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ABUSO DE DOMINIO

La Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) sancionó a la


empresa distrital por abusar de su posición de dominio en venta
de agua en bloque con la intención de excluir a un competidor en
el mercado de acueducto.

Este martes, la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC)


impuso sanciones por más de $20.000 millones a la Empresa de
Acueducto, Alcantarillado y Aseo de Bogotá (EAB) por abusar de su
posición de dominio en el mercado de venta agua en bloque en
Bogotá.

Se llama agua en bloque porque el negocio consiste en vender cantidades


determinadas del líquido a otros municipios, que se encargan de la
distribución en sus territorios. A Mosquera, por ejemplo, la Empresa de
Acueducto de Bogotá le vende 136 litros por segundo, mientras que La Calera
sólo compra 6 (ver gráfico). Las diferencias dependen de las necesidades y la
capacidad para recibir el agua en cada municipio.

ALPINA VS DANONE

Alpina fue sancionado por la SIC por competencia desleal, pues la marca de sus
productos es muy parecida a la de la multinacional francesa Danone.

La Superintendencia de Industria y Comercio impuso una sanción que movió el mercado


de alimentos en el país. Se trata de una decisión en la que le prohíben a Alpina utilizar en
sus productos elementos parecidos a los de la multinacional francesa Danone para no
incurrir en competencia desleal.

La decisión de la SIC le ordenó a Alpina Productos Alimenticios S. A. renunciar a las


marcas ‘Alpinito 4x4’ ‘Activo’, ‘Bio-Activo’, ‘Alpina Activ’, ‘Bio Alpina’, ‘Alpinactiv’,
‘Inmunitas’, ‘Inmunitass’, ‘Inmunis’, ‘Defensis’, ‘Defens’ y demás iniciativas comerciales
que originalmente pertenecen a Danone. 

Eso no significa que el producto vaya a ser descontinuado en sus múltiples


presentaciones, aclaró una fuente de Alpina.  

De acuerdo con la SIC, Alpina se dedicó de forma consistente a imitar iniciativas de


Danone a fin de obstaculizar su ingreso al mercado colombiano. Según lo establecido por
la autoridad, la empresa registraba distintivos insignia de Danone para convertirlos en
propios para que la competencia no llegara a las tiendas nacionales.

Ese comportamiento reiterado de Alpina, según la Superintendencia, se presentó entre los


años 2004 y 2007. El daño para Danone consistió en que se creaba confusión sobre sus
productos y en que no podía hacer uso de sus propias iniciativas comerciales.

Este sería el primer del primer caso en el que se declara la comisión del acto desleal de
imitación sistemática. Semana.com trató de comunicarse con voceros de Alpina para
conocer su posición, pero no hubo respuesta.

Las copias

La SIC presentó con nombre propio las marcas que Alpina copió sin mayor reparo.
Danone, por ejemplo, tiene ‘Bio Danone’, mientras que Alpina registró y presentó ‘Bio
Alpina’. Los americanos tienen ‘Actimel Casei Defensas’, lo que Alpina convirtió en ‘Alpina
Yox con Defensas’.

Pero las copias no se quedaron en eso. Un producto tan familiar como el ‘Alpinito 4x4’
también sería similar al ‘Danonino 4x4’. Según la SIC, el otro obstáculo desleal que puso
Alpina consistió en el uso de las piezas publicitarias para uno de sus productos
funcionales llamado Yox con Defensis, las cuales se consideraron una imitación de las
creadas por Danone para su producto Actimel en otros países del mundo.

Por otro lado, Danone solicitó una compensación de 2.000.000.000 de pesos, pero este
recurso fue descartado por la SIC. Alpina tendrá la posibilidad de apelar esta decisión
ante la Sala Civil del Tribunal Superior de Bogotá.

JUSTO Y BUENO

A comienzos del 2016 fue Mercadería la que entabló una acción judicial contra su
competidor, Koba, por haber incurrido presuntamente en conductas para presionar a
proveedores a que no vendieran a su rival.

En esa oportunidad, la autoridad de competencia decidió otorgar medidas cautelares a


favor de Justo & Bueno, y conminó a D1 a “abstenerse de presionar, exigir, persuadir,
amenazar o intimidar de cualquier forma, ya sea directa o indirectamente, a los
proveedores, sociedades y/o empresas que actualmente abastecen a Mercadería
S.A.S., para que aquellos se nieguen a suministrar a ésta los insumos, bienes y
servicios necesarios que requiere para desarrollar su actividad económica u objeto
social.”

De hecho, aún está pendiente de conocerse el resultado de una demanda que


por competencia desleal presentó en junio del año pasado Mercadería en contra de
Koba, firma a la que acusa de incurrir “en actos de inducción a la ruptura contractual, al
inducir a los proveedores de Mercadería SAS a que infringieran los deberes contractuales
básicos que contrajeron con la firma” así como también por incurrir en actos de
desorganización al “interferir, presionar, persuadir, amenazar o intimidar a los
proveedores con los cuales Mercadería SAS estaba negociando contratos”.

ARIEL VS FAB
En julio de 2013, Unilever le solicitó a la SIC interponer medidas cautelares en contra de
los comerciales de Ariel porque se declaraba aludida y perjudicada por ellos. La entidad
desestimó el fallo, al no encontrar méritos para condenar a P&G. Tribunal confirmó la
decisión.
l Tribunal Superior de Bogotá, en segunda instancia, confirmó el fallo de la
Superintendencia de Industria y Comercio en el proceso entre Unilever Andina de
Colombia y Procter and Gamble por competencia desleal por el producto Ariel.

Con este fallo se confirma que los comerciales en los que se afirmaba que Ariel era el
mejor detergente de Colombia en remoción de manchas no eran contrarios a las
normativas de competencia desleal.
El fallo desestimó la apelación de Unilever Andina de Colombia y tampoco encontró
mérito para condenar a P&G por ninguna conducta de competencia desleal.
En 2013, P&G sacó al aire dos comerciales en los que se afirmaba que Ariel era el mejor
detergente de Colombia en remoción de manchas.
En julio de ese año, Unilever Andina de Colombia, fabricante de Fab, solicitó a la
Superintendencia de Industria y Comercio interponer medidas cautelares en contra de los
comerciales porque se declaraba aludida y perjudicada con los comerciales.
La SIC puso las medidas cautelares mientras hacía una investigación del caso.
La SIC falló a favor de P&G en 2014 y Unilever Andina de Colombia interpuso recurso de
apelación ante el Tribunal Superior de Bogotá y la Sala Civil del Tribunal confirma el fallo
de la Superintendencia.
El alto Tribunal, además, condenó a Unilever Andina de Colombia con las costas del
proceso, adicionales a las costas que la SIC había establecido debían pagar como
condena en primera instancia.
Con este fallo en segunda instancia el caso queda cerrado.

TAXI VS UBER
El pasado 10 de enero, Uber anunció que dejará de operar en Colombia desde fines de
este mes. La medida se tomó luego de que la autoridad de competencia colombiana
(Superintendencia de Industria y Comercio o “SIC”) decidiera suspender los servicios de
la compañía a partir de una demanda de competencia desleal presentada por una
asociación de taxistas. La decisión de restringir la operación de Uber se suma a la gama
de diversas soluciones que han otorgado las autoridades a nivel mundial para regular este
tipo de servicio.

La decisión de la SIC

En 2016, Cotech (operadora de Taxis Libres) demandó a Uber ante la SIC, alegando que,
al no seguir la regulación aplicable al transporte tradicional, la compañía contaría con una
ventaja competitiva injusta, dado que no asumiría los mismos costos que enfrentan los
taxistas.

El pasado 20 de diciembre de 2019, la SIC decidió acoger la demanda. Según la


autoridad, Uber llevó a cabo actos de competencia desleal a través de desviación de
clientela y violación de normas regulatorias (artículos 8 y 18 de la Ley 256 de 1996) al
prestar irregularmente un servicio público individual de transporte.

Desestimando la tesis de que Uber sería una mera plataforma intermediaria entre
choferes y pasajeros, la SIC estableció que la compañía presta el servicio de transporte
público individual de pasajeros, al crear la oferta y poner a disposición de los usuarios
dicho servicio.

Como parte de su decisión, la SIC ordenó a Uber cesar inmediatamente los actos de
competencia desleal. Para ello, decretó el cese de la utilización de contenido, acceso y
prestación de los servicios “Uber” “Uber X” y “Uber VAN” en el territorio colombiano. La
medida se mantendrá en tanto Uber no se someta a las normas que regulan la actividad
de transporte individual de pasajeros en Colombia. Sin embargo, las autoridades de la
SIC aclararon que esta decisión no afectará a otras aplicaciones de transporte ni tampoco
otros servicios otorgados por la compañía, como Uber Eats.

Si bien Uber presentó un recurso de apelación contra la decisión de la autoridad, éste fue
otorgado con el solo efecto devolutivo. Esto implica que la suspensión se mantendrá
mientras se resuelve la apelación, lo cual podría tomar entre 1 a 2 años.

Las reacciones ante la decisión de la autoridad colombiana no se hicieron esperar. Pocos


días después de la resolución, la compañía anunció su salida de Colombia, país en que la
aplicación otorga trabajo a alrededor de 88.000 conductores y es utilizada por más de dos
millones de usuarios al día. A pesar de señalar que respeta las leyes y decisiones
emitidas por la autoridad, Uber indicó que “decisiones como esta, responden también a la
ausencia de una reglamentación del servicio de movilidad colaborativa a través de
plataformas tecnológicas en Colombia”. De hecho, con anterioridad, Uber ya había
criticado a la autoridad colombiana por ser el único país de Latinoamérica que no tiene
una hoja de ruta para reglamentar esta materia.

La resolución de la SIC es una muestra más del impacto que pueden tener las decisiones
regulatorias de los países sobre la operación de este tipo de aplicaciones. En noviembre
de 2016, Uber ya había sufrido un traspié similar, luego de que el regulador de transporte
de Londres suspendiera la operación de la aplicación debido a fallas de seguridad en el
servicio. A diferencia de Colombia, Uber sigue operando en Londres dado que la
suspensión no tuvo efectos inmediatos gracias a una apelación interpuesta por la
compañía.

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