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Indicadores Tempranos de la presencia de Trastornos

del Espectro Autista: un listado de conductas de


riesgo.
Aldo J. Barbero, Psicólogo Clínico.
ajbarbero@hotmail.com @ajbarbero

Es indudable el beneficio de detectar tempranamente cualquier dificultad en el desarrollo. La


detección temprana no solo ayuda a mejorar el pronóstico de los niños(as) afectados, sino que
reduce el estrés de la familia ante la incertidumbre de no saber qué sucede con el niño, es decir,
de encontrar una respuesta a la preocupación de observar que, en comparación a otro hermano o
familiar, el desarrollo del niño en cuestión luce retrasado o atípico.

En el caso de los trastornos del espectro del autismo, aún luchamos con un mito que no ha podido
ser eliminado por completo: pensar que el autismo no puede ser diagnosticado sino después de
los tres años. Este mito ha impedido que muchos niños accedan a un tratamiento temprano.
Actualmente sabemos que podemos observar conductas de riesgo tan temprano como a los
dieciocho meses, algunos autores indican que es posible incluso antes.

Los hermanos de niños ya diagnosticados con trastornos del espectro autista son niños que tienen
un riesgo mayor de presentar este trastorno, en comparación a la población común, por lo que
son los primeros que deben ser evaluados de manera consistente y desde temprano en sus vidas
(desde los 9 o 12 meses).

Todas las investigaciones concluyen que son los padres las primeras personas en detectar una
alteración en el desarrollo, en el sentido de los trastornos del espectro autista, en sus hijos.

Pero también es cierto, que en ocasiones, la tendencia natural que tenemos los seres humanos de
no ver o “negar” ciertas conductas que pudieran estar relacionadas con una dificultad en el
desarrollo, entorpecen el proceso de detección temprana. La negación por parte de los padres
solo enlentece el proceso de llegar hasta la intervención temprana, perdiendo tiempo valioso que
no podremos recuperar nunca. Seamos valientes al reconocer que algo no está bien en el
desarrollo de nuestros hijos y busquemos ayuda rápidamente.

Hemos preparado una lista de conductas de relativa sencilla observación para ser usada por los
padres. Como en toda lista de síntomas, sería muy raro que un niño presente todas las conductas,
pero solo ya presentando algunas deberíamos consultar a un profesional en el área.

El profesional de la salud más cercano a Ud. y a su niño es el Pediatra, el cual podrá realizar la
referencia al Neuropediatra o al Psicólogo Clínico para una evaluación más profunda. Es
importante que un diagnóstico temprano sea realizado por profesionales con conocimiento y
experiencia en esta área

Listado de conductas de Riesgo para TEA:

Atipicidades en la mirada y contacto visual


Muestra dificultad para consistentemente establecer y mantener contacto visual con cara/ojos de
la persona con la que interactúa, hay que insistirle para que preste atención a lo que se le dice,
incluso a veces tomar su cara para dirigirla hacia la persona que le habla.

Uso limitado de la alternabilidad de la mirada entre objetos y personas (observa para saber si otro
está mirando algún objeto u otra persona y mueve su mirada de la cara al objeto, de la cara de una
persona a la cara de otra).

No mira donde se le señala o mira donde otros miran.

Atipicidades en la atención
Tiene dificultad para mover su atención de un estímulo a otro, se queda “fijado” en un estímulo
aunque el otro pueda ser también atractivo.

Atipicidades en la orientación al nombre


Muestra dificultad para voltear consistentemente (a veces sí a veces no) cuando se le llama por su
nombre, pero si tiende a responder a otros estímulos auditivos como la música que le gusta. Es en
base a esta característica que los padres llegan a pensar que el niño(a) puede tener dificultad para
oír.

Atipicidades en el manejo de transiciones


Tiene dificultad para terminar las actividades, dejar objetos con lo que está jugando y moverse de
una actividad a otra. Tienden a mantenerse en la misma actividad, no querer pasar a otra, querer
mantener los objetos que usa.

Le cuestan situaciones nuevas, personas nuevas.

Atipicidades sensoriales
Atipicidades olfativas: oler objetos y personas con frecuencia.

Atipicidades táctiles: búsqueda de tocar texturas, rechazo a texturas, rechazo al contacto físicos,
caricias sobre todo ser tocado en el área de la cabeza, mejillas, boca, reacciona poco o rechaza
cosquillas, le molesta la ropa, zapatos, preferencia a estar desnudo, le molesta estar
“empegostado” sobre todo en sus manos, le molesta estar mojado (en su ropa), pulcro, o más
bien se “embadurna” de lociones, pintura, tierra. Cuesta cortarles el cabello y las uñas.

Atipicidades de la esfera gustativa: notoria en hiperselectividad con los alimentos, como muy
pocos alimentos, nauseas o vómitos cuando se le insiste que coma lo que rechaza.

Atipicidades en la esfera auditiva: se tapan los oídos con ruidos persistentes como licuadoras,
secadoras de cabello, taladros, en ocasiones no se tapan los oídos pero se muestran alterados,
nerviosos, se esconden con estos ruidos. En su primer cumpleaños perturbados por la gente,
ruidos, cantando el cumpleaños, ruido durante la piñata.

Atipicidades en la Imitación
Le cuesta imitar conductas realizadas por adultos u otros niños.

Atipicidades en la anticipación social, interés social y compartir afecto


positivo
Le cuesta anticipar y disfrutar de juegos social motores como aparecer y desaparecer tras un
pañal, telas o manos (reaccionar con sorpresa y risas).

Descritos como serios o poco expresivos, difícil hacer que sonrían.

Le cuesta mostrar y compartir sucesos o cosas que le gusten con otros, no se refiere acá a llevar
las cosas para que los padres digan cómo se llama de forma repetitiva, o darles a los padres los
juguetes de forma repetitiva.

No le gusta gente extraña, incomodos incluso con familia con la que no tienen contacto de forma
regular, les cuesta entrar en “calor”, en “confianza” con alguien nuevo.

Se interesa más por objetos que por personas, sobre todo si son objetos que se mueven, rotan,
tienen luces, aparatos electrónicos, celulares, o pertenecen a un área de interés obsesivo.

Interactúan menos de lo esperado con personas, menor frecuencia de interacción con niños de la
edad y las interacciones con adultos son más para pedir que para mostrar.

Atipicidades en el temperamento
Muy irritables, se molestan por todo, lloran mucho y cuesta mucho calmarlos, por lo que pasan
bastante tiempo molestos luego del evento que dispara el afecto. Descritos como bravos o de mal
carácter.

Muy pasivos, parece no interesarles nada sino sus propios intereses, se mueve poco, se queda
donde lo ponen sus padres. Descritos como muy tranquilos o en “su mundo”.
Dificultades para calmarlo.

Cambios abruptos en los estados afectivos.

Pataletas, agresión, autoagresión (se muerde, se golpea a sí mismo), muchas veces producida por
quitar algo que le gusta.

Atipicidades en la Comunicación
Usa la mano de otros como herramienta sin mirar o decir lo que desea (usa la mano del adulto
como una extensión de la suya).

No señala.

No muestra cosas.

Repertorio limitado de gestos convencionales (para dar, mostrar, que le busquen, señalar).

Repertorio limitado de gestos simbólicos (decir sí o no con la cabeza, decir adiós).

Muestra vocalizaciones atípicas.

Entonación rara en los que hablan, suena como a comiquita o como a un acento diferente al que
se acostumbra.

Repite como un eco lo último que se le dijo.

Retardo en la producción de palabras o frases o no aparición del lenguaje en la edad usual.

Canta y no habla.

Pérdida del lenguaje, luego de un período de haberlas producido (regresión en el lenguaje).

Atipicidades Motoras
Podría caminar en punta de pie, posterior al período en que esto se considera dentro de lo normal,
si bien puede hacerlo por momentos.

Muy hiperactivos, muy pasivos.

Conductas repetitivas, apegos y rituales


Insiste en realizar la misma actividad con poca variación con mucha frecuencia.

Obsesión por temas, obsesión por juguetes, obsesión por objetos que no son juguetes y que usa
como “juguetes” (ollas, tiritas, partes de objetos). Duerme con ellos, los lleva a todas partes, los
percibe de manera aguda en todos lados (p.ej. percibe un pequeño logo que le agrada a gran
distancia o detallando de manera importante). Personajes de T.V., música de la T.V.
No usa los juguetes de forma adecuada, no hay juego representativo convencional.

Coloca las cosas en fila, las coloca según color, forma, tamaño. Meter y sacar objetos de gavetas,
del refrigerador. Golpeteo repetitivo de objetos (todo es un tambor).

Constantemente se llevan todo a la boca (en exceso, sobre todo luego de los 24 meses).

Interés obsesivo por patrones, números, letras, logos.

Atipicidades en el sueño
Los ciclos de sueño están alterados, duerme poco, se levanta muy temprano, se acuesta muy
tarde, llora irritado.

Aldo J. Barbero, Psicólogo Clínico.


ajbarbero@hotmail.com @ajbarbero

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