LA ACUMULACIÓN DE PROCESOS

Comentarios
Mª Elisa Escolà i Besora
Doctora en Derecho
Profesora de Derecho Procesal
Universidad de Barcelona
Abogada
LA ACUMULACIÓN DE PROCESOS

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Mª Elisa Escolà i Besora
Doctora en Derecho
Profesora de Derecho Procesal
Universidad de Barcelona
Abogada
 LA ACUMULACIÓN DE PROCESOS

Mª Elisa Escolà i Besora

Doctora en Derecho
Profesora de Derecho Procesal
Universidad de Barcelona
Abogada

ÍNDICE
página

I. CONCEPTO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 469

II. SUPUESOS EN LOS QUE PROCEDE LA ACUMULACIÓN

DE PROCESOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 471

III. REQUISITOS DE LA ACUMULACIÓN DE PROCESOS . . . . . . . . . . . . 477

IV. PROCEDIMIENO PARA LA ACUMULACIÓN DE PROCESOS . . . . . . . 482

A) Acumulación de procesos pendientes ante un mismo tribunal . . . . . . . . . . . 483
B) Acumulación de procesos pendientes ante distintos tribunales . . . . . . . . . . . 485

V. ACUMULACIÓN DE PROCESOS SINGULARES A PROCESOS

UNIVERSALES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 488

VI. ACUMULACIÓN DE PROCESOS DE EJECUCIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . 494

 LA ACUMULACIÓN DE PROCESOS

Mª Elisa Escolà i Besora

Doctora en Derecho
Profesora de Derecho Procesal
Universidad de Barcelona
Abogada

ÍNDICE
página

I. CONCEPTO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 469

II. SUPUESOS EN LOS QUE PROCEDE LA ACUMULACIÓN

DE PROCESOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 471

III. REQUISITOS DE LA ACUMULACIÓN DE PROCESOS . . . . . . . . . . . . 477

IV. PROCEDIMIENO PARA LA ACUMULACIÓN DE PROCESOS . . . . . . . 482

A) Acumulación de procesos pendientes ante un mismo tribunal . . . . . . . . . . . 483
B) Acumulación de procesos pendientes ante distintos tribunales . . . . . . . . . . . 485

V. ACUMULACIÓN DE PROCESOS SINGULARES A PROCESOS

UNIVERSALES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 488

VI. ACUMULACIÓN DE PROCESOS DE EJECUCIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . 494

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Mª Elisa Escolà i Besora

Doctora en Derecho
Profesora de Derecho Procesal
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Abogada

I. CONCEPTO

La Ley 1/2000, de 7 de enero, de Enjuiciamiento Civil (en adelante

simplemente NLEC), regula la acumulación de procesos en el Capítulo II
del ítulo III, Libro Primero. La primera novedad a destacar con respecto
a la normativa anterior es el cambio de terminología, ya que en lugar de
“acumulación de autos” se denomina “acumulación de procesos”, ha-
ciéndose eco la nueva ley de la opinión prácticamente unánime entre la
doctrina1.
Conforme dispone el art. 74: “En virtud de la acumulación de procesos,
se seguirán éstos en un solo procedimiento y serán terminados por una sola sen-
tencia”, reproduciendo el art. 186 LEC. Este artículo no sólo señala la fi-
nalidad de la acumulación, como indica su rótulo, sino también sus
efectos: la tramitación conjunta de los procesos acumulados y su reso-
lución en un sola sentencia, aunque en la misma el tribunal deberá pro-
nunciarse acerca de todas y cada una de las pretensiones ejercitadas, pues,
de no ser así, la sentencia adolecería de un defecto de incongruencia.
Como indica el art. 218.1 NLEC, la sentencia debe decidir todos los

1
En este sentido vid, por ejemplo, RAMOS MÉNDEZ, F., Enjuiciamiento Civil, t. I, Edit.
JMBosch, Barcelona, 1997, p. 221; GUASP, J., Comentarios a la Ley de Enjuiciamiento Civil,
Madrid, 1943, p. 537, explica que en la LEC el término “autos” viene a sustituir a “procesos”
de manera impropia, ya que los “autos” no son sino el conjunto de documentos en que
constan las diversas actividades que componen el proceso. Al respecto, GASCÓN IN-
CHAUSI, F., La acumulación de acciones y de procesos en el proceso civil, Edit. La Ley, Madrid,
2000, pp. 104-105, afirma que el mantenimiento de la terminología anterior no sería un
defecto o error, sino un obsequio a la tradición terminológica.

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Mª Elisa Escolà i Besora

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I. CONCEPTO

La Ley 1/2000, de 7 de enero, de Enjuiciamiento Civil (en adelante

simplemente NLEC), regula la acumulación de procesos en el Capítulo II
del ítulo III, Libro Primero. La primera novedad a destacar con respecto
a la normativa anterior es el cambio de terminología, ya que en lugar de
“acumulación de autos” se denomina “acumulación de procesos”, ha-
ciéndose eco la nueva ley de la opinión prácticamente unánime entre la
doctrina1.
Conforme dispone el art. 74: “En virtud de la acumulación de procesos,
se seguirán éstos en un solo procedimiento y serán terminados por una sola sen-
tencia”, reproduciendo el art. 186 LEC. Este artículo no sólo señala la fi-
nalidad de la acumulación, como indica su rótulo, sino también sus
efectos: la tramitación conjunta de los procesos acumulados y su reso-
lución en un sola sentencia, aunque en la misma el tribunal deberá pro-
nunciarse acerca de todas y cada una de las pretensiones ejercitadas, pues,
de no ser así, la sentencia adolecería de un defecto de incongruencia.
Como indica el art. 218.1 NLEC, la sentencia debe decidir todos los

1
En este sentido vid, por ejemplo, RAMOS MÉNDEZ, F., Enjuiciamiento Civil, t. I, Edit.
JMBosch, Barcelona, 1997, p. 221; GUASP, J., Comentarios a la Ley de Enjuiciamiento Civil,
Madrid, 1943, p. 537, explica que en la LEC el término “autos” viene a sustituir a “procesos”
de manera impropia, ya que los “autos” no son sino el conjunto de documentos en que
constan las diversas actividades que componen el proceso. Al respecto, GASCÓN IN-
CHAUSI, F., La acumulación de acciones y de procesos en el proceso civil, Edit. La Ley, Madrid,
2000, pp. 104-105, afirma que el mantenimiento de la terminología anterior no sería un
defecto o error, sino un obsequio a la tradición terminológica.

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 LA ACUMULACIÓN DE PROCESOS
puntos litigiosos que hayan sido objeto de debate. Además, el párrafo
tercero del mismo precepto dispone: “Cuando los puntos objeto de litigio
hayan sido varios, el tribunal hará con la debida separación el pronuncia-
miento correspondiente a cada uno de ellos”. Asimismo, estos pronuncia-
mientos no deberán ser contradictorios entre sí.
En consecuencia, podemos definir la acumulación de procesos como la
reunión en un solo procedimiento de dos o más procesos en curso. Al
igual que la acumulación de acciones, la de procesos supone la existencia
de una pluralidad de objetos procesales en un mismo procedimiento,
sólo que en este caso la unión no es inicial sino que tiene lugar cuando los
pleitos se encuentran ya en curso2.
Tanto la acumulación de procesos como la de acciones encuentran su
razón de ser en la economía procesal y en la necesidad de evitar sentencias
contradictorias, aunque son instituciones autónomas e independientes3.
En efecto, el ejercicio conjunto de dos o más pretensiones supone reducir
el números de procesos, porque a través de un único procedimiento se re-
solverán todas ellas, aunque no cabe pasar por alto que el enjuiciamiento
de varias acciones en un mismo procedimiento incrementará su dificultad
y posiblemente su duración. Pero, sin duda, el motivo más importante
para permitir la acumulación es evitar pronunciamientos judiciales con-
tradictorios, ya que la conexión que puede existir entre procesos que se tra-
mitan separadamente posibilita que se dicten resoluciones contradictorias,
con el consiguiente descrédito para la Justicia.
Teniendo en cuenta que los elementos identificadores del objeto del
proceso son los sujetos de la relación jurídico-procesal, el petitum o lo que
se pide al órgano jurisdiccional, y la causa petendi o el conjunto de hechos
alegados que justifican jurídicamente la petición4, podemos hablar de co-
nexión subjetiva si los sujetos de las acciones acumuladas son los mismos
y difieren el petitum y la causa petendi; por el contrario existe conexión ob-
jetiva cuando coincide alguno de estos dos últimos elementos, es decir, el
2
Vid. MONERO AROCA, J., Acumulación de procesos y proceso único con pluralidad de
partes, en “RGD”, 1975, pp. 1441 y ss.
3
Vid. al respecto, FONS RODRÍGUEZ, C., La acumulación objetiva de acciones en el proceso
civil, Edit. JMBosch, Barcelona, 1998, pp. 44 a 48.
4
Vid. al respecto, SERRA DOMÍNGUEZ, M., Litispendencia, en “RDP”, 1969, nº 3, pp.
673 a 677; BERZOSA FRANCOS, MªV., Demanda, “causa petendi” y objeto del proceso,
Edit. El Almendro, Córdoba, 1984, pp. 137 y ss.; PEDRAZ PENALVA, E., El objeto del
proceso civil, en “El objeto del proceso civil”, Cuadernos de Derecho Judicial, Madrid, 1996,
pp. 15 y ss.
470
Maria Elisa Escolà i Besora
petitum o la causa de pedir, aunque los sujetos sean diferentes5. La Ley
permite la acumulación de acciones tanto en los supuestos de conexión
subjetiva (art. 71 LEC), como en los casos de conexión objetiva (art. 72).
No obstante, para proceder a la acumulación de procesos la ley exige que
concurra una conexión objetiva, como estudiaremos a continuación.
II. SUPUESOS EN LOS QUE PROCEDE LA ACUMULACIÓN
DE PROCESOS
La NLEC sólo permite la acumulación de procesos por las causas pre-
vistas en el art. 76:
1º) Cuando la sentencia que haya de recaer en uno de los procesos
pueda producir efectos prejudiciales en el otro.
La prejudicialidad es el carácter vinculante que posee un determinado
pronunciamiento judicial respecto de otro posterior en el que se decide
sobre una relación o situación jurídica de la que la sentencia anterior es
condicionante o prejudicial6.
El art. 222.4 NLEC contempla expresamente este efecto de prejudicia-
lidad, al establecer que lo resuelto con fuerza de cosa juzgada en la sen-
tencia firme que haya puesto fin a un proceso vinculará al tribunal de un
proceso posterior cuando éste aparezca como antecedente lógico de lo que
sea su objeto, siempre que los litigantes de ambos procesos sean los
mismos o la cosa juzgada se extienda a ellos por disposición legal.
Sin embargo, cuando se solicita la acumulación de dos procesos, éstos
aún no se habrán terminado con sentencia, de modo que lo que permitirá
su acumulación será la mera posibilidad de que se produzca este carácter
5
Vid al respecto, DÍEZ-PICAZO GIMÉNEZ, I, con De la Oliva, Derecho procesal civil. El
proceso de declaración, Edit. Centro de Estudios Ramón Areces, Madrid, 2000, p. 164.
6
ORELLS RAMOS, M., Derecho Procesal civil, Edit. Aranzadi, 2000, p. 281, señala que
existirá prejudicialidad si, atendidos los sujetos y objetos de los procesos que se trata de acu-
mular, la sentencia de uno de ellos produjera cosa juzgada en el otro, no en su función ne-
gativa o excluyente, sino en su función positiva o prejudicial. Y pone como ejemplo el de un
proceso en que se ejercita una acción declarativa de nulidad de un contrato y en el otro
proceso se deduce una pretensión de condena al cumplimiento de las obligaciones derivadas
de ese mismo contrato, ya que en este caso, el primer proceso es prejudicial respecto del se-
gundo, porque si el contrato es nulo ya no se puede exigir su cumplimiento, por este motivo
se permite su acumulación.
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 LA ACUMULACIÓN DE PROCESOS
puntos litigiosos que hayan sido objeto de debate. Además, el párrafo
tercero del mismo precepto dispone: “Cuando los puntos objeto de litigio
hayan sido varios, el tribunal hará con la debida separación el pronuncia-
miento correspondiente a cada uno de ellos”. Asimismo, estos pronuncia-
mientos no deberán ser contradictorios entre sí.
En consecuencia, podemos definir la acumulación de procesos como la
reunión en un solo procedimiento de dos o más procesos en curso. Al
igual que la acumulación de acciones, la de procesos supone la existencia
de una pluralidad de objetos procesales en un mismo procedimiento,
sólo que en este caso la unión no es inicial sino que tiene lugar cuando los
pleitos se encuentran ya en curso2.
Tanto la acumulación de procesos como la de acciones encuentran su
razón de ser en la economía procesal y en la necesidad de evitar sentencias
contradictorias, aunque son instituciones autónomas e independientes3.
En efecto, el ejercicio conjunto de dos o más pretensiones supone reducir
el números de procesos, porque a través de un único procedimiento se re-
solverán todas ellas, aunque no cabe pasar por alto que el enjuiciamiento
de varias acciones en un mismo procedimiento incrementará su dificultad
y posiblemente su duración. Pero, sin duda, el motivo más importante
para permitir la acumulación es evitar pronunciamientos judiciales con-
tradictorios, ya que la conexión que puede existir entre procesos que se tra-
mitan separadamente posibilita que se dicten resoluciones contradictorias,
con el consiguiente descrédito para la Justicia.
Teniendo en cuenta que los elementos identificadores del objeto del
proceso son los sujetos de la relación jurídico-procesal, el petitum o lo que
se pide al órgano jurisdiccional, y la causa petendi o el conjunto de hechos
alegados que justifican jurídicamente la petición4, podemos hablar de co-
nexión subjetiva si los sujetos de las acciones acumuladas son los mismos
y difieren el petitum y la causa petendi; por el contrario existe conexión ob-
jetiva cuando coincide alguno de estos dos últimos elementos, es decir, el
2
Vid. MONERO AROCA, J., Acumulación de procesos y proceso único con pluralidad de
partes, en “RGD”, 1975, pp. 1441 y ss.
3
Vid. al respecto, FONS RODRÍGUEZ, C., La acumulación objetiva de acciones en el proceso
civil, Edit. JMBosch, Barcelona, 1998, pp. 44 a 48.
4
Vid. al respecto, SERRA DOMÍNGUEZ, M., Litispendencia, en “RDP”, 1969, nº 3, pp.
673 a 677; BERZOSA FRANCOS, MªV., Demanda, “causa petendi” y objeto del proceso,
Edit. El Almendro, Córdoba, 1984, pp. 137 y ss.; PEDRAZ PENALVA, E., El objeto del
proceso civil, en “El objeto del proceso civil”, Cuadernos de Derecho Judicial, Madrid, 1996,
pp. 15 y ss.
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petitum o la causa de pedir, aunque los sujetos sean diferentes5. La Ley
permite la acumulación de acciones tanto en los supuestos de conexión
subjetiva (art. 71 LEC), como en los casos de conexión objetiva (art. 72).
No obstante, para proceder a la acumulación de procesos la ley exige que
concurra una conexión objetiva, como estudiaremos a continuación.
II. SUPUESOS EN LOS QUE PROCEDE LA ACUMULACIÓN
DE PROCESOS
La NLEC sólo permite la acumulación de procesos por las causas pre-
vistas en el art. 76:
1º) Cuando la sentencia que haya de recaer en uno de los procesos
pueda producir efectos prejudiciales en el otro.
La prejudicialidad es el carácter vinculante que posee un determinado
pronunciamiento judicial respecto de otro posterior en el que se decide
sobre una relación o situación jurídica de la que la sentencia anterior es
condicionante o prejudicial6.
El art. 222.4 NLEC contempla expresamente este efecto de prejudicia-
lidad, al establecer que lo resuelto con fuerza de cosa juzgada en la sen-
tencia firme que haya puesto fin a un proceso vinculará al tribunal de un
proceso posterior cuando éste aparezca como antecedente lógico de lo que
sea su objeto, siempre que los litigantes de ambos procesos sean los
mismos o la cosa juzgada se extienda a ellos por disposición legal.
Sin embargo, cuando se solicita la acumulación de dos procesos, éstos
aún no se habrán terminado con sentencia, de modo que lo que permitirá
su acumulación será la mera posibilidad de que se produzca este carácter
5
Vid al respecto, DÍEZ-PICAZO GIMÉNEZ, I, con De la Oliva, Derecho procesal civil. El
proceso de declaración, Edit. Centro de Estudios Ramón Areces, Madrid, 2000, p. 164.
6
ORELLS RAMOS, M., Derecho Procesal civil, Edit. Aranzadi, 2000, p. 281, señala que
existirá prejudicialidad si, atendidos los sujetos y objetos de los procesos que se trata de acu-
mular, la sentencia de uno de ellos produjera cosa juzgada en el otro, no en su función ne-
gativa o excluyente, sino en su función positiva o prejudicial. Y pone como ejemplo el de un
proceso en que se ejercita una acción declarativa de nulidad de un contrato y en el otro
proceso se deduce una pretensión de condena al cumplimiento de las obligaciones derivadas
de ese mismo contrato, ya que en este caso, el primer proceso es prejudicial respecto del se-
gundo, porque si el contrato es nulo ya no se puede exigir su cumplimiento, por este motivo
se permite su acumulación.
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 LA ACUMULACIÓN DE PROCESOS
vinculante entre los pronunciamientos que puedan recaer7, vinculación
que, evidentemente, sólo podrá tener lugar si en el segundo proceso se
ejercita una acción conexa8.
Con todo, si a pesar del efecto prejudicial, los procesos no pueden acu-
mularse porque no concurren los requisitos exigidos legalmente para ello,
entonces podemos pedir la suspensión del curso de las actuaciones hasta
que finalice el proceso que tenga por objeto la cuestión prejudicial, al
amparo del art. 43 NLEC, que dispone: “Cuando para resolver sobre el
objeto del litigio sea necesario decidir acerca de alguna cuestión que, a su vez,
constituya el objeto principal de otro proceso pendiente ante el mismo o dis-
tinto tribunal, si no fuere posible la acumulación de autos, el tribunal a pe-
tición de ambas partes o de una de ellas, oída la contraria, podrá mediante
auto decretar la suspensión del curso de las actuaciones, en el estado en que se
hallen, hasta que finalice el proceso que tenga por objeto la cuestión preju-
dicial. Contra el auto que deniegue la petición cabrá recurso de reposición, y
contra el auto que acuerde la suspensión cabrá presentar recurso de apelación”.
Un ejemplo claro de cuestión prejudicial, en el que no cabe la acumu-
lación de procesos, es en el supuesto en que una persona impugna su fi-
liación respecto de una determinada persona, y ésta inicia un proceso para
reclamarle alimentos por razón de parentesco. Es evidente que, para de-
cidir si hay o no la obligación de alimentos, es preciso determinar previa-
mente si existe filiación, pero estos procesos no pueden acumularse,
porque, como estudiaremos más adelante, la ley exige homogeneidad pro-
cedimental, y en este caso, aunque los dos se sustancian por los trámites
del juicio verbal (vid. art. 753 y 250.1.8º, respectivamente), el proceso de
impugnación de la filiación es un proceso especial, de modo que no existe
la necesaria homogeneidad. Así pues, en este supuesto, lo más conveniente
7
Como advierte acertadamente GASCÓN INCHAUSI, F., La acumulación de acciones y de
procesos en el proceso civil, ob. cit., p. 115, para quien la conexión que prevé el art. 76.1º
NLEC se funda en un juicio hipotético, que parte de la base de presumir lo que sucedería
en caso de que uno de los procesos ya estuviera concluido con sentencia firme. Este autor,
en la p. 117, cita como ejemplo de acumulación de procesos al amparo de este motivo
cuando en uno de ellos una de las partes cuestiona la validez de una relación contractual, o
de una disposición testamentaria, y la otra, en un proceso posterior, reclama el cumpli-
miento derivado de la misma relación contractual, o disposición testamentaria.
8
DÍEZ-PICAZO GIMÉNEZ, I, Derecho procesal civil, ob. cit., p. 173, considera que la
única diferencia entre cosa juzgada positiva y acumulación de procesos ex art. 76.1º NLEC
es que en el primer caso los procesos con objetos conexos se suceden en el tiempo, mientras
que en el segundo están pendientes simultáneamente.
472
Maria Elisa Escolà i Besora
es pedir la suspensión del proceso de reclamación de alimentos, hasta que
no se resuelva el relativo a la filiación.
2º) Cuando entre los objetos de los procesos cuya acumulación se
pide existe tal conexión que, de seguirse por separado, pudieren dic-
tarse sentencias con pronunciamientos o fundamentos contradic-
torios, incompatibles o mutuamente excluyentes9.
De este modo, desaparece la tradicional y confusa denominación de “di-
visión de la continencia de la causa” de los arts. 161.5ª y 162 LEC10, y se
sustituye por la conexión simple, que siempre será objetiva, es decir, los
procesos acumulados deberán tener un mismo petitum o una misma causa
de pedir, es decir, algún hecho común, ya que una mera conexión subjetiva
difícilmente suscitará problemas de pronunciamientos contradictorios11.
En conclusión, para que proceda la acumulación de procesos siempre se
exige la concurrencia de una conexión objetiva entre sus objetos procesales,
ya sea la conexión por prejudicialidad entre las acciones, o bien la conexión
del art, 76.2º, por lo que la verdadera razón de este tipo de acumulación
debe buscarse en la necesidad de impedir sentencias contradictorias12.
9
GASCÓN INCHAUSI, F., La acumulación de acciones y de procesos en el proceso civil, ob.
cit., p. 128, después de analizar el significado de los términos contradictorio, incompatible
y excluyente, concluye afirmando que deben interpretarse como un bloque único: de un
lado, el riego de que, cuando se pida lo mismo en ambos procesos, se pueda conceder en
uno y denegar en otro, o conceder en diversa medida en uno u otro, pero también el riesgo
de que, para llegar a la decisión en uno de los procesos, se tomen como ciertos unos hechos
o fundamentos jurídicos que se ignoren o rechacen en el otro, o que se acuda a hechos o
fundamentos jurídicos diferentes para conceder o denegar lo mismo.
10
A pesar de que en el art. 162 LEC se enumeraban hasta seis supuestos en los que se en-
tendía que se dividía la continencia de la causa, la doctrina era unánime a la hora de afirmar
que, en realidad, los seis casos se reducían a dos: identidad de sujetos y de petitum entre los
procesos acumulados, aunque variase la causa de pedir, o bien identidad de causa de pedir
entre ellos, aunque fueran distintos los sujetos y/o el petitum.
11
DÍEZ-PICAZO GIMÉNEZ, I, Derecho procesal civil, ob. cit., pp. 173-174, estima que la
conexión que exige el art. 76.2º NLEC consiste en la identidad de causa de pedir, es decir,
cuando las acciones se basen en unos mismos hechos. ORELLS RAMOS, M., Derecho
Procesal civil, ob. cit., p. 281, afirma que se trata de una conexión simple, y pone como
ejemplo el supuesto de que diversos legitimados para interponer una pretensión de condena
a indemnización por los daños causados por la caída de un muro ruinoso, interponen sus
pretensiones en diferentes procesos, con riesgo de que la causa de los daños y la culpa del
responsable sean apreciados de modo diferente en cada caso.
12
Como advierte DÍEZ-PICAZO GIMÉNEZ, I, Derecho procesal civil, ob. cit., p. 172, hay
acciones que el actor podría acumular perfectamente en su demanda y, que, sin embargo, si
opta por ejercer en procesos separados luego no podrá acumular, y pone el ejemplo de un
actor que ejerce frente al demandado dos acciones sin conexión entre ellas (reclama el pago
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 LA ACUMULACIÓN DE PROCESOS
vinculante entre los pronunciamientos que puedan recaer7, vinculación
que, evidentemente, sólo podrá tener lugar si en el segundo proceso se
ejercita una acción conexa8.
Con todo, si a pesar del efecto prejudicial, los procesos no pueden acu-
mularse porque no concurren los requisitos exigidos legalmente para ello,
entonces podemos pedir la suspensión del curso de las actuaciones hasta
que finalice el proceso que tenga por objeto la cuestión prejudicial, al
amparo del art. 43 NLEC, que dispone: “Cuando para resolver sobre el
objeto del litigio sea necesario decidir acerca de alguna cuestión que, a su vez,
constituya el objeto principal de otro proceso pendiente ante el mismo o dis-
tinto tribunal, si no fuere posible la acumulación de autos, el tribunal a pe-
tición de ambas partes o de una de ellas, oída la contraria, podrá mediante
auto decretar la suspensión del curso de las actuaciones, en el estado en que se
hallen, hasta que finalice el proceso que tenga por objeto la cuestión preju-
dicial. Contra el auto que deniegue la petición cabrá recurso de reposición, y
contra el auto que acuerde la suspensión cabrá presentar recurso de apelación”.
Un ejemplo claro de cuestión prejudicial, en el que no cabe la acumu-
lación de procesos, es en el supuesto en que una persona impugna su fi-
liación respecto de una determinada persona, y ésta inicia un proceso para
reclamarle alimentos por razón de parentesco. Es evidente que, para de-
cidir si hay o no la obligación de alimentos, es preciso determinar previa-
mente si existe filiación, pero estos procesos no pueden acumularse,
porque, como estudiaremos más adelante, la ley exige homogeneidad pro-
cedimental, y en este caso, aunque los dos se sustancian por los trámites
del juicio verbal (vid. art. 753 y 250.1.8º, respectivamente), el proceso de
impugnación de la filiación es un proceso especial, de modo que no existe
la necesaria homogeneidad. Así pues, en este supuesto, lo más conveniente
7
Como advierte acertadamente GASCÓN INCHAUSI, F., La acumulación de acciones y de
procesos en el proceso civil, ob. cit., p. 115, para quien la conexión que prevé el art. 76.1º
NLEC se funda en un juicio hipotético, que parte de la base de presumir lo que sucedería
en caso de que uno de los procesos ya estuviera concluido con sentencia firme. Este autor,
en la p. 117, cita como ejemplo de acumulación de procesos al amparo de este motivo
cuando en uno de ellos una de las partes cuestiona la validez de una relación contractual, o
de una disposición testamentaria, y la otra, en un proceso posterior, reclama el cumpli-
miento derivado de la misma relación contractual, o disposición testamentaria.
8
DÍEZ-PICAZO GIMÉNEZ, I, Derecho procesal civil, ob. cit., p. 173, considera que la
única diferencia entre cosa juzgada positiva y acumulación de procesos ex art. 76.1º NLEC
es que en el primer caso los procesos con objetos conexos se suceden en el tiempo, mientras
que en el segundo están pendientes simultáneamente.
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es pedir la suspensión del proceso de reclamación de alimentos, hasta que
no se resuelva el relativo a la filiación.
2º) Cuando entre los objetos de los procesos cuya acumulación se
pide existe tal conexión que, de seguirse por separado, pudieren dic-
tarse sentencias con pronunciamientos o fundamentos contradic-
torios, incompatibles o mutuamente excluyentes9.
De este modo, desaparece la tradicional y confusa denominación de “di-
visión de la continencia de la causa” de los arts. 161.5ª y 162 LEC10, y se
sustituye por la conexión simple, que siempre será objetiva, es decir, los
procesos acumulados deberán tener un mismo petitum o una misma causa
de pedir, es decir, algún hecho común, ya que una mera conexión subjetiva
difícilmente suscitará problemas de pronunciamientos contradictorios11.
En conclusión, para que proceda la acumulación de procesos siempre se
exige la concurrencia de una conexión objetiva entre sus objetos procesales,
ya sea la conexión por prejudicialidad entre las acciones, o bien la conexión
del art, 76.2º, por lo que la verdadera razón de este tipo de acumulación
debe buscarse en la necesidad de impedir sentencias contradictorias12.
9
GASCÓN INCHAUSI, F., La acumulación de acciones y de procesos en el proceso civil, ob.
cit., p. 128, después de analizar el significado de los términos contradictorio, incompatible
y excluyente, concluye afirmando que deben interpretarse como un bloque único: de un
lado, el riego de que, cuando se pida lo mismo en ambos procesos, se pueda conceder en
uno y denegar en otro, o conceder en diversa medida en uno u otro, pero también el riesgo
de que, para llegar a la decisión en uno de los procesos, se tomen como ciertos unos hechos
o fundamentos jurídicos que se ignoren o rechacen en el otro, o que se acuda a hechos o
fundamentos jurídicos diferentes para conceder o denegar lo mismo.
10
A pesar de que en el art. 162 LEC se enumeraban hasta seis supuestos en los que se en-
tendía que se dividía la continencia de la causa, la doctrina era unánime a la hora de afirmar
que, en realidad, los seis casos se reducían a dos: identidad de sujetos y de petitum entre los
procesos acumulados, aunque variase la causa de pedir, o bien identidad de causa de pedir
entre ellos, aunque fueran distintos los sujetos y/o el petitum.
11
DÍEZ-PICAZO GIMÉNEZ, I, Derecho procesal civil, ob. cit., pp. 173-174, estima que la
conexión que exige el art. 76.2º NLEC consiste en la identidad de causa de pedir, es decir,
cuando las acciones se basen en unos mismos hechos. ORELLS RAMOS, M., Derecho
Procesal civil, ob. cit., p. 281, afirma que se trata de una conexión simple, y pone como
ejemplo el supuesto de que diversos legitimados para interponer una pretensión de condena
a indemnización por los daños causados por la caída de un muro ruinoso, interponen sus
pretensiones en diferentes procesos, con riesgo de que la causa de los daños y la culpa del
responsable sean apreciados de modo diferente en cada caso.
12
Como advierte DÍEZ-PICAZO GIMÉNEZ, I, Derecho procesal civil, ob. cit., p. 172, hay
acciones que el actor podría acumular perfectamente en su demanda y, que, sin embargo, si
opta por ejercer en procesos separados luego no podrá acumular, y pone el ejemplo de un
actor que ejerce frente al demandado dos acciones sin conexión entre ellas (reclama el pago
473
 LA ACUMULACIÓN DE PROCESOS
En cambio, la NLEC prohíbe expresamente la acumulación de pro-
cesos:
1) En los supuestos de litispendencia, pues el art. 78.1 indica que
no procederá la acumulación de procesos cuando el riesgo de sen-
tencias con pronunciamientos contradictorios, incompatibles o mu-
tuamente excluyentes pueda evitarse mediante la excepción de litis-
pendencia.
Por consiguiente, desaparecen la litispendencia y la cosa juzgada
como causas para decretar la acumulación de procesos, previstas en los
arts. 161.1º y 2º LEC, y se sustituyen por la prejudicialidad. Con ello
la NLEC acoge la opinión doctrinal mayoritaria, que criticaba la re-
gulación de la LEC argumentando que carecía de sentido tramitar
procesos distintos con idéntico objeto, y concluía que los dos su-
puestos de conexión cualificada (litispendencia y cosa juzgada) debían
reconducirse al efecto de prejudicialidad o función positiva de la cosa
juzgada13.
Algún autor ha interpretado la redacción literal del art. 78.1 NLEC,
en el sentido de que es posible solicitar la acumulación de procesos
cuando los objetos de éstos fueran idénticos, pero sólo en aquellos
casos en que ya no fuera posible formular la excepción de litispen-
dencia14. En nuestra opinión, ésta no era la intención del legislador,
sino que con el art. 78.1 NLEC lo que se pretende es que el de-
mandado en estos casos alegue la excepción de litispendencia, evi-
tándose de este modo la tramitación de un segundo proceso con
idéntico objeto, lo cual es absurdo, como lo es también acumular dos
procesos idénticos.
del precio de una compraventa y la devolución de un préstamo), el cual puede acumularlas
en una misma demanda, si se cumplen los requisitos procesales, pero si presenta las de-
mandas separadas no podrá instar la acumulación de ambos procesos. Y ello es así porque
no concurriría la necesaria conexión objetiva.
13
En este sentido, vid. MONERO AROCA, J., La cosa juzgada: conceptos generales, en
“Efectos jurídicos del proceso (Cosa Juzgada. Costas e intereses. Impugnaciones y jura de
cuentas)”, Cuadernos de Derecho Judicial, Madrid, septiembre, 1995, p. 70; ORELLS
RAMOS, M., Derecho jurisdiccional. Proceso Civil, obra colectiva, Edit. tirant lo blanc, 8ª
ed., Valencia, 1998, p. 106; ARMENA DEU, ., La acumulación de autos, Edit. Montecorvo,
2ª ed., Madrid, 1997, pp. 252 y ss.
14
GASCÓN INCHAUSI, F., La acumulación de acciones y de procesos en el proceso civil, ob.
cit., p. 111.
474
Maria Elisa Escolà i Besora
2) Cuando no se justifique que, con la primera demanda o, en su
caso, con la ampliación de ésta o con la reconvención, no pudo pro-
moverse un proceso que comprendiese pretensiones y cuestiones
sustancialmente iguales a las suscitadas en los procesos distintos,
cuya acumulación se pretenda (art. 78.2). A este respecto, el párrafo
tercero señala que si los procesos cuya acumulación se pretenda
fueron promovidos por el mismo demandante o por demandado re-
conviniente15, solo o en litisconsorcio, se entenderá, salvo justifi-
cación cumplida, que pudo promoverse un único proceso y no pro-
cederá la acumulación. En cambio, esta prohibición no atañe a la
parte contraria.
Así pues, en estos casos se establece una presunción iuris tantum
desfavorable a quien solicita la acumulación, quien deberá probar que
no pudo ejercitar antes la acción que se deduce en el proceso que pide
acumular. Ello puede suceder si el segundo proceso tiene su origen en
hechos acaecidos con posterioridad al inicio del primero. Esta norma
obligará a que las partes ejerciten todas las acciones que tengan en su
poder en la demanda o en la reconvención, porque, de no hacerlo así,
luego no podrán obtener la acumulación de los procesos.
Esta prohibición debe ponerse en relación con la preclusión de la
alegación de hechos y fundamentos de derecho del art. 400 NLEC,
que establece: “1. Cuando lo que se pida en la demanda pueda fun-
darse en diferentes hechos o en distintos fundamentos o títulos jurí-
dicos, habrán de aducirse en ella cuantos resulten conocidos o puedan
invocarse al tiempo de interponerla, sin que sea admisible reservar su
alegación para un proceso ulterior. La carga de la alegación a que se re-
fiere el párrafo anterior se entenderá sin perjuicio de las alegaciones
complementarias o de hechos nuevos o de nueva noticia permitidas en
esta Ley en momentos posteriores a la demanda y contestación. 2. De
conformidad con lo dispuesto en el apartado anterior, a efectos de litis-
pendencia y de cosa juzgada, los hechos y los fundamentos jurídicos
aducidos en un litigio se considerarán los mismos que los alegados en
otro juicio anterior si hubiesen podido alegarse en éste”.
15
Como indica GASCÓN INCHAUSI, F., La acumulación de acciones y de procesos en el
proceso civil, ob. cit., p. 139, en puridad, la ley debería decir “demandado reconviniente o
que pudiera reconvenir”, porque, precisamente, lo que pretende el legislador es forzar a que
el demandado que pueda reconvenir lo haga, y no opte por iniciar un proceso posterior y
luego pida su acumulación.
475
 LA ACUMULACIÓN DE PROCESOS
En cambio, la NLEC prohíbe expresamente la acumulación de pro-
cesos:
1) En los supuestos de litispendencia, pues el art. 78.1 indica que
no procederá la acumulación de procesos cuando el riesgo de sen-
tencias con pronunciamientos contradictorios, incompatibles o mu-
tuamente excluyentes pueda evitarse mediante la excepción de litis-
pendencia.
Por consiguiente, desaparecen la litispendencia y la cosa juzgada
como causas para decretar la acumulación de procesos, previstas en los
arts. 161.1º y 2º LEC, y se sustituyen por la prejudicialidad. Con ello
la NLEC acoge la opinión doctrinal mayoritaria, que criticaba la re-
gulación de la LEC argumentando que carecía de sentido tramitar
procesos distintos con idéntico objeto, y concluía que los dos su-
puestos de conexión cualificada (litispendencia y cosa juzgada) debían
reconducirse al efecto de prejudicialidad o función positiva de la cosa
juzgada13.
Algún autor ha interpretado la redacción literal del art. 78.1 NLEC,
en el sentido de que es posible solicitar la acumulación de procesos
cuando los objetos de éstos fueran idénticos, pero sólo en aquellos
casos en que ya no fuera posible formular la excepción de litispen-
dencia14. En nuestra opinión, ésta no era la intención del legislador,
sino que con el art. 78.1 NLEC lo que se pretende es que el de-
mandado en estos casos alegue la excepción de litispendencia, evi-
tándose de este modo la tramitación de un segundo proceso con
idéntico objeto, lo cual es absurdo, como lo es también acumular dos
procesos idénticos.
del precio de una compraventa y la devolución de un préstamo), el cual puede acumularlas
en una misma demanda, si se cumplen los requisitos procesales, pero si presenta las de-
mandas separadas no podrá instar la acumulación de ambos procesos. Y ello es así porque
no concurriría la necesaria conexión objetiva.
13
En este sentido, vid. MONERO AROCA, J., La cosa juzgada: conceptos generales, en
“Efectos jurídicos del proceso (Cosa Juzgada. Costas e intereses. Impugnaciones y jura de
cuentas)”, Cuadernos de Derecho Judicial, Madrid, septiembre, 1995, p. 70; ORELLS
RAMOS, M., Derecho jurisdiccional. Proceso Civil, obra colectiva, Edit. tirant lo blanc, 8ª
ed., Valencia, 1998, p. 106; ARMENA DEU, ., La acumulación de autos, Edit. Montecorvo,
2ª ed., Madrid, 1997, pp. 252 y ss.
14
GASCÓN INCHAUSI, F., La acumulación de acciones y de procesos en el proceso civil, ob.
cit., p. 111.
474
Maria Elisa Escolà i Besora
2) Cuando no se justifique que, con la primera demanda o, en su
caso, con la ampliación de ésta o con la reconvención, no pudo pro-
moverse un proceso que comprendiese pretensiones y cuestiones
sustancialmente iguales a las suscitadas en los procesos distintos,
cuya acumulación se pretenda (art. 78.2). A este respecto, el párrafo
tercero señala que si los procesos cuya acumulación se pretenda
fueron promovidos por el mismo demandante o por demandado re-
conviniente15, solo o en litisconsorcio, se entenderá, salvo justifi-
cación cumplida, que pudo promoverse un único proceso y no pro-
cederá la acumulación. En cambio, esta prohibición no atañe a la
parte contraria.
Así pues, en estos casos se establece una presunción iuris tantum
desfavorable a quien solicita la acumulación, quien deberá probar que
no pudo ejercitar antes la acción que se deduce en el proceso que pide
acumular. Ello puede suceder si el segundo proceso tiene su origen en
hechos acaecidos con posterioridad al inicio del primero. Esta norma
obligará a que las partes ejerciten todas las acciones que tengan en su
poder en la demanda o en la reconvención, porque, de no hacerlo así,
luego no podrán obtener la acumulación de los procesos.
Esta prohibición debe ponerse en relación con la preclusión de la
alegación de hechos y fundamentos de derecho del art. 400 NLEC,
que establece: “1. Cuando lo que se pida en la demanda pueda fun-
darse en diferentes hechos o en distintos fundamentos o títulos jurí-
dicos, habrán de aducirse en ella cuantos resulten conocidos o puedan
invocarse al tiempo de interponerla, sin que sea admisible reservar su
alegación para un proceso ulterior. La carga de la alegación a que se re-
fiere el párrafo anterior se entenderá sin perjuicio de las alegaciones
complementarias o de hechos nuevos o de nueva noticia permitidas en
esta Ley en momentos posteriores a la demanda y contestación. 2. De
conformidad con lo dispuesto en el apartado anterior, a efectos de litis-
pendencia y de cosa juzgada, los hechos y los fundamentos jurídicos
aducidos en un litigio se considerarán los mismos que los alegados en
otro juicio anterior si hubiesen podido alegarse en éste”.
15
Como indica GASCÓN INCHAUSI, F., La acumulación de acciones y de procesos en el
proceso civil, ob. cit., p. 139, en puridad, la ley debería decir “demandado reconviniente o
que pudiera reconvenir”, porque, precisamente, lo que pretende el legislador es forzar a que
el demandado que pueda reconvenir lo haga, y no opte por iniciar un proceso posterior y
luego pida su acumulación.
475
 LA ACUMULACIÓN DE PROCESOS
De todo ello se desprende que el legislador está dispuesto a forzar que
el actor “enseñe todas sus cartas” desde un inicio del proceso, si se nos
permite utilizar este símil. De no hacerlo así, el segundo proceso que
inicie se sobreseerá tan pronto como el tribunal, de oficio o a instancia
de parte, aprecie la pendencia de otro juicio (litispendencia) o la exis-
tencia de resolución firme sobre objeto idéntico (cosa juzgada), a no ser
que se basen en hechos o fundamentos desconocidos por la parte o que
no hubieran podido ser invocados al entablarse el primer proceso. Esta
regulación es fruto, sin duda, de los criterios inspiradores del objeto del
proceso civil, que según se afirma en la Exposición de Motivos, párrafo
VIII, son la necesidad de seguridad jurídica y la escasa justificación de
someter a los mismos justiciables a diferentes procesos y de provocar la
correspondiente actividad de los órganos jurisdiccionales, cuando la
cuestión o asunto litigioso razonablemente puede zanjarse en uno
solo16.
En definitiva, la NLEC restringe en gran medida la posibilidad de acu-
mular procesos, limitación que, a buen seguro, encuentra su razón de ser
en el frecuente uso que se hacía de esta institución para resolver defi-
ciencias carentes de mecanismos específicos de solución en nuestro
Ordenamiento, tales como la subsanación de defectos en la demanda o en
la contestación, o de vicios de defectuosa constitución de la litis17. Ahora
el legislador está decidido a impedir un uso desviado de la acumulación de
16
Al respecto, es interesante destacar que esta regulación concuerda con la teoría desarrollada
por DE LA OLIVA, Derecho procesal civil, ob. cit., pp. 56 y 58, sobre el objeto procesal
virtual, que viene determinado por los sujetos, el petitum y por todos los hechos y los tí-
tulos jurídicos que se han podido aducir, aunque no se hayan aducido, en un determinado
proceso, y este es el objeto a tener en cuenta cuando se trate de decidir si procede la acu-
mulación de autos y, sobre todo, la litispendencia y la cosa juzgada. Por su parte, ORELLS
RAMOS, M., Derecho Procesal civil, ob. cit., p. 267, estima que el art. 400 NLEC trata de
resolver, de un modo adecuado, el problema del goteo de pretensiones, pero, en su opinión,
no se resuelve ese problema disponiendo que esos hechos que sustentan causas de pedir ale-
gables, pero no alegadas, pasan, a pesar de la falta de alegación, a ser objeto del proceso,
porque eso significaría que la sentencia podría resolver a tenor de los mismos, sin incurrir
en incongruencia, lo que no es correcto según el art. 218.1. II NLEC, y concluye señalando
que se resuelve el problema estableciendo la preclusión de la causa de pedir alegable y no
alegada, es decir, la inadmisibilidad de su utilización, tanto en otro proceso simultáneo al ya
pendiente, como en otro posterior, aunque esta preclusión tiene excepciones, como hechos
o fundamentos desconocidos por la parte o que no hubiera podido invocar en la demanda,
que hacen admisible la formulación de la misma petición, pero fundada en la “causa petendi”
distinta, que no se hizo valer en la primera demanda.
17
Vid. al respecto, SERRA DOMÍNGUEZ, M., Intervención de terceros en el proceso, en
“Estudios de Derecho Procesal”, Barcelona, 1969, pp. 218-219; ALONSO-CUEVILLAS,
J., La comparecencia preparatoria del juicio de menor cuantía, Edit. JMBosch, Barcelona,
1992, p. 266.
476
Maria Elisa Escolà i Besora
procesos, y así lo manifiesta expresamente en la Exposición de Motivos,
pues en el nº VIII, párrafo quinto, de la misma indica “la Ley incluye
normas para evitar un uso desviado de la acumulación de procesos: no se ad-
mitirá la acumulación cuando el proceso o procesos ulteriores puedan evitarse
mediante la excepción de litispendencia o si lo que se plantea en ellos pudo sus-
citarse mediante acumulación inicial de acciones, ampliación de la demanda
o a través de la reconvención”. Sin embargo, en la práctica quizás los tribu-
nales se muestren más generosos con la acumulación de procesos, si con
ella se evitan sentencias absolutorias de la instancia18, aunque es preciso ad-
vertir que los defectos que comúnmente se trataban de subsanar acu-
diendo a la acumulación de autos ahora reciben un tratamiento específico,
como sucede, por ejemplo, con la integración del litisconsorte preterido
(vid. art. 420 NLEC).
Las referidas prohibiciones no rigen para los procesos incoados para la
protección de los derechos e intereses colectivos o difusos que las leyes re-
conozcan a consumidores y usuarios, cuando la diversidad de esos pro-
cesos, ya sean promovidos por las asociaciones, entidades o grupos legiti-
mados o por consumidores o usuarios determinados, no se hubiera podido
evitar mediante la acumulación de acciones o la intervención prevista en
el art. 15 (art. 78.4). De este modo se introduce una nueva especialidad
en la tramitación de este tipo de procesos.
III. REQUISITOS DE LA ACUMULACIÓN DE PROCESOS
Para que proceda la acumulación no sólo basta que concurran los su-
puestos acabados de describir, sino que también es preciso que se cumplan
los siguientes requisitos:
1) Necesaria solicitud de parte
La regla general es que la acumulación de procesos sólo puede de-
cretarse a instancia de quienes sean parte en cualquiera de ellos (art.
18
ORELLS RAMOS, M., Derecho Procesal civil, ob, cit., p. 267, aduce que mediante la acu-
mulación de procesos puede conseguirse la finalidad práctica de la intervención principal, no
regulada en la NLEC. Así, si en un proceso el actor interpone una demanda reivindicatoria
frente al demandado sobre una determinada finca, y luego interviene un tercero afirmando que
la finca es de su propiedad, este tercero puede entablar contra el actor una acción declarativa
de dominio y contra el demandado una reivindicatoria, y luego pedir la acumulación de estos
procesos con el proceso que interpuso en primer lugar el actor contra el demandado.
477
 LA ACUMULACIÓN DE PROCESOS
De todo ello se desprende que el legislador está dispuesto a forzar que
el actor “enseñe todas sus cartas” desde un inicio del proceso, si se nos
permite utilizar este símil. De no hacerlo así, el segundo proceso que
inicie se sobreseerá tan pronto como el tribunal, de oficio o a instancia
de parte, aprecie la pendencia de otro juicio (litispendencia) o la exis-
tencia de resolución firme sobre objeto idéntico (cosa juzgada), a no ser
que se basen en hechos o fundamentos desconocidos por la parte o que
no hubieran podido ser invocados al entablarse el primer proceso. Esta
regulación es fruto, sin duda, de los criterios inspiradores del objeto del
proceso civil, que según se afirma en la Exposición de Motivos, párrafo
VIII, son la necesidad de seguridad jurídica y la escasa justificación de
someter a los mismos justiciables a diferentes procesos y de provocar la
correspondiente actividad de los órganos jurisdiccionales, cuando la
cuestión o asunto litigioso razonablemente puede zanjarse en uno
solo16.
En definitiva, la NLEC restringe en gran medida la posibilidad de acu-
mular procesos, limitación que, a buen seguro, encuentra su razón de ser
en el frecuente uso que se hacía de esta institución para resolver defi-
ciencias carentes de mecanismos específicos de solución en nuestro
Ordenamiento, tales como la subsanación de defectos en la demanda o en
la contestación, o de vicios de defectuosa constitución de la litis17. Ahora
el legislador está decidido a impedir un uso desviado de la acumulación de
16
Al respecto, es interesante destacar que esta regulación concuerda con la teoría desarrollada
por DE LA OLIVA, Derecho procesal civil, ob. cit., pp. 56 y 58, sobre el objeto procesal
virtual, que viene determinado por los sujetos, el petitum y por todos los hechos y los tí-
tulos jurídicos que se han podido aducir, aunque no se hayan aducido, en un determinado
proceso, y este es el objeto a tener en cuenta cuando se trate de decidir si procede la acu-
mulación de autos y, sobre todo, la litispendencia y la cosa juzgada. Por su parte, ORELLS
RAMOS, M., Derecho Procesal civil, ob. cit., p. 267, estima que el art. 400 NLEC trata de
resolver, de un modo adecuado, el problema del goteo de pretensiones, pero, en su opinión,
no se resuelve ese problema disponiendo que esos hechos que sustentan causas de pedir ale-
gables, pero no alegadas, pasan, a pesar de la falta de alegación, a ser objeto del proceso,
porque eso significaría que la sentencia podría resolver a tenor de los mismos, sin incurrir
en incongruencia, lo que no es correcto según el art. 218.1. II NLEC, y concluye señalando
que se resuelve el problema estableciendo la preclusión de la causa de pedir alegable y no
alegada, es decir, la inadmisibilidad de su utilización, tanto en otro proceso simultáneo al ya
pendiente, como en otro posterior, aunque esta preclusión tiene excepciones, como hechos
o fundamentos desconocidos por la parte o que no hubiera podido invocar en la demanda,
que hacen admisible la formulación de la misma petición, pero fundada en la “causa petendi”
distinta, que no se hizo valer en la primera demanda.
17
Vid. al respecto, SERRA DOMÍNGUEZ, M., Intervención de terceros en el proceso, en
“Estudios de Derecho Procesal”, Barcelona, 1969, pp. 218-219; ALONSO-CUEVILLAS,
J., La comparecencia preparatoria del juicio de menor cuantía, Edit. JMBosch, Barcelona,
1992, p. 266.
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Maria Elisa Escolà i Besora
procesos, y así lo manifiesta expresamente en la Exposición de Motivos,
pues en el nº VIII, párrafo quinto, de la misma indica “la Ley incluye
normas para evitar un uso desviado de la acumulación de procesos: no se ad-
mitirá la acumulación cuando el proceso o procesos ulteriores puedan evitarse
mediante la excepción de litispendencia o si lo que se plantea en ellos pudo sus-
citarse mediante acumulación inicial de acciones, ampliación de la demanda
o a través de la reconvención”. Sin embargo, en la práctica quizás los tribu-
nales se muestren más generosos con la acumulación de procesos, si con
ella se evitan sentencias absolutorias de la instancia18, aunque es preciso ad-
vertir que los defectos que comúnmente se trataban de subsanar acu-
diendo a la acumulación de autos ahora reciben un tratamiento específico,
como sucede, por ejemplo, con la integración del litisconsorte preterido
(vid. art. 420 NLEC).
Las referidas prohibiciones no rigen para los procesos incoados para la
protección de los derechos e intereses colectivos o difusos que las leyes re-
conozcan a consumidores y usuarios, cuando la diversidad de esos pro-
cesos, ya sean promovidos por las asociaciones, entidades o grupos legiti-
mados o por consumidores o usuarios determinados, no se hubiera podido
evitar mediante la acumulación de acciones o la intervención prevista en
el art. 15 (art. 78.4). De este modo se introduce una nueva especialidad
en la tramitación de este tipo de procesos.
III. REQUISITOS DE LA ACUMULACIÓN DE PROCESOS
Para que proceda la acumulación no sólo basta que concurran los su-
puestos acabados de describir, sino que también es preciso que se cumplan
los siguientes requisitos:
1) Necesaria solicitud de parte
La regla general es que la acumulación de procesos sólo puede de-
cretarse a instancia de quienes sean parte en cualquiera de ellos (art.
18
ORELLS RAMOS, M., Derecho Procesal civil, ob, cit., p. 267, aduce que mediante la acu-
mulación de procesos puede conseguirse la finalidad práctica de la intervención principal, no
regulada en la NLEC. Así, si en un proceso el actor interpone una demanda reivindicatoria
frente al demandado sobre una determinada finca, y luego interviene un tercero afirmando que
la finca es de su propiedad, este tercero puede entablar contra el actor una acción declarativa
de dominio y contra el demandado una reivindicatoria, y luego pedir la acumulación de estos
procesos con el proceso que interpuso en primer lugar el actor contra el demandado.
477
 LA ACUMULACIÓN DE PROCESOS
75), es decir, la condición de parte es la que permite solicitar la acu-
mulación19.
Sin embargo, a diferencia de la normativa anterior, se introduce la
posibilidad de que la misma ley disponga otra cosa, es decir, se deja la
puerta abierta a la acumulación de procesos de oficio, si así lo con-
templa expresamente la ley. Sin duda esta salvedad viene motivada por
la regulación de los procesos para la protección de los derechos e in-
tereses colectivos o difusos de los consumidores y usuarios, cuya acu-
mulación puede decretarse “incluso” de oficio, como prescribe el art.
78.4.II, aunque la NLEC no prevé el procedimiento a seguir en este
caso20. Además, la acumulación de oficio exige que el tribunal conozca
la pendencia de otros procesos de este tipo, circunstancia que sólo
tendrá lugar cuando los varios procesos se tramiten ante un mismo
tribunal.
2)Homogeneidad de procedimientos
Como prescribe el art. 77.1 NLEC, sólo podrán acumularse los
procesos declarativos que se sustancien por los mismos trámites o
cuya tramitación pueda unificarse sin pérdida de derechos procesales.
Así pues, no se permite la acumulación de procesos especiales a juicios
ordinarios, ni tampoco de procesos especiales entre sí, salvo cuando
sean del mismo tipo. Esta prohibición es del todo lógica habida
cuenta que sus distintos trámites impedirían unificar su sustanciación.
Ahora bien, la segunda parte del enunciado puede interpretarse en
el sentido de que sí se admite la acumulación de un juicio verbal a un
proceso ordinario, pues ello no comportará la pérdida de derechos
procesales. En cambio, a la inversa sí se produciría dicha pérdida
porque el proceso ordinario ofrece más garantías que el verbal21.
19
ORELLS RAMOS, M., Derecho Procesal civil, ob. cit., p. 279, considera que este artículo
deja abierta la duda sobre si basta con tener la condición de parte o si es necesario haberse
personado en el proceso y que la personación haya sido admitida. En nuestra opinión la ley
sólo exige la condición de parte, nada más.
20
Así lo advierte acertadamente SERRA DOMÍNGUEZ, M., La Ley 1/2000, sobre
Enjuiciamiento Civil, Barcelona, 2000, p. 23.
21
A este respecto, DÍEZ-PICAZO GIMÉNEZ, I, Derecho procesal civil, ob. cit., p. 174,
afirma que la NLEC trata con ello de que la acumulación de procesos no se convierta en un
medio para privar a las partes de oportunidades de defensa que se dan en el ordinario y no
en el verbal, pero estima que hubiera bastado para ello permitir la acumulación y disponer
que la tramitación conjunta siguiera los trámites del juicio ordinario. En el mismo sentido
478
Maria Elisa Escolà i Besora
Ahora bien, como apunta algún autor22, es dudosa la posibilidad de
acumular el juicio verbal al ordinario en aquellos casos en que el le-
gislador ha optado por la tramitación del verbal debido a su mayor ce-
leridad, como sucede con la solicitud de alimentos, por citar un
ejemplo.
En relación con el juicio verbal, la NLEC parece que incurre en una
cierta contradicción, porque, de una parte permite su acumulación entre
sí, como se desprende del art. 80, y por otra limita la acumulación objetiva
de acciones en los juicios verbales a los supuestos previstos en el art. 438.3,
a saber, la acumulación de accionas basadas en unos mismos hechos, la
acumulación de la acción de resarcimiento de daños y perjuicios a otra
acción que sea prejudicial, o la de las acciones en reclamación de rentas o
cantidades análogas vencidas y no pagadas, que no excedan de 500.000
pesetas, en los juicios de desahucio de finca por falta de pago. Así pues,
podría ocurrir que un actor ostentase frente al demandado varias acciones
conexas, ya sea por prejudicialidad o bien porque su tramitación separada
pudiera abocar a pronunciamientos o fundamentos contradictorios. En
este caso, como no se le permite acumularlas en una misma demanda, las
podría formular por separado y luego solicitar la acumulación de los pro-
cesos. En este caso, estimamos que no podría operar la prohibición del art.
78.2 porque, a raíz de lo dispuesto en el art. 438.3, quedaría cumplida-
mente justificado que no pudo ejercitar conjuntamente las acciones al
iniciar el primer proceso. Ahora bien, también es preciso destacar que en
muchos de los supuestos en los que concurra la conexidad necesaria para
acumular los procesos el origen de la misma radicará en la comunidad de
hechos, en cuyo caso sí se permite la acumulación objetiva de acciones en
el juicio verbal.
Por último, es preciso determinar si pueden acumularse los procesos or-
dinarios con especialidades procedimentales, que han proliferado en la
se pronuncia ORELLS RAMOS, M., Derecho Procesal civil, ob. cit., p. 280, para quien la
acumulación entre sí de diferentes procesos declarativos, de un verbal y un ordinario, podría
decirse que siempre es admisible si ha de ser posteriormente seguido el juicio ordinario,
porque su tramitación establece mayores posibilidades procesales para las partes, pero que la
aplicación del requisito que establece la ley no ha de limitarse al supuesto apuntado, sino
que impone una determinación en concreto de las posibilidades procesales disponibles desde
el momento de la acumulación.
22
Vid. GASCÓN INCHAUSI, F., La acumulación de acciones y de procesos en el proceso civil,
ob. cit., p. 151.
479
 LA ACUMULACIÓN DE PROCESOS
75), es decir, la condición de parte es la que permite solicitar la acu-
mulación19.
Sin embargo, a diferencia de la normativa anterior, se introduce la
posibilidad de que la misma ley disponga otra cosa, es decir, se deja la
puerta abierta a la acumulación de procesos de oficio, si así lo con-
templa expresamente la ley. Sin duda esta salvedad viene motivada por
la regulación de los procesos para la protección de los derechos e in-
tereses colectivos o difusos de los consumidores y usuarios, cuya acu-
mulación puede decretarse “incluso” de oficio, como prescribe el art.
78.4.II, aunque la NLEC no prevé el procedimiento a seguir en este
caso20. Además, la acumulación de oficio exige que el tribunal conozca
la pendencia de otros procesos de este tipo, circunstancia que sólo
tendrá lugar cuando los varios procesos se tramiten ante un mismo
tribunal.
2)Homogeneidad de procedimientos
Como prescribe el art. 77.1 NLEC, sólo podrán acumularse los
procesos declarativos que se sustancien por los mismos trámites o
cuya tramitación pueda unificarse sin pérdida de derechos procesales.
Así pues, no se permite la acumulación de procesos especiales a juicios
ordinarios, ni tampoco de procesos especiales entre sí, salvo cuando
sean del mismo tipo. Esta prohibición es del todo lógica habida
cuenta que sus distintos trámites impedirían unificar su sustanciación.
Ahora bien, la segunda parte del enunciado puede interpretarse en
el sentido de que sí se admite la acumulación de un juicio verbal a un
proceso ordinario, pues ello no comportará la pérdida de derechos
procesales. En cambio, a la inversa sí se produciría dicha pérdida
porque el proceso ordinario ofrece más garantías que el verbal21.
19
ORELLS RAMOS, M., Derecho Procesal civil, ob. cit., p. 279, considera que este artículo
deja abierta la duda sobre si basta con tener la condición de parte o si es necesario haberse
personado en el proceso y que la personación haya sido admitida. En nuestra opinión la ley
sólo exige la condición de parte, nada más.
20
Así lo advierte acertadamente SERRA DOMÍNGUEZ, M., La Ley 1/2000, sobre
Enjuiciamiento Civil, Barcelona, 2000, p. 23.
21
A este respecto, DÍEZ-PICAZO GIMÉNEZ, I, Derecho procesal civil, ob. cit., p. 174,
afirma que la NLEC trata con ello de que la acumulación de procesos no se convierta en un
medio para privar a las partes de oportunidades de defensa que se dan en el ordinario y no
en el verbal, pero estima que hubiera bastado para ello permitir la acumulación y disponer
que la tramitación conjunta siguiera los trámites del juicio ordinario. En el mismo sentido
478
Maria Elisa Escolà i Besora
Ahora bien, como apunta algún autor22, es dudosa la posibilidad de
acumular el juicio verbal al ordinario en aquellos casos en que el le-
gislador ha optado por la tramitación del verbal debido a su mayor ce-
leridad, como sucede con la solicitud de alimentos, por citar un
ejemplo.
En relación con el juicio verbal, la NLEC parece que incurre en una
cierta contradicción, porque, de una parte permite su acumulación entre
sí, como se desprende del art. 80, y por otra limita la acumulación objetiva
de acciones en los juicios verbales a los supuestos previstos en el art. 438.3,
a saber, la acumulación de accionas basadas en unos mismos hechos, la
acumulación de la acción de resarcimiento de daños y perjuicios a otra
acción que sea prejudicial, o la de las acciones en reclamación de rentas o
cantidades análogas vencidas y no pagadas, que no excedan de 500.000
pesetas, en los juicios de desahucio de finca por falta de pago. Así pues,
podría ocurrir que un actor ostentase frente al demandado varias acciones
conexas, ya sea por prejudicialidad o bien porque su tramitación separada
pudiera abocar a pronunciamientos o fundamentos contradictorios. En
este caso, como no se le permite acumularlas en una misma demanda, las
podría formular por separado y luego solicitar la acumulación de los pro-
cesos. En este caso, estimamos que no podría operar la prohibición del art.
78.2 porque, a raíz de lo dispuesto en el art. 438.3, quedaría cumplida-
mente justificado que no pudo ejercitar conjuntamente las acciones al
iniciar el primer proceso. Ahora bien, también es preciso destacar que en
muchos de los supuestos en los que concurra la conexidad necesaria para
acumular los procesos el origen de la misma radicará en la comunidad de
hechos, en cuyo caso sí se permite la acumulación objetiva de acciones en
el juicio verbal.
Por último, es preciso determinar si pueden acumularse los procesos or-
dinarios con especialidades procedimentales, que han proliferado en la
se pronuncia ORELLS RAMOS, M., Derecho Procesal civil, ob. cit., p. 280, para quien la
acumulación entre sí de diferentes procesos declarativos, de un verbal y un ordinario, podría
decirse que siempre es admisible si ha de ser posteriormente seguido el juicio ordinario,
porque su tramitación establece mayores posibilidades procesales para las partes, pero que la
aplicación del requisito que establece la ley no ha de limitarse al supuesto apuntado, sino
que impone una determinación en concreto de las posibilidades procesales disponibles desde
el momento de la acumulación.
22
Vid. GASCÓN INCHAUSI, F., La acumulación de acciones y de procesos en el proceso civil,
ob. cit., p. 151.
479
 LA ACUMULACIÓN DE PROCESOS
NLEC a resultas de la intención del legislador por reducir al máximo los
procesos especiales. En principio, debería admitirse su acumulación a
otros procesos del mismo tipo, pero no a otros procesos ordinarios o ver-
bales distintos ya que, aunque se tramitan por el cauce procedimental del
juicio ordinario o del verbal, se caracterizan por tener algún trámite dis-
tinto, y el art. 77.1 exige que se sustancien por “unos mismos trámites”.
Ahora bien, teniendo en cuenta la finalidad que se persigue con la acumu-
lación de procesos, esto es, evitar resoluciones contradictorias, estimamos que
esta exigencia de homogeneidad debería flexibilizarse si con ello se consigue
evitar la inseguridad jurídica y la vulneración de la tutela efectiva que con-
llevan los pronunciamientos judiciales contradictorios23. Por este motivo,
como el art. 77.1 también permite la acumulación de procesos cuya trami-
tación pueda unificarse sin pérdida de derechos procesales, entendemos que
debe estarse a este segundo requisito y permitir la acumulación de procesos
ordinarios con especialidades procedimentales a otros juicios ordinarios
cuando no suponga pérdida de derechos procesales, debiendo respetarse en
todo caso la especialidad procedimental establecida ratione materiae24.
3) Competencia objetiva y territorial del tribunal
No podrán acumularse los procesos si el tribunal del proceso más
antiguo, que es el que debe conocer de los procesos acumulados,
carece de competencia objetiva por razón de la materia o por razón de
la cuantía para conocer del proceso o procesos que se quieran acu-
mular (art. 77.2 NLEC). En la práctica será difícil que esta prohi-
bición genere problemas, dada la competencia general de los Juzgados
de Primera Instancia.
Sí puede originar dificultades la especialización de algunos Juzgados de
Primera Instancia prevista en el art. 46 NLEC. Conforme indica el citado
23
De forma parecida se expresa, aunque en relación con la acumulación de acciones, FONS
RODRÍGUEZ, C., La acumulación de acciones en el Anteproyecto de LEC, en “Presente y
futuro del proceso civil”, JMBosch, 1998, p. 270, advirtiendo que en la práctica del foro se
ha permitido, cuando las acciones guardan relación entre sí, y no se vulneran o merman las
garantías de las partes, su acumulación pese a su heterogeneidad procedimental, favore-
ciéndose el derecho a la tutela judicial efectiva y la economía procesal.
24
En el mismo sentido de pronuncia GASCÓN INCHAUSI, F., La acumulación de acciones
y de procesos en el proceso civil, ob. cit., p. 152, quien pone el ejemplo de la posible acumu-
lación de un proceso en que A reclama a B el pago de una deuda y otro en que B solicita su
anulación por usuraria, aunque en este segundo caso se prevén especialidades procesales que
sólo afectan a la valoración de la prueba, puesto que no alteran el curso del procedimiento.
480
Maria Elisa Escolà i Besora
precepto, los Juzgados de Primera Instancia a los que se les haya atribuido
el conocimiento específico de determinados asuntos, extenderán su com-
petencia exclusivamente a los procesos en que se ventilen aquéllos, de-
biendo inhibirse a favor de los demás tribunales competentes cuando el
proceso verse sobre materias diferentes. Así pues, únicamente podrán acu-
mularse a un proceso del que conozca algún Juzgado especializado
aquellos pleitos que versen sobre los asuntos cuyo conocimiento les ha sido
atribuido. Ahora bien, como esta especialización no se implanta en todas
las circunscripciones, en principio nada impediría que un proceso tra-
mitado ante un Juzgado especializado se acumule a otro más antiguo del
que conozca un Juzgado no especializado situado fuera de la circuns-
cripción del primero. Ahora bien, en la mayoría de ocasiones surgirá un
segundo escollo para la acumulación de procesos: la especialidad en la tra-
mitación en razón del objeto del proceso, ya que la especialización del
Juzgado suele encontrar su razón de ser en la especialidad de la materia.
Por consiguiente, en estos casos sólo procederá la acumulación si los pro-
cesos se sustancian por los mismos trámites o su tramitación puede uni-
ficarse sin pérdida de derechos procesales, como establece el art. 77.1
NLEC.
En segundo lugar, tampoco podrán acumularse cuando la competencia
territorial del tribunal que conozca del proceso más moderno sea indero-
gable o imperativa para las partes (art. 77.3 NLEC). Esta norma pretende
evitar que las partes utilicen el instrumento de la acumulación de procesos
para burlar las reglas de competencia territorial imperativa. Sin embargo,
aunque la ley no lo diga expresamente, en buena lógica debe entenderse
que la imperatividad de la competencia territorial no supone un obstáculo
para la acumulación de procesos si la misma no conlleva un cambio de
competencia territorial25.
4) Procesos en primera instancia
Según dispone el art. 77.4 NLEC, sólo pueden acumularse los pro-
cesos que se encuentran en primera instancia y cuando aún no haya
finalizado el juicio. Por lo tanto, no se admite la acumulación de pro-
cesos que se encuentren en segunda instancia o en trámite de recurso
25
Como afirma SERRA DOMÍNGUEZ, M., La Ley 1/2000, sobre Enjuiciamiento Civil, ob.
cit., p. 22, la NLEC no tiene en cuenta que dicha prohibición únicamente debería operar
cuando la acumulación se tradujera en un cambio de competencia territorial.
481
 LA ACUMULACIÓN DE PROCESOS
NLEC a resultas de la intención del legislador por reducir al máximo los
procesos especiales. En principio, debería admitirse su acumulación a
otros procesos del mismo tipo, pero no a otros procesos ordinarios o ver-
bales distintos ya que, aunque se tramitan por el cauce procedimental del
juicio ordinario o del verbal, se caracterizan por tener algún trámite dis-
tinto, y el art. 77.1 exige que se sustancien por “unos mismos trámites”.
Ahora bien, teniendo en cuenta la finalidad que se persigue con la acumu-
lación de procesos, esto es, evitar resoluciones contradictorias, estimamos que
esta exigencia de homogeneidad debería flexibilizarse si con ello se consigue
evitar la inseguridad jurídica y la vulneración de la tutela efectiva que con-
llevan los pronunciamientos judiciales contradictorios23. Por este motivo,
como el art. 77.1 también permite la acumulación de procesos cuya trami-
tación pueda unificarse sin pérdida de derechos procesales, entendemos que
debe estarse a este segundo requisito y permitir la acumulación de procesos
ordinarios con especialidades procedimentales a otros juicios ordinarios
cuando no suponga pérdida de derechos procesales, debiendo respetarse en
todo caso la especialidad procedimental establecida ratione materiae24.
3) Competencia objetiva y territorial del tribunal
No podrán acumularse los procesos si el tribunal del proceso más
antiguo, que es el que debe conocer de los procesos acumulados,
carece de competencia objetiva por razón de la materia o por razón de
la cuantía para conocer del proceso o procesos que se quieran acu-
mular (art. 77.2 NLEC). En la práctica será difícil que esta prohi-
bición genere problemas, dada la competencia general de los Juzgados
de Primera Instancia.
Sí puede originar dificultades la especialización de algunos Juzgados de
Primera Instancia prevista en el art. 46 NLEC. Conforme indica el citado
23
De forma parecida se expresa, aunque en relación con la acumulación de acciones, FONS
RODRÍGUEZ, C., La acumulación de acciones en el Anteproyecto de LEC, en “Presente y
futuro del proceso civil”, JMBosch, 1998, p. 270, advirtiendo que en la práctica del foro se
ha permitido, cuando las acciones guardan relación entre sí, y no se vulneran o merman las
garantías de las partes, su acumulación pese a su heterogeneidad procedimental, favore-
ciéndose el derecho a la tutela judicial efectiva y la economía procesal.
24
En el mismo sentido de pronuncia GASCÓN INCHAUSI, F., La acumulación de acciones
y de procesos en el proceso civil, ob. cit., p. 152, quien pone el ejemplo de la posible acumu-
lación de un proceso en que A reclama a B el pago de una deuda y otro en que B solicita su
anulación por usuraria, aunque en este segundo caso se prevén especialidades procesales que
sólo afectan a la valoración de la prueba, puesto que no alteran el curso del procedimiento.
480
Maria Elisa Escolà i Besora
precepto, los Juzgados de Primera Instancia a los que se les haya atribuido
el conocimiento específico de determinados asuntos, extenderán su com-
petencia exclusivamente a los procesos en que se ventilen aquéllos, de-
biendo inhibirse a favor de los demás tribunales competentes cuando el
proceso verse sobre materias diferentes. Así pues, únicamente podrán acu-
mularse a un proceso del que conozca algún Juzgado especializado
aquellos pleitos que versen sobre los asuntos cuyo conocimiento les ha sido
atribuido. Ahora bien, como esta especialización no se implanta en todas
las circunscripciones, en principio nada impediría que un proceso tra-
mitado ante un Juzgado especializado se acumule a otro más antiguo del
que conozca un Juzgado no especializado situado fuera de la circuns-
cripción del primero. Ahora bien, en la mayoría de ocasiones surgirá un
segundo escollo para la acumulación de procesos: la especialidad en la tra-
mitación en razón del objeto del proceso, ya que la especialización del
Juzgado suele encontrar su razón de ser en la especialidad de la materia.
Por consiguiente, en estos casos sólo procederá la acumulación si los pro-
cesos se sustancian por los mismos trámites o su tramitación puede uni-
ficarse sin pérdida de derechos procesales, como establece el art. 77.1
NLEC.
En segundo lugar, tampoco podrán acumularse cuando la competencia
territorial del tribunal que conozca del proceso más moderno sea indero-
gable o imperativa para las partes (art. 77.3 NLEC). Esta norma pretende
evitar que las partes utilicen el instrumento de la acumulación de procesos
para burlar las reglas de competencia territorial imperativa. Sin embargo,
aunque la ley no lo diga expresamente, en buena lógica debe entenderse
que la imperatividad de la competencia territorial no supone un obstáculo
para la acumulación de procesos si la misma no conlleva un cambio de
competencia territorial25.
4) Procesos en primera instancia
Según dispone el art. 77.4 NLEC, sólo pueden acumularse los pro-
cesos que se encuentran en primera instancia y cuando aún no haya
finalizado el juicio. Por lo tanto, no se admite la acumulación de pro-
cesos que se encuentren en segunda instancia o en trámite de recurso
25
Como afirma SERRA DOMÍNGUEZ, M., La Ley 1/2000, sobre Enjuiciamiento Civil, ob.
cit., p. 22, la NLEC no tiene en cuenta que dicha prohibición únicamente debería operar
cuando la acumulación se tradujera en un cambio de competencia territorial.
481
 LA ACUMULACIÓN DE PROCESOS
extraordinario por infracción procesal o de casación26, a diferencia de
lo previsto en la normativa anterior, pues el art. 165 LEC prohibía la
acumulación de procesos que estuviesen en diferentes instancias, pero
no la de procesos que se hallaban en apelación o en casación. En
nuestra opinión, si en estos casos concurriesen las causas del art. 76
NLEC, sería preferible permitir la acumulación que exponerse al
riesgo de que se dicten pronunciamientos judiciales contradictorios,
aunque lo conveniente es que se acumulen durante la primera ins-
tancia.
Asimismo, tampoco se admite la acumulación si en alguno de los
procesos ya ha finalizado el juicio, es decir, se han practicado las
pruebas y formulado las conclusiones, o bien se ha terminado la vista
en el supuesto de que se acumulen juicios verbales, a pesar de que no
lo diga expresamente la ley.
IV. PROCEDIMIENO PARA LA ACUMULACIÓN DE PROCESOS
La acumulación debe solicitarse al tribunal que conozca del proceso
más antiguo, conforme dispone el art. 79 NLEC, al que deberán acu-
mularse los más modernos (principio de prevención o de prioridad). De
no hacerse así, el tribunal no admitirá la acumulación, siendo esta reso-
lución irrecurrible, aunque nada impide reiterar la petición de acumu-
lación ante el tribunal del proceso más antiguo. En el caso de que los
procesos se tramiten ante el mismo tribunal, esta regla debe interpretarse
en el sentido de que la acumulación debe solicitarse en el proceso más
antiguo.
El criterio para determinar el tribunal más antiguo es la fecha de pre-
sentación de la demanda, y si las demandas se hubieran presentado el
mismo día, se considerará más antiguo el proceso cuya demanda se haya
repartido primero. Si no es posible determinar cuál se ha repartido
26
DÍEZ-PICAZO GIMÉNEZ, I, Derecho procesal civil, ob. cit., p. 175, opina que esta li-
mitación es lógica, porque permitir la acumulación de procesos que se encontrasen en dife-
rentes instancias o ambos en segunda instancia sería contraproducente, ya que al menos en
uno de ellos el tribunal habría dictado sentencia sin poder tener en cuenta elementos del tri-
bunal de apelación apreciaría al acumularse los procesos. Y finaliza indicando que si se per-
mitiera la acumulación con el juicio concluso produciría el mismo resultado u obligaría o
bien demorar la sentencia, perdiéndose el sentido de la concentración y la inmediación, o
bien a repetir el juicio, lo que resultaría demasiado gravoso.
482
Maria Elisa Escolà i Besora
primero, entonces la acumulación puede solicitarse en cualquiera de los
procesos que se pretendan acumular.
A) Acumulación de procesos pendientes ante un mismo tribunal
Si los procesos que se pretenden acumular son conocidos por el mismo
tribunal, la acumulación se solicitará por escrito en el proceso más an-
tiguo, indicando los procesos afectados, su estado procesal y las razones
que justifiquen su acumulación (81.I). Se establece una especialidad en
caso de acumulación de juicios verbales, pues su solicitud puede efec-
tuarse antes del acto de la vista o en la misma vista, en forma oral, y las
demás partes asistentes al acto podrán formular oralmente alegaciones al
respecto, resolviéndose la acumulación en la misma vista (art. 80.1). Así
pues, en este caso no se da traslado a las partes que sólo estén personadas
en el proceso más moderno27.
Una novedad muy importante con respecto a la regulación anterior, es
que la solicitud de acumulación no suspende la tramitación de los pro-
cesos28, aunque el tribunal no puede dictar sentencia hasta que no se
decida sobre la acumulación. Con ello el legislador desea impedir que la
acumulación de procesos devenga una excusa para poder suspender y di-
latar los procesos.
El tribunal examinará la solicitud de acumulación, y si no contiene los
datos exigidos por el art. 81, o bien la acumulación resulta improcedente
por razón de la clase y tipo de procesos, de su estado procesal y de los
demás requisitos procesales establecidos en la ley, entonces desestimará la
solicitud mediante auto (art. 82). A nuestro entender este examen previo
también debe englobar un análisis prima facie de la concurrencia de las
causas de acumulación del art. 76 y de las prohibiciones del art. 78, ya que
la acumulación de procesos es una institución procesal, y todas sus normas
deben considerarse de naturaleza procesal29. Otra cosa distinta es que el tri-
27
Al respecto, GASCÓN INCHAUSI, F., La acumulación de acciones y de procesos en el
proceso civil, ob. cit., p. 188, señala que, en este supuesto, hubiera sido más respetuoso con
los derechos de audiencia y contradicción ordenar la suspensión de la vista, y convocar a
todos los afectados a una nueva vista en breve plazo, que tuviera por objeto el examen y de-
cisión sobre la procedencia de la acumulación de los procesos.
28
Recordemos que el art. 184 LEC dispone: “Desde que se pida la acumulación, quedará en
suspenso la sustanciación de los pleitos a que se refiere”.
29
En contra, GASCÓN INCHAUSI, F., La acumulación de acciones y de procesos en el proceso
civil, ob. cit., p. 174, opina que el juez no puede rechazar a limine la solicitud cuando aprecie
483
 LA ACUMULACIÓN DE PROCESOS
extraordinario por infracción procesal o de casación26, a diferencia de
lo previsto en la normativa anterior, pues el art. 165 LEC prohibía la
acumulación de procesos que estuviesen en diferentes instancias, pero
no la de procesos que se hallaban en apelación o en casación. En
nuestra opinión, si en estos casos concurriesen las causas del art. 76
NLEC, sería preferible permitir la acumulación que exponerse al
riesgo de que se dicten pronunciamientos judiciales contradictorios,
aunque lo conveniente es que se acumulen durante la primera ins-
tancia.
Asimismo, tampoco se admite la acumulación si en alguno de los
procesos ya ha finalizado el juicio, es decir, se han practicado las
pruebas y formulado las conclusiones, o bien se ha terminado la vista
en el supuesto de que se acumulen juicios verbales, a pesar de que no
lo diga expresamente la ley.
IV. PROCEDIMIENO PARA LA ACUMULACIÓN DE PROCESOS
La acumulación debe solicitarse al tribunal que conozca del proceso
más antiguo, conforme dispone el art. 79 NLEC, al que deberán acu-
mularse los más modernos (principio de prevención o de prioridad). De
no hacerse así, el tribunal no admitirá la acumulación, siendo esta reso-
lución irrecurrible, aunque nada impide reiterar la petición de acumu-
lación ante el tribunal del proceso más antiguo. En el caso de que los
procesos se tramiten ante el mismo tribunal, esta regla debe interpretarse
en el sentido de que la acumulación debe solicitarse en el proceso más
antiguo.
El criterio para determinar el tribunal más antiguo es la fecha de pre-
sentación de la demanda, y si las demandas se hubieran presentado el
mismo día, se considerará más antiguo el proceso cuya demanda se haya
repartido primero. Si no es posible determinar cuál se ha repartido
26
DÍEZ-PICAZO GIMÉNEZ, I, Derecho procesal civil, ob. cit., p. 175, opina que esta li-
mitación es lógica, porque permitir la acumulación de procesos que se encontrasen en dife-
rentes instancias o ambos en segunda instancia sería contraproducente, ya que al menos en
uno de ellos el tribunal habría dictado sentencia sin poder tener en cuenta elementos del tri-
bunal de apelación apreciaría al acumularse los procesos. Y finaliza indicando que si se per-
mitiera la acumulación con el juicio concluso produciría el mismo resultado u obligaría o
bien demorar la sentencia, perdiéndose el sentido de la concentración y la inmediación, o
bien a repetir el juicio, lo que resultaría demasiado gravoso.
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Maria Elisa Escolà i Besora
primero, entonces la acumulación puede solicitarse en cualquiera de los
procesos que se pretendan acumular.
A) Acumulación de procesos pendientes ante un mismo tribunal
Si los procesos que se pretenden acumular son conocidos por el mismo
tribunal, la acumulación se solicitará por escrito en el proceso más an-
tiguo, indicando los procesos afectados, su estado procesal y las razones
que justifiquen su acumulación (81.I). Se establece una especialidad en
caso de acumulación de juicios verbales, pues su solicitud puede efec-
tuarse antes del acto de la vista o en la misma vista, en forma oral, y las
demás partes asistentes al acto podrán formular oralmente alegaciones al
respecto, resolviéndose la acumulación en la misma vista (art. 80.1). Así
pues, en este caso no se da traslado a las partes que sólo estén personadas
en el proceso más moderno27.
Una novedad muy importante con respecto a la regulación anterior, es
que la solicitud de acumulación no suspende la tramitación de los pro-
cesos28, aunque el tribunal no puede dictar sentencia hasta que no se
decida sobre la acumulación. Con ello el legislador desea impedir que la
acumulación de procesos devenga una excusa para poder suspender y di-
latar los procesos.
El tribunal examinará la solicitud de acumulación, y si no contiene los
datos exigidos por el art. 81, o bien la acumulación resulta improcedente
por razón de la clase y tipo de procesos, de su estado procesal y de los
demás requisitos procesales establecidos en la ley, entonces desestimará la
solicitud mediante auto (art. 82). A nuestro entender este examen previo
también debe englobar un análisis prima facie de la concurrencia de las
causas de acumulación del art. 76 y de las prohibiciones del art. 78, ya que
la acumulación de procesos es una institución procesal, y todas sus normas
deben considerarse de naturaleza procesal29. Otra cosa distinta es que el tri-
27
Al respecto, GASCÓN INCHAUSI, F., La acumulación de acciones y de procesos en el
proceso civil, ob. cit., p. 188, señala que, en este supuesto, hubiera sido más respetuoso con
los derechos de audiencia y contradicción ordenar la suspensión de la vista, y convocar a
todos los afectados a una nueva vista en breve plazo, que tuviera por objeto el examen y de-
cisión sobre la procedencia de la acumulación de los procesos.
28
Recordemos que el art. 184 LEC dispone: “Desde que se pida la acumulación, quedará en
suspenso la sustanciación de los pleitos a que se refiere”.
29
En contra, GASCÓN INCHAUSI, F., La acumulación de acciones y de procesos en el proceso
civil, ob. cit., p. 174, opina que el juez no puede rechazar a limine la solicitud cuando aprecie
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 LA ACUMULACIÓN DE PROCESOS
bunal carezca de los suficientes elementos de juicio en ese momento inicial
y decida dar traslado a las demás partes para obtener un conocimiento
más completo a la vista de sus posibles alegaciones.
La ley no señala si el auto rechazando la solicitud de acumulación a
limine será recurrible o no. Ante esta laguna, debemos aplicar analógica-
mente lo previsto con respecto al auto en que se resuelve la solicitud de
acumulación tras la fase de alegaciones de las demás partes, por consi-
guiente, contra aquél auto cabrá únicamente el recurso de reposición (vid.
art. 83.2.II).
Si la solicitud cumple los requisitos exigidos, el tribunal dará traslado de
la misma a las demás partes personadas y a todos los que sean parte en cual-
quiera de los procesos cuya acumulación se pide, aunque no lo sean en aquél
en el que se ha solicitado. Así pues, se da traslado a todos los posibles inte-
resados, quienes podrán presentar alegaciones en el plazo común de diez días
(art. 83.1). ranscurrido este plazo, se hayan presentado o no alegaciones, el
tribunal resolverá sobre la acumulación en un plazo de cinco días. Aunque
se trata de un plazo impropio30, el tribunal debe ser consciente de que,
mientras no resuelva sobre la acumulación, los procesos seguirán su curso, y
puede que la misma sólo sirva para dictar una única sentencia.
Si todas las partes están de acuerdo con la acumulación, el tribunal debe
decretarla forzosamente, ya que el art. 83.2 indica que el tribunal “la
otorgará sin más trámites”. En defecto de acuerdo entre las partes, o
cuando ninguna haya formulado alegaciones, el tribunal decidirá si otorga
o no la acumulación, resolución que adoptará la forma de auto, contra el
que sólo cabrá reposición (art. 83.2.II). Por lo tanto, está vedado el re-
curso de apelación31.
la no concurrencia de una causa “material” de acumulación, porque los enunciados del art.
76 y las prohibiciones del art. 78 no pueden considerarse de naturaleza “procesal”, y afirma
que la improcedencia de la acumulación por no concurrir alguno de los supuestos del art.
76, o por concurrir alguna de las prohibiciones del art. 78, sólo puede decretarse una vez
tramitado el incidente.
30
A diferencia de los plazos señalados para las partes, cuyo incumplimiento conlleva la pre-
clusión y la pérdida de oportunidad (art. 136 NLEC), el incumplimiento de los señalados
para la oficina judicial sólo provocan, como máximo, una corrección disciplinaria, a no ser
que medie justa causa, y ya sabemos que la saturación de los Juzgados, saturación que se in-
crementará con la entrada en vigor de la NLEC, se considera normalmente una causa justa
(vid. art. 132).
31
GASCÓN INCHAUSI, F., La acumulación de acciones y de procesos en el proceso civil, ob.
cit., pp. 189 y ss., se cuestiona si en este caso puede aplicarse lo dispuesto en el art. 454, con-
forme al cual, salvo los casos en que proceda recurso de queja, contra el auto que resuelva
recurso de reposición no cabrá recurso alguno, sin perjuicio de reproducir la cuestión objeto
484
Maria Elisa Escolà i Besora
Si el tribunal otorga la acumulación, entonces ordenará que los procesos
más modernos se unan a los más antiguos, para que continúen sustan-
ciándose en el mismo procedimiento o por los mismos trámites y se de-
cidan en una sola sentencia (art.84.1). Para conseguir esta tramitación
conjunta, se ordenará la suspensión del proceso más avanzado, hasta que
los otros se hallen en el mismo o similar estado (art. 84.2).
En cambio, si el tribunal deniega la acumulación, los procesos se trami-
tarán de forma separada, y se condenará a la parte que la haya solicitado
al pago de las costas del incidente (art. 85). Es decir, aquí en materia de
costas rige el principio de vencimiento objetivo sin ningún tipo de ate-
nuación, lo cual puede resultar injusto cuando el solicitante de la acumu-
lación ha procedido de buena fe.
B) Acumulación de procesos pendientes ante distintos tribunales
Se aplican las normas referidas en el apartado anterior, pero con las es-
pecialidades establecidas en los arts. 86 y ss., pues la intervención, como
mínimo, de dos órganos jurisdiccionales incrementa la complejidad.
La solicitud, que, recordemos, debe hacerse siempre al tribunal que co-
nozca del proceso más antiguo (art. 79), se hará por escrito y con el mismo
contenido que el reseñado en el art. 81, pero añadiendo, además, el tri-
bunal ante el que se tramiten los otros procesos que se pretenden acumular
(art. 87). Al igual que en el supuesto anterior, la petición de acumulación
no suspenderá el curso de dichos procesos, pero sí el plazo para dictar sen-
tencia (art. 88.1). Asimismo, en caso de acumulación de juicios verbales,
la solicitud puede efectuarse antes del acto de la vista o en la misma vista,
en forma oral, y las demás partes asistentes al acto podrán formular oral-
mente alegaciones al respecto, resolviéndose la acumulación en la misma
vista (art. 80.2).
El art. 88.2 indica que, tan pronto como se solicite la acumulación, el
tribunal lo comunicará de inmediato y por el medio más rápido (por
ejemplo el fax, que permite constancia escrita), al otro tribunal afectado,
para que se abstenga de dictar sentencia hasta que no se decida definitiva-
de la reposición al recurrir, si fuese procedente la resolución definitiva. En nuestra opinión
ello no sería posible, ya que el art.454 es una norma general que declina frente a una norma
especial como lo es el art. 83.2.II, que permite sólo el recurso de reposición. No obstante, el
citado autor admite la posibilidad de reproducirlo en apelación en el caso de que la acumu-
lación se haya acordado infringiendo requisitos procesales, como la exigencia de homoge-
neidad procedimental.
485
 LA ACUMULACIÓN DE PROCESOS
bunal carezca de los suficientes elementos de juicio en ese momento inicial
y decida dar traslado a las demás partes para obtener un conocimiento
más completo a la vista de sus posibles alegaciones.
La ley no señala si el auto rechazando la solicitud de acumulación a
limine será recurrible o no. Ante esta laguna, debemos aplicar analógica-
mente lo previsto con respecto al auto en que se resuelve la solicitud de
acumulación tras la fase de alegaciones de las demás partes, por consi-
guiente, contra aquél auto cabrá únicamente el recurso de reposición (vid.
art. 83.2.II).
Si la solicitud cumple los requisitos exigidos, el tribunal dará traslado de
la misma a las demás partes personadas y a todos los que sean parte en cual-
quiera de los procesos cuya acumulación se pide, aunque no lo sean en aquél
en el que se ha solicitado. Así pues, se da traslado a todos los posibles inte-
resados, quienes podrán presentar alegaciones en el plazo común de diez días
(art. 83.1). ranscurrido este plazo, se hayan presentado o no alegaciones, el
tribunal resolverá sobre la acumulación en un plazo de cinco días. Aunque
se trata de un plazo impropio30, el tribunal debe ser consciente de que,
mientras no resuelva sobre la acumulación, los procesos seguirán su curso, y
puede que la misma sólo sirva para dictar una única sentencia.
Si todas las partes están de acuerdo con la acumulación, el tribunal debe
decretarla forzosamente, ya que el art. 83.2 indica que el tribunal “la
otorgará sin más trámites”. En defecto de acuerdo entre las partes, o
cuando ninguna haya formulado alegaciones, el tribunal decidirá si otorga
o no la acumulación, resolución que adoptará la forma de auto, contra el
que sólo cabrá reposición (art. 83.2.II). Por lo tanto, está vedado el re-
curso de apelación31.
la no concurrencia de una causa “material” de acumulación, porque los enunciados del art.
76 y las prohibiciones del art. 78 no pueden considerarse de naturaleza “procesal”, y afirma
que la improcedencia de la acumulación por no concurrir alguno de los supuestos del art.
76, o por concurrir alguna de las prohibiciones del art. 78, sólo puede decretarse una vez
tramitado el incidente.
30
A diferencia de los plazos señalados para las partes, cuyo incumplimiento conlleva la pre-
clusión y la pérdida de oportunidad (art. 136 NLEC), el incumplimiento de los señalados
para la oficina judicial sólo provocan, como máximo, una corrección disciplinaria, a no ser
que medie justa causa, y ya sabemos que la saturación de los Juzgados, saturación que se in-
crementará con la entrada en vigor de la NLEC, se considera normalmente una causa justa
(vid. art. 132).
31
GASCÓN INCHAUSI, F., La acumulación de acciones y de procesos en el proceso civil, ob.
cit., pp. 189 y ss., se cuestiona si en este caso puede aplicarse lo dispuesto en el art. 454, con-
forme al cual, salvo los casos en que proceda recurso de queja, contra el auto que resuelva
recurso de reposición no cabrá recurso alguno, sin perjuicio de reproducir la cuestión objeto
484
Maria Elisa Escolà i Besora
Si el tribunal otorga la acumulación, entonces ordenará que los procesos
más modernos se unan a los más antiguos, para que continúen sustan-
ciándose en el mismo procedimiento o por los mismos trámites y se de-
cidan en una sola sentencia (art.84.1). Para conseguir esta tramitación
conjunta, se ordenará la suspensión del proceso más avanzado, hasta que
los otros se hallen en el mismo o similar estado (art. 84.2).
En cambio, si el tribunal deniega la acumulación, los procesos se trami-
tarán de forma separada, y se condenará a la parte que la haya solicitado
al pago de las costas del incidente (art. 85). Es decir, aquí en materia de
costas rige el principio de vencimiento objetivo sin ningún tipo de ate-
nuación, lo cual puede resultar injusto cuando el solicitante de la acumu-
lación ha procedido de buena fe.
B) Acumulación de procesos pendientes ante distintos tribunales
Se aplican las normas referidas en el apartado anterior, pero con las es-
pecialidades establecidas en los arts. 86 y ss., pues la intervención, como
mínimo, de dos órganos jurisdiccionales incrementa la complejidad.
La solicitud, que, recordemos, debe hacerse siempre al tribunal que co-
nozca del proceso más antiguo (art. 79), se hará por escrito y con el mismo
contenido que el reseñado en el art. 81, pero añadiendo, además, el tri-
bunal ante el que se tramiten los otros procesos que se pretenden acumular
(art. 87). Al igual que en el supuesto anterior, la petición de acumulación
no suspenderá el curso de dichos procesos, pero sí el plazo para dictar sen-
tencia (art. 88.1). Asimismo, en caso de acumulación de juicios verbales,
la solicitud puede efectuarse antes del acto de la vista o en la misma vista,
en forma oral, y las demás partes asistentes al acto podrán formular oral-
mente alegaciones al respecto, resolviéndose la acumulación en la misma
vista (art. 80.2).
El art. 88.2 indica que, tan pronto como se solicite la acumulación, el
tribunal lo comunicará de inmediato y por el medio más rápido (por
ejemplo el fax, que permite constancia escrita), al otro tribunal afectado,
para que se abstenga de dictar sentencia hasta que no se decida definitiva-
de la reposición al recurrir, si fuese procedente la resolución definitiva. En nuestra opinión
ello no sería posible, ya que el art.454 es una norma general que declina frente a una norma
especial como lo es el art. 83.2.II, que permite sólo el recurso de reposición. No obstante, el
citado autor admite la posibilidad de reproducirlo en apelación en el caso de que la acumu-
lación se haya acordado infringiendo requisitos procesales, como la exigencia de homoge-
neidad procedimental.
485
 LA ACUMULACIÓN DE PROCESOS
mente sobre la acumulación (art. 88.2). Esta norma debe aplaudirse,
porque con la anterior regulación, a veces el tribunal requerido ya había
dictado sentencia cuando tenía noticia de la solicitud de acumulación.
Sin embargo, y a pesar de que no se indique así expresamente, enten-
demos que antes de comunicarlo, el tribunal debe examinar si concurren
los requisitos de fondo y de forma para proceder a la acumulación; si no
concurren, deberá desestimar la solicitud y ya no será necesaria dicha co-
municación.
De la petición de acumulación se dará traslado a las demás partes per-
sonadas en el proceso más antiguo, para que en el plazo común de diez
días presenten alegaciones al respecto, y en el plazo de cinco días el tri-
bunal resolverá. Aquí la ley no señala si, en caso de conformidad de todas
las partes, el tribunal debe otorgar la acumulación. No obstante, como el
art. 86 nos remite a las normas anteriores, es preciso entender que también
opera esta regla. Asimismo, por este mismo motivo debe entenderse que
contra el auto cabe exclusivamente recurso de reposición.
Si el tribunal deniega la acumulación, cosa que podrá ocurrir si las
partes no se ponen de acuerdo o ninguna de ellas formula alegaciones, lo
comunicará al otro tribunal tan pronto como quede firme, para que dicte
sentencia (art. 88.3). En cambio, si la estima procedente, mandará en el
mismo auto resolutorio dirigir oficio al que conozca del otro pleito, re-
quiriendo la acumulación y la remisión de los correspondientes procesos.
ambién remitirá testimonio de los antecedentes que él mismo determine y
que sean bastantes para dar a conocer la causa por la que se pretende la
acumulación y las alegaciones que, en su caso, hayan formulado las partes
distintas del solicitante de la acumulación (art. 89).
Una vez el tribunal requerido reciba el oficio y el testimonio, dará
traslado de los mismos a los litigantes que han comparecido, y si alguno
de los personados ante le tribunal requerido no lo estuviese en el proceso
que se tramita ante el tribunal requirente, dispone de cinco días para ins-
truirse del oficio y del testimonio en la secretaria del tribunal, y presentar
un escrito formulando alegaciones sobre la acumulación (art. 90). Por
consiguiente, no pueden presentar de nuevo alegaciones quienes ya lo hu-
bieran hecho ante el tribunal requirente.
Transcurrido el plazo de cinco días, el tribunal requerido aceptará o de-
negará por auto el requerimiento de acumulación. Dicho tribunal no es
totalmente libre para decidir, pues si ninguna de las partes personadas ante
él se opone a la acumulación o si no se alegan datos o argumentos distintos
486
Maria Elisa Escolà i Besora
de los esgrimidos ante el tribunal requirente, entonces sólo podrá denegar
la acumulación si considera que debe hacerse al proceso que él tramita,
pero no podrá denegarla con motivo de los requisitos de fondo (art. 91)32.
El auto que dicte el tribunal requerido será recurrible en reposición,
aunque sólo podrán interponer dicho recurso aquellos que no fueran
también parte ante el tribunal requirente, por analogía con lo previsto en
el art. 90.2, que sólo permite que presenten alegaciones quienes no estu-
vieran personados ante el tribunal requirente33.
Si el tribunal requerido acepta el requerimiento de acumulación, lo no-
tificará de inmediato a las partes del proceso que se sigue ante él, para que
en el plazo de diez días se personen ante el tribunal requirente, al que se
remitirán los autos. Para que se proceda a la acumulación, se suspenderá
el curso del proceso más avanzado hasta que el otro llegue al mismo estado
procesal (art. 92).
En cambio, si el tribunal requerido no acepta la acumulación, ya sea
porque la considera improcedente o bien estime que debe hacerse al
proceso que él tramita, lo comunicará al tribunal requirente y ambos de-
ferirán la decisión al tribunal inmediato superior común a requirente y re-
querido, que es el competente para dirimir la discrepancia (art. 93).
Cuando los procesos que se pretendan acumular sean más de dos, el tri-
bunal competente será el superior común a todos los tribunales implicados
(art. 96.2).
En definitiva, la nueva regulación simplifica el procedimiento de acu-
mulación, ya que el art. 178 LEC exigía que el Juez requerido comunicara
su negativa al requirente para que le contestara. Ahora la ley, acertada-
mente, no lo exige, si no que se remite ya todo al superior común, pues es
evidente que están en desacuerdo ambos tribunales.
Los tribunales requirente y requerido remitirán al tribunal competente
a la mayor brevedad posible testimonio de lo que, para poder resolver la
discrepancia, obre en sus respectivos tribunales. Asimismo, también em-
plazarán a las partes para que comparezcan ante dicho tribunal en el plazo
de cinco días (no haría falta decir que es improrrogable, porque el art.
134.1 NLEC ya indica que los plazos establecidos en la ley son improrro-
32
En opinión de DÍEZ-PICAZO GIMÉNEZ, I, Derecho procesal civil, ob. cit., p. 177, el
fundamento de esta norma no es otro que la suficiencia de una sola decisión jurisdiccional
de los referidos puntos.
33
En el mismo sentido, vid. GASCÓN INCHAUSI, F., La acumulación de acciones y de pro-
cesos en el proceso civil, ob. cit., p. 182, nota 215.
487
 LA ACUMULACIÓN DE PROCESOS
mente sobre la acumulación (art. 88.2). Esta norma debe aplaudirse,
porque con la anterior regulación, a veces el tribunal requerido ya había
dictado sentencia cuando tenía noticia de la solicitud de acumulación.
Sin embargo, y a pesar de que no se indique así expresamente, enten-
demos que antes de comunicarlo, el tribunal debe examinar si concurren
los requisitos de fondo y de forma para proceder a la acumulación; si no
concurren, deberá desestimar la solicitud y ya no será necesaria dicha co-
municación.
De la petición de acumulación se dará traslado a las demás partes per-
sonadas en el proceso más antiguo, para que en el plazo común de diez
días presenten alegaciones al respecto, y en el plazo de cinco días el tri-
bunal resolverá. Aquí la ley no señala si, en caso de conformidad de todas
las partes, el tribunal debe otorgar la acumulación. No obstante, como el
art. 86 nos remite a las normas anteriores, es preciso entender que también
opera esta regla. Asimismo, por este mismo motivo debe entenderse que
contra el auto cabe exclusivamente recurso de reposición.
Si el tribunal deniega la acumulación, cosa que podrá ocurrir si las
partes no se ponen de acuerdo o ninguna de ellas formula alegaciones, lo
comunicará al otro tribunal tan pronto como quede firme, para que dicte
sentencia (art. 88.3). En cambio, si la estima procedente, mandará en el
mismo auto resolutorio dirigir oficio al que conozca del otro pleito, re-
quiriendo la acumulación y la remisión de los correspondientes procesos.
ambién remitirá testimonio de los antecedentes que él mismo determine y
que sean bastantes para dar a conocer la causa por la que se pretende la
acumulación y las alegaciones que, en su caso, hayan formulado las partes
distintas del solicitante de la acumulación (art. 89).
Una vez el tribunal requerido reciba el oficio y el testimonio, dará
traslado de los mismos a los litigantes que han comparecido, y si alguno
de los personados ante le tribunal requerido no lo estuviese en el proceso
que se tramita ante el tribunal requirente, dispone de cinco días para ins-
truirse del oficio y del testimonio en la secretaria del tribunal, y presentar
un escrito formulando alegaciones sobre la acumulación (art. 90). Por
consiguiente, no pueden presentar de nuevo alegaciones quienes ya lo hu-
bieran hecho ante el tribunal requirente.
Transcurrido el plazo de cinco días, el tribunal requerido aceptará o de-
negará por auto el requerimiento de acumulación. Dicho tribunal no es
totalmente libre para decidir, pues si ninguna de las partes personadas ante
él se opone a la acumulación o si no se alegan datos o argumentos distintos
486
Maria Elisa Escolà i Besora
de los esgrimidos ante el tribunal requirente, entonces sólo podrá denegar
la acumulación si considera que debe hacerse al proceso que él tramita,
pero no podrá denegarla con motivo de los requisitos de fondo (art. 91)32.
El auto que dicte el tribunal requerido será recurrible en reposición,
aunque sólo podrán interponer dicho recurso aquellos que no fueran
también parte ante el tribunal requirente, por analogía con lo previsto en
el art. 90.2, que sólo permite que presenten alegaciones quienes no estu-
vieran personados ante el tribunal requirente33.
Si el tribunal requerido acepta el requerimiento de acumulación, lo no-
tificará de inmediato a las partes del proceso que se sigue ante él, para que
en el plazo de diez días se personen ante el tribunal requirente, al que se
remitirán los autos. Para que se proceda a la acumulación, se suspenderá
el curso del proceso más avanzado hasta que el otro llegue al mismo estado
procesal (art. 92).
En cambio, si el tribunal requerido no acepta la acumulación, ya sea
porque la considera improcedente o bien estime que debe hacerse al
proceso que él tramita, lo comunicará al tribunal requirente y ambos de-
ferirán la decisión al tribunal inmediato superior común a requirente y re-
querido, que es el competente para dirimir la discrepancia (art. 93).
Cuando los procesos que se pretendan acumular sean más de dos, el tri-
bunal competente será el superior común a todos los tribunales implicados
(art. 96.2).
En definitiva, la nueva regulación simplifica el procedimiento de acu-
mulación, ya que el art. 178 LEC exigía que el Juez requerido comunicara
su negativa al requirente para que le contestara. Ahora la ley, acertada-
mente, no lo exige, si no que se remite ya todo al superior común, pues es
evidente que están en desacuerdo ambos tribunales.
Los tribunales requirente y requerido remitirán al tribunal competente
a la mayor brevedad posible testimonio de lo que, para poder resolver la
discrepancia, obre en sus respectivos tribunales. Asimismo, también em-
plazarán a las partes para que comparezcan ante dicho tribunal en el plazo
de cinco días (no haría falta decir que es improrrogable, porque el art.
134.1 NLEC ya indica que los plazos establecidos en la ley son improrro-
32
En opinión de DÍEZ-PICAZO GIMÉNEZ, I, Derecho procesal civil, ob. cit., p. 177, el
fundamento de esta norma no es otro que la suficiencia de una sola decisión jurisdiccional
de los referidos puntos.
33
En el mismo sentido, vid. GASCÓN INCHAUSI, F., La acumulación de acciones y de pro-
cesos en el proceso civil, ob. cit., p. 182, nota 215.
487
 LA ACUMULACIÓN DE PROCESOS
gables), y aleguen por escrito lo que a su derecho convenga (art. 94). El
tribunal competente, a la vista de los antecedentes que consten en los
autos y de las alegaciones presentadas, decidirá en el plazo de veinte días y
por medio de un auto irrecurrible (art. 95.1)34.
Si acuerda la acumulación, se notificará de inmediato a las partes para
que se personen en el plazo de diez días ante el tribunal que haya de co-
nocer del procedimiento acumulado, al que se remitirán los autos, y se sus-
penderá el curso del proceso más avanzado hasta que el otro llegue al
mismo estado procesal, en que se efectuará la acumulación (art. 95.2 en
relación con el art. 92). Si las partes no se personan ante el tribunal que
conoce del proceso más antiguo, les deparará el perjuicio que ha lugar en
derecho, es decir, si es actor se le podrá tener por desistido de esa pre-
tensión, y si es demandado por rebelde.
En cambio, si se deniega la acumulación, los procesos seguirán su curso
por separado, alzándose la suspensión del plazo para dictar sentencia, en
caso de que se hubiere acordado (art. 95.2).
El art. 97 prohíbe que se suscite un segundo incidente de acumulación
de otro proceso ulterior, si quien la pide hubiese iniciado el pleito que se
intenta acumular. El tribunal deberá rechazar de plano la solicitud, me-
diante providencia, es decir, de forma no motivada, y en el caso de que se
aceptase, tan pronto como conste el hecho de que se trata del segundo in-
cidente de acumulación, decretará la nulidad de lo actuado a causa de la
solicitud, con imposición de costas al que la hubiera presentado.
V. ACUMULACIÓN DE PROCESOS SINGULARES
A PROCESOS UNIVERSALES
El art. 98 NLEC establece que la acumulación de procesos también se
decretará:
1º) Cuando esté pendiente un proceso concursal al que se halle
sujeto el caudal contra el que se haya formulado o formule cualquier
demanda.
34
GASCÓN INCHAUSI, F., La acumulación de acciones y de procesos en el proceso civil, ob.
cit., p. 193, estima que esta decisión del tribunal superior sí puede apelarse, si decide ante
cuál de los tribunales en conflicto habían de tramitarse los procesos acumulados, porque lo
incorrecto de su decisión constituye un quebranto de las normas sobre competencia.
488
Maria Elisa Escolà i Besora
2º) Cuando se esté siguiendo un proceso sucesorio al que se halle
sujeto el caudal contra el que se haya formulado o se formule una
acción relativa a dicho caudal.
Así pues, este precepto prevé la acumulación de procesos singulares a
juicios universales, también llamada “vis attractiva” del proceso universal.
Sin embargo, como ya indiqué en otro estudio35, la acumulación de pro-
cesos y de ejecuciones que tiene lugar con motivo de la apertura de un
proceso universal es una institución completamente distinta a la acumu-
lación de procesos ordinaria, tanto por su fundamento y naturaleza, como
por su finalidad36.
A modo de resumen, podemos señalar que la acumulación de procesos or-
dinaria supone la tramitación de una pluralidad de objetos procesales en un
mismo procedimiento, para que sean todos resueltos en una única sentencia,
y su fundamento radica en la armonía procesal o necesidad de evitar que se
dicten resoluciones contradictorias, y en la economía procesal, aunque esta
última en menor medida tras la nueva regulación. Por el contrario, la acu-
mulación concursal, y lo mismo se puede decir respecto de los procesos su-
cesorios, es el cauce procesal mediante el que se materializa la fuerza de
atracción o “vis attractiva” del proceso concursal, y su fundamento no reside
en la armonía procesal, sino en los principios que rigen los procesos con-
cursales: el de par conditio creditorum o igualdad de todos los acreedores, el
de unidad y el de universalidad37, estos últimos extensibles también a los
procesos sucesorios. Además, los efectos también difieren, pues el efecto de
la acumulación concursal no es la resolución de las pretensiones en un única
Vid. ESCOLÀ BESORA, M., La “vis attractiva” del proceso concursal, esis doctoral inédita,
35
Universidad de Barcelona, Facultad de Derecho, septiembre de 1999, pp. 43 y ss.
36
Esta es la opinión de mayoritaria entre la doctrina. GUIÉRREZ DE CABIEDES, E., Litis-
pendencia, en “RDP”, 1969, nº 3, p. 612, señala que sería muy deseable que este motivo de
atracción de los procesos universales sobre los particulares en que se persiguen bienes del
quebrado, se segregase de la acumulación de autos, porque poco o nada tiene en común con
las razones de conexión que provocan ésta, y concluye afirmando que la atracción de los pro-
cesos universales sobre los particulares debería tratarse en su sede propia en una futura re-
forma procesal, fuera desde luego de la acumulación de autos. Vid. asimismo, PRIEO-
CASRO, L., ratado de Derecho procesal civil, Pamplona, 1985, p. 459; VÁZQUEZ SOELO,
J.L., Acumulación de autos: excepción a la “vis attractiva” del juicio ejecutivo universal (art. 166
LEC), en “La Ley”, 1986, nº 2, p. 151.
37
El principio de unidad significa que todos los acreedores del quebrado o concursado, o bien
de la masa hereditaria, deben ejercitar sus derechos dentro del proceso universal y no de modo
separado, y el de universalidad implica que el proceso concursal o el sucesorio afecta a la tota-
lidad de los bienes del quebrado o concursado, o que integran el caudal hereditario.
489
 LA ACUMULACIÓN DE PROCESOS
gables), y aleguen por escrito lo que a su derecho convenga (art. 94). El
tribunal competente, a la vista de los antecedentes que consten en los
autos y de las alegaciones presentadas, decidirá en el plazo de veinte días y
por medio de un auto irrecurrible (art. 95.1)34.
Si acuerda la acumulación, se notificará de inmediato a las partes para
que se personen en el plazo de diez días ante el tribunal que haya de co-
nocer del procedimiento acumulado, al que se remitirán los autos, y se sus-
penderá el curso del proceso más avanzado hasta que el otro llegue al
mismo estado procesal, en que se efectuará la acumulación (art. 95.2 en
relación con el art. 92). Si las partes no se personan ante el tribunal que
conoce del proceso más antiguo, les deparará el perjuicio que ha lugar en
derecho, es decir, si es actor se le podrá tener por desistido de esa pre-
tensión, y si es demandado por rebelde.
En cambio, si se deniega la acumulación, los procesos seguirán su curso
por separado, alzándose la suspensión del plazo para dictar sentencia, en
caso de que se hubiere acordado (art. 95.2).
El art. 97 prohíbe que se suscite un segundo incidente de acumulación
de otro proceso ulterior, si quien la pide hubiese iniciado el pleito que se
intenta acumular. El tribunal deberá rechazar de plano la solicitud, me-
diante providencia, es decir, de forma no motivada, y en el caso de que se
aceptase, tan pronto como conste el hecho de que se trata del segundo in-
cidente de acumulación, decretará la nulidad de lo actuado a causa de la
solicitud, con imposición de costas al que la hubiera presentado.
V. ACUMULACIÓN DE PROCESOS SINGULARES
A PROCESOS UNIVERSALES
El art. 98 NLEC establece que la acumulación de procesos también se
decretará:
1º) Cuando esté pendiente un proceso concursal al que se halle
sujeto el caudal contra el que se haya formulado o formule cualquier
demanda.
34
GASCÓN INCHAUSI, F., La acumulación de acciones y de procesos en el proceso civil, ob.
cit., p. 193, estima que esta decisión del tribunal superior sí puede apelarse, si decide ante
cuál de los tribunales en conflicto habían de tramitarse los procesos acumulados, porque lo
incorrecto de su decisión constituye un quebranto de las normas sobre competencia.
488
Maria Elisa Escolà i Besora
2º) Cuando se esté siguiendo un proceso sucesorio al que se halle
sujeto el caudal contra el que se haya formulado o se formule una
acción relativa a dicho caudal.
Así pues, este precepto prevé la acumulación de procesos singulares a
juicios universales, también llamada “vis attractiva” del proceso universal.
Sin embargo, como ya indiqué en otro estudio35, la acumulación de pro-
cesos y de ejecuciones que tiene lugar con motivo de la apertura de un
proceso universal es una institución completamente distinta a la acumu-
lación de procesos ordinaria, tanto por su fundamento y naturaleza, como
por su finalidad36.
A modo de resumen, podemos señalar que la acumulación de procesos or-
dinaria supone la tramitación de una pluralidad de objetos procesales en un
mismo procedimiento, para que sean todos resueltos en una única sentencia,
y su fundamento radica en la armonía procesal o necesidad de evitar que se
dicten resoluciones contradictorias, y en la economía procesal, aunque esta
última en menor medida tras la nueva regulación. Por el contrario, la acu-
mulación concursal, y lo mismo se puede decir respecto de los procesos su-
cesorios, es el cauce procesal mediante el que se materializa la fuerza de
atracción o “vis attractiva” del proceso concursal, y su fundamento no reside
en la armonía procesal, sino en los principios que rigen los procesos con-
cursales: el de par conditio creditorum o igualdad de todos los acreedores, el
de unidad y el de universalidad37, estos últimos extensibles también a los
procesos sucesorios. Además, los efectos también difieren, pues el efecto de
la acumulación concursal no es la resolución de las pretensiones en un única
Vid. ESCOLÀ BESORA, M., La “vis attractiva” del proceso concursal, esis doctoral inédita,
35
Universidad de Barcelona, Facultad de Derecho, septiembre de 1999, pp. 43 y ss.
36
Esta es la opinión de mayoritaria entre la doctrina. GUIÉRREZ DE CABIEDES, E., Litis-
pendencia, en “RDP”, 1969, nº 3, p. 612, señala que sería muy deseable que este motivo de
atracción de los procesos universales sobre los particulares en que se persiguen bienes del
quebrado, se segregase de la acumulación de autos, porque poco o nada tiene en común con
las razones de conexión que provocan ésta, y concluye afirmando que la atracción de los pro-
cesos universales sobre los particulares debería tratarse en su sede propia en una futura re-
forma procesal, fuera desde luego de la acumulación de autos. Vid. asimismo, PRIEO-
CASRO, L., ratado de Derecho procesal civil, Pamplona, 1985, p. 459; VÁZQUEZ SOELO,
J.L., Acumulación de autos: excepción a la “vis attractiva” del juicio ejecutivo universal (art. 166
LEC), en “La Ley”, 1986, nº 2, p. 151.
37
El principio de unidad significa que todos los acreedores del quebrado o concursado, o bien
de la masa hereditaria, deben ejercitar sus derechos dentro del proceso universal y no de modo
separado, y el de universalidad implica que el proceso concursal o el sucesorio afecta a la tota-
lidad de los bienes del quebrado o concursado, o que integran el caudal hereditario.
489
 LA ACUMULACIÓN DE PROCESOS
sentencia, sino que las diferentes reclamaciones entabladas contra el que-
brado o concursado deben hacerse valer en el proceso concursal, en el que
los acreedores deberán insinuar sus créditos38.
Si bien la NLEC da un paso acertado, otorgando un tratamiento espe-
cífico a este tipo de acumulación, diferenciado de la acumulación de pro-
cesos, parece que aún asocia ambas clases de acumulaciones porque, en
primer lugar, la regula dentro del Capítulo II dedicado a la acumulación
de procesos ordinaria y, en segundo lugar, el art. 98.3 dispone que la acu-
mulación de procesos a los juicios universales se regirá, cuando proceda,
por las normas del Capítulo II, con las especialidades establecidas en la le-
gislación especial sobre procesos concursales y sucesorios. A este respecto,
es preciso destacar que la Disposición Final decimonovena de la nueva ley
concede al Gobierno un plazo de seis meses desde su entrada en vigor para
remitir a las Cortes Generales un proyecto de Ley Concursal39; mientras
no se apruebe esta ley, continuarán en vigor los ítulos XII y XIII LEC (vid.
Disposición Derogatoria única, 1, 1ª).
El art. 98.1.II establece una excepción a la “vis attractiva” de los procesos
universales, pues no se acumularán a los mismos los procesos de ejecución
en los que sólo se persigan bienes hipotecados o pignorados, los cuales en
ningún caso se incorporarán al proceso concursal ni al sucesorio, cual-
quiera que sea la fecha de iniciación de la ejecución.
Así pues, el legislador, después de mostrar algunas dudas en el procedi-
miento legislativo40, ha decidido mantener la excepción a la “vis attractiva”
38
ORELLS RAMOS, M., Derecho Procesal civil, ob. cit., p. 279, señala que la NLEC hace
referencia y, en parte, regula, junto a la acumulación de procesos declarativos, otras acumu-
laciones que responden a una finalidad distinta y, por ello, están sometidas a un régimen ju-
rídico distinto: la acumulación al concurso y a la quiebra, que más que de reunir varios pro-
cesos en un procedimiento único, se trata de someter la pretensión interpuesta en un proceso
declarativo o tal vez ya de ejecución, al tratamiento propio del juicio concursal a los efectos
de su reconocimiento y de su satisfacción ejecutiva; y la acumulación a juicios hereditarios,
pero en este caso la ley no deja claramente establecidas las normas de especial aplicación.
DÍEZ-PICAZO GIMÉNEZ, I, Derecho procesal civil, ob. cit., pp. 172-173, indica que al
fundamento de evitar pronunciamientos contradictorios escapan los supuestos de acumu-
lación de procesos singulares a procesos universales, porque en este caso el fundamento de
la acumulación se encuentra en que si está pendiente un juicio al que se halla sujeto el con-
junto del patrimonio de una persona, carecería de lógica permitir, como regla general, pro-
cesos separados frente a ese mismo patrimonio, y que en la misma existencia de los juicios
universales, concursales o sucesorios, está la lógica de su vis attractiva, esto es, de que a ellos
se acumulen los demás procesos pendientes sobre ese patrimonio.
La Comisión General de Codificación ya tiene aprobado un Borrador de Anteproyecto de
39
Ley Concursal.
40
El art. 88 del Borrador de Ley de Enjuiciamiento Civil de abril de 1997, sólo exceptuaba
la acumulación de las ejecuciones hipotecarias con respecto a los procesos sucesorios. El art.
490
Maria Elisa Escolà i Besora
de los procesos de ejecución hipotecaria y pignoraticia. La ley permite que
este tipo de ejecuciones se sigan sustanciando separadamente a pesar de
haberse iniciado un proceso concursal contra el ejecutado, o bien un
proceso sucesorio contra los bienes afectados por la ejecución.
Este privilegio de ejecución separada ya estaba previsto en los arts. 166,
1.173.3, 1.003.1º y 1.003.4ª LEC, y también en los arts. 127, 132.I y 135
LH, además de los arts. 918 y 919 del Código de Comercio41. En la ma-
yoría de resoluciones judiciales que han abordado esta cuestión, se justifica
esta excepción por el carácter abreviado, sencillo y económico del proce-
dimiento sumario hipotecario, en el que se suprime la fase declarativa y se
conserva la vía de apremio, evitando la oposición a que se haga efectiva la
hipoteca inscrita, con todas las seguridades que proporciona42. Sin em-
bargo, esta explicación no resultaba convincente porque la excepción
también regía cuando la acción hipotecaria se deducía a través de un juicio
ejecutivo. Además, con la NLEC el procedimiento sumario hipotecario
desaparece como tal, y no por ello la ley ha dejado de establecer esta ex-
clusión a la fuerza de atracción de los procesos universales. En definitiva,
el fundamento de la excepción radica en el carácter privilegiado que
concede el legislador a la garantía real que acompaña al crédito, dada su
importancia en el tráfico jurídico y económico.
La NLEC resuelve definitivamente una de las cuestiones más debatidas
en torno al derecho de ejecución separada de los acreedores hipotecarios:
el ámbito temporal de aplicación. En la legislación anterior no quedaba
nada claro si este privilegio sólo lo ostentaba el acreedor hipotecario que
había iniciado la ejecución antes de la apertura del proceso concursal, o
bien debía extenderse también al acreedor que entablara la ejecución con
posterioridad, lo que motivó jurisprudencia y doctrina en ambos sen-
tidos43. El art. 98.1.II, en su última frase, indica que los procesos de eje-
96 del Anteproyecto de LEC de diciembre de 1997, extendía la excepción tanto a los pro-
cesos sucesorios como a los concursales. Por último, el art. 96 del Proyecto de LEC de oc-
tubre de 1998, limitaba de nuevo esta excepción a la acumulación a los procesos sucesorios.
41
Sobre el origen y finalidad de esta excepción, vid. ESCOLÀ BESORA, M., La “vis at-
tractiva” del proceso concursal, ob. cit., pp. 311 y ss.
42
Vid., entre otras, SSS de 16 de octubre de 1961, de 10 de marzo de 1986 (Ar. 1171); auto
de la Audiencia erritorial de Barcelona de 11 de mayo de 1987 (en “RJCat.”, 1987, p. 967).
43
Por ejemplo, las SSS de 26 de marzo y 26 de mayo de 1984, de 11 de octubre de 1985,
y de 27 de junio de 1990, y el auto de la AP de Madrid de 10 de febrero de 1998 (en
“RGD”, núms. 646-647, julio-agosto, 1998, pp. 10027 y ss.), se muestran favorables a ex-
tender el derecho de ejecución separada a todos los procesos ejecutivos hipotecarios, con in-
491
 LA ACUMULACIÓN DE PROCESOS
sentencia, sino que las diferentes reclamaciones entabladas contra el que-
brado o concursado deben hacerse valer en el proceso concursal, en el que
los acreedores deberán insinuar sus créditos38.
Si bien la NLEC da un paso acertado, otorgando un tratamiento espe-
cífico a este tipo de acumulación, diferenciado de la acumulación de pro-
cesos, parece que aún asocia ambas clases de acumulaciones porque, en
primer lugar, la regula dentro del Capítulo II dedicado a la acumulación
de procesos ordinaria y, en segundo lugar, el art. 98.3 dispone que la acu-
mulación de procesos a los juicios universales se regirá, cuando proceda,
por las normas del Capítulo II, con las especialidades establecidas en la le-
gislación especial sobre procesos concursales y sucesorios. A este respecto,
es preciso destacar que la Disposición Final decimonovena de la nueva ley
concede al Gobierno un plazo de seis meses desde su entrada en vigor para
remitir a las Cortes Generales un proyecto de Ley Concursal39; mientras
no se apruebe esta ley, continuarán en vigor los ítulos XII y XIII LEC (vid.
Disposición Derogatoria única, 1, 1ª).
El art. 98.1.II establece una excepción a la “vis attractiva” de los procesos
universales, pues no se acumularán a los mismos los procesos de ejecución
en los que sólo se persigan bienes hipotecados o pignorados, los cuales en
ningún caso se incorporarán al proceso concursal ni al sucesorio, cual-
quiera que sea la fecha de iniciación de la ejecución.
Así pues, el legislador, después de mostrar algunas dudas en el procedi-
miento legislativo40, ha decidido mantener la excepción a la “vis attractiva”
38
ORELLS RAMOS, M., Derecho Procesal civil, ob. cit., p. 279, señala que la NLEC hace
referencia y, en parte, regula, junto a la acumulación de procesos declarativos, otras acumu-
laciones que responden a una finalidad distinta y, por ello, están sometidas a un régimen ju-
rídico distinto: la acumulación al concurso y a la quiebra, que más que de reunir varios pro-
cesos en un procedimiento único, se trata de someter la pretensión interpuesta en un proceso
declarativo o tal vez ya de ejecución, al tratamiento propio del juicio concursal a los efectos
de su reconocimiento y de su satisfacción ejecutiva; y la acumulación a juicios hereditarios,
pero en este caso la ley no deja claramente establecidas las normas de especial aplicación.
DÍEZ-PICAZO GIMÉNEZ, I, Derecho procesal civil, ob. cit., pp. 172-173, indica que al
fundamento de evitar pronunciamientos contradictorios escapan los supuestos de acumu-
lación de procesos singulares a procesos universales, porque en este caso el fundamento de
la acumulación se encuentra en que si está pendiente un juicio al que se halla sujeto el con-
junto del patrimonio de una persona, carecería de lógica permitir, como regla general, pro-
cesos separados frente a ese mismo patrimonio, y que en la misma existencia de los juicios
universales, concursales o sucesorios, está la lógica de su vis attractiva, esto es, de que a ellos
se acumulen los demás procesos pendientes sobre ese patrimonio.
La Comisión General de Codificación ya tiene aprobado un Borrador de Anteproyecto de
39
Ley Concursal.
40
El art. 88 del Borrador de Ley de Enjuiciamiento Civil de abril de 1997, sólo exceptuaba
la acumulación de las ejecuciones hipotecarias con respecto a los procesos sucesorios. El art.
490
Maria Elisa Escolà i Besora
de los procesos de ejecución hipotecaria y pignoraticia. La ley permite que
este tipo de ejecuciones se sigan sustanciando separadamente a pesar de
haberse iniciado un proceso concursal contra el ejecutado, o bien un
proceso sucesorio contra los bienes afectados por la ejecución.
Este privilegio de ejecución separada ya estaba previsto en los arts. 166,
1.173.3, 1.003.1º y 1.003.4ª LEC, y también en los arts. 127, 132.I y 135
LH, además de los arts. 918 y 919 del Código de Comercio41. En la ma-
yoría de resoluciones judiciales que han abordado esta cuestión, se justifica
esta excepción por el carácter abreviado, sencillo y económico del proce-
dimiento sumario hipotecario, en el que se suprime la fase declarativa y se
conserva la vía de apremio, evitando la oposición a que se haga efectiva la
hipoteca inscrita, con todas las seguridades que proporciona42. Sin em-
bargo, esta explicación no resultaba convincente porque la excepción
también regía cuando la acción hipotecaria se deducía a través de un juicio
ejecutivo. Además, con la NLEC el procedimiento sumario hipotecario
desaparece como tal, y no por ello la ley ha dejado de establecer esta ex-
clusión a la fuerza de atracción de los procesos universales. En definitiva,
el fundamento de la excepción radica en el carácter privilegiado que
concede el legislador a la garantía real que acompaña al crédito, dada su
importancia en el tráfico jurídico y económico.
La NLEC resuelve definitivamente una de las cuestiones más debatidas
en torno al derecho de ejecución separada de los acreedores hipotecarios:
el ámbito temporal de aplicación. En la legislación anterior no quedaba
nada claro si este privilegio sólo lo ostentaba el acreedor hipotecario que
había iniciado la ejecución antes de la apertura del proceso concursal, o
bien debía extenderse también al acreedor que entablara la ejecución con
posterioridad, lo que motivó jurisprudencia y doctrina en ambos sen-
tidos43. El art. 98.1.II, en su última frase, indica que los procesos de eje-
96 del Anteproyecto de LEC de diciembre de 1997, extendía la excepción tanto a los pro-
cesos sucesorios como a los concursales. Por último, el art. 96 del Proyecto de LEC de oc-
tubre de 1998, limitaba de nuevo esta excepción a la acumulación a los procesos sucesorios.
41
Sobre el origen y finalidad de esta excepción, vid. ESCOLÀ BESORA, M., La “vis at-
tractiva” del proceso concursal, ob. cit., pp. 311 y ss.
42
Vid., entre otras, SSS de 16 de octubre de 1961, de 10 de marzo de 1986 (Ar. 1171); auto
de la Audiencia erritorial de Barcelona de 11 de mayo de 1987 (en “RJCat.”, 1987, p. 967).
43
Por ejemplo, las SSS de 26 de marzo y 26 de mayo de 1984, de 11 de octubre de 1985,
y de 27 de junio de 1990, y el auto de la AP de Madrid de 10 de febrero de 1998 (en
“RGD”, núms. 646-647, julio-agosto, 1998, pp. 10027 y ss.), se muestran favorables a ex-
tender el derecho de ejecución separada a todos los procesos ejecutivos hipotecarios, con in-
491
 LA ACUMULACIÓN DE PROCESOS
cución en que sólo se persigan bienes hipotecados o pignorados en ningún
caso se incorporarán al proceso concursal ni al sucesorio “cualquiera que
sea la fecha de iniciación de la ejecución”. Por lo tanto, el legislador ha
optado por conceder este privilegio a todo acreedor hipotecario, con in-
dependencia del momento en que inicia la ejecución, siguiendo el parecer
mayoritario entre la doctrina y la jurisprudencia.
Así lo corrobora el art. 568 NLEC, que dispone: “El tribunal sus-
penderá la ejecución en el estado en que se halle en cuanto le sea notificado
que el ejecutado se encuentra en situación de suspensión de pagos, concurso
o quiebra. Por excepción, tales situaciones no impedirán el inicio de la eje-
cución singular, si ésta se limitare a los bienes previamente hipotecados
o pignorados en garantía de la deuda reclamada, ni la continuación del
procedimiento ya iniciado que se dirija exclusivamente contra dichos bienes,
el cual seguirá hasta la satisfacción del acreedor y, en su caso, de los acree-
dores hipotecarios posteriores, dentro de los límites de sus respectivas ga-
rantías hipotecarias, remitiéndose el remanente, si lo hubiere, al procedi-
miento concursal”. En nuestra opinión, este es el criterio más razonable,
por cuanto carece de sentido distinguir según el momento temporal en
que se entabla la ejecución si lo que se desea proteger y privilegiar es la
garantía real.
La expresión “en ningún caso se incorporarán al proceso concursal ni al
sucesorio” plantea la cuestión de si es posible o no que el acreedor renuncie
a este privilegio, pues, al fin y al cabo, se trataría de un derecho y, como
tal, renunciable si no contradice el interés o el orden público ni perjudica
a terceros (vid. art. 6.2 Código Civil). Analizando la regulación anterior,
dependencia del momento temporal en que se hayan promovido, circunstancia que consi-
deran puramente accidental. Este es también el parecer de muchos autores, entre otros,
RAMÍREZ, J.A. Derecho concursal español. La quiebra, t. II, Barcelona, 1959, p. 227,
FERRÁNDIZ GABRIEL, J.R., El procedimiento judicial en relación con la quiebra.
Problemas derivados del privilegio de ejecución aislada, en la obra colectiva ”Práctica hipote-
caria. Procedimiento judicial sumario. Artículo 131 de la Ley Hipotecaria. (Jornadas sobre
la ejecución hipotecaria)”, Barcelona, 1994, p. 94, MASCARELL NAVARRO, MªJ., La de-
nominada retroacción absoluta de los efectos de la declaración de quiebra y el procedimiento ju-
dicial sumario del artículo 131 de la Ley Hipotecaria, en “RGD”, 1996, abril, p. 3818. En
cambio, la SS de 25 de septiembre de 1996 (Ar. 9568), y la SAP de Barcelona de 19 de no-
viembre de 1993 (en “RJCat.”, jurisprudencia, 1994, t. II, pp. 443 y ss.), afirman que la ley
no atribuye el derecho de separación absoluta al acreedor hipotecario que no hubiere ini-
ciado la ejecución antes de la declaración de quiebra, opinión que comparten, entre otros,
GARRIGUES, J, Curso de Derecho mercantil, puesta al día por Sánchez Calero, Madrid,
1983, 8ª ed., p. 447, URÍA, R., Derecho Mercantil, Edit. Marcial Pons, 24ª ed., Madrid,
1997, pp. 1047 y 1061, y IGLESIAS MAYORALGO, Hipoteca y retroacción de la quiebra,
en “Hipotecas y seguridad jurídica”, Madrid, 1991, p. 261.
492
Maria Elisa Escolà i Besora
concluíamos a favor de esta renunciabilidad44, pero ahora parece que el le-
gislador impone una prohibición de acumular, prohibición que a nuestro
entender resulta irrazonable, pues corresponde al propio acreedor decidir
lo más conveniente para sus intereses.
Otra especialidad de la acumulación a los procesos universales es la re-
lativa a la competencia judicial, pues aquí no rige el principio de prioridad
del art. 79 NLEC, sino que la acumulación siempre debe solicitarse ante
el tribunal que conoce del proceso universal, y hacerse siempre al proceso
universal, con independencia de cuáles sean los más antiguos (art. 98.2,
que recoge lo previsto en los arts. 171.III y 187.II LEC45).
Por último, el art. 98.3, como ya se ha señalado, dispone que la acu-
mulación de procesos, cuando proceda, se regirá, en su caso, por las
normas del Capítulo II, con las especialidades establecidas en la legislación
especial sobre procesos concursales y sucesorios. Esta previsión, aparte de
reiterar lo ya previsto en el párrafo primero, in fine, del mismo precepto,
que indica “en estos casos, se procederá conforme a lo previsto en la legis-
lación concursal”, no nos parece acertada, porque, en primer lugar, parece
que homologa ambos tipos de acumulación y, en segundo lugar, porque
no deja claro qué preceptos serán de aplicación y cuáles no, de modo que
será la jurisprudencia la que deberá pronunciarse al respecto, con la con-
siguiente inseguridad jurídica46.
Así pues, hasta que no se apruebe la Ley concursal, siguen en vigor: el
art. 1.173.3ª LEC, que dispone que en el mismo auto en que se declare el
concurso (o la quiebra por remisión del art. 1.379 LEC), se decretará la
acumulación al juicio de concurso o de quiebra de las ejecuciones que haya
pendientes contra el concursado o quebrado en el mismo Juzgado o en
44
Vid. ESCOLÀ BESORA, M., La “vis attractiva” del proceso concursal, ob. cit., pp. 329 y 330.
45
El art. 171 LEC dispone: “Si los pleitos se siguieren en Juzgados diferentes, se pretenderá la
acumulación ante el Juez a quien corresponda conocer de ellos. Corresponderá este conocimiento
al Juez o ribunal en que radique el pleito más antiguo, al que se acumularán los más modernos.
Exceptúanse de esta regla los juicios de testamentaria, abintestato, concurso de acreedores y
quiebra, a los cuales deberá hacerse siempre la acumulación de los demás autos, cuando proceda”.
Por su parte, el art. 187 LEC indica: “Cuando se acumulen dos o más pleitos, se suspenderá el
curso del que estuviese más próximo a su terminación, hasta que los otros se hallen en el mismo
estado. Esta regla no es aplicable a las acumulaciones que se hagan a los juicios universales, a cuya
tramitación se acomodarán desde luego los que se acumulen a ellos”.
46
Con esta regulación, se subordina de nuevo el funcionamiento de la acumulación por “vis
attractiva“ a las normas que están previstas para una situación completamente diversa, tal
como denunciaba en relación con la normativa anterior CARRERAS LLANSANA, J., El
Juez y la Sindicatura del concurso, en “La reforma del Derecho de quiebra. (Jornadas sobre la
reforma del Derecho concursal español)”, Madrid, 1982, p. 252.
493
 LA ACUMULACIÓN DE PROCESOS
cución en que sólo se persigan bienes hipotecados o pignorados en ningún
caso se incorporarán al proceso concursal ni al sucesorio “cualquiera que
sea la fecha de iniciación de la ejecución”. Por lo tanto, el legislador ha
optado por conceder este privilegio a todo acreedor hipotecario, con in-
dependencia del momento en que inicia la ejecución, siguiendo el parecer
mayoritario entre la doctrina y la jurisprudencia.
Así lo corrobora el art. 568 NLEC, que dispone: “El tribunal sus-
penderá la ejecución en el estado en que se halle en cuanto le sea notificado
que el ejecutado se encuentra en situación de suspensión de pagos, concurso
o quiebra. Por excepción, tales situaciones no impedirán el inicio de la eje-
cución singular, si ésta se limitare a los bienes previamente hipotecados
o pignorados en garantía de la deuda reclamada, ni la continuación del
procedimiento ya iniciado que se dirija exclusivamente contra dichos bienes,
el cual seguirá hasta la satisfacción del acreedor y, en su caso, de los acree-
dores hipotecarios posteriores, dentro de los límites de sus respectivas ga-
rantías hipotecarias, remitiéndose el remanente, si lo hubiere, al procedi-
miento concursal”. En nuestra opinión, este es el criterio más razonable,
por cuanto carece de sentido distinguir según el momento temporal en
que se entabla la ejecución si lo que se desea proteger y privilegiar es la
garantía real.
La expresión “en ningún caso se incorporarán al proceso concursal ni al
sucesorio” plantea la cuestión de si es posible o no que el acreedor renuncie
a este privilegio, pues, al fin y al cabo, se trataría de un derecho y, como
tal, renunciable si no contradice el interés o el orden público ni perjudica
a terceros (vid. art. 6.2 Código Civil). Analizando la regulación anterior,
dependencia del momento temporal en que se hayan promovido, circunstancia que consi-
deran puramente accidental. Este es también el parecer de muchos autores, entre otros,
RAMÍREZ, J.A. Derecho concursal español. La quiebra, t. II, Barcelona, 1959, p. 227,
FERRÁNDIZ GABRIEL, J.R., El procedimiento judicial en relación con la quiebra.
Problemas derivados del privilegio de ejecución aislada, en la obra colectiva ”Práctica hipote-
caria. Procedimiento judicial sumario. Artículo 131 de la Ley Hipotecaria. (Jornadas sobre
la ejecución hipotecaria)”, Barcelona, 1994, p. 94, MASCARELL NAVARRO, MªJ., La de-
nominada retroacción absoluta de los efectos de la declaración de quiebra y el procedimiento ju-
dicial sumario del artículo 131 de la Ley Hipotecaria, en “RGD”, 1996, abril, p. 3818. En
cambio, la SS de 25 de septiembre de 1996 (Ar. 9568), y la SAP de Barcelona de 19 de no-
viembre de 1993 (en “RJCat.”, jurisprudencia, 1994, t. II, pp. 443 y ss.), afirman que la ley
no atribuye el derecho de separación absoluta al acreedor hipotecario que no hubiere ini-
ciado la ejecución antes de la declaración de quiebra, opinión que comparten, entre otros,
GARRIGUES, J, Curso de Derecho mercantil, puesta al día por Sánchez Calero, Madrid,
1983, 8ª ed., p. 447, URÍA, R., Derecho Mercantil, Edit. Marcial Pons, 24ª ed., Madrid,
1997, pp. 1047 y 1061, y IGLESIAS MAYORALGO, Hipoteca y retroacción de la quiebra,
en “Hipotecas y seguridad jurídica”, Madrid, 1991, p. 261.
492
Maria Elisa Escolà i Besora
concluíamos a favor de esta renunciabilidad44, pero ahora parece que el le-
gislador impone una prohibición de acumular, prohibición que a nuestro
entender resulta irrazonable, pues corresponde al propio acreedor decidir
lo más conveniente para sus intereses.
Otra especialidad de la acumulación a los procesos universales es la re-
lativa a la competencia judicial, pues aquí no rige el principio de prioridad
del art. 79 NLEC, sino que la acumulación siempre debe solicitarse ante
el tribunal que conoce del proceso universal, y hacerse siempre al proceso
universal, con independencia de cuáles sean los más antiguos (art. 98.2,
que recoge lo previsto en los arts. 171.III y 187.II LEC45).
Por último, el art. 98.3, como ya se ha señalado, dispone que la acu-
mulación de procesos, cuando proceda, se regirá, en su caso, por las
normas del Capítulo II, con las especialidades establecidas en la legislación
especial sobre procesos concursales y sucesorios. Esta previsión, aparte de
reiterar lo ya previsto en el párrafo primero, in fine, del mismo precepto,
que indica “en estos casos, se procederá conforme a lo previsto en la legis-
lación concursal”, no nos parece acertada, porque, en primer lugar, parece
que homologa ambos tipos de acumulación y, en segundo lugar, porque
no deja claro qué preceptos serán de aplicación y cuáles no, de modo que
será la jurisprudencia la que deberá pronunciarse al respecto, con la con-
siguiente inseguridad jurídica46.
Así pues, hasta que no se apruebe la Ley concursal, siguen en vigor: el
art. 1.173.3ª LEC, que dispone que en el mismo auto en que se declare el
concurso (o la quiebra por remisión del art. 1.379 LEC), se decretará la
acumulación al juicio de concurso o de quiebra de las ejecuciones que haya
pendientes contra el concursado o quebrado en el mismo Juzgado o en
44
Vid. ESCOLÀ BESORA, M., La “vis attractiva” del proceso concursal, ob. cit., pp. 329 y 330.
45
El art. 171 LEC dispone: “Si los pleitos se siguieren en Juzgados diferentes, se pretenderá la
acumulación ante el Juez a quien corresponda conocer de ellos. Corresponderá este conocimiento
al Juez o ribunal en que radique el pleito más antiguo, al que se acumularán los más modernos.
Exceptúanse de esta regla los juicios de testamentaria, abintestato, concurso de acreedores y
quiebra, a los cuales deberá hacerse siempre la acumulación de los demás autos, cuando proceda”.
Por su parte, el art. 187 LEC indica: “Cuando se acumulen dos o más pleitos, se suspenderá el
curso del que estuviese más próximo a su terminación, hasta que los otros se hallen en el mismo
estado. Esta regla no es aplicable a las acumulaciones que se hagan a los juicios universales, a cuya
tramitación se acomodarán desde luego los que se acumulen a ellos”.
46
Con esta regulación, se subordina de nuevo el funcionamiento de la acumulación por “vis
attractiva“ a las normas que están previstas para una situación completamente diversa, tal
como denunciaba en relación con la normativa anterior CARRERAS LLANSANA, J., El
Juez y la Sindicatura del concurso, en “La reforma del Derecho de quiebra. (Jornadas sobre la
reforma del Derecho concursal español)”, Madrid, 1982, p. 252.
493
 LA ACUMULACIÓN DE PROCESOS
otros, con la excepción establecida en el art. 166, acumulación que
procede siempre de oficio; el art. 1.186 que regula como debe llevarse a
efecto la acumulación de las ejecuciones; el 1.187 que indica que también
será acumulables las acciones y pleitos expresados en el art. 1.003 LEC, y
que esta acumulación se decretará en la forma ordinaria a instancia del de-
positario-administrador o de los Síndicos del concurso o de la quiebra, es
decir, se ocupa de la acumulación de los procesos declarativos, que sólo
procede si la solicitan los referidos órganos concursales47.
No obstante, el art. 1.003 LEC ha quedado derogado con la NLEC,
puesto que la Disposición Derogatoria única 2º sólo indica que estará vi-
gente hasta la entrada en vigor de la Ley sobre Jurisdicción Voluntaria la
sección 2ª del ítulo IX del Libro II, y el art. 1.003 está ubicado en la
Sección 3ª. Como el art. 1.187 LEC remite a este precepto para deter-
minar los juicios declarativos acumulables al proceso concursal, hasta que
no se apruebe la nueva Ley concursal habrá una laguna legal acerca de
cuáles son los juicios acumulables al mismo.
VI. ACUMULACIÓN DE PROCESOS DE EJECUCIÓN
Por último, abordaremos someramente la acumulación de procesos de
ejecución, que representa una novedad muy destacable de la NLEC con
respecto a la anterior, pues es la primera vez que se regula expresamente en
el ámbito procesal civil.
Esta acumulación está prevista en el art. 555, en sede de ejecución, y en
él se distingue dos tipos de acumulación: la de ejecuciones pendientes
entre el mismo ejecutante y el mismo ejecutado, y la acumulación de eje-
cuciones que proceden de distintos ejecutantes contra un mismo eje-
cutado. Este último supuesto es lo que la doctrina denomina concurrencia
de acreedores en una misma ejecución singular.
En el primer caso, tanto el ejecutante como el ejecutado pueden solicitar
la acumulación, siempre a instancia de parte, nunca será de oficio, en cuyo
caso el tribunal deberá acordarla, pues el art. 555.1 parece que no concede
al tribunal ningún margen de decisión. Por el contrario, cuando las ejecu-
ciones tienen distintos ejecutantes, entonces sólo éstos ostentan legiti-
47
Sobre la acumulación de los procesos de ejecución y de declaración al proceso concursal,
vid. ESCOLÀ BESORA, M., La “vis attractiva” del proceso concursal, ob. cit., pp. 167 y ss.,
y 105 y ss., respectivamente.
494
Maria Elisa Escolà i Besora
mación para solicitar la acumulación, no así el ejecutado, y en este su-
puesto el tribunal que conozca de la ejecución más antigua no estará vin-
culado por la petición, sino que resolverá acerca de la acumulación en
función de lo que crea más conveniente para la satisfacción de todos los
acreedores ejecutantes (art. 555.2).
En todo lo demás, el art. 555.3 remite a la regulación de la acumulación
de procesos declarativos. Es decir, la acumulación deberá solicitarse ante el
tribunal que conozca del proceso de ejecución más antiguo, y sólo será po-
sible si aún no ha concluido ninguna de las ejecuciones. Asimismo, es evi-
dente que con la acumulación de ejecuciones se puede infringir la norma
funcional del art. 61, que establece que, salvo disposición legal en otro
sentido, el tribunal que tenga competencia para conocer de un pleito, la
tendrá también para la ejecución de la sentencia o convenios y transac-
ciones que aprobare. Como la ley no limita la acumulación a que no se
vulnere esta norma de competencia funcional, debe concluirse que será
posible dicha acumulación aunque la misma se altere, y ello a pesar de su
carácter imperativo. ampoco debería ser un obstáculo para la acumulación
la concurrencia de algunas especialidades procedimentales, aunque de-
berán respetarse 48.
No obstante, el art. 555.4 sí establece una limitación a la acumulación
de ejecuciones, pues dispone que si la ejecución se dirige exclusivamente
sobre bienes especialmente hipotecados, sólo podrá acordarse la acumu-
lación a otros procesos de ejecución cuando estos últimos se sigan para
hacer efectivas otras garantías hipotecarias sobre los mismos bienes. Así
pues, la prohibición terminante de acumular este tipo de procesos de eje-
cución, prevista en el art. 166 LEC49, se transforma ahora en una prohi-
bición parcial, habida cuenta que sí será posible tal acumulación si los
demás procesos se dirigen contra los mismos bienes y con base en una ga-
rantía hipotecaria.
El art. 135.III de la Ley Hipotecaria también establece que los autos del
procedimiento sumario hipotecario no son acumulables entre sí, ni
tampoco a los del juicio ejecutivo, ni a un juicio universal. El contenido
del citado precepto ha sido modificado en virtud de la Disposición Final
48
En el mismo sentido, vid. GASCÓN INCHAUSI, F., La acumulación de acciones y de pro-
cesos en el proceso civil, ob. cit., p. 203.
49
El art. 166 establece: “No procederá la acumulación de los juicios ejecutivos entre sí, ni a un
juicio universal, cuando sólo se persigan los bienes hipotecados, salvo el caso previsto en el artículo
133 de la Ley Hipotecaria (ahora art. 127)”.
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 LA ACUMULACIÓN DE PROCESOS
otros, con la excepción establecida en el art. 166, acumulación que
procede siempre de oficio; el art. 1.186 que regula como debe llevarse a
efecto la acumulación de las ejecuciones; el 1.187 que indica que también
será acumulables las acciones y pleitos expresados en el art. 1.003 LEC, y
que esta acumulación se decretará en la forma ordinaria a instancia del de-
positario-administrador o de los Síndicos del concurso o de la quiebra, es
decir, se ocupa de la acumulación de los procesos declarativos, que sólo
procede si la solicitan los referidos órganos concursales47.
No obstante, el art. 1.003 LEC ha quedado derogado con la NLEC,
puesto que la Disposición Derogatoria única 2º sólo indica que estará vi-
gente hasta la entrada en vigor de la Ley sobre Jurisdicción Voluntaria la
sección 2ª del ítulo IX del Libro II, y el art. 1.003 está ubicado en la
Sección 3ª. Como el art. 1.187 LEC remite a este precepto para deter-
minar los juicios declarativos acumulables al proceso concursal, hasta que
no se apruebe la nueva Ley concursal habrá una laguna legal acerca de
cuáles son los juicios acumulables al mismo.
VI. ACUMULACIÓN DE PROCESOS DE EJECUCIÓN
Por último, abordaremos someramente la acumulación de procesos de
ejecución, que representa una novedad muy destacable de la NLEC con
respecto a la anterior, pues es la primera vez que se regula expresamente en
el ámbito procesal civil.
Esta acumulación está prevista en el art. 555, en sede de ejecución, y en
él se distingue dos tipos de acumulación: la de ejecuciones pendientes
entre el mismo ejecutante y el mismo ejecutado, y la acumulación de eje-
cuciones que proceden de distintos ejecutantes contra un mismo eje-
cutado. Este último supuesto es lo que la doctrina denomina concurrencia
de acreedores en una misma ejecución singular.
En el primer caso, tanto el ejecutante como el ejecutado pueden solicitar
la acumulación, siempre a instancia de parte, nunca será de oficio, en cuyo
caso el tribunal deberá acordarla, pues el art. 555.1 parece que no concede
al tribunal ningún margen de decisión. Por el contrario, cuando las ejecu-
ciones tienen distintos ejecutantes, entonces sólo éstos ostentan legiti-
47
Sobre la acumulación de los procesos de ejecución y de declaración al proceso concursal,
vid. ESCOLÀ BESORA, M., La “vis attractiva” del proceso concursal, ob. cit., pp. 167 y ss.,
y 105 y ss., respectivamente.
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Maria Elisa Escolà i Besora
mación para solicitar la acumulación, no así el ejecutado, y en este su-
puesto el tribunal que conozca de la ejecución más antigua no estará vin-
culado por la petición, sino que resolverá acerca de la acumulación en
función de lo que crea más conveniente para la satisfacción de todos los
acreedores ejecutantes (art. 555.2).
En todo lo demás, el art. 555.3 remite a la regulación de la acumulación
de procesos declarativos. Es decir, la acumulación deberá solicitarse ante el
tribunal que conozca del proceso de ejecución más antiguo, y sólo será po-
sible si aún no ha concluido ninguna de las ejecuciones. Asimismo, es evi-
dente que con la acumulación de ejecuciones se puede infringir la norma
funcional del art. 61, que establece que, salvo disposición legal en otro
sentido, el tribunal que tenga competencia para conocer de un pleito, la
tendrá también para la ejecución de la sentencia o convenios y transac-
ciones que aprobare. Como la ley no limita la acumulación a que no se
vulnere esta norma de competencia funcional, debe concluirse que será
posible dicha acumulación aunque la misma se altere, y ello a pesar de su
carácter imperativo. ampoco debería ser un obstáculo para la acumulación
la concurrencia de algunas especialidades procedimentales, aunque de-
berán respetarse 48.
No obstante, el art. 555.4 sí establece una limitación a la acumulación
de ejecuciones, pues dispone que si la ejecución se dirige exclusivamente
sobre bienes especialmente hipotecados, sólo podrá acordarse la acumu-
lación a otros procesos de ejecución cuando estos últimos se sigan para
hacer efectivas otras garantías hipotecarias sobre los mismos bienes. Así
pues, la prohibición terminante de acumular este tipo de procesos de eje-
cución, prevista en el art. 166 LEC49, se transforma ahora en una prohi-
bición parcial, habida cuenta que sí será posible tal acumulación si los
demás procesos se dirigen contra los mismos bienes y con base en una ga-
rantía hipotecaria.
El art. 135.III de la Ley Hipotecaria también establece que los autos del
procedimiento sumario hipotecario no son acumulables entre sí, ni
tampoco a los del juicio ejecutivo, ni a un juicio universal. El contenido
del citado precepto ha sido modificado en virtud de la Disposición Final
48
En el mismo sentido, vid. GASCÓN INCHAUSI, F., La acumulación de acciones y de pro-
cesos en el proceso civil, ob. cit., p. 203.
49
El art. 166 establece: “No procederá la acumulación de los juicios ejecutivos entre sí, ni a un
juicio universal, cuando sólo se persigan los bienes hipotecados, salvo el caso previsto en el artículo
133 de la Ley Hipotecaria (ahora art. 127)”.
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 LA ACUMULACIÓN DE PROCESOS

novena de la nueva Ley, la cual reforma la Ley Hipotecaria, y ha desapa-

recido la prohibición de acumulación. Ahora la acción hipotecaria puede
ejercitarse por el proceso de ejecución regulado en el ítulo IV del Libro III
de la NLEC, con las especialidades previstas en el Capítulo V, entre las
cuales no figura ninguna mención a la acumulación de ejecuciones, por lo
que debemos atender únicamente a lo previsto en el art. 555.4 NLEC.

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