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Aplicación de las Tecnologías de la Información.

Presentación sobre un pionero del Trabajo Social. 

El periodo moderno: Mary Ellen Richmond.


Aunque ya anteriormente señalamos su importancia para el Trabajo Social, vamos a detenemos
en lo que ha consistido su aportación e influencia en el mismo.

Mary Ellen Richmond (1861-1928) fue pionera en la creación de filiales de la C.O.S. en U.S.A.
En las reuniones anuales de esta Sociedad establecidas para analizar y evaluar la labor realizada,
propone la creación de una Institución Académica donde poder formar y capacitar al personal que
trabajaba para la C.O.S. En 1898 (la decisión fue tomada en 1897) se crea dicha Escuela con la
denominación de «Escuela de Filantropía» (nombre sugerente por el contenido y la orientación). Su
actividad en principio constaba de cursos bimensuales, más tarde fueron semestrales. En 1918 pasó a
denominarse «Escuela de Trabajo Social de Nueva York». Sin embargo no podemos olvidar que fue en
Ámsterdam, en 1899, donde se creó la primera Escuela de Trabajo Social con formación teórico-
práctica y cuyos estudios, inicialmente, duraban 2 años.

Cuando Mary Richmond inicia su actividad profesional el contexto de autores que la rodean o han
podido tener cierta influencia en ella son: A. Comte falleció en 1857, J. S. Mill lo haría en 1873.
Coetáneos suyos fueron H. Spencer (1820-1903), E. Durkheim (1858-1917), S. Freud (1885-1939),
entre otros.

Ingresa en la C.O.S. en 1889, como tesorera. En 1891 pasa a ser Secretaria General,
incorporándose al equipo de «visitadoras amigables» de la institución. A través de esta experiencia
y tras realizar estudios de Psicología Social y Sociología —siendo sus maestros: John Dewey y
George Herbert Mead—, toma conciencia de las lagunas existentes en la formación del personal de
la C.O.S. Por otro lado, conjuga su propia formación con la reestructuración de la misma C.O.S. y de
la Escuela de Filantropía de Nueva York, de la que ya era docente. Aún coexistían las ideas de
Filantropía, con las de una nueva disciplina de marcado carácter científico, decantando la formación,
en la Escuela antes citada, por la segunda opción.

En 1914 inicia un ciclo de conferencias con el título de Los primeros pasos en el Trabajo Social de
Casos. En 1917 publica su primer libro, Diagnosis Social, en el que formula teorías sobre Trabajo
Social, basándose en su propia experiencia práctica y en la investigación (cerca de 17 años). A
partir de estos acontecimientos, los hechos se desarrollan con rapidez. Obtiene la cátedra de Caso
Social Individual, 1918, en la Escuela de Trabajo Social de Nueva York. En 1921 recibe el Master of
Arts, por el trabajo realizado en establecer las bases científicas para una nueva profesión. Su obra
escrita, aparte de sus numerosas conferencias, se amplía con 2 títulos más: ¿Qué es el Trabajo
Social de Casos? (1922) y su obra póstuma Mirando a lo lejos en 1930.

El estudio y análisis de la obra de Mary Richmond nos lleva a una profunda admiración y respeto por
los logros y avances conseguidos. Estos inciden en el propio Trabajo Social y en el contexto general
de las Ciencias Sociales. El contenido de su aportación introduce una propuesta científica en el
Trabajo Social, fundada en la investigación. Recoge la información necesaria, con las técnicas más
convenientes, acerca de la persona y su propia problemática, para proceder después al tratamiento
(modificando el comportamiento). Establece consiguientemente 2 fases diferenciadas: diagnosis y
tratamiento. Esta orientación no sólo tiene un carácter individual,— lo que podría acercarla a la
psicología— si no que, desde el principio, la centra en los conceptos relacionales y de comunicación
entre profesional y beneficiario. Aunque evidentemente sufrió la influencia del Psicoanálisis (aunque
no consta referencia alguna a S. Freud y su obra en sus textos), tuvo la suficiente autonomía
conceptual como para centrarse sobre los aspectos relacionales y de comunicación.
Mary Richmond elabora la teoría a partir de la práctica y de la investigación, utilizando —
básicamente— la práctica como punto de partida para posteriores investigaciones. Define el «caso»
como

«Situación particular en una problemática social concreta, diferenciándola de las personas, a las que
para distinguirlas del problema, las designa como clientes».

Utilizando el modelo positivista, relaciona los problemas sociales con los hechos; estos son
evidentes, (utilizando una curiosa técnica redescubierta bastante después por otra gran escuela de
la Psicología) y para ella están compuestos de

«Todos los hechos que, tomados en su conjunto, indican la naturaleza de las dificultades de un
determinado individuo, y los instrumentos para su solución».

Va de la Inducción a la Deducción, como ella misma explica:

«Ambos son momentos de un sólo proceso racional, lo que nos permite pasar de una serie de
casos particulares a una formulación general, y de una Verdad General inferir algunos hechos
acerca de un caso particular».

Posteriormente formula que no existe una causa simple o única, sino que intervienen factores
múltiples y complejos; la investigación debe comenzar con la formulación de hipótesis, cuya
comprobación es la base del éxito científico, en el Trabajo Social, advirtiéndonos del peligro de
razonar por analogías.

Señala tres puntos básicos para establecer el diagnóstico:

1. Definición de las dificultades/necesidades.


2. Listado de los factores causales que tienen que ver con las necesidades/dificultades.

3. Enumeración de los recursos disponibles y de los riesgos que pudieran existir de establecer el
tratamiento.

Al sistematizar los diagnósticos, establece dos tipologías básicas en la fase de tratamiento:


1. Acción directa sobre el cliente.
2. Acción sobre el medio social.

Mary Richmond, tomando como fuente las teorías de Georges H. Mead (1953) y de su concepto del
«yo generalizado», señala la necesidad de abordar al individuo por medio de sus relaciones
sociales, por lo tanto establece que:

«El Trabajo Social debe descubrir lo que interesa al individuo, aprovechar sus actitudes (se refiere
al Trabajo Social de Caso Individual), bien para reanudar los lazos o vínculos rotos, o bien para
ayudarle a modificar su existencia y darle una finalidad».

Sin embargo, no se detiene en estas reseñas, ya que elabora otra definición, quizás una de las
más válidas (desde luego en el contexto actual no hay que perderla de vista), que entroncan
Trabajo Social, individuo, grupo y familia. Por su importancia vamos a. reflejar la cita completa:

«El hombre es la suma de sus relaciones sociales, el grupo básico al que pertenece es la familia;
esta como grupo, es un todo, tiene una historia —que es diferente de la historia individual de los
miembros que la conforman—, por tanto el diagnóstico y el tratamiento deben abarcar a la totalidad
de los individuos que la componen, es decir no existe el individuo aislado. El Trabajo Social de
Caso Individual, será incompleto si se le desgaja del contexto general del Trabajo Social».

Coincidimos con Natalio Kisnerman (1978) al señalar que el concepto de «totalidad» que subyace
—al igual que el de «estructura*—, en esta definición, identifica no sólo un «desmarque» —
conceptual y epistemológico— respecto al Positivismo y el Psicoanálisis, aunque estos no llegaron
a materializarse del todo, si no que también abre la puerta y evita un constreñimiento del Trabajo
Social al aspecto puramente individual. Parafraseando a ambos autores: la unidad del Trabajo
Social, estaría integrada por las acciones con el individuo (caso individual), con un colectivo (grupo)
o las reformas sociales (comunidad), sin olvidar por supuesto lo Investigación Social (no olvidemos
que individuo, grupo y comunidad son sólo focalizaciones o nivel.de intervención, no constituyendo
por sí mismos metodología y métodos).

Concepto y roles del Trabajo Social

Mary Richmond conceptualiza el Trabajo Social como un conjunto de métodos que desarrollan la
personalidad, reajustando y modificando sus actitudes, promoviendo el desarrollo de su
personalidad, a través de una mejora en sus relaciona con los demás. Esto implica, a su vez, una
readaptación realizada por el individuo de una forma consciente a su medio social de pertenencia
(se reconoce el contexto y la actuación terapéutica).

Este concepto deja traslucir algo del Positivismo imperante en la época, pero no por ello deja de
tener una visión global del medio social, implicando en ello un cierto cuestionamiento de su propio
medio social y en un marcado contraste con la Neutralidad Valorativa.

La función del Trabajo Social, para ella es evidente:

La función del Trabajo Social: es la prevención. Su rol: el educar.

Referencias

 García, J. Melian, J. (1993). Hacia un nuevo enfoque del Trabajo Social. El periodo
moderno: Mary Ellen Richmond. Narcea ediciones. España. Recuperado de:
(https://books.google.com.mx/books?
id=5CnVSw2ajsUC&source=gbs_slider_cls_metadata_9_mylibrary).

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