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Un gimnasio emocional

para cada compañía

Alejandro Lasa
Socio-creador de ADUR Coaching. L os directivos están abandonados a su suerte perso-
nal, a su iniciativa privada, en cuanto a cómo valerse
para abordar las exigencias crecientes de su entorno la-
Gemma Arocena boral, no desde el punto de vista técnico o de compe-
Directora de Investigación y Desarrollo tencias, sino como personas con rostro y cuerpo, que vi-
y coach corporativo de ADUR Coaching. ven con emociones su vida laboral de impactos cons-
tantes e imprevistos, cuando el enfado y la impaciencia
los arrastran, cuando aparece el miedo al fracaso y al ries-
go, cuando temen perder influencia y poder si delegan,
Los altos directivos reconocen que sus cuando no llegan e influyen en sus compañeros de equi-
capacidades personales no están a la po como desearían, cuando no logran ser importantes
o tenidos en cuenta como su valor personal lo merece.
altura de sus competencias técnicas, Entonces, se sienten solos, ocultando sus emociones,
por lo que necesitan “entrenarse” como si no sintieran, acomodándose a la cultura de la
en habilidades emocionales empresa en la que que el sentir es de débiles y lo que
hay que hacer es pensar y ejecutar con rapidez y efica-
para lograr un alto nivel de ejecución cia. Externamente, deben comportarse como recursos
y de bienestar personal. de producción, dotados de un alto nivel competencial,

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el que corresponde a los MBA cursados y a otros nu- tencias técnicas y muchos MBA, y ponen muy poco pe-
merosos programas de capacitación competencial que so de capacidades personales a babor. Consiguen lle-
su compañía les ha facilitado con objeto de que logren gar a puerto con mucho esfuerzo e invirtiendo dema-
los resultados de empresa. siado tiempo en la travesía. Se han acostumbrado a ello
En esta cultura empresarial, las capacidades persona- y parece que es el modo de navegar normal puesto que
les o emocionales para alcanzar un alto nivel de rendi- las embarcaciones con las que compiten lo hacen del
miento y bienestar son un asunto de cada cual o del mismo modo.
aprendizaje espontáneo que cada uno ha desarrollado Sin embargo, ¡de pronto!, puede presentarse a com-
en sus experiencias familiares, escolares y laborales. Es petir una embarcación ganadora, aquélla que navega
una cuestión de suerte genética y de historia personal. conforme a la ecuación “competencias técnicas x capa-
Sin embargo, ni siquiera los directivos más afortunados cidades personales = rendimiento / bienestar” y deja-
llegan al nivel de “cinturones negros” en capacidades rá atrás a las demás. Hay compañías que comienzan
personales o emocionales. Están descompensados ha- a trabajar tímidamente en esta dirección, desarrollan-
cia sus competencias técnicas. Es algo así como si Ro- do la base de la verdadera competitividad: inyectar una
naldinho se hubiera quedado con el fútbol que apren- alta dosis de capacidades personales en las competen-
dió en las playas brasileñas de acuerdo con sus capaci- cias técnicas de sus directivos y de sus equipos estraté-
dades innatas, pero después no se hubiera entrenado. gicos. Así conseguirán llegar antes al puerto y ganar la
En la mayoría de las empresas, este tema es un asun- competición.
to de “sé tú mismo” y de “sálvese quien pueda”. Mario y Eugenio trabajan como gerentes comercia-
En los viajes de negocios, en las librerías de los aero- les de una compañía de seguros internacional. Llevan
puertos, observamos a muchos directivos hojeando al- cinco años juntos y han asistido a los mismos cursos
gunos de los numerosos libros de autoayuda mientras de capacitación de ventas de pólizas. Mario consigue
esperan su hora de embarque. Ven sus índices, leen al- constantemente nuevos clientes e incluso logra retener
gunas páginas con interés, parecen mostrarse refleja- a aquellos clientes que han tenido una experiencia de
dos en sus inquietudes, en sus dudas, en su soledad, en servicio negativa por parte de la compañía. Eugenio, por
sus ambiciones de éxito, en sus deseos de sosiego y ar- el contrario, fracasa, en muchas ocasiones, cuando en-
monía familiar, en cómo llegar a poner en marcha sus tabla una relación comercial con un cliente posible pro-
capacidades y lograr ser importantes. poniéndole los servicios de seguros de su compañía. Sin
Siempre hay algún libro que nos enciende la espe- embargo, su preparación técnica es de un nivel com-
ranza de poder encontrar pistas para encauzar nuestras petencial tan alto como el de Mario. Y no escatima es-
inquietudes y lograr una mejor calidad de vida laboral, fuerzos; lo intenta afanosamente.
personal y familiar. Y lo compramos y comenzamos a leer- Por eso, al compararse con los éxitos de Mario, se
lo con interés. En un primer momento, al vernos repro- pregunta: “¿Por qué yo no los consigo?”. Cuando va a
ducidos en sus páginas, nos entusiasmamos como si
¡por fin! hubiéramos encontrado algo de luz. Sin embar-
go, no. Nos volvemos a encontrar con un conjunto de Ni siquiera los directivos
recetas de “qué hacer” muy actualizadas y explicadas con
un lenguaje muy cercano, con casos prácticos. No obstan- más afortunados llegan al
te, nuestro cerebro sigue operando del mismo modo: no nivel de “cinturones negros”
sabe “cómo hacer”. Nos quieren enseñar a nadar en una
piscina sin agua y explicándonos qué debemos hacer pa- en capacidades personales
ra nadar. Nos encontramos sin salida, como en un em- o emocionales
botellamiento de autopista: ni la compañía ni nuestros
intentos personales nos sirven. Nos hallamos en el pun-
to de partida, abandonados a nuestra suerte. relacionarse con sus clientes, se prepara mentalmen-
te como le decían que había que hacerlo en los cursos
Navegando como embarcaciones de capacitación: concentrarse, tratar de identificar el de-
seo del cliente, lograr una comunicación fluida, ser
escoradas a estribor amable y atento, pero tan pronto como comienza su diá-
Las compañías y sus directivos tienen el peso mal dis- logo con el cliente, todo se derrumba, el cliente se mues-
tribuido: lo acumulan a estribor, con muchas compe- tra poco interesado en sus propuestas y se siente des-

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Las compañías y sus puestas. Esto supone poner en marcha unas nuevas ru-
tas cerebrales que, antes del entrenamiento, Eugenio
directivos tienen el peso no las recorría. El cerebro de Mario y de Eugenio co-
mal distribuido: lo acumulan mo órgano es muy similar. La diferencia está en la dis-
tinta activación que hace cada uno de su cerebro cuan-
a estribor, con muchas do están con un cliente. Se puede aprender a activar-
competencias técnicas lo de un modo operativo con un entrenamiento que im-
plique la intervención del cuerpo para gestionar las
y muchos MBA, y ponen muy emociones que surgen en una interacción comercial.
poco peso de capacidades Es una reingeniería cerebral.

personales a babor Los directivos necesitan un “gimnasio


emocional”
moralizado viendo que sus esfuerzos resultan baldíos. Los directivos, tras una jornada de estrés, acuden a en-
Para la próxima vez, “voy a evaluar previamente las ca- contrar un alivio inmediato a un spa, a relajarse en un
racterísticas del cliente y diseñar el contexto de su vi- baño turco o una sauna, a ejercitarse con sesiones de
da familiar y laboral y ajustarme mejor a sus necesi- spininng o aeróbic o con actividades acuáticas, como la
dades específicas”, se decía Eugenio. Aun así, no me- natación o el aquagym. Se trata de cambiar un mal es-
joraba sus resultados que alcanzaban un nivel medio. tado de ánimo por otro bueno. Hay muchas ofertas pa-
Eugenio era inagotable. ra hacernos sentir bien de inmediato: los masajes, los
Está claro que Mario y Eugenio actúan de modo dis- balnearios para el embellecimiento del cuerpo y la tran-
tinto. Mario conecta emocionalmente con sus clientes quilidad de espíritu, etc.
y Eugenio no les trasmite la sensación de que se está Sin embargo, no tienen un gimnasio donde apren-
preocupando por ellos. No ha desarrollado su capaci- der a gestionar las emociones que viven en su activi-
dad de conectividad emocional con el cliente. Sus su- dad empresarial, a neutralizar las emociones negati-
periores aprecian sus esfuerzos, su afán de avanzar y vas inherentes a las situaciones diarias, a dar, en tiem-
de aprender, y le proponen la realización de un nuevo po real, la mejor respuesta posible a las situaciones im-
curso de nivel superior en capacitación de ventas. pactantes, recuperarse rápidamente del “golpe” de los
Después de este último intento de mejora en sus ca- impactos negativos, aprender a decidir en situaciones
pacidades técnicas de venta, Eugenio no incrementa sus normales y de urgencia, aprender a enfrentarse efi-
resultados. Su frustración crece y no quiere saber na- cazmente al riesgo, gestionando la inseguridad propia
da más de nuevos cursos. asociada al rol actual del directivo, actuar sin estar con-
¿Dónde está el fallo, el error? Las deficiencias de Euge- dicionado por las críticas del entorno, aprender a in-
nio no están en sus capacidades técnicas sino en sus ca- fluir en las personas más difíciles, sin quedar engan-
pacidades personales de conectividad emocional con los chado a su talante. Para desarrollar estas capacidades
clientes. Sin embargo, los directivos de recursos hu- se necesita un “gimnasio emocional”. No es suficien-
manos de su empresa solamente contemplan el pro- te que un jugador de baloncesto sea un experto en lan-
greso sobre la base de una capacitación técnica. El de- zar tiros libres; debe saber incorporar el posible acier-
sarrollo de capacidades personales no es posible, es una to o fallo en el momento del lanzamiento para reali-
utopía. La ecuación del rendimiento aplicada a Eugenio zar una buena ejecución.
(competencias técnicas x capacidades personales = ren- ¿Dónde hay un “gimnasio emocional”? Desde lue-
dimiento) está fallando en la variable de capacidades per- go, no están en ninguna escuela de negocios, ni si-
sonales. Si Mario se entrena en la capacidad de conec- quiera en las universidades privadas de las propias em-
tividad emocional, crecerá su rendimiento. presas donde se ejercita el cerebro lógico, donde se apren-
No obstante, hay que tener en cuenta que las capa- den las leyes del mercado, la planificación financiera,
cidades personales se entrenan en un “gimnasio emo- la utilización de los recursos con la máxima rentabili-
cional” implicando al cuerpo de Mario, no sólo a su ca- dad. Todos sabemos que esa preparación técnica es nece-
beza, y también a sus emociones, las que experimen- saria, pero no es suficiente para lograr un alto nivel de
ta en las relaciones de venta, hasta que la conexión con ejecución y de bienestar. La diferencia competitiva es-
la emoción del cliente oriente sus acciones, sus pro- tá en las capacidades personales.

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Sin entrenarse, es muy difícil llegar a ser un “cin- Así es como piensa Nicolás, de 49 años, director ge-
turón negro” en capacidades personales. Con el mero neral de una compañía internacional del sector de la
aprendizaje espontáneo, las competencias técnicas no automoción. Es un hombre de gran ambición, siempre
llegan a producir el nivel de rendimiento esperado, les con los ojos puestos en el crecimiento de la cuenta de
falta la inyección de energía de las capacidades perso- resultados. Su día más inquieto es el primer lunes del
nales para conseguirlo. Y, a veces, las competencias téc- mes, cuando, acompañado de su director financiero, in-
nicas pueden quedar anuladas en situaciones sentidas forma al consejo de administración del balance eco-
como muy difíciles. nómico del mes. Nunca está satisfecho de lo conse-
Cuando, en la final del Mundial de Fútbol en Ale- guido, siempre quiere más. Con su voz fuerte y el to-
mania, Zidane propinó un violento cabezazo en el pe- no alto, gesticulando con su brazo derecho círculos am-
cho al jugador italiano Materazzi, una acción contem- plios y de vez en cuando diagonales, defiende la cuen-
plada en todas las pantallas de televisión del mundo, ta de resultados del mes afirmando que los del próxi-
el jugador francés mostró que no era un “cinturón ne- mo serán mejores. Mueve constantemente sus nalgas
gro” en su capacidad de autodirigir la agresividad que en el asiento, zapateando en el suelo con su pierna de-
le suscitó Materazzi con sus palabras alusivas a su fa- recha, al tiempo que mira con ojos activos y muy
milia. Seguramente, no se había entrenado para ello en abiertos a los miembros del consejo de administración
ningún “gimnasio emocional”. Su descontrol le supu- haciéndoles saber que no deben poner en duda la me-
so ser expulsado del campo y perder muchos enteros joría de los próximos resultados del mes. Si no, ahí es-
como valor de “marca Zidane”; por ejemplo, como fi- tá su grueso cuello de toro bravo para conseguirlo.
gura de publicidad. Fue víctima de su sistema de alar- Nicolás se mueve en lo constatable, en lo que se pue-
ma del cerebro emocional que codificó de grave peli- de tocar y ver, no en las capacidades personales que se
gro para la “supervivencia de su persona” las palabras palpan en sus efectos, en el nivel de ejecución, y que
de Materazzi. Su cerebro lógico quedó fuera de juego son riquezas invisibles que no figuran en el balance eco-
inundado por el chorro de adrenalina y de cortisol que nómico, pero que hacen posible que la compañía ob-
desencadenó su amígdala para desarrollar una respues- tenga dividendos para sus accionistas. “Aquí todo el
ta de ataque. mundo sabe lo que tiene que hacer”, decía con fre-
En el “gimnasio emocional” se podría haber entre- cuencia a los miembros de su equipo, animándolos a
nado en hacer intervenir a los lóbulos prefrontales de una constante actividad como él mismo hacía: no so-
su cerebro lógico para frenar la emoción de agresivi- portaba perder el tiempo, las esperas las vivía como un
dad que se había iniciado, conservar su mente clara y vacío agobiante, vociferaba a los que resolvían los
desarrollar la acción más operativa posible en esas cir- asuntos con parsimonia, fustigaba a los empleados me-
cunstancias. Sin embargo, si no se entrena, el cerebro nos productivos... Creía que todos sus empleados com-
humano reacciona ahora ante situaciones críticas co- partían sin más su afán de hacer bien las cosas y rápi-
mo lo hacían nuestros ancestros en la selva, con una damente.
reacción de lucha o de huida como si estuviéramos an- Nicolás siempre estaba acelerado, con un afán irre-
te un tigre feroz. No obstante, las amenazas más acu- sistible de conseguir resultados. La acción concreta del
ciantes a nuestra supervivencia actualmente no son las momento o del presente no le llamaba la atención,
físicas sino las que se desencadenan en la interacción siempre estaba fijándose en el futuro, con el pie en el
social. Son “tigres sociales”. acelerador; su cerebro emocional daba la orden a su
cuerpo de producir adrenalina como si estuviera en un
¿Pueden entrenarse las capacidades
personales/emocionales?
Las empresas no creen que las capacidades personales
Para actuar sin estar
incidan tanto en el logro de resultados y creen menos condicionado por las críticas
aún que puedan ser objeto de entrenamiento de tal for-
ma que lleguen a incrementar los beneficios. De la
del entorno y aprender
ecuación “competencias técnicas x capacidades perso- a influir en las personas
nales = resultados (beneficios / bienestar personal)” su-
primen la variable de capacidades personales y añaden,
más difíciles se necesita
en su lugar, dedicación y tiempo. un “gimnasio emocional”

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A veces, las competencias trospección. Si hubiera aprendido a regular sus emo-


ciones, mediando en su fisiología corporal, habría po-
técnicas pueden quedar dido orientar su gestión empresarial con autodirección.
anuladas en situaciones Sin embargo, Nicolás pensaba que el estrés formaba
parte de su entorno laboral, que era natural, inseparable
sentidas como muy difíciles de su actividad como director general. Ahora ha com-
probado que los activos intangibles, como son las ca-
pacidades personales, determinan el nivel y el modo de
estado permanente de lucha y alerta. Su tensión car- ejecución de las personas y también las capacidades or-
diaca era alta. La aceleración, la cólera y los arrebatos ganizativas que éstas crean.
impulsivos le hacían perder eficacia y rentabilidad en
su trabajo. No obstante, compensaba estos efectos ne- Hay pocos “cinturones negros”
gativos con otros momentos excitantes y “glamurosos”:
adquirir otras empresas o planificar fusiones con otras en capacidades personales
compañías. Nicolás palpaba el triunfo, el poder, con es- Actualmente, los altos directivos reconocen que sus ca-
tas acciones estratégicas; le ofrecían una gratificación pacidades personales no están al mismo nivel que sus
casi inmediata y le afianzaban aún más en el valor de competencias técnicas para resolver las situaciones em-
lo tangible. presariales, que necesitan entrenarse en capacidades
Un fin de semana, en su propia casa, mientras veía para lograr un alto nivel de ejecución y de bienestar per-
en la televisión un partido de fútbol, Nicolás comenzó sonal. De hecho, un directivo se promociona o fraca-
a experimentar dolores en el pecho, con náuseas, sen- sa en función de sus capacidades personales, no en fun-
sación de mareo y sudor en la frente, y los dolores fue- ción de sus competencias técnicas. Por ejemplo, por su
ron extendiéndose hasta la nunca y las mandíbulas. Se capacidad de llegar e influir en los demás. El 90% de
inquietó mucho. Llamó a su médico de cabecera y fue su tiempo lo emplea en comunicarse y el resto progra-
trasladado en una ambulancia al hospital, muy próxi- mando en cómo hacerlo con mayor efectividad. Ser un
mo a su propio domicilio. Fue atendido por un equi- buen directivo supone tomar decisiones implicando a
po de cardiólogos, quienes le diagnosticaron que había otros, pero si uno padece de “sordera directiva” no valo-
sufrido una angina de pecho. Después de un breve pe- ra las aportaciones, conocimientos y experiencias de sus
ríodo de convalecencia, pudo reanudar su trabajo, si- compañeros, y su dirección no despertará el compromi-
guiendo las directrices aconsejadas por sus médicos. so de sus empleados en los objetivos de la empresa. Su
Esta dolencia cardiaca y su estancia en el hospital eficacia directiva será escasa. ¿En qué debe entrenar-
propiciaron que Nicolás hiciera un balance de su vida se? Al menos, en el primer nivel de estas cuatro capa-
empresarial, de su gestión como director general y des- cidades: “dirige tus emociones”, “logra más”, actúa con
cubriera nuevos valores: “Ahora no me preocuparía tan- “valor y valentía” y “llega e influye”. Podrá avanzar has-
to si soy respetado como si soy querido por mis com- ta llegar a ser “cinturón negro” de alto nivel de ejecu-
pañeros de trabajo”. Ahora vislumbra que hay una for- ción y de bienestar personal.
ma de liderar cercana y, al mismo tiempo, firme, ejer-
ciendo la influencia, no sólo el mando. Esto le supu-
so a Nicolás otra forma de sentirse a sí mismo, de ges- «Un gimnasio emocional para cada compañía». © Ediciones Deusto. Refe-
tionar y de relacionarse con sus compañeros de trabajo. rencia n.O 2810.
Se trataba de conseguir los mismos resultados o incluso
más viviendo el trabajo de otra manera; no acelerada-
mente, sino con concentración. Capacidades persona-
les que Nicolás nunca había practicado.
Si hubiera conocido y valorado la posibilidad de en-
trenarse en gestionar los impactos emocionales nega-
tivos propios de su desempeño como director general,
habría podido poner en orden su caos fisiológico y su
tensión arterial, entrenándose en intervenir sobre su Si desea más información relacionada
cuerpo en su actividad laboral. Sin embargo, sus pre- con este tema, introduzca el código 15083
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