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CARACTERÍSTICAS DE LOS PERSONAJES DE EDIPO REY

Por Marina Maza. 

Breve argumento de la obra Edipo rey Edipo Rey.

Imagen: Revista Tarántula


Edipo rey es una tragedia griega escrita por Sófocles quien, junto a autores como Esquilo
y Eurípides, está considerado el padre de la tragedia griega. La obra cuenta la trágica
historia de Edipo y es, sin duda alguna, una de las grandes tragedias de todos los tiempos. El
mito de Edipo ha inspirado numerosas creaciones literarias, artísticas, pictóricas y escultórica
de todos los tiempos.
Su relevancia es tal que Freud, padre del psicoanálisis, toma el nombre del protagonista
griego para denominar su estudio de la tendencia amorosa que pueden experimentar los
hijos hacia sus madres, llamándolo "el complejo de Edipo". En esta lección de vamos a
explicar las características de los personajes de Edipo rey.

Introducción y argumento de Edipo rey


La tragedia griega de Edipo rey narra la historia de cómo Edipo, rey de Tebas, asesinaría a
su padre Layo y se casaría con su madre, Yocasta, tal y como predijera un oráculo. Para
evitarlo, Layo abandona a su hijo recién nacido. Sin embargo, el pequeño Edipo es
encontrado por un pastor de ovejas quien lo entrega al rey de Corinto. Este le llama Edipo y
lo cría como a un hijo.
Tiempo después, Edipo se entera de la predicción del oráculo y, temeroso de matar a su
padre, el rey de Corinto (que no era realmente su padre biológico), abandona la ciudad de
Corinto. En su huida, se encuentra con Layo, su verdadero padre, y lo mata creyendo que es
un ladrón. De esta forma, se cumple la profecía hecha por el oráculo, aunque ninguno de los
personajes lo sabe todavía.
Edipo llega a Tebas y allí resuelve el enigma y derrota al monstruo de la Esfinge, que
tenía aterrorizados a los vecinos de la ciudad. Muerto el rey Layo, los tebanos nombran a
Edipo su rey en agradecimiento por haberles salvado. Así, Edipo se casa con la reina,
Yocasta, su madre biológica y viven felizmente durante un tiempo, hasta que Edipo descubre
su verdadera identidad. Cuando esto sucede, Yocasta, llena de remordimientos, se suicida
y Edipo se arranca los ojos y huye al destierro.
Edipo, el personaje central de Edipo Rey
Edipo es el protagonista del drama. Futuro rey de Tebas, hijo del actual rey Layo y de su
esposa, Yocasta. Por diversos azares del destino, Edipo termina matando a su padre y
casándose con su madre, cumpliendo así una profecía hecha por el oráculo. Es un hombre
valiente, honrado y justo. El rey perfecto para Tebas porque cuida y protege de su pueblo.
Sin embargo, pese a sus buenas intenciones, es incapaz de eludir su destino trágico, injusto
y doloroso.
Esta es una de las razones por las que la obra es considerada como una tragedia clásica,
formada por personajes que simbolizan emociones universales, a los que les ocurren
desgracias como muertes, suicidios, epidemias o enloquecimiento, y todo ello se cuenta
utilizando un lenguaje culto y con un registro elevado.
El destino está escrito en nosotros y, como Edipo, pese a nuestros múltiples intentos de
escapar de él, tarde o temprano sucumbiremos a su voluntad. Este pensamiento envuelve
toda la obra. Su perfil psicológico está muy bien delimitado y, lo cierto, es que Edipo se nos
presenta como un hombre valiente y, sobre todo, como un hombre justo. Trabaja a diario
para proteger tanto a su pueblo como a su familia. Pero, por más que lo intente, Edipo es
incapaz de burlar a su destino.
Edipo es el personaje que encarna las emociones humanas más universales, por ello,
vemos que este protagonista experimenta durante la obra una gran variedad de sentimientos
como, por ejemplo, la ira, el dolor, el amor, la rabia y la impotencia.

Personajes principales de Edipo rey


Uno de los aciertos que hacen que esta tragedia escrita en la Antigua Grecia siga estando
vigente y de actualidad en nuestros días es la caracterización de los personajes. El autor,
Sófocles, crea y retrata unos personajes que han pasado al imaginario colectivo y se han
convertido en personajes universales, que perviven más allá de las fronteras literarias.
A continuación, vamos a exponer brevemente cuáles son los otros personajes principales
de Edipo rey:

Edipo
Edipo es el rey de Tebas y está casado con Yocasta. Al comienzo de la obra, no sabe que ha
asesinado a su padre y se ha acostado con su madre. Cuando se entera de que fue él quien
puso su reino en riesgo, se saca los ojos. Tiene una 'cojera reveladora', una herida
penetrante en los tobillos, hecha de niño por el padre. Esto se relaciona con su nombre, que
puede ser traducido como ¨pies hinchados¨. En línea con la mayoría de los "héroes" trágicos,
Edipo tiene un defecto trágico que precipita su lamentable destino. En este caso, es su
orgullo lo que hace que no crea en los dioses y que se obsesione con el origen de la plaga
que acecha la ciudad, en vez de mirar dentro de sí mismo. Este defecto trágico de Edipo no
siempre es tan claro, ya que parece que sus pecados asociados al orgullo comienzan a tener
lugar mucho antes del comienzo de la obra. De hecho, el mayor pecado de Edipo parece
tener lugar cuando mata a un hombre en un cruce de caminos en un ataque de ira. Esto
sugiere que, tarde o temprano, ningún acto queda sin castigo. Edipo debe pagar el precio por
rechazar lo que dice Tiresias y la profecía del Oráculo, hecho que funciona como recordatorio
de que los dioses son infinitamente más poderosos que los hombres.

Yocasta: reina de Tebas, mujer de Layo y madre de Edipo. Al nacer su hijo, su marido lo
abandona y muchos años después, este regresa con el nombre de Edipo y se desposa con
ella. Cuando Yocasta lo descubre, no soporta la humillación, la conciencia la corroe y se
quita la vida. Pese a no ser el personaje protagonista, Yocasta resulta fundamental para el
devenir de la obra, pues es por su culpa en cierta forma por lo que a su hijo Edipo le
acontecen tantas desgracias. No obstante, ella también carga con su culpa y sufre tanto o
más que su vástago. Además, también muestra cobardía al no ser capaz de dar la cara ante
el incesto y seguir adelante.

Layo: rey de Tebas, esposo de Yocasta y padre de Edipo. Será asesinado por su hijo sin
saberlo, y ello supondrá que se cumpla la profecía. Para evitarlo, Layo abandona a su hijo
Edipo, pensando que así evitaría su propia muerte y sin saber que, precisamente es el acto
despreciable de abandonar a un hijo lo que le llevará a morir a manos de este.

Tiresias: es un vidente de Tebas que revela la dramática verdad al protagonista. Es un


personaje con un papel importante en la obra porque, paradójicamente, está ciego, es
incapaz de ver, pero su capacidad de deducción y razonamiento le permite descubrir y
desvelar la auténtica verdad a Edipo.

El coro: el coro es un personaje secundario muy importante en la tragedia griega. Se


considera como un personaje colectivo puesto que está formado por varios integrantes. Su
función es representar al pueblo tebano, el cual se siente en deuda con Edipo por haberles
librado de la Esfinge. El coro cree en el oráculo, en la fuerza del destino y desprecia a todo
aquel que ose desafiarlo. Es un personaje colectivo que aparece a lo largo de toda la obra,
pero no condiciona en modo alguno los pensamientos ni las acciones de los protagonistas. El
coro simboliza la conciencia y la voz de la experiencia. Al final de la obra, se pronuncia con
una especie de moraleja sobre la imposición del destino sobre el devenir humano. Edipo
rey es una obra que analiza la psique humana.

Creonte
Creonte es el hermano de Yocasta. Comparte un tercio de las riquezas de Tebas con Edipo y
su hermana. Además, es un devoto seguidor del oráculo de Apolo. Cuando comienza la obra,
Creonte regresa del oráculo con la noticia de que el asesino de Layo debe ser encontrado.
Creonte es un amigo leal de Edipo y nunca deja de ser comprensivo y amable con él, ni
siquiera después de que Edipo sugiera que Creonte está conspirando contra él. Creonte se
hará cargo de Tebas después del exilio de Edipo (Creonte también ocupa un lugar central en
la obra Antígona, escrita por el mismo Sófocles y en la que se agrega otro capítulo al linaje
maldito de Edipo).
Mensajero de Corinto
El Mensajero de Corinto llega para decirle a Edipo que su padre, Pólibo, está muerto, y que
la gente de Corinto desea que Edipo sea su nuevo rey. Sin embargo, también le revela a
Edipo que Pólibo y Mérope no son sus verdaderos padres. El Mensajero le cuenta que hace
mucho tiempo, un extraño de Tebas les regaló un bebé al rey y la reina de Corinto. Este bebé
era Edipo, que luego crecería hasta convertirse en rey. El Mensajero proporciona a la
audiencia la primera pista que sugiere que las palabras de Tiresias (y las del Oráculo) son
ciertas, mucho antes de que Edipo lo descubra.

Pastor
El pastor entrega el bebé de Layo y de Yocasta al mensajero. También es el mismo hombre
que presenció la muerte de Layo. Cuando regresa a Tebas y ve que el hombre que mató a
Layo es el nuevo rey, pide permiso para huir de la ciudad. Edipo lo manda a llamar cuando el
mensajero hace referencia a que el pastor tiene información muy valiosa sobre crimen, con la
esperanza de descubrir la identidad de sus verdaderos padres. Luego, el pastor revela que el
bebé que le dio al mensajero era el hijo de Layo y Yocasta y, de esta forma, agrega una de
las últimas piezas al rompecabezas que implicará a Edipo como la fuente de la plaga del
reino.

Sacerdote
Los seguidores del sacerdote hacen sacrificios a los dioses al comienzo de la obra, con la
esperanza de que estos levanten la plaga que ha afectado a la ciudad. En este punto, los
seguidores creen que los dioses han castigado a la ciudad por algún pecado por el que se
debe pagar. Edipo se encarga de visitar el Oráculo para determinar de quién es el pecado y
cómo puede ser expiado.

Segundo mensajero
El segundo mensajero es un sirviente de Edipo y Yocasta que les cuenta a Edipo y al Coro
del suicidio de Yocasta.

Ismene y Antígona
Ismene y Antígona son las hijas de Edipo, que aparecen al final de la obra. Edipo lamenta el
hecho de que nunca encontrarán esposos con un linaje tan maldito, y le ruega a Creonte que
las cuide. Antígona, en Edipo en Colono, se convertirá en la guía de su padre.

ANÁLISIS
Como género dramático Edipo rey es, ante todo, una tragedia. Por principio, la trama gira en
torno a un elemento fundamental: el ser humano no puede escapar de su destino. Sea del
tipo que sea, el destino se representa en la cultura griega como un sino ineludible, inevitable.
Conozcamos ahora cómo Sófocles construye esta idea para haberse convertido en una obra
referencial no solo de la Antigua Grecia, sino de la civilización.

Estructura

La obra de Edipo Rey se estructura en un solo acto, respetando el principio de unidad de


tiempo y unidad de acción, del cual Aristóteles hablara en su poética. Aunque la obra
contiene ocho episodios, todos estos se suceden y concatenan uno con el otro en una sola
línea temporal. En efecto, el relato comienza con la aglomeración del pueblo de Tebas que
exige una solución al problema de la peste. Tras consultar al oráculo, se comprende que el
sufrimiento del pueblo es consecuencia de algo que ocurrió en el pasado y que todos
ignoran, unos deliberadamente, otros por desconocimiento absoluto.

La información develada es siempre parcial, lo cual va creando expectativa a lo largo de la


obra. Así, entre la exposición del argumento en la primera secuencia y el desenlace, el
espectador solo tiene ante sí un relato de palabras a partir del cual va construyendo el hilo de
la trama. Cada personaje que se incorpora a la escena va revelando más información sobre
el curso de los hechos. Así, en esta obra se ve que Sófocles ya recurre a tres actores en la
escena, entre los cuales la información se triangula y genera mayor tensión y conflicto.

Destino y conocimiento

En la medida en que estos personajes tienen información sobre su futuro, más se aseguran
el cumplimiento de la profecía. Ni siquiera eso los puede eximir. Tener acceso a los videntes
y oráculos no les da ningún margen de salvación. Tal como se puede observar, para el
pensamiento de la antigüedad clásica no era posible al ser humano sustraerse a la voluntad
de los dioses o al destino, por más esfuerzos que hiciera. Así, saber sobre el futuro no sería
una ventaja en ningún caso.

Sófocles recrea a través del teatro el mito de Edipo, que encarna los valores sociales de su
civilización, y expone un sentido de justicia, castigo y orden para que el grupo social pueda
tomar buen rumbo. El principio fundamental es la creencia en el destino humano, tal como ya
hemos dicho. Nadie puede evitar su destino, por más que crea que tiene el "poder" de
hacerlo. De él no escapan ni siquiera los poderosos. La condición humana es esta y todos
están igualmente sometidos a su ley.

El oráculo se pronuncia ante una posibilidad absolutamente abominable desde el punto de


vista cultural y moral para Grecia: el incesto y sus consecuencias que pesan no solo sobre
los que han caído en él, sino sobre la sociedad entera. Junto a esto, el peso del orgullo, la
confianza desmesurada en el poder temporal y los apegos también hacen su parte. El peso
moral de las acciones de los individuos recae sobre la sociedad en su conjunto.

Sófocles

Sófocles es un dramaturgo griego que nació en Colono en 496 y murió en Atenas en 406
a.C. Destacó en la escritura del género teatral conocido como “tragedia”, gracias a lo que
ganó más de una docena de competencias dramatúrgicas celebradas durante las fiestas
dionisíacas. Sus obras estuvieron basadas en los mitos de la antigüedad griega, lo cual es
propio de su tiempo histórico, toda vez que el teatro nace en la Antigua Grecia enlazado a los
relatos míticos fundacionales. En sus casi 90 años de vida, Sófocles escribió más de una
centena de tragedias, de las que sólo han perdurado siete hasta la actualidad. Estas son:
Edipo rey, Edipo en Colono, Antígona, Electra, Áyax, Las traquinias, Filoctetes

Además de haber tenido una obra prolífica, a este dramaturgo se le recuerda por haber
impulsado importantes transformaciones en el teatro. Entre sus muchos aportes, se cuenta la
inclusión de escenografía, así como el aumento en el número de actores en escena de 2 a 3,
lo que supuso la composición de obras más complejas y tramas más enervadas. También
aumentó el número de coristas por obra. Asimismo, rompió con la tradición de escribir
trilogías. Esto dio entrada a la valoración individual de cada pieza de teatro.

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