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Sola Escritura
Las palabras “Sola scriptura” son del latín: “ú nicamente”, “principio”,
“base”, y la palabra “scriptura” significa “escritos” – refiriéndose a las
Escrituras. Sola scriptura significa que solamente la Escritura tiene
autoridad para la fe y la prá ctica del cristiano.

La Biblia es completa, autoritativa y verdadera. “Toda la Escritura es


‘inspirada por Dios’ dada por la inspiració n de Dios y ú til para enseñ ar,
para redargü ir, para corregir, para instruir en justicia....” 2 Timoteo
3:16.

Sola Escritura fue el “grito de guerra” de la Reforma Protestante. Por


siglos la Iglesia Cató lica Romana ha considerado sus tradiciones
superiores en autoridad a la Biblia. Esto dio como resultado muchas
prá cticas que eran, de hecho, contradictorias a la Biblia.

Algunos ejemplos son: la oració n a los santos y/o a María, la


inmaculada concepció n, la transubstanciació n, el bautismo de infantes,
las indulgencias, y la autoridad papal.

Martín Lutero, el fundador de la iglesia Luterana y padre de la reforma


Protestante, estuvo reprendiendo pú blicamente a la iglesia Cató lica
por sus enseñ anzas anti-bíblicas.

La Iglesia Cató lica amenazó a Martín Lutero con la excomunió n (y la


muerte) si no se retractaba. La respuesta de Martín Lutero fue: "Por
tanto, a menos que yo sea persuadido o convencido por el testimonio
de la Escritura, o por el má s claro razonamiento, a menos que sea
persuadido por medio de los pasajes que he citado, y a menos que mi
conciencia sea sometida de esta manera por la Palabra de Dios, no
puedo retractarme y no lo haré, porque es peligroso para un cristiano
el hablar en contra de su conciencia. ¡Me mantengo firme, no puedo
hacer otra cosa; que Dios me ayude! ¡Amén!

El primer argumento cató lico en contra de la Sola Escritura es que la


Biblia no enseñ a explícitamente la Sola Escritura. Esto es, los cató licos
argumentan que, “La Biblia, en ningú n lugar establece que sea la UNICA
guía autorizada para la fe y la prá ctica.” Mientras que esto es cierto – se
equivocan en reconocer un punto crucial.
Sabemos que la Biblia es la Palabra de Dios. La Biblia se declara a sí
misma ser inspirada por Dios, inerrante y autoritativa. También
sabemos que Dios no cambia Su parecer o se contradice a Sí mismo.

Así que, mientras la Biblia misma no pueda argü ir explícitamente sobre


la “Sola Escritura” definitivamente no debe permitirse que las
tradiciones contradigan su mensaje. La Sola Escritura no es tanto un
argumento contra la tradició n como lo es contra las doctrinas no
bíblicas o anti-bíblicas.

La ú nica manera de saber con seguridad lo que Dios espera de


nosotros es permaneciendo fieles a lo que sabemos que É l nos ha
revelado la Biblia. Ahora sabemos, má s allá de cualquier sombra de
duda, que la Escritura es verdadera, autoritativa y confiable. No puede
decirse lo mismo de la tradició n.

La Palabra de Dios es la ú nica autoridad para la fe cristiana. Las


tradiciones solo son vá lidas cuando está n basadas en la Escritura y
está n en completo acuerdo con la Escritura.

Las tradiciones que está n en contradicció n con la Biblia no son de Dios


y no son un aspecto vá lido de la fe cristiana. La Sola Escritura es la
ú nica manera de evitar que la opinió n personal y subjetiva tenga
prioridad sobre las enseñ anzas de la Biblia.

La esencia de la Sola Escritura es basar tu vida espiritual en la Biblia


solamente, y rechazar cualquier tradició n o enseñ anza que no esté de
total acuerdo con la Biblia. 2 Timoteo 2:15 dice “Procura con diligencia
presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué
avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.”

La Sola Escritura no nulifica el concepto de las tradiciones eclesiá sticas,


má s bien nos da una base só lida en la cual basar las tradiciones de la
iglesia. Hay muchas prá cticas, en ambas iglesias Cató lica y Protestante,
que son el resultado de tradiciones, y no de las explícitas enseñ anzas
de la Escritura.
Es bueno y aú n necesario que la iglesia tenga tradiciones. Las
tradiciones juegan un papel importante en la clarificació n de la
doctrina cristiana, y la organizació n de las prá cticas cristianas.

Al mismo tiempo, para que estas tradiciones sean vá lidas, no deben


estar en desacuerdo con la Palabra de Dios. Deben estar basadas en el
só lido fundamento de la enseñ anza en la Escritura.

El problema con la iglesia Cató lica y muchas otras iglesias Cristianas


es que sus tradiciones está n basadas en tradiciones, de tradiciones, de
tradiciones frecuentemente sin que la tradició n inicial esté en
completa armonía con las Escrituras.

Esto es por lo que los cristianos siempre deben regresar a la Sola


Escritura, la autoritativa Palabra de Dios, como la ú nica base só lida
para la fe y la prá ctica.

En el sentido prá ctico, una frecuente objeció n al concepto de la Sola


Escritura es el hecho de que el canon de la Biblia no fue acordado
oficialmente por al menos 250 añ os después de la fundació n de la
iglesia.

Má s aú n, las Escrituras no fueron permitidas en la misa por má s de


1500 añ os después de que la iglesia fue fundada. ¿Có mo entonces,
utilizarían los primeros cristianos la Sola Escritura, cuando ellos ni
siquiera tenían el total de las Escrituras?

¿Có mo entonces, podrían los cristianos que vivieron antes de la


invenció n de la imprenta, basar su fe y prá ctica en la Escritura
solamente, si no había manera de que ellos tuvieran una copia
completa de las Escrituras? Este desacuerdo es luego reforzado por los
má s altos índices de analfabetismo a través de la historia. ¿Có mo
maneja la Sola Escritura estos problemas?

El problema con este argumento es que esencialmente está diciendo


que la autoridad de las Escrituras está basada en su disponibilidad.
Este no es el caso.

La autoridad de las Escrituras es universal, porque es la Palabra de


Dios y Su autoridad. De hecho, de que la Escritura no estuviera
accesiblemente disponible, o aú n el hecho de que la gente no pudiera
leer, no cambia el hecho de que la Escritura es la Palabra de Dios.

Má s aú n, en vez de que este sea un argumento en contra de la Sola


Escritura, es en realidad un argumento para lo que la iglesia debía
haber hecho, en lugar de lo que hizo.

La iglesia primitiva debía haber hecho su má xima prioridad, el copiar


la Escritura. Mientras que era irreal que cada cristiano poseyera una
copia completa de la Biblia, si era posible que cada iglesia tuviera algo,
la mayor parte, o todas las Escrituras disponibles.

Cada líder de la iglesia debía haber estudiado las Escrituras como su


má s alta prioridad, para que ellos pudieran a su vez enseñ arla
correctamente. Aú n si las Escrituras no estaban disponibles en las
misas, por lo menos los líderes de la iglesia podrían haberse entrenado
bien en la Palabra de Dios.

En lugar de construir tradiciones sobre tradiciones, y pasarlas de


generació n en generació n la iglesia debió haber copiado y enseñ ado
las Escrituras, “que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera
de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y
doctrina”.2 Timoteo 4:2

Nuevamente, las tradiciones no son el problema. El problema son las


tradiciones no bíblicas. La disponibilidad de las Escrituras a través de
los siglos no es un factor determinante. Las Escrituras mismas son el
factor determinante.

Ahora tenemos las Escrituras disponibles y accesibles para nosotros. A


través del estudio de la Palabra de Dios, es claro que muchas
tradiciones eclesiá sticas que se han desarrollado a través de los siglos,
está n de hecho en contradicció n con la Palabra de Dios. Es aquí donde
se aplica la Sola Escritura. Las tradiciones que está n basadas en, y
está n de acuerdo con la Palabra de Dios pueden ser mantenidas.

Las tradiciones que no está n basadas o está n en desacuerdo con la


Palabra de Dios, deben ser rechazadas. La Sola Escritura nos lleva de
regreso a lo que Dios nos ha revelado en Su Palabra.
Finalmente, la Sola Escritura nos señ ala nuevamente al Dios que
siempre habla la verdad, nunca se contradice a Sí mismo, y siempre ha
comprobado ser confiable.

Cuando Lutero hablo de que su conciencia es prisionera de la Palabra


de Dios estaba haciendo referencia a algo que aun dentro de círculos
ortodoxos de la cristiandad ha sido olvidado hoy y es que nosotros no
podemos obligar a la conciencia de otro por preceptos no encontrados
en la Palabra de Dios.

Las opiniones y tradiciones de los hombres no nos obligan: las


decisiones de concilios no nos obligan, las bulas papales no nos pueden
obligar, los credos no nos obligan y las confesiones de fe no nos obligan
a obedecer de manera universal si estas no está n de acuerdo con la
palabra de Dios.

Solo la Palabra de Dios ata la conciencia del hombre; solo la Palabra de


Dios tiene la autoridad para obligar a la conciencia. Para la época de
Lutero La iglesia Cató lica Romana había introducido una serie de
tradiciones religiosas no avaladas por la palabra de Dios, que los
feligreses estaban obligados a cumplir.

La Iglesia tiene una responsabilidad grande, por eso Pablo, cuando


escribe a los Corintios, les dice: “Porque primeramente os he enseñ ado
lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados,
conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer
día, conforme a las Escrituras” 1 Corintios 15:3-4

Nosotros tenemos que garantizar que pasaremos a la pró xima


generació n las mismas verdades que hemos recibido; sin diluirlas ni
comprometerlas nuestra ú nica esperanza como sociedad está en la
Palabra de Dios.

Podemos marchar, podemos escribir, podemos ir al congreso pero ahí


no está nuestra esperanza, sino en la palabra inmutable de nuestro
Dios. La palabra es lo ú nico que puede cambiar la mente, el corazó n, la
voluntad del hombre, su forma de vida, su forma de pensar, los
crímenes, las drogas, los vicios y todo lo demá s. El resto son parches,
vendajes que a veces ayudan momentá neamente, pero la herida
continua. La Palabra de Dios es la cura.
Solo la Escritura es un principio vital porque protege la revelació n de
Dios, la Palabra y aun la aplicació n de dicha revelació n. Este es el
principio que mucha gente hoy en día no está respetando y en su lugar
esta distorsionado las enseñ anzas de dicha Escritura. Algo de lo cual ya
Pedro nos había hablado 2 Pedro 3:16

Notemos có mo Pedro dice que estos fasos maestros tuercen los pasajes
que difíciles de entender, pero también tuercen los demá s. De nuevo, la
iglesia de de Cristo tiene la responsabilidad de proteger las doctrinas
de la fe cristiana.

De manera que el concepto de Sola Escritura no invalida la


responsabilidad que la verdadera iglesia de Cristo tiene de interpretar
bajo la guía del Espíritu Santo la revelació n de Dios.

Sola Escritura nunca fue un asunto de Escritura o tradició n, la Santa


Palabra o la Santa. Iglesia la doctrina de la suficiencia de las Escrituras
ha funcionado en el contexto en el cual la Biblia es considerada como el
Libro dado a la iglesia, la comunidad de fe, la cual es formada y guiada
por el Espíritu Santo.

El Espíritu de Dios es el verdadero intérprete de la Palabra como


enseñ aron los reformadores. Dentro de la iglesia verdadera, Dios ha
dotado a algunos con dones especiales de enseñ anza para explicar y
pasar a otros, aquellos que el Espíritu revela.

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