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Concepto de Interdictos

La interdicción es la privación de la capacidad negocial en razón de un estado


habitual d defecto intelectual grave o de condena penal. A consecuencia de ella el
entredicho queda sometido en forma continua a una incapacidad negocial plena,
general y uniforme.

Humberto Cuenca afirma que el interdicto es una medida cautelar por medio de
la cual el estado dispensa tutela jurídica a la posesión para evitar la alteración del
orden social y que alguien pueda hacerse justicia por sí misma.

Es un juicio posesorio, sumario, de carácter extraordinario, de trámite sencillo y


breve en donde se decide sobre la posesión de la cosa y es por ello que se
requiere que el querellante esté en posesión del objeto del litigio .

Naturaleza Jurídica de los Interdictos

Para el Dr. José Román Duque Sánchez, las acciones interdictales son
acciones posesorias mas no petitorias, puesto que con ellas no se está
discutiendo la propiedad sino la posesión. Por otro lado, la querella que se
interpone constituye una medida preventiva o cautelar que tiene por objeto
garantizar la paz social.

Esta posición que considera a los interdictos como una medida cautelar es
reforzada por Piña Valles, puesto que para él, los interdictos se constituyen en una
“providencia intermitente” la cual va a decidir temporalmente una situación de
hecho, la cual espera por una decisión definitiva que se perfeccione por un
procedimiento ordinario.

Sin embargo, la doctrina no ha querido fijar una posición clara al respecto, pues
no logra enmarcar las acciones posesorias ni dentro de la categoría de las
acciones reales ni dentro de las acciones personales, por lo que le brindan un
carácter de especialidad, indicando que por tener características propias y típicas
que las diferencian de las demás acciones, son acciones jurisdiccionales
especiales.
Evolución Histórica

La palabra interdicto proviene del latin interdictum o inter duos edictum para
algunos autores, mientras que otros opinan que el origen es Inter dicta que
significa providencia o mandato interino, es, específicamente una regla dictada
entre dos partes.

Los interdictos nacieron en el Derecho Romano, como un medio otorgado por


el pretor para proteger la posesión. Como sabemos, la posesión puede ser
legítima o no legítima; sin embargo se consideró importante proteger al poseedor
actual de una cosa, para salvaguardar la paz pública, según Savigny, pues el
poseedor debería estar demostrando ante todos su legítimo derecho a poseer; y
porque en la mayoría de los casos el poseedor es legítimo, según la opinión de
Von Ihering.

Había en el Derecho Romano, interdictos para recuperar la posesión que se


había perdido, para retener la posesión, cuando el poseedor, aún sin ser
despojado era molestado en su uso y goce, y de adquirir una posesión que nunca
se había tenido, como el que solicitaba el acreedor hipotecario para entrar en
posesión de los bienes que garantizaban su deuda, y que estaban en poder del
deudor remiso.

El código de 1836 recogió los interdictos posesorios en Venezuela en su Ley II,


Titulo VII, mientras que en la Ley III del mismo título contemplaba los interdictos
prohibitivos. En los primeros se incluyó el adispicendae possessionis,
estableciendo como presupuesto para intentarlo la prueba del testamento, la
calidad de heredero y de la posesión legitima de bienes de la herencia dejados por
el cujus para el momento del deceso; sin embargo el despojador podría recobrar la
posesión si dentro de veinticuatro horas probaba con justo título y autentico que su
posesión era legítima; el título debía aparejar ejecución.

Para el interdicto de despojo, se pedía la posesión legítima igualmente y la


introducción de la querella dentro del año, castigaba la desposesión que había
sido realizada por la fuerza con la negativa de la suspensión del decreto
restitutorio, aun en el caso de que el despojado presentara título justo y autentico
para la desposesión. El interdicto de amparo procedía si el querellante probaba
que poseía con derecho y el juez ordenaba al perturbador se abstuviera de la
ejecución, asimismo, debían incoarse dentro del año, tanto el amparo como la
restitución. Finalmente el que se llamó “denuncia de nueva obra” denominación
que cambiaría posteriormente al interdicto de obra nueva; así como los
lineamientos fundamentales de esta clase de interdictos.

Clases de Interdictos

Nuestra legislación contempla los siguientes interdictos: Se consagran cuatro


clases, interdictos posesorios e interdictos prohibitivos.

Como interdictos posesorios se consagran:

 Interdicto de amparo o por perturbación. (Artículo 782 CC):


 Interdicto de restitución o por despojo. (Artículo 783 CC)

Y como interdictos prohibitivos se consagran:

 Interdicto de obra nueva. (Artículo 785 CC)


 Interdicto de daño temido o de obra vetusta. (Artículo 786 CC).

El Interdicto de Amparo

El interdicto de amparo, busca proteger al poseedor contra las perturbaciones


de las que puede ser objeto su posesión, y tiene como finalidad hacer cesar
dichas perturbaciones para restablecer la situación existente antes de que
ocurrieran las mismas.

Así mismo puede definirse, como aquel que procede cuando el poseedor de un
bien inmueble es perturbado por un tercero. En el mismo se deben probar dos
hechos: la posesión actual y los actos perturbatorios; no se requiere acreditar el
título de la posesión.
Requisitos para su procedencia

 Que la posesión sea legítima. Del artículo se desprende que debe existir
posesión legítima para el ejercicio de esta acción, sin embargo, el primer
aparte del mismo artículo señala que “El poseedor precario puede intentar
esa acción en nombre y en interés del que posee, a quien es facultativo
intervenir en el juicio.” Esto es, el detentador puede también ejercer esta
acción, pero siempre en nombre del verdadero poseedor, a quien se le
faculta intervenir en el juicio, si lo considera conveniente.

 Ultra-anualidad. Se requiere el ejercicio de la posesión legítima por más de


un año, empero, no sólo significa un ejercicio ultra-anual de la persona que
posee pues, teniendo un interés legítimo y cuando las condiciones estén
dadas, puede unir el tiempo que lleva poseyendo personalmente al tiempo
de posesión que ejerció su causante.

Esta posibilidad de continuidad de posesión está prevista en el único aparte del


artículo 781 del sustantivo civil, este dispone que “El sucesor a título particular
puede unir a su propia posesión la de su causante, para invocar sus efectos y
gozar de ellos.” Por lo que sólo cuando la posesión ha pasado de manos del de
cujus a sus herederos es que existe la posibilidad de aplicar una ultra-anualidad
especial para poder accionar en caso de perturbación.

 Que se trate de posesión de un inmueble, de un derecho real o de una


universalidad de muebles.

 Que la posesión sea perturbada. La perturbación a la posesión debe ser


real y efectiva. Esta posición está tomada de la legislación alemana, la cual
establece que no bastan sólo las amenazas para fundamentar el recurso,
por lo que se exige, indispensablemente, la consumación de la lesión o
agresión para su procedencia.

 Que la acción se intente dentro del año siguiente a la perturbación. El


artículo que dispone este recurso obliga su aplicación dentro del año,
contándose desde el momento en que se consuma la perturbación, bien
sea constituido por un hecho o por varios hechos que se relacionen,
pudiéndose aplicar, en este último caso, desde el día siguiente del primero
de los actos. Ahora bien, si son varios los actos de perturbación y no se
relacionan entre sí, sino que se configuran con diferente naturaleza, cada
uno de ellos da origen a la aplicación de interdictos de amparo por
separado.

Este lapso legal para el intento de la acción ha de entenderse como un lapso


de caducidad, mas no de prescripción, puesto que el artículo 709 del Código de
Procedimiento Civil dispone que “Después de pasado el año fijado para intentar
los interdictos, no podrá pedirse la restitución o el amparo sino por el
procedimiento ordinario; pero si se hubiese hecho uso de la fuerza contra el
poseedor, dicho lapso no comenzará a contarse mientras no haya cesado la
violencia.” Es decir, una vez vencido el lapso establecido por el artículo 782 del
Código Civil Venezolano, no se podrá intentar dicha acción, sino accionar por la
vía de las acciones reales ordinarias. Sin embargo, se flexibiliza el cómputo legal
cuando hay uso de la violencia, puesto que no basta que se cuente desde el día
siguiente de la agresión, sino que se empiece a contar, realmente, desde el
momento en que cesa la violencia ejercida sobre el poseedor.

 Que la ejerza el poseedor legítimo. Es consecuencia del primer requisito; si


es necesaria la existencia de la posesión legítima, es lógico pensar que el
titular de la misma es el legitimado activo de esta acción.

 Que se intente contra el ejecutante de los actos de perturbación. Al existir


un legitimado activo debe existir una legitimación pasiva, recayendo ésta,
necesariamente, sobre el actor de la perturbación que dio origen al recurso.

Se admite, tanto en doctrina general como en la doctrina jurisprudencial, que la


legitimación pasiva puede recaer tanto en personas naturales como jurídicas,
siempre que hayan sido los causantes de la agresión injusta, real y efectiva contra
la posesión.
Puede ser Voluntario o Contencioso. Tribunal Competente

Artículo 735 del Código de Procedimiento Civil. Juez competente. Comisión


para diligencias sumariales: El juez que ejerce la jurisdicción especial de los
asuntos de familia y, en su defecto, el de primera instancia que ejerza la plena
jurisdicción ordinaria, es el competente en estos juicios, pero los de departamento
o de distrito o los de parroquia o municipio pueden practicar las diligencias
sumariales y remitirlas a aquel sin decretar la formalización de proceso y la
interdicción provisional

Ahora bien, en cuanto a la competencia existen posiciones divididas en los


Tribunales, ya que por una parte un amplio sector considera que la competencia
para conocer y decidir de estos asuntos corresponde exclusivamente a los
tribunales de Municipio en virtud de la entrada en vigencia de la Resolución Nº
2009-0006, dictada por la Sala Plena del Tribunal Supremo de Justicia, en fecha
dieciocho (18) de marzo de 2.009, y publicada en la Gaceta Oficial de la República
Bolivariana de Venezuela Nº 39.152. En esta Resolución se modificó la
competencia de los Tribunales de Municipio y de Primera Instancia. Para ello uno
de los aspectos que consideró el Juzgado  Superior Octavo en lo Civil, Mercantil,
Transito y Bancario de la Circunscripción Judicial del área Metropolitana de
Caracas, en sentencia de fecha 09 de marzo de 2011, caso  Vladimir Enrique
León Bencomo. Expediente 9130 es el siguiente:

Así, el artículo 3 de la Resolución Nro. 2009-0006, antes citada establece:


“…Los Juzgados de Municipio conocerán de forma exclusiva y excluyente de
todos los asuntos de jurisdicción voluntaria o no contenciosa en materia civil,
mercantil, familia sin que participen niños, niñas y adolescentes, según las reglas
ordinarias de la competencia por el territorio, y en cualquier otro de semejante
naturaleza. En consecuencia quedan sin efecto las competencias designadas por
textos normativos preconstitucionales.
Así las cosas, corresponde analizar si el procedimiento de interdicción
corresponde a la jurisdicción voluntaria o no contenciosa, a este respecto, dispone
el artículo 895 de nuestra norma adjetiva civil:

“El Juez, actuando en sede de jurisdicción voluntaria, interviene en la formación


y desarrollo de situaciones jurídicas de conformidad con las disposiciones de la ley
y del presente Código”.

El procesalista Emilio Calvo Baca, ha dejado establecido que la jurisdicción


voluntaria, por oposición a las jurisdicción contenciosa, se define como aquella
función del juez por la cual crea condicionamientos concretos que le dan
significación jurídica a la conducta de los solicitantes y que están destinadas a
mantenerse con validez en tanto no cambien las circunstancias que los originaron
y no sean revocados expresamente por el Juez.

Se podría definir también como aquellos procedimientos de carácter unilateral


cumplidos ante los jueces, con el objeto de determinar auténticamente ciertas
situaciones jurídicas o cumplir determinados requisitos impuestos por la ley,
mediante declaraciones que no adquieren autoridad de cosa juzgada ni pueden
causar perjuicio a terceros.

En este orden de ideas encontramos que, la institución de la Interdicción, la


cual es la privación de la capacidad negocial en razón de un estado habitual de
defecto intelectual grave o de condena penal, y en consecuencia de ella el
entredicho queda sometido en forma continua a una incapacidad negocial plena,
general y uniforme; a criterio de esta superioridad, debe considerarse que en
materia de interdicción, estas son solicitudes judiciales referidas a las personas
naturales, pues ésta dirigida a modificar el estado personal de un individuo o su
capacidad, por lo cual está ubicada en el rublo de la jurisdicción voluntaria y no
contenciosa, matizada por el hecho de carecer de contradictorio y partes en
continua oposición, de carácter sumarial, y no produce cosa juzgada material.

"De todos los argumentos antes mencionados, y en apego a las normativas


planteadas, así como de la Resolución 2009-0006, se entiende que una vez
establecida de manera exclusiva y excluyente a los Juzgados de Municipio la
competencia en asuntos de jurisdicción voluntaria y no contenciosa, son estos los
competentes para el conocimiento de las interdicciones, aun cuando la regla en
materia de interdicciones este contemplada para los Juzgados de Primera
Instancia, pues quedan sin efecto la aplicación de las competencias designadas
por textos legales, siendo un caso de ello el artículo 735 del Código de
Procedimiento Civil, que a partir de su entrada en vigencia, no es aplicable por el
contenido de la mencionada Resolución, y como quiera que no existe conflicto de
intereses o litigio, en el sentido de pretensiones contrapuestas entre partes
interesadas, quedo suficientemente establecido que estamos en presencia de un
juicio en materia civil de jurisdicción voluntaria..." 

Del contenido de la anteriormente citada jurisprudencia se evidencia, como el


Juzgado Superior al resolver un conflicto negativo de competencia, establece que
la competencia en materia de Interdicción, corresponde de manera exclusiva y
excluyente a los Tribunales de Municipio, dado según dicho Juzgado a la
naturaleza eminentemente voluntaria o no contenciosa del procedimiento. En tal
sentido la cátedra no comparte dicho criterio, ya que considera que al estar
regulado el procedimiento por dos fases, siendo la primera de ella de naturaleza
no contenciosa dado su carácter sumarial en consecuencia, para dicha etapa del
proceso es menester que tengan conocimiento los Tribunales de Municipio ya que
en tal estadio del proceso efectivamente no hay contención, pero la segunda fase
o plenaria puede transformarse en contradictoria ya que se regula por los trámites
del procedimiento ordinario y la causa entra directamente a pruebas, permitiendo
el procedimiento que cualquier interesado pueda promover y evacuar pruebas, con
lo cual se realiza un perfecto contradictorio.

En consecuencia se considera que la primera fase corresponde a los


Tribunales de Municipio, quienes deben dictar el decreto de interdicción
provisional al momento de concluir la fase sumaria, remitiendo las actuaciones al
Tribunal de Primera Instancia a los efectos que se cumpla la segunda fase
plenaria, en caso que se presente oposición al decreto de Interdicción Provisional,
dictándose al final de dicho procedimiento la sentencia definitiva.
Procedimiento Del Interdicto De Amparo

Dicho procedimiento se inicia mediante querella que el poseedor legítimo


propone ante el juez civil competente, y que debe ciertamente cumplir con los
requisitos contemplados en el artículo 340 del Código de Procedimiento Civil.

Ahora bien, los presupuestos procesales de admisibilidad a estudiar se ubican


en el contenido del artículo 700 del Código de Procedimiento Civil, que es del
tenor siguiente: Artículo 700: “En el caso del artículo 782 del Código Civil el
interesado demostrará ante el Juez la ocurrencia de la perturbación, y
encontrando el Juez suficiente la prueba o pruebas promovidas, decretará el
amparo a la posesión del querellante, practicando todas las medidas y diligencias
que aseguren el cumplimiento de su decreto”.

De conformidad con el dispositivo citado, para que el Juez proceda a dictar el

Decreto de Amparo, es necesario:

a) Que el querellante demuestre efectivamente la ocurrencia de la


perturbación que afecta su posesión.
b) Que el juez encuentre suficiente la prueba o pruebas promovidas por el
querellante, relativas al acaecimiento de la perturbación señalada. Las
pruebas aportadas por el legitimado activo en este proceso interdictal,
deben ser pertinentes y relevantes, en la dirección de llevar al juez a la
convicción de que ciertamente ha ocurrido la perturbación que limita el
ejercicio de la posesión del querellante.

Sin embargo, no sólo debe demostrarse la existencia de la perturbación, sino


también el hecho posesorio mismo, para justificar de esta forma la indispensable
legitimación para actuar en el juicio, máxime si partimos del hecho de que en
materia de Interdicto de Amparo, únicamente puede interponer la querella
respectiva el poseedor legítimo, y en casos excepcionales, el poseedor precario,
actuando en nombre e interés de quién posee legítimamente.

En el procedimiento de los interdictos de amparo el lapso probatorio es de diez


días, estos serán contados a partir de la contestación de la querella interdictal. Las
partes en este lapso deberán de probar sus respectivos alegatos posesorios.
Corresponderá al querellante, la prueba de los hechos que configuran su legítima
posesión, la ultra anualidad de la misma y la perturbación de la que ha sido objeto;
mientras que al querellado le corresponderá la prueba de los hechos que alegue
contra aquella posesión y a favor de su propia pretensión

Generalmente y por tratarse de que la posesión se evidencia por la ejecución


de actos materiales que se reputan como públicos, no clandestinos, permanentes
e ininterrumpidos; igualmente de que los actos de perturbación constituyen actos
que molestan o impiden el ejercicio de aquella posesión y es consecuencia de los
actos que materializan tal perturbación, para la prueba de los mismos, a los fines
de la demostración de la existencia de la posesión y de la ocurrencia de la
perturbación, se recurre a la prueba testimonial pre-constituida y en menor grado a
la inspección ocular y a otros medios de pruebas también pre-constituidos. Tales
pruebas pre-constituidas o evacuadas antes de instaurarse el procedimiento, si
bien pueden constituir la demostración requerida de la ocurrencia de la
perturbación en la fase sumaria del procedimiento, no pudiendo ser nunca
consideradas plena prueba de los hechos alegados por el querellante, pues siendo
que las mismas sirven de fundamento a la pretensión del querellante dirigida
contra el querellado, su ratificación en el lapso probatorio, del procedimiento será
necesaria a fin de que constituyan la plena prueba necesaria y requerida de tales
hechos, ya que su promoción como prueba en tal lapso requiere su evacuación.
De no ser ratificadas tales pruebas anticipadas no podrán ser apreciadas en la
sentencia definitiva, a menos que su evacuación sea el resultado de aplicar el
procedimiento de retardo perjudicial.

Según el artículo 701 del Código de Procedimiento Civil, las partes tienen el
lapso de tres días para que formulen sus alegatos una vez concluido el lapso de
pruebas, que como ha sido indicado es considerada como la oportunidad para que
el querellado formule sus alegatos de hecho y de derecho en contra de la
pretensión del querellante, debiendo ser considerado más como un lapso para la
presentación de informes y conclusiones sobre la situación procesal en que ha
quedado las alegaciones y probanzas de las partes, con anterioridad a la apertura
de dicho lapso derivada del desarrollo del procedimiento hasta esta etapa, con la
finalidad de ilustrar el criterio del sentenciador y con vista en la sentencia definitiva
que será dictada, que como un lapso para formular defensas o excepciones, pues
de ser formuladas éstas en tal oportunidad resultarían extemporáneas e
improcedentes. Es que el alegato no es otra cosa que el acto mediante el cual en
forma escrita u oral, se exponen de manera razonada los fundamentos de hecho y
de derecho, sobre el mérito de la prueba aportada.

Practicada la destitución o el secuestro, o las medidas que aseguran el


amparo, según el caso, el juez ordenará la citación del querellado, y practicada
ésta la causa quedara abierta a pruebas por diez días. Concluido dicho lapso las
partes presentarán dentro de los tres días siguientes, los alegatos que consideran
convenientes, y el juez, dentro de los ocho días siguientes, dictará la sentencia
definitiva. Esta sentencia será apelable en un solo efecto, pero el tribunal remitirá
al superior el expediente completo de las actuaciones.

El juez será responsable de los daños y perjuicios que cause por su demora en
dictar la sentencia prevista en este artículo
Bibliografia

Derecho Civil: Personas. 11 edición, revisada y puesta al día. Jose Luis Aguilar
Gorrondona. Manuales de Derecho Universidad Catolica Andres Bello. Caracas,
1993.

http://saqgiza.blogspot.com/2008/10/la-proteccin-posesoria.html

http://derechocivil2ula.blogspot.com/2013/05/unidad-ii-tema-n-8-la-proteccion.html

http://ubaprocesalciviltres.blogspot.com/2014/04/tema-12-de-los-
interdictos_22.html

http://biblioteca2.ucab.edu.ve/anexos/biblioteca/marc/texto/AAQ1441.pdf

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