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Ámbitos Folklóricos Argentinos

En esta ocasión hablaremos sobre las diferentes regiones que componen el mapa folklórico de


nuestro país. Los bailarines y docentes las conocemos como "ámbitos folkóricos". Como en tantos
otros temas, largas discusiones se han dado en torno a la división cultural (no geográfica) de nuestro
extenso territorio según las características comunes a cada región. Diferentes autores han expresado
sus opiniones al respecto, y espero encuentres interesantes sus fundamentos. 

Las Regiones Folklóricas según BRUNO JACOVELLA: este reconocido investigador se enfoca


principalmente en los aspectos históricos. Sobresalta la UNIDAD  de la conformación cultural
argentina: las ciudades antecedieron a las aldeas, imponiéndoles las instituciones, la lengua y la
religión. Sostiene que esa UNIFORMIZACION continuó aún después de la emancipación, siendo
Buenos Aires un polo difusor de la cultura a todo el país que da por resultado un modelo nacional casi
impuesto, sin atender a criterios regionales. Por ello, para zonificar el folklore, toma el período que va
desde mediados del siglo XIX hasta principio del siglo XX, aunque él confeccionó su clasificación al
final de los años cincuenta. Excluye al CHACO y la PATAGONIA, por haber permanecido en esa franja
de tiempo «aislados» de la cultura «criolla», considerándolos conglomerados étnicos que aún no
conforman un folklore. Jacovella considera y define cinco regiones:
·        La región de la Cultura Peruana
·        La región de Influencia Chilena
·        La región pampeana
·        La Mesopotamia
·        La Puna

Las Areas de Cultura Folk según Enrique Palavecino: Este autor reacciona contra los investigadores
que minimizan las zonas de notable presencia aborigen. Para incluirlas dentro del folk, propone una
sólida definición de AREA:

    «...aquellas regiones en que la vida de la población rural o aldeana se desenvuelve o se ha


desenvuelto y de ellas quedan rasgos supervivientes (...) comunidades relativamente poco
numerosas,  producción local o regional de los bienes para la alimentación, el vestido y la vivienda,
determinando un alto grado de autosuficiencia económica del  grupo familiar, de la comunidad
aldeana y del área cultural; tecnología simple, manual o elementalmente mecanizada, con muy escasa
especialización profesional; marcada dependencia del marco geográfico; grupo social fundado sobre
las relaciones familiares (consanguineidad y parentesco político); predominancia de las reglas de
conductas tradicionales en todos los órdenes de la vida; notable importancia de la religión y de la
magia que interpenetran en la vida de la comunidad (ciclo económico anual, etapas del ciclo vital del
individuo, actos jurídicos, trabajo y descanso, crimen y castigo); homogeneidad cultural y genética con
notable coherencia e integración funcional; cambio cultural lento.»

            Divide el territorio en dos sectores: OCCIDENTAL (árido) y LITORALEÑO (húmedo), los cuales


contienen a las diversas AREAS: 
·        OCCIDENTAL: Altiplano, cordillera hasta Cuyo, Sierras Pampeanas, zona santiagueña hasta el
borde occidental del Chaco. Reciben la influencia aborigen que encontraron los españoles en la
región, determinando actividades como el pastoreo de la llama, intenso cultivo, organización social
estratificada, metalurgia y tejido.
·        LITORALEÑO: Mesopotamia, parte de la llanura pampeana (zonas santafesina y bonaerense),
parte de la llanura chaqueña en contacto con al anterior. Como influencia aborigen, sobreviven la
ausencia de pastoreo, cultivos de carácter tropical y subtropical, organización social más flexible y
tecnología muy primitiva.
              Dentro de esta zonificación, establece las ÁREAS, a  las cuales  CONSIDERA COMO
FOLKLÓRICAMENTE DEFINIDAS DESPUÉS DE MEZCLARSE CON LOS RASGOS HISPANICOS, a comienzos
del siglo XII:
·        OCCIDENTAL: Puna, Noroeste, Meleros
·        LITORALEÑO: Vaquerías, Agricultores tropicales, Araucanos del Neuquén.
Los Ámbitos Folklóricos según Augusto Raúl Cortazar: Cortazar en su estudio evita el término
REGIONES, por considerar que remite sólo al aspecto geográfico y por ello elige AMBITOS, al cual
considera más abarcativo. Tiene en cuenta:
·        El factor ANTROPOGEOGRAFICO, es decir no el clima o la tierra aisladamente, sino la relación
que el HOMBRE tiene con su medio ambiente.
·        El factor HISTORICO-CULTURAL, es decir lo tradicional, arqueológico, etnográfico y folklórico, con
central detenimiento en lo regional y funcional.
·        Lo LINGUISTICO Y LITERARIO. Esto abarca desde las tonadas y topónimos de notable influencia
aborigen hasta las producciones de folklore literario y literatura folklórica nacidas en ese ámbito.
           Los AMBITOS para Cortazar son:
-         Puna y quebradas del Norte
-         Sierras y valles de Noroeste
-         Cuyano
-         Patagónico
-         Pampeano
-         Mesopotámico
-         Chaqueño
-         Central

Las Áreas de la Cultura Folk, según Olga F. Latour de Botas: Esta investigadora y educadora reconoce
enfáticamente las posiciones de Jacovella y Cortazar, pero toma del historiador Fernando Pagés
Larraya, un trabajo que en 1981 establece una curiosa organización cronológica de la CULTURA
CRIOLLA:
·        CULTURA CRIOLLA ANTIGUA, desde los orígenes prehistóricos hasta la creación del Virreinato del
Río de la Plata: EDAD DEL CAOS Y DE LOS DIOSES.
·        CULTURA CRIOLLA MEDIEVAL, desde la creación del Virreinato hasta la promulgación de
la CONSTITUCION DE 1853: EDAD DE LOS HEROES.
·        CULTURA CRIOLLA MODERNA, desde 1853 hasta 1955: EDAD DE LOS HOMBRES.
·        CULTURA CRIOLLA  ARGENTINA CONTEMPORANEA, los tiempos actuales.

      Estos momentos históricos y su influencia sobre las culturas populares, determinan para Bottas
cinco grandes áreas en nuestras culturas folk:
·        ANTIGUO TUCUMAN, llamadas también «provincias de arriba», con marcada influencia de Lima.
Incluye en ella dos sub-áreas: «Puna » e «Isla quichuista de Santiago del  Estero»
·        CUYANA, la cual comparte rasgos con Chile.
·        PAMPEANA, marcada culturalmente por la fuerte influencia irradiada desde Buenos Aires y con
presencia indígena dada en lo mapuche.
·        NORDESTE, a la cual señala con mayor heterogeneidad, resalta las supervivencias aborígenes
hasta nuestros días, con diversidad de etnias, y señala tres sub-areas:     
·        CHAQUEÑA, con sus tres períodos históricamente encadenados: MELERO, GANADERO y OBRAJE
Y MIGRACION.
·        CORRENTINA, con fuerte identificación con Paraguay, citando como ejemplo el bilingüismo
castellano-guaraní.
·        MISIONERA, con fuerte presencia interétnica aborigen, criolla, europea (española y portuguesa),
africana y últimamente el aporte asiático.

Los Ámbitos Folklóricos Argentinos, según Felix Coluccio: Este autor ha realizado importantísimos


relevamientos directos en las diversas culturas folk de nuestro país. De ello deriva que su clasificación
sea sumamente ilustrativa para cada ámbito. Los aspectos que considera como caracterizadores son:
·        geográficos, en sentido amplio (relieve, clima, economía regional, flora, fauna).
·        etnográficos, registra todas las etnias existentes y su mestización.
·        folklore material, describe transporte, vivienda, ocupaciones, artesanías y alimentación.
·        folklore espiritual, mencionando lo literario, celebraciones paganas, cultos, creencias y
supersticiones, mitos, música y danzas, costumbres trascendentales y rituales, juegos y diversiones de
niños y adultos.
      Los AMBITOS que Coluccio define son:
·        Noroéstico,
·        Chaqueño,
·        Central (aquí incluye norte de Córdoba, Santiago del Estero y centro-norte de Santa Fe),
·        Cuyano,
·        Mesopotámico,
·        Pampeano
·        Patagónico. 

Esta clasificación permite al docente ubicar geográficamente el origen de la manifestación folk puesta


en estudio. La idiosincracia del pueblo que la origina, determinada por su geografía, su clima, su
historia, su lengua, etc.

Si bien muchas de nuestras expresiones tradicionales tuvieron vigencia en casi todo el territorio


nacional (la chacarera por ejemplo), no es lo mismo una cueca norteña que una cuyana. Ni un
bailecito jujeño que uno cordobés. Y esto es fundamental a la hora de encarar la enseñanza o puesta
en escena de cualquier manifestación folk. 

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