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Esta definición, en palabras comunes refiere a que el individuo quiere incurrir en el delito,
conoce el método para llevarlo a cabo y acepta las consecuencias del mismo al momento de
delinquir, por ende se exige, que exista la intención de producir un resultado dañoso. El autor
del delito prevé y quiere los resultados de su acción.
Ejemplo:
Un grupo de jóvenes en una fiesta toman conocimiento de que hay una muchacha sola y
completamente embriagada, aprovechándose de la situación una vez que la fiesta acaba, los
jóvenes fingen un falso parentesco a objeto de no ser cuestionados y así poder trasladar a la
muchacha. Posteriormente, la llevan a un lugar oscuro y desolado con la específica intención
de aprovecharse de su estado de ebriedad y desprotección y proceder a violarla.
Ahora bien, “el delito es culposo cuando un individuo lo comete sin intención, ni voluntad de
incurrir en un hecho delictuoso”. Generalmente, el autor del delito tiene la posibilidad de prever
el peligro que ocasionará con sus actos, pero al actuar con imprudencia, negligencia o
impericia permite que se sucedan los hechos. En un delito culposo existe el incumplimiento de
un deber de cuidado. (Código Penal Boliviano; Ley 1768 de 1997; Artículo 15) para resumir,
basta con que el resultado final del hecho haya sido previsto o, al menos, que haya debido
preverse.
Ejemplos:
– Un individuo que excede los niveles de velocidad permitidos para la vía pública donde
transita, atropella a una persona la cual tiempo después muere. El individuo que conducía el
vehículo ha podido prever los riesgos de su accionar irresponsable y su exceso de velocidad,
aun así continuó y se suscitó el hecho.
– El hijo que tiene bajo su cuidado a su padre enfermo de edad avanzada. El hijo debe
suministrarle diariamente un medicamento mediante inyección de manera personal. Sin
embargo el hijo, que desconoce la dosificación correcta aplica el medicamento duplicando la
cantidad indicada. Debido a ello el padre muere.
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InicioTemasPenal2020
Elementos del tipo de injusto de los delitos dolosos
TIEMPO DE LECTURA: 10 min
Índice
Texto
Legislación
Voces
Estado: Redacción actual VIGENTE
Orden: Penal
Fecha última revisión: 09/03/2020
En el tipo de injusto de los delitos dolosos es posible la apreciación de dos partes
diferenciables: la objetiva y la subjetiva (debido a la existencia de elementos de una y otra
naturaleza). La distinción y separación de ambas partes no es fácilmente realizable en la
práctica en muchas ocasiones, lo cual no impide que dicha técnica sea la empleada
generalmente por la doctrina.
1- Parte objetiva del tipo de injusto de los delitos dolosos
A la hora de valorar si una determinada conducta es típica (en cuyo caso constituiría un delito),
han de comprobarse que se ha producido efectivamente la conducta que la ley penal describe
como delictiva.
En la parte objetiva del tipo doloso se incluyen aquellos elementos que no forman parte de la
voluntad o intención del autor, sino que el sentido de los mismos se encuentra objetivizado en
el tipo. Así, tales elementos son los de autoría, los elementos de hecho y el objeto material.
Elementos de autoría
Welzel (jurista y filósofo del derecho alemán) señala al autor como “todo aquel que ejecuta la
acción, el "quien", sin nombre, usado por la ley en la mayoría de los tipos”.
Siguiendo en esta linea de definir el concepto criminal de autor, Edgardo Alberto Donna
(Catedrático de Derecho Penal) se pronuncia sobre ello estableciendo dos opciones posibles:
“Se puede considerar autor a cualquier sujeto que haya cooperado de algún modo en el hecho,
sin hacer ningún tipo de diferenciación entre los distintos aportes de los intervinientes. A esta
posición responde el llamado concepto unitario de autor.
La otra alternativa es distinguir varias formas de intervención según el grado e importancia
material de los aportes realizados. Desde este punto de vista se procede a diferenciar al autor
del resto de los participes, atribuyendo aquel carácter sólo a la figura central del hecho…”
En este punto es necesario distinguir entre sujeto activo y autor de un delito, ya que
técnicamente son conceptos distintos; así, el sujeto activo puede ser definido como el sujeto
activo que además es responsable criminalmente del hecho. Aunque en la mayor parte de los
casos ambos conceptos coinciden en la misma persona, y en principio todas las personas
pueden ser sujetos activos de cualquier tipo, han de tenerse en cuenta algunas excepciones,
como que ciertos tipos, denominados “especiales”, sólo pueden ser realizados por un círculo
limitado de personas, debido a la característica naturaleza de las cosas o del bien jurídico
protegido, aunque en ocasiones la ley prevé además castigos diferentes para el supuesto de
que tales delitos sean cometidos por personas no incluidas en tal círculo; ejemplo: delitos
cometidos por funcionarios, jueces, testigos, personas casadas, médicos, etc. Por otra parte,
existen también tipos que no pueden realizarse por una única persona, sino que requieren la
concurrencia de varias; como sucede en el caso del delito de rebelión.
A parir del concepto de sujeto activo, se pueden clasificar los delitos en comunes (aquellos en
los que cualquier persona que realiza la conducta prevista en la ley penal va a responder por
ella) y especiales ( la disposición normativa establece el sujeto activo de forma concreta).
Elementos de hecho
Estos elementos aparecen dentro de la parte objetiva del tipo de injusto de los delitos dolosos
en los casos en los que el tipo se expresa mediante una concreta clase de acción, cuya
realización supone la ofensión de un determinado bien jurídico. En el ámbito de la conducta, se
determina que ésta puede ser por acción u omisión. Cuando es una acción, se ejecuta una
determinada actividad por el sujeto activo; cuando se trata de una omisión, consiste en dejar de
hacer algo o no actuar. Teniendo en cuenta que no todos los tipos se realizan del mismo
modo, es necesario diferenciar entre:
Así los tipos penales referidos a los delitos contra bienes jurídicos tangibles como vida, la
integridad física, la libertad o la propiedad, comprenden la acción lesiva y el resultado de
destrucción, vulneración, menoscabo o puesta en peligro; por lo que se les denomina delitos de
resultado.
No obstante, en el caso de los delitos de simple actividad, los bienes jurídicos susceptibles de
verse vulnerados, por no ser tangibles (como el honor, la pureza del proceso, el derecho al
respeto), se ofenden mediante una simple conducta del autor, por lo que los tipos de tales
delitos describen únicamente una acción, sin un resultado 8lo que no quiere decir que no exista
un efecto sobre el bien jurídico), lo que hace que sea de gran relevancia la voluntad del sujeto,
pues los mismos sólo puedan cometerse de forma dolosa. Aún así, no debe ignorarse el
contenido de la acción.
Es muy importante también en este tipo de delitos la orientación subjetiva de la voluntad, pues
es un factor decisivo para diferenciar entre las conductas que son ajenas al derecho penal y las
que no lo son.
B) Delitos de resultado
Los tipos de estos delitos describen una acción y un resultado ligado a la misma, que puede
consistir en la efectiva lesión del bien jurídico (en cuyo caso se tratará de delitos de resultado
material, como el homicidio, lesiones, daños, hurto, etc.) o en la puesta en peligro de dicho bien
(en tal caso serán delitos de peligro).
Se determina cuál es el objeto físico sobre el que rehace la conducta del sujeto activo. Es
distinto al bien jurídico protegido, ya que éste es abstracto.
El dolo directo (que sería el dolo en sentido estricto, en cuyo caso existe plena conciencia y
volición de todos los elementos del tipo).
El dolo indirecto (también denominado de segundo grado, y referido a la conciencia y voluntad
que tiene el autor, no en relación con el resultado principal de su plan, sino hacia aquellos otros
resultados que deben producirse como medio necesario para alcanzar la meta deseada).
El dolo eventual (en cuyo caso el autor es consciente de la posibilidad de que exista un
resultado probable, a pesar de lo cual, dicho sujeto actúa consintiendo o siéndole indiferente la
producción del resultado).
Por su parte, los elementos subjetivos del injusto se refieren a fines y propósitos cuya
concurrencia confiere al hecho su dimensión de injusto penal. En relación con ellos cabe anotar
que: en caso de que el tipo haya incluido un determinado elemento subjetivo del injusto, y el
mismo esté ausente en una determinada conducta, ello significará que la misma será atípica y
además, en caso de que se afirme la existencia de un elemento subjetivo del tipo, ello
presupondrá que el comportamiento sea doloso. Además, los elementos subjetivos del injusto
pueden estar presentes en la ley de forma expresa o implícita.
Ejemplo:
El ánimo de lucro demarca el hurto. No basta con la apropiación dolosa de cosas muebles
ajenas contra la voluntad de su dueño (art. 234 CP), ya que la acción típica exige además que
tal apropiación se haya realizado con ánimo de lucro. El ánimo de lucro es un "elemento
subjetivo del injusto". Dicha exigencia de ánimo de lucro permite distinguir del hurto algunas
apropiaciones de bienes que tienen por finalidad, no apropiarse la cosa sino impedir su uso, por
ejemplo.(SSTS 9/2007 de 31 de enero de 2007; 922/2007 de 28 de noviembre de 2007).
Otro de los casos en los que el elemento subjetivo es específico se encuentra en las causas de
justificación, más concretamente en la legítima defensa. Se exige "el obrar para defenderse",
de fallar este elemento se impediría la justificación y no mediaría la legítima defensa.
Lo característico de los elementos subjetivos es la aportación que hacen a la definición del tipo
en cada caso. Van a permitir discernir entre si una conducta es típica o no desde el punto de
vista de la imputación objetiva. En definitiva, se trata de conceptos o datos que se emplean
para determinar el carácter típico, ya en el ámbito objetivo (lo será cuando despliegue un riesgo
relevante en el sentido del tipo), de la conducta.
Por último mencionar la clasificación que hace la doctrina de estos elementos en función de la
finalidad que pretenden en la acción, entonces los denomina:
Sentencia Penal Nº 89/2019, TSJ Comunidad Valenciana, Sala de lo Civil y Penal, Sec. 1, Rec
56/2019, 12-06-2019
Orden: Penal Fecha: 12/06/2019 Tribunal: Tsj Comunidad Valenciana Ponente: Ferrer
Gutierrez, Antonio Num. Sentencia: 89/2019 Num. Recurso: 56/2019
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Delito doloso
Un delito doloso es un hecho punible que se comete con intención de producir un daño en una
persona.
Son delitos las acciones y omisiones dolosas o imprudentes penadas por la ley.
Por otra parte, es necesario que el autor del delito tuviera intención de crear el daño en
cuestión.
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