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CARLOS ALBERTO LOPRETE LITERATURA ESPANOLA, HISPANOAMERICANA Y ARGENTINA Plus Ultra @@ ® LA LITERATURA 13 DEL PERIODO DE LA INDEPENDENCIA pion El Cabildo de Buenos Aires, en época de ta emancipacion. EL NEOCLASICISMO A fines del siglo XVII, después de mas de trescientos afios de dominacion espafiola, habia perdido vigencia el regimen espaiiol. Puede decirse que la colo- nia estaba ya agotada. Agotamiento del sistema colonial. Los criollos, principalmente quienes habian viajado y tenido experiencia de otros paises libres, 0 quienes habian estudiado, rechazaban el sistema hispanico, al que consideraban anticuado e injusto para sus pueblos: restriccién y monopolio comercial, impuestos excesivos, pobreza 281 general, diferencias de clases, censura en las ideas, falta de libertad cultural, Tigidez excesiva de algunas autoridades y otros defectos propios de un estado co- Jonial. No existia propiamente un sentimiento antiespafiol, pues en mayor 0 me- nor parte casi todos tenian algo de hispanico, sangre, lengua, religion, tradicion © sentido de la vida, pero si habia un resentimiento contra el sistema imperial, Los reyes Borbones, que sucedieron a los de la Casa de Austria a partir de 1701, intentaron mejorar la situacién de las colonias, introduciendo diversas re- formas, sobre todo Carlos Ill, que reiné de 1759 a 1788, Abolieron el sistema de flotas; autorizaron a varios puertos de Espafia y América para comerciar; crea- Ton dos nuevos virreinatos, el de Nueva Granada y el del Rio de la Plata, que se agregaron a los dos ya existentes, Nueva Espafia y Perii, concedieron patentes a varias compahias comerciales para el trafico con América; retiraron a los comer- clantes de Sevilla el monopolio del comercio con América; estimularon las indus- trias que no competian con las espaniolas; promovieron la agricultura y la gana- deria, y rebajaron los impuestos. Limitaron, ademas, las funciones de los gobernantes y praciicamente pusieron freno a la corrupeién administrativa. Pero ya era tarde, y la hora de la independencia habia legado. Las nuevas ideas: el Huminismo. Gran cantidad de criollos habia conocido las nuevas ideas filosdficas, politicas y sociales que prosperaban en Europa. La filo- sofia de la ustraci6n o uminismo, habia prendido en el espiritu de los criollos. La raz6n pasé a ser considerada como la gran facultad humana, y se buscé una explicacion racional para los hechos sociales, politicos y cientificos. Asimismo, muchos patriotas simpatizaban con la idea del despotismo ilustrado, segin la cual el gobierno debe estar en manos de las minorias cultas y selectas pero debe Sobernarse para el pueblo. Los pensadores politicos que gozan de gran predica- mento en la €poca son, en primer lugar, Juan Jacobo Rousseau, por la doctrina expuesta en el Contrato Social: el poder pertenece al pueblo, el cual lo delega en Sus representantes, ya que toda sociedad o puebio es el resultado de una con- vencién o contrato social, En lo econ6mico, se siguen las ideas de los fisiécratas y del francés Fran- Gols Quesnay, quien sostenia que la iniciativa individual, ejercida libremente (Laissez faire, laissez passer; le monde va de lui méme), permite lograr un justo punto de equilibrio econémico, pues las leyes naturales son universales e inmu- tables, y existen para producir la felicidad humana en Jo fisico y en Jo moral. Paralelamente a este naturalismo, el mercantilismo goza tambien de prestigio en Europa y se imita en América. La principal riqueza de un pais es la riqueza mo- netaria y los metales preciosos, y esas riquezas metaliferas permiten lograr un equilibrio en el comercio y una riqueza interna nacional. Para esto, deben crear- se industrias de elaboracién, levantar grandes manufacturas, y obtener mate- tias primas para que esas manufacturas funcionen y puedan intercambiarse con otras naciones. Se sigue pensando, ademas, con Adam Smith, Ricardo y Stuart Mill, que el principio del interés personal es el fundamento de toda actividad econémica, que debe existir la competencia entre los hombres y entre los paises 282 para obtener un mayor bienestar, y que la ciencia econémica se halla regida por leyes que deben estudiarse. Por otra parte, el sistema monarquico y colonial habia sufrido ya dos gran- des reveses, con la independencia de los Estados Unidos de América (1776) y la Revolucién Francesa. A la antigua teoria de la monarquia de origen divino, se habia opuesto la teoria de Ja republica de origen popular, sostenida por Rousse- au, Montesquieu, Thomas Jefferson y Thomas Paine, El neoclasicismo en Ja letras. En literatura estas ideas tenian su equivalente en el movimiento denominado neoclasicismo, 0, segin la denominaci6n de otros autores, seudociasicismo. En poesia, los caracteres del neoclasicismo hispanoamericano, escuetamente enumerados, son los siguientes: a) Influencia espafiola del siglo XVII (Quintana, Meléndez Valdés, Cienfuegos y Cadalso principalmente), pero se agrega ahora la imitacién de otros autores eu- Topeos; Francia (Rousseau, Voltaire y Montesquieu, y los prerromanticos Chate- aubriand, Mme. de Stael, y los romanticos Lamartine y Victor Hugo); Inglaterra (Milton, Young, Pope y el romantico Byron); Italia (Metastasio, Alfieri, Foscolo y Manzoni); Estados Unidos (Thomas Paine, Jefferson, Franklin, Hamilton, Adam Smith, Madison, Jay, 0 sea los autores de El Federalista); Alemania (Schiller, Goethe y Lessing); b) Influencia de los maestros de la antigiedad latina (Virgilio, Horacio, Ovidio, Lucrecio) y griega (Anacreonte, Homero}, en particular el virgilianismo o contem- placion serena de la naturaleza y alabanza del campo y sus faenas. Influencia también de los libros de la Biblia; c) Auge de la poesia patridtica, en forma de odas e himnos heroicos, sobre los hechos de guerra de la Independencia; d) Poesia de contenido ligero, sobre el tema del amor, y poesia civil sobre el pro- greso y las ciencias; e) Renacimiento de la fabula, el epigrama y otras composiciones festivas 0 mora- lizantes; f) Preeminencia del paisaje americano como motivo descriptivo, incluida su flora y su fauna; g Entrada en el vocabulario literario de formas regionales 0 vocablos locales; h) Nacimiento de la poesia gauchesca en el Rio de la Plata. En prosa, los fenémenos literarios pueden enumerarse asi: a) Aparicién del periodismo politico, social y econémico, como medio de difusion de las nuevas ideas y de divulgacion del espiritu revolucionario; b} Preferencia por los ensayos, proclamas, historias y discursos, c) Nacimiento de 1a verdadera novela realista hispanoamericana en México, En teairo, sin embargo, no hubo grandes novedades. Se representaron las comedias y tragedias del repertorio clasico espaiiol {Lope de Vega, Calderén, 0 283 del siglo XVIII, como Moratin), y a veces se llevaron a escena traducciones de los italianos (Alfieri, Goldoni, Metastasio). Hubo, con todo, intentos de teatro popular, que pueden considerarse como Jos comienzos precursores de los teatros realistas locales. El mondiogo o “uni- personal”, (uvo bastante auge en esos momentos. LA LIRA ARGENTINA MARCIA PATRIOTICA. Din. mortates, of grito sagenita. Libestad, Whertad, libertad = Od el euido de rota cadenas Ved en trono 4 la noble iguuMad Se levanta en ta faz de ta tin ra Una nueva gloriosa nacinn Coronade su rien de fauteles, ¥ dus planias rendido un Leon, coro. Sean eternos los laurcles Que sepimos conseguir : Cornuados de gloria vivanton, © jurcume eon gloria masse Primera pagina de La Lira Argentina con el Himno Nactonal Argentino, de Vicente Lépez u Planes. 284 Andrés Bello Fue uno de los hombres de mayor cultura y talento del periodo neoclasico, y al mismo tiempo, uno de los mas grandes maestros que ha dado hasta el pre- sente Hispanoameérica. Aunque venezolane por nacionalidad, puede ser conside- rado ciudadano de toda la América del Sur, por Ja influencia de su obra y su amor a estos paises. Vida. Nacié en Caracas (1781). Estudid en el convento de los mercedarios, en el Colegio de Santa Rosa y finalmente en la universidad, donde siguié cursos de filosofia. Bello, entusiasta lector desde muy joven, dominaba ya a los veinte aftos el Jatin, la filosofia, la teologia, el derecho canénico y el civil, las malemalicas, la fisica y algunas otras especialidades. Bello acompanié por ese enlonces en sus exploraciones al barén Alejandro von Humboldt, que realiz exploraciones cien- tificas en Jas colonias espafiolas. Logré un empleo de relativa importancia en la administracién gubernamen- tal de su pais, y luego fue enviado a Londres (1810) como comisionado de la Junta Revolucionaria de Caracas, pero como Ja revolucién venezolana cayo pronto, Bello qued6 en Londres sin empleo y sin recursos. Para vivir, se dedico a dar clases privadas, y merced a algunos amigos, se relacioné con importantes figuras de la €poca, entre ellos los filésofos James Mill y Jeremias Bentham. Las horas libres las dedieaba al estudio intenso de las humanidades, y su permanente asistencia a la biblioteca del Museo Britanico le permitié obtener una cultura excepcional en su época. Aprendié griego, publicd una version al espafiol moderno del Poema del Cid, con notas, algunos ensayos literarios, y Tealizé valiosas traducciones. Bello comenzé a editar por su propia cuenta (1823) La Biblioteca Americana, que {uvo que suspender muy pronto, pero obtuvo mayor éxito con la revista iri- mestral El Repertorio Americano (1826), la cual alcanz6 sélo a los cuatro nime- ros. En el primer nimero aparecié la Silva a la agricultura en la zona térrida, una de sus mejores composiciones. Esta pieza lo colocé casi de inmediato en primera linea entre los escritores hispanoamericanos, En los diecinueve afios que Bello residié en Chile se cimenté su fama de erudito serio y responsable, duerio de un criterio critico moderno y objetivo, asi como también su fama de poeta sin par entre los hispanoamericanos. Lleg6 a ocupar también algunos cargos diplomati- 285 cos, como el de secretario de la legacién de Chile (1822) y luego igual jerarquia en la legacién de Colombia (1824). A invitacién del gobierno chileno, regresé a América y ocupé el cargo de se- cretario del Departamento de Relaciones Exteriores de Chile. A partir de ese mo- mento, el talento de Bello comenzé a irradiarse por el continente y a ejercer una gran influencia intelectual; fue profesor universitario y organizador y rector de la Universidad de Chile, consejero gubernamental y autor principal del Codigo Civil de ese pais, A poco de llegar, sostuvo una famosa polémica con el argentino Domingo F. Sarmiento, exiliado por razones politicas en dicho pais, quien defendié la liber- tad romantica en el arte, frente al criterio mas moderado y clasicista de Bello. El erudito venezolano temia la corrupcién del idioma y la probable fragmentacién lingitistica de Hispanoamérica, y por ello bregé también para conservar la uni- dad fundamental de la lengua castellana. Publicé con esta preocupacion varias obras gramaticales y lingijisticas, pero sobre todo su famosa Graméttica de la lengua castellana (1847). Prosiguié su obra intelectual, y ya anciano retirése del cargo de rector de la universidad a la vida privada, y se dedicé a proseguir sus investigaciones de es- tudioso, hasta que la muerte lo sorprendié en Santiago (1865), en medio del re- conocimiento y la veneracién de todos. La obra de Bello. La obra del gran maestro comprende un vasto campo y su influencia cultural ha permitido sefialar que si Bolivar y San Martin fueron los libertadores de! continente, Bello fue su maestro y educador. Abordé el derecho, la historia, la lingiiistica, la gramatica, la critica litera- tia, la poética, las lenguas, la Milosofia, la polémica, la educacién, la oratoria, la filologia y la creacién poética, 0 sea, casi toda la suma del humanismo vigente en su época. EL jurista. Como jurista, Bello aport6 a Chile el Cédigo Civil (1855), pues la re- daccion y ordenamiento son casi exclusivamente suyos. Reemplazé con este c6- digo, aprobado por aclamacién en el Congreso, Ja vieja legislacién arcaica espa- hola, incorporando los nuevos criterios de la ciencia juridica, mucho antes que otras naciones hispanoamericanas y Espafia misma. Compuso también un tratado denominado Principios de derecho internacio- nal (1832), “que suscité comentarios en los circulos forenses europeos” (Luis Merino Reyes). El gramitico y critico literario. En este campo es donde sobresale el talento de Bello y son sus obras dentro de estos géneros las que Je han dado gran no- toriedad. Su obra cumbre es la Gramética de ta lengua castellana (1847), cuya teoria ha sido contrapuesta en algunos temas a la de la Real Academia Espafio- la, Anotada y revisada por su colega colombiano Rufino José Cuervo afios mas tarde, ha sido el obligado manual de referencia en casi todas las escuelas de la 286 ‘América latina. Mantiene en ella un punto de vista purista sobre la lengua, si bien da cabida a la modemidad y a la americanizacion de algunos asuntos, so- bre todo en punto a vocabulario, aunque defiende con fervor el mantenimiento de la unidad lingiiistica en el orbe hispano. En el prologo de este volumen, sostenia Bello: “Juzgo importante la conser- vacion de la lengua de nuestros padres en su posible pureza... pero no es un purismo supersticioso lo que me atrevo a recomendarles. El adelantamiento pro- digioso de todas las ciencias y las artes, la difusion de la cultura intelectual, y las revoluciones politicas piden cada dia nuevos signos para expresar las nuevas ideas”. En otro lugar agrega: “Nada se ganara con poner en manos de un nifio una gramatica y hacerle aprender de memoria frases que no entiende ni puede en- tender... En las escuelas primarias, nos parece que la ensetianza del idioma debe ser practica, reducida a dar a conocer al nifio, para que los evite, los vicios de que esta plagada el habla del vulgo”. En esto, Bello fue también un precursor de los actuales criterios pedagégicos y didacticos en materia de idiomas. Esta obra le valid al insigne venezolano, por unanimidad, su proclamacién como académico honorario de la Real Academia Espafiola (1851). Otros diversos estudios sobre ortologia, métrica, historia literaria y critica, completan el panorama de esta area. El poeta. No fue un poeta muy fecundo, pero posiblemente ha sido el mas pul- cro, cuidadose y atildado de los artistas de su época. Su arte es una equilibrada combinacién de clasicismo y prerromanticismo, en el que la forma es practica- mente impecable, sin vicios. Quizas esto le haya quitado a su estro un poco de vitalidad, naturalidad, y fuerza expresiva, pero de todos modos fue una caracte- Tistica bastante generalizada entre los poeias del neoclasicismo, con excepcién de los que abordaron e! tema patridtico-revolucionario. Hay dos composiciones originales que le dieron fama: la Silva a la agricul- twa en la zona torrida, escrita durante su estancia en Londres, y la Alocucién a la poesia (1823). Con ellas Bello creé el género de las “silvas americanas”, 0 po- esia de las regiones tropicales, en las cuales abunda en descripciones de los fru- tos, plantas, arboles, animales y escenarios, en ef mas alto nivel literario. Se mezelan con estas descripciones referencias a las costumbres regionales. alusio- nes a la historia de los pueblos americanos y una preferencia por el color local, 0 rasgos caracteristicos del Nuevo Mundo. En sentido estricto no fue, cronologicamente, el primer americano en desa- rrollar estos temas, pero sin lugar a dudas fue el que los Ievé a la mayor jerar- quia y excelencia artistica. Con todo, la mas celebrada de sus poesias, y la mas perfecta, fue una imi- tacion de la poesia de Victor Hugo (La priére pour tous), que titulé La oracién por todos (1843), donde da un paso adelante en materia estetica, y se introduce en el naciente movimiento romantico europeo. 287 El americanismo literario de Bello: las “Silvas”. La concepcién del america- nismo literarfo es propia del romanticismo, si bien algunos autores, como Bello, Heredia y Olmedo lo habian practicado ya. En esta época se formula la teoria de que las naciones hispanoamericanas deben independizarse también de Espayia en lo estético, linguistico y espiritual, para que la independencia politica sea total. Dentro de este pensamiento surge consiguientemente la idea de crear una literatura original, que guarde una es- trecha relacin con el liberalismo politico, y comienza entonces a hablarse, por vez primera, de “argentinidad”, “mexicanidad”, “peruanidad”, etc., 0 sea de cul- turas propias y tipicas de cada nueva nacién. Bello es uno de los defensores y expositores tedricos de esta posicién esté- tica, que habra de alcanzar su maxima expresién algunos pocos afios mas tarde, con Esteban Echeverria. “;Estamos condenados a repetir servilmente las leccio- nes de la ciencia europea, sin atrevernos a discutirlas, a ilustrarlas con aplica- ciones locales, a darles una estampa de nacionalidad?”, se preguntaba Bello en su discurso del aniversario de la Universidad de Chile (1848). Este tema, suscitado inicialmente como polémica, ha conservado vigencia hasta nuestros dias, y es motivo incluso de controversias frecuentes entre los defensores dei arte nacionalista y los defensores del cosmopolitismo artistico. OBRAS Y EDICIONES: Obras completas. Caracas. Ministerio de Fducacién. 1951, 22 v. amunctados, Edicion a cargo de Rafael Caldera, Augusto Mijares, Enrique Planchart y Pedro Grases. Antologia poétiea. Buenos Aires, Estrada, 1945. Prélogo de Eugenio Orrego Vicuia. LECTURAS COMPLEMENTARIAS Y ESTUDIOS: Pedro Lira Urquieta, Andrés Bello, México-Hucnos Aires. Fondo de Cultura Econémica, 1948. Andres Bello, La Plaia, Universidad Nacional de La Plats, Facultad de Humanidades y Cienctaa de la Educacin, 1966. La oracion por todos IMITACION DE VICTOR HUGO I Vé a rezar, hija mia. Ya es la hora de la conciencia y del pensar profundo: cesé el trabajo afanador, y al mundo Ja sombra va a colgar su pabellon. Sacude el polvo el arbol del camino al soplo de la noche, y en el suelto manto de la sutil neblina envuelto se ve temblar el viejo torreén. iMira! Su ruedo de cambiante nacar el occidenie mas y mas angosta, y enciende sobre el cerro de la costa el astro de la tarde su fanal. 288 Para la pobre cena aderezado prilla el albergue rustico, y la tarda vuelta del labrador la esposa aguarda con su tierna familia en el umbral. Brota del seno de la azul esfera uno tras otro fulgido diamante, y ya apenas de un carro vacilante se oye a distancia el desigual rumor. Todo se hunde en la sombra: el monte, el valle. y la iglesia, y la choza, y la alqueria: y a los destellos ltimos de! dia se orienta en el desierto el viajador. Naturaleza toda gime: el viento en la arboleda, el pajaro en el nido, y la oveja en su trémulo balido, y el arroyuelo en su correr fugaz. El dia es para el mal y los afanes. jHe aqui la noche placida y serena! El hombre, tras la cuita y Ja faena. quiere descanso y oracién y paz. q Vé a rezar, hija mia. Y ante todo Tuega a Dios por tu madre; por aquella que te dio el ser, y la mitad mas bella de su existencia ha vinculado en él; que en su seno hospedé tu joven alma, de una llama celeste desprendida, y haciendo dos porciones de la vida tomé el alcibar y te dio la miel. Ruega después por mi. Mas que tu madre lo necesito yo. Sencilla, buena, modesta como tu, sufre la pena y devora en silencio su dolor. A muchos compasi6n, a nadie envidia la vi tener en mi fortuna escasa. Como sobre el cristal la sombra, pasa sobre su alma el ejemplo corruptor. No le son conocidos... —ni lo sean a ti jamas...— los frivolos azares de Ja vana fortuna, los pesares cefiudos que anticipan la vejez: de oculto oprobio el torcedor, la espina 289 290 que punza a la conciencia delincuente, Ja honda fiebre del alma, que la frente tifie con enfermiza palidez. Mas yo la vida por mi mal conozco, conozco el mundo, y sé su alevosia, y tal vez de mi boca oiras un dia Jo que valen las dichas que nos da. Y sabras lo que guarda a los que rifan riquezas y poder, Ja urna aleatoria, Y que tal vez la senda que a la gloria gular parece, a la miseria va. Viviendo, su pureza empafia el alma, y a cada instante alguna culpa nueva arrastra en la corriente que la lleva con rapido descenso al atatd. La tentacién seduce; el juicio engana: en los zarzales del camino, deja alguna cosa cada cual: la oveja su blanca lana, el hombre su virtud. Vé hija mia, a rezar por mi, y al cielo pocas palabras dirigir te baste: ‘Piedad. Sefior, al hombre que creaste; eres Grandeza, eres Bondad: jperdén!" Dios te oira; que cual dei aro santa sube el humo a la cupula eminente. sube del pecho candido, inocente, el trono del Eterno la oracién. I Ruega, hija, por tus hermanos los que contigo crecieron, y un mismo seno exprimieron, y un mismo techo abrigé. No por los que te amen sélo el favor del cielo implores; por justos y pecadores Cristo en la cruz expiré. Ruega por el orgulloso que ufano se pavonea, y en su dorada librea funda insensata altivez; y por el mendigo humilde que sufre el cefio mezquino de los que beben el vino por que le dejen Ja hez; por el que de torpes viclos sumido en profundo cieno hace aullar el canto obsceno de nocturna bacanal; y por la velada virgen que en su solitario lecho con la mano hiriendo el pecho reza el himno sepulcral; por el hombre sin entrarfias en cuyo pecho no vibra una simpatica fibra al pesar y a la afliccién; que no da sustento al hambre, nia la desnudez vestido, ni da la mano al caido, ni da a la injuria perdén; por el que en mirar se goza su punal de sangre rojo buscando el rico despojo o la venganza cruel: y por el que en vil libelo destroza una fama pura y en la aleve mordedura escupe asquerosa hiel; por el que surca animoso la mar, de peligros lena; por el que arrastra cadena, y por su duro sefior; por la raz6n que, leyendo en el gran libro, vigila: por la raz6n que vacila; por Ja que abraza el error. Acuérdate, en fin, de todos los que penan y trabajan y de todos los que viajan por esa vida mortal. Acuérdate aun del malvado que a Dios blasfemando irrita: Ja oracion es infinita, nada agota su caudal. 291 Iv jHija!, reza también por los que cubre ja soporosa piedra de la tumba, profunda sima donde se derrumba la turba de los hombres mil a mil: abismo en que se mezcla polvo a polvo y pueblo a pueblo, cual se ve a la hoja de que al afioso besque abril despoja, mezclar Jas suyas uno y otro abril. Arrodilla, arrodillate en la tierra donde segada en flor yace mi Lola’, coronada de angélica aureola; do helado duerme cuanto fue mortal; donde cautivas almas piden preces que las restauren a su ser primero y purguen las reliquias del grosero vaso, que las contuvo, terrenal, Una de las hijas de Bello. 292 Juan Cruz Varela Es el ms importante poeta del movimiento neoclasico en el Rio de la Plata, ¢ hist6ricamente, el primer gran poeta argentino. Vida, Nacié en Buenos Aires (1794) y se educé en el Colegio de San Carlos. Se traslad6 mas tarde a Cordoba e ingresé en la universidad para seguir estudios eclesiasticos, Fue alumno interno del Seminario Conciliar, y en esa época mani- festé ya su vocacién literaria en un poema amatorio. Paso luego al Colegio de Montserrat (1815) y se gradué en teologia, aunque no recibié los habitos. Propiisose luego seguir la carrera de leyes, pero no pudo concluir sus estu- dios, Regreso entonces a Buenos Aires (1817) y consiguié un empleo en la admi- nisiracion publica, Al llegar Rivadavia al gobierno (1826), Varela se declaré abierto partidario de sus ideas reformistas y liberales, y lego a ser el vocero ofi- cial de la obra de este estadista. Redact6 varios periédicos, entre ellos El Centi- nela Por esa época compuso dos tragedias al modo clasico, un sainete y otra pie- za de la que se conserva sélo un acto, y también varias de sus poesias, Fue elegido diputado al Congreso de 1821 y secretarlo del Congreso General Consti- tuyente de 1826. Caido Rivadavia, participé en la camparia de oposicién al gobernador Dorre- go. Se refugid con su mujer y dos hijitas en Montevideo (1829}, desde donde parece que no fue ajeno al fusilamiento de Dorrego, pues habria dado consejos en tal sentido al general Lavalle. En el destierro sobrellevo una vida de penurias y dificultades econémicas, sin olvidar por eso su fuerte amor a las letras. Co- menz6 una traduccién al castellano de La Eneida de Virgilio, publicd otras pie- zas poéticas entre ellas su famosa composicién contra Rosas, Al 25 de Mayo de 1838, en Buenos Aires, y comenz6 a preparar una recopilacién de todas sus po- esias, que no llegé a editar. Fallecié en la capital uruguaya (1839). Las poesias de Varela. La recopilacién de poesias que Varela habia preparado {1831), fue editada muchos afios ms tarde (1879). En esta colecclén, el propio autor deseché numerosas composiciones, sobre todo las amatorias y satiricas en general, con lo que el tomo ha recogido sdlo una octava parte de la produccién total. Posteriormente, y por la obra de los criticos, se han recogido y dado a luz otras piezas del poeta. 293 La produccién poética de Varela comprende: a) poesias eréticas juveniles, en las cuales siguié el ejemplo del griego Anacreonte, a través de las imitaciones efectuadas por los espafioles Meléndez Valdés, Cienfuegos y Arriaza, sobre todo: b) poesias civiles sobre las reformas de Rivadavia y el progreso de las ciencias, inspiradas en el filosofismo caracteristico de la época y en las ideas de la Ilustra- cion, las cuales le sirvieron para adquirir gran notoriedad; c} poesias patridticas, en las cuales imit6 y siguid el ejemplo de los llamados “poetas de la revoluci6n” (Vicente Lopez y Planes, Cayetano Rodriguez, Esteban de Luca y otros). El ciclo erdtico-amatorio desarrolla los temas de la sentimentalidad graciosa y elegante, muy en boga en la época, heredada del siglo XVIII, y en él aparecen los nombres de tres damas, Laura, Delia y Elvira, que son objeto de la preten- sin amatoria del artista. De todas estas piezas, la mas celebrada es el poemita La Elvira (1817). El ciclo civico-filosdfico es superior al anterior, y segiin algunos criticos, lo mas logrado de su inspiracién. Gran parte de las iniciativas civilizadoras de Ri- vadavia son enlazadas en esta serie, como los trabajos hidraulicos en Ja ciudad de Buenos Aires, ademas de la ideologia progresista y liberal de la época, la li- bertad de imprenta, la reforma eclesiastica, etcétera. El ciclo patridtico-revolucionario es, sin embargo, el mas acabado y hermo- so de su talento. En él levanté su tono a lo épico, y celebré los triunfos de las armas argentinas en los campos de batalla. Sobresale, entre todas las piezas de esta serie, su canto Triunfo de Ituzaingé, su composicién de mayor significacton. lirica, que puede relacionarse con el canto a Bolivar del ecuatoriano Olmedo. Esta composicién fue muy elogiada por el propio Bello, Dentro de este ciclo, cabe también la invectiva en verso contra Rosas, Al 25 de Mayo de 1838, en Buenos Aires, compuesta con gran elevacién retérica y pasién politica. La ideologia del hombre politico. A través de la obra de Varela, es patente un contenido espiritual consiante. Su ideario era el comin en los pensadores libe- rales de la €poca, tanto europeos como americanos, y sostenia sustancialmente el progresismo, el teismo, la lucha contra el fanatismo, la aversion contra la ig- noraneia, el antiindigenismo, el antiplebeyisms, el concepto aristocratico del arte, las letras y la cultura, el antiespafiolismo y la ideologia. Varela se esforz6 en su obra por dotar de un contenido espiritual antitradi- cional a la Revolucion de Mayo, extraer el maximo ejemplo posible de la cultura europea, a través de las capas sociales altas y cultas, de arriba hacia abajo, al ejemplo del despotismo ilustrado preconizado por la filosofia politica de 1a Ius- tracion, y asimilar al mismo tiempo las nuevas orientaciones estéticas del pre- rromanticismo que se anunciaban ya en el panorama literario de Europa. En la advertencia inicial que el propio Varela compuso para la edicién de sus obras, ademas de explicar los pormenores y vicisitudes de su carrera litera- Tia, incluye unas lineas que valen tanto como un testamento literario: “Muchos creen poseer lo que se necesita para ser poeta; pero esa posesién es dada a muy pocos, y no me haran entrar en el numero de ellos ni el sufragio apasionado de 294 mis amigos, ni el placer con que alguna vez mis compatriotas han leido o escu- chado mis versos. Ellos son, sin embargo, el unico caudal que podré dejar a mis hijas; y puede ser que, por este motivo, llegue a ver la luz esta coleccion algin dia’, OBRAS Y EDICIONES: Poesias completas. Bucnos Aires, Editorial Sopena, 1939. LECTURAS COMPLEMENTARIAS Y ESTUDIOS: Juan Maria Gutiérrez, Juan Crus Varela: su vide, ‘sus obras, su époea. Buenos Aires, La Cultura Argentina, 1918, ATIAGLONG EX ELNCO ETDs, Portada de Argia. trage- dia clasica de Juan Cruz Varela. El 25 de Mayo de 1838, en Buenos Aires’ “Ya raya Ja aurora del dia de Mayo: salgamos, salgamos a esperar el rayo que lance primero su fulgido sol. Mirad: todavia no asoma la frente, pero ya le anuncia cercano al oriente de purpura y oro brillante arrebol. "Mirad esas filas; el rayo, el acero, los patrios pendones, la voz del guerrero al salir el astro saludo le haran; de parvulos tiernos inocente coro alzard a los cielos el canto sonoro?, y todas las madres de amor llorarén. “Por los horizontes del rio de Plata e] pueblo en silencio la vista dilata buscando en las aguas naciente fulgor; y el aire de vivas poblardse luego 295 296 cuando en el baluarte con lenguas de fuego anuncie el momento cafién tronador. "Candida® y celeste la patria bandera sobre las almenas sera la primera que el brillo reciba del gran luminar*: y ved en las bellas, candida y celeste como Ja bandera, la nitida veste en gracioso talle graciosa ondear. "Yo he sido guerrero: también ha postrado mi brazo enemigos: me lo ha destrozado la ardiente metralla del bronce espanol. No sigo estandarte inutil ahora: pero tengo patria... Ya luce la aurora, y seré dichoso si miro este sol.” Asi, entre extranjeros que absortos oian, y aver esta pompa de lejos venian, hablaba un soldado, y era joven yo. iQué Mayo el de entonces! ;Qué glorias aquéllast iPasaron! ;Pasaron! Ni memoria de ellas consiente el tirano que el mando robé*. iAy, sella tus labios, antiguo guerrero, y no hables ahora si ansioso extranjero la gloria de Mayo pregunta cual es! Si, sella tus labios, reprime tus iras. jAh, no te desprecien los hombros que miras, espera los dias que vendran después! iEn vano se abrieron de Oriente las puertas! ;Como en negra noche, mudas y desiertas las calles y plazas y templos estan! Solo por escarnio de un pueblo de bravos bandas africanas de viles esclavos por calles y plazas discurriendo van.® Su barbara grita, su danza salvaje es en este dia meditado ultraje del nuevo caribe’ que el Sur aborté. Sin parte en tu gloria, nacién Argentina’, tu gloria, tu nombre, tu honor abomina: en su enojo el cielo tal hijo te dio. Feroz y medroso, desde el hondo encierro do temblando mora, la mano de hierro tiende sobre el pueblo mostrando el punal. Vergiienza, despecho y envidia le oprimen; Jos hombres de Mayo son hombres de crimen. para este ministro del genio del mal. Sin él, patria, leyes, libertad gritaron; sin él, valerosos la espada empufaron, rompieron cadenas y yugo sin él. Por eso persigue con hérrida safia a los vencedores de su amada Espafia y en el grande dia la venga criiel. El Plata, los Andes, Tucuman hermoso, y Salta, y el Maipo, y el Peni fragoso gle vieron acaso pugnar y vencer?® Vilcapujio, Ayuma, Moquegua, Torata'?, donde la victoria nos fue tan ingrata, gle vieron acaso con gloria caer? A fuer de cobarde y aleve asesino, espiaba el momento que al pueblo argentino postrado dejara discordia civil: y al verle vencido por su propia fuerza, Je asalta, le oprime, le burla, y se esfuerza en que arrastre, esclavo, cadena servil. iOh Dios! No supimos vivir como hermanos’; de la dulce patria nuestras mismas manos las tiernas entrafias osaron romper; ly por castigarnos al cielo ie plugo hacer que marchemos uncidos al yugo que oscuro salvaje nos quiso imponer! ~Y ta, Buenos Aires, antes vencedora, humillada sufres que sirvan ahora todos tus trofeos de alfombra a su pie? ¢Sera que ese monstruo robartelos pueda y de ti se diga que sdlo te queda el misero orgullo de un tiempo que fue? Qué azote. qué ultraje resta todavia, qué nuevo infortunio, cara patria mia, de que ti no seas la victima ya? iAh, si tu tirano supiese siquiera reprimir el vuelo de audacia extranjera y vengar insultos que no vengara! De Albién's Ja potente sin duro castigo, del Brasil, de Iberia'* bajel enemigo 297 Ja espada del Plata jamas abrumé. iY hora extrafa flota, le doma, Je oprime, tricolor bandera flamea sublime, y la azul y blanca vencida cayé! ¢Qué importa al perjuro tu honor o tu afrenta? Los heroicos hechos que tu historia cuenta, tus dias felices, tu antiguo esplendor, deslumbras su vista, confunden su nada, y el barbaro intenta dejar apagada Ja luz que a los libres en Mayo alumbré. Tu, que alzando el grito despertaste un mundo postrado tres siglos en suerfio profundo y diste a los reyes tremenda leccion, ~éde un déspota imbéci! esclava suspiras? iEh! contra tu fuerza gqué valen sus iras? éno has visto a tus plantas rendido un leort?'* jHijos de mi patria, levantad la frente y con fuerte brazo la fiera inclemente que lanzé el desierto, de un golpe aterrad! Lavad vuestra mancha, valientes portenios, y mostrad al mundo que no tiene duefios el pueblo que en Mayo grito Libertad.'® ! Esta composicién es un ataque al gobierno de Rosas. * Himno Nacional. * Blanca. ‘ EI Sol. * Juan Manuel de Rosas. * Referencta a los negros y sus descendientes, que apoyaban a Rosas. ? Calificativo mordaz contra Rosas, * Acusacién muy usada entonces contra Rosas, que no participé en las guerras de la independencia. * Triunfos militares argentines contra los espafoles. ! Acciones militares sin Sate. Alusion a la anarquia. 4 Trachuceion de un verso del poeta italiane Manzoni: gio d'un tempo che fu. (Advertencia de Juan Cruz Varela). # Gran Bretafa. 4 Espafa. Hirano Nacional. * idem. ‘orgo: Palabras del 298

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