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Tema 3. LA NATURALEZA DE LA
EMPRESA DURANTE EL
PERfODO DE FORMACIÖN DEL
CAPITALISMO (C. 1300-C. 1760)
$UMÅRIO.• 3. I. La lema a/irtnaciön del capitalismo y la econo,tnia de mercado, 3.2. Ln empresa aorieola eu Ia Iransieidn
hacie la eeottom(u de tnercado. 3.3. Ln etnpresa en el contercio y las 3.4. La indusiHa antes de la jiibrica.•
permiti6 una mayor inversi6n del capital atesorado o acumulado.* 4 Rosenberg y Bicdzell ( 1986). p. 1 19:
El ctecimiento del comercio y los intercambios, actividade.s Ileva- North (1984). p. 163; McNeill (19S$).
pp. 58•59 y SO•S2: Jones (1990). pp. 1 32•
das a cabo poc una clase cada vez mis numerosa de comerciantes, 133, y (1997). pp. 105 y ss. Sobce co.
impuls6 la generalizacién de lamoneda y el crédito, un fen6meno mercio de caravanas en Asia central y
papel de la seguridad. véase en particular
que, también, se inici6 antes en China y el mundo islåmico que en
Rossabi (t 990).
Europa.
Ese «sistema mundial» entré en crisis en el segundo cuarto del
-siglo NV. Los diferentes espacios que 10 integraban se vieron afec-
tados de manera similar. Sin embargo, la salida de la crisis fue di-
ferente. El Imperio mongol se derrumb6. En China, la dinastfa
Mmg mantuvo unificado el poder politico pero la economfa del
pafs se colaps6 en el siglo XV. En esta centuria tiene lugar la crea-
ci6n de un nuevo imperio, el Otomano, que alcanz6 su momento
culminante durante el siglo XVT, pero a partir de entonces su po-
derio gcon6micö comenz6 a declinar. Europa, por el contrario,
afectaaa por innumerables conflictos nobiliarios y guerras civiles,
Entre los siglos XVT y XVII en muchos pafses europeos los términos
empresario y empresa pierden sus variados significados medieva-
les y comienzan a vincularse de forma creciente a un sistema de
nanzas, pero se irå extendiendo a la producci6n de manufacturas se también Braudel (1985), pp. 49•50.
pgrti49 q:lg-grp para la sociedad. En los Imperios Otomano y Mug.
hal los comerciantes se dedicaban a aba'ieæéFlå bie-
nes de lujo de la corte, a recolectar los tributos y, a veces, of-rectan
servicios financieros. En Ifneas generales, su actividad no se vio
dificultada por el Estado, pero éste tampoco les apoyö. En China,
por el contrario, la intervenci6n del Estado Rie muy acusada, re-
glamentando su actividad e incluso monopolizando la producci6n
y distribuciån de algunos bienes.ll Frenie a la no inten•enciön en i I Pearson ( 1991). pp. o t.09.
( 1997). Sioianovich ( 1994).
la India y el Imperio Turco, o la intervenci6n exccsiva en China, el
transacciones econ6micas».i2 A. Smith seüalaba que las tres obli- 12 Wallerstein(1979), p. 23.
i
tierra. En 10 que respecta a la fiscalidad, J. Fontana ha indicado
que < Toda Ja experiencia de la construcci6n del estado absolutista
estå marcada por los problemas de la Hacienda». Estos proble-
mas ten fan que ver con unos gastos muy elevados, sobre todo de
tipo militar, pero también con unos ingresos reducidos, 10 que se
debfa a la naturaleza del Estado absoluto: para no interferir con la
antigua fiscalidad senorial, la Hacienda püblica se limit6 a gravar,
generalmente con impuestos indirectos, las actividades comercia-
les y manufactureras. La necesidad de ingresos o de servicios e.x•
plica algunas actuaciones que favorecieron la extensi6n de la eco-
nomia de mercado y los intereses del capital mercantile Pero, ade-
mås de Ias exigencias perentorias del fisco, los Estados comenza-
ron a promover el comercio y las manufacturas como un medio de
asehtar su poder politico en el interior y de expandirlo en el exte-
riot La expansi6n ultramarina y la doctrina mercantilista, en sus
diferentes variantes, representaron mejorque nada esa alianza en-
trg los Estados, la nobleza guerrera y la burguesfa comercial. Asf
mafias contemporåneas como Estado y como em- Durante 10s siglos XVI y XVII algunas eiu•
dades situadas en Ia zona occidental de
presa Ios Balcanes, como Ragusa (en Ia actuali.
dad Dubrovnik), se beneficiaron de su
condiciån de intermediarias entre ei Ime
La visi6n dc Ios Estados como sometidos a unas [eyes que Ies impidcn
perio Otomano y Ias naciones eurorx•as.
actuar arbitraria y viotentamente contra Ios habitantes de su ter•Htorio se Los tutCOS eliminaron las numerosas
corresponde en realidad con una etapa bastante corta de la historia huma- aduanas inleriores de los Batcanes y cone
cedieron ei privilegio de Ia actividad coa
i na (Baumol, 1993). En realidad, s610 a partir del surgimiento de Ios Esta-
meccial en esta zona a jud(os, griego:i y
dos modernos enEuropa se un proceso simultåneo de centralizacién
inicia armenios. En el siglo Xtalf, algunas de
del poder politico y de sometimiento voluntario del propio Estado a un c6- esas minorfas, especialmente Ios judfos,
se desptazan hacia el oeste, a ciudades
digo legal. EI monopolio de Ia violencia por parte del Estado y su respeto a
como Livorno, Trieste, Venecta y Viena,
las leyes irnÅidi6 Ia åpariciön de conductas arbitrarias contra las personas desde clonde siguen comerciando perp a
y sus propiedadés o, si éstas aparecfan, las castigé sevenmente. través de factores. En uneas generates, a
partir de 1730 en ade!ante se observa un
En la Edad modérna los Estados•naciån europeos monopolizaron Ia
controi cada vez mås acusado dc los eo•
violencia en el interior de sus fronterasj pero no en el exterior. Un buen merciante$ europeos.
ejemplo de ello es la existencia de piratas, bucaneros y filibusteros, que
operaban en aguas y territorios donde la• autoridad de Ios Estados no es•
taba garantizada, y tenfan sus bases en lugares mås o menos indepen-
dientes •o muy alejados del poder estatql. Grupos de piratas y bucaneros
focmaron en 10s siglQS XVII y comunidades o ecuasi-estados» en te-
siempre existe una Clara jerarqufa dgntro de eilas. Bajo su paraguas sc Ile-
van a gabo dos Lipos de actividades empt•csariatesa legales e ilegales. Estas
ültimas —droga.s, alcohol, juegoj etc.— son conlroladas por los miembros
de la mafia de (orma individual. la mafia vigila la entrada de posibles com-
obra servil), al igual que sucede con la mano de obra esclava en las
plantaciones americanas. La oferta de trabajo en la industria tam.
poco era elåstica, •puesto que durante bastante tiempo estuvo con-
dicionada por las regulaciones de las corporaciones gremiales
(que también limitaban la iniciativa empresarial), y por una &eco-
nomfa moral» de los artesanos basada mås en la tradici6n que en
el beneficio. El capital fue el factor de oferta mås elåstica, 10 que
sin duda tuvo una gran imponancia porque la disponibilidad de
capital circulante era el determinante principal del hivel de activi-
dad no agraria.18 En este aspecto, la ditusi6n de la tetra de cambio 18 Supple (1981), p. 501.
como oprimidos u opresores. como mayorfa o minorfa, han most rado sin-
gular tendencia haeia el racionalismo cconåmico. tendencia que ni se
daba ni se da entre los catölicosa en cualquier situaciön que se encuentren.
La razån de tan distinta conducta ha de tpuscarse, pues. en una determi-
nada eataetet•istiea personal pennanente y no solo en una cierta siltuuciÖn
hist6rico•politica de cada confesidn». En sintesis. Weber sosluvo que el
que adestru(a Iodos los frenos gue la étiea Ir,id.icional ponia a la aspira•
usuca y la Hqueza se produce antes dentro del catolicismo que del pro•
testantismo, Los jesuitas, en particular, fueron los que antes y de manera
rnås decidida defendiet•on el comercio, Ia libeflad de especulaciön y Ia ex•
pansiön comercial como beneficios para la sociedad.
En opinidn de Robertson, la relaci6n entre religi6n y capitalismo es Ia
rnetcio».
natural del sol y las estaciones, y que poc consiguicnte las explt)ta.
ciones no pueden entenderse como ufåbricas Ed aire libre». Se po-
drå scmbrar o no, pero siempre habrå un tiempo para la siembra,
y éste no dependerå del ciclo del capital* sino del cicfo de la natu-
raleza, que es necesatiamente entrépico,.cs decir, que con el Liern-
po se degrada. Esta degradaci6n o entropia serå mås o menos alta
euando la energfa utilizada en la transformaci6n agricola, que su-
pone la conversi6n de recursos en alimentos, sea del tipo de la que
no podemos emplear de nuevo, o en muy pequeöa porci6n, para el
mismo prop6sito. La segunda, es la heterogeneidad de los sistemas
de organizaci6n que existen para la exptotaci6n dela tierra: comu•
138 LA NATVRALEZA DE LA EMPRESA DURANTE EL PERIODO DE FORMACIÖ.N DEL CAPITALISMO (C. 1300-C. 1760)
contrataron capataces para que les ayudaran, no para que les sus.
tituyeran en la hacienda. Aunque también es cierto que las labores
de direcci6n del plantador no eran complejas, sobre todo se cen•
traban en supervisar muy de cerca la mano de 6bra dürafite la
siembra, el inicio del cultivo y la cosecha. La mano de obra no era
140 NATVR.ALEZA DE EMPRESA DVRANTE EL PERfODO DE FOR.MACIÖN DEL CAPITALISMO (C. i 300.c. 1760)
na, Con respecto a las haciendas colonia. por la ley Jim Crow y los estatutos de segrcgaciån racial.32
les dc Amética Latina, véase Navcda C) En la Europa mcridional no se propag6 la segunda servi-
•
tuci6n o integraci6n de IOS antiguos seiores en las llamadas elites za. También nos tas cn
33 propia Ingraterra. mas ta difercneia estn•
agrari•as de fuerte peso econémico y politico.
ba en que su existeneia no impidl't
En to que respecta a las formas contractuales hay que decir que tos fueran innovadores. pt•
fueron flexibles y adaptadas a la producci6n, sirviendo de meca- que Ios derechos de propiedad estabun
etaramente definidos. Véase al
nismo de acumulaciön para invertir posteriormente en la comer- el conjunto de artfculos editados
cializaci6n de todo tipo de bienes, en las actividades de préstamo Thompson (1994). y en particular ta com.
y en la producci6n industrial..Es el caso de los contratos de arcen. paracién entre Inglaterra y Franciu que
hacen O'Brien y Heath 1994).
darniento a medio y largo plazo que se- dieron antes de las refor-
34 Nos referimos a eontratos. poc ejctil.
mas agrarias en toda Ia agricultura europea durante el siglo XVIII y del tipo de larabassa mortu lus
34 nas vitivinfcotas de Cutaluöa en
hasta después del decenio de los sesenta del siglo NIX. el sie
conso)idaci6n del mercqdo capitalista de la tierra. Durante estos contrato-—. con el eompcomiso de que el
colono dé la tercera parte de iOS frutos al
perfo$s de indeterminaci6n las formas de explotaciön de la tierra dueno), Moreno Claverias ( t997). Los
quwse establecieron no se pueden calificar de empresariales, sino eontratos de corto ptazo (J a 4 ahus) etan
de,patrimonialistas. El prestigio asociado a la propiedad de la tie. los habituulesen las zonas de secano de la
.1
142 LA NATURALEZ..A DE LA EMPRESA DURANTE EL PERiODO DE FOUfACiåN DEL CAPKTALIS.MO (C. 1300-C. 1760)
sila clase mås poderosa puede mantener agricolas, porque rara vez competfan entre sf, ya fuera por los
una renta •mås etevada a su favor. a pesar
mercados o por Ios factores productivos. Para Pollard aün faltaba
de Ia menor eficiencia productiva del sis-
tema•, véase Bhaduri ( 1998). p. 21. Por ei el rnövilde la economfa capitalista: ademås, no debemos olvidar
contrario. Posada ( 1995) sehala numero- que la economfa de la hacienda agrfcola estaba en Funci6n del es-
sos casos en los que la uparcetia no ha
talus y las aspiraciones sociales de sus propietarios, al menos tan-
implicado el freno dei desarrotlo capita•
li$ta ni la polarizaciån de clases sociales. to como 10 estaba en funcién del cålculo econ6mico. Por otra pare
Unu buena eornpataei6n de los eompor• te, poder del senor o el delegado en Su administrador no sélo
tamlentos de la y la burguesfa
estaba asociado a su condiciön de propietario o gestor, sino que
agraria duranle el periodo de reformas
agrarias en Espana en De Ia Torre ( 1993). entraba en los marcos juridicos e impositivos del Antiguo Régi-
men, que impedfan una verdadera gesti6n empresarial de la acti•
vidad econ6mica. Esta doble faceta marc6 la formaci6n de estos
primeros administradores, que contaban con buenos conocimien-
tos maternåticos y jurfdicos.
D) . En el siglo XVII en.los Pafses Bajos y en •Inglaterra se anun-
cia el predominio de {as •a la hora de.orga-
conduc.tas capitalistas
nizar la producci6n agrfcola. Estas conductaspueden sintetizårse
en cuatro: producir para suministrar bienes a mercados amplios
y/o de exportaciån•, establecer tlujos de tipo financiero y techö16-
gico con empresas surnini$tradoras para capitalizar la explotaci6n
aumentar la inversi6n productiva; buscar la complementariedad
•y
con empresas industriales para suministtar matcrias primas; y,
por ültimo, setvirse de medios contables y de gcsti6n para progra-
mar la explotapi6n a largo plazo y diversificar las inversiones y los
productos.
Allf donde el planteamiento de la refon•na agraria estableci6
pronto un sistema consensuado de «nuevos» derechos de propie-
dad privada y el mecanismo del meccado como el mejor reasigna-
dor de la misma (Inglaterra y Holanda), es donde las conductas
36 Como indica M. Overton, la desapa- capitalistas antes seialadas se consolidaron.36
rii-•iöhüliS ios"deceehos de propiedad.tra•-.
dicionales a 10 largo dei tiempo reüej6 a
su vez•Ia.su$itUci6n de Ia economfa rural
orientada a la •subsistencia por Otra de 3.2.2 DEL Phis DE WHS A NORFOLK.' LA NUEVA AGRICULTURA
mercado, Overton (1996), p. 191.
•La gran densidad demogråfica de Flandes, Brabante, Zelanda y
Holanda desde el siglo XVI y la difusi6n de los sistemas de cultivo
intensivo en MI y XVIII, que suponfan,una rotaci6n con-
los siglos
tinua de cultivos y una frecuente utilizaci6n d? abonos naturales
(superior al 45 por 100 de los costes de explotaci6n), incrementa-
ro.n la necesidad de una gesti6n y p!anificaci6n a medio plazo de
clos a medio plazo de 12 0 mås ahos.37 Dicha planificaciön supe- 37 Véanse los balances de empresas
raba el tlüdicional sometimiento de la actividad agricola a! ciclo Lkundert y Uesbuye, en Sliehcr 'tan Ba:h
(1978), p. 453.
natural anual (varias cosechas de diferentes productos en un mis-
mo suelo al a.fio) en funci6n, primero, de utilizar eficientemente
los insumos para maximizar el- beneficio en relaci6n con las fluc-
tuaciones del mercado a corto y largo plazo y, segundo, de esta-
blecer una intensa conexién con las empresas industriales (cente-
cerås, alcoholeras, textiles, curtidos y cordelerfa) al suministrar
materias primas como el lino, los colorantes (la granza, la gualda
y Ia hierba pastel), Ia cebada, el låpulo, el tabaco, la colza y el cå.
fiamo. A cambio, las eppresas comerciales debian de proveer» a
aquellos agricultores volcados al mercado, de grano —para su ali-
Nota: en cada cuadranEe, Ios beneficios del agente 5e indican ep la parte inferior
Figura 3.1. Conducta y result-ados en CT
izquierda y Ios del comerciante ens Ia parte superior derecha.
comercio medieval.
148 NATURALEZA DE LA EMPRESA DURA.STF. EL PERIODO DF. FORMACIÖX DEL CAPITALIS.MO (C. 1300-C. 1760)
53 Roover (1972). pp. 60-66: Abu•l.ug. hacia comercio capitales procedente del clero o de la nobleza.53
el
hod (1989), pp. 218-219. A 10 largo del siglo XIII eomienza a detectarse una tendencia a la
creaci6n de soeiedades permanentes, Jas liamadas «compafifas»,
sociedades colcctivas dc responsabiljdad ilimitada. Una vez mås ct
fen6meno estuvo muy localizado en el sur dé Europa. En el nortc•
de Åfrica y en Europa septentrional el comerciante individual si-
gui6 siendo eLmodelo de empresa.dominaffte. Aunque el asocia-
cionismo comercial surgi6 antes en el none de Africa, la relativa
LA EMPRESA EN EL COMERCIO Y LAS Fl.SASZß 149
PRESIDENTE
(secciones) en el zxtranjero
Banca
Dirigidas por Dirigida.$ pr
Mercanc{as socios ractores
Textiles
Ndples Barletta
Limosna Sicilia Chipre
Avilldn Rodas
Cuentas Cerdeia
Inglaterra
especiales Bncia.s Tlinez
Paris Mallorca
Veneeia
Pisa
Figura 3.2, La estructura de Ia gcom.
paå{a• Peruzzi en 1335. FUENTE: Eluboraei6n propia a partic dé Hunt ( t 994).
lio del Estado para el eomercio con un pais y/o eon una mercancfa
a cambio de un impuesto, y que agrupan a comerciantes que Ilevan
su negocio de forma individual: una de las mås famosas, la compa-
fifa de los Merchant Adventurers inglesa (que disFrutaba del mono-
polio del comercio de pa.fioS ingleses con los Pafses Bajos y Ham-
burgo), tenia a mediados del siglo xv•u mås de 7.000 miembros.57 57 Glamman (1979). pp. cCO.402:
Kriedte (1982), p. 64: e Imberl (1991).
La llarnada expansién ultramarina de algunos pafses europeos
Sobre las grandes compahfas fatüiiiares
intensific6 el comercio intemacional en los oceånos Adåntico e
del siglo XVI. véanse. poe ejempio. los tra-
indico y trajo consiéo la aparicidn de un nuevo tipo de empresa, bajos de Ehrenberg (1955) y *hick
.
cieros y econ6micos explica la acentuada intervenciön de los Es- p. 334. Véase también. Brady (2 991), pp.
153•155•, Chaudhuri (t99å), p. 437; Pero-
tados en la expansi6n comercial y colonial y su caråcter de mono- tin•Dumon (1991), pp. 201-202; y Thom-
polio nacional. Los primeros Estados europeos implicados en esa son (1994), cap. 2.
expansi6n, Portugal y la• Corona de Castilla, optaron por gestionar
ellos mismos la actividad comercial. Los pafses del noroeste •de
Europa, en cambio, concedieron el monopolio del comercio na-
cional con una regi6n o un continente, y también su representa-
ci6n politica, diplomåtica y militar, a una empresa privada.
El primer pafs europeo que inicia la llamada expansi6n ultra-
marina, Portugal, intent6 efectuar todo el comercio con el fndico
a través de una instituci6n püblica, la Casa de la India. Sin ern-
bargo, ésta no cont6 con medios suficientes y se vio obligada a
contratar los set-vicios de comerciantes y transportistas extranje.
ros, sobre todo holandeses. La Corona castellana también hizo del
compahfas Holandesa e Inglesa de las Indias Orientales. La pri- organizaciån empresaria)j Bernal ( i 993).
y hasta finales del siglo XVIII esta compaåfa contr016 la mayor par.
te del comercio entre Europa y Asia. consistente en la importaciön
glo .WIII indicaba que esta separaci6n de propiedad y control dio como re.
i
sultado una gran ineficiencia administrativa y desvié el interés de estas
empresas hacia la satisfaccién de los objetivos de Ios gerentes y factores, 10
quese tradujo en preeios mås altos para Ios eonsumidores y beneficios de-
erecientes para los aecionistas. Smith admilia la posibilidud de conceder
gran variaciön en Iletes precu»s. hacian el control muy di(fcil•, poc Otro»
la vigilancia cruzada entre los difecentes empleados fue evitada mediante
el acuerdo o el sobomo (Jones y Ville, 1995).
desaparecieron råpidamenle.
FUENTE: Smith (1958), Chaudhuri (1981), Stecnsgard (1982), Carlos y
Nicholas (1988), Milgrom y Roberts ( 1993), Thomson (1994), Jones y Vi-
lie (1995), y Ekelund y Tollison (1997).
En comercio entre
el las•compafifas •privilegia•
das europeas no eran las énicas operadora-sr Se•valieton de una tu-
pida red de empresarios individuales y sociedades colectivas, de-
dicados al comercio por cuenta propia o como comisionistas, al
transportc y la banca, diseminados por todo el litoral del océano
fndico. En Ifneas generales, la entrada de compaifas europeas in-
crement6 oportunidades de negocio para los empresarios au-
las
t6ctonos, pero conviene destacar que el comercio con esas com-
paöfas no siempre era el mås importante, ni los comerciantes
merciantes-bur6cratas desde prinqipios del siglo XVIII.65 En el ais- 65 Cheong(1997). pp. 17-19.
71 Véase Socolow ( i 978) para Buenos las relaciones con posibles socios ylo clientes.7t
Aires. Kicza (1986) para México. Bosher Como en todo comercio a larga distancia, uno de los requisitos
(1987) pat-a comereiantes (ranco•ca•
mås importanlcs era establccer una red de corresponsables y clien-
nadienses, Matson (1998) pata Ios de
Nueva York. o Brenner ( 1993) y Hanctx:k tesen el extranjero y disponer de agentes y empleados de confian-
( t 995) para ingleses. za.Los cömerciantes de la metropoli pod(an, te6ricamente, ser ré-
presentados en las colonias por un empleado• a sueldö o bien por
un corresponsal o factor a comisiön. Aunque las comisiones en las
colonias doblaban las vigentes en Europa (5 por 100 frente al 2-2,5
por 100) este sistema era mås barato y flexible que eL manteni-
miento de una red de empleados fuera, a no ser que el elevado vo-
lumen de negocio contrarrestase los mayores costes fijos de esta
Liltiinntéåa•tiüä.vn
residentes en las colonias hizo que todas las compafifas comenza-
ran usando empleados propios. Sin embargo, para mediados del si-
glo XVII podfan encontrarse factores en la mayor parte de los terri-
92 Hancock (1995), p. 116: y Price torios.72 El crecimiento del comercio trajo consigo una cierta
(1991), p. 279. especializa•ci6n: la distinciön entre los grandes comerciantes, ma-
yoristas, empleados cn el cornercio transatlåntico, y los
tas, dedicados al comercio local y regional, perceptible en Londres
ESCRITORIO
DE COMERCIO Administrador
Corresponsalcs y Conja
Aduana
Puetto y marina
Figura 3.3. Estruct;ara de una compa•
Nmacenes
Ma mercantü catalana en el sig!o XVIIT.
FUE,WE: Maixé Attes (1994), p. 4t.
i en la Barcelona del siglo XVÜI el libro clave para las casas de co. pp. 30-31. A de 1763. el 77 poc
la altura
100 de 10s apellidos de los cometciantes
mercio era el Mayor, clasificado por corresponsales y clientes.S6 de Londres era de odgen extranjero.
Fue en el comercio, antes que en•otros sectores, donde el mere 86 Ma.ixé Ahes (1994), pp. 43-46.
cado, el capital y la båsqueda-del beneficio indidividual dirigieron
la conducta de los empresarios. Esta «16gica individualista» fue
exportada por algunos de estos empresarios a otras actividades
como l) agricultura y la industria.
delconsumo de productos manufacturados.S7 Por Otro lado, el periodo en Pounds a 992), cap. IX
160 NATVR-ALEZA DE LA EMPRESA DUÜ.NTE EL PERIODO DE FOR.MACIOS DEL CAPITALISMO (C. 1300-C. 1760)
glos y xx. Entrc los rasgos comunes mås destacables, cabrfa in-
dicar la existeneia.de un gran nåmero de unidades productivas es-
pecializados, un elcvado grado de subcontrataci6n y cooperaci6n
vertical y horizontal, un notable dinamismo tecn016gico, la exis-
un pfoceso lineal segün el eual las manufacturas urbanas habrian para periodos posteriores. tambten Iv•;
Sido reemplazadas por ia industria lilt-al y ésta a su vez por la ma- apartados 4. I. 6.1.3. 6.5.2 g 2 de
obra.
nufactura centralizada (que seria el antecedente de (a fåbrica mo-
derna). En lineas generaJes, el tipo de otganizaci6n y su localiza-
ci6n estuvo determinado por la tecnologfa empleada (que impone
una escala y unos requisitos de capital), el tipo de producto y mer•
cado al que va dirigido y las estructuras sociales e institucionales
en las que se,asienta. Son precisamente las condiciones institucio-
pales en lag que se desenvuelve la actividad manufacturera las que
perrniten éscablecer una clasifieaciön mås uniyersal que aquellas
que hacen hincapié en el- iamaöo, el sector o f) modelo orggniza.
tivo adåptådo. Esa clasificaci6n distingue tres grandes 16gicas
organizativas: la «comunitaria», representada por los gremios de
artesanos, la «individüalista», simbolizada por los verlegers y co.
merciantes-fabt'icantes, y la «mercantilista», cuyor mejor ejemplo
fueéon Jas Manufacturas Reales creadas por los Estados.
La diversidad de escalas de produccién, Lecnologias y esttuclu-
ras organizativas adoptadas por la industria tampoeo puede ocul-
tar una tendencia general: la creciente concentraci6n empresarial
y, con ellaj una diferenciaci6n socioecon6mica cada vez mås acen-
tuada entre capital. y trabajo, entre empresarios y trabajadores. La
subordinaciön de la producci6n al capitai fue un procego desigual,
tanto regional y sectorial como croriolögicamente. En 91gunos ca-
sos se produjo a través de un proceso de difereneiaeiön soeioeco:
_ nor-niga dentiti de la cotnunidad de •arlesanos independientes
(kauTsystem), en Olt-os mediante el control de la producci6n port)
i
parte de Ios comerciantes (verlagssyslem). Su resultado. en came
bio, sf fue similar: un grupo social acaba adquiriendo el control,
los Ese doble término hace referencia
a sus orfgenes sociales: en casi'todos los casos se trala. bien de an.
tiguos verlegers, bien de maestros attesanos enriquecidos. Son
ellos los que, mås que cualquier Otro gnrpo, serån identificados
como los empresarios de la Revoluciån industrial. En el pafs don-
de antes se origin6 este proceso, Gran Brctaöa. serån. junto con
los inventores y eientifiqos, los héroes de una corriente de litera-
Wra infantil que se desarrollö durante la segunda mitad del siglo
XVIEf, sustituyendo a figuras rnås tradicionales como los rcyes, no•
bles o guerreros.n 90 McKendrick (199 f). pp. 85-90.
162 LA NATURALEZA DE EMPRESA DURANTE EL PERIODO DE FORM.\CIÖX DEL CAPITALISMO (C. 1300-C. 1760)
Medio.f
3. Limitaeiån.regulaciån de la oferta de
2. Igualdad de posibilidades para sus
aniembros de uleanmr un 'itigt•cso trabujo. dv 10s medios de ptoducciön
ciudadey al campo habda tenido cömo objeto escapar del control que Ios
sigil) XIX.
de 30 panos anuatcs. La fåbrica rcprcsenta mås dei 70 por 100 de sus bie-
LA INDUSTRLA ANTES DE LA FÅBRJC.A 69
103 vries (1982) y Kriedte (1982); americaiio.i03 En la industria textil europea esa ruralizaci6n trajo
Smith (1969) /(1973); Miho Gtijalva consigo un cambio en cl tipo y la ealidad del producto: los pesados
( 990).
y tupidos de lana (ueron sustituidos por tejidos de estambre
mås ligeros, las llamadas.new drapperies: otras fibras que experi-
mentaron un fuerte crecimiento, sobre todo en•el siglo XI,AJI fueron
el lino y el algodön. particularmente bien adaptados al segmento
104 Kriedte (1982), pp. 50.52; vries de calidad media-baja dc la industria.104 En et caso de la•exclusiva
(1982), pp: 108-114. industria de la seda, las ciudades retuvieron el control de la Pfo-
ducci6n, pero algunas fases se extendieron por el mundo rural, en
105 Poni (1990), un intento de abaratar costes.iUS Otra industria, esta vez no •textil,
donde tuvo Lugar un proceso dc ruralizaciön, fue la relojera. En
Suita. Ginebra petidi6 una parte muy importante de su produce
106 1-andes (1983), pp. 254-259. ci6n, trasladada ai vallc del Jurut106 A1 igual que en las ciudades, Ia
organizacidn del sistema productivo estuvo controlada, bien por
los comercianles (verlagssystem), bien por los arteSanos (ka•ufsys-
tern), existiendo una ampiia variedad de situaciones intern-tedias,
En_general. -el -pa pel. cie. los -verlegers•-fue •mås-importan te cuanto -
107 Hudson (199.5), pp. 57-58: Ogilvie y e institucioncs.!07 En México, la organizaci6n gremial y la indus-
Cennan (1996b). pp. 233-234, Iriaa domicilio, ambas coordinadas por los comerciantes, fueron
complemen!arias. En el Pen' la complementariedad se produjo
108 Sobre México. véaxe Milio Griialva entre el verlagssy.stefri y el kaufsystem.108 En Ifneas generales el
(1990). especiatmcntc pp. 123•124 y 241• Ltaslado de algunas industrias de bienes de consumo, o mejor de
242: y Salvucci (1992). Sobre el CUsco.
alguna.s fases de lasmismas, al pmpo, pretend.i6 abaratar los cos-
EscandelI•Tur ( 997).
tesde producci6n recuriendo a mano de obra més barata. Mås
que alternativas excluyentes, las manufacturäs urbanas y-lå iffdus•
tria rural fueron complementarias.
I-A INDUSTRIA ANTES DE LA FABRICA 171
culante era muy largo y tnuchas veces superaba el aio (el fet•rén
EI control de-los verlegers y la separaci6n entre capital y traba- Uriarte Ayo ( 1988b): Magnusson (i 994).
pp. 154-156: Cennan (1996), pp. 180. *Sl.
jo se prpdujo tambiéh, y con anterioridad, en las manufactui•as
centmyzadas (fåbricås estampados, grandes fundiciones y are
de.
mo y las habilidades del artesano individual.!15 No obstante, su 1 15 Sobce tas refinerfas de azücdr. Moc•
gan ( 1998): sobtc las fåbricas de estumpa•
gran tamaho relativo. Ios mayores requerimientos de capital nece-
dos, Chassagne ( 1991 ), Thompson (1995)
sarios para afrontar las cuantiosas inversiones de capital .fijo (edi- y Verley ( 1994), pp. 24-25; sobre el molino
ficio e instrumentos cle producci6n) y.disponer de un votumen de de seda, Poni (i 976 y 1990) y recuadro
2.2. de este libro. Sobre una Mbriea de ar•
capital cit•culante mucho mayor, el mayor nümero de trabajadores
mas, véase Card6n Arregui (1998). Para.
empleados, y su especializaci6n en productos de caiidad o de ca- ddjicamente, en la industria sedera ei mo.
råcter estratégico,- fueron rasgos que plantearon problemas relati- delo que acab6 triunfando en el *iglo Xt.x
no rue el de la fdbrica a gran escala. Sino
vamente nuevos a sus gestores y propietat•ios, en particular la con-
el de pequehos laite•res espeeializados (vé.
tabilidad del capital y el recliltamientp y la Vigiiancia de Iq rnano ase apartado 4.1 cle este libro).
pcodujo anteS (Myska, 1996, 196). El desarrollo industrial fue mucho ma•
yoc en Bohemia o Moravia, regiones mås urbanizadas, donde et papel de
los comerciantes fue mås importante. que en Silesia, Polonia o Rusia. En
Silesia, Ia industria de lienzos se vino abajo entre 1790 y 1840. al no po•
dec incrementarse mås las eargas feudales para resistir Ia competencia de
los productos britånicos (Kisch, 1986. 272-274).
En ul continente americanoe el trabgjo servil existfa en la minerfa
(mita) y ep la industria textile ET rn@jor eje•mplo de manufactura centrali-
70da ucbana en la América colonial es el Obi*, establecimiento dedica-
do a laeelabocacién de panos de lana, que concentraba las opecaciones de
tcjeduria, abatanado y acabado del producto. recurriendo a una red de
productores domésticos y pequcöos talleres pa.ifil el hilado y el cardado.
BIBLIOGRAFfA SELECCIONADA