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Josefa Antonia Pérez de la Paz (Chepita)

Madre de Juan Isidro Pérez, uno de los nueves Trinitarios, doña Chepita fue la primera
“Comunicada” de La Trinitaria, organización política que se fundó en su casa de la calle Arzobispo
Nouel el 16 de Julio de 1838.

Al convocar a la primera reunión de la Sociedad Secreta “La Trinitaria”, los conspirados pidieron a
Doña Chepita, quien vivía frente a la Iglesia del Carmen, prestar su casa para celebrar el encuentro.
Era imperativo evitar llamar la atención de las autoridades haitianas, así que los Trinitarios
decidieron aprovechar la festividad Del Carmen para reunirse ese día, aparentando que todos iban
a la iglesia.

Doña Chepita consistió recibir en su casa al grupo de conspiradores rompiendo los esquemas
tradicionales de la época al ignorar prurito religioso y aprovechan estratégicamente el bullicio de
la festividad del Carmen para la fundación de “La Trinitaria” y el juramento de sus nueve
miembros. Mientras deliberaban, doña Chepita vigilaba la calle, convirtiéndose de esta manera en
la primera de las que se llamaron “comunicadas” de la Trinitaria.

Asumió todos los riesgos que implicaba esta colaboración con la primera organización política de la
Republica Dominicana, con lo que aportó una valiosa cuota al proceso de la historia de nuestra
independencia.
Juana de la Merced Trinidad (Juana Saltitopa, ‘’ La Coronela’’)

Juana de la Merced Trinidad (1815 - 1860), también conocida como Juana Saltitopa, fue


una activista y militar dominicana que tuvo una destacada participación en la guerra por la
independencia dominicana, específicamente en la Batalla del 30 de Marzo de 1844 en Santiago de
los Caballeros. Se desconoce la fecha exacta de su nacimiento y su muerte. Su actitud de arrojo y
valentía le ganó el apodo de “La Coronela”.
Juana Saltitopa nació en la comunidad de Jamo en Concepción de La Vega. Fue una
muchacha extrovertida y enérgica, que le gustaba trepar a los árboles y saltar de rama en rama.
Eso le ganó el sobrenombre de “Saltitopa”

Papel en la Guerra de Separación Dominicana.

 En el fragor de la pelea Juana Trinidad ocupaba lugar entre los combatientes


animándolos y llevando pólvora a los artilleros.3
 Se desempeñó como "aguadora" transportando agua para las necesidades de las tropas
dominicanas y refrescar los cañones.4
 Juana Saltitopa realizó labores como enfermera, ayudando a curar a los combatientes
dominicanos.5
 Según Esteban Aybar y Aybar, soldado de la guerra de Guerra de Separación
Dominicana y la Guerra de Santo Domingo, Juana se le vio en la Ciudad de Santo
Domingo, hacia 1852, ganando sueldo de coronel trabajando para el gobierno. Más
tarde, Pedro Santana, ya en el poder, la despidió y la envió de vuelta para el Cibao.
Terminadas las campañas separatistas las actividades de “La Coronela” fueron más de la
vida privada que de la política. En ese tenor, Esteban Aybar escribió en sus memorias
(publicadas parcialmente por Despradel Batista): "... la muerte que le dio una mujer de
la vida, a un coronel haitiano, la cual se nombraba Merced y por mal apodo (a) Md.
Saltaitopa, a esta la conocí anteriormente en Santiago por ser de allí, y el año 1852 la vi
en Santo Domingo, ganando un sueldo de coronela, por el Gobierno, pero más tarde
Santana por su relajo, le privó del sueldo y empleo y la despachó otra vuelta para el
Cibao,..."  Casi siempre andaba, tanto en La Vega como en Santiago, acompañada por
dos mujeres: Juana Colón, santiaguera, y Petronila Suárez, vegana.

Muerte
En el 1860, «La coronela» murió asesinada, durante un enfrentamiento, entre Nibaje y Marilópez,
camino de Santiago de los Caballeros y ya muy cerca de esta ciudad. 7
María de la Concepción Bona y Hernández

María de la Concepción Bona y Hernández Madre de la Patria (6 de diciembre de 1824– 2 de julio


de 1901) fue una educadora en la escuela de párvulos que regenteaba su primo Pedro Alejandrino
Pina García y activista dominicana del siglo XIX; junto a las demás Madres de la Patria, María
Trinidad Sánchez, Isabel Sosa y María de Jesús Pina, confeccionaron la bandera dominicana.
Una de las estaciones de la línea 2 del Metro de Santo Domingo lleva el nombre de Concepción
Bona en su honor.
Concepción Bona era hija de Vicente Ignacio Bona Pérez en (1800–1844) uno de los firmantes
del Manifiesto del 16 de enero de 1844, y Juana de Dios Hernández, quien era prima hermana de
Josefa Brea Hernández, la esposa del patricio Ramón Mella.
Cuando Jean Pierre Boyer toma posesión del territorio dominicano en 1822, se produjo un choque
político y cultural entre los dos países, ya que los haitianos tenían una base cultural franco-africana
y el pueblo dominicano había sido educado de otra manera, con una base cultural hispánica, por
esta razón se les impuso una represión militarizada, a cargo de Gerónimo de Borgellá, el cual se
encargó de reclutar jóvenes para el servicio militar de República Dominicana.
Concepción Bona creció en el seno de una familia totalmente adscrita a la causa que seguía las
ideas patrióticas de Juan Pablo Duarte. Joven valiente, se integró incondicionalmente con su
familia a las ideas Trinitarias, por lo que junto a su prima María de Jesús Pina, Isabel Sosa y María
Trinidad Sánchez,34 confeccionó con telas finas la bandera tricolor, que fue enarbolada en la Puerta
del Conde el 27 de febrero de 1844, por los independentistas. 2 Concepción Bona contaba con 19
años de edad y su prima contaba con 16.
Según los historiadores dominicanos, fue ella misma quien la entregó al esposo de su prima Josefa
Brea Hernández, el general, padre y prócer de la patria Ramón Matías Mella, en la Puerta de La
Misericordia. El 27 de febrero de ese mismo año, cuando el sol sale se ve la bandera tricolor
confeccionada por Bona y María Trinidad Sánchez, nace la República Dominicana.
Bona contrajo nupcias con Marcos Gómez y Carvajal, oriundo de Baní, el 2 de junio de 1851. De
ese matrimonio nacieron seis hijos: Marcos Antonio, Manuel de Jesús, Eloísa, Rafael María, José
María y un segundo José María.
Concepción Bona fallece el 2 de julio de 1901 en Santo Domingo. Los restos de Concepción Bona
están sepultados en el Panteón Nacional.
Petronila Abreu Delgado

Petronila Abreu Delgado. Heroína independentista dominicana.


Doña Petronila Abreu y Delgado, fue una de aquellas mujeres de espíritu fuerte que la noche del
memorable 27 de febrero de 1844, contribuyeron a la magna obra de la proclamación de nuestra
independencia.
Ciertamente, del almacén de su hermano político, el prócer Juan Nepomuceno Ravelo- agrega el
distinguido diario - ella sacó pólvora y municiones en compañía de su hermana doña Altagracia
Abreu y las llevo a su casa, donde las tomaron los patriotas que en el baluarte de El Conde, daban
después el grito de “Independencia o muerte”.
Doña Petronila Abreu vio la primera luz en Santo Domingo, el día 13 de mayo del año 1815. Era
hija de don Pablo Abreu, de la zona de San Carlos y de doña Antonia Delgado.
Fue bautizada el día 26 del mismo mes de su nacimiento en la Santa Iglesia Catedral.
Su hermana Altagracia, era la esposa del prócer Trinitario don Juan Nepomuceno Ravelo y Reyes
(1815-1885), quienes contrajeron matrimonio en esta ciudad, en la Parroquia Mayor, el día 19 de
mayo de 1842, oficiando, el ilustre presbítero Don Gaspar Hernández.
Como lo consigna la señorita doña Rosa Duarte en sus interesantes apuntes, la familia del prócer
Ravelo, fue de las que en el silencio del hogar, acaso en la alta noche, fabricaron balas para el
golpe libertador dado por Sánchez y Mella, en el baluarte del Conde.
En el año 1858, a la caída de la administración del presidente Buenaventura Báez, el Trinitario
Ravelo se encaminó a la vecina isla de Cuba, estableciéndose en Santiago, donde pasó el resto de
su vida.
Su cuñada, la señorita doña Petronila Abreu Delgado, que no pasó de soltera y que siempre vivió al
amparo de su hermana Altagracia, siguió con ella el camino del destierro y murió sin volver a su
Patria, a la hermosa edad de 89 años, el día 4 de octubre de 1904.
MARÍA DE JESÚS PINA (1825-1858)

María de Jesús Pina nació el 25 de diciembre de 1825, siendo bautizada un mes después en la
Santa Iglesia Catedral.

El distinguido historiador Dr. Alcides García Lluberes, consignó que doña Concepción Bona tuvo
por cooperadora en la confección de la primera bandera nacional, o sea la que fue izada por
Francisco del Rosario Sánchez en el Baluarte la noche del 27 de febrero de 1844, a la señorita
María de Jesús Pina, prima y vecina suya, pues como se sabe ambas señoritas pertenecían a
honorables familias “ardientemente adscritas al servicio de la causa revolucionaria” dominicana.

Ciertamente, el padre de la señorita Pina, don Juan Pina, fue de los patriotas adictos a Duarte en
los días esplendorosos de julio y febrero. Su nombre figura entre los firmantes del Manifiesto del
16 de enero de 1844 y fue de los de la columna de la noche gloriosísima del 27 de febrero. Era,
además, padre del trinitario fundador Pedro Alejandrina Pina, una de las figuras más puras del
sacro colegio duartista.

La señorita Piña, consagró sus energías a la enseñanza, en una escuela de primeras letras fundada
por su hermano, en su propio hogar. Su colaboración en la confección de la bandera duartista, le
da derecho a figurar entre las mujeres de la Independencia.
Murió el 10 de Enero del año 1858.
Ana Valverde

Ana Valverde (Santiago de los Caballeros, República dominicana, 1798- 20 de noviembre de 1864)


fue una luchadora dominicana que participó en la gesta independentista de 1844 contra Haití y
posteriormente en las guerras de la Restauración. Por su fidelidad a Juan Pablo Duarte y sus
ideales, fue deportada, junto a otros miembros de su familia.
Valverde nació en 1798 en Santiago de los Caballeros, República Dominicana, pero creció y se
desarrolló en Santo Domingo.
Era la hija del doctor José Valverde, abogado de la Real Audiencia de la Hispaniola y de Dolores
Fernández. Su hermana, Ana Valverde, era también duartiano, y fue de los principales próceres de
la Restauración.
Valverde nunca se casó ni tuvo hijos, dedicada por completo a la lucha independentista.
Trabajó en la fabricación de cartuchos y balas en la casa de la familia Ravelo, junto a las hermanas
Duarte, especialmente Rosa, Froilana Febles y las hermanas Petronila y Altagracia Abreu y
Delgado. Estas municiones fueron utilizadas en la lucha de independencia contra los haitianos en
1844 y luego en la lucha contra la anexión a España.
Recaudaba dinero entre las mujeres cercanas a ella para la reparación del muro protector en la
ciudad de Santo Domingo.
Trabajó reclutando otras mujeres para la causa e incitando a la protesta.
Murió en Santo Domingo el 20 de noviembre de 1864, a los sesenta y ocho años sin dejar fotos,
dibujos ni referencias de su aspecto físico. 
María Baltasara de los Reyes y Bustamante

María Baltasara de los Reyes (nacida como María Baltasara de los Reyes y Bustamante c. 1798 -


1867) fue una mujer dominicana que tuvo un importante activismo en el movimiento de la
independencia de la República Dominicana. Es conocida por haber ocultado a un fugitivo Juan
Pablo Duarte mientras era perseguido por hombres del ejército haitiano y por haber sido la
primera mujer en tomar armas en la guerra de independencia el 27 y 28 de febrero de 1844.

Baltasara era de procedencia desconocida pero si de origen dominicano. Según los historiadores
dominicanos, fue llamada María Baltasara porque nace el día de los Reyes Magos (Epifanía), 6 de
enero, y se cree que fue en fecha de 1798; y le pusieron Baltasara por el rey negro Baltasar.
Baltasara fue hija de Micaela Bustamante, aunque se desconoce algunos datos concernientes a
este hecho.
Baltasara de los Reyes contrajo nupcias, según los historiadores dominicanos el 2 de mayo de 1812
con Francisco Acosta, un diestro marino de origen lusitano, el cual era conocido como El
Portugués. La pareja tuvo dos hijos: Juan Alejandro Acosta, militar y general de marina de la
República Dominicana que luchó por la independencia del país; y Lucía Acosta.
María Baltasara falleció en Santa Cruz de Gato, un pequeño pueblo ubicado en Higüey, República
Dominicana.
Filomena Gómez de Cova
FILOMENA GOMEZ DE COVA y la “Filoria”. ( Flor de los TRINITARIOS ) Una calle del sector
Serrallés , que va desde la Gustavo Mejía Ricart hasta la Jacinto Mañon, fue nombrada en su
honor.
Los nombres de Ana Valverde, María Trinidad Sánchez, Foreland Fables, Baltazara de los Reyes,
Rosa Duarte, Juana Saltitopa, María de Jesús Pina, Filomena Gómez, Micae- la Rivera, Petronila
Gaú, Concepción Bona, las hermanas Villa y del Orbe, ocupan un lugar en los anales de nuestra
gloriosa Independencia.
Ellas son el pomo de perfume, los pétalos fragantes de aquella época de heroísmo y de grandeza.
A doña Filomena Gómez de Cova corresponde la gloria de haber importado de Caracas la blanca
flor que sirvió de símbolo duartista en el pecho y en la cabellera de la mujer dominicana y en el
ojal y sobre el corazón de los próceres en los días gloriosos de La Trinitaria.
Cuando el coronel Machado gritó, en el vértigo de la reacción antiduartista, ¡Abajo los filorios!, a
este grito respondieron «los trinitarios como jamás se ha respondido en una infamia: desde ese día
las jóvenes duartistas llevan en sus cabellos una blanca flor: ¡la filoria!». (Emilio Rodríguez
Demorizi. Juan Isidro Pérez, el Ilustre Loco, C. T., 1944, p. 85).
«También se afirma... que el nombre de “Filorio” se deba a los estudiantes de filosofía en tiempos
de la dominación haitiana. ¡Craso error! Este apodo respectivo (despectivo) fue dado por el
coronel Machado a los duartistas el día en que proclamaban a Santana jefe supremo. Él, Machado,
fue quien gritó: ¡Abajo los filorios!... Desde entonces, las señoritas partidarias de Duarte se
colocaban en sus cabelleras una flor blanca que denominaban “filoria”, la misma que importó del
extranjero doña Filomena Gómez de Cova». (A.B.: Contestación al opúsculo del señor don José
María Serra, Santo Domingo, Tipografía Comercial, 1889.
«La juventud se instruía y... preciso es decirlo, hubo quienes nos censuraban y nos ridiculizaban:
nos llamaban filorios por irrisión.
Esta palabra no tiene significación en el idioma: fue in- ventada por un truhán para llamarnos por
ironía filósofos». (José María Serra: Apuntes para la historia de los trinitarios fundadores de la
República Dominicana, Santo Domingo, 1887, p.18).
Cuando el coronel Machado gritó, en el vértigo de la reacción antiduartista, ¡Abajo los filorios!, a
este grito respondieron «los trinitarios como jamás se ha respondido en una infamia: desde ese día
las jóvenes duartistas llevan en sus cabellos una blanca flor: ¡la filoria!». (Emilio Rodríguez
Demorizi. Juan Isidro Pérez, el Ilustre Loco, C. T., 1944, p. 85).
«También se afirma... que el nombre de “Filorio” se deba a los estudiantes de filosofía en tiempos
de la dominación haitiana. ¡Craso error! Este apodo respectivo (despectivo) fue dado por el
coronel Machado a los duartistas el día en que proclamaban a Santana jefe supremo. Él, Machado,
fue quien gritó: ¡Abajo los filorios!... Desde entonces, las señoritas partidarias de Duarte se
colocaban en sus cabelleras una flor blanca que denominaban “filoria”, la misma que importó del
extranjero doña Filomena Gómez de Cova». (A.B.: Contestación al opúsculo del señor don José
María Serra, Santo Domingo, Tipografía Comercial, 1889.
«La juventud se instruía y... preciso es decirlo, hubo quienes nos censuraban y nos ridiculizaban:
nos llamaban filorios por irrisión.
Esta palabra no tiene significación en el idioma: fue in- ventada por un truhán para llamarnos por
ironía filósofos». (José María Serra: Apuntes para la historia de los trinitarios fundadores de la
República Dominicana, Santo Domingo, 1887, p.18).
Doña Filomena Joaquina Gómez Grateró, viuda de la Cova, acabó sus días en esta misma ciudad el
9 de mayo de 1893, en edad nonagenaria.
María Trinidad Sánchez

María Trinidad Sánchez Madre de la Patria (16 de junio de 1794, Ciudad de Santo Domingo, Capitanía


General de Santo Domingo - 27 de febrero de 1845, Ciudad de Santo Domingo, República Dominicana) fue
una separatista dominicana. Confeccionó con la ayuda de Concepción Bona la primera bandera
dominicana. Fue víctima del primer crimen político en la historia dominicana.
Trinidad Sánchez fue representante del liderazgo femenino en su época. Transportó pólvora, bajo su falda,
para cargar municiones durante la batalla separatista que buscaba la separación del pueblo haitiano,
ayudando así a que los soldados estuviesen preparados para defenderse y atacar.
María Trinidad Sánchez, fue enterrada el 27 de febrero de 1845.
María Trinidad Sánchez nació en la ciudad de Santo Domingo, Capitanía General de Santo Domingo, el 16
de junio de 1794. Sus padres fueron Fernando Raimundo Sánchez e Isidora Ramona. Era tía de uno de los
padres de la patria, Francisco del Rosario Sánchez.
Trinidad Sánchez se integró a los movimientos conspiradores que surgieron para derrocar el gobierno
haitiano y los que posteriormente se formaron en contra de Pedro Santana y sus intereses anexionistas.
Participación en la gesta independentista
María Trinidad Sánchez formó parte del Movimiento La Trinitaria, a pesar de ser mujer y de tratarse de un
tema en ese entonces considerado para hombres. Alojó en su casa a los descendientes del general  Pedro
Santana, que se escondían del gobierno haitiano. 
Trinidad Sánchez organizó y orientó la conspiración del 1844, confeccionando con Concepción Bona, Isabel
Sosa y María de Jesús Pina la primera bandera dominicana, la cual fue enarbolada con todo el orgullo de
sus compatriotas en la puerta del Conde el 27 de febrero del 1844.
Mientras los hombres independentistas estaban al frente de la guerra, la noche histórica del 27 de febrero
de 1844, ella y otras mujeres fabricaban cartuchos que fueron utilizados por los trinitarios para atacar al
gobierno haitiano. Transportó pólvora, bajo su falda, para cargar municiones durante la batalla separatista
que buscaba la separación del pueblo haitiano, ayudando así a que los soldados estuviesen preparados
para atacar y defenderse.
Fue una de las primeras personas apresadas, al descubrirse la insurrección que intentaba por todos los
medios legales que los defensores de la Independencia, que habían salido exiliados del país por Pedro
Santana, pudieran volver. Única conocedora del escondite de su sobrino, Francisco del Rosario Sánchez, a
quien le llevaba las comunicaciones que le enviaban los demás trinitarios. Jamás lo reveló.
Fue juzgada por un Consejo de Guerra, junto a otros compañeros, que les condenó al fusilamiento. El
dictamen del Tribunal dice textualmente que fueron condenados como autores instrumentales de la
conspiración considerados hasta el momento, y por haberse negado obstinadamente la primera (María
Trinidad Sánchez) a confesar (es decir, a delatar) los principales. 
En los interrogatorios se le ofreció la gracia de la vida si denunciaba a sus compañeros, María Trinidad
prefirió callar y enfrentarse al pelotón de fusilamiento antes de traicionarlos.
El 27 de febrero de 1845, al cumplirse el primer aniversario de la fundación de la República, se ejecutó la
sentencia. María Trinidad Sánchez caminó desde la Fortaleza Ozama hasta el cementerio, donde fue
fusilada, y al pasar por la Puerta del Conde exclamó: "Dios mío, cúmplase en mí tu voluntad y sálvese la
República”.

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