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Contexto histórico

Engañados con distintos tratados de paz, como los de 1872 y 1878, los ranqueles y otras tribus
se dirigían periódicamente a la Provincia de San Luis a proveerse de bienes para la agricultura y
de unas pocas vacas. En ese entonces, el ejército en las cercanías de Villa Mercedes
aprovechaba para capturar a las tribus con la guardia baja para posteriormente trasladarlas al
inhóspito Norte del Chaco y de la Provincia de Salta.

En este escenario, el cacique Yancamil fue herido, hecho prisionero por las fuerzas armadas y
separado de su familia, compuesta por su esposa y sus dos hijas, las cuales fueron deportadas
al "norte argentino", y que él nunca más volvió a ver.

A los 45 años de edad Yancamil se liberó del Ejército Argentino y se adentró en el oeste
pampeano. Allí reunió un grupo de 10 indígenas ranqueles y tehuelches, provocando hurtos y
destrozos a los precarios puestos de la avanzada colonizadora.

En uno de sus tantos atracos al territorio colonizado, fue corrido durante varios días por las
tropas desde la Provincia de Mendoza. En la huida logró encontrarse con algunos tehuelches
perdidos, que en otra época habían sabido ser enrolados como soldados del ejército, sumando
así un grupo de 17 indígenas con caballos muy cansados por la larga corrida.

Al llegar al último refugio indígena cerca de Puelén, se encontraron ante la ofensiva de una
veintena de indígenas alistados en el ejército vestidos con uniformes de soldados, quienes los
tirotearon.

Encerrados por el cansancio arremetieron contra los soldados,3 e identificando al indio de


apellido Mora, quien era el que comandada las tropas del Gobierno. Todos sabían que Mora
trabajaba desde antaño para el ejército, es por eso que con especial encono lo persiguieron
hasta el mismo pie del cerro Cochicó.

El fin de la escaramuza

Para las tres de la tarde el combate era cuerpo a cuerpo con cuchillo y boleadora, y al cabo de
tres horas ya había unas 5 bajas de cada lado. Para la noche, el aguacero era tal que los
combatientes habían perdido los cuchillos, las lanzas y hasta las alpargatas. El combate se
redujo a una innumerable sarta de insultos y solo se tiraban dos o tres boleadoras de un bando
al otro, y estos las devolvían al bando contrario, pues era el único material bélico que había
quedado entre ambos bandos.

Con frío y agotamiento, una docena de soldados decidió retirarse mitad a caballo y el resto a
pie, dejando victoriosos a los indígenas de Yancamil, quienes por un breve periodo de tiempo
recuperaron la tierra, para luego ser finalmente capturados, muertos o colonizados. No
obstante, Yancamil vivió para formar otra familia, y tener 8 hijos más.

Dos versiones

Existen dos versiones sobre los hechos ocurridos, la historia oficial del Ejército Argentino narra
que los soldados del general Roca, después de aquel combate, justificando su aguante ante
300 indígenas lograron ser llamados "Héroes de la Conquista al desierto", y sus restos hoy en
día descansan en un monolito del centro de la plaza de Victorica.

No obstante, Yancamil narró que para ese entonces era imposible pensar que existía un grupo
de 300 ranqueles con pertrechos para combate, ya que todas las tribus habían sido diezmadas
y destruidas por el constante asedio militar a los tehuelches y ranqueles de la región.

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