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Enrique G. Encinosa
IX
Tomás San Gil era llamado por los castristas El Brazo Más Fuerte del Escambray, y con
razón. Bajo su mando se incrementó la línea de suministros, se efectuaron más
alzamientos, y se intensificó la lucha guerrillera, realizando numerosas acciones de
combate contra las fuerzas castristas.
Según las publicaciones del régimen, a la guerrilla de San Gil se le atribuyeron -ten un
período de once meses las bajas de cincuenta y cuatro soldados del ejército castrista, y el
incendio y destrucción de dos ómnibus y de treinta y seis edificios, entre los que incluían,
casas de curar tabaco, tiendas de cooperativas y almacenes del gobierno.
Tomasito San Gil era un muchacho de baja estatura, pero de fuerte constitución física,
inmensamente valiente y dotado con un gran sentido de organización. Aunque al alzarse
en armas en el mes de septiembre de 1960, carecía de entrenamiento militar, Tomasito
llegó a jefe guerrillero en el fragor del combate. Un estratega natural, fue escogido por el
Comandante Osvaldo Ramírez, como Segundo Jefe del Ejército de Liberación Nacional.
En su época de alzado, desde 1960 hasta 1963, demostró ser un combatiente de primera
linea y como Jefe de Guerrillas fue muy querido por su tropa. Cuando cumplió 23 años,
los hombres de la línea de suministros le enviaron un cake y bocaditos a la manigua para
que celebrara su cumpleaños.
Hoy, guerrilleros que sobrevivieron la guerra campesina, hablan de Tomás San Gil con
reverencia y admiración. Estos ex-guerrilleros cuentan que en un combate, él era el
primero en atacar, y en un cerco, el último en escapar.
El Departamento de Seguridad del Estado, en uno de sus muchos intentos para asesinar a
San Gil, infiltró a un hombre dentro de la comandancia guerrillera. Tomasito, enterado de
esta trampa, a través de sus contactos, arrestó al infiltrado, llamado Cipriano Almeida y a
un guajiro que le servía de contacto. Ambos fueron ahorcados.
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La linea de suministros del FURE (Frente Unido Revolucionario del Escambray), había
comenzado a vertebrarse en 1961. El Comandante Osvaldo Ramírez asignó para la
dirección del aparato clandestino a Luis Rodríguez, un hombre de amplias dotes
organizativas y probado valor. Tiempo después, Rodríguez fue arrestado y enviado al
presidio político. Tomás San Gil que ya fungía como Jefe de la Comandancia, a la muerte
del Comandante Osvaldo Ramírez, reestructuró la línea de suministros, tratando de
establecer contactos con grupos guerrilleros en otras provincias. Tomasito le asignó a
Renán Llanes la labor de establecer nexos con alzados en Matanzas, La Habana y Pinar
del Río. Llanes logró reunirse con el Jefe de Guerrillas de Pinar del Río, conocido
solamente como Cara Linda, con el Comandate Filiberto Coto en Güira de Melena, en La
Habana, y con Perico Sánchez, el audaz jefe de la guerrilla matancera. Para Llanes,
comenzó la dificil labor de realizar viajes semanales entre La Habana Placetas, llevando
armas y suministros. Todo el equipo bélico era depositado en una finca de Placetas, desde
donde los mensajeros de las guerrillas los transportaban a la zona de operaciones en el
Escambray.
Uno de los contactos establecidos por Llanes que suministró armamentos a los hombres
del Escambray, fue el Comandante del Ejército Rebelde Raúl Díaz Torres, veterano de la
expedición del Granma, quien ya en esa época, se encontraba conspirando contra Castro
y que eventualmente prefirió irse al exilio que integrarse al comunismo.
Toda la linea de suministros y mensajes enviados a San Gil eran supervisados por su
hermana Conchita, y su madre. Doña Benilde Díaz de San Gil. Durante los años que
realizaron esta riesgosa e importante labor, ambas mujeres fueron arrestadas y
maltratadas en numerosas ocasiones, e interrogadas incesantemente.
En un intento para destrozar a los grupos guerrilleros, las milicias serranas y el LCB se
lanzaron a la búsqueda frenética de los alzados. Entre los mejores oficiales de combate
del LCB se encontraban el Capitán Pedro Nodal Loyola, y el primer teniente Gustavo
Castellón, conocido como El Caballo de Mat'aguara. A Castellón, el régimen le ha creado
una imagen utilizando la publicidad oficial, atribuyéndole la eliminación o captura de
más de doscientos alzados, cifra obvia
mente exagerada. Pero cierto es que Castellón sí causó estragos entre los alzados, los
cuales llegaron a respetarlo como un contrincante de probado valor. Varios de los
sobrevivientes de la lucha guerrillera han declarado que, El Caballo de Mayaguara en
ciertas ocasiones le tuvo compasión a algunos de los alzados capturados heridos, no
permitiendo que sus hombres los remataran. Esta no era una práctica común de parte de
los soldados castristas, ya que muchos alzados fueron ejecutados en los mismos montes
donde eran capturados.
tino de los jefes guerrilleros capturado y fusilado fue Margarito Lanza Flores, conocido
por Tondike. La zona de operaciones de Tondike se encontraba en el norte de Las Villas,
desde Corralillo hasta Sagua La Grande. Un humilde hombre de pueblo, de la raza negra,
Tondike era jíbaro y muy difícil de atrapar. Sabía caminar de espaldas para dejar rastros
falsos. Dentro de un cerco se movía de lado a lado, dejando pista que confundían a los
cazadores del LCB. En cierta ocasión, que se encontraba cercado, eludió el anillo de
tropas y cruzó la Carretera Central hacia el sur, a propósito dejó un rastro obvio,
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A pesar de las traiciones internacionales, en los montes cubanos, los valientes guerrileros
continuaban la guerra, sin ayuda del exterior y solamente apoyados por los campesinos de
las zonas en conflicto.
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