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Capítulo 4 - El Intermedio - La Segunda Fase o El Proceso Terapéutico
Capítulo 4 - El Intermedio - La Segunda Fase o El Proceso Terapéutico
La estructura de un sistema
Esto establece una jerarquía al interior de la familia, en la que los adul- tos, las personas
de mayor edad ostentan el poder, mientras que las personas de menor edad tienen una
posición subordinada con respecto a los padres. Esta jerarquía se basa en dos constantes
biológicas: la diferencia sexual y la edad.
La diferenciación sexual: confiere al hombre un rol instrumental que implica la gestión
de las relaciones de la familia con el ambiente, mientras que la mujer tiene un rol
expresivo, es decir, la gestión de relaciones y de expresiones afectivas al interior de la
familia. Sin embargo, esta distribución no es totalmente rígida, si no que más bien
tiende hacia una distribución de tareas compartida entre ambos miembros de la pareja.
Las relaciones entre los miembros y entre la familia y la sociedad están reguladas por
las fronteras, también llamadas límites. F. B. Simón (1993: 213) menciona que los
límites:
Son reconocibles por las diferentes reglas de conducta aplicables a los distintos sub-
sistemas familiares…. Estas normas interaccionales en el nivel de la conducta obedecen
a las normas básicas de la epistemología que la familia tiene de sí.
El tabú de incesto
Salem (1987: 58) sostiene que el tabú de incesto se plantea desde un punto de vista
puramente teleológico, es decir, tiene una finalidad, motivar a los hijos a buscar y
desarrollar relaciones significativas fuera de la familia. Sin embargo, para que esto sea
posible, existen ciertas condiciones que deben estar presentes para que el tabú se
presente y se mantenga a lo largo del desarrollo del sistema familiar.
Comunicación y afectividad
La manera como los miembros de la familia se comunican entre sí es una variable
esencial en el funcionamiento del sistema. Se considera la comunicación como un eje
que atraviesa todo el sistema, ya que como lo dijo Paul Watzlawick en los axiomas de la
comunicación humana: “no se puede no comunicar” y al hacerlo así se toman en cuenta
tanto los elementos digitales, como los analógicos de dicha comunicación.
Valores y mitos
El valor es, pues, esa dimensión afectiva motivacional que asociamos a los objetos
relevantes de nuestro entorno y que nos lleva a diferenciar lo relevante de lo secundario,
lo que nos atrae y lo que nos produce rechazo.
Cada uno al nacer hereda –que se lo quiera o no- un patrimonio familiar, una situación
existencial dada, una historia y una reputación familiar. Uno se vuelve, al mismo
tiempo, el depositario de las tradiciones y unas leyes de su clan. Esto determina una
responsabilidad con respecto a las expectativas de la familia extendida: ¿cómo va a
tener en cuenta este legado o patrimonio?
Modelos de evaluación familiar
Existen muchos modelos de evaluación, se ha escogido tres de ellos debido a que toman
en cuenta parámetros interesantes para conocer a la familia y han sido los más útiles en
la tarea de hacer psicoterapia y son: el modelo Circumplejo, el modelo de
Funcionamiento Familiar de McMaster y el modelo Sistémico de Beavers.
La formulación de hipótesis
Se entiende por hipótesis: “Ideas tentativas sobre lo que ocurre en el sistema terapéutico
y que ponen en relación a dos o más personas”91. Las hipótesis son una construcción
que aparece en la intersección entre lo que la familia lleva a la consulta y, la síntesis que
el terapeuta hace de su formación teórica, su experiencia profesional y su historia. Las
hipótesis en el trabajo sistémico tienen varias características como:
Son relacionales, esto quiere decir, que las ideas tentativas que se elaboran, en base a la
teoría sistémica, incluyen al menos dos y de preferencia tres personas. En todo caso, se
aceptan hipótesis intrapsíquicas, como, por ejemplo, pensar que una persona tiene un
conflicto interno entre el deber y el poder. Sin embargo, la gran mayoría de las hipótesis
se realizan en base a las relaciones. Por ejemplo: hipotetizar que existe una coalición
entre una madre y su hijo en contra del padre.
Las técnicas
Las técnicas que se utilizan en el enfoque sistémico, son muy variadas y provienen de
muchas fuentes. En este texto, se describen algunas de ellas, que han sido de gran
utilidad, tanto en procesos terapéuticos, como de intervención sistémica, formación y
supervisión.
Sin embargo, es necesario recordar que la técnica es solo eso: algo que se hace en un
momento determinado, algo que se aplica con ciertos objetivos. Las técnicas no
eliminan… o más bien, no deben eliminar la oportunidad de construir la relación. La
técnica no puede sustituir esta parte, que es primordial al momento de realizar una
intervención, cualquiera que sea el contexto.
La técnica de la técnica
Para utilizar cada una de estas técnicas, se plantean tres momentos… no son
inamovibles… son las grandes líneas de la intervención. Cada uno está en libertad de
introducir cambios y modificaciones en este proceso. Cada uno de estos momentos, a su
vez se corresponde con las líneas generales tanto de la entrevista vista como un todo,
como del proceso general: inducción, ejecución y cierre.
El “Cuestionamiento Circular” como también se llama a estas preguntas, fue ideado por
el grupo de Mara Selvini Palazzoli y la Escuela de Milán. Permite que el terapeuta reúna
una gran cantidad de información en poco tiempo, pero esta información es útil, en la
medida en que habla de las relaciones entre los miembros de la familia. Con respecto a
las preguntas circulares F. B., Simón (1993: 279) menciona:
La técnica de las preguntas circulares permite lograr un rápido acceso a una rica fuente
de información y constituye un instrumento terapéutico eficaz. La modificación
constante de las perspectivas y la introducción de nuevos sistemas de evaluación bastan
para cuestionar los aspectos patogénicos de la epistemología que tiene la familia de sí
misma.
La varita mágica
Se puede utilizar esta técnica con las familias que acuden a consulta acompañadas de
niños pequeños. Cuando la familia llega, luego de la presentación y del encuadre, en
lugar de que el terapeuta se dirija a los padres, se puede dirigir a los niños presentes y
entregarles una varita mágica, con la cual pueden pedir tres deseos sobre cosas que les
gustaría que cambien en su familia.
La silla vacía
Llega desde el psicodrama, como muchas de las técnicas analógicas. Para esta técnica se
utiliza una silla en la cual “se sienta” de manera imaginaria una persona, un sentimiento,
una parte de sí mismo.
Se entiende por rituales terapéuticos, la ejecución de actos o acciones que tienen un fin
específico al interior del proceso de intervención. En el libro La Familia: El desafío de
la diversidad, su autora, Adelina Gimeno (1999: 153) retoma la definición de Van der
Hart (1983) sobre los rituales en general:
Un acto simbólico, o mejor, una serie de actos simbólicos, que deben desarrollarse de
un modo determinado y que suelen estar acompañados de fórmulas verbales… Pero el
ritual no es un mero acto formal. Su relevancia estriba precisamente en su significado,
en cuanto que trata de ir más allá de la realidad cotidiana con el fin de hacerla especial,
dotándola de un contenido que la trasciende.
Las esculturas
El término escultura fue introducido por David Kantor (E.U.) en 1965, según nos
comenta Philippe Caillé (1998: 79). Las esculturas ponen en evidencia las relaciones
familiares utilizando el cuerpo como vehículo de expresión, pero de una manera que da
una visión global de lo que está pasando en la familia, creando de esta forma una
totalidad, puesto que los miembros de la familia pueden verse a sí mismos como parte
de algo que va más allá de cada uno de ellos.
Las máscaras
Este nombre viene de una raíz latina que quiere decir “una cara de más”, por lo que
tienen una forma doble de ser utilizadas: para enmascarar, como en un baile de
disfraces, donde se utilizan máscaras para ocultar, no solo la cara, sino incluso se puede
utilizar una máscara de otro personaje, lo cual puede revelar mucho de cada persona.
Pero también se utiliza en el sentido de desenmascarar, incluso, se utiliza la expresión
coloquial de “quitar- se la máscara”, cuando alguien hace o dice algo que demuestra
directamente lo que siente o piensa.
Las tareas
Es una técnica que llega desde el modelo estructural de Salvador Minuchin. Implica el
hecho de enviar a la persona con la que se está trabajando en un proceso terapéutico,
una serie de “tareas” para realizar en casa, durante el tiempo que dura el intervalo entre
consulta y consulta. Algunas veces los niños disfrutan mucho de esta actividad, no solo
por el contenido muy cercano a una “tarea escolar”, sino también, porque pone a todos
en pie de igualdad, ya que por ejemplo en una ocasión, luego de asignar una tarea a
padre y madre en una consulta, el hijo de la pareja, muy contento exclamó: “ahora les
toca a ustedes hacer la tarea!”.