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Historia de mal y gracia a partir de Gen 2-3

Los capítulos 1-11 (especialmente caps. 2-9) presentan el poder


creciente del mal en el mundo junto con la imagen del
crecimiento escondido de la gracia (cf. G. von Rad1):

→ Pecado de Adán y Eva (Gen 3): se predice ya la victoria del


linaje de la mujer sobre el de la serpiente (v.15); Dios cuida a sus
criaturas (“los vistió”, v.21).

→ Caín (Gen 4,8), y todos sus descendientes (4,17ss). Llega a


ser general en el mundo (cf. Gen 6,5ss) y el diluvio es la
consecuencia.

→ No obstante, la historia puede recomenzar a partir de un


pequeño resto. La historia de destrucción que los humanos han
provocado por el pecado puede volver a recomenzar (cf. Gen
6,8ss; 9,18ss, historia de Noé).

→ A pesar de todo, de nuevo el pecado hace su aparición, y sin


que ni tan siquiera la familia de Noé sea una excepción al mal
universal (cf. maldición de Canaán, Gen 9,25); el orgullo no
desaparece de los hombres (cf. Gen 11,1-9, construcción de la torre
de Babel).

→ Aunque no desaparece el pecado, partir de Abraham ha


dado comienzo una historia de bendición, contrapunto de la del
pecado y la maldad humana.

                                                            
1
“The Form-Critical Problem of the Hexateuch” en The Problem of the Hexateuch and Other
Essays, SCM, London, 1984, 64-65

 
Gen 3,1-11,9: reflexión sobre el pecado en la historia

En estos capítulos: esquema en cinco puntos: tentación, caída,


consecuencias negativas, Dios sanciona lo acaecido y
promesa de salvación.

Gen 3:

Tentación: Varón y mujer pretenden “ser como dioses” (cf. Gen


3,5).

Caída: “Entonces la mujer vio que el árbol era bueno para comer,
que era atractivo a la vista y que era árbol codiciable para alcanzar
sabiduría. Tomó, pues, de su fruto y comió. Y también dio a su
marido que estaba con ella, y él comió” (Gen 3,6).

Consecuencias negativas: Ven su propia desnudez como el


signo de una desconfianza mutua y como una fragilidad que puede
llevar al engaño recíproco (Gen 3,8-10).

Dios sanciona lo acaecido: Gen 3,14-19.

Promesa de salvación: se predice ya la victoria del linaje de la


mujer sobre el de la serpiente (v.15); Dios cuida a sus criaturas
(“los vistió”, v.21); “Eva, madre de todos los vivientes” (Gen
3,20). 


 
Gen 4,1-16: 

Tentación: Caín no soporta la alteridad de su hermano. Siente


envidia de que sea diverso y diferente a él (Gen 4,5b-7).

Caída: mata a su hermano (Gen 4,8).

Consecuencias negativas: la sangre de Abel clama a Dios desde


el suelo (Gen 4,10b).

Dios sanciona lo acaecido descubriendo la maldad de Caín. El


fratricidio ha hecho quebrar también la relación con Dios: “ahora
pues, maldito seas tú, lejos de la tierra que abrió su boca para
recibir de tu mano la sangre de tu hermano. Cuando trabajes la
tierra, ella no te volverá a dar su fuerza. Y serás errante y fugitivo en
la tierra” (Gen 4, 11-12).

Promesa de salvación: “Quienquiera que matare a Caín, lo pagará


siete veces. Y Yahveh puso una señal a Caín para que nadie que le
encontrase le atacara. Caín salió de la presencia de Yahveh y se
estableció en el país de Nod, al oriente de Edén” (Gen 4,15-16). 

   


 
Gen 11,1-9:  
 

Tentación: pecado de soberbia. Los seres humanos deciden


“hacerse famosos”, “hacerse un nombre” (v.4), en lugar de recibirlo
de Dios (Gen 5,1-2; cf. Gen 1,26-27; 2,18-25; 17,5.15-16; 32,28-29;
Is 7,14; 8,1-4.8.10; Os 1,3-9, 2,23-25). Utilizan la creación para
auto-divinizarse y auto-promoverse al margen de Dios,
pretendiendo ser como él (cf. Gen 3,4; Is 14,3-23: Babilonia; Ez
28,1-19; Dn 11,21-45).

Caída: Construcción de la torre de Babel (cf. Gen 11,5)

Consecuencias negativas: Mentira y "confusión", en oposición a la


separación creadora entre Dios y la creación, (cf. Gen 1,3.6.7). Se
despoja a la creación del verdadero sentido dado por el Creador y
se le atribuye pretenciosamente otro falso, de hechura humana.

Dios sanciona lo acaecido: “Vamos, pues, descendamos y


confundamos allí su lenguaje, para que nadie entienda lo que dice
su compañero. Así los dispersó Yahveh de allí sobre la faz de toda
la tierra, y dejaron de edificar la ciudad …Yahveh confundió allí el
lenguaje de toda la tierra, y desde allí los dispersó sobre la faz de
toda la tierra” (Gen 11,7-9).

Promesa de salvación: No se haya en esta narración, ya que


termina con un juicio divino sobre la humanidad, en el cual no
aparece ninguna nota de perdón.


 

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