación vocacional como práctica


en la escuela secundaria debería caracterizarse por tres aspectos fundamentales:
ser una función escolar, curricular y participativa.

La orientación vocacional es una función escolar en la medida que forme parte del
proyecto educativo institucional. De este modo, sería una tarea colectiva de
docentes, estudiantes, padres e integrantes de los equipos de orientación. No
corresponde sólo al profesional especializado, aunque pueda ser importante su
presencia para organizar las acciones, para ordenarlas, jerarquizarlas, distribuirlas,
en síntesis, coordinarlas.

La inclusión curricular de la orientación vocacional permitirá que los contenidos


considerados significativos para encarar una transición activa a lo ‘por venir’, no
permanezcan inexistentes o marginados de la tarea pedagógica.

Esta inclusión requiere necesariamente de la participación activa de los


protagonistas del proceso: los propios estudiantes. No se trata de contenidos que
“serán bajados” por los adultos responsables del espacio curricular sino de una
experiencia pedagógica que favorezca la elaboración colectiva de los procesos de
transición. Desde luego deberá considerar roles diferenciados y las respectivas
responsabilidades, entre docentes, integrantes de los equipos de orientación y los
propios estudiantes.

La participación activa de los jóvenes que están cursando el último o penúltimo año
de enseñanza media generará mejores condiciones para construir espacios de
reflexión, intercambio y creación con los adultos.

De este modo, se apunta a estimular el armado de dispositivos que promuevan en


los jóvenes una actitud crítica y comprometida con la realidad social y cultural en la
que viven y vivirán. Así la escuela podrá seguir siendo un ámbito de encuentro, de
aprendizaje significativo, de construcción creativa de proyectos y de vida.

6. Propuestas de intervención
Llegamos a un punto, tal vez, muy esperado. Pensar en las propuestas concretas
de intervención.

La iniciativa central del Ministerio Nacional de Educación a través del proyecto DAR
PIE, pensar, intercambiar, elegir es promover la elección vocacional como
derecho y por lo tanto como trabajo institucional.

El proyecto tiene un doble objetivo: por una parte, promover el conocimiento y


análisis crítico de la realidad personal y social en la que vivimos; por otra, darnos
cuenta que esa misma realidad no es la única posible. Es un conocer para
transformar. Entre la omnipotencia y la impotencia, este proyecto propone construir
lo posible, sin abandonar las utopías.
Para ello propone una herramienta, incorporando la utilización de las tecnologías de
la información y comunicación a través de las netbooks: la ejecución del programa
computarizado DAR PIE, pensar, intercambiar, elegir, entendiendo que antes y
después del mismo se deben realizar diferentes actividades tendientes a la
problematización, a la circulación de la palabra, que acompañe a los jóvenes en sus
procesos de elección.

De este programa nos ocuparemos en la clase 2. Sin embargo, a continuación,


señalaremos algunas cuestiones operativas e institucionales que generarán
condición de posibilidad para las intervenciones en esta dirección.

Para planificar, ejecutar y evaluar las actividades de orientación vocacional será


necesario designar al responsable de la coordinación de encuentros grupales
periódicos con todos los alumnos del último o penúltimo año de escolaridad. El
mismo puede ser un docente (o docente-tutor en caso que esté designado) o un
integrante del equipo de orientación (psicólogo/a, psicopedagogo/a, licenciado en
educación).

A su vez, recomendamos la designación de un pequeño grupo de alumnos, a la


manera de representantes de curso, como responsables del armado definitivo del
proyecto o propuesta que se realice. La participación de estos jóvenes será tanto en
el diseño como en la co-coordinación de algunas de las actividades grupales que se
podrán encarar.

En el caso que se cuente con profesionales formados en orientación vocacional


sugerimos sean ellos los responsables de sostener los espacios de consultoría con
los alumnos que lo requieran por fuera de las actividades grupales formalizadas.

El docente o el integrante del equipo de orientación -que bien podría ser el mismo
responsable de la coordinación de los encuentros grupales- podría funcionar como
coordinador de actividades con otros profesores de diferentes materias. De este
modo se estaría logrando que el conjunto de docentes que dictan clases con los
alumnos del último o penúltimo año de escolaridad, estén implicados de alguna
manera en el proyecto o propuesta de orientación vocacional de la escuela.

Es recomendable que las actividades se inicien con un encuentro grupal en cada


curso en el que se entregue una carta destinada a cada estudiante en la que se
explicite el programa propuesto a realizar y donde se invite a que ellos mismos se
involucren con ideas y propuestas que deberán vehiculizarse por intermedio de los
alumnos elegidos para integrar el equipo responsable del proyecto.

Las actividades que se proponen para acompañar a los estudiantes en el proceso de


elección de un proyecto futuro, básicamente de estudios posteriores a la escuela y
de trabajo, se podrían agrupar en 3 (tres) ejes:

1. Análisis del contexto socio-histórico actual: juventud, educación y trabajo.


2. Estrategias para la elección de un estudio al finalizar la escuela secundaria.
3. Estrategias para la incorporación al mundo del trabajo.

Paralelamente al conjunto de actividades específicas que se llevarán a cabo se


propone que todos los docentes se impliquen en el proyecto a modo de articular sus
propias materias con los 3 (tres) ejes del proyecto
La siguiente planilla es un ejemplo de lo que el equipo responsable del proyecto de
orientación vocacional podría hacer circular entre el cuerpo de profesores.
a

Contenido específico de Actividad de articulación con


Profesor Materia Eje
la materia el proyecto

Proponemos que los docentes de materias afines puedan invitar a los


estudiantes a ver diferentes videos relacionados con diversas prácticas
profesionales, a modo de ejemplo mostramos algunos extraídos del programa
Vocaciones Argentina del Canal Encuentro:
a
http://www.encuentro.gov.ar/sitios/encuentro/programas/ver?rec_id=119219
Biología Marina

http://www.encuentro.gov.ar/sitios/encuentro/programas/ver?rec_id=119220
Ingeniería mecánica

http://www.encuentro.gov.ar/sitios/encuentro/programas/ver?rec_id=119223
Profesorado de primaria
a
El sentido de las actividades que sugerimos implementar se propone promover una
cultura solidaria entre los miembros del grupo, a pesar de que la elección sobre el
qué hacer futuro al terminar a escuela sea estrictamente personal. El propósito es
promover la tarea grupal, como ámbito central de aprendizaje. El grupo entendido
como espacio de convergencia de las diferencias, como terreno de encuentro que
respete la diversidad y que permita alcanzar metas en común, aunque no idénticas.

En última instancia, proponemos generar un lugar de trabajo que colabore a


estimular en los alumnos una actitud crítica y comprometida con la realidad
personal, social y cultural en la que viven y vivirán.

7. Despedida
Hemos intentado sintetizar muchas ideas y conceptos en una sola clase. Creímos
necesario hacerlo así para poder pasar a la parte práctica del proyecto DAR PIE,
pensar, intercambiar, elegir.

Nos sigue estimulando poder darles un pie a los jóvenes para que construyan sus
proyectos futuros de vida. Esperemos que, entre todos/as, podamos lograrlo.
A propósito, los invitamos a ver el siguiente video (primera parte del programa
de TV "Caminos de Tiza") correspondiente al 20 de noviembre del año 2014.

Disponible en: www.youtube.com/watch?v=uUL-O6P9KQs&feature=youtu.be

Por último, los dejamos leyendo este poema de Juan Gelman. ¡Hasta la próxima!

Oficio

Cuando al entrar al verso me disloco


o no cabe un adverbio y se me quiebra
toda la música, la forma mira
con su monstruoso rostro de abortado,
me duele el aire, sufro el sustantivo,
pienso qué bueno andar bajo los árboles
o ser picapedrero o ser gorrión
y preocuparse por el nido y la
gorriona y los pichones, sí, qué bueno,
quién me manda meterme, endecasílabo
a cantar, quién me manda
agarrarme el cerebro con las manos,
el corazón con verbos, la camisa
a dos puntas y exprimirme,
quién me manda, te digo, siendo Juan
un Juan tan simple con sus pantalones,
sus amigotes, su trabajo y su
condenada costumbre de estar vivo,
quién me manda andar grávido de frases,
calzar sombrero imaginario, ir
a esperar una rima en esa esquina
como un novio puntual y desdichado,
quién me manda pelear con la gramática,
maldecirme de noche, rechinar
fieramente, negarme, renegar,
gemir, llorar, qué bueno está el gorrión
con su gorriona, sus pichones y
su nido, su capricho de ser gris,
o ser picapedrero, óigame amigo,
cambio sueños y música y versos
por una pica, pala y carretilla.
Con una condición:
déjeme un poco
de este maldito gozo de cantar.

Juan Gelman
Actividades

a) Actividad obligatoria:

Sostener que la orientación vocacional es un derecho significa


construir dispositivos de intervención pedagógica que hagan
accesible esta experiencia para todos y todas. Por eso, luego de leer
esta primera clase les proponemos pensar juntos en las perspectivas
que hemos presentado sobre la orientación vocacional. Las ideas
que pondremos en común serán de gran utilidad para empezar a
construir futuras líneas de intervención pedagógica en las escuelas
para acompañar las trayectorias de los jóvenes y adultos.

Los invitamos a participar en el Foro Primeros Interrogantes con


sus opiniones y propuestas a partir de lo abordado en esta clase.
Será importante que puedan explicitar la factibilidad de llevar
adelante un proyecto de orientación vocacional en la escuela, desde
la modalidad de intervención pedagógica desarrollada.

b) Actividad optativa:

Les sugerimos ver este video que muestra diferentes recorridos de


los jóvenes e intervenciones de profesionales en la misma línea
conceptual que la clase.

www.encuentro.gov.ar/sitios/encuentro/programas/ver?rec_id=503
98

También les proponemos ver el siguiente video:

Experiencias y prácticas educativas en escuelas secundarias - El Vergel, Mendoza


2009 from Unidad de Produccion Audiovisual on Vimeo.

Como observarán, se trata de una experiencia en una escuela


secundaria de Mendoza.

Podrán analizar de qué modo se vincula la propuesta formativa con


el mundo del trabajo y los rasgos o particularidades del contexto.
¿Cómo se traduce esta relación en la propuesta que la escuela
elabora para los estudiantes? ¿Con qué conceptos o ideas de esta
clase podrían vincular el proyecto formativo de la escuela?

¿En la escuela en la que trabajan se desarrolla actualmente algún


proyecto vinculado a la orientación vocacional? Si tuvieran una
filmación y se animan, nos avisan para que podamos compartirla
con los compañeros del Curso.
Bibliografía
 Aisenson, Diana. Perspectivas actuales en orientación vocacional en
Rascovan, S Coordinación Orientación vocacional hoy. Noveduc. Buenos
Aires, 1998
 Bohoslavsky, Rodolfo. La orientación Vocacional. Una estrategia clínica,
Nueva Visión. Buenos Aires, 1983
 Cibeira Alicia Susana y BetteoBarberis Mario (coords.) Jóvenes, crisis y
saberes. Orientación vocacional ocupacional en la escuela, la universidad y
el hospital. NOVEDUC, Buenos Aires, 2009
 Korinfeld, Daniel, Levy, Daniel Rascovan, Sergio. Entre adolescentes y
adultos en la escuela. Puntuaciones de época. Paidós. Buenos Aires, 2013.
 Rascovan, Sergio. Los jóvenes y el futuro Programa de orientación para la
transición al mundo adulto. Proyectos con recursos y actividades. NOVEDUC,
Buenos Aires, 2012
 Rascovan, Sergio. Orientación Vocacional. Una perspectiva crítica. Paidós.
Buenos Aires, 2009.

Autor de la clase: Lic. Sergio Rascovan y con la colaboración de la Lic. Sandra


Alegre, la Lic. Gabriela Levaggi y la Lic. Noemí Scaletzky.

También podría gustarte