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Capítulo I
Promesa de contrato

1. ETIMOLOGÍA Y RESEÑA HISTÓRICA


Promesa viene del latín promissa, plural de promissus, que signiica expresión
de voluntad de dar a uno o hacer por él una cosa. También signiica oferta u
ofrecimiento de ejecutar una determinada obligación y que puede engendrar
consecuencias jurídicas.
Nos vamos a circunscribir al desarrollo histórico de Roma y Chile, que como se
podrá observar su contenido es idéntico a nuestro ordenamiento jurídico.
A) EN ROMA

La promesa de contrato como tal no estaba regulada, como si lo fueron los


contratos verbales reales y consensuales. Pero si fue regulado a través de
la igura de la stipulatio, que se caracterizaba por ser un contrato verbal y
unilateral, llamado strictis juris o de derecho estricto, consistente en que el futuro
acreedor interrogaba al futuro deudor para que este le manifestara que aceptaba
la obligación. Si bien no se coniguraba como un contrato de promesa, este se
determinaba por llegar a un acuerdo o convenio consistente en establecer un
compromiso de hacer sobre una prestación mutua, la cual daba origen a celebrar
un contrato posterior de manera deinitiva.
Por las características del acto compromisorio se puede destacar su inominabilidad
en la regulación romama y dentro de esta la posibilidad de generar una obligación
principal que da origen a la promesa con la obligación de celebrar el contrato
prometido.
200 LISANDRO PEÑA NOSSA

B) EN CHILE

Conocer su evolución dirigida por Don Andrés Bello, es de suma importancia,


porque nuestro ordenamiento jurídico es muy cercano al del Código Civil chileno.

1) Antes de 1847 no se reglamentó el contrato de promesa, aplicándose a esta


igura las normas generales regulatorias a convenciones y contratos.
2) En 1853 presentó un proyecto referido a la promesa, recogido en el artículo
1733 que señaló: “la promesa de celebrar un contrato especiicándolo en todas
sus partes, es una obligación de hacer, y está sujeta a lo dispuesto en el artículo
precedente; a menos que el contrato sea de aquellos que se perfeccionan por el
sólo consentimiento de los contratantes, en cuyo caso la promesa equivaldrá
al contrato mismo. La promesa de un contrato que las leyes declaran ineicaz,
no tendrá valor alguno”.
El art. 1732, al cual hace referencia el artículo trascrito, expresaba: “toda
obligación de hacer una cosa se convierte, a elección del deudor, en la de
indemnizar los perjuicios si no se hace la cosa. Mas, en este caso, el acreedor, si
la cosa de que se trata puede ejecutarse por un tercero, tendrá derecho a que se le
autorice para hacerla ejecutar a expensas del deudor, quedándole siempre a salvo
la indemnización de perjuicios”.
Las características de la promesa en dicho proyecto de código son:
• El contrato es consensual. En el proyecto no se establecía ninguna formalidad
a la que debía someterse.
• En la promesa se airma que debe especiicarse el contrato.
• Contiene la promesa una obligación de hacer.
• Cuando el contrato es consensual, la promesa equivale al contrato prometido.

3) El ilustre jurista Bello consideró viable el contrato de promesa cuando este era
real o solemne y lo negó cuando era consensual.
El Código Civil chileno, en su art. 1554 consagra el contrato de promesa con el
mismo alcance y contenido al proyecto de Andrés Bello, al prevenir:
“La promesa de celebrar un contrato no produce obligación alguna; salvo que
ocurran las circunstancias siguientes:
1ª que la promesa conste por escrito;
2ª que el contrato prometido no sea de aquellos que las leyes declaran ineicaces;
3ª que la promesa contenga un plazo o condición que ije la época de la celebración
del contrato;
4ª que en ella se especiique de tal manera el contrato prometido, que solo falten
para su perfección, la tradición de la cosa, si el contrato es real o las solemnidades
que las leyes prescriban”1.

1
BONIVENTO FERNÁNDEZ, JOSÉ ALEJANDRO. Los principales contratos civiles y su paralelo con los
comerciales. Tomo I, Edit. Librería del Profesional. Bogotá, 1991.
PARTE 2- CAP. I PROMESA DE CONTRATO 201

C) EN COLOMBIA

1) Primera etapa: en el Código Civil de la Unión de 1886 en el art. 1620 del


Código Civil del Estado Soberano de Cundinamarca, se consagra el contrato
de promesa y es idéntico al art 1554 del Código Civil Chileno, por lo cual nos
remitimos a ella.
2) Segunda etapa: en el Código Civil de la Unión de 1887 se elimina esta igura,
al negarle una utilidad práctica. El Art. 1611 enfatizó: “la promesa de celebrar
un contrato no produce en ningún caso obligación alguna”.
3) Tercera etapa: esta surge a partir de 1887 hasta hoy, mediante la cual se con-
sagra el contrato de promesa y en el art 89 de la ley 153 del 15 de agosto de
1887 señaló: “la promesa de celebrar un contrato no produce obligación algu-
na salvo que concurran las circunstancias siguientes:
1. Que la promesa conste por escrito;
2. Que el contrato a que la promesa se reiere no sea de aquellos que las
leyes declaran ineicaces por no concurrir los requisitos que establece el
artículo 1511 del Código Civil;
3. Que la promesa contenga un plazo o condición que ije la época en que ha
de celebrarse el contrato,
4. Que se determine de tal suerte el contrato, que para perfeccionarlo solo
falte la tradición de la cosa o las formalidades legales”.

Los términos de un contrato prometido solo se aplicarán a la materia sobre la que


se ha contratado.
Queda derogado el art 1611 del Código Civil.

2. FUNCIÓN ECONÓMICA
El contrato de promesa tiene una razón económica singular, cual es la de asegurar
la confección de otro posterior, cuando las partes no lo desean o están impedidas
para hacerlo de presente por una cuestión de hecho (–someter el vehículo a examen
técnico detallado–) o de derecho (–el bien está embargado–). Es instrumento
que permite precaver un negocio jurídico diferente, siendo su naturaleza la de
un contrato preparativo de orden general, por lo que es de carácter transitorio y
temporal.
También permite que en esta etapa previa el adquirente veriique que el bien no
carezca de vicios, que preste el servicio inherente a su naturaleza y que no vaya
a estar sujeto a fraudes o engaños.
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3. CONCEPTO
El Código Civil colombiano no lo deine pero de los requisitos contenidos en el
art 89 de la ley 153 de 1.887, podemos concebir el concepto diciendo que es un
precontrato escrito, en virtud del cual dos partes acuerdan celebrar un contrato
posterior o deinitivo, cuando se cumpla el plazo o condición acordado por ellos.
Así mismo Christian Larroumet, deine “El precontrato es un contrato
provisional y previo destinado a preparar la celebración de un contrato que va a
ser deinitivo”2.

4. SUJETOS
Son sujetos del contrato, las personas interesadas en celebrarlo.

5. CARACTERÍSTICAS
a) Consensual. Como el comercio ha de ser ágil y dinámico, no puede estar
revestido de formalidades lo que explica que artículo 824 del Código de Comercio
diga que “los comerciantes podrán expresar su voluntad de contratar u obligarse
verbalmente, por escrito o por cualquier modo inequívoco”. Si observamos con
atención el comercio moderno, no es atrevido aseverar que hoy la mayoría de los
contratos son consensúales, pues se forman por la sola voluntad de las partes,
sin recurrir a formas especiales. Nacen del intercambio puro y simple de las
voluntades de los contratantes. La voluntad es todo.
En in, los contratos son esencialmente consensúales, los formalismos quedan
relegados como una exigencia ad probationen.
Sobre el punto ha dicho la Corte Suprema de Justicia: “Es preciso anotar,
primeramente, que esa disposición (art. 861) no reprodujo el artículo 89 de la
ley 153 de 1887, en punto de las solemnidades requeridas para la existencia
y validez del contrato de promesa, omisión de la cual se puede inferir que el
legislador mercantil plasmó el principio de la consensualidad para la promesa
comercial de contratar. El texto comercial así redactado constituye, en efecto,
una aproximación casi total al artículo 1733 del proyecto de 1853 elaborado por
Don Andres Bello; ordenamiento que a su turno se conformaba con el principio
fundamental según el cual las obligaciones nacen del solo consentimiento de las
partes.
”El artículo 861 del Código de Comercio coincide en lo fundamental con el
anotado del proyecto de Bello, y esa identiicación necesariamente indica que
se acogió la idea allí plasmada y que reconoce, por tanto, la consensualidad del

2
LARROUMET, CHRISTIAN, Teoría general del contrato, vol. 1, Editorial Temis S.A., Bogotá, 1999.
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contrato de promesa, como regla general, ya que es norma especial respecto


del artículo 89 de la ley 153 de 1887; ordenamiento con el que es incompa-
tible en el campo comercial. Viene de ahí que cuando la promesa mercantil se
reiere a contratos reales o solemnes adquiera su pleno signiicado jurídico, de
manera autónoma, y que indefectiblemente emerge de ella el deber de celebrar-
los imponiendo obligaciones de hacer, aunque no esté consagrada en un escrito,
si por otra parte reúne las condiciones de existencia y validez de todo negocio
jurídico.
”Tratándose del contrato de promesa, el artículo 861 ejusdem no exige
formalidades especiales para su formación, como singularmente sí lo hace en
relación con la promesa de contrato de sociedad (art. 119). De consiguiente,
siendo la consensualidad un principio cardinal de la ley comercial, el cual
indudablemente traduce las necesidades de los comerciantes, quienes requieren
instituciones jurídicas que les permitan una contratación fácil, rápida y expedita;
y siendo la solemnidad la excepción a la regla, se impone un criterio restrictivo
de interpretación en materia de solemnidades, que, por su especiicidad, rechaza
todo intento de generalización y de analogía”3.
b) Bilateral, cuando las partes contratantes se obligan recíprocamente, en este
caso a celebrar el contrato prometido derivándose obligaciones recíprocas. Esta
característica permite dar aplicación al art. 870 del Código de Comercio que
expresa: “en los contratos bilaterales, en caso de mora de una de las partes,
podrá la otra pedir su resolución o terminación con indemnización de perjuicios
compensatorios o hacer efectiva la obligación, con indemnización de los
perjuicios moratorios”.
c) Principal, subsiste por sí misma sin necesidad de otra convención y en tal
virtud es autónomo e independiente.No puede considerarse como accesorio de
otro, en razón a que hay una total escisión entre el contrato de promesa y el
contrato deinitivo.
d) Oneroso, porque hay un beneicio para los contratantes, gravándose cada uno
en beneicio de otro. Así mismo hace responsables a las partes hasta la culpa leve
en el cumplimiento del contrato, salvo estipulación expresa en contrario (Art.
1604 del C. C.).
e) Nominado, porque lo regula el Código de Comercio en concordancia con el
Código Civil.
f) De libre discusión, porque en ejercicio de la autonomía de la voluntad, las
partes señalan el plazo y las demás condiciones para su celebración.

3
C. S. de j., cas. civ., sent. de 13 noviembre 1981, m. p. Alfonso Guarín Ariza.
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La promesa de celebrar un contrato genera para sus estipulantes, como obligación


propia, el deber de perfeccionar el contrato prometido (obligación de hacer).
Por ejemplo, irmar el escrito que contiene el contrato; este escrito puede ser la
escritura pública, o un documento privado auténtico.
En la etapa precontractual puede convenir que se entregue el bien que se va a
transferir o simplemente traspasar la mera tenencia, o entregar el bien antes de
perfeccionarse el contrato prometido (obligación de dar).
Los promitentes pueden estipular que las partes o una de ellas se abstengan de
realizar un acto como condición para que surja el contrato (obligación de no
hacer). Por ejemplo, estipular en la promesa que uno de ellos no ejecute actos
de comercio por un tiempo determinado, respecto de la actividad de la sociedad
comercial a la cual va a ingresar como socio.
Provisional y transitorio, por cuanto no se trata de un pacto perdurable, ni está
destinado a crear una situación jurídica de duración indeinida y de efectos
perpetuos.

6. REQUISITOS DE LA PROMESA
Es cierto que el Código de Comercio no menciona las formalidades de la promesa;
simplemente se limitó a decir “que la celebración del contrato se someterá a las
reglas y formalidades del caso” (art. 861), y así lo preceptúa, en otras palabras
en el artículo 824, al manifestar que “cuando una norma legal exija determinada
solemnidad como requisito esencial del negocio jurídico, este no se formará
mientras no llene tal solemnidad”.
De lo expresado se puede airmar que la consensualidad es el principio general
de los actos y operaciones mercantiles, por razón del dinamismo, la movilidad, la
celeridad y la eicacia que caracteriza el mundo de los negocios. A contrario sensu,
en materia mercantil la solemnidad es la excepción, como en la compraventa
de aeronaves, buques, iducia, leasing, entre otros, en los que se exige, para
su validez, llevar el contrato a escritura pública, y registrarla en la cámara de
comercio y en la entidad correspondiente para que el negocio sea oponible a
terceros4.
Pero cuando la ley comercial habla de formalidades, surge esta pregunta: ¿a qué
formalidades se reiere el artículo 824 del Código de Comercio? La respuesta nos
la da el artículo 822 del mismo código que nos remite al 89 de la ley 153 de 1887,
que consagra expresa y tácitamente los requisitos que se deben tener en cuenta
para la formación del acto y sus efectos. Este texto dice:

4
Oicina de Registro de Instrumentos Públicos, Capitanía del Puerto, Aeronáutica Civil,
Departamento de Tránsito y transporte, según el caso.
PARTE 2- CAP. I PROMESA DE CONTRATO 205

“La promesa de celebrar un contrato no produce obligación alguna, salvo que


concurran las circunstancias siguientes:
”1. Que la promesa conste por escrito5. Por tal se entiende que es un documento
privado o público (quirógrafal) el cual tiene una doble inalidad, por una parte ser
tenido como un acto solemne ad sustantiam y por la otra ad probationem.
”Tal escrito dice Perez Vives: puede consistir en una carta o en un telegrama.
Pueden ser varios los documentos escritos en que conste el consentimiento. Lo
fundamental es que ambas partes irmen la promesa”6.
”2. Que el contrato a que la promesa se reiere no sea de aquellos que las leyes
declaran ineicaces por no concurrir los requisitos que establece el artículo 1511
del Código Civil [debió citarse el art. 1502]7. El cual expresa: para que una
persona se obligue a otra por un acto o declaración de voluntad, es necesario:
1) que sea legalmente capaz; 2) que consienta en dicho acto o declaración y su
consentimiento no adolezca de vicio; 3) que recaiga sobre un objeto lícito; 4) que
tenga una causa lícita”.
“La capacidad legal de una persona consiste en poderse obligar por si misma o
sin el ministerio o la autorización de otra”.
Los citados elementos son los que se reieren a toda clase de contrato y la omisión
de estos o de las formalidades que la ley prescriba para el valor de ciertos actos o
contratos en consideración a la naturaleza de ellos, acarrean inexorablemente la
nulidad absoluta (C. C. art 1.741).
Es importante destacar que el marco conceptual de la ineicacia del negocio
jurídico en el Código Civil (Art. 1741) compromete el objeto, causa, capacidad
y consentimiento frente al acuerdo de voluntades acarreando la nulidad absoluta
del contrato. En el Código de Comercio se otorga un sentido genérico a ineicacia:
i. anulabilidad o nulidad relativa (Art. 900), ii.inexistencia (Art. 897-898), iii.
ineicacia liminal (Art. 897), iv.nulidad absoluta (Art. 899) y v. la inoponibilidad
(Art. 901) por lo tanto algunos elementos de la promesa de contrato mercantil no
acarrean siempre la nulidad absoluta como es en el Código Civil8.

5
C. S. de J., Sala de Casación Civil, sent. de 2 julio 1963.
De este requisito ha expresado la Corte: “Cuando se invoca promesa de contratación en
ausencia de escrito que la encierre proveniente de ambas partes, nada hay que no sea una simple
airmación de hecho desamparada de respaldo en los autos, sin relieve jurídico y sustancialmente
inepta como causa para pedir. Es tanto como la airmación de que un instrumento negociable
fuese emitido de viva voz, porque en esta materia lo mismo que en la promesa de contrato es
categórica la necesidad de un escrito que los contenga. No es entonces cuestión de inexistencia
o nulidad absoluta: en tales eventos sucede apenas que no son aplicables las normas rectoras de
la promesa de contrato o de los instrumentos negociables”.
6
BONIVENTO, JOSÉ. El contrato de promesa. 2 edic. Librería del Profesional. Pag. 67.
7
Signiica que debe reunir todos los requisitos que la ley exige para la validez de un contrato;
que los contratantes sean capaces, que su consentimiento esté libre de vicios y que el objeto y
la causa del contrato sean lícitos.
8
En este libro se puede encontrar la explicación conceptual de los términos y su extensión frente
206 LISANDRO PEÑA NOSSA

“3. Que la promesa contenga un plazo o condición que ije la época en que ha de
celebrarse el contrato9”;
“Que se determine de tal suerte el contrato, que para perfeccionarlo solo falte la
tradición de la cosa o las formalidades legales”10.

a la regulación comercial. Parte I. Cap. 2. Núm 4. “Ineicacia de los negocios jurídicos en el


Código de Comercio”.
9
C. S. de J., Sala de Casación civil, sent. de 19 mayo 1969.
Al respecto dice la Corte: “El tercero de los requisitos que la ley exige para que el contrato de
promesa produzca efectos civiles es, como ya se dijo, que contenga un plazo o condición que
ije la época de la celebración del contrato.
“La ley contempla de manera expresa que el plazo o condición ije la época para la celebración
del contrato prometido; si el plazo o la condición fueren indeterminados en cuanto al tiempo,
no ijan la época de tal celebración y la promesa carece de validez jurídica.
“Este tercer requisito fue el que el tribunal halló falto en el contrato de la promesa de compra-
venta a que se reiere la demanda inicial del juicio, porque en la cláusula quinta del documento
respectivo se dejó a la mera voluntad del prometiente comprador señalar la fecha para el otor-
gamiento de la respectiva escritura pública, dando aviso a la prometiente vendedora con quince
días de anticipación, por lo menos.
“De aquí dedujo el sentenciador que la promesa «no contiene la época para el cumplimiento de
la obligación»; que el otorgamiento de dicha escritura quedó sometido a día incierto e indeter-
minado, puesto que dependiendo su ijación de la simple voluntad del prometientecomprador,
«no se sabe si ha de llegar, ni cuando», que el día incierto e indeterminado es siempre una
verdadera condición, como lo preceptúa el artículo 1141 del Código Civil, sujeto a las reglas de
las condiciones; que la condición a que se sometió la promesa de compraventa es potestativa y
dependiente de la voluntad del prometiente comprador, que dicha condición es puramente po-
testativa, por lo cual las obligaciones contraídas bajo tal condición son nulas, según el artículo
1535 del Código Civil, inciso l˚; y que, en consecuencia, el contrato suscrito en esta forma es
ineicaz conforme al artículo 89 de la ley 153 de 1887.
“En estas condiciones el tribunal aplicó rectamente la disposición últimamente citada y no hay
base, en consecuencia, para quebrar el fallo acusado”.
10
C. de J., Sala de Casación Civil, sent. De 6 noviembre 1968.
Los términos de un contrato prometido solo se aplicarán a la materia que se ha contratado.
La Cortes Suprema ha dicho: “La cuarta de las condiciones ineludiblemente exigidas por el artí-
culo 89 de la ley 153 de 1887 para que la promesa de celebrar un contrato produzca obligación,
es que se determine de tal suerte el contrato, que para perfeccionarlo sólo falte la tradición de
la cosa o las formalidades legales. No le bastó al legislador que en la convención promisoria se
señalase la especie del contrato prometido y se consignaren indicaciones vinculatorio, sino que
como lo reza el texto legal transcrito, se impuso la precisión de que se determine de tal suerte
el contrato, que para perfeccionarlo solo falte la tradición de la osa o las formalidades legales.
La razón de ser de esta severidad acerca de la determinación del contrato futuro en el acto de
su prometimiento es obvia: porque si la obligación de los prometientes de un contrato futuro,
es como ya se dijo, obligación de hacer o sea la de celebrarlo, y si, por lo mismo el objeto de la
promesa no es otro que la celebración del contrato prometido, resulta que para la promesa de
contrata pudiera lograr su inalidad en el comercio da a controversias, tenía el autor de la ley que
exigir, como requisito sine qua non de su eicacia, el que se determinase el contrato prometido
en todos sus elementos estructurales hasta el punto de que para ser celebrado posteriormente,
mediante el empleo de eso cabales elementos, sólo restase en orden a su perfeccionamiento
la tradición de la cosa, cuando el contrato fuese real, o las formalidades legales, cuando estas
fuesen requeridas por el derecho, como en los contratos solemnes”.
PARTE 2- CAP. I PROMESA DE CONTRATO 207

Este requisito establece que no es una obligación pura y simple y que la condición
debe estar determinada por el tiempo.
Igualmente exige a las partes que estipulen la época que con certeza han de cumplir
lo convenido. La Corte Suprema de Justicia al respecto dijo: “la obligación que
asumen las partes al celebrar el contrato de promesa no es pura y simple, o sea que
como consecuencia de su perfeccionamiento no nace con el carácter de exigible.
En efecto, si por razón del contrato de promesa, el prometido debiera celebrarse
de inmediato, aquél sería completamente inocuo”11.
En lo tocante al vocablo, época, se reiere es al día en que ha de celebrarse el
contrato prometido. La Corte Suprema ha dicho al respecto: “el Código Civil
emplea la palabra época en dos sentidos: en la mayoría de las veces (Art. 92, 799,
1551 y 1882) la usa en su acepción tecnológica de instante o momento, esto es,
de un breve espacio de tiempo que sirve de punto de referencia para calcular o
medir la duración del mismo tiempo. En otras ocasiones (Art. 97, 108, 215) la
toma en el sentido ordinario de intervalo, período o espacio de tiempo. El ordinal
3 del art 89 de la ley 153 de 1887, la emplea en la primera de las acepciones
anotadas, o sea, como sinónimo de instante o momento. En dicho precepto “ijar
la época” equivale a señalar o determinar el momento preciso y cierto en que ha
de celebrarse la convención prometida. No se opone, sin embargo, a la índole
provisional de contrato de promesa entender el vocablo época en el sentido vulgar
de espacio más o menos prolongado de tiempo, como un día, una semana, un mes
o un año, para admitir la ijación de un período de esta clase como época de la
celebración del contrato, con tal que se lo designe y delimite en forma precisa
y que no quede incertidumbre alguna sobre él cuando se dé esa celebración”12.
La Jurisprudencia ha complementado que si para el perfeccionamiento se requiere
el otorgamiento de escritura pública, es correcto indicar en cual notaría habrá de
realizarse el acto porque en caso contrario habría indeterminación del objeto del
contrato de promesa13.
“4. Que se determine de tal suerte el contrato que para perfeccionarlo solo falte la
tradición de la cosa o las formalidades legales. Nuestra Corte Suprema de Justicia
en Sentencia de septiembre 25 de 1979 expresó sobre este particular tema: “En
frente a lo preceptuado por la regla 4 del art 89 de la ley 153, la doctrina y
la jurisprudencia han interpretado siempre esa disposición legal en el sentido
de que, cuando la promesa verse sobre contrato de enajenación de un inmueble
como cuerpo cierto, éste se debe determinar o especiicar en ella por los linderos
que lo distinguen de cualquier otro, y cuando se reiere a una cuota o porción de
otro de mayor extensión, debe también individualizarse éste en la misma forma,
es decir, por sus alinderaciones especiales.

11
Corte Suprema de Justicia. Sent Enero 31 de 1977.
12
Corte S. de Justicia. Sent. 1 de junio de 1965 CXI Y CXII.
13
Jurisprudencia y Doctrina 1979. pag 51.
208 LISANDRO PEÑA NOSSA

”La razón de esta doctrina, que otrora se hacía estribar en el contenido del art 2594
del Código Civil, se encuentra hoy en las ordenaciones del derecho del decreto
960 de 1970, según las cuales los inmuebles que sean objeto de enajenación “se
identiicarán por su nomenclatura, por el paraje o localidad donde están ubicados
y por sus linderos (art. 31)”.Y es que en tratándose de inmuebles no es admisible
otra manera o forma de determinarlos legalmente.
”Ello no obstante, para que el objeto del contrato exista y pueda ser conocido por
las partes no se requiere que en la promesa esté determinado, sino que es suiciente
que pueda serlo posteriormente; en tal supuesto se habla de cosa determinable;
determinabilidad expresamente autorizada por el artículo 1518 ejusdem, norma
que en su segundo inciso hace permisible tener la cantidad como incierta, con
tal que el acto o contrato ije o contenga datos que sirvan para determinarla”14.

14
CORTE SU PREMA DE JUSTICIA. Sentencia de septiembre 25 de 1979.

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