Está en la página 1de 6

TRATADO DE DERECHO

PROCESAL CIVIL
VENEZOLANO
TEORÍA GENERAL DEL
PROCESO
INTRODUCCIÓN
EL NUEVO CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL

1. La Sanción del Código


La Cámara Legislativa, reunidas en sesión conjunta celebrada
el 5 de diciembre de 1985, sancionaron el nuevo Código de
Procedimiento Civil, presentado a la consideración de las
Cámaras por el presidente de la Comisión Legislativa, Dr.
Gonzalo Barrios, el día 25 de julio de 1985.
La consideración por las Cámaras, en sesión conjunta, del
Proyecto de Código de Procedimiento Civil, inauguró un nuevo
y especial procedimiento parlamentario de reciente creación
mediante la Enmienda N° 2 de la Constitución, sancionada por
el Congreso el 16 de marzo de 1983, que creó la Comisión
Legislativa, la cual es designada por las Cámaras en sesión
conjunta en cada período constitucional, integrada por veintitrés
miembros elegidos de manera que reflejen en los posible la
composición política del Congreso de la República. Según esta
Enmienda, las Cámaras en sesión conjunta, pueden autorizar a
la Comisión Legislativa para discutir y aprobar proyectos de
leyes individualmente determinados mediante acuerdo que
cuente con el voto de las dos terceras partes de los miembros
presentes. Una vez aprobado cada proyecto por la Comisión
Legislativa, ésta lo envía el presidente del Congreso, quien
ordena distribuir el texto entre los integrantes de ambas
Cámaras y convoca a éstas para una reunión conjunta,
transcurrido que sean quince días de haberlo recibido. Las
Cámaras, en sesión conjunta, proceden a aprobar o rechazar,
mediante acuerdo, el texto que les sea sometido, pudiendo
introducir las modificaciones que juzguen convenientes. Una
vez aprobado el proyecto, con o sin modificaciones, el
presidente del Congreso lo declara sancionado y deben
cumplirse los trámites subsiguientes previstos para la formación
de las leyes, según el procedimiento parlamentario ordinario.
Para la discusión de los proyectos presentados por la Comisión
Legislativa, el Congreso dictó el correspondiente Reglamento,
sancionado el 16 de octubre de 1985. El Reglamento constituye
un instrumento especial de regulación del procedimiento
parlamentario, que permite realizar el propósito de la Enmienda
N° 2 de la Constitución, sin menoscabar la facultad de los
senadores y diputados de intervenir en el debate, pero
ordenándolo de tal forma que no resulten frustrados los
objetivos propios de la Enmienda.
La Comisión Legislativa es, pues, en palabras de su presidente,
Dr Gonzalo Barrios, “un organismo de creación original,
establecido para facilitar y acelerar la formación de las leyes,
especialmente aquellas que por su naturaleza ofrecen
dificultades extraordinarias de tramitación según las normas
tradicionales”.
Comenzamos esta introducción haciendo referencia al nuevo
procedimiento parlamentario, porque sin él, la sanción del
nuevo Código de Procedimiento Civil no habría sido posible
según las reglas ordinarias de la formación de las leyes; y
porque consideramos importante destacar que la Comisión
Legislativa ha abierto nuevos horizontes a la actividad
parlamentaria nacional, de la cual debemos esperar una
fructífera labor de modernización y adecuación de la legislación
nacional a las nuevas circunstancias históricas que vive el país,
con gran provecho para la perfectividad de las instituciones
democráticas y del Estado de Derecho.
A la solicitud del Consejo de la Judicatura, el Congreso de la
República sancionó la Ley de Reforma Parcial del código el 12
de septiembre de 1986, la cual modificó el artículo 940 para
extender la vacatio legis hasta el 16 de marzo de 1987,
sancionó una nueva Ley de Reforma Parcial del código, que
modificó los Artículos 90, 201, 228, y el Ordinal 7° del artículo
599, relativos a la recusación de los asociados, alguaciles,
jueces comisionados, asesores, peritos, prácticos, interpretes y
demás funcionarios, ocasionales; a las vacaciones judiciales; a
la citación de varios demandados y al secuestro de la cosa
arrendada, por vencimiento del término del arrendamiento, que
fue eliminado.
Esta reforma parcial, no altera en absoluto la estructura del
código, ni la esencia de sus instituciones fundamentales y
recibió el “Ejecútese” del presidente el 13 de marzo de 1987. El
código entro en vigencia el 16 de marzo de 1987.
Recientemente, a solicitud del Consejo de la Judicatura, con
apoyo de algunos integrantes del gremio profesional de
abogados litigantes, el Congreso sancionó, el 20 de julio de
1990, la Ley de Reforma Parcial del Código para modificar el
artículo 201 y volver a establecer las vacaciones judiciales del
15 de agosto al 15 de septiembre y del 24 de diciembre al 6 de
enero, lapsos durante los cuales permanecerán en suspenso
las causas y no correrán los lapsos procesales.
2. Necesidad del Nuevo Código
Nuestro primer Código de Procedimiento Civil fue sancionado
el 12 de marzo de 1836. Se denominó “Código de
Procedimiento Judicial” y fue su autor el Lic. Francisco Aranda,
por lo que ha sido llamado desde entonces el Código Aranda.
El Lic. Aranda fue un ilustre jurista venezolano. Había cursado
estudios de Derecho Civil y Cánones en nuestra Real y
Pontificia Universidad de Santa Rosa de Lima y tuvo una
esmerada preparación en derecho romano-canónico o derecho
común. Por esta circunstancia, su fuente de inspiración lo fue el
proceso romano-canónico, del cual tomó el sistema, la forma
escrita y la división del proceso en tiempos, que es
sustancialmente la estructura del proceso medieval, tal como lo
concebía el Maestro Jacobo de las Leyes, jurisconsulto del
siglo XIII quien dividía las fases de los pleitos en nueve
tiempos.
Como es sabido, fue en los primeros siglos siguientes al año
1000 después de Cristo cuando penetró en Europa continental,
y especialmente en Europa occidental, un jus commune, tanto
sustancial como procesal. La elaboración de este “Derecho
Común” se debió sobre todo a la gran doctrina jurídica del siglo
XI al XIV que floreció en las primeras universidades jurídicas
italianas, especialmente la Universidad de Bolonia. La razón
histórico-sociológica del triunfo en el Medievo, del sistema de la
escritura, ha de verse probablemente -según narra Cappelletti-
en la falta en aquellos tiempos de una gran magistratura. Lo
deja comprender así, con bastante claridad, la famosa Decretal
del Papa Inocencio III, del año 1216, que ha señalado el
definitivo triunfo del principio de la escritura en el proceso
canónico. En ella se decide que el principio de la escritura
estaba dirigido a proteger a las partes “contra falsam
assertionem inquiti judicis”, esto es: contra la iniquidad y la
falsedad del juez deshonesto. (Cappelletti, El Proceso Civil en
el Derecho Comparado, p.51).
Sin embargo, ya en plena Edad Media la necesidad imponía
formas más simples y rápidas de realizar la justicia, y al lado
del proceso ordinario, lento y dispendioso, fue creándose en la
práctica otro sumario y rápido, más sencillo. El constante
crecimiento y desarrollo de las ciudades italianas, la extensión
de su comercio y sus relaciones mutuas, hacía necesario
adoptar formas más expeditas y rápidas en los juicios.
Lentamente, el derecho canónico y concretamente el proceso
canónico fue imponiendo estas formas en la práctica. Ya las
Decretales de Gregorio IX introducían algunos cambios en la
vida del juicio, pero la reforma culminó con la famosa
Clementina Soepe Contingit, Decretal del Papa Clemente V
(1306) que consagró definitivamente un proceso sumario y
rápido, donde se actúa “simpliciter et de plano, ac sine strepitu
et figura iudicii” que más tarde influenciará grandemente al
proceso francés, el cual llevado a Alemania por la invasión
francesa, dio origen en aquel país, en el siglo XIX, a los
estudios de la moderna doctrina del proceso que culminó en la
elaboración de los textos legislativos de Austria y Alemania,
considerados hoy los más perfectos.
Venezuela, por razones obvias, desde el inicio de su legislación
procesal con Aranda, siguió las directrices que partiendo del
derecho medieval y del proceso Mónaco-canónico, llego a
nosotros a través de los juristas medievales y pragmáticos
españoles y así también los demás países latinoamericanos
que recibieron la influencia de la madre España.
Características de nuestro sistema derogado, semejante al
proceso medieval, además de la escritura, la constituyen, entre
otros: la falta de inmediación, el fraccionamiento y la dispersión
de los actos en el tiempo, la proliferación de incidencias
dilatorias que detienen la consideración del mérito del asunto,
el abuso de la recusaciones; la deformación del concepto del
impulso del proceso hacia su meta normal, que es la sentencia,
y también en materia probatoria; la apelabilidad de las
sentencias interlocutorias, que constantemente detienen el
curso del proceso, la falta de ponderación del interés público
del Estado en la realización del orden jurídico y en la pronta y
ordenada administración de justicia y, en fin, un excesivo
individualismo liberal, que ha convertido a la justicia y a la
función del juez en una actividad “mercenaria”, entregada a la
voluntad de los litigantes, con desconocimiento de la
importancia político-social del proceso, que lo considera como
un verdadero instrumento para el bienestar social (Ihering). Y
en efecto, como lo recuerda Chiovenda, “por la función que el
proceso tiene de declarar y actuar la voluntad de la ley, por la
multiplicidad de las necesidades a las que provee, a favor de
individuos de todas las clases sociales, por los intereses sobre
lo que pasa, allanando la vía de la justicia; por la lucha de
pensamiento que en el mismo desarrolla; por la reclamación
entre el poder público y los ciudadanos que en el mismo se
vive; por todo eso, el proceso es el campo en el que el mismo
se desarrolla; por la relación entre el poder público y los
ciudadanos que en el mismo se vive; por todo eso, el proceso
es el campo en el que se representa una de las escenas más
agitadas y complejas de la vida social: campo abierto a todas
las pasiones humanas; instrumento de la prepotencia o
protección de la debilidad; ya baluarte de tiranía, ya de libertad;
es difícil -decía Chiovenda- “imaginar un organismo más
delicado; un índice

También podría gustarte