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DESARROLLO DE UNA SESIÓN DE MUSICOTERAPIA

ALMUDENA OCAÑA ARIAS

1-Objetivos que se plantean

- Fomentar la libertad interior.


- Desinhibir la creatividad.
- Centrarse en el conocimiento de uno mismo.
- Centrarse en el conocimiento de los demás.
- Mejorar la autoestima.
- Mejorar la autonomía personal y la relación con el otro.
- Mejorar el conocimiento del entorno.
- Favorecer la atención y la memoria.
- Relacionar los ejercicios realizados con la vida cotidiana.

2-Metodología y técnicas

Se trata de un método activo y creativo. En cuanto a este apartado, puedo


comentar que me he basado en el profesor Alfred Schmoltz, que fue director
de la escuela de Musicoterapia de Viena (Austria). Este profesor desarrolló una
importante labor en el aspecto metodológico de la Musicoterapia,
especialmente en los métodos activos y en particular en la improvisación
musical. Dice que improvisar consiste en expresarse espontánea, libre y
creativamente a través de cualquier instrumento musical, de la propia voz o del
cuerpo. Se busca que el paciente se exprese: no importa si carece de belleza
artística o es extremadamente simple. La improvisación musical no precisa de
conocimientos musicales i de danza, por lo que es accesible a prácticamente
todos los pacientes tanto adultos como niños. Esta expresión libre del paciente
es susceptible de ser analizada y tenida en cuenta como elemento de
diagnóstico intelectual, emocional o clínico.

Durante el desarrollo de esta sesión, apreciaremos también la técnica del


diálogo musical de Orff-Schulwerk. Se llama “diálogo musical” al intercambio de
secuencias musicales improvisadas entre dos o varias personas: entre el
musicoterapeuta y el paciente, entre un paciente y otro, sucesivamente… Este
diálogo musical puede adquirir la misma tonalidad emocional que un diálogo
verbal. Puede expresar pregunta, respuesta, admiración, odio, amor…

3-Recursos

Los recursos que utilizamos en esta sesión son los instrumentos de percusión
indeterminada que encontramos en el aula de Música: claves, pandero,
triángulo, chinchines… he preferido usar los que pueden marcar el ritmo
correctamente y no usar los huevos o las maracas que son más difíciles de
usar para este ejercicio.
4-Actividades y su temporalización

Vamos a seguir los pasos o etapas metodológicas que el profesor Schmoltz


aconseja.

(Se distribuyen los instrumentos y se invita a los pacientes a tocar cuando y


como quieran. La parte negativa de esta iniciativa es que los pacientes más
inhibidos pueden sentirse perdidos por exceso de libertad)

1- Preparación verbal de la situación relajante y de concentración.


2- Ofrecer un material sonoro de fácil comprensión e interpretación para
quien no tenga preparación musical
3- Detenerse con un fenómeno acústico o sonoro producido por el paciente
4- Esperar hasta que surjan espontáneamente o con estimulación suave
nuevos impulsos interpretativos.
5- Continuación hacia la improvisación libre mediante reflexiones
interpuestas
6- Conexión eventual con otros campos creativos (movimiento, expresión
gráfica, arte creativo, literatura…)
7- Aplicación de las experiencias adquiridas en la terapia, que cada vez se
vuelve más independiente por parte del paciente, con el paso
simultáneo del terapeuta hacia el papel de oyente o compañero.
8- Transformación, paso a paso, de la actitud nueva de comportamiento
para incorporarla a la actividad cotidiana del paciente en su vida
personal y profesional.

Fase de entrada (10 minutos)

En cuanto a la creación de una situación relajante y de concentración (fase de


entrada), se empieza la sesión saludando, preguntando cómo están, cómo les
ha ido la mañana…Una vez toman asiento y nos colocamos en forma de
círculo, se les explica en qué va a consistir la sesión de hoy. Se les cuenta que
va a tratar del ritmo y que les va a servir para concentrarse y para estar
atentos. Yo suelo presentar las actividades llamándolas juego, porque como
también les doy clase, parece que si les digo que vamos a hacer una actividad
ellos piensan que les voy a mandar tarea. Así que les digo que vamos a hacer
un juego o un concurso y tiene más aceptación, siendo en realidad lo mismo.

Una vez hecho esto, se le presentan los instrumentos y se les dice que cada
uno coja el que le guste más y lo pruebe a ver cómo suena, cómo se produce
el sonido… y que cada uno se quede con el que le haya gustado en las manos.
Fase de desarrollo (20-30 minutos)

Ahora se les dice que vamos a hacer ritmos, que el ritmo está presente en todo
lo que hacemos, que lo podemos relacionar con la velocidad, el tiempo… y que
se imaginen cualquier acción con ritmo de las que ellos hacen normalmente y
piensen en ello: andar, ir al instituto, respirar, hablar, saltar, jugar…

Luego, ya metidos en la fase de desarrollo de la sesión, se les dice que por


turnos van a ir haciendo el ritmo que quieran con el instrumento que han
escogido y los demás vamos escuchando, un ratito cada uno. Si quieren,
pueden comentar lo que se les vaya ocurriendo, no hace falta que estén en
absoluto silencio, pero sí tienen que estar atentos a lo que hacen, al
compañero y al instrumento.

Cuando cada uno ya ha mostrado su ritmo, se les dice que ahora van a
intervenir los tres a la vez, como si cada uno estuviese haciendo algo (uno un
dibujo, otro una cuenta y otro un copiado, por ejemplo) pero estando los tres en
la misma clase.

Se observa qué ocurre, si hay un líder y los otros lo imitan, si cada uno
mantiene su ritmo, si se confunden, si se dejan llevar porque les gusta más el
ritmo del compañero que el suyo…

Paramos y comentamos lo que ocurre.

A continuación intentamos el “más difícil todavía”. Se trata de intentar mantener


cada cual su ritmo, es muy parecido al juego de “al ton pirulero” en el que cada
cual aprende su juego, es decir, cada uno tiene que mantener su movimiento
sin confundirse con el de al lado. Esta actividad se relaciona con alguna
actividad cotidiana en la que no pueden despistarse, aunque les parezca
atractivo lo que está haciendo otra persona. Por ejemplo, si uno está jugando
en la plazoleta y su madre le ha dicho que se quede ahí porque va a ir a
recogerlo. El o ella tienen que quedarse jugando en la plazoleta aunque le
apetezca irse a la tienda porque ha visto allí a su amigo/a. Luego, cuando haya
comunicado a su madre que se quiere ir, podrá cambiar de actividad. O si
vamos por la calle de visita cultural y tienen que ir andando a un determinado
paso porque vamos todos juntos, aunque le apetezca pararse o ir a la fuente no
se puede uno despistar hasta que no se de el permiso, porque corre uno el
riesgo de quedarse atrás o perderse por el camino. O cuando uno va a hacer
un mandado, que tiene que ir a un determinado paso para que no le cierren la
tienda, etc. Es una actividad (juego) en la que uno tiene que estar pendiente de
lo que hace él mismo y los demás, sin liarse ni confundirse.

Pues eso mismo es lo que vamos a hacer con los instrumentos. Cada uno
selecciona el ritmo que le parezca mejor, uno sencillito que salga bien y que se
pueda mantener un tiempo. Primero lo muestran de uno en uno a sus
compañeros y luego intentamos que cada cual lo mantenga al mismo tiempo
que el compañero realiza el suyo.

Cuando se da la señal, paramos y comentamos lo que ha pasado: si es difícil,


fácil, si hay alguien que se ha liado más que otro…

Volvemos a repetir la operación, a ver si ahora sale mejor y volvemos a


comentar lo que ha ocurrido. Lo intentamos hacer primero con los ojos
cerrados, para que no se equivoquen al mirar al compañero y luego con los
ojos abiertos, a ver cómo les resulta más fácil.

Para terminar la fase de desarrollo, volvemos al ejercicio inicial de


improvisación libre, en el que cada uno toca su instrumento como le parece.

Cuando terminamos, se cuenta que las actividades de la vida son muy


parecidas a este ejercicio. Hay unos momentos en los que uno puede estar
más en su mundo (improvisación libre) y otros en los que es necesario estar
concentrado para no dejarse llevar o perderse (mantenimiento del ritmo
personal)

Fase de relajación y despedida (10 minutos)

Para finalizar, realizamos la fase de relajación y despedida. Se les enseña la


canción que va acompañada de un masaje percutido en el cuerpo. Cada uno
se lo hace al compañero. Se les explica también que este juego lo pueden
utilizar ellos con sus hermanos o primos pequeños para relajarlos cuando estén
nerviosos, ya que a los tres les gustan los niños pequeños. La letra de la
canción dice así:

Rompe un huevo en la cabeza


Cae la yema
Suben las hormiguitas
Suben los elefantes
Se hace de día
Se hace de noche
Sale un vampiro
Te clava un puñal
Cae la sangre
Escalofriante
5-Evaluación y conclusiones

En 1965 Nodorff y Robins publicaron una lista de categorías de respuestas


como resultado de la observación realizada en 145 niños con los que se
trabajó el tema de la improvisación. Si nos fijamos en la tabla que realizaron,
podemos ubicar las respuestas obtenidas por parte de nuestros alumnos y
reflexionar luego sobre ellas. La categoría de respuestas es la siguiente:

1- Libertad rítmica completa


2- Inestabilidad rítmica
3- Limitada respuesta rítmica
4- Respuesta compulsiva
5- Golpeado desordenado
6- Golpeado evasivo
7- Golpeado con fuerza emocional
8- Golpeado caótico-creativo

Aparecen 5 respuestas más relacionadas con el piano y el canto, que no las he


citado porque en nuestra experiencia sólo estamos utilizando el ritmo.

De acuerdo con estos patrones y nuestra observación, podremos comprobar si


la persona es insegura o no, dinámica o pasiva, temperamental o apocada, si
es capaz de controlar su impulso o no, si interacciona con los compañeros y
con el musicoterapeuta, si es confuso u organizado, etc. Son cuestiones que
luego vamos a ver que se reflejan en su forma de interactuar y funcionar en su
día a día y nos pueden servir de referencia para abordar los problemas que
cada uno pueda presentar.

A partir de aquí, podremos trabajar en otras sesiones con la improvisación de


manera que se engendren sentimientos de seguridad y autonomía e
independencia, que puedan darse cuenta de ellos mismos y de los demás y
promover modelos musicales adecuados al paciente según los resultados
obtenidos en cada uno de ellos.

6-Seguimiento y control.

Para establecer un seguimiento podemos utilizar la ficha que hemos


confeccionado para ello, en la que quedarán recogidos los datos significativos
de la sesión y posibles actuaciones al respecto. Para trabajar de otra manera el
mismo tema que hemos presentado en esta sesión, proponemos para la
siguiente continuar con el juego de “al ton pirulero” en el que cantamos al
mismo tiempo y en lugar de hacer un ritmo con un instrumento musical, se
hace gesticulando con las manos y brazos. La motivación que añade este
juego es el tema de las prendas. El que se equivoque tendrá que pagar una
prenda y superar la prueba que le imponga el musicoterapeuta para
recuperarla.

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