La terapia cognitivo-conductual se basa en la idea de que tanto
las emociones como las conductas tienen su origen en el pensamiento, el cual dependiendo si es racional o irracional, determina en gran medida el bienestar o malestar del individuo. Propone una explicación biológica, psicológica y social de la conducta y emociones humanas. Se considera que, si se modifican los pensamientos del sujeto, en automático cambian la manera de sentir, y por consiguiente de comportarse.
Esta terapia se apoya en 4 pilares teóricos: el aprendizaje clásico,
operacional, social y cognitivo. Combina la terapia cognitiva con la terapia conductual, esta al contrario de otras formas de psicoterapias, el terapeuta es más activo y directo. Tiene base sobre la evaluación cognitiva relacionado al modelo biopsicosocial que es más propio de la terapia ocupacional. El enlace de la terapia ocupacional y la cognitiva da la oportunidad de examinar el significado de las actividades funcionales.
Dentro de la terapía ocupacional establece una relación de cooperación,
actúa como entrenador y educador y cuestiona irracionalidades y usa actividades para tener acceso la parte cognitiva. Se hace énfasis en el análisis y modificación de patrones de pensamientos y la sustitución de estos por patrones racionales adaptivos. Consta de 3 fases o etapas, la evaluación, la intervención y el seguimiento.
En conclusión, Las terapias cognitivos-conductuales son una fusión de
las terapias conductistas, cognitivas y la ocupacional, parten de la premisa que el comportamiento es consecuencia de los pensamientos, al igual que los conductistas toma en cuenta la relación estimulo-respuesta, con la diferencia que el individuo no reacciona mecánicamente a los estímulos provenientes del ambiente, sino que estos son mediados por un pensamiento, y que pueden modificarse a través de técnicas y métodos aplicados a la cognición..