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HEGEL

1. ¿Qué significa alienación?


O enajenación o extrañamiento. Circunstancia en la que vive toda persona que no es
dueña de sí misma, ni es la responsable última de sus acciones y pensamientos.

Tanto para Marx como para Hegel, este concepto describe la siguiente situación que
le puede sobrevenir a un sujeto: cuando no se posee a sí mismo, cuando la actividad
que realiza le anula, le hace salir de sí mismo y convertirse en otra cosa distinta a la
que él mismo propiamente es, decimos que dicho sujeto está alienado; la alienación
describe la existencia de una escisión dentro de un sujeto, de un no poseerse
totalmente y, como consecuencia de ello, comportarse de un modo contrario a su
propio ser.

● para Hegel el sujeto de la alienación es la Idea (que algunos intérpretes de su


pensamiento identifican con el mismo Dios)
● para Hegel la alienación consiste en el peculiar procedimiento por el cual la Idea se
hace otra cosa radicalmente distinta de sí, se enajena y se hace Naturaleza; y
las razones de este extraño destino son de índole teológica, pues tienen que ver
con los planes de la Idea (Dios) para su propia perfección o autoconocimiento.

2. La noción de conciencia
El primer estado que denomina ‘conciencia’, se corresponde básicamente con lo que
en la Ciencia Védica se llama el estado de ignorancia. Es decir, el estado de vigilia en el
cual la conciencia está solamente vuelta hacia fuera, volcada hacia el exterior y, por 
tanto, lo único que percibe son los objetos, la multiplicidad del mundo fenoménico. La
conciencia se ignora a sí misma y lo que experimenta es el objeto. Lo único que existe
entonces es el mundo y la conciencia se identifica con él como lo real. Para explicar
este mundo de objetos, señala Hegel, la conciencia comienza a formar conceptos
abstractos, conceptos cada vez más universales y, finalmente, leyes. Se da cuenta de
que estos conceptos y estas leyes no son observables y no provienen de los objetos,
sino que son puestos por ella misma. De este modo comienza gradualmente a tomar
cierta conciencia de sí misma, a re-conocerse y darse cuenta de que hay algo más que
el objeto.
Así, la conciencia evoluciona hasta un segundo estadio denominado ‘auto-
conciencia’, en el que existe una dualidad entre el sujeto que experimenta y los
objetos que son experimentados, de modo que existe una relación de auto-afirmación
de la conciencia frente al objeto. Hegel analiza esta relación en términos de dominio,
el intento de la conciencia de dominar el objeto, que ilustra por medio de la relación
amo-esclavo. 
El estado más maduro de esta auto-conciencia es llamado por Hegel ‘conciencia infeliz’
o ‘conciencia auto-alienada’. En este estado, dice Hegel, la conciencia experimenta a
través de los sentidos un mundo de objetos. La conciencia se experimenta hacia fuera
como mudable, empírica,  accidental,  individual y externa. A la vez tiene conciencia en
su interior de que su propio yo es inmutable y simple. Esta situación contradictoria es
descrita por Hegel como una especie de desgarramiento, la conciencia se siente
incómoda con esta dualidad. Experimenta el mundo fenoménico y cambiante de los
objetos como algo que le es extraño y ajeno, de lo cual tiende a liberarse. Pero
perderlo sería también perder una parte de sí misma. Hay en este estado dualidad y, a
la vez, una cierta unidad. Por tanto, no puede permanecer indefinidamente en este
estado, sino que aspira a una reunificación de sí misma. Debe evolucionar hacia un
estado en el cual desaparezca esta experiencia de separación y la conciencia
experimente que todo surge a partir de sí misma, que lo mudable surge de lo
inmutable.
Este tercer estado es llamado por Hegel ‘razón’ y se corresponde muy de cerca en
algunas de sus descripciones con lo que la Ciencia Védica llama ‘conciencia de unidad’.
Hegel dice que en un momento dado desaparece la cortina de la apariencia que separa
el mundo interior inmutable del mundo exterior mutable. El sujeto experimenta que es
en realidad el Espíritu Absoluto y que todo el universo es la expresión de su propia
conciencia. Es consciente plenamente de su identidad última y de la unidad total entre
él y el Espíritu Absoluto.

Para Hegel el Espíritu es igual a la conciencia.


Toda conciencia es auto-conciencia en el sentido de que la auto-conciencia es la
verdadera conciencia.

3. Noción de espíritu absoluto, espíritu objetivo y espíritu subjetivo.

El Espíritu Subjetivo que se caracteriza por los seres pensantes y libres; es el individuo
libre de la naturaleza, que la ha vencido y superado. (Lógica)
El Espíritu Objetivo que se caracteriza por las actividades libres en el mundo moral y
social, es la realización de la libertad individual. (Filosofía de la naturaleza)

El Espíritu Absoluto o Espíritu Infinito como la gran síntesis universal y total del espíritu
hacia sí mismo. (Filosofía del espíritu)

Hegel sintetiza dos conceptos que atraviesan la historia de la filosofía. La naturaleza


de los griegos y el espíritu o la subjetividad de los cristianos.

SCHOPENHAUER

1. La noción de representación
“El mundo es mi simple representación y el mundo es simple voluntad”

«El mundo es mi representación» es la frase con la que se abre la obra. Schopenhauer


parte de la premisa de la limitación del conocimiento humano, idea tradicional en
filosofía: «Nadie puede salirse de sí mismo para identificarse directamente con las
cosas distintas a él; todo aquello de que se tiene conocimiento cierto e inmediato se
encuentra dentro de su conciencia». Existe, por un lado, el sujeto de la representación
(representación, en alemán: Vorstellung), que es el que conoce; por otra, el objeto, lo
que se conoce, condicionado o estructurado por las formas a priori kantianas
del espacio, el tiempo y la causalidad. El objeto, los seres naturales, orgánicos e
inorgánicos, sin embargo, y esto es lo importante, carecen de existencia real fuera de
la representación; no tienen más valor que el sueño de Calderón de la Barca, o el velo
de Maya de los hinduistas. Lo que posee existencia verdadera es la cosa en sí, que para
Schopenhauer viene expresada en el término voluntad.

2. El mundo como voluntad

La cosa en sí de Kant, la realidad última de las cosas, está representada para


Schopenhauer por un principio metafísico general que gobierna el universo,
una fuerza omnímoda que Schopenhauer denomina voluntad (Wille), o voluntad de
vivir (aquí se inspirará Nietzsche para su "voluntad de poder"), y que no debe
interpretarse en el sentido corriente del término más que metafóricamente: nuestra
voluntad, deseo o pulsión no es más que una proyección insignificante de esa Voluntad
con mayúscula, de la cual la representación es mero fenómeno o apariencia.
La voluntad no se encuentra sujeta a las formas del fenómeno, es decir, a
la causalidad, el espacio y el tiempo. Tampoco, por tanto, al principium individuationis,
es decir, que no se objetiva en los seres individuales (en consecuencia, dichos
individuos no tienen existencia real como tales), sino en la suma de los mismos: la
voluntad integra toda la naturaleza y el universo con la totalidad de entidades y seres
que contienen. La voluntad, así, es una fuerza que obra sin motivo, irracionalmente; es
como el motor ciego de la historia. Todas las energías de la naturaleza son expresivas
de la Voluntad, incluyendo lo mismo las fuerzas naturales de todo signo
(luz, gravedad, magnetismo), como las motivaciones, los instintos y tendencias, tanto
animales como humanos.

CARLOS MARX

1. La noción de revolución
Marx plantea que la filosofía es la cabeza de la revolución y el proletariado el corazón.
Habla de revolucionar las estructuras. Aboga por una filosofía de la praxis.
No niega que por medio de las armas y la violencia armarán una revolución para
derrocar al capitalismo. La violencia siempre van unida a las masas. La violencia se
encarna en las masas. El pueblo es el protagonista de esa violencia.

2. La dictadura del proletariado


En la interpretación del marxismo, la revolución proletaria se produciría a través de la
toma del poder por el proletariado, una vez que se hubieran puesto de manifiesto las
contradicciones inherentes al sistema capitalista que conducen a una separación
radical entre una minoría de capitalistas y una mayoría de proletarios que habrían de
alcanzar conciencia de clase. Una vez tomado el poder, llegaría la fase de dictadura del
proletariado en la que los proletarios tomarían el control de los medios de
producción y del aparato del Estado. 

3. Clase social ¿Qué la distingue?


Campos que se definen a partir de las relaciones de producción que dominan en la
sociedad. Los individuos serán de una clase social u otra dependiendo del lugar que
ocupan con respecto a las relaciones de producción y dependiendo de la posición en
que se encuentra en relación a los medios de producción (propietarios o no)
4. ¿Qué significa el materialismo dialéctico y el materialismo histórico?
Parte de que la historia de las sociedades se construye a partir de las condiciones
materiales de la existencia.
El materialismo histórico tiene como un concepto fundamental, el concepto “modo de
producción”. Este concepto se refiere a los modos o formas en que los seres humanos
producen (es decir, en base a qué fuerzas productivas, en base a cuales relaciones de
producción)
Estudia lo concreto de la historia, la materialidad de la historia.
Es el planteamiento que se ocupa de encontrar en la materia histórica el pensamiento.

5. Materialismo dialéctico
El materialismo dialéctico, como sistema filosófico, es opuesto al idealismo
filosófico que concibe al espíritu como el principio de la realidad. Para el materialismo
dialéctico las ideas tienen un origen físico, esto es, lo primero es la materia y la
conciencia lo derivado. 

KIERKEGARD

1. La noción de los tres estadios existenciales


El estético:
Enuncia que la finalidad del que se encuentra en este estadio es vivir poéticamente.
Vivir como si nuestro día a día fuera escrito por un poeta. Una vida con un espíritu
poético, donde sea imposible encontrar la diferencia entre la fantasía y la realidad,
siempre haciendo lo que en ese momento se quiere hacer, sin importar ningún tipo de
consecuencia. Es el estadio de los que no se dejan impresionar por el mundo y siempre
buscan vivir en lo que está fuera de lo real para hacerla realidad aun más interesante.
El ético:
Es un aprendizaje de la vida en sociedad, es cuando el sujeto se comienza a
comportar de acuerdo a ciertas normas sociales, universales, que velan el bien común.
Y solo es superado este estadio por el religioso, que no suprime totalmente al ético,
como parece si hacer éste al estético, si no que el ético sigue aun en el religioso, pero
hay además de la ética una suspensión teleológica de ella, en algunas decisiones hay
un poder de la fe. Pero eso formará parte del apartado del siguiente estadio.
El religioso:
 Es el punto más alto al que se puede llegar, pero si bien podemos preguntarnos
¿cómo una vida religiosa puede ser la mayor expresión de la vida?. Søren nos dice
“porque es absurdo”, si, es absurdo, pero en lo absurdo radica la fuerza de la fe. Y por
eso se vuelve el estadio más fuerte, incluyendo que el ético todavía forma parte de
éste. Probablemente de aquí surgen los comentarios como el de Heidegger, que decía
que Kierkegaard no era más que un escritor religioso, aunque tome de él el concepto
de angustia, por mencionar alguno.
            Existen 2 razones por las que el Religioso está encima de los estadios anteriores,
además de lo antes mencionado sobre el absurdo. La primera radica en que como ya
se dijo el ético todavía está dentro de éste, pero aquí es donde existe una distinción y
la solución al problema entre el concepto del Bien y el Mal, dígase ¿qué es lo bueno y
qué lo malo?, pregunta que nos dirá el danés, solo puede ser contestada por Dios.  Y es
aquí en donde hace Dios partícipe de lo divino al hombre, en el estadio religioso.
            La segunda razón radica en que si después del hombre existiera la creencia de
que solamente existe un vacío infinito caeríamos en la total desesperación. Y
viviríamos en un estado de vértigo, donde no sabríamos que pasaría, pues como ya
antes se mencionó que la desesperación sirve para elegirse a uno mismo, pero ¿qué
pasaría si nunca se pudiera salir de la desesperación?. Pues simplemente nunca
podríamos elegirnos a nosotros mismos y viviríamos en desesperación, sin poder hacer
nada. Para nuestro autor, todos debíamos participar de lo absoluto, siendo lo divino no
un don especial dado a unos cuantos, sino que es dado a la humanidad en general y
cualquiera que lo desee puede llegar a este estadio. Kierkegaard parece creer que
todos los hombres tenemos dentro de nosotros, por llamarlo de alguna manera, la
esperanza de que después de la vida hay algo más,  no simplemente nada.

2. La noción de angustia
 La angustia es un miedo poco definido. Kierkegaard usaba como ejemplo a un hombre
al borde de un edificio o un precipicio. Cuando el hombre mira al borde, experimenta
un miedo definido a caer, pero, al mismo tiempo, siente un aterrorizante impulso de
tirarse intencionalmente al vacío. Esta experiencia es de angustia o temor por nuestra
completa libertad de elegir si arrojarnos o no al precipicio. El mero hecho de que uno
tenga la posibilidad y la libertad de hacer algo, incluso la más terrorífica de las
posibilidades, dispara inmensos temores. Kierkegaard llamó a esto "mareo de
libertad".
Kierkegaard se centraba en la primera angustia experimentada por el hombre: la
elección de Adán de comer o no del árbol de la sabiduría, prohibido por Dios. Dado
que los conceptos de bien y mal no existían hasta que Adán comió la fruta prohibida, lo
que ahora conocemos como Pecado original, Adán no tenía el concepto de bien o de
mal, por lo que no supo que comer del árbol era "malo". Lo que sabía era que Dios le
había dicho que no comiera de ese árbol. La angustia provenía del hecho de que la
prohibición de Dios implicaba por sí misma que Adán era libre de obedecer o no a Dios.
Luego de que Adán comiera del árbol, nació el pecado. Por lo tanto, de acuerdo a
Kierkegaard, la angustia precede al pecado, y es la angustia lo que guía a Adán al
pecado. Kierkegaard menciona que la angustia es la presuposición del pecado
hereditario.
De manera que Kierkegaard menciona que la angustia es el camino también para la
que la humanidad sea salvada. La ansiedad nos informa sobre nuestras opciones,
nuestro propio conocimiento y nos conduce desde un estado de auto conciencia
inmediata a uno de auto conciencia de reflexión. (Jean-Paul Sartre denominaba a estos
términos como conciencia pre-reflexiva y conciencia reflexiva). Un individuo es
plenamente consciente de su potencial tras la experiencia de la angustia. Por lo tanto,
la angustia puede ser una posibilidad para pecar, pero también puede ser el
reconocimiento o la realización de nuestra propia identidad y libertad

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