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Sobre la apercepción Carlos Piñeros

SOBRE LA APERCEPCIÓN

Durante el seminario sobre la lectura de la Crítica de la Razón Pura (CRP) de

Inmanuel Kant, se presentó una innumerable cantidad de nuevas ideas que

alimentaron profundamente la reflexión sobre lo que implica pensar conocer,

sentir.

Pero en una de aquellas reuniones resaltó un término, el cual aparecía familiar

para el psicólogo, ya que hacía parte de los conceptos aprendidos durante la

formación universitaria, dicho término es la apercepción.

Iniciemos anotando que la apercepción no es estudiada de ninguna forma, en las

cátedras del plan de estudios del programa de psicología, sí se abordan temáticas

sobre la sensación y la percepción, que se enfocan comúnmente al estudio de los

procesos fisiológicos que ocurren durante la estimulación de los sentidos (ojos,

oído, nariz, etc.) algunas veces los psicólogos se permiten tratar el tema de la

apercepción cuando hacen referencia ya sea a la teoría de la Gestalt o a los

trabajos de Wilhelm Wundt como fundador de la psicología experimental, luego se

abordará estas formas de comprensión de la apercepción.

Pero, si volvemos al seminario filosófico, nos encontramos que Kant propone una

manera muy especial –y previa a la concepción de la psicología- de lo que es la

apercepción, entonces, es el propósito de este breve texto, el comprender primero

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la forma como Kant delimita y estructura el concepto de apercepción dentro de su

CRP, para luego realizar una mirada crítica de la forma como los psicólogos han

utilizado el término y analizar si ese uso implica alguna cercanía a la posición

original de Kant.

LA APERCEPCIÓN EN LA CRÍTICA DE LA RAZÓN PURA

Delimitemos nuestro campo de estudio, nos dedicaremos exclusivamente a la

concepción que existe de la apercepción en la CRP y específicamente a la

concepción que de ella pueda surgir del apartado §15 al §21, nos

circunscribiremos a la traducción propuesta por Gonzalo Serrano 1 ya que en ella

se propone una serie de cuidadosas correcciones sobre algunos términos

alemanes que al parecer no fueron tomados en cuenta en las traducciones

tradicionales al castellano2.

El capítulo donde Kant aborda de manera más específica el concepto de la

apercepción es en la Analítica de los Conceptos, capítulo II, sección 2, Deducción

trascendental de los conceptos puros del entendimiento, apartado §15 (De la

posibilidad de un enlace en general).

1
Referencia Serrano
2
Referencia a CRP de Ribas

2
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Kant inicia dicho apartado preguntándose por la forma en que es posible el enlace

de la multiplicidad de las representaciones intuitivas, afirmando que debe existir un

algo que nos permita que de todas esas representaciones producidas desde la

intuición, nosotros podamos comprender que confluyen en un elemento unificado.

Kant nos señala que este enlace que se puede dar entre las representaciones no

proviene de las sensaciones mismas ni tampoco de la intuición sensible, sino por

el contrario la intuición produce –si se puede decir así- una multiplicidad

representacional, dicha multiplicidad debe lograr ser reunida para que podamos a

través de ella conocer y pensar el objeto. El enlace entonces debe ser establecido

por un algo que no es intuitivo y que tampoco pertenece al pensar mismo, ya que

en el pensar se realiza una serie de actividades cognitivas que implican

necesariamente que previa al pensar exista una unidad de las representaciones

para que al pensar se pueda analizar una representación por ejemplo. Esta

capacidad de enlazar las representaciones pertenece al entendimiento, el cual es

distinto a la intuición y al pensar, pero que sin embargo, mantiene una relación

mutua con las otras dos. Este enlace propio del entendimiento es una síntesis, la

síntesis en Kant nos recuerda que en la constitución de la representación de un

objeto se presenta una síntesis de las representaciones intuitivas y que dicha

síntesis no es propia del objeto en si, sino que por el contrario es el objeto el

producto de la síntesis producida por el entendimiento.

Dicha unidad tampoco es categorial, tampoco pertenece al pensamiento, sino que

el pensamiento toma de dicha síntesis previa el objeto y lo puede enlazar a

conceptos para poderlo pensar.

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En §163 Kant nos propone que estudiemos esa unidad originalmente sintética,

para ello nos propone que el Yo pienso acompaña todas las representaciones,

para ser precisos la frase textual de Kant es: “El Yo pienso tiene que poder

acompañar todas mis representaciones” (Kant, B132, Pág. 80), aquí se nos

presenta una situación difícil, ya que podemos interpretar el Yo pienso, desde la

posición cartesiana, lo cual implicaría una referencia directa a nuestra capacidad

humana del pensar y a la definición de hombre propia de la modernidad. Pero

existe otro camino interpretativo, podríamos pensar el Yo pienso como una

afirmación de que algo es pensado por mi en mi unicidad, algo que es

determinado por mi particularidad. Mientras que en la primera posición el yo

pensante es una entidad universal, en la segunda es particular, luego se intentará

analizar la posición kantiana al respecto.

Continuando, ese Yo pienso, debe acompañar mis representaciones y además es

el que permite que yo pueda representarme algo en mí mismo, que algo pueda ser

recibido como una representación para mi propia conciencia, esta representación

no es sensible, no es intuitiva, no es pensada, pero unifica la intuición sensible y

es la materia prima –por decirlo así- de la posibilidad de pensar. Esta capacidad

de representación sintética por parte del entendimiento es la apercepción. La

apercepción es la que permite que la autoconciencia pueda discernir que las

múltiples representaciones que llegan a la intuición, todas ellas pertenecen a un yo

siempre idéntico, o si no, el yo quedaría preso de la multiplicidad de las

representaciones intuitivas:

3
B132.

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Es decir, sólo llamo mías a todas las representaciones en la medida

en que pueda comprender en una conciencia lo múltiple de las

mismas. De lo contrario, tendría un yo tan variopinto y diverso como

representaciones –de las que fuese consciente– poseyera. (Kant.

B134. Pág. 82)

La apercepción mantendría la posibilidad de que podamos reconocernos en

nuestras representaciones, inclusive que no sepamos de ellas de forma conciente,

pareciera aquí que Kant nos comenta que la apercepción fuera el fundamento de

la identidad yoica frente al mundo, ya que sin ella, cada sensación sería en sí

misma tan diversa a las otras que existiría un yo para cada una de las

sensaciones y no un yo unificador que permita la constitución de un mundo. Es

decir, para que podamos tener la posibilidad de intuir como una representación

está ligada a otra representación, es necesario que la apercepción unifique ese

enlace en una conciencia que siempre es idéntica:

Sólo gracias a que puedo enlazar un múltiple de representaciones

dadas en una conciencia es posible que yo mismo me represente la

identidad de la conciencia en estas representaciones, es decir, la

unidad analítica de la apercepción sólo es posible bajo la

presuposición de cierta unidad sintética. (Kant, B134. Pág. 81)

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La apercepción es la que marca, como una señal de propiedad, a cada una de las

intuiciones con el Yo pienso, el cual permite que yo pueda ser conciente de que

las representaciones que recibo provienen de una fuente idéntica que en este

caso es mí entendimiento.

Ahora bien, la posición de Kant va mucho más allá, al afirmar que el objeto mismo

de nuestra percepción está construido desde nuestro entendimiento: “Pero objeto

[O] es aquello en cuyo concepto se halla reunido lo múltiple de una intuición dada.”

(Kant. B137. Pág. 83). El objeto no es algo determinado “empíricamente”, sino

que él está construido desde mi subjetividad, pero no esta construido desde mi

voluntariedad, la subjetividad impone al mundo elementos de organización previos

a toda forma de sensibilidad (estética), dichos elementos son el espacio y el

tiempo, pero además de ello, la construcción de un objeto que pueda ser conocido

implica además que pueda ser representado para una conciencia que pueda

pensar dicho objeto. El objeto entonces no es algo ya dado, fuera de mí, sino es

una construcción de nuestra subjetividad humana y no una construcción aleatoria

del capricho humano.

Como una forma de concluir este apartado kantiano de la apercepción,

recordemos entonces que la apercepción, como acto del entendimiento, es la que

permite la producción de un objeto pensable, además que la apercepción es la

base para que nuestro mundo humano pueda ser comprendido por nuestra

conciencia, en la medida en que es la apercepción, la que marca en cada

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representación, el sello de una conciencia idéntica, que hace que dicho mundo

representable, sea una entidad que pueda ser analizada y pensada por nuestra

subjetividad.

Finalmente retomemos el punto que dejamos en suspenso previamente, para

situar la discusión, partamos de una problemática específica:

Que este pensar sea – como sugiere Kant – un pensar de un sujeto

(«de mí mismo») o las condiciones puras de todo pensamiento en

general, es cuestión muy debatible (y que ha sido debatida a menudo

por los neokantianos). Los resultados de la discusión no son ociosos;

no sólo puede cambiarse grandemente la interpretación de la filosofía

de Kant – haciendo de ella, según los casos, un subjetivismo

trascendental.

(http://culturitalia.uibk.ac.at/hispanoteca/lexikon%20der%20linguistik/

ao/APPERZEPTION%20%20%20Apercepci%C3%B3n.htm)

La anterior nota nos recuerda que existe la discusión de que si Kant al escribir

sobre la apercepción, el entendimiento y el pensar, lo hacía en una reflexión de lo

particular o como rasgo universal. Creo que dentro de la lectura del texto kantiano

podemos tomar que ambas posiciones son viables, tanto podemos entender que

la apercepción es un problema mío, en la medida es que es mí subjetividad la que

se coloca en juego en cada una de las representaciones propias de mí mundo,

pero también hay que comprender que esa capacidad es nuestra, hace parte de

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nuestras posibilidades como humanos y que dicha capacidad de construcción del

mundo es una capacidad que debe ser posible de ser compartida con la

comunidad humana, o sino se caería en un solipsismo, donde cada quien piensa

un mundo indistinto del de los otros, y por ello absolutamente incomunicable;

considero que ello no era la intención de Kant, sino precisamente lo contrario, que

sí es verdad que nuestro mundo es distinto al de las demás especies, pero que

ese mundo humano es un mundo compartible, necesariamente compartible para

que pueda ser existente entre nosotros mismos.

LA APERCEPCIÓN EN LA PSICOLOGÍA

En la historia de la psicología aparece el término apercepción en tres capítulos

principalmente.

El primero de ellos hace referencia al fundador de la psicología experimental

Wilhelm Wundt, dicho psicólogo pretendió estudiar de manera experimental y en

laboratorio. Dentro de los textos de historia de la psicología se encuentran varias

maneras como Wundt comprendió lo que era la apercepción:

Apercepción significa asimilación, inclusión de nuevas sensaciones, y

su síntesis en la totalidad de la conciencia. El sentimiento es la

reacción de apercepción ante un nuevo contenido sensorial. (Wolman.

Pág. 15)

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En esta primera aproximación, el autor (Wolman) sitúa a la apercepción como un

elemento psíquico integrador de sensaciones, lo cual de alguna forma nos

recuerda de una manera general la posición de Kant en lo referente que cómo la

apercepción es la encargada del trabajo de síntesis originaria de lo múltiple de la

intuición, pero en la lectura que realiza Wolman de Wundt nos muestra a éste

ultimo reduciendo la apercepción a una forma de atención que integra

sensaciones a nuestra conciencia y no como lo plantearía Kant como el elemento

unificador de nuestra conciencia en sí misma, es decir, lo que permite la existencia

de la conciencia.

En una línea similar se encuentra la lectura que realiza Hothersall de la

apercepción wundtniana:

Wundt consideraba la atención como un proceso mental que crea un

foco de conciencia. […] Los observadores de Leipzig eran entrenados

para distinguir en sus introspecciones entre sensaciones e ideas tanto

en el Blickfeld (campo de atención) como en el Blickpunkt (foco de

atención). Wundt llamó apercepción al proceso mental que lleva los

contenidos al foco de atención. (Hothersall. Pág. 129)

Hothersall –refiriéndose a Wundt- hace hincapié en la idea de la apercepción

como elemento integrador en nuestra atención, es lo que unifica nuestras

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percepciones para que seamos concientes de ella. Aquí la lectura de a

apercepción parece de cierta forma distinguirse más de la kantiana, nuevamente

se enlaza apercepción con la atención consciente del yo, la apercepción hace que

yo pueda ver alguna cosa y omite también lo que queda fuera de mi campo de

percepción, nuevamente se pierde la idea kantiana de la apercepción como

fundadora de la conciencia en el sentido de que es ella la que permite la

construcción de objetos posibles para ser pensados y más aún para ser percibidos

por la conciencia. Además de lo anterior, podemos recordar aquí que Kant nos

señala que la apercepción no es necesariamente consciente, pero que sí es

posible que sostenga nuestras representaciones concientes del objeto: “Es decir,

como representaciones mías (aunque no tenga conciencia de ellas en calidad de

tales) tienen que conformarse necesariamente a la condición única bajo la cual

pueden hallarse juntas en una autoconciencia común, porque, de lo contrario, no

me pertenecerían continuamente.” (Kant. B132. Pág. 81). Con lo anterior se

muestra que para Kant lo mío no es correlativo a lo conciente, sino a una forma de

subjetividad que construye mi identidad en las representaciones.

Finalmente encontramos la posición de Leahey, en dónde la referencia de Wundt

es mucho más extensa y nos demuestra indudablemente la tendencia kantiana de

Wundt.

Según Leahey, Wundt aborda el término apercepción para explicar la conciencia y

la atención:

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La conciencia parece ser como un gran campo poblado de elementos

ideacionales. Un área del mismo cae dentro del foco de atención, y

las ideas contenidas en la misma se perciben claramente. A los

elementos que se encuentran situados fuera del área focal apenas se

les siente como presentes y no pueden ser identificados. El foco de

conciencia se sitúa allí donde opera la apercepción, avivando los

estímulos hasta que se ven perfectamente claros. Los ítemes que

caen fuera del foco de la apercepción son únicamente aprehendidos;

no se les ve con claridad. (Leahey. Págs. 237-8)

Se adopta la posición ya establecida por los otros autores, pero señalando aún

más como la apercepción interviene en nuestra atención conciente de los objetos.

Continúa Leahey:

La apercepción era especialmente importante en el sistema de Wundt.

No solo era responsable de la síntesis activa de los elementos en

totalidades, sino que también explicaba las actividades mentales

superiores del análisis (que desvelaba las partes que componían una

totalidad) y del juicio. Era responsable de las actividades de relación y

comparación, que son las formas más simples de síntesis y análisis.

La síntesis propiamente dicha adopta dos formas distintas:

imaginación y entendimiento. La apercepción era la base de todas las

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formas superiores de pensamiento, tales como el razonamiento y el

uso del lenguaje, y representaba un papel fundamental en la

psicología de Wundt, tanto en su sección individual como en la social.

(Leahey. Págs. 237-8)

Es importante anotar que este autor al hacer referencia a la obra de Wundt utiliza

términos contemplados dentro de la CRP por Kant (síntesis, análisis, juicio,

imaginación, entendimiento, pensamiento, etc.), pero en un sentido diferente, por

ejemplo la síntesis y el análisis son colocados como formas derivadas de la

apercepción, pero si revisamos la posición kantiana, comprendemos que la

apercepción es principalmente síntesis y que es esta síntesis originaria de la

apercepción, la que permite que luego el pensamiento pueda analizar el objeto y

también relacionarlo con otros objetos, es como si Leahey (escribiendo sobre

Wundt) confundiera entre una apercepción originaria y nuestra capacidad

pensante de asociar representaciones o de des-asociarlas4.

Finalmente Leahey concluye su revisión de la teoría wundtniana:

El énfasis que Wundt ponía en la apercepción muestra la naturaleza

voluntarista de su sistema. Si para este autor ni la mente ni el sí

mismo remitían a ninguna sustancia, ¿a qué atribuía Wundt nuestro

4
Han sido tantas las veces en que se han leído mal interpretaciones sobre el sentido de los psicólogos no
norteamericanos por parte de los historiadores, que ya no se puede argumentar que el error sea de Wundt, por
eso se prefiere plantear que el error es de Wundt leído por Leahey.

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sentido de sí mismo y el sentimiento de que tenemos mente?

Precisamente es este sentimiento el que proporciona la respuesta. La

apercepción es un acto voluntario de la voluntad por el cual

controlamos y damos unidad sintética a nuestra mente. (Leahey.

Págs. 237-8)

La apercepción es voluntaria, posición opuesta a la de Kant; la apercepción es lo

que hacemos para controlar y producir la unidad sintética a nuestra mente, es

decir, que según Leahey, Wundt pensaba en una mente dividida, una mente

voluntariosa y consciente que decide unir la percepción para que otra parte de la

mente, la cual también es voluntariosa y conciente, pueda pensar. Es tal vez una

de las posiciones más contradictorias pero a la vez que utiliza más términos

kantianos dentro de lo que se argumenta sobre la teoría de Wundt, encontramos

ya –si le creemos a Leahey- una distorsión profunda por parte de este primer

psicólogo experimental del concepto kantiano de apercepción, el cual queda

reducido a una capacidad mental.

Leahey nos ilustra sobre el destino de la apercepción en la psicología, y

especialmente la norteamericana que es la que nos interesa en este ensayo 5. Un

alumno de Wundt -Titchener- llevó las investigaciones psicológicas de Europa a

los Estados Unidos, pero omitió totalmente el estudio de la apercepción, redujo el

5
Omitimos en este ensayo la posición de Freud, el cual abordó dentro de su teoría la apercepción, y nos
orientaremos más a la psicología norteamericana ya que es allí dónde surgen los test aperceptivos.

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estudio de la atención wundtniano a sólo la investigación experimental sobre las

sensaciones.

LOS TEST APERCEPTIVOS

Inicialmente ubicamos el término apercepción dentro del uso que le han dado los

psicólogos y encontramos que dentro de las referencias históricas se considera a

Wundt como uno de los pocos que la utilizaron dentro de su reflexión teórica,

hallamos además que según las referencias obtenidas el uso que le dio Wundt a

las apercepción, aunque parece inspirado en Kant, resulta opuesto y diverso.

El tema de la apercepción aparece de nuevo con fuerza en lo referente a su uso

en los llamados test proyectivos. Uno de los más famosos test proyectivos es el

denominado T A T6 (Test de Apercepción Temática), el cual fue desarrollado en

1935 por H. A. Murray y Christina D. Morgan en la Clínica Psicológica de Harvard.

Es el propósito de este ensayo el analizar la forma como éstos autores

comprenden la apercepción y compararla con la prominente posición kantiana,

analizar si existe alguna relación o no y finalmente extraer conclusiones del uso

conceptual del término, con el fin de determinar la rigurosidad conceptual de dicho

uso.

6
Thematic Apperception Test.

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Para esta reflexión se abordan dos testo principalmente el de Murray 7 y el muy

conocido y utilizado texto de Bellak y Abrams 8. LO que inicialmente se puede

esperar del texto de Murray es que nos introduzca conceptualmente al problema

de la apercepción como concepto clave para la comprensión de la prueba, ya que

la marca distintiva de dicho test digamos frente al test de las manchas de tinta o

más conocido Test de Rorschach es que el TAT es aperceptivo mientras que el

segundo no.

Alguien podría hacer la referencia que en el caso del texto citado es solo un

manual para la aplicación y que allí no está el texto original, ello sería cierto, pero

suponemos que para que alguien pueda aplicar un test es condición ineludible el

conocimiento de los conceptos que fundamentan dicho test y ello no puede ser

librado al conocimiento que se supone que deba tener el psicólogo, es decir, para

una correcta aplicación del test, el psicólogo debe comprender plenamente lo que

es la apercepción o si no, se correría el riesgo de que la interpretación sea

errónea.

Buscamos entonces en el corpus del texto la referencia ineludible a la apercepción

como fundamento del test y nos encontramos con una sorpresa, en ningún

momento el texto aborda de ninguna manera la conceptualización del término

apercepción. Ello nos indica que para aplicar el TAT no es necesario saber que es

la apercepción, no importa el marco de referencia que se tenga sobre dicho

término, él no es necesario para su aplicación e interpretación. La interpretación

7
Murray, Henry. Test de Apercepción Temática (TAT) Manual para la aplicación. Ed. Paidós. Buenos Aires.
1975.
8
Bellak, L. y Abrams, D. TAT, CAT y SAT uso clínico. Ed. Manual Moderno. México. 1997.

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de dicho test apuntaría más hacia el estudio del supuesto mecanismo psíquico de

la proyección que hacia alguna forma de comprensión de la apercepción.

Pero aún conservamos la esperanza de realizar nuestro cometido ya que el texto

de Bellak no es un manual de aplicación, sino que es un texto que pretende

presentar e introducir al estudio de no sólo el TAT, sino también de otras pruebas

hijas de la anterior, como lo son el CAT y el SAT. Bellak no sólo es más conocido

que el propio Murray frente a los test aperceptivos, sino que además fue su colega

en vida, lo cual hace que tenga un conocimiento de primera mano, estamos

entonces ante toda una autoridad mundial del uso y conceptualización del TAT,

CAT y SAT. Nuevamente el concepto de apercepción brilla por su ausencia, ni en

la parte teórica, ni en el índice, en ninguna parte esta el término, es toda una

sorpresa, ya que sinceramente se esperaba poder hacer una relación entre la

concepción psicológica y la kantiana frente a la apercepción, pero este tipo de

psicología decepciona por su notorio vacío conceptual, al parecer la apercepción

del test es sólo una relación de sonoridad publicitaria y nada más. Ahora surge

una conclusión de este recorrido, que no es inoficioso, que no es inútil el análisis

del uso conceptual de la psicología por parte de la rigurosidad de la filosofía,

repito: no es inútil.

BIBLIOGRAFÍA

Bellak, L. y Abrams, D. TAT, CAT y SAT uso clínico. Ed. Manual Moderno. México.
1997

Hothersall, David. Historia de la Psicología. Ed. McGraw Hill. México. 1997

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Kant, Inmanuel. Deducción trascendental de los conceptos puros del


entendimiento (Segunda edición, B 129 – B 169). Traducción de Gonzalo Serrano.
En: Ideas y valores nº 123 diciembre de 2003 Bogotá.

Leahey, Thomas. Historia de la Psicología. Ed. Prentice Hall. Madrid. 1998

Murray, Henry. Test de Apercepción Temática (TAT) Manual para la aplicación.


Ed. Paidós. Buenos Aires. 1975.

Wolman, Benjamín. Teorías y sistemas contemporáneos en Psicología. Ed.


Martínez Roca. Barcelona. 1968

http://culturitalia.uibk.ac.at/hispanoteca/lexikon%20der%20linguistik/ao/APPERZE
PTION%20%20%20Apercepci%C3%B3n.htm

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