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Primera etapa (5-6 años): los niños consideran los nombres de las cosas como algo real e
inmutable de por sí. Para los niños en esta etapa “una rosa con cualquier otro nombre” no solo no
tendría el mismo aroma, sino que ni siquiera podría existir.
Segunda etapa (7-8 años): Los niños piensan ahora que los sueños se originan en la cabeza, en el
pensamiento, en la voz, etc., pero que se encuentran en la habitación, frente a ellos. Reconocen
que son irreales, pero todavía los ven como imágenes que están fuera de la persona y que se ven
con los ojos.
Tercera etapa (9-10 años): Los niños reconocen ahora que los nombres han sido puestos por las
personas y que los sueños son el producto del pensamiento y que tienen lugar dentro de la
cabeza.
Animismo: Es la tendencia egocentrista de los niños pequeños de dotar de vida a los objetos
inanimados, así como de conciencia, y voluntad. Se divide en 4 etapas:
Primera etapa (hasta 6-7 años): los niños consideran que todo lo que es útil tiene vida.
Segunda etapa (hasta 8-9 años): Cualquier cosa que se mueva o pueda ser movida está viva.
Tercera etapa (hasta 11-12 años): Las cosas que se mueven espontáneamente están vivas, pero las
que necesitan alguien o algo que las mueva no.
Cuarta etapa (desde 11-12 años): Solamente las plantas y los animales están vivos.
Segunda etapa (8 años aprox.): En esta etapa de transición el niño da el origen del sistema solar
como una creación mitad humana mitad natural.
Tercera etapa (desde 9-11 años): En esta época y con ayuda de los adultos el niño se da cuenta
que el hombre no tuvo nada que ver con la creación del sistema solar.
Reversibilidad: tener conciencia de que una determinada operación puede revertirse para
regresar a la situación original, es uno de los principios que subyacen a la conservación.
Transitividad: Capacidad de reconocer una relación entre 2 objetos, conociendo la relación entre
cada uno de ellos y un tercero. (Si A=B y B=C, entonces A=C)
Conservación:
La capacidad de conservar incluye la habilidad del niño para reconocer que dos cantidades iguales
de materia permanecen iguales, aun si ésta es reordenada, siempre y cuando no se le agregue ni
se le quite nada. Observamos tres tipos diferentes de conservación: de sustancia (dominada a los
6-7 años), de peso (dominada a los 9-10 años) y de volumen (dominada a los 11-12 años). Hay
muchos factores que influyen sobre la posibilidad de obtener la capacidad de conservación, marco
social y cultural, nivel de escolaridad, edad del niño, etc.
Etapa 1:
Se da en los niños principalmente. Éste no cuestiona las normas impuestas por la autoridad.
Considera un acto como totalmente bueno, o totalmente malo. Tiende a juzgar un acto en término
de sus consecuencias. Obedece las reglas porque son sagradas e inalterables. Siente obligación de
guiarse por las normas de los adultos y obedecer sus reglas. Está en favor del castigo severo y
expiatorio. Cree que cualquier accidente físico producido después de una “desobediencia” es un
castigo divino.
Etapa 2: Se da en individuos capaces de juzgar las normas. Ya pueden colocarse en el lugar del
otro. Juzga los actos por sus intenciones. Reconoce que las reglas fueron hechas por las personas y
que éstas pueden ser alteradas también. El respeto mutuo por la autoridad y los iguales permite
valorar sus propias opiniones y juzgar a otras personas de forma más realista. Está a favor del
castigo reciproco, que ayude a reformarse al culpable. Ya no confunde los percances físicos con
castigos morales.