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Agosto 2020
1ro.Cs Políticas
La flauta en la película:
Cada vez que Edipo se niega a ver su verdad se oye la flauta; ante la
ceguera, el sonido la flauta tapa la verdad. Aquí entra en juego –a mi modo de ver-
el simbolismo de la flauta.
La flauta representa la vida pastoril, es el invento de Pan para el solaz de
los dioses, ninfas, hombres y animales y su sonido está presente cuando arrastra
a la montaña a los hijos de sus solicitadores ingratos (este mito que se encuentra
en el cuento del Flautista de Hamelin).
Cuando Edipo se aleja del Delfos, comienza a sonar la flauta y es aquí
donde conoce de su verdad; es por eso que se va de Corinto.
En el Edipo occidental, como la flauta es una música celestial cada vez que
aparece atormentado y es él mismo quien la toca, para transportarse a la vida
pastoril, solo él y su madre, veía el mundo en su regazo (las cámaras muestran el
cielo, los árboles, un más allá de la relación con su madre, la realidad que puede
ver Edipo bebé mientras está en el regazo de su madre); es decir, ciego de la
realidad, con la representación del poder político a sus espaldas, toca la flauta, se
transporta a su mundo pastoril donde era felíz, con su madre solamente.
En la película encontramos dos usos simbólicos de la flauta: cuando se
transporta a su edén aparece el sonido de la flauta, el deseo edénico de Edipo
está representado en las praderas de ambos tiempos, aquél mismo lugar donde
Yocasta transcurre con otras mujeres, y cuando su sonido lo martiriza (momentos
en que aparece la verdad sobre su destino).
Entonces, en las escenas donde suena la flauta Edipo busca transportarse
a lo edénico para refugiarse de la verdad que lo martiriza, pero allí donde busca
refugio (el refugio del regazo de su madre, donde la vida para él comienza),
también está su destino que no es otro que el enamoramiento con su madre, en
ambos tiempos: adviértase que en la Grecia Arcaica Edipo llama a Yocasta “amor
mío” cuando están en la cama, pero una vez que reconoce la verdad en las
últimas escenas, la besa y la llama “¡madre!” al compás que la desea
eróticamente.