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UNA PASIÓN POR EL REINO DE DIOS

En esta ú ltima secció n hablaremos sobre la oració n y la vanidad


política como practica que reflejan una pasió n por el reino de Dios.

Aunque la mayoría de las obras sobre la ética cristiana aborda la acció n


cristiana en la vida pú blica, muy pocas hablan sobre la oració n. Sin
embargo, las dos cosas está n encadenadas, como demostrarnos en esta
secció n, y ambas son abordadas por Jesú s en el Sermó n del monte.

LA ORACIÓN

El significado bíblico de oració n se refiere a una conversació n entre


Dios y el ser humano. El hombre ha sido creado para alabar a Dios, a
través de la oració n se le da alabanza y gloria, de lo cual el ser humano
se favorece espiritualmente, recibiendo el Amor de Dios Padre por la
comunió n con su hijo Jesucristo a través del Espíritu Santo.

El poder de la oració n no puede ser subestimado, Dios dice en el nuevo


testamento “la oració n eficaz del justo puede mucho” refiriéndose al
poder de la oració n cuando se tiene una relació n cercana a Dios. Elías
era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró
fervientemente para que no lloviese, y no llovió en la tierra por tres
añ os y seis meses Santiago 5:17

Es por eso que nuestra ética cristiana hace que nos fijemos en la
relació n entre la oració n y la ética, difícilmente hay otro asunto tan
olvidado en la ética cristiana que es la oració n. Jesú s llama la atenció n
que, pese a las afirmaciones exaltadas que el Nuevo Testamento hace
en cuando a la identidad de Jesú s, jamá s se haga intento alguno por
ocultar su profunda vida de oració n.

En realidad tal como demostraremos, la oració n era una parte integral


de la vida del hijo inaugurador del reino, los evangelios nos pintan un
cuadro del Jesú s guiado por el Espíritu Santo. Un estudio de las
enseñ anzas de Jesú s y las narrativas relacionadas con la oració n deben
ayudarnos a superar la separació n entre la oració n y la ética,
permitiéndonos arraigarlas en la narrativa bíblica del reino de Dios.
LA POLITICA

Mateo 5:13-16 pasajes sobre la luz, y la sal y las obras. Sena


construidos teologías enteras, algunas mas creibles que otras, de
misió n cristiana, acció n social y compromiso político sobre el
fundamento de este breve pasaje. Tambien consideramos que este
pasaje es críticamente importante para averiguar la enseñ anza de
Jesus en cuando a la acció n de sus discípulos han de tomar si es que
ellos van a participar en la liberació n llena de gracia que Dios realiza
en Jesucristo.

Nuestra afirmació n esencial será la siguiente: Jesus enseñ aba que la


participació n en el reino de Dios requiere las practicas disciplinas de
una comunidad contracultural seguidores de Cristo que obedezca a
Dios, ocupá ndose en trabajar por la justicia y negá ndose a confiar en
los poderes y autoridades del mundo.

Ciertos aspectos de esta afirmació n se desarrollaran en este capitulo,


reservando los otros aspectos para nuestro capitulo concluyente sobre
la practicas morales. También nos aferramos al versículo culminante
Así que, todas las cosas que querá is que los hombres hagan con
vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y
los profetas. Mateo 7:12

En el sentido amplio, política es un sustantivo, que viene del griego


polis (ciudad). Y quiere significar la vida de la ciudad. Como cristianos,
debemos preguntarnos si Jesú s participó en política. La respuesta, es
que en el sentido amplio sí; pero en el sentido restringido es evidente
que no: No participó en ningunas de las opciones de poder político de
su época.

No fundó ningú n partido político. No adoptó ningú n programa político


vigente en su tiempo. No dirigió una protesta política. No dio ningú n
paso para influir en las políticas del César, de Pilato, ni de Herodes.

Ahora el cristiano que participa en política debe tener un llamado


especial de Dios que debe ser confirmado por hombres de Dios sabios,
preparados y experimentados. José, Daniel, David fueron servidores de
Dios en las diferentes plataformas del poder político de su tiempo. Su
éxito fue congruente con el llamado que Dios lo hiciera.
PRACTICAS

Los maestros cristianos, los eruditos y líderes reciben una herencia


sagrada. Al igual que nuestras contrapartes de otras generaciones, se
nos ha ordenado a que guardemos EL BUEN DEPOSITO que nos ha
sido delegado 2 Timoteo 1:14

Cuando halamos del tema practica: nos puede girar en varios á ngulos y
sentidos, tomare este punto del la prá ctica de la Biblia. Aplicar la Biblia
es el deber de todos los cristianos. Si no la aplicamos, ésta se convierte
para nosotros en nada má s que un libro cualquiera o en una colecció n
nada prá ctica de manuscritos antiguos.

Por eso Pablo dice, "Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis
en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros" Filipenses 4:9
Al leer la Biblia, aprendemos acerca de la interacció n de Dios con la
humanidad a lo largo de la historia, Su plan de redenció n, Sus
promesas y Su cará cter.

Vemos có mo es la vida cristiana. El conocimiento de Dios que


obtenemos de las Escrituras, nos sirve como un valioso fundamento
para aplicar los principios de la Biblia en la vida. El punto hasta el cual
debemos estudiar, memorizar y meditar en la Palabra de Dios, es hasta
que entendamos có mo se aplica a nuestras vidas.

Sin embargo, no es suficiente con entender có mo se aplica la Palabra;


debemos en realidad aplicarla Santiago 1:22 "La aplicació n" implica
acció n, y una acció n obediente es el paso final para que la Palabra de
Dios se haga vida en nuestras vidas.

La aplicació n de las Escrituras refuerza nuestro estudio y nos permite


aclararlo mucho má s, ademá s que sirve para afinar nuestro
discernimiento, ayudá ndonos a distinguir mejor entre el bien y el mal
Hebreos 5:14

La conclusió n del Sermó n del monte, que ciertamente abarca Mateo


7:24-27 pero se puede verse como extendiéndose hacia atrá s a Mateo
7:12 Jesú s afirma de varias maneras que la respuesta apropiada a sus
enseñ anzas es practicarlas. El discípulo, y por ende la fe cristiana, tiene
que ver con hacer las palabras de Jesú s.
Así que, todas las cosas que querá is que los hombres hagan con
vosotros, así también haced vosotros con ellos Mateo 7:12 -27
Entrad por la puerta estrecha, Así que, por sus frutos los conoceréis, No
todo el que me dice: Señ or, Señ or, entrará en el reino de los cielos,
Cualquiera, pues, que me oye estas palabras. Es difícil saber que mas
Jesú s pudiera haber dicho para hacer má s claro este punto.

Segú n Jesú s, no hay un cristianismo autentico, ningú n discipulado ni


ética del hacer las obras que el enseñ o que sus discípulos hiciesen.
¡Gracias!

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