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Células gliales

Cada vez vamos conociendo mejor el importante papel que las células gliales desempeñan
en el complejo entramado nervioso. Además de modular la función de las neuronas,
decretan su supervivencia o muerte en determinadas circunstancias

Bernardo Castellano López de que las células gliales desempeñan ta- ventrículos cerebrales y el canal de la
y Berta González de Mingo reas cruciales: controlan el establecimien- médula espinal. Actúan como una barre-
to de las sinapsis, es decir, de los contactos ra entre dicho canal y el tejido nervioso;

E
l sistema nervioso consta de neu- específicos neurona-neurona, a través de permite el paso de unas moléculas y res-
ronas y células gliales o células los cuales se propagan los impulsos ner- tringe el de otras.
de glía. Desde el punto de vis- viosos; intervienen en el metabolismo de Los ependimocitos protegen también
ta fisiológico, corresponden a neurotransmisores, moléculas liberadas las neuronas mediante la degradación
las neuronas las funciones principales: por las neuronas en los contactos sinápti- de péptidos neuroactivos presentes en el
integran, procesan y transmiten los impul- cos; regulan los procesos inmunitarios en líquido cefalorraquídeo y cuya concen-
sos nerviosos, que son la base de las sen- el tejido cerebral, e incluso determinan, tración podría afectar la función neuro-
saciones, el pensamiento y la memoria. mediante la producción y secreción de di- nal. Por otra parte, esas células de glía
Pero no podemos ya hablar del siste- ferentes moléculas, el estado fisiológico intervienen en el secuestro de metales
ma nervioso sin mencionar las células de las neuronas. pesados, que pueden causar un daño
gliales. Cuantos intentos se han rea- A través de la síntesis de ciertas molé- oxidativo al sistema nervioso.
lizado de mantener neuronas aisladas culas, las células gliales pueden promover
en placas de cultivo han fracasado; las y desencadenar mecanismos de muerte Oligodendrocitos
neuronas mueren a los pocos días de su celular programada (apoptosis) en algu- Compete a los oligodendrocitos fabricar
instalación in vitro, a menos que se aña- nas poblaciones neuronales. Mediante la la mielina, vaina membranosa que envuel-
da al medio de cultivo un extracto pro- producción de otras moléculas, pueden ve al axón, o eje por donde circula el im-
cedente de células gliales. Esa exigencia favorecer la resistencia de las neuronas pulso nervioso de una neurona hasta otra.
nos indica hasta qué punto importan esas frente a circunstancias adversas. La mielina posibilita la transmisión a gran
células minúsculas. Se sabe que, en el Por cada neurona, existen 10 células velocidad del impulso nervioso. En el sis-
cerebro, las células de glía pueden con- gliales. Aproximadamente, el 50 % del tema periférico de los vertebrados, las cé-
trolar la muerte o la supervivencia de las volumen del entramado nervioso corres- lulas de Schwann constituyen los compo-
neuronas; además, cumplen una función ponde a cuerpos celulares y ramas de las nentes homólogos a los oligodendrocitos,
clave en el desarrollo de diversas enfer- células gliales. Pero no todas las células
medades neurológicas. de glía son iguales. En razón de su morfo-
¿Qué son las células gliales? ¿Dónde logía, localización y función se distinguen
se alojan? ¿Cuántas hay? ¿Cuál es su re- varios tipos. Si nos restringimos al sistema
lación con las neuronas? ¿Qué función nervioso central (cerebro, cerebelo y mé-
desempeñan en el sistema nervioso? dula espinal), hablaremos de ependimoci-
¿Dónde reside su poder de controlar que tos, oligodendrocitos, astrocitos y células
las neuronas maduren, se desarrollen y de microglía. Cada uno de estos tipos se
ejerzan su tarea? ¿En qué circunstancias divide, a su vez, en varios subtipos.
pueden inducir la muerte de las neuro-
nas? Estas y otras son las preguntas que Ependimocitos
a lo largo de los últimos 20 años algu- Los ependimocitos recubren las cavida-
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nos laboratorios han tratado de contes- des del cerebro y médula espinal. Estas
tar, una vez reconocido que las células células gliales controlan la composición
en cuestión no se limitaban a constituir del líquido cefalorraquídeo que llena los
elementos de relleno, con una función
estructural de mera ocupación de los
intersticios entre neuronas. A ese viejo 1. SUPERFICIE DE LOS EPENDIMOCITOS
planteamiento responde el nombre que observada en el microscopio electrónico
recibieron a principios del siglo pasado,
de barrido. Los penachos pilosos que se
cuando se demostró su existencia: “nerve
glue”, pegamento nervioso. aprecian son los cilios, estructuras que
Desde diferentes aproximaciones ex- utilizan estas células para mantener en
perimentales nos vamos ahora percatando movimiento el líquido cefalorraquídeo.

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2. LOS OLIGODENDROCITOS son células con escasas ramificaciones muy cortas
(izquierda). A la derecha, microfotografía de un oligodendrocito, obtenida con un citos en las zonas desmielinizadas para
microscopio electrónico de transmisión. estimular la regeneración axónica y la
remielinización.
Se sabe que los oligodendrocitos jóve-
nes y sus células precursoras constituyen
pues forman la mielina de los axones que fermedades alérgicas o inflamatorias; se la fuente de factores de crecimiento ner-
llegan hasta los músculos. La presencia de observa, por ejemplo, en la enfermedad vioso. Estas proteínas promueven el desa-
mielina permite que el impulso nervioso de esclerosis múltiple. rrollo de los axones. La estimulación lo-
que se genera en el cerebro se transmita Aunque los oligodendrocitos tratan cal del crecimiento axónico mediada por
hasta los músculos que controlan el movi- de remielinizar los axones desmieliniza- oligodendrocitos inmaduros podría, pues,
miento del pie en un intervalo de tiempo dos, no siempre lo consiguen. A la larga, resultar decisiva para guiar los axones ha-
ínfimo, viajando a una velocidad superior estos axones pueden degenerar y la co- cia sus objetivos. No sería descabellado
a los 300 km por hora. nexión entre las neuronas, perderse. No pensar que, en un futuro no muy lejano,
Los daños producidos por infeccio- parece fácil regenerar los circuitos del se dispusiera de técnicas de trasplantes
nes víricas o por compresión mecánica sistema nervioso central dañados; por cerebrales combinadas que introdujeran
pueden ocasionar una grave desmielini- una razón evidente: los oligodendroci- precursores neuronales y precursores de
zación, que se traduce en disfunciones tos fabrican moléculas inhibidoras del oligodendrocitos para así posibilitar una
importantes del sistema nervioso. Ese crecimiento axónico. Pese a lo cual, se terapia efectiva de reinervación y remieli-
mismo efecto puede inducirse con la res- está ahora investigando la posibilidad de nización de circuitos deteriorados.
puesta del sistema inmunitario en las en- introducir precursores de oligodendro- La integridad del sistema nervioso pue-
de resentirse por causas muy dispares,
desde una lesión traumática hasta la falta
de oxígeno (proceso hipóxico), pasando
por la escasez de riego sanguíneo (proceso
isquémico) o una grave patología neuro-
lógica. La isquemia acostumbra asociar-
se al accidente cerebrovascular. Ejemplos
arquetípicos de patologías neurológicas
son la enfermedad de Alzheimer, Parkin-
son o corea de Huntington. La agresión
resultante contra la integridad del sistema
nervioso puede traducirse en la muerte de
una importante población de neuronas.
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A esa muerte neuronal inicial puede


seguir una degeneración nerviosa secun-
daria de neuronas, cercanas o incluso
alojadas en otras áreas cerebrales, aun-
que conectadas con el área cerebral don-

3. CON UNA TINCION SELECTIVA


de astrocitos, podremos apreciar la ingente
cantidad de estas células y su morfología
ramificada.

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Pío del Río Hortega, descubridor de los oligodendrocitos y las células de microglía
Hacia finales del siglo XIX y en preparaciones histológicas de lares’ habían dejado de serlo en mis preparaciones, pero éstas,
cerebro obtenidas con la técnica de impregnación metálica, al- aunque convincentes para mí, no eran tan demostrativas como
gunos observaron, con las neuronas de rigor, células carentes yo quisiera. Multiplicaba los ensayos variando incesantemente la
de axón. Se las llamó neuroglía. A principios del siglo pasado, técnica, pero los efectos no mejoraban. Una serie de sorpresas me
Santiago Ramón y Cajal, aplicó la técnica del oro sublimado por estaban reservadas. Estudiando las reacciones inflamatorias produ-
él desarrollada y tiñó y diferenció una población de células con cidas en los centros nerviosos por el nucleinato de sosa vi, con
“forma de araña”; las denominó “astrocitos”. singular precisión, cómo se formaban corpúsculos redondeados
Vio Cajal que, además de neuronas y de astrocitos, el entrama- y alargados en virtud de cambios morfológicos graduales de pe-
do del tejido nervioso estaba constituido por un tercer tipo de queñas células ramificadas posiblemente en relación con el tercer
células, “el tercer elemento”. Pío del Río Hortega descubriría que elemento de Cajal. ¿Intervendría éste en la formación de las células
las células del “tercer elemento” cajaliano constituían, en realidad, en bastoncito y de los cuerpos granuloadiposos de tan discutido
un conjunto heterogéneo de dos estirpes celulares diferentes. origen y cuyo conocimiento intrigaba tanto a Achúcarro? He
“Los magistrales estudios de Cajal sobre la neuroglía condujé- aquí otra hipótesis que me amarraba, como una obsesión, a los
ronle a la demostración de que además de los tipos neuróglicos corpúsculos apolares. Poco tiempo transcurrió hasta que se me
conocidos de antiguo, existía en los centros nerviosos un género presentaron las cosas con claridad meridiana. Al proponerme ace-
especial de corpúsculos intersticiales, cuyos caracteres diferían lerar la fijación y el endurecimiento del tejido nervioso por medio
absolutamente de la neuroglía protoplasmática y fibrosa. Cajal del calor, a fin de obtener precozmente coloraciones neuróglicas,
dio a esa variedad de células el nombre de tercer elemento, defi- hallé con júbilo, mas sin sorpresa, lo que venía presintiendo. Allí
niéndole como corpúsculo pequeño, adendrítico, quizá de origen estaban las pequeñas células del tercer elemento con sus sutiles
mesodérmico y tan extraño a las neuronas como a la glía... Mas, brazos protoplásmicos. Era ya evidente: no existían los supuestos
investigaciones nuestras, efectuadas con técnica original, persua- corpúsculos apolares. Se me habían revelado enteramente las célu-
diéronnos pronto de que dicho tercer elemento estaba realmente las que yo había imaginado. Después de una gestación cerebral de
integrado por dos especies de células sin parentesco alguno mor- algunos meses, nacían con sus formas delicadas, pero al recrearme
fológico, histogénico y funcional, a las que describimos con los emocionado en sus perfiles no discernía detalle que me fuera
nombres de microglía y oligodendroglía, respectivamente.” Con totalmente desconocido. Todo había pasado ya ante mis ojos en
estas palabras el propio Río Hortega resumía en 1924, una de sus fragmentos, un cuerpo celular mutilado, un brazo amputado y
más brillantes aportaciones realizadas a lo largo de los cinco años hecho pedazos, que yo había reunido subjetivamente haciendo
precedentes: el descubrimiento y caracterización de dos estirpes una recomposición ideal del tercer elemento muy semejante a la
gliales, a saber, la microglía y la oligodendroglía. que acababa de surgir en completa integridad. No me sorpren-
En su libro de memorias (El maestro y yo ), del Río relata su dió, pues, encontrarla, pero sí la gracia y belleza de los finísimos
observación de la microglía merced a la aplicación de la técnica del trazos celulares.”
carbonato de plata amoniacal, método que durante más de 60 años
fue el único disponible para estudiar ese tipo de célula glial:
“...El carbonato de plata seguía prometiendo mucho pero no PIO DEL RIO HORTEGA (izquierda) con su microscopio.
hacía efectivas sus promesas. Los misteriosos ‘corpúsculos apo- A la derecha, células de microglía teñidas con la técnica
del carbonato de plata amoniacal.
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4. ASTROCITOS Y CELULAS DE
MICROGLIA cubren con sus ramas el
espacio existente en el tejido nervioso.
En este caso se han teñido ambas
poblaciones simultáneamente con una
técnica inmunofluorescente. Los astrocitos
aparecen en color rojo; las células de
microglía, en verde; en color verde
también, los capilares, que se delatan por
su forma de tubos alargados.
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presan o lo hacen en baja proporción. En


cuanto esas células reciben el estímulo
de alerta, puede iniciarse un proceso
inflamatorio, una respuesta inmunitaria
o un proceso regenerativo, según sea el
estímulo desencadenante. Ello no quiere
decir que las células permanezcan iner-
tes en condiciones normales; antes bien,
los astrocitos y la microglía desempeñan
una función importante en la fisiología
del sistema nervioso.
Los astrocitos, o células estrelladas,
de se produce la degeneración primaria. y microglía reaccionan prestos cuan- presentan numerosas ramificaciones que
La extensión del daño neuronal puede ir do el sistema nervioso sufre algún tipo envuelven a las neuronas y a los vasos
expandiéndose de un área cerebral a otra. de perturbación. De forma coordinada, sanguíneos que circulan por el entrama-
La progresión parece depender del grado activan una serie de mecanismos mole- do nervioso. Intervienen en el control del
de activación de algunas células gliales, culares que ponen en marcha algunos pH del medio extracelular y en la con-
concretamente de los astrocitos y de las genes que, en estado normal, no se ex- centración del ion potasio y otros, una
células de microglía.

Astrocitos y células de microglía


Estos dos tipos de células gliales han 5. LAS CELULAS DE MICROGLIA, muy versátiles, cambian de forma cuando se
recabado la atención de los investiga- activan. A la izquierda, se ofrece una célula de microglía en condiciones de reposo
dores en los últimos años. Astrocitos en un cerebro normal; a la derecha, una célula de microglía reactiva con un aspecto
atemorizante.
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Células de microglía
De entre todas las células gliales, las de microglía se caracterizan Cuando el sistema nervioso alcanza su madurez, las células de
por la dificultad que entraña su investigación. De entrada, se microglía se tornan muy ramificadas. Se mantienen siempre
hurtan a la observación microscópica. Durante decenios sólo alerta. Si por cualquier causa se produce un daño que implica
se contaba con la técnica del carbonato de plata amoniacal, muerte neuronal, esas células ramificadas pueden volver a adop-
desarrollada por Pío del Río Hortega. Esta técnica de tinción tar una forma ameboide y desarrollar una actividad fagocítica,
ofrece magníficos resultados en manos expertas, pero no se eliminando los restos celulares originados.
presta a la repetición del ensayo. Todo indica que las células de microglía desempeñan cierta fun-
Durante muchos años la investigación se centró en el resto de las ción de recambio en el sistema nervioso adulto: se van sustitu-
células gliales, harto más gratificadoras. Tan olvidadas quedaron yendo por nuevas células. Se da por seguro que los monocitos
las células de microglía, que algunos dudaron incluso de su sanguíneos (u otras células emparentadas con ellos) ingresan
existencia. Pero, gracias al avance de los métodos histoquímicos en el tejido nervioso y remplazan las células de microglía que
e inmunocitoquímicos, disponemos ya de técnicas de tinción desaparecen por muerte o por retorno al torrente sanguíneo.
específicas y reproducibles. Así, la técnica de la lectina de tomate: Se trata de un fenómeno que reviste el máximo interés a la
un marcaje de las células de microglía con lectina extraída de hora de entender la entrada de determinados patógenos en
Lycopersicum esculentum (tomatera). Esta lectina, una proteína el cerebro: según se sospecha, el virus de la inmunodeficien-
con afinidad específica por azúcares que se encuentran en la cia adquirida, causante del sida, podría servirse de monocitos
membrana citoplasmática de las células de microglía y no en sanguíneos como caballos de Troya para introducirse en el
la membrana de otras células gliales, ni de neuronas, permite sistema nervioso.
identificar la estirpe de microglía.
Se ha debatido largamente el origen de estas células. Neuronas,
astrocitos, oligodendrocitos y ependimocitos, proceden del CUANDO LAS CELULAS

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ectodermo. En cambio, sabemos ahora, las células de micro-
glía provienen de unas células precursoras que se originan DE MICROGLIA alcanzan su
en la médula ósea (mesodérmicas) y se encuentran, por lo máximo grado de reactividad
tanto, emparentadas con células sanguíneas (los monocitos, se tornan células ameboides.
por ejemplo). Cumplen entonces una
Las células precursoras de la microglía invaden el sistema ner- función fagocítica: eliminan
vioso, tras penetrar a través de la pared de los vasos sanguíneos.
Una vez en el interior del tejido nervioso, se multiplican y otras células muertas.
crean una población de células ameboides, dotadas de gran
capacidad de movimiento, que les permite invadir los resquicios
del cerebro. Tienen por misión eliminar las neuronas que no
llegan a ser funcionales y mueren.

función clave para la transmisión de los nan la formación tridimensional de mi- rados por las neuronas: nucleótidos puri-
impulsos nerviosos. croentornos que delimitan la acción de nérgicos (ATP y ADP, por ejemplo) y sus
Participan también los astrocitos en la los neurotransmisores. Muchas ramifica- nucleósidos defosforilados (adenosina).
degradación del amoníaco, el dióxido de ciones acaban sobre los vasos sanguíneos; Destaca, en particular, el control de los
carbono y otros productos del metabolis- por eso, los capilares que irrigan el tejido niveles extracelulares de purinas, pues
mo neuronal. Colaboran en la recaptación nervioso tienen siempre a su alrededor una éstas regulan la apoptosis (muerte celular
y metabolismo de algunos neurotransmi- suerte de cubierta de prolongaciones astro- programada) y el ciclo de división celu-
sores liberados por las neuronas en las citarias que contribuye a tejer la barrera he- lar; ambos procesos tienen que ver con el
sinapsis; con ello, los astrocitos protegen matoencefálica. control de la neurodegeneración y el de-
a las neuronas del efecto pernicioso que La barrera hematoencefálica impide el sarrollo de proliferación incontrolada que
podrían ocasionarles el glutamato o el paso de determinadas sustancias desde la podría dar lugar a tumores cerebrales.
aspartato, neurotransmisores excitadores sangre hasta el interior del sistema ner- A diferencia del resto de los tipos celula-
que, si no se eliminaran, provocarían un vioso. Aunque la barrera se constituye res, los astrocitos y la microglía sufren una
estado permanente de excitación que ter- con uniones intercelulares que existen rápida activación y se tornan células reac-
minaría por destruirlas. entre las células endoteliales que forman tivas en el momento en que detectan una
Bajo ciertos estímulos fisiológicos, los la pared de los capilares, compete a los anomalía. Esta reactividad se evidencia
astrocitos se muestran capacitados para astrocitos regular el establecimiento de en el microscopio: las células cambian de
responder a determinados neurotransmi- estas uniones intercelulares. apariencia, lo que implica no sólo cambios
sores liberados por las neuronas, así como Se sabe todavía muy poco de la función morfológicos, sino también funcionales.
para producir y liberar neurotransmisores que desarrollan las células de microglía en Una vez activados, los astrocitos expe-
al medio extracelular que pueden inhibir un cerebro normal. Pero no cabe duda de rimentan un progresivo aumento de tama-
o potenciar a las neuronas. que regulan la transmisión nerviosa. En su ño. Esa hipertrofia astrocitaria débese al
Con otras palabras, la transmisión de los membrana citoplasmática, las células de incremento citoplasmático de la proteína
impulsos nerviosos se halla controlada, en microglía poseen enzimas en abundancia, GFAP, que se organiza y forma unas es-
parte, por la acción de los astrocitos. Las merced a las cuales controlan los niveles tructuras filamentosas, muy prominentes
ramificaciones de estas células condicio- extracelulares de neuromoduladores libe- en los astrocitos reactivos.

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6. TRIPLE MARCAJE INMUNOFLUO-
RESCENTE en la región cerebral
del hipocampo. En color azul, aparece una
franja de núcleos neuronales; en color rojo,
los astrocitos; en color verde, las células
de microglía y los capilares sanguíneos.

destructor), de proteasas (moléculas


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que degradan las proteínas) y de inter-


leucinas inflamatorias (moléculas que
potencian los procesos inflamatorios e
inmunitarios).
Todo indica que el balance entre los
productos neurotróficos y citotóxicos
secretados por astrocitos y microglía de-
termina, en último término, la muerte o la
supervivencia de las neuronas que se en-
cuentran alrededor de estas células. Por
consiguiente, en la activación y reactivi-
dad de astrocitos y células de microglía
se encuentra la clave de la evolución de
los procesos neurodegenerativos.
La activación y reactividad de las célu- das liberan moléculas cruciales. Unas El conocimiento de los mecanismos
las de microglía, menos regulares que en ejercen efectos neuroprotectores; otras, celulares implicados en la activación de
astrocitos, varían según las circunstancias. citotóxicos. astrocitos y células de microglía resulta
Las células de microglía reactiva adoptan Algunas de estas células gliales activa- imprescindible para establecer estrate-
diferentes morfologías; aparecen al mi- das se hallan capacitadas para sintetizar y gias que eviten, o al menos aminoren, la
croscopio en forma de células estrelladas liberar productos y factores que pueden progresión de la degeneración cerebral
con gruesas prolongaciones, en forma de provocar la muerte neuronal. Otras, en asociada a ciertas enfermedades neuro-
células longilíneas o en forma de células cambio, una vez activadas, constituyen lógicas. Por otra parte, la manipulación
con numerosas y finas prolongaciones. una fuente de factores neurotróficos, de estas células para que sinteticen y
En su estado de máxima reactividad, las que evitan la muerte neuronal e inter- liberen determinados factores neurotró-
células de microglía adquieren una mor- vienen en los procesos de reparación y ficos permitiría promover la reparación
fología ameboide y se comportan como regeneración del tejido nervioso. Entre de las áreas cerebrales interesadas, al fo-
macrófagos, es decir, células que desarro- los factores neurotróficos, las neurotro- mentar el restablecimiento de circuitos
llan una importante actividad fagocítica, finas y el factor de crecimiento de los cerebrales dañados.
englobando y destruyendo los restos ce- fibroblastos (bFGF), producidos por los
lulares que encuentra a su paso. astrocitos, parecen desempeñar un papel
primordial. BERNARDO CASTELLANO LOPEZ y BER-
Neuroprotección y citotoxicidad Las células de microglía constitu- TA GONZALEZ DE MINGO, profesores del
En razón del tipo de daño infligido y del yen, por otra parte, la principal fuente departamento de biología celular, fisiología e
alcance de la repercusión neuronal, las de radicales libres, como es el óxido inmunología, dirigen el Servicio de Investiga-
células de microglía y astroglía activa- nítrico (un gas tóxico de fuerte poder ciones Neurobiológicas BrainStain de la Uni-
versidad Autónoma de Barcelona. Durante los
últimos 15 años se han dedicado al estudio de
las células gliales en diferentes modelos expe-
rimentales.
Redes de investigación para el estudio
Bibliografía complementaria
de las células gliales
UNDERSTANDING GLIAL CELLS. Dirigido por
B. Castellano, B. González y M. Nieto Sam-
La relevancia que han ido adquiriendo las células gliales en el área de la neurociencia
pedro. Kluwer Academic Publishers; Bos-
en los últimos años se ha materializado en la creación de la Red Glial Española
ton, 1998.
(RGE). Agrupa más de una veintena de laboratorios españoles. Un primer fruto de
esa labor se ha plasmado en la publicación de un libro monográfico sobre las células CÉLULAS GLIALES EN CONDICIONES NORMA-
gliales titulado Understanding Glial Cells, al que siguió Glial Cell Function. LES Y PATOLÓGICAS. B. Castellano, I. Dal-
mau, J. M. Vela, L. Acarín Y B. González en
Neuropathology, dirigido por F. Cruz, cap. 3,
págs. 57-111; EDIMSA, Madrid, 2000.
GLIAL CELL FUNCTION. Dirigido por B. Cas-
tellano y M. Nieto Sampedro. Elsevier;
Amsterdam, 2004.

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