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CARLOS ALBERTO LOPRETE LITERATURA ESPANOLA, HISPANOAMERICANA Y ARGENTINA Plus Ultra 22 ansgram JORGE FESS BORGES | JE LURE BORGES PNQUISICIONES | EDITORIAL PROA, Beeser wae LA PROSA CONTEMPORANEA, Como en el caso de la poesia, la prosa actual de la Argentina y de Hispano- américa se inclina hacia varias vertientes. Tampoco existe una clasificacién de- finitiva de la narrativa, y las que se han propuesto tienen sdlo un caracter pro- visional. Caracteres. Podrian seiialarse, sin embargo, algunas caracteristicas comunes de la narrativa actual, a saber: a) revelan una verdadera pasién lterarta kispancamertoana: en efecto, los escritores hispa- noamericanos manifiestan, en Jo que ha transcurrido del siglo, una auténtica vocacion por produ- ‘ir “Iteratura’. Este fendmeno ha tenido su comienzo con el modernismo (Gutiérrez Najera, Lugo- nes, Larreta, Reyles, etc), y ha alcanzado una altura excepcional a,partir de la década del 40, sobre todo con la aparicién de los escritores profestonales. bj fertitidad creation: la produccion de obras de esta especie ha sido notable, no solo en ca- dad artistica, sino también en cantidad. Esta gran fertilidad productiva ha superado en muchos Paises a otros tipos de actividades culturales y no culturales, que han quedado a la zaga. 545 ©) resonancia internactonal: el grupo de narradores (novelistas y cuentistas) ha adquiride fama mundial, o por fo menos tntemacional, y ha despertado una merecida admiracton. Esta acepta- én se demuestra por la traduccion continua dé obras hispanoamericanas a lenguas fordneas. @ Jerarquta artistica: si bien es clerto que la literatura hispanoamericana ha producido en todas las épocas obras de gran calidad estética, €50s casos han sido excepcionales. En los tiempos actuales seria posible enumerar varias decenas de escritores cuyas obras no ceden en valor a las ‘Mejores plezas europeas o de otra procedencia. ¢] expertmentalismo; incorporacién de nuevas téenicas y recursos: la novela y el cuento his- panoamericanos han dejado de ser meramente Iineales y cronologicos, para convertirse en verda- deras construcciones artisticas, producto de un trabajo de mucha elaboracion y aprovechamiento de las experiencias mundiales de todo tipo, tanto en contenido como en forma y recursos estllis- tieos modemos. Estos intentos se denominan “ex-perimentalismo”. f) enfoque mds amplto de la realidad y la vida: al liberarse los escritores del punto de vista tradicional de la novela y el cuento, sus obras han cublerto con espiritu mas amplio el campo de Ja realidad que representan y el enfoque de la vida misma, al punto que se ha logrado incorporar i andlisis psicolégico y el planteo filosético en los temas, considerados extraliterarios en el arte tradicional. g) valortzactén de la figura del escrttor: el narrador contempordneo se ha convertido en los paises hispanoamericanos, y aun fuera de ellos, en una figura de interés. 1h) dificultad de una clasfficacton: hasta el momento, la profusion de obras, temas y estilos, ano ha favorecido la posibilidad de efectuar una clasificacién categ6rica de las obras en prosa na- rrativa, como ocurrié con la novela y el cuento en otras épocas. Se propone en este volumen una dlasificacion provisional, a saber: 1. Realtsta: reproduce la realidad circundante tal como ella es percibida por el artista. Comprende: Novela de la tterra: desarrolla temas y presenta personajes rurales o regionales: Pedro Péramo, de Juan Rulfo. ‘Novela de ta cludad: reproduce asuntos y tipos humanos del mundo urbano hispanoa- ‘mericano: Hombres en soledad, de Manuel Galvez. 2. Realismo magico o realismo fantésttco: meacla la realidad y Ia fantasta; lo real maravilloso: El reino de este mundo, de Alejo Carpentier. 3. Realismo socal: plantea temas soctales, campesinos 9 urbanos, con intenctones sociales: El mundo es ancho y ajeno, de Ciro Alegria. 4. Imaginattea: desarrolla temas de ficeién, inexistentes en la vida real, 0 distorsiona una realidad hasta convertirla en cbra de imaginacion: Clen aftos de soledad, de Gabriel Garcia Marquez; Manuel Muyica Léinez, 5. Psicoldgica: desarrolla el andlisis espiritual de un personaje o de grupos caracteristicos de personas: Chaves, de Eduardo Mallea, y la mayor parte de sus novelas y cuentos, 6. Intelectual: tncorpora concepctones intelectuales del ser humano, el mundo y Dios, como angumentos artisticos: una parte de los cuentos de Borges; Sabato. 7. Ideolégica: utiliza la forma narrativa como instrumento de una idea politica. Estas formas no siempre se dan en su modo puro, pues suelen combinarse en novelas 0 cuentos. 546 @ Jorge Luis Borges Es el autor contemporaneo argentino que goza de mayor fama internacio- nal, ‘Vida. Nacié en Buenos Aires (1899), cludad donde realizé sus estudios prima- tios. Viajé luego a Suiza, donde obtuvo su bachillerato. Estuvo luego en Madrid y alli se unio al grupo de los ultraistas y se inicié como poeta. De regreso en Buenos Aires se entreg6 a la poesia, dentro del movimiento ultraista porteio, y publicé su primera coleccién, Fervor de Buenos Aires (1923), y mas tarde Cuademo San Martin. Integré el grupo literario Martin Fierro y participé en varias revistas. Transité luego al ensayo y al relato corto y dio a conocer su Historia uni- versal de la infamia, que llamo poderosamente la atencién del publico literario por la novedad de los ensayos y la agudeza de sus razonamientos, caracteristi- cas que habria de conservar en su prosa para siempre. Dentro de esta linea, publicé mas tarde dos importantes colecciones de cuentos, Mieciones y El Aleph. Fue mas tarde profesor de literatura inglesa en la Facultad de Filosofia y Letras y se lo designé director de la Biblioteca Nactonal ese mismo aiio. Obtuvo el Prix Intemacional des Editeurs (1961), compartido con el escritor irlandés Samuel Beckett. Ha viajado por Europa y América, y ha dictado cursos y conferencias en numerosas universidades e instituciones culturales del pais y del extranjero. Continué publicando cuentos, poesias y ensayos en diversas revistas y dia- nos, que compilé mas tarde en otros voliimenes, Otras inquisiciones, El hacedor, E elogio de la sombra, Et informe de Brodie, El oro de los tigres, Borges ha sido recompensado en su pais y en el extranjero con gran nime- To de distinciones: el Gran Premio de Honor de la Sociedad Argentina de Escri- tores, el Primer Premio Nacional de Literatura (1956), el Premio Alfonso Reyes de México, el Premio Interamericano de Literatura Matarazzo Sobrinho de Brasil y otros mas. Asimismo fue designado doctor honoris causa de Ja Universidad Na- cional de Cuyo y de la Universidad de Michigan (EE.UU.). Desde 1962 fue miem- bro de la Academia Argentina de Letras. Su nombre fue propuesto varias veces para el Premio Nobel de Literatura. Sus obras se han traducido a veintidin idio- mas, 547 En colaboracién ha editado también varias obras: Manual de zoologia fan- téstica (con Margarita Guerrero), Introduccion a la poesia inglesa (con Maria E. Vazquez), Cuentos breves y extraordinarios (con Adolfo Bioy Casares), Leopoldo Lugones (con Betina Edelberg) y varias obras mas, que constituyen un volumen aparte de sus obras completas. Fallecié en Ginebra en 1986. Los cuentos de Borges. Aunque 1a poesia de Borges es digna de elogio, su fama internacional se debe a sus cuentos y ensayos. Se ha dicho que nadie en lengua espariola moderna ha creado como a un estilo “tan estilo”. En efecto, su personalidad artistica se respalda no sdlo en una tematica novedosa, sino también en una técnica y en un estilo literario pro- os. ® Sus temas son en general de procedencia libresca, en cuanto parecen sus- , citados por lecturas del autor, quien una vez tomado el asunto en sus manos les. da una perspectiva y una derivacion originales, y convierte asi, esa materia eru- dita y muerta, en un asunto de vitalidad e interés actuales. La cosmovisién de Borges. Hay un trasfondo filosdfico en todos ellos, que se refleja en su concepcién peculiar del tiempo, el espacio, la muerte, el infinito, la existencia humana y el mundo. Borges toma el mundo existente y real como si fuera una alucinacién o una idealizacion dentro de la cual vivimos, sin darnos cuenta, La muerte es para él la clave de la vida y cada uno tiene su muerte personal. El destino humano es Incomprensible para el ser humano, y la vida se repite con nosotros simétrica- mente, en un inextricable laberinto de destinos: el destino es como otra persona que llevamos dentro de nosotros mismos. Es dudoso para Borges que el mundo tenga sentido. Por eso hay algo de policial en la vida de los hombres, en cuanto resulta imposible o dificil atraparlos en una légica. El tiempo es un eterno retor- no, un regreso hacia el inflnito que se repite constantemente, Borges, debe toda esta concepcién a su constante lectura de los filésofos. Los cuentos argentinos. Aun en los casos en que Borges se inspire para sus cuentos en temas portefos o de la vida argentina, los conecta siempre con una interpretacién filoséfica extraida de sus creencias. Esto origina una novedad lla- mativa en el tratamiento de la materia literaria de procedencia nacional, sin an- tecedentes en nuestro pais, salvo el caso de Macedonio Fernandez, en quien se ha inspirado bastante el cuentista local. Erudiclén y fama. El sofisticado y teorético mundo de los cuentos de Borges ha Tegado a causar clerta sensacién en Europa y los Estados Unidos, y ha sorpren- dido a la critica con una intelectualizacién de la realidad que ella no esperaba en una literatura considerada hasta entonces como partidaria de lo realista y natu- La erudicion de Borges es proverbial, como lo fue la de Leopoldo Lugones en su momento, Algunos criticos han sospechado de ella, declarando que “no toda 548 es auténtica, a veces la finge”, 0 que es “un escritor que no tiene nada que decir, pero lo dice mas bellamente que nadie”. Aunque Borges se inicié poéticamente con temas de repercusién popular, como la ciudad de Buenos Aires, sus calles, patios, compadritos y cuchilleros, parece haber renunciado después a esta modalidad pues sus cuentos son ya materia literaria para otro tipo de piblico. Se requiere una erudicién particular para poder entender a fondo el simbolismo de ellos, y esta erudicién no siempre esta al alcance de todos. Incluso los mismos criticos han debido realizar grandes esfuerzos para poder rastrear los antecedentes y las fuentes probables de sus escritos. EI género preferido por el escritor es el cuento fantastico, de contenido me- tafisico, desarrollado dentro de una estructura algo parecida a la del relato po- Kcial. Técnica y estilo. Técnicamente, es un escrupuloso formalista, sometido a un gran rigor de método. Sus cuentos, como sus relatos y sus poesias, son de una arquitectura estructural muy bien pensada, logicamente desarrollados, y escri- tos con una economia de recursos certeramente planeada. Nada sobra en ellos, pero nada falta, Escribe lo estrictamente necesario para decir lo que tiene que narrar, y no se excede en ningiin momento. Su estilo es otra de las novedades, Borges ha creado un estilo escueto, eco- némico, preciso y de gran maestria en el uso de los adjetivos, los sustantivos y verbos sorpresivos. Innovaciones borgianas. Borges ha introducido varias innovaciones en la lite- ratura hispanoamericana: ha abandonado lo tradicional hispanico; ha dejado atras el facilismo tematico, proponiendo el ejemplo de asuntos enjundiosos, eru- ditos, filos6ficos y teolégicos levados a las formas literarias; ha quebrado las fronteras de las preocupaciones, internacionalizando los asuntos; ha superado el realismo, el naturalismo y el costumbrismo; ha desterrado de las paginas lite- rarias la politica; ha desarrollado Ja técnica de composici6n geométrica de los cuentos y relatos; ha deshumanizado la literatura colocandola exclusivamente en el plano intelectual, sin apelacion alguna a la emoci6n y los sentimientos, y por ultimo, ha creado un estilo sobrio y esencial, revalorizando el uso de una Jengua pura, correcta y extensa, dentro de una sintaxis sencilla y corta. Fuentes. Numerosos estudios han puesto en evidencia las probables fuentes de Jos temas de Borges. El propio autor, en entrevistas, conferencias y articulos ha sefalado en numerosisimos casos los motivos inspiradores de sus cuentos 0 los modelos que ha tenido en cuenta. Particular atencion le han merecido los autores de lengua inglesa —de la que Borges es un profundo conocedor—, entre ellos Chesterton, Stevenson, De Quincey, Wells, Kipling y Conrad, Entre los argentinos, Macedonio Fernandez ha sido su antecesor privilegiado. 549 1a fabulosa erudicién de Borges no se agota en estos escritores, La mas elemental lectura de sus cuentos y ensayos revela de inmediato a un gran cono- cedor de Ja Biblia, los libros religiosos de Oriente, Santo Tomas, Jas literaturas primitivas, los griegos, los romanos y otros antecesores. Entre los filésofos, su preferido era Schopenhauer. El concepto de Borges sobre su propla obra. En los ultimos aiios, y con mo- tivo de haber sido propuesto su nombre varias veces para el premio Nobel, Bor- ges era objeto de entrevistas y estudios. Consultado sobre su propia obra, el eseritor sorprendia por sus respuestas. Véanse algunas: “Eseribo para mi, para los amigos y para atenuar el curso del Uempo.” "No sé qué mérito tendrn (mis libros), pero me place comprobar la variedad de temas que abarcan. La patria, los azares de los mayores, las literaturas que honran las lenguas de los hom- ‘bres, las filosofias que he tratado de penetrar, los atardeceres, los octos, las desgarradas orfllas de mii cludad, mi extrafta vida cuya posible justifcacion est4 en esas paginas, los suetios olvidados y Tecuperados, el tlempo...” “Vida... Ie ha faltado a mi vida.” “El decurso de mi vida ha estado consagrado menos a vivir que a leer.” “Si Jas paginas de este libro consienten algin verso feliz, perdéneme 1 lector la descortesia de haberlo usurpado yo, previamente.” Las imAgenes y simbolos. En la literatura de Borges son frecuentes y reiterati- vas clertas imagenes; el tigre, la rosa, la espada, el laberinto, el pusial, el aje- drez, el suefio, el crimen, la biblioteca, la escritura, los libros, los muertos, el azar, los manuscritos, la arena. Casi siempre son simbolos o representaciones tangibles de ideas abstrac- tas, que toman asi formas comprensibles y expresables artisticamente: Este em- pleo de los simbolos y su transposicién del mundo metafisico es la causa funda- mental de la dificultad de comprensién de algunas de sus paginas, pero es al mismo tiempo la raz6n de la profundidad y novedad de su arte. “El Aleph”. Es un libro de diecisiete cuentos publicado en 1949 y reeditado después con otros mas agregados, Los temas son los acostumbrados por Borges, intelectuales e . . Por ser cuentos tienen un desarrollo o trama légicos, con peripecias y des- enlaces. El estilo es el riguroso, exacto y escueto de siempre, En uno de ellos, de tema criollo, Enna Zunz reflere ta historia de una mujer que sacrifica su honestidad para asesinar con este pretexto a un fabricante de tejidos, Aaron Loewenthal, que habia desfalcado a la empresa haciendo aparecer como culpable ante la justicia al padre de ella. De esta forma, Emma venga la traicién del ladrén. Este cuento fue evado al cine con el titulo de Dias de odio. Otro cuento de tema argentino es Et muerto, historia de Otalora, un bravo del arrabal portefo que trata de imponerse como jefe de una banda de contra- bandistas entre Uruguay y Brasil. El temido jefe de la banda, Azevedo Bandeira, premedita la muerte de su rival, y luego de dejarlo saborear el mando, el poder y el amor de su mujer, lo hace asesinar. 550 En la Biografia de Tadeo Isidoro Cruz relata la supuesta motivacion espiri- tual y vida de Cruz, el sargento que deserté de la partida policial que perseguia a Martin Fierro para ponerse de parte del acosado. Es una glosa del Martin Ferro de Hernandez, Entre los cuentos filoséficos, Fl inmortal presenta la vida de una raza de trogloditas, inmortales que moran en cavernas y postula la tesis de que la in- *mortalidad es una cosa baladi, pues “menos el hombre, todas las criaturas lo son, pues ignoran la muerte”, Ei Zahir es el caso de una moneda, producto de la imaginacién islamica, que tiene Ja virtud de ser inolvidable y enloquecer a la gente. Teodolina Villar es victima de ella; enloquece, la internan en el Hospital Bosch y muere porfiando con la moneda: “Quizé detras de la moneda esté Dios”, concluye Borges. Laescritura del Dios narra la historia de Tzinac4n, un cautivo de los mayas, encerrado en una celda separada por una reja de un jaguar, en cuyas manchas esta escrita una frase por Dios. En Deutsches Requiem propone el caso de un torturador nazi que, a punto de ser fusilado, rememora su vida, acepta su castigo y comprende que su histo- ria es un caso particular de la historia de la humanidad que se repite a si misma un infinite nimero de veces. En Los dos reyes y los dos laberintos postula la idea de que tanto es infinito un laberinto sin salida como el desierto de arena totalmente libre. Es un simbolo de la vida humana. Otros cuentos completan el volumen. “Et libro de arena”. Est integrado por trece cuentos y editado en 1975. De to- dos, Borges declara que preflere el titulado Fl Congreso: “es quiza la mas ambi- ciosa de las fabulas de este libro”. Es la ficcion de un conjunto de hombres que suefian con constituir un Con- greso del Mundo. La accién se desarrolla en la Argentina y el relato adopta la forma de una confesién en primera persona que efectita uno de los actores. El proyecto fracasa. Todo el cuento es una alegoria sobre la naturaleza del universo y la condicién humana: “El Congreso del Mundo comenzé con el primer instante del mundo y proseguiré cuando seamos polvo. No hay un lugar en que no esté”. Sin mayor esperanza, el hombre busca realizarse en la vida, pero sdlo puede harer planes y nada mas. Este cuento —segtin Borges— puede tener una rela- cion con clerta idea fantastica de Macedonio Fernandez que tuvo el proyecto de hacer una novela escrita por varios amigos. Otras reminiscencias extranjeras —Chesterton— han influido en esta pieza. Ef libro de arena, que presta su titulo al libro, es un volumen de incalcula- bles hojas, que nunca termina de leerse pues el nimero de paginas es infinito. “No ocultaré tampoco mi preferencia por El libro de arena”, dice Borges. En los dos relatos, como se ve, aparece la preocupacion constante del autor por el in- finito. 551 En El otro, Borges anclano se encuentra en una plaza de Cambridge, al norte de Boston, con el Borges joven. El anciano le anticipa al joven —que es él mismo— lo que habré de suceder en el futuro, Este motivo io ha repetido en otros lugares Borges, que mas de una vez se ha visto a si mismo como dos per- sonas distintas, como desdoblado, el Borges escritor y el Borges persona, el pa- blico y el intimo. En La Secta de los Treinta reflere el caso de unos tedlogos que elaboran una herejia, 0 de otra manera, es Borges mismo quien imagina una herefia todavia inexistente. Aqui hace una demostracion de sus conocimientos teolégicos, 1 disco es el caso de una moneda que tlene una sola cara. Esta basado en wna figura geométrica, el circulo euclidiano, que tiene una sola cara. Un mévil que lo recorriera cireularia infinitamente por ambas caras sin efectuar salto al- guno. El modelo fisico de esta figura puede consultarse en libros de la especia- lidad y hasta puede verse en algunos museos, ‘Técnicamente, ninguno de los dos libros comentados —nl tos otros cuentos de Borges— acogen la descripclén del paisaje, y la de los personajes esta apenas esbozada. En los relatos de Borges interesan la intriga y las ideas simbdlicamen- te expresadas en ellos. El dialogo es minimo. Jorge Luis Borges. OBRAS Y EDICIONES: Historla universal do Ja infamia, Buenos Aires, Emecé, 1954. Fieciones {1935-1944}, Buenos Aires, Emecé, 1958. El Aleph. Buenos Aires, Emect, 1961. El libre de arena, Buenos Aires, Emect, 1975. Obras compietas, Buenos Aires, Emecé, 1974. LECTURAS COMPLEMENTARIAS Y ESTUDIOS: Ana Maria Barrenechea, La expresion de ia irreall- dad en la obra de Jorge Lais Borges. México, El Colegio de México. 1957, César Fernandez Moreno, Esquema de Borges. Buenos Aires, Perrot, 1957, Adolfo Pricto, Borges y Ia nueva generacién. Buenos Aires. Letras Universitartas, 1945, José Luis Rios Patron, Jorge Lula Borges, Bucnos Aires, La Mandrégora, 1955. Jorge Oscar Pickenhayn, Borges a través de sus libros. Buenos Aires, Plus Untra, 1979. 552 EI Aleph Los dos reyes y los dos laberintos Cuentan los hombres dignos de fe (pero Ald sabe mas) que en los primeros dias hubo un rey de las islas de Babilonia que con- gregé a sus arquitectos y magos y les mandé construir un labe- rinto tan perplejo y sutil que los varones mas prudentes no se aventuraban a entrar, y los que entraban se perdian. Esa obra era un escandalo, porque la con- fusién y la maravilla son opera- ciones propias de Dios y no de los hombres. Con el andar del tiempo vino a su corte un rey de los arabes, y el rey de Babilonia (para hacer burla de la simplici- dad de su huésped) lo hizo pene- trar en el laberinto, donde vag6 afrentado y confundido hasta la declinacién de la tarde. Entonces implor6 socorro divino y dio con la puerta. Sus labios no profirie- ron ninguna queja, pero le dijo al rey de Babilonia que él en Arabia tenia un laberinto mejor y que, si * Esta es la historta que cl rector divulgé desde ef palpito. (Nota de Jorge Luts Borges). Dios era servido, se lo daria a conocer algin dia. Luego regresé a Arabia, junt6 sus capitanes y sus alcaides y estragé los reinos de Babilonia con tan venturosa fortuna que derrib6 sus castillos, rompié sus gentes e hizo cautivo al mismo rey. Lo amarré encima de un camello veloz y lo llevé al desierto. Cabalgaron tres dias y le dijo: "jOh, rey del tiempo y substancia y cifra dei siglo!, en Babilonia me quisiste perder en un laberinto de bronce con mu- chas escaleras, puertas y muros; ahora el Poderoso ha tenido a bien que te muestre el mio, don- de no hay escaleras para subir, ni puertas que forzar. ni fatigo- sas galerias que recorrer, ni mu- ros que te veden el paso”. Luego le desats las ligaduras y Jo abandoné en mitad del desier- to, donde murié de hambre y sed, La gloria sea con Aquel que no muere. EL LIBRO DE ARENA EL DISCO Soy lefiador. El nombre no im- porta. La choza en que naci y en la que pronto habré de morir queda al borde del bosque. [...] Cierro la puerta de mi casa con una piedra para que la nieve no entre. Una tarde oi pasos tra- bajosos y luego un golpe. Abri y entr6é un desconocido. Era un hombre alto y viejo, envuelto en una manta raida. Le cruzaba la cara una cicatriz. Los anos pare- cian haberle dado mas autoridad que flaqueza, pero noté que le costaba andar sin el apoyo del bast6n. Cambiamos unas pala- bras que no recuerdo. Al fin dijo: —No tengo hogar y duermo donde puedo. He recorrido toda Sajonia. Esas palabras convenian a su vejez. Mi padre siempre hablaba de Sajonia; ahora la gente dice Inglaterra. Yo tenia pan y pescado. No ha- blamos durante la comida. Em- pez6 a llover. Con unos cueros le armé una yacija en el suelo de tierra, donde murié mi hermano. Al llegar la noche dormimos. Clareaba el dia cuando salimos de la casa. La Iluvia habia cesa- do y la tierra estaba cubierta de nieve nueva. Se le cayé el bast6én y me ordeno que lo levantara. —¢Por qué he de obedecerle? —le dije. —Porque soy un rey —contes- to. Lo crei loco. Recogi el bast6n y se lo di. Habl6 con una voz distinta. —Soy rey de los Secgens. Mu- chas veces los llevé a la victoria 554 en la dura batalla, pero en la hora del destino perdi mi reino. Mi nombre es Isern y soy de la estirpe de Odin. —Yo no venero a Odin —le contesté—. Yo venero a Cristo. Como si no me oyera continud: —Ando por los caminos del destierro pero atin soy el rey porque tengo el disco. gQuieres verlo? Abrié la palma de la mano que era huesuda. No habia nada en la mano. E: taba vacia. Fue sdlo entonces que adverti que siempre la habia tenido cerrada. Dijo, mirandome con fijeza: —Puedes tocarlo. Ya con algun recelo puse la punta de los dedos sobre la pal- ma. Seati una cosa fria y vi un brillo. La mano se cerré brusca- mente. No dije nada. El otro con- tinué con paciencia como si ha- blara con un nino. —Es el disco de Odin. Tiene un solo lado. En la Tierra no hay otra cosa que tenga un solo lado. Mientras esté en mi mano seré el rey, —Es de oro? —le dije. —No sé. Es el disco de Odin y tiene un solo lado. Entonces yo senti la codicia de poseer el disco. Si fuera mio, lo podria vender por una barra de oro y seria un rey. Le dije al vagabundo que aun odio: —En la choza tengo escondido un cofre de monedas de oro y brillan como el hacha. Si me das el disco de Odin, yo te doy el co- fre. Dijo tercamente: —No quiero. —Entonces —dije— puedes Proseguir tu camino. Me dio la espalda. Un hachazo en la nuca bast6 y sobré para Portada det primer niimero de Martin Fierro (Febrero 1924}. que vacilara y cayera, pero al caer abrié la mano y en el aire vi el brillo. Marqué bien el lugar con el hacha y arrastré el muer- to hasta el arroyo que estaba muy crecido. Ahi lo tiré. Al volver a mi casa busqué el disco. No to encontré. Hace arios que lo sigo buscando. 555 Eduardo Mallea Es una de las mas relevantes personalidades de la prosa argentina actual. Vida. Mallea nacié en Bahia Blanca, provincia de Buenos Aires (1903), en el seno de una familia de clase media. Sus padres y el paisaje del Atlantico natal ejercieron sobre él una profunda influencia. Cursé sus estudios primarios en un colegio inglés y los secundarios en el colegio nacional de su ciudad natal. Fue a Buenos Aires, cursé cuatro afios de leyes en la universidad de esa ciudad, pero abandoné los estudios. Durante sus afios de estudiante particip en varias empresas intelectuales y se dio a conocer con sus Cuentos para una inglesa ee (1926), que fueron acogidos por la critica con elogios. Desde 1931 fue director del suplemento literario del diario La Naci6n, y hasta el presente ha publicado mas de treinta obras, de ficcion y ensayos, que le han granjeado una extendida fama y notoriedad, tanto en la Argentina como en el extranjero. Viajo por Europa y dicté conferencias en Roma y Milan, y a su regreso se dedicé intensamente a la labor literaria, hasta convertirse en uno de los maes- tros de la prosa argentina de este siglo. Fue presidente de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE). Contrajo enlace y posteriormente represento a su pais en la oficina europea de las Naciones Unidas, como delegado ministro plenipotenciario. En los iiltimos afos ha obtenido varios premios del exterior. Recibié el gran premio de honor de la Sociedad Argentina de Escritores y varios otros, nacionales y extranjeros, y sus obras han sido traducidas a varias lenguas modernas. Entre el vasto repertorio de su producci6n literaria, pueden sefialarse His- toria de una pasi6n argentina, Fiesta en noviembre, La ciudad junto al rio inmévil, Todo verdor perecerd, Chaves, La sala de espera, El sayal y la ptrpura, Notas de un novelista, etcétera. Fallecié en 1982. La obra. Fundamentalmente Mallea es un indagador del alma argentina, sobre todo del hombre urbano y capitalino. En su primera producci6n, hasta 1940 aproximadamente, predominan dos temas: la autobiografia y el andlisis de la Argentina, particularizado en la psico- 556 logia profunda de sus habitantes, en especial del hombre de la cludad de Bue- nos Aires, La obra capital de este periodo es Historia de una pasién argentina (1937), ensayo donde formula su conocida tesis de las dos Argentinas: la visible y la invisible. En la etapa posterior, aunque mantiene una identidad de estilo con la an- terior, Mallea se revela como gran novelista, Reaparece en estas obras de ficclon su invariable propensién a expresar sus reflexiones intimas sobre el pais y la realidad. Psicologia argentina. Las novelas de Mallea son psicolégicas antes que de ac- cin, e intelectuales antes que sentimentales, Todo sucede casi siempre en la Argentina y los personajes son argentinos o extranjeros radicados en nuestro pais. Y son también hombres de este siglo. Mallea no enfoca a 1a Argentina tipica rural o anecdética del siglo pasado. Se interesa por la Argentina de estos dias, cosmopolita, sometida a influencias extranjeras —sobre todo europea—, habitada por un pueblo en permanente Iu- cha espiritual, que busca una forma de realizaci6n, personal y nacional, sin en- contrarla todavia. Lo observa y analiza con agudeza en medio de un sufrimiento moral, cadtico, dentro de una intrincada marafia de circunstancias sociales y Politicas, medio escéptico y descreido, y solitarto al fin. Pero este andlisis del pais y sus hombres no se agota en lo nacional. El novelista fo inserta dentro del conflicto de valores de toda la humanidad actual. Esta universalidad del enfoque es to que ha despertado el interés de los lectores extranjeros. En definitiva, para Mallea la crisis del alma argentina es en alguna manera la crisis del hombre contemporaneo. ‘Sin embargo, Mallea no es un escritor filoséfico ni metafisico. Es ante todo un novelista, un narrador de historia, dotado de una sensible receptividad para Jo humano y universal. Su preocupacién es profunda y sincera y no meramente artistica. Tampoco es un escritor ideoldgico ni testimonial. Su posicién ante la vida no es la de denuncia o protesta sino la de un narrador o expositor. ‘Los personajes. Los personajes, a su vez, “siempre estan habitados por Mallea’, ha sefialado la critica. El alma del autor reaparece de alguna manera o en algan matiz, en los protagonistas de sus novelas y cuentos. “Todo en los libros de Ma- llea es Mallea’, se ha agregado. En principio, los protagonistas, hombres y mujeres, estan siempre ante un problema abismal, agobiados por las circunstancias. Pero lo que importa en ellos no ¢s la pericia o el drama mismo, sino la evoluci6n del espiritu mismo frente a estas circunstancias, su forma intima de vivirlos, pensarlos, resolverlos. Sus modos de actuar son extrafios e incomprensibles para quienes los rodean, pues tienen un trasfondo psiquico torturado y angustioso. : Son, ademas, solitarios, o estén solos aun dentro de su contorno humano 0 social, Esos solitarios de Mallea son errabundos dentro de la sociedad, sin inter- Iocutores, que se hablan a si mismos y se agotan en sus cavilaciones. Luchan 557 incesantemente en busca de una fe, o contra los enemigos del alma, contra el mal. Esto conflere un perfil ético a la novelistica de Mallea. Hay como un batalla en cada novela o cuento, batalla espiritual, contra lo demoniaco. Por lo general, el bien a que aspiran sus personajes es el amor. Las mujeres se caracterizan por lentos movimientos, la quietud, la parsimo- nia. Buscan la felicidad, pero no el amor carnal. Son como idealizaciones de mu- Jeres, reiteradas y repetidas, deletéreas, muy reflexivas y ensimismadas. Aun las apasionadas, tratan de encontrar su propio yo. En cuanto a los hombres, o son comodos conformistas, satisfechos con su posicién o riqueza, 0 buscan un cam- bio, un mejoramiento de la realidad, viviendo la responsabilidad de su verdad 0 de sus aspiraciones, europeismo. A pesar de la esencia argentinista de sus temas, el tono, la for- ma y las influencias culturales de Mallea son europeos. Este europeismo no es una ingenua imitacién artistica sino que es una parte de la tradicién histérica, humana y cultural del pais. Lo europeo es la atmésfera, el tono que se desprende de su prosa. La vasta cultura de Mallea se entronca con los escritores y ensayistas de Europa. El pro- pio autor, en varios pasajes de sus obras, en especial las autobiograficas, ha denunciado sus preferencias, sus admiraciones, sus estimulos y amistades: Kaf- ka, Proust, Péguy, Kierkegaard, Hardy, James y otros, A estas influencias habria que agregar otras norteamericanas, como William Saroyan y Walt Whitman, y algunos clasicos permanentes: San Agustin, Pascal, San Pablo, Marco Aurelio, Teofrasto, etcétera. “Historia de una pasién argentina”. Es un ensayo juvenil que ha resistido el paso del tiempo y se ha convertido en un libro clasico dentro de la literatura argentina. A través de un andlisis de sus propias experiencias y meditaciones, de su “pasion argentina”, Mallea llega a una interpretacién de su pais. Hay dos Argen- tinas en un mismo pais: la visible y la invisible. La primera es la de los ansiosos, materialistas, ministeriales, sin ideas ni vocaciOn, que “representan” y no viven a su pais: disertadores enfaticos, institu- ciones ampulosas, ficcién de refinamiento y aristocracia, simuladores, fariseos, falsos, desnaturalizados. Son los actores de un mundo ficticio y vacuo: discur- sos, juntas, banquetes, proclamas, parlamentos, catedras, cartas abiertas y ar- ticulos periodisticos, La segunda, la Argentina profunda, la invisible, es la de los hombres autén- ticos que trabajan el suelo, las granjas y las estancias, articulados con la tierra y la verdad, imperturbables, sin alardes, con una exaltacién severa de la vida, espiritual, creadora, auténtica. tras reflexiones iitiles y sutanciosas se desarrollan en el libro. El pais no crece por fuera, sino con el crecimiento de cada uno; debemos saber al fin lo que queremos; la capacidad de sufrimiento es fundamental en un pueblo; si nuestra 558 tierra es pequefia, lo es nuestra medida; somos un mundo nuevo y diferente, pero no sélo un pais telitrico, natural y salvaje, sino un pais habitado por un espiritu, que es el que debe indicamos la tarea a cumplir, la Argentina tiene una aspiracion intelectual por reconquistar su ritmo; el dar es una virtud argentina. La argentina visible es la epidermis del cuerpo nacional; la invisible, su es- piritu, su ser interior. “Chaves”. Es una novela corta, de la cual se ha dicho que es probablemente la mejor de todas las escritas por Mallea. Est4 considerada como una pequeiia obra maestra, Un hombre solitario y taciturno —Chaves—, llega un dia a un aserradero de maderas en el sur del pais y se emplea como operario. Vive aislado de todos, en una pieza de pension. Nadie consigue arrancarle una palabra sobre su vida y su pasado, ni aun con provecaciones y amenazas, Es que Chaves, un hombre feliz anteriormente, ha perdido a su hija primero y a su mujer después, y se ha re- cluido para siempre en el silencio. Mallea ha conseguido con esta novela personificar el mutismo del hombre acorralado por la desgracia en el mundo. El silencio es para el protagonista —y quizas también para Mallea— la mejor respuesta frente a lo irreparable e inco- municable, El dolor y el sufrimiento es un acto personal y no puede ser transmi- tido en toda su intensidad y calidad al projimo; por consiguiente, el mutismo es la tnica actitud posible. El protagonista es un personaje literario de Mallea, extrafio y misterioso, La obra es ya un clasico de nuestra literatura, donde todo elemento folklorico 0 cos- tumbrista argentino ha desaparecido para dar lugar a la presentacién pura de una psicologia individual emparentada, eso si, con el tradicional silencio del hombre de campo argentino. Es una novela escueta, econémica en recursos y simplisima en su estructu- Ta lineal. Pero transmite una dramaticidad y tensién notables. Es, por eso, un patente ejemplo de que una novela no es sélo un alarde de recursos estilisticos sino también un contenido hondo, Estilo, Mallea escribe con intensidad y lentitud. Sus novelas se desarrollan en una aparente morosidad y tranquilidad externa, sin alarde escandaloso, y asi, poco a poco, va construyendo el aparato analitico de la situacién o los persona- Jes. Es, incuestionablemente, un maestro de la ficcién y un artista consumado en el manejo de la lengua, que no intenta sorprender ni alardear de talentoso 0 innovador. Pero sorprende y se trasluce su talento en la economia técnica con que escribe y la sutileza de sus anilisis y reflexiones. En todas sus obras hay un tono lirico y poematico, A pesar de la culdadosa Tedaccién de sus textos, no es en modo alguno un preciosista, un exquisito nl ‘un buscador de fama. No escribe para literatos, escribe para Jectores humanos. Esta considerado como un escritor existencialista e intelectualista, y efecti- 559 vamente lo es, pero no en el sentido de los escritores franceses del existencialis- mo de la segunda posguerra (Sartre, Simone de Beauvoir, Camus), sino en el de un artista que afina su inteligencia para internarse en los fenomenos reales de la existencia humana. Se le ha reprochado una cierta reiteracion en toda su obra, una insistente repeticion de sus temas y motivos. Evidentemente, todo el ciclo narrativo de Eduardo Mallea es semejante a si mismo y refleja una misma atmésfera y tono, pero este hecho parece inevitable en todo escritor proficuo y consecuente en su perspectiva intelectual del mundo. Hay en su obra conjunta todo un proceso de desenvolvimiento del alma humana en un tiempo determinado —primera mitad de este siglo—, que forma un vasto fresco, y oscila entre el escenario de la ciu- dad y el campo, la llanura y el mar, el hombre simple y el hombre complicado, y que corresponde a una etapa socioldgica de transicién de la Argentina, de la sociedad preindustrial a una sociedad de masas, Mallea ha explicado el caracter de su obra diciendo que siempre se le ha presentado ella como un arbol, de cuyo tronco arrancan con valor dispar sus diferentes partes; en otras palabras, como una obra concebida desde sus co- mienzos como un todo, anterior a sus partes. “La barca de hielo”. Esta novela aparecié en Buenos Aires en 1967, Marca un hito en la novelistica de Mallea y en ella estan dadas todas las maestrias del autor: prosa galana y sencilla, vocabulario selecto pero general, desarrollo suave y cadencioso de la trama, estructura equilibrada, andlisis psicolégico de los per- sonajes, individuos problematizados, hechos argentinos, mensaje universal. La trama articula ingeniosamente varias historias individuales, relaciona- das entre si mediante el recurso de emparentarlas a través del tiempo. El lector asiste asi a pequefos dramas individuales correlacionados: un joven psiquica- mente enfermizo que se enamora violenta y silenciosamente de una adolescente provinciana sin mediar palabras entre ellos (Nicanor y la hija de Rinaldi): el amor Pladoso de un hijo por su padre (Adhemar y su progenitor Ribas); la vida heroica y los infortunios del capitan Vargas, en lucha contra un vengativo enemigo; el escandalo de Lorenzo Smith, fariseo incumplidor de sus promesas religiosas; la lucha interior de la matrona Hécuba contra sus tentaciones amorosas; las envi- dias entre jovenes iniciados en la literatura y el arte, y por fin, el extraiio proce- so mental de un hombre que se angustia hasta morir, por causa de la pérdida de su memoria y el olvido paulatino de la figura de su esposa muerta. La clave de esta novela la da el propio autor: son unas palabras del epitafio del poeta inglés Shelley, inscriptas en su tumba de un cementerio romano: “Into something rich and strange” (En algo rico y extrafio). En otras palabras, las his- torias relatadas, “autonomas pero a la vez dependientes de un fondo”, culminan todas en una fatalidad, en una posible ley secreta y extrafia, por la cual todos los seres humanos sufren una transfiguraci6n final y entran en la muerte trans- formados en otros seres distintos a los que fueron antes. Técnicamente, la novela adopta la forma de una narraci6n en primera per- 560 gona, contada por el protagonista, Adhemar, que sirve de conexion entre las dis- tintas historias de sus parientes. OBRAS Y EDICIONES: Historia de una pasién argentina. Buenos Aires. Anaconda, 1938. Con prologo de Francisco Romero, Chaves, Bucnos Aires, Losada, 1968. 2° edicion. Biblioteca Clésica Contemporanca. Cnentos para una ingles desesperads. Ducnos Aurcs-México, Espasa-Calpe, 1941. Coleccion Austral. La eludad Junto al rio inmévil. Bucnoa Alres, Sudamericana, 1954, 3* cdicién. Todo verdor perecerd. Buenos Aires-México, Espasa Calpe, 1945. Coleccién Austral. Pleata en noviembre, Buenos Aires, Losada, 1944, Coleccion Contemporanea. La barca de hielo, Buenos Aires, Sudamericana, 1944, LECTURAS COMPLEMENTARIAS ¥ ESTUDIOS: Astur Morsella, Eduardo Males. Busnos Aires, Mac- Co, 1957. Myron Lichtblau, El arte estilistico de Eduardo Maella, Bucnos Aires, Goyanarte, 1967. 561 Adhemar, hijo de Ribas, narra las vidas de su hermano Nicanor, su padre, un antepasado militar (el capitan Vargas), una matrona enamorada, un fariseo prome- sante, y la culminaci6n de las vi- das de todos ellos. 7 Y asi fue como aquello cay6, segun en aldea pesadamente dormida cae brutal un golpe de mazo en el gong.’ Empez6 asi. Una manana de verano a eso de Jas once recorria Lorenzo Smith su vieja tienda cuando de repente noté —dete- niéndose a confirmarlo— que la lampara central del negocio — una enorme arafia de diez 0 doce brazos— oscilaba lentamente, dando la impresion de ser agita- da por un impulso ajeno a ella misma y originado en otra fuer- za, evidentemente andémalo y ex- terno, Quedé Lorenzo clavado en el sitio, sorprendido y a la expec- tativa. 4Se trataba de alguna os- cilacién fugaz, pasajera? En aquel instante corrié hacia él con ojos desorbitados y gran espanto en el alma un empleado que estaba a cargo del sector de los madapolanes.“jTiembla! — gritaba el hombre—. ;Tiemblal”. Y todo él parecia sacudido por atavico terror. Juntarse los dos hombres y correr a Ja calle fue todo uno con el inmenso estruendo de rayo La barca de hielo que se oy6é en el aire y la apari- cién con idéntico panico de otras gentes salidas de todas partes, ya de la tienda, ya de los nego- cios vecinos, como hormigas que escapan de un hormiguero. Cada cual fugaba despavorido rambo al centro de la calzada o al cora- zon mismo de la plaza. Los gritos de “jtiembla!” y de “jesta temblando!”, unidos a los de “jterremoto” y "jun sismo!”, se expandieron y comunicaron en- tre aquellos alterados, mientras a un lado y otro de la calle, sobre las veredas y a lo largo de los frentes, como hilo que vertigino- samente se corre en un tejido, ya se veia la comunicaci6n o veloz apartura en zigzag de las grietas. aparecidas en las mamposterias o el cemento. Los gritos pidiendo socorro, los gemidos y los ayes, los Namados insensatos por el nombre a familiares o préjimos a quienes tal invocacién no podia naturalmente aleanzar, se multi- plicaron en el acto, mientras la estupefaccion, el horror, los en- contronazos, la barainda ocupa- ban la calle hechos seres hu- manos. Lorenzo Smith de jacquet claro habia corrido a la plaza, y desde alli miraba aterrado a su tienda, atento sdlo a ver aparecer la ra- jadura. Pensé en su mujer, en la casa del Marquesado si el terremoto habia alcanzado hasta alli, y que era imposible, de todo punto im- » Bote capitulo refiere las peripecias de un terremoto ocurride en una provinela cuyana, El antepasa- do Lorenzo Smith, ‘comerciante inescrupuioso y casado por interés, no ha cumplido las promesas hechaa a un santo. Cuando se produce el terreinoto, corre de iglesia en igesta en busca de la tnagen religiosa para pedir perdon por su falsia. 562 posible llegar desde la ciudad. Lo and una inquietud inmensa, pero antes de que tuviera tiempo de sentir todo el efecto de la an- ustla, oy6 otra vez con todos los que estaban alli el tremendo rui- do. El frente de un teatro a uno de los flancos de la plaza se de- rrumbaba, desintegrandose con la a la vez terrible y blanda ex- quisitez de un pastel que se des- morona, El estrépito fue seguido por la expansién inmensa de la polvareda, que después de ha- berse organizado en nube, cayé como un humo que primero se extiende y al fin se agota infini- tamente lento, en calma. vaporo- Sa y pesada caida. Gritaba en la plaza todo el mundo y de todas partes, nueva- mente comparables a hormigas a ja carrera partidas de hormigue- ros dispersos, liegaban en golpes concurrentes hombres, mujeres y nifios en el mas aterrado frene- si, Casi toda la poblacién huma- na de la tienda habia corrido, unos hacia la plaza, otros hacia sus casas. La ensefa de hierro curvo que conservaba desde treinta o cincuenta afios atras Jas letras de El Siglo? habia cai- do ya y yacia sepulta bajo un mont6n de escombros; escaras y fragmentos del techo ampliaban en la anchisima acera el espec- taculo de rotura y ruina. ¥Y mien- tras Lorenzo miraba todo con es- tupefaccion, paralizado y abis- mado, otro ronquido poderoso rompié6 las entrafias del piso y el suelo mismo de la plaza acusé el extenso temblor. Tres o cuatro casas cayeron, al norte, al sur, al este, al oeste, y un techo entero * Tienda de Lorenzo Smith. —como dotado de autonomia y gobierno intrinseco— se descolgd dejando ablerta al cielo la Casa del Crédito. Lloraba y suplicaba la gente, desesperandose o pi- diéndose reciprocamente calma, Avisaban algunos sobre la forma de salvarse, recordaban otros las practicas utiles probadas en el temblor anterior, gritaban terce- ros de puro no poder correr, mo- verse, dejar la plaza, tironeados entre el deber de buscar parien- tes o amigos y el horror de dejar el abrigo nico, aquel lugar abierto donde sélo los platanos seguian iguales, no habiendo on- dulado la tierra hasta descuajar- los 0 voltearlos. Pero en unos segundos mas. todo se hizo ruina, corrida y pa- nico. Desde la plaza, al oir el ter- cer estruendo, el grueso de la gente corria buscando alejarse de Jo que parecia el epicentro del te- rremoto o temblor, Gritos y ca- rreras hicieron que unos y otros tropezaran, cayeran, volvieran a Mallea, segtin un diario argentino de 1953 563 levantarse y se precipitaran compacta y demencialmente ha- cia las cuatro bocas de la plaza, lanzados afuera como si legada la hora del pavor el mismo espa- cio abierto los vomitara, desalo- jandolos de su seno. Brutales atropellaron unos; primero vaci- lantes, luego rapidos los siguie- ron otros: toda la tierra tembla- ba y no habia mas que escapar. volatilizarse, desaparecer, rom- per con todo lo que fuera edificio ° todo lo que fuera desmorona- le. Lorenzo Smith, volandole el jacquet, huyé despavorido. Sin dejar de correr vacilé entre ganar el club o tender vertiginoso hacia las afueras. Desde lejos vio el club con el frente derrumbado. Entonces se le ocurri6, en el col- mo del terror, correr a la iglesia y buscar a su santo. LA CIUDAD: RID JUNTO AL INMOMIL a biliciones Unaconda Portada de La cludad junto al rio inmévil, de Eduardo Mallea (1938). 564 Ernesto Sabato Es otra de las figuras relevantes de la actual literatura argentina. Vida. Sabato nacié en Rojas, provincia de Buenos Aires (1912), realizé sus estu- dios secundarios en el Colegio Nacional de La Plata y se doctoré en fisica en la universidad de esa ciudad. Fue becado ese afio para perfeccionarse en radiaciones en el Laboratorio Curie, de Paris, por la Asociacion Argentina para el Progreso de la Ciencia. Tra- bajo en ese centro de investigaciones y luego prosiguié sus estudios sobre rayos césmicos en el Massachusetts Institute of Technology de los Estados Unidos. Sin embargo, su vocacién literaria, manifestada ya en sus afios de estu- dlante secundario y reactivada en Paris, por sus relaciones con Breton y los su- perrealistas franceses, lo acercé a su regreso a Buenos Aires al maestro Pedro Henriquez Urefia y Victoria Ocampo, quienes apoyaron resueltamente al Joven eseritor. ‘Trabajé como profesor de fisica en la Universidad Nacional de La Plata y en el Institute Supertor del Profesorado, y colaboré en Ja revista Sur, el diario La Naci6n y otras publicaciones, Actué entonces como asesor de editoriales, asis- fente en Paris y Roma del comité ejecutivo de la Unesco, director de la revista Mundo Argentino y director de relaciones culturales del Ministerio de Relaciones Exterlores y Culto. Sus primeros libros fueron de ensayos: Uno y et universo (1946), premiado; y engranajes, y Heterodoxia, Entré después en el campo de la ficcién con su novela El tineL Sobre héroes y tumbas, su segunda novela, le granjed consideracién internacional. También ha publicado otros libros de prosa, entre ellos Abadén el exterminador, novela y Apologias y rechazos, ensayos. ‘SAbato eseritor. Sabato era un fisico de gran porvenir, cuando un dia decidié Tomper con la ciencia y entregarse a la literatura. Esta decision sorprendié a quienes lo habian estimulado en sus tareas de investigador, pero Sabato se jus- tificé a si mismo con estas palabras; “Muchos pensaran que ésta es una traicién a la amistad, cuando es fidelidad a mi condicién humana”. El autor se ha lamentado de no haber tenldo una formacién clasica siste- matica y de los afios gastados en el ejercicio de la clencia. Ha declarado también 565 ‘sus preferencias literarias, entre ellas los escritores superrealistas franceses y los novelistas Stendhal, Proust, Kafka, Hemingway, Faulkner, George Elliot y, sobre todo, Thomas Mann, “No, no soy un escritor profesional, en el sentido del vocablo”, ha dicho. Y cuando se le ha hablado de los nuevos novelistas hispano- americanos, ha respondido: “Yo estoy en otra cosa”, Los ensayos. Sabato es autor de ensayos y novelas, Comenz6 su tarea de escri- tor con un tomo de ensayos y dentro de este género compuso varios mas. “Toda la obra ensayistica de Sabato es una larga, apasionada defensa del hombre concreto”, dice una escritora argentina. En efecto, dentro de esta postu- ra genérica, Sabato aborda con insistencia unos cuantos temas que lo preocu- pan: la civilizacion tecnocratica como desintegradora del hombre; los regimenes politicos; los superestados modernos que masifican al individuo; los grandes mi- tos de la ciencia y el fetichismo en torno de ella; la insuficiencia del racionalismo y la urgente necesidad de encontrar otras formas filos6ficas que puedan supe- rarlo; la creacién literaria y sus problemas, entre ellos la novela, y por ultimo su propia experiencia vital, su biografia, su obra personal, Sabato es hombre de muchas lecturas, pero su posicién intelectual no es propiamente la de un filésofo, sino mas bien la de un pensador que busca por si soluciones a los enigmas. Su pensamiento procede en alguna medida de los contemporaneos, en especial de Berdiaeff, Simmel, Lewis Mumford, y los exis- tencialistas Camus y Kierkegaard. En Uno y el universo aborda cuestiones filosdficas, cientificas y politicas, y adopta una posicion independiente. Defiende la necesidad de una ética y ataca a la literatura que se practica como juego 0 como propaganda. Con este volumen Sabato ingresd en el mundo de las letras en calidad de prosista pensador. Fue recibido por la critica como un hombre brillante, propen- so a la ironia, la paradoja y el humor escéptico. Su estilo ya anunciaba las ca- racteristicas de su pluma: precisa, aforistica, tajante, escueta. En Hombres y engrangjes analiza la historia de la civilizacion, a la cual considera en crisis. El origen de esta quiebra no esta en el capitalismo —segiin su opinién—, sino en un factor mucho mas profundo: el agotamiento de la civi- lzacion nacida en el Renacimiento. Algunos elementos autobiograficos se entre- mezclan en estas paginas, a las que el propio autor ha calificado como “una au- tobiografia espiritual”, “el diario de una crisis” Heterodoxia se centra en torno a tres temas fundamentales: el arte, el len- guaje y el sexo, con “algunas ideas relativamente novedosas”. El autor intenta una conciliacién de las tesis de conocidos pensadores contemporaneos (Simmel y otros). Hay épocas donde predomina el espiritu femenino (medioevo) y otras donde prevalece lo viril (mundo moderno, cientifico y capitalista). La crisis actual es una crisis de la masculinidad. En arte la mujer ha creado menos que el hombre, no por incapacidad, sino porque no se le ha otorgado en su vida la significacién que tiene para el varén. Siguiendo las ideas del psicdlogo Jung, sostiene que todos los seres humanos 566 llevan en si al sexo contrario, y que la creacién artistica y literarla —en particu- Jar la poesia—, en cuanto es sustancialmente intuitiva e inconsciente, es ja ex- presién femenina del hombre. En materia de lenguaje, sostiene que existen dos niveles: el lenguaje vital y el real, y el lenguaje conceptual y simbélico de la ciencia, En El escritor y sus fantasmas analiza la literatura, el fendémeno de la cre- acién, la novela y los escritores, La Uteratura actual debe interpretarse o juzgarse dentro del marco de la crisis total de nuestra época. La literatura se aproxima cada vez mas a la filoso- fia, La novela contemporinea es la actividad mas compleja del espiritu. El len- guaje de los argentinos tiene de por si justificacion y validez, y debe ser usado en las obras sin prejuicios. La novela busca una nueva tierra de esperanza en este mundo de guerras mundiales, y ella es una forma de salvacion. “Sobre héroes y tumbas”. Esta famosa novela es el resultado de un largo pro- ceso de maduracién intelectual, a partir de una idea iniclal confusa, que fue adquiriendo forma paulatinamente en la mente del autor, Con ingenio creador, Sabato ha combinado en esta obra tres asuntos prin- cipales: la historia de un amor entre Martin y Alejandra (ficcin), la marcha, de- rrota y muerte del general Lavalle (historia), y un descenso al mundo de los sue- thos (metafisica). Los tres temas se imbrican en modo arménico, constituyendo el todo de la obra. Segiin la explicacién del propio autor, la obra debe ser vista como una ob- sesiva historia de un amor incestuoso (Alejandra, Martin y Fernando}, como un gran fresco histérico (la marcha de la legién de Lavalle, aparte de otros pasajes de fa historia argentina, mas actuales, en un intento por representar al pais en la totalidad de su proceso), y como una alegoria {el descenso al mundo de los ‘suefios, una especie de descenso a Jos infiernos, que es una metafora para sim- bolizar la busqueda de lo absolute por parte del ser humano, el afan metafisico de explicar el sentido de la vida y de la muerte), En esta novela reaparecen intensificadas algunas de Jas constantes preocu- paciones del escritor: la oscuridad, los ciegos, la muerte, la soledad, la incomu- noacton humana, la patria, el destino, que segiin Sabato “estan vinculadas en- si’, El pasado y el presente se mezclan en la obra, que no tiene una estructura cronolégica. El hilo de la trama marcha y retrocede, da vueltas sobre si, sin una logica tradicional, porque este tipo de desarrollo conviene mas af propésito del autor de transmitir al lector una emocién antes que una anécdota. Sabato no es un creador de caracteres sino de mitos. Los personajes son mostrados mas en su hacer que en su intimidad animica, Las figuras femeninas son més nitidas y acabadas que las masculinas. En uno de ellos (Bruno Bass4n) hay elementos autobiograficos y pueden apreciarse en sus parlamentos las ideas del autor. Todos son de alguna manera conflictivos y recorren la vida con su carga de obsestones y por lo comiin de fracasos, 567 Fundamentalmente, Sobre héroes y tumbas es una tipica novela intelectual, que deja al lector sin un mensaje definitivo y cuando mas, lo hace tomar con- ciencia de lo angustioso que resulta vivir sin una respuesta aceptada sobre el destino humano. La técnica novelistica es la practicada en estos tiempos en las literaturas occidentales. La novela se va haciendo en el camino y el lector debe participar con su esfuerzo en la recomposicién ordenada del texto. Todo se aclara y estruc- tura en una unidad cerrada al final. La accion resulta en definitiva, no de un plan organico previo, sino del conflicto de los personajes y circunstancias. Emplea el mon6logo interior, alterna la narracion desde distintos puntos de vista (yo narrador, yo testigo, yo protagonista), aplica la construccién por con- trapunto (desarrollo de dos asuntos intercalado uno con otro), mezcla de tiem- pos (sucesos del pasado y del presente), didlogos, escasas descripciones, predo- minio de la narracién, explicaciones, disquisiciones metafisicas y de otro caracter, artificios del lenguaje y del estilo (sintaxis y vocabulario), introduccién del habla popular argentina en boca de los personajes; en suma, todo lo que sea necesario para expresar adecuadamente la subjetividad del escritor. Sabato de- fine a esta forma como “técnica integralista”. “El tanel”. Sabato se dio a conocer como novelista con esta obra. Esta conside- rada como una pieza existencialista, a lo Camus, que expone el proceso interior psicolégico de un protagonista acorralado por si mismo. La anécdota es simple, casi una cronica policial. Esta desarrollada con la técnica lineal 0 cronolégica, dentro de una estructura simple y clara. Admite varias interpretaciones posibles: como expresion simbdlica de una neurosis freudiana en la relacién hombre-mujer, ambivalente —amor y odio al mismo tiempo—, 0 como una mera historia de un crimen entre amantes. Apare- cen en la obra, habilmente ensamblados, algunos de los habituales temas de Sabato: la soledad y la busqueda de lo absoluto. La novela merecié el aplauso casi unanime de la critica y la aprobacin del existencialista francés Albert Camus, que recomend6 su traduccién al francés. Se aleja de la tradicional linea realista de la novelistica anterior y entra en lo psicolégico y policial. No hay practicamente descripciones y el didlogo es esca- so. Un critico uruguayo la ha interpretado como una alegoria de la situacion del hombre contemporaneo. OBRAS Y EDICIONES: El Ténel. Buenos Aires, Fabril Editora, 1948. Sobre héroes y tumbas, Buenos Aires, Fabril Editora, 1964. Coleccién Los Libros del mirasol. LECTURAS COMPLEMENTARIAS Y ESTUDIOS: Maria Angélica Correa, Genlo y figura de Ernesto ‘Sébato. Buenos Aires, Eudeba, 1971. Joaquin Neyra, Emesto Sébato, Buenos Aires, Ediciones Culturales Argentinas, 1973 568 sobre hecors \ tumbas Juan Pablo Castel, un atrabiliario pintor solitario, se enamora de Maria Iribarne en una exposici6n de sus cuadros, porque piensa que la joven ha sido la tinica en comprender ciertos pormenores de su tela “Maternidad”. La bus- ca por Buenos Aires hasta que un dia la encuentra. Poco a poco consigue su amistad, pero Castel se entera después de que Maria esta casada con un ciego. La intimidad entre ambos es tor- mentosa, por causa de la com- plicada psicologia del artista, una confusa combinacién de sexo, El tunel complejo de inferioridad, soledad, etcétera, Al cabo de muchas mi- serias morales, y ofuscado por los celos, Castel asesina a Maria a purialadas. Vuelve a Buenos Ai- res, a casa del esposo ciego, y le grita en la cara la condicién infa- me de Maria. Castel escribe luego desde la car- cel la historia de este crimen: “,.en este caso habia un solo ti- nel, oscuro y solitario: el mio, et tinel en que habia transcurrido mi infancia, mi Juventud, toda mi vida”. CAPITULO XXX! Una vez mas, pues, habia co- metido una tonteria, con mi cos- tumbre de escribir cartas muy espontaneas y enviarlas en se- ae Las cartas de importancia que retenerlas por lo menos un dia, hasta que se vean clara- mente todas las posibles conse- cuencias, Quedaba un recurso desespe- Tado, jel recibo! Lo busqué en to- dos los bolsillos, pero no lo en- contré: lo habria arrojado esta- pidamente, por ahi. Volvi corrien- do al correo, sin embargo, y me puse en la fila de las certificadas. Cuando Hegé mi turno, pregunté a la empleada, mientras hacia un horrible e hipécrita esfuerzo para sonreir: 569 —gNo me reconoce? La mujer me mir6é con asom- bro: seguramente pens6 que era loco. Para sacarla de su error, le dije que era la persona que aca- baba de enviar una carta a la es- tancia Los Ombiies. El asombro de aquella estupida parecié au- mentar y, tal vez con el deseo de compartirlo o de pedir consejo ante algo que no alcanzaba a comprender, volvié su rostro ha- cia su compafiero; me miré nue- vamente a mi. —Perdi el recibo —expliqué. No obtuve respuesta. —Quiero decir que necesito la carta y no tengo el recibo —agre- gué., La mujer y el otro‘empleado se miraron, durante un instante, como dos companieros de baraja. Por fin, con el acento de al- guien que esta profundamente maravillado, me pregunto: —eUsted quiere que le devuel- van la carta? —Asi es. —Y ni siquiera tiene el recibo? Tuve que admitir que, en efec- to, no tenia ese importante do- cumento. El asombro de la mu- jer habia aumentado hasta el limite. Balbuce6é algo que no en- tendi y volvié a mirar a su com- pafiero. —Quiere que le devuelvan una carta —tartamude6. El otro sonrié con infinita es- tupidez, pero con el propésito de querer mostrar viveza. La mujer me mir6 y me dijo: —Es completamente imposible. —tLe puedo mostrar documen- tos —repliqué, sacando unos pa- peles. —No hay nada que hacer. El reglamento es terminante. 570 —El reglamento, como usted comprendera, debe estar de acuerdo con la logica —exclamé con violencia, mientras comen- zaba a irritarme un lunar con pelos largos que esa mujer tenia en la mejilla. —Usted conoce el reglamen- to? —me pregunté con sorna. —No hay necesidad de cono- cerlo, sefiora —respondi fria- mente, sabiendo que la palabra senora debia herirla mortalmen- te. Los ojos de la harpia brillaban ahora de indignacion. —Usted comprende, sefora, que el reglamento no puede ser ilégico; tiene que haber sido re- dactado por una persona normal, no por un loco. Si yo despacho una carta y al instante vuelvo a pedir que me la devuelvan por- que me he olvidado de algo esen- cial, lo légico es que se atienda mi pedido. gO es que el correo tiene empefo en hacer llegar cartas incompletas 0 equivocas? Es perfectamente claro y razona- ble que el correo es un medio de comunicaci6n, no un medio de compulsi6én: el correo no me puede obligar a mandar una car- ta si yo no quiero. —Pero usted lo quiso —res- pondio. —iSil grité— jpero le vuelvo a repetir que ahora no lo quiero! —No me grite, no sea mal edu- cado. Ahora es tarde. —No es tarde porque la carta esta alli —dije, senalando hacia el cesto de las cartas despacha- das. La gente comenzaba a protes- tar ruidosamente. La cara de la solterona temblaba de rabia. Con verdadera repugnancia, senti que todo mi odio se concentraba en el lunar. —Yo le puedo probar que soy la persona que ha mandado la carta —le repeti, mostrandole unos papeles personales. —No grite, no soy sorda —vol- vié a decir—. Yo no puedo tomar semejante decisi6n. —Consulte al jefe, entonces. —No puedo. Hay demasiada gente esperando, Aca tenemos mucho trabajo, gcomprende? —Este asunto forma parte del trabajo —expliqué. Algunos de los que estaban es- perando propusieron que me de- volvieran la carta de una vez y se siguiera adelante. La mujer vaci- 16 un rato, mientras simulaba trabajar en otra cosa, finalmente fue adentro y al cabo de un largo rato volvis con un humor de pe- tro. Buscé en el cesto. —eQué estancia? —pregunté con una especie de silbido de vi- bora. —Estancia Los Ombties —res- pondi con venenosa calma. Después de una bosqueda fal- samente alargada, tomé la carta en sus manos y comenzé a exa- minarla como si la ofrecieran en venta y dudase de las ventajas de la compra. —Sélo tiene iniciales y direc- cion —dyjo. —aY eso? —zQué documentos tiene para probanne que es la persona que mand6 la carta? —Tengo el borrador —dije, mostrandolo. Lo tomé, lo miré y me Jo devol- vid. —zY cémo sabemos que es el borrador de la carta? —Es muy simple: abramos el sobre y lo podemos verificar. La mujer dud6 un instante, miré el sobre cerrado y luego me dijo: —2Y cémo vamos a abrir esta carta si no sabemos que es suya? Yo no puedo hacer eso. La gente comenzé a protestar de nuevo. Yo tenia ganas de ha- cer alguna barbaridad. —Ese documento no sirve — concluyé la arpia. —éle parece que la cédula de identidad sera suficiente? —pre- gunté con irénica cortesia. —<éLa cédula de identidad? Reflexiond, miré nuevamente el sobre y luego dictaminé: No, la cédula sola no, porque aca s6lo estan las iniciales. Ten- dra que mostrarme también un certificado de domicilio. O si no la libreta de enrolamiento, por- que en la libreia figura el domi- cilio. Reflexioné un instante mas y agregé: —Aunque es dificil que usted no haya cambiado de casa desde los dieciocho afios. Asi que casi seguramente va a necesitar tam- bién certificado de domicilio, Una furia incontenible estallé por fin en mi y senti que aican- zaba también a Maria y, lo que es mas curioso, a Mimi, —iMandela usted asi y vayase al infierno! —le grité, mientras me tba. j Obnubllado por los celos y torturado por sus Incontenibles pensamientos catastréficos. Castel, que ‘ha estado dias antes en una estancia como invitado de Maria y se ha reurado consid corrup- lerdndola fa, eseribe a clla una carta injurlosa y agraviante. La deapacha certificada. Al salir del corren. se arrepiente y pretende recuperar la carta y dialoga con la empleada. Después de este hecho, Castel asesina a Maria, * Parente de Marla que también estaba invitada en la estancia Los Ombties, 571 ® Manuel Mujica Lainez Es uno de los prosistas cuyos recientes éxitos literarios lo han convertido en una figura de importancia internacional. Vida. Nacié en Buenos Aires (1898) y pertenecié a una familia con antigua tra- dici6n literaria. Entre sus antepasados se cuentan Juan Cruz Varela y Miguel Cané. Realiz6 estudios en colegios de Francia e Inglaterra y curs6, sin comple- tarlos, estudios en la Facultad de Filosofia y Letras de Buenos Aires. Fue periodista del diario La Nacién y ocupé cargos diversos en la adminis- tracién publica, en su mayor parte relacionados con sus funciones periodisticas y culturales. Viaj6 con frecuencia por el exterior, y visit6 paises de Europa, Asia y Africa. Ocupé la direccién cultural del ministerio de relaciones exteriores, fue secretario del Museo Nacional de Arte Decorativo y obtuvo distinciones y pre- mios de la Institucién Cultural Espajiola, municipalidad de la ciudad de Buenos Aires, Sociedad Argentina de Escritores y el Premio Nacional de 1958, por su serie de novelas sobre Buenos Aires. Fue miembro de la Academia Argentina de Letras. Fallecié en 1984, Obras en prosa. Mujica Lainez escribié en prosa ensayos, novelas, cuentos y articulos periodisticos. Incursioné también por el campo de la poesia. Su primera obra fueron las Glosas castellanas, nueve en total, donde co- menta obras de la literatura espafiola, en estilo intermedio entre el ensayo y el articulo periodistico, y que merecié una distincién de la Institucién Cultural Es- pafiola de Buenos Aires en su momento. Compuso también diversas biografias de escritores argentinos, entre ellos Miguel Cané (padre), un romdntico argentino, la Vida de Aniceto el Gallo (Hilario Ascasubi) y luego la Vida de Anastasio el Pollo (Estanislao del Campo). Agregd a esta obras una antologia de la literatura de su pais. La narrativa. Pero el género donde sobresale Mujica Lainez es la narrativa. Dos tipos de obras la conforman: una, la de temas extranjeros 0 cosmopolitas, que sitian la trama en el Renacimiento italiano o la Edad Media francesa, y que alcanza su maxima expresién con Bomarzo, sobre la cual escribié luego Alberto 572 Ginastera una pera homénima. Es una magnifica ficcién sobre la vida de un duque renacentista y su época. La otra linea, quizds la mejor de Mujica Laéinez, es la relativa a la Argentina, y con mas propiedad a Buenos Aires. Pertenece a esta tendencla La casa, his- toria de una casona sefortal de la calle Florida, que sirve de pretexto al autor para presentar la crénica de los sucesivos ocupantes de ella. En Aqui vivieron se strve de una técnica parecida, donde el lugar de concurrencia en tiempos suce- sivos €s una quinta de San Isidro. Mujica Lainez ha sido el relator de las clases sociales altas de la Argentina, describiéndolas en su evolucién desde los tiempos coloniales hasta la actuali- dad, en una atmésfera de nostalgia por los tiempos idos. No son simples relatos, sino que estan escritos bajo una inspiracion poética y magica, que trasmiten un suave dolor del artista por el pasado que se fue. El prosista logré un puesto de relevancia en la historia de las letras argen- tinas por sus sabrosas y agradables biografias, pero narraciones, novelas y cuentos lo han situado entre los mas distinguidos escritores. En Don Galaz de Buenos Aires el autor relata la vida y hechos de un paje ambicloso, pobre y de ascendencia espafiola, que en sus delirios de grandeza sale en busca del mitolégico El Dorado, desde su casucha de adobes en Buenos Aires, y muere alevosamente en la aventura. Son muchos los argumentos sobre temas del Buenos Aires antiguo y con- temporaneo que ofrece Mujica Lainez, Sus obras se apoyan en una seria labor de informacién histérica previa, y una imaginacién fantasiosa que le permite re- construir épocas, lugares y personajes. Sus libros son un testimonio de la clu- dad del Plata, y aunque expresan cierta nostalgia irénica y dolorida por la pér- dida de las viejas tradiciones y costumbres, estan alejados de Ja perturbaci6n, el rencor y la queja. Mujica Lainez se caracterjza, ademas, por la pulcritud y el cuidado del es- tilo, asi como por la elegancia y gracia. Maneja el idioma con maestria y su ma- nera de hacerlo lo remonta a los mas puros novelistas de la tradicién hispanica, antes que a los innovadores y experimentalistas de nuestro tiempo. No pretende sorprender ni estremecerse con licencias gramaticales 0 lexicograficas, y se atie- - ne al buen gusto y sobriedad de la mas rancla prosa espafiola. La estructura de sus piezas es también clasica: los sucesos se presentan en una linea cronolégica, sin solemnidad ni escandalos de tramas. “Misteriosa Buenos Aires”. Editada en 1951, es una coleccién de 42 cuentos sobre Buenos Aires y sus personajes, desde la época de la hambruna en el villo- trio de Pedro Mendoza (1536) hasta la época de Rosas y la organizacién nacio- nal. Termina el ciclo en 1904, con la historia de una arruinada sertorona. En esta saga desfilan cuadros, tpos, costumbres, leyendas, visiones, he- chos hist6ricos, sucesos de la vida cotidiana, la supersticién, la hechiceria y la ignorancla, y toda una amplia galeria de seres humanos con sus historias de sufrimientos, dolores y pecados. Es una fabulosa reconstruccién del pasado his- térico de Ja capital argentina, una obra de arqueologia literarla. 573 En algunos cuentos o pasajes la narracién se tora dramatica y tensa. La obra encubre un costoso trabajo de erudicién e investigacién, adomado imagi- nativamente por imperio de una pluma galana y moderna. Manuel Mujica Lainez, en su fuventud. ‘OBRAS Y EDICIONES: Mistertoss Buenos Alres, Buenos Aires, Sudamericana, 1964. LECTURAS COMPLEMENTARIAS Y ESTUDIOS: Carmelo M. Bonet, Manuel Majiea Lélnes (En: Historia de Ie Uteratura argentina, dirigida por Rafael Alberto Arrieta, t. IV., pégs. 199-201, Buenos Aires, Petiser. 1959). 574 La protagonista es una matrona loca, dofia Concepcion, figura im- portante de la ciudad virreinal, que para celebrar su cumpleayios dumina y arregla toda la casa con ayuda de una sirvienta mulata. Su hijo Benjamin, contrabandista, Uega huyendo de la justicia para tomar algunas pertenencias y proseguir su fuga hacia el interior. Pero la loca lo encierra en una habitacion al saber que no podra estar en su fiesta y Benjamin es apresado. Todo ha terminado ya. Benja- min se arrebuja? en su capa y cruza el primer patito sin ver los jazmines en flor que desbordan de los tinajones, sin escuchar a los pajaros que desde sus jaulas despiden a la tarde. Apenas ten- dra tiempo de asegurar las alfor- jas? sobre el caballo y desapare- cer por la salida del huerto, rumbo a Cérdoba o a Santa Fe. Antes de la noche surgira por alli algiin regidor* o quizas uno de los alcaldes*, con soldados del Fuerte, para prender al contra- bandista. [...1] Lo que importa es salvar- se, poner leguas entre él y sus enemigos. En el segundo patio se detiene. La inesperada claridad le des- lumbra. Nunca lo ha visto asi. Parece un altar mayor en misa de Gloria. No ha quedado rinc6n sin iluminar, Faroles con velas de sebo o velones de grasa de potro chisporrotean bajo la hi- guera tenebrosa. Entre ellos se mueve dona Concepcion, menu- El patio iluminado dita, esmirriada’. Corre con agi- lidad ratonil, llevando y trayendo macetas de geranios, avivando aqui un pabilo®, enderezando alla un taburete. [...] Benjamin se pasa la mano por la frente. Habia olvidado la fiesta de su madre. Durante diez dias, la loca no paré con las invi- taciones. Del Brigadier don Bru- no Mauricio de Zabala abajo, no habia que olvidar a nadie. Para algo se guarda en los cofres de la casa tanto dinero. El obispo Fray Pedro de Fajardo, los sefiores del Cabildo, los vecinos de fuste’. Colmé6* papeles y papeles como si en verdad supiera escribir, como sien verdad fuera a realizarse el sarao®. Benjamin encerré los ga- rabatos y los borrones en el mis- mo barguefio donde estan sus cuentas secretas de los negros, los cueros y frutos que subrepti- ciamente ha enviado a Mendoza y por culpa de los cuales ven- dran a arrestarle. Dofa Concepcion se le acerca, radiante. brillandole los ojos ex- traviados. —Vete a vestir —le dice— pon- te la chupra'® morada. Pronto estara aqui el gobernador. Y sin detenerse regresa a su tarea. Benjamin advierte que se ha colocado unas plumas rojas, desflecadas, en los cabellos. Ya no parece un rat6n, sino un ave extrafia que camina entre las ve- las a saltitos, aleteando, picote- ando. Detras va la esclava, mos- trando los dientes. —Aqui —ordena la senora—, la silla para don Bruno. 575 La mulata carga con el sillon de Arequipa. Cuando lo alza ful- gen los clavos en el respaldo de vaqueta!!. El contrabandista no sabe como proceder para quebrar la ilusién de la demente. Por fin se decide: —Madre, no podré estar en la fiesta. Tengo que partir en segui- da para el norte. 2El norte? gPartir para el norte el dia mismo en que habria que agasajar a la flor de Buenos Ai- res? No, no, su hijo bromea. Rie dona Concepcién con su risa ro- ta y habla a un tiempo con su hijo y con los jilgueros. —Maadre, tiene usted que com- prenderme, debo irme ahora sin perder un segundo. ¢Le dira también que no habra tal fiesta, que nadie acudira al patio luminoso? Tan ocupado estuvo los ultimos dias que tarde a tarde fue postergando la expli- cacién, el pretexto. Ahora no vale la pena. Lo que urge es abando- nar la casa y su peligro. Pero no cont6 con la desesperaci6n de la sefora. Le besa, angustiada. Se le cuelga del cuello y le ciega con las plumas rojas. —iNo te puedes ir hoy, Benja- min! jNo te vayas, hijo! El hombre desanuda los bra- Zs nerviosos que le oprimen. —Me voy, madre, me voy. Se mete en su aposento y arro- ja las alforjas sobre la cama. Dona Concepcién gimotea’?. Junto a ella, dijérase que la mu- lata ha enloquecido también. Gi- ran alrededor del contrabandista, como dos pajarracos. Benjamin las empuja hacia la puerta y desliza el pasador por las argo- las. 576 La sefiora queda balanceando- se un momento, en mitad del patio, como si el menor soplo de brisa la fuera a derribar entre las plantas. —No se ira —murmura—, no se ira. ‘Sus ojos encendidos buscan en toro. —Ven, movamos la silla. Entre las dos apoyan el pesado sillon de Arequipa contra la puerta, afianzandolo en el cerro- jo de tal manera que traba la sa- lida. La mulata se pone a cantar. Benjamin, furioso, arremete con- tra las hojas de cedro, pero los duros cuarterones'* resisten. Cuanto mas esfuerzos hace, mas se afirma en los hierros el res- paldo. —jMadre, déjeme usted salir! jDéjeme usted salir! jMadre, que vendran a prenderme! jMadre! Dofia Concepcién no le escu- cha. Riega los tiestos' olorosos, sacude una alfombrilla, aguza el oido hacia el zaguan donde arde una lampara bajo la imagen de la Virgen de la Merced. De la huer- ta, solemne, avanza el mugir de la vaca entrecortado de grazni- dos" y cloqueos’®. —jiMadre, madre, que nadie vendra, que no habra fiesta ni nada! La loca yergue la cabeza orgu- llosa y fulgura su plumaje tem- bl6én. gNadie acudira a la fiesta, a su fiesta? Su hijo desvaria. En el patio entré ya el primer convidado. Es el alcalde de se- gundo voto. Trae el bastén en la diestra y le escoltan cuatro sol- dados del Fuerte. Dofia Concepcion sonrie, pala- deando su triunfo. Se echa a parlotear, frenética, revolviendo plata. Con ayuda de la esclava los brazos huesudos en el rumor —quita el sillén de la puerta para de las piedras y de los dijes'’ de = que Benjamin acoja al huésped. EDITORIAL” SUDAMERICANA Portada de ta primera edicion de La casa. ! Se cubre y envueive bien. * Sacos para provisiones de viaje. ? Miembro del ayuntamiento o munl- ciplo. * Pritera autoridad municipal * Flaca, muy delgada,® Mecha de una velo, Be Imnportapeia. * Lend. * Fiesta. # Vestimenta antigua. " Cuero de vaca curtide. ® Gime oon frecuencia. ™ Adornos 1 partes cuadradas de una pucrta. Vasijas de barre, macctas. ™ Grito desapacible del ganso y al- ‘ganas otra aves. “ Cacareo de la gallina." Adocnos, joyas, alhajas. 577 Juan Rulfo Es uno de los mas notables narradores de Ja literatura mexicana actual, de gran fama internacional. Vida. Nacié en 1918 y pasé la infancia en una finca de sus abuelos. Estudio luego en Guadalajara y otros lugares, hasta obtener el titulo de contador. Abandoné mas tarde los estudios universitarios, y en la ciudad de México ejercié varios oficios y ocupé algunos cargos de poca jerarquia, sin dejar a un Jado su fuerte vocacion literaria. Su primer libro de cuentos, El llano en llamas (1953), to hizo famoso de in- mediato. Dos afios después, merced a una beca Rockefeller pudo dar término a su primera novela, Pedro Paramo, que lo consagré definitivamente. En la actualidad prosigue su labor artistica y forma parte del Centro Mexi- cano de Escritores, El arte de Rulfo. Las dos obras de Rulfo lo han revelado como un creador vigo- roso y original, Los dos aspectos mas caracteristicos de su arte son Io nacional y lo emotivo, Domina la técnica de la novela y el cuento, y en ambos géneros ha usado los recursos mas modemos, alejandose del relato tradicional: introspec- clén, didlogo interior, simultaneidad de planos en la narracion, distorsién del desarrollo temporal, lentitud del estilo para crear tensidn, dialogo escueto, sepa- racién absoluta del autor y de su relato, agudeza y sensibilizacién psicolégica, dominio del arte de escribir, modernidad de la lengua empleada, etc. Otros caracteres de su arte son la fuerza vital, la riqueza y variedad animica de sus personajes, el tono magico y misterioso que surge de sus narraciones, y por supuesto, el mexicanismo de los ambientes, hechos y personas. Es un escritor cautivante y potente, que ha continuado y depurado la linea de los escritores de Ja Revolucién Mexicana, transmitiendo a su obra un nuevo sentido de universalidad y contemporaneidad, Este tipo de literatura, que ha merecido el calificativo de “posrevoluciona- ria” y dentro de la cual estan inscriptos otros narradores actuales de México (Fuentes, Arreola, ete.), si bien recoge los elementos tradicionales y aut6ctonos del pais, abandona bastante el fin politico de los autores precedentes (Azuela, J. 578 Rubén Romero, Martin Luis Guzman, Agustin Yajiez, etc.) y se proyecta hacia objetivos mas estéticos: “Las letras mexicanas, durante los ultimos cincuenta afios, han pasado el periodo mas florido de su larga historia’, segiin la expresion de un prestigioso critico (Luis Leal). El lenguaje se toma mas cuidado, los temas se vuelven mas universales, el relato se centra en el contenido del asunto y algo menos en la prédica ideologica de la citada revolucién (1910-1920), se experimentan nuevas técnicas y estruc- turas narrativas, se pone un énfasis especial en la psicologia, la narracion se vuelve mas escueta y sobria, el autor deja de entrometerse en el texto y de opi- nar, y sobre todo, se mira e interpreta la realidad mexicana y mundial desde puntos de vista distintos y mas actuales. Rulfo, como sus companeros de generacin, es ya un especialista, un escri- tor profesional, con una solida base cultural y un sustrato de lecturas previas, que de alguna manera conforman su estilo y su técnica: Faulkner, Hemingway, Woolf, Joyce, Huxley y los franceses. “El ano en Hamas”. Es el primer libro de Rulfo y probablemente el mas cono- cido y divulgado. Contiene una coleccién de quince cuentos de notoria influencia kafklana, sobre personajes y ambientes de México, en los cuales la muerte, la violencia y el sexo son la atmésfera dominante. Los personajes de todos ellos estan enfocados desde su interioridad espiri- tual, y esta intimidad psicolégica aparece al lector, no por explicaciones del au- tor ni confesiones de ellos mismes, sino por lo que hacen y dicen en los didlogos. En general son seres animicamente desolados, sumidos en la pobreza extre- ma y fuertemente ligados a la tierra que habitan. Sufren y descargan sus tensio- nes por la ironia, la resignacion 0 la violencia, pero no abandonan el lugar de nacimiento, tozudamente aferrados a él. La psicologia de estos campesinos y pueblerinos es de una autenticidad sorprendente. Reproducen el modo de ser de los lugarefios de Jalisco en particu- lar, donde nacié y pasé su infancia el escritor. Tienen una escala de valores pro- pia en la vida y se mueven segiin estos principios, bastante ajenos al modo de sentir y pensar del hombre urbano. Un aire vago y misterioso emerge de la lectura de estos cuentos, que produ- ce una tensién y ansiedad por llegar al desenlace final, habilmente logrado por Rulfo en todos los casos. Algunos de estos relatos estan considerados como pe- quefias obras maestras (Nos han dado la tierra; ;Diles que no me maten!; Lwina; El Tenguaje es terso y muy elaborado, concreto y preciso, evita las formas retoricas antiguas y el alargamiento innecesario de la prosa. Emplea un castella- no universal y moderno, con pocas concesiones —salvo en los mondlogos y dia- logos— al regionalismo lingilistico. “Pedro Paramo”. Es una de las mejores obras de la novelistica mexicana de nuestros dias, y para algunos, la obra maestra de Rulfo. 579 Comala es un pueblecito mexicano donde Pedro Paramo ha imperado arbitrariamente con insaciable ambicion, astucia y violencia. Se ha apoderado de las tierras de la regién, ha matado, ha vejado y se ha casado por interés. Al fin, contrae matrimonio con Susana, su novia de joven, pero ella ha enloquecido ya. En la noche del entierro, el pueblo realiza una festa en venganza contra el déspota. Furi- ‘bundo y vengativo, Pedro Paramo hace que el pueblo se muera de hambre. Pero Paramo termina acuchillado por su hijastro. Al tiempo, cuando llega el hijo de Paramo, se encuentra ante una terrorifica vision: un pueblo entero muerto, sin vida, poblado sdlo por muertos, recuerdos, rumo- tes y dolor. Esta novela ha merecido el calificativo de “tnica” en las letras mexicanas, y al mismo tiempo, es la que mayor prestigio ha logrado de entre las nacionales. Es realista por su ambiente y poematica por el tono artistico y la técnica con que esta ejecutada. Mezcla lo real con lo ideal, el presente con el pasado, un espacio con otro, mediante una estructura original. La novela comienza cuando ya casi todo ha sucedido, Se pasa sin transiciones ni aclaraciones de un lugar a otro, de un personaje a otro, de un tiempo a otro, y el lector debe ir reconstruyendo en su mente y en forma paulatina, el hilo de los sucesos. Incluso comienza casi por el fin, y el lector va enterandose del pasado y rehaciéndolo por los didlogos de los personajes y otras pocas referencias. La novela comienza cuando ya gran parte de los protagonistas han muerto. Los actores de este tremendo drama son todos casos de una rara y honda vida interior, pasionales, vitales, enormes, como personajes de una pesadilla. Es un poco la historia de unos fantasmas, casi una nueva version del tema del des- censo a los infiernos de Dante, de fuerte tono épico. EI sentido de la novela es algo vago e indeciso, irreal, nebuloso y magico, donde se aprecia la lucha eterna entre la vida y la muerte, el matar y el sobre- vivir. OBRAS Y EDICIONES: Bl Iano en llamas. México-Buenos Aires, Fondo de Cultura Econémica, 1953. Ata, edicion. Coleccién Popular. Pedro Péramo. México. Fondo de Cultura Econémica, 1958. Colec- cin Letras Mexicanas. LECTURAS COMPLEMENTARIAS Y ESTUDIOS: Luis Leal, Panorama de is literatura mexicana ac- tual. Washington D. C., Unién Panamericana, 1968. 580 EL LLANO EN LLAMAS NOS HAN DADO LA TIERRA Después de tantas horas de caminar sin encontrar ni una sombra de arbol, ni una semilla de Arbol, ni una raiz de nada, se oye el ladrar de los perros.! [...] Hemos venido caminando desde el amanecer. Ahorita son algo asi como las cuatro de la tarde. Alguien se asoma al cielo, estira los ojos hacia donde esta colgado el sol y dice: —Son como las cuatro de la tarde. Ese alguien es Melitén. Junto con él, vamos Faustino, Esteban y yo. Somos cuatro. Yo los cuen- to: dos adelante, otros dos atras. Miro mas atras y no veo a nadie. Entonces me digo: “Somos cua- tro”. Hace rato, como a eso de las once, éramos veintitantos: pero punito a punito se han ido des- perdigando hasta quedar nada mas este nudo que somos nos- otros. Faustino dice: —Puede que Ilueva. Todos levantamos la cara y miramos una nube negra y pesa- da que pasa por encima de nuestras cabezas. Y pensamos: “Puede que si”. No decitmos lo que pensamos. Hace ya tiempo que se nos aca- baron las ganas de hablar. Se nos acabaron con el calor. [...] Vuelvo hacia todos lados y miro el llano. Tanta y tamana tierra para nada. Se le resbalan a uno los ojos al no encontrar cosa que los detenga. Sélo unas cuantas lagartijas salen a aso- mar la cabeza por encima de sus. agujeros, y luego que sienten la tatema del sol corren a escon- derse en la sombrita de una pie- dra. Pero nosotros, cuando ten- gamos que trabajar aqui, gqué haremos para enfriarnos del sol, eh? Porque a nosotros nos dieron esta costra de tepetate para que la sembraramos. Nos dijeron: —Del pueblo para aca es de ustedes. Nosotros preguntamos: —2El Llano? —Si, el llano. Todo el Llano Grande. Nosotros paramos la jeta para decir que el Ilano no lo queria- mos. Que queriamos lo que esta- ba junto al rio. Del rio para alla, por las vegas, donde estén esos Arboles llamados casuarinas y las paraneras y la tierra buena. No este duro pellejo de vaca que se Nama el Llano, Pero no nos dejaron decir nuestras cosas. El delegado no venia a conversar con nosotros. Nos puso los papeles en la mano y nos dijo: —wNo se vayan a asustar por tener tanto terreno para ustedes. solos. —Es que el Ilano, senor dele- lO... —Son miles y miles de yuntas. —Pero no hay agua. Ni siquie- ya para hacer un buche hay a. —eY el temporal? Nadie les dijo que se les iba a dotar con tierras 581 de riego. En cuanto alli Nueva se Jevantara el maiz como si lo esti- yaran. —Pero, sefior delegado. la tie- tra esta deslavada, dura. No cre- emos que el arado se entierre en esa como cantera que es ta tierra del Llano. Habria que hacer agu- jeros con ei azad6én para sembrar la semilla y ni aun asi es positivo que nazca nada; ni maiz ni nada nacera. —Eso manifiéstenlo por escri- to. Y ahora vayanse. Es al lati- fundio al que tienen que atacar, no al Gobierno que les da la tie- ira. —Espérenos usted, senor dele- gado. Nosotros no hemos dicho nada contra el Centro. Todo es contra el Liano... No se puede contra lo que no se puede. Eso es Jo que hemos dicho... Espérenos usted para explicarle. Mire, va- mos a comenzar por donde iba- mos... Pero él no nos quiso oir. [...] Conforme bajamos, la tie- tra se hace buena. Sube polvo desde nosotros como si fuera un ‘atajo de mulas lo que bajara por alli; pero nos gusta HNenarnos de polvo. Nos gusta. Después de ve- nir durante once horas pisando Ja dureza del Iano, nos sentimos muy a gusto envueltos en aque- lla cosa que brinca sobre nos- otros y sabe a tierra. Por encima del rio, sobre las copas verdes de las casuarinas, vuelan parvadas de chachalacas verdes, Eso también es lo que nos gusta. Ahora los ladridos de ios pe- ros se oyen aqui, junto a nos- otros, y es que el viento que vie- ne del pueblo retacha en la ba- rranca y la llena de todos sus ruidos. Esteban ha vuelto a abrazar su gallina cuando nos acercamos a las primeras casas. Le desata las patas para desentumecerla, y luego él y su gallina desaparecen detras de unos tepemezquites. —jPor aqui arriendo yo! —nos dice Esteban. Nosotros seguimos adelante, mas adentro del pueblo. La tierra que nos han dado esta alla arriba. + Cuatro ex soldads de la Revolucion Mexicans, al término de la lucha clvil, son llcenctados y se les. adjudican Uerras, pues uno de los objetivos del movimiento revolucionario era la reforma agraria. Al Uegar al lugar asignado, comprucban que son Uerras aridas y desérticas, salvo la de uno de ellos, seguramente favorecido por algun politico © funcionarie coripto. 582 @ Juan José Arreola Arreola es una de las tres grandes figuras de la narrativa mexicana actual, junto con Rulfo y Fuentes. ‘Vida. Nacié en Ciudad Juarez, Jalisco (1918), y alli realiz6 sus estudios prima- Tios, sin concluirlos. Adolescente se establecié en Guadalajara y Iuego en la ciu- dad de México, donde estudié teatro. Al poco tiempo, de regreso en su ciudad natal, ensefié historia y literatura en una escuela secundaria, Arreola fue siempre un autodidacto, muy aficionado a la lectura, y ejercié una veintena de oficios y actividades diversas para vivir: trabajé en una impren- ta, una casa de café, una tienda, mercado, fue cobrador, profesor y varias cosas mas. Cambié muchas veces de residencia dentro de su pais, y contrajo matrimo- nio. En la capital, donde por fin se estableci6, cultivé la amistad de gente de teatro y letras, Dio a conocer sus cuentos en revistas literarias de Guadalajara y ciudad de México, Obtuvo algunas becas para entregarse mas holgadamente a la creacién lite- raria, entre ellas una de la Fundacion Rockefeller. A partir de la publicacién de su primer libro, Varia invencién (1949), se revelé como un gran prosista y ad- quirié notoriedad, la que se afianzé con su segunda obra, Confabulario (1952). Sus prosas han sido editadas en un volumen unico titulado Confabulario total 1941-1961 (1962). Posteriormente dio a conocer otro libro, La feria (1963), siempre dentro de la misma linea de inspiracién. La obra de Arreola. No es un escritor interesado por lo folklérico o regional sino por Jo universal. Su obra es cosmopolita e intelectual, Sus temas provienen de las mas variadas fuentes: Biblia, historia, literatu- Ta, crénica periodistica, ciencia, hechos de la vida vistos u oidos, recuerdos per- sonales, imaginacién, a los cuales el artista recrea y les da un simbolismo o in- terpretacién moderna, siempre de orden racional. Es un prosista sorpresivo y calculador, que medita mucho sus asuntos y los trabaja ingeniosamente hasta otorgarles un significado insélito o un final desconcertante, 583 Sus escritos son habitualmente cortos y adoptan a veces la forma de sim- ples cuentos, relatos, notas periodisticas, ensayos breves, entrevistas, fabulas, juguetes dramaticos, diarios, didlogos, glosas, etc. Estas prosas son casi siem- pre poéticas y constituyen un mundo fantasioso y mégico, que el autor logra “saltando de lo légico a lo absurdo”. ‘Técnicamente, Arreola domina el oficio de escribir y utiliza con maestria y oportunidad los tonos y recursos mas diversos: la paradoja, el buen humor, la satira, la ficcién, la informacién, el patetismo, el realismo, el capricho, el absur- do, pero sobre todo la ironia, porque Arreola es un artista irdnico que en defini- tiva se burla de la vida, presentandola magnificada y contrastada en sus aspec- tos mAs increibles y fronterizos. Conoce la realidad muy bien, pero la distorsiona hasta lo inverosimil con su potente fantasia. Arreola hace recordar a otros escritores contemporaneos, a los que segura- mente debe algo de su inspiracién, como Poe, Gogol, y sobre todo el ineludible Kafka y el argentino Borges. A pesar de no ser un regionalista ni usar el lenguaje local, es un escritor esencialmente mexicano, ya que, segin lo apuntan varios criticos, lo mexicano no es s6lo lo pintoresco o caracteristico del pais, su naturaleza y sus hombres sino también una manera de sentir, pensar y reaccionar ante la realidad del mundo y de la vida. “Confabulario total: 1941-1961". Es “una de las mas valiosas contribuciones a la literatura mexicana del siglo XX” (Luis Leal), ‘Tratase de una edicién que retine las prosas de dos libros anteriores (Varia invencién y Confabulario) y las posteriores hasta el afio 1961. Contiene una coleccién de cuentos y prasas breves sobre los mas dispares asuntos, como la refledén final de un sutcida, la pérdida de las Maves de San Pedro, un bestlario, un proyecto para hacer pasar camellos por el ojo de Jas agujas, un extrafto ¢ inexistente ferrocarril, un hombre al que le nacen cuernos, una hormiga que encontré un miligramo, una mujer amaestrada, un pacto on el diablo, etc. Un sentido de angustia y desasosiego trasciende de estos relatos, sin propo- ner ninguna respuesta especulativa sobre el mundo caético e inexplicable que presenta. El estilo de Arreola es sumamente caracieristico y muy personal. Escribe con un dominio de la lengua castellana pocas veces alcanzado, con una claridad notable y una concisién extremia: nada sobra en su prosa, pero esta todo lo es- trictamente necesario para comunicar el pensamiento en forma estética y llama- tiva. Valoracién. Arreola es un habilisimo artifice. Podria tomarselo como un fabulis- ta moderno, que trabaja y ensefia con ejemplos y pone dentro de ellos la dociri- na. En algunos momentos, su prosa presenta un mundo onirico, una especie de suefios en la vigilia. 584 Su filosofia oscila entre un angustiado existencialismo y un placido escepti- cismo. Unas veces echa una mirada cinica sobre Ja realidad y otras ridiculiza las actitudes del ser humano. Por eso se explica que la critica lo haya comparado en ciertos escritos con Voltaire y Sartre. Se comenta que Arreola nacié adulto para Jas letras, porque se inicié ya como maestro y no tiene, como algunos escritores, obras que son ejercicios lite- rarlos previos 0 ensayos de estilo e inspiracion. Ha creado un nuevo tipo de cuento que ya tiene imitadores y, al mismo tiempo, ha iniciado una tendencia en las letras mexicanas, cuyo futuro tiene mucho de promisorio. OBRAS Y EDICIONES: Confabularlo total. 1941-1961. México, Fondo de Cultura Economica, 1962. Sra. edicién. Coleccion Letras Mexicanas. La ferla, México, Joaquin Moritz, 1963. LECTURAS COMPLEMENTARIAS Y ESTUDIOS: Luts Leal, Panorama de Ia literatura mexicana ac- tual. Washington D. C., Union Panamericana, 1968. CONFABULARIO TOTAL ELGUARDAGUJAS! El forastero Iegé sin aliento a la estacién desierta. Su gran va- lija, que nadie quiso conducir, le habia fatigado en extremo. Se enjug6 el rostro con un pafiuelo, y con la mano en visera mir6 los rieles que se perdian en el hori- zonte, Desalentado y pensativo consulté su reloj: la hora justa en que el tren debia partir. Alguien, salido de quién sabe dénde, le dio una palmada muy suave. Al volverse, el forastero se hallé ante un viejecito de vago aspecto ferrocarrilero. Llevaba en ja mano una linterna roja, pero tan pequefia, que parecia de ju- guete. Miré sonriendo al viajero, y éste le dijo ansioso su pregun- ta: “Usted perdone, gha salido ya el tren? 1 Bste extraordinarie cuento ha sido interpretado de diversas maneras: como una ironia contra los ferrocarriles mexicanos. como un simbolo de a vida humana, o simplemente como una fébbula ima- ginativa. 585 —¢Lleva usted poco tiempo en este pais? —Necesito salir inmediatamen- te. Debo hallarme en T. manana mismo. [...] —Francamente, deberia aban- donarlo a su suerte. Sin embar- go, le daré unos informes. —Por favor... —Este pais es famoso por sus ferrocarriles, como usted sabe. Hasta ahora no ha sido posible organizarlos debidamente, pero se han hecho ya grandes cosas en lo que se refiere a la publica- cién de itinerarios y a la expedi- cién de boletos. Las guias ferro- viarias comprenden y enlazan todas las poblaciones de la na- cién; se expenden boletos hasta para las aldeas mas pequenas y remotas. Falta solamente que los convoyes cumplan las indicacio- nes contenidas en las guias y que pasen efectivamente por las estaciones. Los habitantes del pais asi lo esperan; mientras tanto, aceptan las irregularida- des del servicio y su patriotismo les impide cualquier manifesta- cién de desagrado. —Pero ghay un tren que pase por esta ciudad? —Afirmarlo equivaldria a co- meter una inexactitud. Como usted puede darse cuenta, los rieles existen, aunque un tanto averiados. En algunas poblacio- nes estan sencillamente indica- dos en el suelo, mediante dos ra- yas de gris, Dadas las condicio- nes actuales, ningtin tren tiene la obligacién de pasar por aqui, pero nada impide que eso pueda suceder. Yo he visto pasar mu- chos trenes en mi vida y conoci algunos viajeros que pudieron abordarlos. Si usted espera con- 586 venientemente, tal vez yo mismo tenga el honor de ayudarle a su- bir a un hermoso y confortable vagon. [...] —Pero el tren que pasa por T. gya se encuentra en servicio? —Y no sélo ése. En realidad, hay muchisimos trenes en la na- cién, y los viajeros pueden utili- zarlos con relativa frecuencia, pero tomando en cuenta que no se trata de un servicio formal y definitivo. En otras palabras, al subir a un tren, nadie espera ser conducido al sitio que desea. —¢Cémo es eso? —En su afan de servir a los ciudadanos, la empresa se ve en el caso de tomar medidas deses- peradas. Hace circular trenes por lugares intransitables. Esos con- voyes expedicionarios emplean a veces varios afios en su trayecto, y la vida de los viajeros sufre al- gunas transformaciones impor- tantes. Los fallecimientos no son raros en tales casos, pero la em- presa, que todo lo ha previsto, anade a esos trenes un vag6n capilla ardiente y un vag6n ce- menterio. Es razén de orgullo para los conductores depositar el cadaver de un viajero —lujosa- mente embalsamado— en los andenes de la estacién que pres- cribe su boleto. En ocasiones, estos trenes forzados recorren trayectos en que falta uno de los rieles. Todo un lado de los vago- nes se estremece lamentable- mente con los golpes que dan las ruedas sobre los durmientes. Los viajeros de primera —es otra de las previsiones de la empresa— se colocan del lado en que hay riel. Los de segunda padecen los golpes con resignacion. Pero hay otros tramos en que faltan am- bos rieles; alli los viajeros sufren por igual, hasta que el tren que- da totalmente destruido. —jSanto Dios! [...] —Necesita usted ir templando su Animo; tal vez legue usted a convertirse en un héroe. No crea que faltan ocasiones para que los viajeros demuestren su valor y sus capacidades de sacrificio. En una ocasién, doscientos pasaje- ros anénimos escribieron una de las paginas mas gloriosas en nuestros anales ferroviarios. Su- cede que en un viaje de prueba, el maquinista advirtié a tiempo una grave omisién de los cons- tructores de la linea. En la ruta faltaba un puente que debia sal- var un abismo. Pues bien, ei ma- quinista, en vez de poner marcha hacia atras, areng6 a los pasaje- ros y obtuvo de ellos el esfuerzo necesario para seguir adelante. Bajo su enérgica direccién, el tren fue desarmado pieza por pieza y conducido en hombros al otro lado del abismo, que todavia reservaba la sorpresa de conte- ner en su fondo un rio caudalo- so. El resultado de la hazafia fue tan satisfactorio que la empresa renuncié definitivamente a la construccién del puente, confor- mandose con hacer un atractivo descuento en las tarifas de los pasajeros que se atrevan a afrontar esa molestia suplemen- taria. [...} —Pero una vez en el tren, gesta uno a cubierto de nuevas dificul- tades? —Relativamente. Sdlo le reco- miendo que se fije muy bien en las estaciones. Podria darse el caso de que usted creyera haber llegado a T., y slo fuese una ilu- sién. Para regular la vida a bor- do de los vagones demasiado re- pletos, la empresa se ve obligada a echar mano de ciertos expe- dientes. Hay estaciones que son pura apariencia: han sido cons- truidas en plena selva y llevan el nombre de alguna ciudad impor- tante. Pero basta poner un poco de atencién para descubrir el en- gaiio. Son como las decoraciones del teatro, y las personas que fi- guran en ellas estan rellenas de aserrin. Esos munecos revelan facilmente los estragos de la in- temperie, pero son a veces una perfecta imagen de la realidad: llevan en el rostro las sefales de un cansancio infinito. |...] —Y usted, gha viajado mucho en los trenes? —Yo, sefior. sélo soy guarda- gujas, A decir verdad, soy un Suardagujas jubilado. y sélo aparezco aqui de vez en cuando para recordar los buenos tiem- pos. No he viajado nunca, ni tengo ganas de hacerlo. Pero los viajeros me cuentan historias. 587 Julio Cortazar Julio Cortézar, con Borges y Mallea son los escritores argentinos actuales de mayor repercusién literaria internacional. Vida. Nacié en Bruselas, Bélgica (1914), donde su padre era funcionario consu- lar. Pasé los afios de su primera infancia en Europa y luego se radicé en la Ar- gentina, en una ciudad proxima a Buenos Aires, Banfield. Realizé sus estudios secundarios en la Escuela Normal de Profesores Maria- no Acosta y se gradué de maestro. Mas tarde inicio estudios universitarios. ‘Trabajo en la actividad docente y comenzé a escribir cuentos y algunas poe- sias que decidié mas tarde olvidar, Luego se incorpord como profesor en la Uni- versidad de La Plata, pero renuncié a sus catedras por razones politicas. Se em- ple6 después en la Camara Argentina del Libro y se dedicé ya decididamente a la ficcion narrativa, aunque sus cuentos permanecieron inéditos en gran parte. Posteriormente se establecié en Paris (1951), donde escribio la mayoria de sus obras. Hacia traducciones ocasionales para la UNESCO, mientras dedicaba sus mayores desvelos a la creaci6n literaria. Fue asi como public sucesivamen- te sus primeros libros de cuentos: Bestiario (1951), Final del juego (1956) y Las armas secretas (1959). Siguié luego con su primera novela, Los premios (1960), y otro libro de relatos, Historias de cronopios y de famas (1962), hasta editar la que se considera su obra de mayor aliento, la novela Rayuela (1963). En los iiltimos aiios ha dado a conocer Todos los fuegos el fuego (1966), La vuelta al dia en ochenta mundos (1967) y dos libros mas, 62. Modelo para armar y Ultimo round. Fallecié en Paris en 1984. La obra de Cortézar. Varios estudios se han publicado ya sobre Cortazar, pero tratandose de un escritor en pleno periodo de produccién y evolucién, ninguno de ellos puede tomarse como definitivo. Sus primeros cuentos, por ejemplo, no permitian presuponer el mundo creativo de Rayuela. El mismo Cortazar ha declarado las fuentes literarias que influyeron sobre él. Entre los escritores argentinos, Macedonio Fernandez, Jorge Luis Borges, Ro- berto Arit, Hugo Wast y Lucio V. Mansilla, y entre los extranjeros, Julio Verne, Virginia Woolf, Cocteau, Mallarmé, Poe, Lautréamont y algunos otros. De los cla- sicos, reconoce su deuda con Homero, Garcilaso, Dickens y Keats. 588 La critica ha reparado, a su vez, en otras influencias: Ja literatura fantastica contemporanea, los escritores superrealistas y la novela de Leopoldo Marechal, Adan Buenosayres. Asimismo, son perceptibles en la obra de Cortazar algunas de sus preferencias espirituales, como el absurdo, el lirismo, el jazz y la fotogra- fia, Caracterizar en su conjunto la obra del escritor es por ahora prematuro. No obstante, en una aproximacién tentativa y didactica, la obra de Cortazar puede analizarse por géneros: los cuentos, la novela y la prosa miscelanea. Lo mas constante a través de todos estos tipos de prosa es la técnica. Los cuentos. Probablemente, y pese a la exaltada y sorprendida opinion con- temporanea, el mejor Cortazar es el cuentista, y sobre todo el inicial. Los primeros cuentos son fantasticos, sin trasfondos metafisicos complejos, situados en el mundo social de la clase media, con cierta tendencia a la critica de la sociedad, reminiscencias de algunos notables narradores contemporaneos y habilmente organizados y escritos. No aparecen en estos relatos las grandes alegorias, la distorsin de la sintaxis, el exceso de malabarismo técnico ni tam- poco las referencias eruditas, que lo seducirian afios después y que alcanzarian su maxima expresién en la novela Rayuela. En estas narraciones sobresalen los dialogos, de notable actualidad y efecto comunicativo, y un enfoque novedoso de la realidad. Pese a la fantasia de algu- nos de los argumentos, todo sucede como en la vida, y la propensi6n a lo absur- do y contradictorio no perturba el lirismo y el encanto de lo narrado. La destreza casi insdlita en el manejo de la lengua (vocabulario, sintaxis y recursos estilisti- cos) asoma ya en estas prosas con nitida maestria. Excelentes ejemplos de esta primera manera de Cortazar son, entre otros, los cuentos La noche boca arriba, Cartas de mamd, Las babas del diablo, etc. Los cuentos posteriores son ya mas elaborados y pretensiosos en su simbo- Iogia. Cortazar los inscribe dentro de un marco mas profundo e intelectual, en- cierran una meditaci6n o alegoria sobre la vida humana y, al mismo tiempo, una critica mas directa y ostensible a la vida social contemporanea, como pasa, por ejemplo, en Final del juego, El perseguidor, La autopista del sur, Casa tomada, y otros, La técnica aparece mas intelectualizada. Adquieren una mayor importancia los juegos de palabras y el manejo burlesco del lenguaje, que con los afios ha- bran de ser una de las preocupaciones mas constantes y sistematicas del autor, en su afan por escribir de manera totalmente novedosa y, al mismo tiempo, de romper violentamente con toda la tradicién de la narrativa hispanoamericana. Se trata, en definitiva, de breves cuentos ingeniosos, casi impecables en su composicién estructural, pero demasiado racionales, dolorosos, descriptivos de situaciones reales de la vida, con algo de satira y de humor negro, sin participa- cién emocional del autor; en otras palabras, una especie de prosa gongorina ac- tualizada. 589 “Rayuela”. Es, sin lugar a dudas, la obra mayor del autor argentino, y una de las novelas de la literatura contemporanea de la América Latina que mas tra- ducciones y elogios ha suscitado en el extranjero. La novela se divide en tres partes. En la primera, el protagonista Oliveira, un argentino ex- patriado voluntariamente en Paris, participa con la Maga de un grupo humano que constituye el Club de la Serplente, integrado por varias parejas y un personaje extrafio, Gregorovius. Las reu- niones del club se realizan en el departamento de una de las parejas, y alli se bebe, se habla y se escuchan discos. Oliveira, individuo contradictorio y angustiado, que no entiende la vida, asiste impasible e indiferente a la muerte de Rocamadour, un hijo anterior de la Maga. El club se disuelve al fin y la ‘Maga se separa de Oliveira. En lo sucestvo, la busqueda de la Maga habra de ser la obsesién de éie. En la segunda parte, se relatan las peripecias de Oliveira en Buenos Aires, adonde ha regre- sado y se ha unido a una mujer, Gekrepten. Se reencuentra con su amigo Traveler y su esposa Talita, quienes le consiguen primero un empleo en un circo, donde ellos trabajan, y después en un ‘manicomio. La tercera parte, independiente en cierto sentido de la anterior y calificada de “capitulos prescindibles” por el autor, es una serie de capitulos narrativos, fragmentos de otros autores, transcripciones periodisticas o librescas, y otras prosas miscelaneas, que deben leerse combina- dos con los capitulos de las dos primeras partes, segtin una tabla de orden que Cortézar inserta al principio de la obra. De esta manera, Rayuela ofrece dos tipos de lectura posible: una, la novela proplamente di- cha (capitulos 1 al 56), y otra, una segunda versién, los fragmentos de la tercera parte combina- dos con algunos de la novela proplamente dicha. En realidad, el argumento es de por si insignificante y no tiene importancia alguna. Mas aun, es irrelevante, vulgar y de escaso interés. Pero en todo esto muestra una intencion premeditada que no debe llamar a engario al lector. Cor- tazar ha intentado escribir una novela de escaso, vulgar y ridiculo asunto, con personajes comunes y sin ninguna ejemplaridad, para transmitir al lector, a tra- ves de una densa marafia de paginas, una perspectiva muy particular de la vida humana contemporanea, que para él es cadtica, absurda, tragica y risible, en otras palabras, sin sentido: “...La rayuela se juega con una pledrita... En lo alto esta el Cielo, abajo esti la Terra, es muy dificil llegar con la pledrita al Cielo, casi siempre se calcula mal y la pledrita sale del dibujo. Poco a poco, sin embargo, se va adquirtendo la habilidad necesaria...” Hay una concepcién de la vida en Rayuela, una filosofia que se puede re- construir a través de diversos incidentes, expresiones de los personajes, intro- ducciones del autor en el texto y citas de otras fuentes transcriptas, que podria sintetizarse asi: las vidas de los seres humanos son caprichosas y arbitrarias, se entremezclan y se unen, formando situaciones y hechos que a su vez generan otros seres y hechos; el mundo no puede ser solamente eso, y si no se puede subir al cielo, ha de ser posible “caminar con pasos de hombre, por una tierra de hombres”, hacia un lugar ideal, donde la tierra esté en el mismo plano del cielo. 590 Cortazar es escéptico y agnéstico, no cree en el cielo y se alerra a la espe- ranza de un paraiso en la tierra. El resultado es una novela donde no hay asun- to que se eluda. Es una novela totalmente desprejuiciada y abierta, donde todo tlene cabida, Jo vulgar, lo obsceno, lo trivial, lo macabro, lo miserable, lo irracio- nal, lo absurdo, lo anarquico, Jo erudito, lo irénico y lo burlesco, pero al mismo tiempo 1o poético, lo critico, lo intelectual, lo vital, lo ideoldgico, fo filoséfico. Lo mismo filosofa un personaje sobre la vida o sobre el arte que otro se monta ridiculamente a un tablon para pasar un paquete de yerba desde su de- partamento de un tercer piso a un amigo que esta en el de la casa de enfrente. Se citan con igual respeto un fragmento de César Bruto que los de un clérigo de San Cayetano; se habla en inglés como en francés, castellano o lunfardo porte- fio; se transcriben letras de un valsecito o tango argentino, de un fox-trot nor- teamericano 0 canciones populares francesas; se hacen referencias a Heraclito, Pascualito Pérez, la guia telefonica de Buenos Aires, Apollinaire 0 France-Soir, Schénberg y Bettinotti; se usan los vocablos mas escabrosos de la pornografia en varias lenguas; se inventan juegos de salon a base de palabras; se introducen personajes vulgares, abilicos, esttipidos, perdidos, obsesos, viciosos; se hace burla de la sabiduria y Ja ciencla, las academias y organizaciones culturales; se sefialan defectos de la civilizacién y las clases sociales, de la Argentina y otros paises; se ironiza sobre las costumbres de la clase media; se ofrecen escenas nidiculas del vivir diario; se postulan teorias ridiculas sobre la paz y otros he- chos, en otras palabras, Cortazar trata de inventar una nueva novela. E] autor logra comunicar al lector la imagen que se propone, y esta imagen de lo actual es triste, escabrosa, desamorada y parcial, No es necesario que una obra literaria muestre toda la vida —no existe todavia libro tal, pues basta con que nos muestre Ja perspectiva de un autor. Pero es probable que muchos lec- tores hayan naufragado en este recorte estrecho y parcial de la realidad, Hay tonos espirituales en los cuales Cortézar falla, como Ja ternura, fa piedad hacia el projimo, la comprensién generosa de la debilidad o el vicio ajenos, el perdén. Cortazar trabaja exclusivamente en el mundo intelectual, no en el emocional. Indudablemente, Rayuela es una novela experimental, en el sentido de que pretende captar la totalidad de un momento de la historia de la civilizacion, con un instrumento expresivo sin precedentes en Ja literatura argentina e hispano- americana. Rayuela es una antinovela, una metanovela, En algtin sentido, sin embargo, algo habian intentado antes en la Argentina dos autores: Leopoldo Ma- rechal con su Addn Buenosayres (1948) y Emesto Sabato con Sobre héroes y tumbas (1961), El experimento mas avanzado de los tres es sin duda el de Cor- tazar, pero el mejor resultado en la América Latina en este orden es el de Gabriel Garcia Marquez con Cien artos de soledad. Rayuela ha despertado un interés notable en la Argentina y en el extranjero y ha logrado ya traducciones a varias lenguas, Encierra, a todas luces, una cri- tica amplia sobre el mundo, visto por un argentino, voluntariamente exiliado de su pais, dotado de una cultura sustanciosa al modo europeo y con una cosmo- vision de la realidad muy peculiar y personal, La Argentina, su pais, no escapa 591 a esta critica, y lo mismo caen bajo la ironia las formas tradicionales del ser y sentir de los argentinos que las mitologias nacionales, sus instituciones, usos, costumbres e ideas aceptadas. También ataca a la retorica tradicional, a las formas expresivas de su lite- ratura clasica, porque las considera demasiado académicas e ineficaces para producir una obra de arte argentina, moderna y universal. La técnica narrativa. Cortazar ha empleado practicamente en Rayuela la to- talidad de los recursos estilisticos de la moderna narrativa universal, experien- cia también realizada por Mario Vargas Llosa en el Peri. En la citada obra el autor expone su teoria de la novela. Varios pasajes, aparentemente incidentales, tienen el objeto de advertir al lector sobre su con- cepcion estética de esta forma narrativa. Son particularmente ilustrativos algu- nos capitulos de la parte tercera, atribuidos a un tal Morelli, que es el personaje a través del cual habla el propio Cortazar. En sintesis, Cortazar sostiene que ha elegido la narracién para fines no na- rrativos (representa la realidad y trata de interpretarla, no de contarla); que se ha propuesto la destruccién de las formas literarias anteriores; que se niega a hacer psicologia; que su objetivo es “osar al mismo tiempo a poner a un lector — a un cierto lector, es verdad— en contacto con un mundo personal, con una vivencia y una meditacién personales”; que “el verdadero y tinico personaje que me interesa es el lector, en la medida en que algo de lo que escribo deberia con- tribuir a mutarlo, a desplazarlo, a extrafarlo, a enajenarlo’. En cuanto a los recursos estilisticos empleados por el autor en su afan de romper la antigua novela, pueden citarse algunos a modo de ejemplos: Mondlogos interiores, para expresar el fluir libre de la conciencia de un per- sonaje: Alo mejor encendiste la radio (el alquiler vence el lunes que viene; tendré que avisarte) y escuchés miisica de cimara, probablemente Mozart... Avveces dos mondlogos interiores 0 dos textos distintos aparecen interlinea- dos 0 combinados para expresar el estado de conciencia de un individuo cuyo pensamiento oscila entre dos focos de atencién: En setiembre del 80, pocos meses después del fallecimiento Y las cosas que lee, una novela mal escrita, para colmo de mi padre, resolvi apartarme de los negocios, cediéndolos una edicion infecta, uno se pregunta como puede interesarle Imagenes novedosas, por lo general con un término de comparacién tomado de la vida cotidiana y vulgar; concferto mezclado con algo entre naftalina y benjui reventarla como un plano que se cae del déctmo piso Oltvetra metié ia nariz en el viento frie Jadrones de eternidad, embudos del éter Empleo intensivo del didlogo: GBs clerto que usted prepara un libro sobre la tortura? —Oh, no es exactamente eso —dijo Wong. —eQué es, entonces? —En China se tenia un concepto distinto del arte. —Ya lo sé, todos hemos leido al chino Mirbeau. zEs clerto que usted tiene fotes de torturas, tomadas en Pekin en mil noveclentos veinte o algo asi? —Oh, no —dijo Wong sonriendo—. Estin muy borrosas, no vale ta pena mostrarlas. Introducciones intempestivas del autor en el texto (mezcla de los puntos de vista de la narracién): Indl, Condenado a ser absuelto. Vuelvase a su casa y lea a Spinoza. La Maga no sabe quién €s Spinoza. La Maga lee interminablemente novelas de rusos y alemanes y Pérez Galdés y las olvida en seguida. Mezcla de dos narraciones simultaneas: No, el martes a la noche, Berthe Trépat, me amuraste / en lo mejor de mi vida, miérooies (una borrachera como pocas veces, NB. no mezclar vodka y vino tinto}, dejéndome ef alma hertda / y espina en el corazén, jueves, viernes... Repeticién mecanica de motivos: = en una dltima patada proyectar la piedra contra Yazur 'azur Vazur tazur Vazur plaf vi- rio roto, a la cama sin postre, nifio malo... .marillandolos empecinadamente en una baldosa (pero cualquiera sabe que) empecinada- mente en una baldosa (pero cualquiera) empecinadamente... Parodias del lenguaje; Hartos del cltente y de sus cleonasmos. le sacaron el clibano y el clipeo y le hiceron tragar una clica. Luego le aplicaron un clistel clinico en la cloaca, aunque clocaba por tan cliveso ascen- so de agua mezclada con clinopodio, revolviendo los clisos coma clerizén clordtico. Onomatopeyas: Oh Argentina, horarios generosos, casa ablerta, tiempo para Urar por el techo. todo el futuro por delante, todisimo, vuf, vuf, vuf, toda la teoria de la comunteactén aniquilada, ni mama, ni ‘papa ni papa rica al pip! ni vuf vuf ni nada... Reflexiones del autor interpoladas: Ya lo dijo Shakespeare, por lo demas, y si no lo dijo era su deber decirlo. Probablemente de todos nuestros sentimientos el tinico que no es verdaderamente nuestro es ia esperanza. 593 Adjetivaci6n original y sorprendente: y deglute los aerodindmicos pequefios obuses rosa verde y blanco mama patria Sustantivacién caprichosa y original: .en este mundo de gran polonesa, claro de luna y danza del fuego Mezclas de idiomas: —Take easy —dijo Oliveira. ..¥ Oliveira ni sabe qué hacer, vraiment je suis tellement confus, madame monsieur, d'étalt un ami qui vient d'arriver. vous comprenez, il n'est pas du tour au courant des habitudes... Deformaciones ortograficas intencionadas; Y aunque Holiveira desconflara de la hebriedad, hastuta cémplice del Gran Hengafo... Creacién de vocablos nuevos: alacranidad, cosidad, metapintura Uso de argentinismos: pucho, vos, flaca, secante (persona), no me da el cuero Lenguaje parédico del habla popular argentina: Acabala con las sales metéques, si supleras la manga de franchutes que juntan guita en la Argentina —djjo Oliveira. En sintesis, Cortazar, ademas de romper la tradicion novelistica hispanoa- mericana en cuanto a los temas, ha quebrado también las formas, estructuras y el sistema del lenguaje, distorsionandolo e introduciendo experimentalmente nuevos usos lingilisticos. OBRAS Y EDICIONES: Relatos (Bestiario. 1951. Las armas secretas, 1959. Final de juego. 1964. ‘Todos los fuegos el fuego, 1966). Buenos Aires, Sudamericana, 1970. Rayuela. Buenos Aires, Sudamericana. 1963 LECTURAS COMPLEMENTARIAS Y ESTUDIOS: Luts Harss, Julio Cortézar o Ia cachetada metafi- ‘lea (En su: Los nuestros, pags. 252-300. Buenos Aires, Sudamericana, 1966). Adolfo Prieto y otros, Boletin de Literatura Hispanica, N* 6 Rosario, Facultad de Filosofia y Letras, 1966, 594 Salio del rincén donde estaba metido, puso un pie en una por- cién del piso después de exami- narlo como si fuera necesario es- coger exactamente el lugar para poner el pie, después adelanté el otro con la misma cautela, y a dos metros de Ronald y Babs empez6 a encogerse hasta que- dar impecablemente instalado en el suelo. —Llueve —dijo Wong, mos- trando con el dedo el tragaluz de Ja bohardilla. Disolviendo la nube de humo con una lenta mano, Oliveira contempl6 a Wong desde un amistoso contento, —Menos mal que alguien se decide a situarse al nivel del mar, no se ven mas zapatos y ro- dillas por todos lados. gDande esta su vaso, che? —Por ahi —dijo Wong. A la larga result6 que el vaso estaba lIleno y a tiro. Se pusieron a beber, apreciativos, y Ronald les solt6 un John Coltrane que hizo bufar a Perico. Y después un Sidney Bechet época Paris me- rengue, un poco como tomada de pelo a las fijaciones hispanicas. —

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