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Bibliografía obligatoria:
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en un objeto que a partir de esa situación será vivenciado como un objeto
malo persecutorio, que a través del “interjuego constante” entre
proyección e introyección, se va a introyectar en el mundo interno como
un objeto malo interno.
Otras fuentes de la ansiedad persecutoria que menciona Klein en este artículo
son: el trauma del nacimiento y la frustración de las necesidades corporales.
El Yo y el objeto se constituyen recíprocamente a través de los
mecanismos de proyección e introyección. El Yo temprano carece de
cohesión y al inicio de la vida coexisten una tendencia a la integración como
expresión del instinto de vida y una tendencia a la desintegración y a hacerse
pedazos como expresión del instinto de muerte. La posibilidad de cohesión del
Yo va a depender, en última instancia, de un factor constitucional que es la
capacidad para tolerar la ansiedad.
Las relaciones de objeto características de esta posición son de tipo
parcial. Bajo la presión de la ansiedad persecutoria, el yo escinde al objeto y
su relación con él, lo que implica una escisión del yo mismo. M Klein dice: “El
impulso destructivo es proyectado en el pecho como agresión oral y en los
estados de frustración el niño siente que ha introyectado el pecho en pedazos”.
A partir de 1946 se introduce una mayor precisión respecto de la cualidad
parcial de las relaciones de objeto. Anteriormente, el carácter parcial de los
objetos en tanto segmentos corporales - boca, pecho, mano- era entendido
como consecuencia de la inmadurez de los aparatos sensorio-perceptivos del
recién nacido que le impedían conectarse con la totalidad de la madre como
persona. Ahora, la parcialidad del objeto además de atribuirse a la inmadurez
neurológica del bebé, va a ser considerada como consecuencia de una
estrategia defensiva del yo: el mecanismo de escisión o clivaje. Este
mecanismo define no solo la separación o distancia entre los aspectos malos y
buenos del objeto, sino también divide las emociones que experimenta el bebé;
las emociones primitivas son entendidas por Klein como representantes de los
instintos y también entonces, se experimentará una separación entre amor y
odio.
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La escisión o clivaje: Klein plantea en este artículo que bajo la presión de la
ansiedad persecutoria, el yo tiende a hacerse pedazos; cuando este yo
primitivo escinde al objeto, también escinde su relación con él, por lo cual toda
escisión del objeto implica una escisión activa del yo mismo.
A propósito del término clivaje – que Klein utiliza como sinónimo de escisión- ,
cabe mencionar que es un concepto tomado de la geología, del estudio de los
minerales, que expresa la idea de que el objeto o el yo no se van a escindir
azarosamente, sino siguiendo determinadas líneas de fractura que son
inherentes a su constitución, de manera similar a las líneas de fractura de los
cristales.
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vulnerabilidad psicosocial. Recibimos niños que han sufrido reiteradas
situaciones de pérdida, maltrato infantil y situaciones traumáticas a repetición.
Sin embargo, mientras algunos niños y niñas presentan severas alteraciones
en su desarrollo emocional, otros ante situaciones y condiciones de vida
similares, han desarrollado una capacidad de afrontamiento o mejor dicho en
términos kleinianos de reparación, que les permitió reducir considerablemente
el daño sufrido.
Algunas personas – con dificultades constitucionales para tolerar la ansiedad-
frente al incremento de la ansiedad persecutoria, más que escindir al objeto y al
yo en una escisión dicotómica -pecho bueno vs pecho malo- , fragmentan el
objeto y consecuentemente al yo. Klein plantea que bajo la presión del
incremento de la ansiedad persecutoria, el yo tiende a “hacerse pedazos”.
En este artículo, Klein menciona un tercer tipo de escisión que constituye una
defensa esquizoide por excelencia: la escisión violenta del yo. Se refiere a
una actitud característica de ciertos pacientes adultos que se sienten
indiferentes, lejos del analista, y que reciben las interpretaciones con una cierta
“cortesía distante”. Es como si en estas personas no hubiera comunicación
alguna entre la parte consciente que intenta analizarse y la parte de la
personalidad hacia la cual se dirigen las interpretaciones del analista. Esta
forma particular de defensa esquizoide se caracteriza por el rechazo del
inconsciente, ajeno a la conciencia. El ejemplo de este mecanismo está dado
por el caso de un hombre que experimenta con vehemencia su envidia sobre
algunas personas y cuando lo manifiesta, M Klein efectúa una interpretación
transferencial y le expresa que es ella a quien se dirige la envidia del paciente y
que es a ella a quien él quiere destruir. En ese momento el paciente sufre una
transformación, cambia su humor bruscamente, el tono de su voz se apacigua
y habla de una manera débil desprovista de emoción; le comunica a su analista
que se siente desconectado de la situación en su conjunto, y agrega que la
interpretación le parece correcta pero sin importancia y que, de hecho, él no
tiene ningún deseo y que siente que nada vale la pena. Los comentarios de M
Klein ponen en evidencia las motivaciones, la orientación y los modos de
producción de este proceso defensivo particular. El factor desencadenante en
este caso preciso fue el miedo a la destrucción del analista. La reacción del
paciente consistió en escindir “las partes de sí mismo, es decir de su yo”, que
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sentía peligrosas y hostiles hacia su analista. Es necesario insistir sobre el
hecho de que esta “escisión violenta del yo” es independiente del clivaje
del objeto: en vez de dirigir la pulsión destructiva hacia el exterior, el Yo las
vuelve sobre sí mismo. Este mecanismo tiene como vehículo una fantasía
inconsciente de aniquilación de una parte de la propia personalidad. Es una
defensa característica de las personas esquizoides.
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efectos de la escisión entre pecho bueno y pecho malo. La bondad de los
objetos buenos se exalta y se convierten en objetos idealizados y se refuerza la
maldad de los objetos malos. La idealización tiene su origen en el poder de
los deseos instintivos de gratificación ilimitada. Es un mecanismo
esencialmente precario, y si bien surge para combatir la ansiedad persecutoria,
es el corolario de la misma. La necesidad de separar en extremo los aspectos
de un objeto, solo se entiende como consecuencia de un incremento de
ansiedad persecutoria. Esa máxima distancia estaría destinada a preservar al
objeto bueno y es el corolario de la ansiedad persecutoria porque es un
mecanismo de reaseguramiento basado en la omnipotencia de pensamiento.
La idealización y la negación consecuente de la realidad psíquica son
estrategias defensivas para mitigar la ansiedad persecutoria. La
idealización implica necesariamente la negación del objeto malo del que está
separado mediante la escisión. El grado de idealización depende siempre del
grado de ansiedad persecutoria.
La negación de la realidad psíquica es el tratamiento impuesto al objeto
malo que se halla separado del objeto idealizado. Este concepto es
esencialmente diferente de la negación descripta por S Freud. Es un concepto
cercano al de escotomización., que implica el corte activo que hace el sujeto
de una parte de su realidad psíquica a la que después considera como no
existente. Si bien el acento recae en la realidad psíquica, implica negar también
ciertos impulsos y fantasías inconscientes, y ciertos aspectos del yo
relacionados con la realidad externa e interna.
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definitivamente el nombre de identificación proyectiva. En “Notas sobre algunos
mecanismos esquizoides”, la autora afirma que los ataques sádicos orales
existen desde el inicio de la vida y se expresan en la fantasía de introducirse en
el pecho de la madre para vaciarla y robarle sus contenidos. Estos primitivos
ataques sádico-orales que surgen en los momentos de frustración van a dar
lugar a las primeras identificaciones proyectivas, que luego serán reforzadas
por los ataques sádico-anales y sádico-uretrales. La fantasía inconsciente
subyacente a estos ataques consiste en expulsar sustancias peligrosas en el
vientre de la madre para controlarla y dominarla.
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proyección de los buenos sentimientos y de las buenas partes del yo en la
madre, es esencial para la capacidad del bebé de desarrollar las buenas
relaciones objetales y de integrar su yo. Por ejemplo, en la posición depresiva
la identificación empática con el objeto bueno al que se teme haber dañado, es
un anticipo de la posibilidad de reparación; se trataría de una identificación
proyectiva de las partes buenas del yo en el objeto.
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conceptualización de la identificación proyectiva. El argumento de esta novela
es una variación sobre el tema del “pacto con el diablo”: Fabián es un joven
hombre, pobre, enfermo y desdichado en amores que recibe el poder del diablo
de introducir su personalidad en el cuerpo de toda víctima que elija. Se
beneficia al encarnar en diferentes personas que suscitan su envidia. Pero no
es solamente la apariencia física de sus huéspedes involuntarios lo que él
adquiere, es también su temperamento, su memoria y pensamientos. Pronto
Fabián se olvida de haber sido Fabián, y así se encuentra al final de la novela
en que se reintroduce en su propio cuerpo, sin darse cuenta que ese cuerpo no
es otro que el suyo propio y que había abandonado algunos días atrás.
Del análisis que Klein hace de esta novela surge que la identificación
proyectiva excesiva hace nacer el temor de ser englobado en el objeto.
Fabián percibe con angustia que su personalidad se desvanece delante de la
personalidad de sus víctimas, es decir que las partes escindidas son
sumergidas dentro de los objetos y pierden los recuerdos y las características
del Fabián original. El “englobamiento” de la parte escindida del yo dentro y por
el objeto, es sin ninguna duda un contenido que refuerza la ansiedad
persecutoria. La proyección en el objeto de las partes clivadas del yo está
motivado por el deseo de controlarlo: hace nacer el miedo al temor de que el
objeto tome revancha controlando las partes de la personalidad depositadas en
él. De ahí se deriva el sentimiento de ciertos pacientes de que partes enteras
de su personalidad escapen a su control, sean inaccesibles o completamente
desaparezcan. Este incremento de la ansiedad persecutoria está fundada en el
rechazo del yo de la parte escindida. Por el contrario, la identificación
proyectiva de las partes buenas del yo posee la propiedad de facilitar la
introyección del amor y del bienestar proyectado sobre el objeto y de abrir un
círculo ininterrumpido de reproyecciones y de reintroyecciones “buenas” que
enriquecen al yo y se extienden a sus relaciones de objeto.
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propios aspectos peligrosos y se los atribuye al otro. Es característico de los
estados de despersonalización o en las ideas de influencia, el “no yo” hace
irrupción en el yo porque el sujeto duda de sí mismo, y de la proyección de las
partes hostiles en el objeto. Melanie Klein en Envidia y gratitud (1957) insistirá
sobre el hecho de que la identificación proyectiva excesiva de las partes malas
es un factor de confusión entre el yo y el no yo: cuando es excesiva, el objeto
se confunde con el yo, lo que conduce a una gran confusión entre yo y el
objeto, generadora del debilitamiento del yo y de problemas graves en la
relación objetal y en el vínculo con la realidad. Así el elemento identificatorio
de la identificación proyectiva mala proviene esencialmente de la
confusión que instituye entre el yo y el objeto.
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identificación proyectiva masiva de las partes destructivas en su pareja, con la
consecuente confusión entre yo y no yo.
La clase próxima retomaremos estos conceptos y veremos la progresión entre
la posición esquizoparanoide inicial y la posición depresiva.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
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POSICIÓN ESQUIZOPARANOIDE:
• MECANISMOS de DEFENSA:
ESCISIÓN o CLIVAJE
• FANTASÍAS
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