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Estrategias Innovadoras

En el módulo anterior nos aproximamos al aprendizaje experiencial, nos problematizamos


en relación a lo que implica inscribirlo en las aulas universitarias y advertimos que convoca
a enseñar en una clave distinta. Una cuestión que merece un espacio de discusión para
aquellos que están construyendo el oficio de ser ayudante alumno. Oportunidad fecunda
para explorar algunas estrategias didácticas con potencialidad innovadora.
Pensamiento Creativo y el oficio de ser ayudante de alumno.
Si consideramos el oficio de ser ayudante alumno como un modo de hacer en el que se va
construyendo cierta experticia epistemológica al mismo tiempo que se adquieren formas de
intervención en el aula universitaria, podemos interrogarnos, en primer lugar, sobre sus
posibilidades de aportar al aprendizaje experiencial. En congruencia con ese propósito y
desde su posición, qué puede aportar al despertar del deseo del estudiante de descubrir,
experimentar y comunicar el significado de sus adquisiciones en relación a los ejes
problemáticos del campo en estudio. Y qué características debiera asumir su mediación
para promover la capacidad de utilizar el conocimiento de manera disciplinada, crítica y
creativa.
No está exenta de opacidades la relación entre la enseñanza y el pensamiento creativo. Sin
embargo su relación es absolutamente estrecha. ¿Cuánto de ello se vincula a las
tradiciones en que se inscribe el oficio y/o en la preeminencia de la racionalidad en el
ámbito de la educación y con mayor fuerza en la educación superior?
La creatividad como atributo que nos distingue como seres humanos.
Para iniciar el análisis acudiremos al abordaje psicológico desde el enfoque sociocultural de
Vigotsky. La creatividad constituye una de las funciones psicológicas humanas, sin embargo
no ha sido lo suficientemente investigada. Como todo proceso psicológico superior se
desarrolla desde procesos intersubjetivos a procesos intrasubjetivos ligados tanto a
aspectos afectivos como cognitivos del ser humano. Podemos pensar que el pensamiento
creativo se encuentra en la parte opuesta de lo analitico, independientemente desde el lugar
que ocupemos, este y tiene la necesidad de abastecerse de conocimientos y experiencias
prácticas. El pensamiento analítico y la creatividad se vinculan dialécticamente. Poder
promover el pensamiento creativo es uno de los retos más interesantes para cualquier
profesor. Es por ello que resulta imprescindible tener un panorama de los diferente autores
acerca del pensamiento creativo y como este puede ayudarnos de manera significativa en
nuestras prácticas docentes.
Nos interesa en este punto, recuperar otras ideas en relación a qué es la creatividad. Ligada
aún a representaciones de atributo exclusivamente innato o excepcional, resulta una tarea
necesaria explorar otras formas de pensarla y ponerla en acción. En nuestro “Campus”,
proponemos partir de referentes del campo de la psicología pero también realizar un
acercamiento desde diversas miradas, entre ellas la de un artista, un periodista y una
aproximación desde la cultura maker.
En primer lugar, resulta interesante integrar a nuestro análisis el pensamiento de un artista
contemporáneo. Avatar (2019) concibe la creatividad como el núcleo del ser humano, un
estado innato de uno mismo.
“La creatividad no es una fuerza independiente que esté al margen de nosotros. “Es”
nosotros.” (p.p.52-53)
En su postura que aunque inspirada en la psicología conductual, autodefine como
polifacética, encontramos algunas ideas al menos provocadoras.
● La creatividad como un proceso.
“Veo la creatividad como un proceso, una larga línea continua de trabajo. Grande,
pequeño, menor, importante. Eso es lo de menos.” (p.20)
● La idea de activar la creatividad.
“Nuestro estado creativo innato debe activarse y usarse con regularidad para que se
pueda desarrollar”. (p.144)
● El lugar del error.
“Toda creatividad gira en torno al fracaso. No hay nada en este experimento que
tenga que ver con el fracaso.” (p.35)
Este artista sitúa la creatividad y su desarrollo en la interacción entre el mundo exterior y el
mundo interior. Aunque elige el término “coalisión”, de alguna manera está poniendo de
relevancia la ligazón entre el sujeto y el objeto, está poniendo en valor la acción. La
creatividad reside en la acción. Es la acción la que libera la creatividad.
En segundo lugar, acercamos la mirada de Oppenheimer (2014) quien desde el campo del
periodismo, comparte su experiencia y los aprendizajes en relación a la creatividad
construidos a partir de las entrevistas que a lo largo de su carrera ha realizado a
reconocidos innovadores. Desde una perspectiva económica, se interesa por los procesos
de innovación a escala empresarial, urbana y nacional. Incluye en su análisis aportaciones
de producciones académicas del estudio de la creatividad. Encontramos cierta potencialidad
en la manera que recupera fuertemente la impronta del entorno en el desarrollo de la
creatividad.
“Las grandes innovaciones no son chispazos de genialidad en el medio de la nada,
sino que son el resultado de mentes creativas que se nutren de otras mentes
innovadoras en ciudades o vecindarios llenos de energía creadora, experimentan
incansablemente nuevas tecnologías, toleran los fracasos, y tienen la audacia
necesaria para imponer sus invenciones ante mil obstáculos.” (p.68)
Los neurocientíficos Facundo Manes y Daniel Sigman suelen resaltar que su disciplina aún
está en una etapa embrionaria en lo que refiere al estudio de la creatividad: hay respuestas
aproximadas, por muestreo pero aún no se ha podido determinar que es lo que sucede en
la profundidad del fenómeno.
Podríamos preguntarnos, ¿creatividad para qué? ¿para quién? Desde la mirada de Ken
Robinson (2015) la creatividad consiste en tener ideas nuevas independientemente que
beneficien o no a toda la humanidad. Esto último, resulta siempre una ventaja, pero sí
deben favorecer a la persona que las ha concebido.Cuestión que para S.Campanario (2014)
no es menor. Para este economista, si la creatividad es, según una de sus definiciones más
simples y bellas, la unión de dos puntos que nunca nadie antes había unido, con un valor
agregado de originalidad y, muchas veces, de utilidad para la sociedad, entonces la
multiplicación de estos, implica un crecimiento igualmente exponencial de potenciales
soluciones creativas.
Por último, Libow Martinez y Stager (2019) presentan algunas líneas interesantes para
pensar la creatividad. Retoman el sentido y el lugar de la misma en el marco de la cultura
maker y su implementación en el campo educativo. Refieren a la creatividad como una
cualidad afectiva, un atributo valioso a ser desarrollado tanto por docentes como por
estudiantes y la vinculan fuertemente a la acción en el marco de actividades de aprendizaje.
“La creación es el núcleo mismo de la creatividad y solo es significativa cuando está
anclada en la acción; no es una sensación ni una actitud, tampoco un resultado. Sin
embargo, al contrario de lo que suele creerse, se puede desarrollar; no es un talento
innato con el que nacemos o no.
Las cualidades afectivas como la creatividad, la colaboración, la pasión, la
curiosidad, la perseverancia y el trabajo en equipo son ciertamente deseables para
docentes y alumnos. Sin embargo, estos rasgos se desarrollan cuando estamos
ocupados en búsquedas reales, incluso dentro del plan de estudios existente.”
(p.132)

Una arista que aparece como recurrencia es la idea de que la creatividad no es un proceso
lineal. Pensar de forma original requiere experimentar, investigar, hacerse preguntas,
desarrollar competencias, estimular la curiosidad. Y esto es central si asumimos con
claridad que aún en la universidad estamos desarrollando destrezas de pensamiento y de
organización de ese pensamiento. Entonces, la propuesta de “inventar para aprender” que
nos hacen Silvia Libow Martinez y Gary Stager (2019) nos desafía a crear estrategias y
herramientas para amplificar la capacidad de nuestros estudiantes. La inventiva, según
estos autores, es el horizonte de la construcción del rol. Poner a prueba la idea,
experimentar, tomar un riesgo, pensar en cómo se piensa, hacer visible el pensamiento para
los otros y que ese pensamiento privado se vuelva público, también deben formar parte de
las aulas universitarias.

Estrategias didácticas situadas para favorecer procesos comprensivos y creativos en


relación a los objetos de conocimiento.
Nos referimos a una enseñanza que despierte el deseo del estudiante de descubrir,
experimentar y comunicar el significado de sus adquisiciones. Una apuesta a la mediación
para desarrollar la capacidad de utilizar el conocimiento de manera disciplinada, crítica y
creativa como patrimonio común de todos. Esto implica poner en marcha estrategias
didácticas con características específicas. Nos referimos a, “(...) las estrategias desplegadas
por los docentes para promover los procesos reflexivos por parte de los estudiantes,
requieren en la mayoría de los casos, actuaciones inteligentes, ya sean resoluciones de
problemas, interpretaciones o análisis.” (Litwin, E.:2008:72)
Se trata de definir y plantear situaciones, problemas, proyectos y casos para poner en
circulación saberes socialmente relevantes para movilizar el pensamiento.

Cómo citar este material

Rivero, M. y Fernandez, J. (2020). “Pensamiento Creativo y el oficio de ser ayudante de


alumno”. Módulo 3: Estrategias innovadoras. Curso: Herramientas didácticas
situadas-Diplomatura “Aprender a enseñar”. Secretaría de Asuntos Estudiantiles.
Universidad Nacional de Córdoba.

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